Jump to content

Mia Black Lestrange

Magos Expertos
  • Mensajes

    8.526
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    36

Todo lo publicado por Mia Black Lestrange

  1. @Guthrie Eres más que bienvenido *-* serías mi bisnieto, así que en breve te estaré recibiendo en la mansión, y espero que Cissy haga lo mismo @@Abradolf Lincler Jajaja, no puedes ser mi amante Mia esta en una relación, desde hace algunos años, así que nada de dramas (?) Pero, si puedes ser algún primo o hermano, ¿qué te gustaría más? Igual, Aries te ofrece ser tu primo, así que lo que te guste más, y quedamos al pendiente +.+
  2. Hola chicos *-* Vengo a informar, que el árbol de la familia hasta actualizado hasta acá, así que espero que pronto todos nos coloquen en ficha y bóveda personal, para evitar futuras problemáticas xD Lamento que decidan marcharse Dave y Matthew, pero apoyo completamente su decisión, así que espero que se sientan a gusto en sus nuevas familias Por otra parte @@Noah Lockhart te añadiré al árbol, hasta que decidas añadir a la BL en tu ficha de personaje, lo cual espero que sea pronto xD Porque ahora mismo vi, que conservas tus dos familias :c
  3. El intentó de insulto hacía su persona por parte de la Lestrange, solo consiguió sacar de sus finos labios una risodada, sin duda poco conocimiento tenía de quien era ella, que más allá de ser la Directora del Banco Mágico era la matriarca e hija del hombre que pretendía llevar por el camino del mal y al que estaba dispuesta sacar de sus casillas con tal de tenerlo en casa durante un periodo considerable de tiempo. —Claro, una persona de tu clase debe estar más que acostumbrada a recibir diversos comentarios que difícilmente serían de su agrado. ­—concedió de acuerdo con sus palabras­— Es un alivio, saber que no te ofendí, mi conciencia jamás me habría dejado vivir tranquila de lo contrario. Ironía, era todo lo que se podía rescatar de su último comentario. Por lo que dejo de prestarle atención a la fémina y se concentró en las siguientes palabras de su padre, las cuales no pudo negar que le causaron un poco de malestar, ¿esa mujer miembro de la familia? Sin duda, en ese momento aún no había conocido a su madre o a Candela, que por más mal que le cayera, la consideraba más digna del apellido. —Afortunadamente, los errores siempre se pueden enmendar. —levantando la copa hacía su padre, dando a entender que comprendía que el hecho de que Sol, figurara en el árbol en tiempos pasados se había tratado de un error que por culpa de la calentura había cegado el buen juicio del ojimel— Diría, que es un placer conocerte Sol, pero estaría mintiendo… porque ¿a quién le placería conocer a las mujeres que estuvieron antes que su madre? ­—preguntó con fingida cortesía. Sabía que sus palabras estaban rozando la mala educación y más que posiblemente su padre no toleraría que se siguiera comportando de esa manera, pero estaba molesta, muy en el fondo porque no hubiese sido la primera persona a la que le escribiera y pidiera verla, ¿celosa? Sí, era su progenitor y sentía que se lo debía, porque siempre se había sentido sumamente ligado a él, aún cuando pensó que sus hermanos eran sus padres. —Por cierto, padre ¿a qué debemos el honor de tu visita? —se giró hacía él y lo observo detenidamente­— ¿Cansado del ajetreo de viajar? ¿Piensas ir a América? Quizás quieras saldar las cuentas pendientes que tengo por allá, hay al menos una persona que en estos momentos estaría temiendo encontrarse con un Black Lestrange por esos rumbos. Las últimas palabras que añadió, las hizo pensando en el padre de Joseph, uno de sus hijos que por azares del destino había tenido que dejar en aquel territorio, algo que aún le costaba perdonarse.
  4. Rutina, una palabra que ilusamente creyó que no conocería pero que, sin embargo, con el paso del tiempo había pasado a formar parte de su día a día. Algo tan constante, que podía realizar todas sus actividades con los ojos cerrados, y sin temor a tener alguna equivocación, confiaba tanto en sus poderes mágicos que la hacían sentirse segura y con la tranquilidad de que nada cambiaría con ello. Sin prestar atención a aquello que la rodeaba, apareció en su habitación dentro de la mansión Black Lestrange y se dejó caer en un pequeño sofá con vista a los jardines, cerrando sus ojos, permitió que un poco del aire diera de llenó en su rostro, eliminando de esa manera un poco del estrés que se había acumulado en su cuerpo durante el día, pensando en que lo único que le faltaría para estar completamente relajada era una copa de licor, espero a que su elfina apareciera. —Ama… ama. —alertó la pequeña criatura con voz alterada, acercándose a ella con una copa de whiskey en la mano— Tiene que bajar, el se-señor Jocker ha vuelto. —las palabras se notaron nerviosas. Abriendo de golpe los ojos, soltó una maldición en voz alta. Algo estaba interrumpiendo la quietud normal de la mansión y por fin podía notarlo, reprendiéndose a sí misma, por ese descuido. Considerando la posibilidad de bajar de inmediato, la descartó, necesitaba terminar de relajarse, antes de encontrarse con el ojimel, con el que posiblemente tendría algún encuentro interesante de palabras, y más por su larga ausencia. Bebió un par de sorbos de su copa y permaneció inmóvil, hasta que consideró que era momento de salir de su habitación, con la copa aún en mano, bajó uno a uno los escalones que conducían a la planta baja. En el momento, en que comenzó a recorrer el pasillo que la llevaba hasta la habitación que suponía era ocupada por el Black Lestrange, escuchó algunas palabras y no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa ladeada. Sin duda, había elegido el mejor momento para hacer acto de presencia, abriendo la puerta sin preocuparse por interrumpir algo, ingresó con altivez y diversión en la mirada, observando la escena que se desarrollaba delante de sus ojos y sin poder evitarlo, soltó: — ¿Debería sorpréndeme que la primera persona a la que le avisas de tu retornó es una… —guardó silencio un momento, intentando evitar la palabra mujerzuela y usando solamente el término normal—mujer? Acercándose hasta la posición del patriarca, esbozó una sonrisa sincera y le dio un beso en la mejilla, demostrando de esa manera que le alegraba verlo, pero segundos después se alejó de él y miró a la mujer que se encontraba allí. — Espero que sea una broma lo de ir a América… porque, no podría siquiera imaginarte con alguien así en ese lugar tan lejano— señaló a la mujer con su copa— Sin intención de ofenderte querida. Su último comentario, era bastante irónico pero esperó que sonara un poco creíble. Porque era bastante cierto, jamás se habría imaginado encontrarse con ese tipo de conversación y menos, cuando el hombre tenía solo unos minutos de haber pisado la casona. Tomando otro sorbo de su licor, se sentó en un sofá cercano a la chimenea y acarició la cabeza del zorro que se encontraba siempre cerca del patriarca. Sabía que su intromisión, quizás no fuese tomada de la mejor manera pero poco le importó, era parte de su personalidad ser un tanto impulsiva e imprudente y eso no cambiaba por más que su edad no hiciera más que aumentar con el paso de los años.
  5. El Banco Mágico de Gringotts certifica que Matthew B. Triviani, con ID 121315, y Ficha 111218 ha pagado el costo de 5000 G por esta bóveda trastero, que tiene por número 111686. Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts
  6. Al notar la presencia de su hija a sus espaldas se giró y negó con lentitud, ¿cuándo iba a madurar un poco? No tenía ni idea, pero esperaba que fuese pronto, porque no le gustaba mucho la idea de que aún con el paso de los años, siguiera con aquella actitud infantil. Así que únicamente suspiró profundamente y escuchó sus palabras. —Espero que sea de Sagitas, de lo contrario… no me sirve. —respondió ante los comentarios de su hija. Al sentir como alrededor de su mano, era entregada una prenda intima, aguanto las ganas de tirarla al suelo y con un movimiento de su arma mágica la mando a guardar hasta lo confines de la Torre Negra. Evitando hacer algún comentario a la Black Lestrange, se giró a ver la mansión, comenzaba a incendiarse lentamente, y eso era obra de sus dos acompañantes, por lo que sonrió con tranquilidad y miró a Juv, que se acercaba hasta su posición. —Excelente, es momento de irnos y celebrar —le indicó al ver que venía con un costal—. Después analizaré todo lo que consiguieron. Les indicó, justo antes de pedirles que la sigieran por un sendero de los jardines, el cual las llevó hasta los terrenos adyacentes a la propiedad de la familia Potter Blue, justo allí donde si podía emplear la magia de la aparición para irse del lugar y de disfrutar de algunas buenas copas de licor en compañía de la Malfoy y de mandar a Romina a su casa a buscar a su hermano, porque estaba segura de que podrían pasar algún momento interesante juntos. —Vámonos. —fue todo lo que dijo, antes de tomarlas por los brazos y dar un medio giro, consiguiendo de tal manera que las tres brujas desaparecieran envueltas en una voluta de humo negra, la cual segundos después se disipó sin dejar rastro alguno de su presencia en aquel lugar. Puesto, que se encontraban en la Taberna de la Torre Negra, justo donde todos esperaban beber un trago después de una jornada laboral extrema.
  7. —Cariño, recuerda que puedo hacerte ir a donde quiera y cuando quiera. —sus palabras salieron acompañadas de una sonrisa que afortunadamente no fue perceptible gracias a la máscara que cubría su rostro— Así que no te enojes y mejor coopera. Al no poder hablar libremente, esperaba que su hija entendiera que se refería que al ser su madre y ella, ser menor de edad, tenía cierto poder aún sobre su futuro, eso sin contar el simple hecho de que era su alto rango al mando. Por lo que mirando como se retira, soltó una risotada. Girando a ver a Juv, negó con lentitud y esperaba que no tuviesen que hacer eso, porque sería deplorable, siendo que ella pensaba más a algo relacionado a su atuendo ridículo de payasita. —No, por favor… no pienses siquiera en ese tipo de prendas, mejor en algo más interesante o en todo aquello que creas que nos puede servir. —respondió a su comentario. Las dos brujas, se habían ido dejándola completamente sola, así que al ver que se encargarían del interior de la morada negó con lentitud y comenzó a volver al exterior de la casona. Era momento de recorrer los jardines y crear un poco de caos, que bien podía ser parte del regalo que les dejaran a los habitantes de aquella morada. —Fuego negro —siseó con tranquilidad, logrando que una bola de fuego apareciera al menos tres metros por encima de ella y la siguiera por allí donde sus pasos fueran. Al instante en que llegó al laboratorio, asintió con diversión y con un ágil movimiento de su arma mágica la bola de fuego impactó en la puerta del lugar, logrando que esta saliera en cientos de pedacitos y que un pequeño incendio comenzara a extenderse por todo el sitio, esto gracias a las diversas sustancias que tenían guardadas en ese sitio.
  8. —Pueden destruir y matar a toda criatura que se encuentren en la mansión —soltó con voz tranquila y relajada—. Sin embargo, tienen una misión esta noche. Continuando con su camino, paró un segundo al instante en que llegó al patio estilo de armas, girándose un momento, espero que sus compañeras la hubiesen seguido y así había sido. Mirándolas, descubrió que entre ellas estaba su hija menor, Romina. Si bien, no le agradó mucho el tenerla allí, supo que había regresado y que por tanto, el bando nuevamente podría contar con sus servicios, así que como madre estaría lo más pendiente posible. Aunque, no era el modelo de madre, le preocupaban un poco sus hijos, así que no podía evadir algunas responsabilidades. Sacando de su mente esas cuestiones, asintió con tranquilidad, al notar que Juv también se encontraba en el lugar, una de sus viejas amigas de paseo y que en más de una ocasión, lucho con ella codo con codo para salvar su vida o matar a los rivales. —La misión, es traerme alguna prenda de ropa de nuestra querida Warlock Sagitas, ¿por qué? Por el simple hecho, de que tenemos ciertas sospechas de su vinculación con algunos magos de calaña baja y queremos comprobarlo. Ese fue el momento en que reveló que hacían allí, así que sin mirarlas por más tiempo, continuó con su andar hasta llegar a la entrada de la puerta de la casona, la cual con un rápido movimiento de varita derribo. —Así que, vayan… sean libres de destrozar lo que deseen. —completó con una sonrisa en los labios. Ingresando al vestíbulo en donde una fila por ambos lados de armaduras comenzaba a acompañarla durante su camino, ¿estaban animadas mágicamente? Muy posiblemente, pero por el momento, no le hicieron absolutamente nada.
  9. En el medio del cielo la luna resplandeciente se encontraba brillando sin cesar, acompañada por miles de estrellas que únicamente se lograban visualizar como putitos dorados en el inmenso manto de color azul marino. La luz que se proyectaba sobre los jardines de la mansión Black Lestrange, le permitía caminar libremente, por lo que respirando profundamente medito un momento, sobre la adrenalina que extrañaba sentir correr por sus venas, al lanzar hechizos a diestra y siniestra. Necesitaba nuevamente esa sensación, por lo que disfrutando de como el clima despeinaba un poco su rubia cabellera, se le ocurrió la idea de ir a hacerle alguna visita a los miembros de la Orden del Fénix. Sin pensarlo demasiado, levantó su varita mágica y descubriendo el tatuaje de la Marca Tenebrosa, que reposaba sobre su izquierda, asintió con tranquilidad, sabía a donde tenía que ir y confiaba en que sus compañeros la secundaran, así que, sin más colocó sobre su rostro una máscara de color plateada con filigranas, de tal manera que esta cubriera por completo su identidad, una vez que estuvo lista dio un medio giro para desaparecer en una voluta de humo negro. Segundos después, reapareció en los terrenos colindantes a la Mansión de la familia Potter Blue, aquella que era propiedad de una de las Warlocks, pero que, según sus fuentes, era miembro de la organización desaparecida conocida como la Orden del Fénix. Comenzando a andar lentamente para llegar hasta los jardines, allí se detuvo y levantó su diestra con su arma mágica y tocó el tatuaje del cráneo con una serpiente saliendo de él, y llamó a sus compañeros de bando, los cuales esperaba que no se demoraran mucho en arribar. —Bienvenidos, tenemos una misión esta noche. —saludó la nigromante con una sonrisa imperceptible en los labios, notando que poco tiempo después, alguien llegaba. Caminando un poco más, continuó con su andar hasta el patio de armas, sitio adecuado para comenzar a darles las indicaciones, las cuales esperaba que fueran de su agrado y les permitieran disfrutar de ese momento, de volver a sentir el poder fluir por sus venas y la magia transformada en hechizos.
  10. El Banco Mágico de Gringotts certifica que Lady Luxure Rambaldi, con ID 109628, y Ficha 86466 ha pagado el costo de 5000 G por esta bóveda trastero, que tiene por número 111341. Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.
  11. Al final, no fue necesario proyectar el corte de katana. La mujer había muerto con el segundo morisoseo que recibió por parte del grupo de mortífagos, la cuarta victima en dos días, ¿cuántas más serían necesarias para que el pueblo londinense se cerciorara de que ahora los mortífagos dominaban? Esperaba que muchas más, que ese tipo de salidas, le causaban placer y diversión. Además, de la posibilidad de experimentar poderes que aún no poseía, pero que disfrutaba de realizar. —Te seguiremos. —soltó en dirección al Ivashkov. Mirando a sus compañeros, los saludó con una última cabezada y con una sonrisa total en los labios, que acentuaba sus facciones tropicales, supo que sin duda, no sería la última vez que se reunirían, más ocasiones como esa acontecerían en los próximos días. Sin más, se encamino hasta la salida y tentada a usar la desapareición como modo de transporte, la desecho. Levantando su varita mágica siseó —Fulgura nox. —logrando que un portal de abriera delante de ella, el cual traspasó sin siquiera dudarlo y la traslado hasta la comodidad de la mansión Black Lestrange. Cabe mencionar, que en cuanto atravesó el portal, este desapareció, sin dejar ningún tipo de rastro de su invocadora y mucho menos, del destino en el que se encontraba ahora mismo
  12. —Eso haré, no lo dudes.… —soltó en cuanto escuchó las palabras de Ishaya y se dio cuenta, que el cielo comenzaba a iluminarse por estrellas, o eso pudo ver por las ventanas de la habitación en la que se encontraban. Mirando a la víctima colgada por un pie, soltó una risotada. Sin duda, nunca era demasiado tarde para producir dolor y laceraciones en los cuerpos de algunas personas. Por lo que sintiendo, como el poder del hechizo que acababa de realizar su compañero empezaba a embriagar su cuerpo, supo que era momento de usar hechizos que anteriormente solo había escuchado y mirado hacer a sus amigos. — Morisoseo Ánima —siseó con total tranquilidad, logrando que un filamento de miles de cráneos semi transparentes de humanos comenzaran a aparecer a su alrededor, formando un espiral, que no tardo en ser movilizado por la Black Lestrange. Mirando, su creación, supo que era momento de utilizarla, así que con un movimiento de su varita mágica, la lanzó en contra de Melrose, la cual al sentir el impacto justamente a la mitad de su pecho, soltó un aullido de dolor. Sí, estaba gravemente herida en esos momentos y dentro de poco, posiblemente muerta, gracias a todos los ataques que habían lanzado sus compañeros. Levantando su mano, pensó en un invocar katana, logrando que en su espalda apareciera una espada de plata, la cual estaba lista para ser usada. Girando su rostro un poco, apreció lo que su hechizo había causado en la Moody, sin lugar a dudas, era un tanto irónico, porque la bruja o lo que quedaba de ella, ahora mismo se encontraba quemada y herida, dentro de nada iba a morir.
  13. Sentía el llamado, una magnifica sensación que había sentido dos días seguidos. Era toda una revelación, de eso no tenía duda, era muestra clara de que los mortífagos estaban más vivos y presentes que nunca. Con una sonrisa en los labios, vio su reflejó en el espejo de cuerpo entero que adornaba su habitación, negando lentamente supo que tenía que modificar su apariencia y eso justamente es lo que haría, haciendo uso de su metamorfomagia. Aquel día, quería un look un poco diferente. Por lo que dejó que sus rubios cabellos se convirtieran en rojos, y su suave piel, adquiriera un matiz moreno, tal cual lo tenían aquellas personas de la costa del pacífico mexicano, mientras que sus ojos adquirieron un tono café, totalmente ajeno al verde tradicional y que tanto adoraba. Nadie podía reconocerla, así que permitió que su marca tenebrosa se viera totalmente expuesta en su antebrazo izquierdo. Cerrando los ojos, dejó el ardor del tatuaje la guiara. Pasados algunos segundos, contra todo pronóstico la traslado hasta las afueras del hospital mágico de San Mungo. Con una sonrisa en los labios y su varita en mano, comenzó a adentrarse y continuó con su fácil camino, hasta encontrar el sitio en el que se hallaba Isaac, Zack e Ishaya, sus compañeros que en esa ocasión, serían los que acompañarían su aventura. —Espero no llegar tarde…. —saludó con una cabezada a todos y miró a la victima.
  14. El Banco Mágico de Gringotts certifica que Jeremy Barton, con ID 121222, y Ficha 110737 ha pagado el costo de 5000 G por esta bóveda trastero, que tiene por número 111459. Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.
  15. El Banco Mágico de Gringotts certifica que Dennis Delacour, con ID 121288, y Ficha 11059 ha pagado el costo de 5000 G por esta bóveda trastero, que tiene por número 111449. Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.
  16. Hola chicos *-* Posteo para informarles, que el árbol ha sido actualizado 0/ lamento decirles, que Beryl y Hannity, quedan fuera de la familia por sus filiaciones con la Orden del Fénix :c, si deciden cambiar de opinión con el bando, pueden volver sin problema alguno. En fin, todo actualizado hasta acá, ahora mismo actualizo la bóveda de la familia y el tópic de la mansión, así todo queda bonito.
  17. @ y @@Brendon Ravenclaw Bienvenidos a la familia *-* claro que me da gusto que quieran unirse a la familia, me agrada tenerlos por acá! Así que espero verlos prontito en la mansión, roleando y disfrutando de conocer a la locura de los miembros @@Rachel Ravenclaw Me haces bisabuela nietita D: pero no pasa nada, soy joven y sexy aún así (?) jajaja xD Chicos, luego los añado al árbol, (mañana, que ahora me arden los ojitos :c) asimismo, si quieren estar en el grupo de whats, me envíen sus números por mps, para añadirlos, ¿vale? xD
  18. Sin esperar realmente una respuesta por parte de Black, se acercó un poco más a él, acariciando cada centímetro de piel de su espalda. Sus movimientos, se detuvieron, en el momento en que comenzó el relato, conocía muy bien esa sensación de sentirse invencible y el ombligo del mundo, y eso podía entenderlo porque había sido una época, que había vivido hacía algunos años y que le había pasado una factura bastante cara, con la que aún tenía que seguir viviendo, y que la perseguiría por siempre. —Todos somos inmaduros en algún momento, —soltó, posando sus manos sobre el cuello del mago— pero, aprendiste la lección y ahora mismo estas lidiando con ello y eso es lo único importante- Una risotada salió de sus labios, al momento de escuchar que quería conocer uno de sus secretos más profundos. ¿Tenía secretos? Claro que los tenía, por decir, que su vida había sido básicamente el más grande de todos. Enterarse, que no era quien creía ser, le había afectado de manera significativa así que sí, quizás podría compartir parte de su historia, además de que era lo justo, por la información que recientemente había obtenido. Con sus brazos aún en el cuello del ojigris, lo atrajo hasta ella y volvió a fundir sus labios en un beso. Mientras tanto, dando un paso hacía atrás, obligó a que se pusiera de pie, dejando en evidencia la diferencia de estaturas, a pesar de aún conservar los tacones, fijando sus ojos, en los de él, dio paso había atrás y lo hizo girar lentamente, para acercarlo hasta la silla en la que anteriormente había estado sentado y una vez allí, lo hizo caer sobre ella. Levantando primero uno de sus pies y después el otro, los liberó de los tacones que hasta el momento conservaba, para después, aprovechar que la silla no tenía brazos y abriendo sus piernas, acercarse hasta su posición, recargando su cuerpo en aquella parte de la anatomía del mago que anteriormente había conocido y disfrutado. Acariciando su pecho, sonrió con lentitud y no pudo evitar soltar un suspiro. — ¿Qué tan oculto quieres que sea ese secreto? —cuestionó con una sonrisa divertida— Porque, primeramente debo admitir que no eres el único que ha jugado con las maldiciones y ha tenido consecuencias con ellas. —su mano comenzó a pasearse por el torso del pecho desnudo, acariciando lentamente. Intentando encontrar las palabras adecuadas, se quedó pensando unos segundos, mientras volvía a besar su cuello. —Artemisa… ¿has escuchado hablar de ella? Pues mi madre, hizo un pacto peculiar, que involucra a toda su descendencia directa —comenzó a pensar, sintiendo como en su interior comenzaba a removerse algo— Poder y riquezas, a cambio del control de nuestras vidas y almas —sí, a pesar de haber pagado con su vida por la maldición, continuaba sintiendo esa oscuridad que la invadía en más de un momento—. Al momento de comenzar a estudiar las artes oscuras y las maldiciones, tenté a la Diosa y un demonio ahora cohabita en mi cuerpo, por no decir que muchas veces es quien lo controla. Sus palabras, fueron seguidas por besos por el cuello desnudo del Black, que poco a poco comenzaron a llegar hasta sus labios, para disfrutarlos una vez más. Logrando que su cuerpo se sintiera completamente relajado, provocando, sintiendo que aún no había obtenido suficiente, y queriendo más, pero se contendría, al menos de momento. —He perdido mi voluntad, y no me molesta, porque eso ha hecho que mi vida sea mucho más liberal y relajada, aunque en su momento, mi padre intento evitar que la maldición me afectara, haciéndome pasar por su nieta, no dio resultados —una sonrisa irónica apareció en sus labios—. La sangre Black y Triaivni, corre por mis venas, en mayor o menor medida y siempre estaré ligara a ella, así que porque no mejor disfrutar de los placeres que puedo obtener y vivir sin preocuparme. Tomando las manos del Black, sonrió y sintiendo el control que tenía en la posición que tenía en esos momentos, sobre él, volvió a besarlo, sin soltarlo, recordando como era la primer persona en mucho tiempo que conocía acerca de aquella dualidad que compartía con un demonio. Sin poder creer lo fácil que había sido compartirlo, negó con lentitud y comprobó que ese encuentro, era uno peculiar y benéfico para los dos, algo que necesitaban, para saciar sus energías y deseos sexuales. @@Martin N Roses
  19. @@Matthew B. Triviani Esperemos que @ y @@Jessie Black Lestrange, vengan a darte la bienvenida *-* mientras tanto, te digo que estás más que aceptado en la familia y que espero que te sientas cómoda en ella. Pasa a seguir roleando por la familia, cuando quieras y te sientas listo (porque, ya vi que andas roleando ) @ Cuidado con el spam, siempre debes llenar mínimo dos líneas de texto. Fue un placer tenerte en la familia, espero que disfrutes de los nuevos aires que tomará tu personaje, baja aceptada.
  20. Las caricias de Black comenzaron a embriagar todo su cuerpo, allí donde posaba sus manos o labios sentía como su temperatura corporal se incrementaba, casi produciéndole una quemazón que amenazaba con llevarla hasta el límite. Su respiración se aceleraba en momentos, mientras que en otros su cabeza echada hacía atrás con los ojos cerrados, dejando en claro que estaba disfrutando de ese momento, en el que su cuerpo se tensaba y relajaba, al ritmo de las atenciones que recibía. Parecía una tortura sumamente placentera la que estaba viviendo, por lo que se sorprendió en el instante en que el ojigris se colocó de pie y fijando su mirada en él, soltó una risotada, disfrutando de la cercanía que tenían en ese preciso instante. Sus cuerpos sudorosos y sus ganas de conocer más profundamente la anatomía del otro, permitía darse cuenta que había ciertos encantos y habilidades, que la bruja jamás se imagino que él poseyera y que afortunadamente estaba descubriendo y disfrutando en más de un sentido. —Una bruja siempre sabe guardar lo que le interesa. —continúo con la broma— Aunque, tu tampoco te quedas atrás Martín. —completó con voz afectada. En el momento en que sintió como sus cuerpos se unían, en uno solo, permitió que de sus labios saliera un gemido, el cual se transformó rápidamente en una exigencia por aumentar la velocidad de los movimientos. Eran uno solo en ese momento, por lo que en el instante en que sus labios se juntaron, sintió como el fuego comenzó a emanar de su interior, estaba alcanzando ese punto más allá del límite que durante minutos estuvo rozando pero que se había negado a alcanzar anteriormente. Jalando un poco de los negros cabellos despeinados del mago, mordió su labio interior y con su diestra, acarició su espalda, atrayéndolo más hasta su posición, tomándolo como punto de apoyo para colaborar en los movimientos que los unían y separaban cada vez más rápido. Buscando la mirada del mago, volvió a besarlo y se dejó llevar por completo, sin perder nunca el contactó visual. Soltando algunas respiraciones agitadas cuando se separaron, podía notarse en su cuerpo que estaba saciada. —Quien diría que una visita “ministerial”, terminaría con tan excelentes resultados. —soltó girándose un poco, para llenar el vaso que permanecía sobre el escritorio con el líquido carmín, que hacía tiempo había pasado a segundo plano—. Para haber sido una mentira, he de reconocer que ha sido de las mejores. —reconoció bebiendo el contenido del vaso que sostenía. Sus cuerpos permanecían desnudos y con algunas motas de sudor. Sí, era justo así como se veían, girándose para mirar nuevamente al mortífago, notó en ese momento el tatuaje de rosa que tenía en la parte baja de su espalda, enarcando una ceja, se acercó más a él, para apreciarlo. Si ya había conocido partes de su cuerpo más privadas, confiaba en que esa parte de su anatomía fuese nuevamente explorada tranquilamente. — ¿Cómo lo obtuviste? —preguntó, acariciando los bordes con uno de sus dedos— Soy un tanto despistada, a penas lo noté. —admitió, negándose a aceptar que antes no le dio mucha importancia, no cuando su mente se encontraba sumida en un total vendaval de sensaciones. Notando que quizás el after era un poco extraño, esperaba que no fuese incómodo al menos de momento. Esbozando una sonrisa, se giró y volvió a besarlo, antes de escuchar su respuesta. @@Martin N Roses
  21. Las casi súplicas del Black fueron el único incentivo que necesitó para continuar con sus planes iniciales de descubrir cada centímetro de su anatomía, mirándolo durante unos segundos, notó como la misma emoción contenida que se vislumbraba en los de ella, se notaba en los de él, pero había algo en ellos, un sentimiento más que no podía atinar a precisar. Sin embargo, no era momento para concentrarse en eso, sino que únicamente en aquella parte en la que sus manos concentraban aún su atención y que podía sentir más tensa con dada fracción de segundo que transcurría. —Si lo pides así, es imposible negarme. —sus palabras fueron acompañadas por un golpe seco en la alfombra, provocado por el contacto que había tenido sus rodillas con ella. Su nueva posición, le permitía estar mucho más cómoda y tener acceso con otras partes de su cuerpo a la parte inexplorada del cuerpo del galés. El brillo del fuego de la chimenea ahora podía notarse como un reflejó en los cuerpos en igualdad de condiciones de los magos, por fin habían alcanzado una igualdad considerable, porque segundos antes, el sostén que hacía juego con la húmeda lencería inferior que usaba, había desaparecido en las hábiles manos de su compañero. Liberando a sus manos de su anterior tarea, esbozó una sonrisa tranquila y se acercó lentamente hasta el punto máximo de tensión del cuerpo del ojigris. Sus labios se abrieron permitiendo que su boca fuese ahora la portadora de las caricias, recorriendo todo su contornó de manera lenta y tortuosa, para finalmente permitir el libre acceso, succionando con un ritmo un poco más rápido, mirándolo a los ojos, se entregó por completó a su tarea, mientras que sus manos curiosas masajearon y prestaron atención a la tensión que anteriormente había notado a los lados de lo que se encontraba disfrutando. Entre su masajeo y las caricias de sus labios, que cambiaban de velocidad y forma, podía sentir más y más tensión en aquella zona. Sintiendo como su cuerpo se tensaba un poco, se concentró, en dar placer y hacer que él mago sintiera el calor y fuego que emanaba su cuerpo, en trasmitir como se encontraba de ansiosa en ese momento, deseosa de más y más. Continuando durante algunos ¿minutos? O ¿segundos? No sabía con exactitud con sus atenciones, cerró los ojos en el instante en que notó como de manera espontánea sentía algo emanaba de esa parte que pocas veces veía el sol. Su labor estaba dando frutos y eso le agradó, por lo que no desistió hasta que consiguió que aquella emanación se incrementara y en cuanto eso ocurrió abrió los ojos. Alejándose de él unos centímetros, se puso de pie. Nuevamente colocándose frente a él, acarició su pecho desnudo y esbozó una sonrisa coqueta, para después pasar sus brazos por su espalda y finalmente por su cuello, atrayéndolo a ella y acortando la distancia que los separaba, permitiendo que sus cuerpos avivados por el calor se juntaran una vez más y finalmente, volvió a juntar su boca a la de él, exigiendo un beso que si era posible, permitió que se incrementara el fervor con él que sus sensaciones le pedían absorber más de lo que él tenía para brindarle. —Quien diría que me gustaría descubrir parte de tus secretos —soltó en cuanto terminó el beso. @@Martin N Roses
  22. @ Claro que eres bienvenida *-* así que puedes ir a rolear en cuanto quieras y te añadiré en el árbol, en cuanto coloques a la familia en tu ficha 0/ así que, cualquier cosa dime y lo hablamos 0/ @ Cariño, dime sabes algo de Azul? Qué ha pasado con ella? No la he visto online (?)
  23. —Irónicamente es uno de mis talentos —soltó con una risotada tranquila, que poco trasmitía su estado actual—. Pensé que no lo admitirías tan rápidamente. —admitió al sentir como la hábil mano del Black se adentraba un poco más a aquella parte de su anatomía que no veía la luz del sol. Su respiración comenzó a acelerarse con cada una de las caricias, podía fingir que no le afectaba, pero no, era todo lo contrario porque sentía como su cuerpo pedía más y más, no se conformaba con las sensaciones que comenzaban a apoderarse de su cuerpo y dentro de poco tiempo de su mente. Sin perder contacto visual con él, sus ojos se iluminaron de un brillo inusual, aquel que solo era perceptible cuando estaba extasiada, por lo que abrió un poco más sus piernas, para permitirle el libre acceso, pidiéndole de manera silenciosa que no se detuviera. Para esos momentos, había perdido el sentido del tiempo y el espacio, enfocándose únicamente en la figura del mago que se encontraba a escasos centímetros. No sentía la dureza del escritorio debajo de su casi piel desnuda, y mucho menos, como el fuego de la chimenea había alcanzado su punto más ardiente. La botella de whiskey, había quedado olvidada a su costado, y uno de los vasos había caído al suelo, liberando unos centímetros más de espacio para ellos, y dando constancia de que poca importancia le prestaba a lo que los rodeaba. La invitación del pelinegro, la tomó como una orden, porque en ese momento con ambas manos se deshizo del botón y el cierre que mantenían en su sitio el pantalón, permitiendo que este cayera al suelo con un sonido casi imperceptible. Uniendo sus labios en una danza apasionada, aprovechó el nuevo acceso que tenía a piel que no había sido explorada aún, posando una de sus manos en la espalda desnuda, bajó hasta llegar a la altura donde el bóxer comenzaba, para volver a subir y bajar, siguiendo un ritmo, provocando esa parte de su cuerpo. Su otra mano, al sentirse con libertad jaló el bóxer y el resorte cedió, permitiendo que esta ingresará dentro del mismo y tuviera contacto con aquella parte que se había endurecido segundos o quizás minutos atrás. Tomándolo entre ella, comenzó a acariciarlo pausadamente, queriendo que él sufriera el mismo efecto que ese momento tenían sus caricias sobre su cuerpo, generando el aumento si es que era aún más posible de su temperatura corporal y de su ritmo cardiaco. Sin dar tregua alguna, terminó el beso, respirando profundamente y dirigiendo sus labios hasta el cuello del ojigris. —Creo que nunca estaremos en igualdad —soltó, siguiendo un camino lento por su cuello y llegando hasta su pecho, como un único aviso de sus intenciones, porque en ese momento aprovecho que una de sus manos aún estaba rodeando la espalda del mago y liberó la presión que el bóxer tenía sobre ciertas áreas que cubría—, comenzaré a acostumbrarme. —amenazó con diversión. Tomando por sorpresa al Black, se puso de pie y lo miró durante unos segundos, aprovechando que aún permanecía con los tacones, casi estaba a su altura, por lo que no le costó trabajo que sus brazos pasaran por su cuello y lo hiciera girar, para dejarlo ahora a él, del lado del escritorio. Besándolo nuevamente, se separó un segundo de él, para comenzar a bajar siguiendo un camino desigual por su pecho, para detenerse peligrosamente cerca de cierta parte de su anatomía que segundos antes había liberado, logrando que estuviese completamente desnudo. Mirándolo a los ojos, usó en esa ocasión ambas manos para darle placer, manteniéndose casi de rodillas, porque en realidad por ahora se mantenía en cuclillas, disfrutando de la piel que sus manos tocaban y exploraban de manera traviesa,
  24. La temperatura de la habitación subía vertiginosamente, y no precisamente por el calor desprendido de la chimenea. Algo, que sabía perfectamente, al sentirse pequeña, cuando el Black se colocó delante de ella, esbozando una media sonrisa coqueta, escuchó con atención las palabras que emanaron de sus labios, la estaba retando sin siquiera saberlo y como era lógico, ella aprovecharía y disfrutaría lo más posible las consecuencias, esperando que él también lo hiciera. Girando un poco su cuello, disfrutó de las caricias del galés, mientras que inevitablemente de sus labios salía un gemido. Invadida, también por el tacto de sus manos, soltó una risotada y tomándolo por la solapa de su saco, lo hizo acortar la distancia que los separaba. Provocándolo al no retirar sus manos de allí y mantener su agarre, al sentir que su vestido ahora cubría casi nada de sus piernas. ­ —Y a mí el tenerte tan cerca, aunque no estemos en igualdad de condiciones —afirmó jugueteando con los botones, desabrochándolos uno a uno­—. No necesitas inventarte nada Martín, creo que podremos obtener lo que deseamos siendo un poco más directos. ­—finalizó mordiendo su labio interior. Tomando la iniciativa, eliminó la escasa distancia que separaban sus labios. Para unirlos con los del ojigris, buscando profundizar un poco la conexión que tenían pasó uno de sus brazos por su cuello y tomó su cabello, atrayéndolo más a ella y con la otra, intentó retirar el saco que traía, que en ese momento únicamente era un estorbo porque la camisa colgaba de sus brazos totalmente abierta, dejando al descubierto la piel pálida. En cuanto se separó unos milímetros del Black, recorrió con las yemas de sus dedos su torneado pecho, deteniéndose al llegar al inicio del pantalón. Mirándolo a los ojos, lo retó silenciosamente a dejarla continuar con su recorrido y bajar a descubrir partes de su anatomía que aún no conocía y que eran tentadoras en sus pensamientos. —Podrás descubrir algunas otras de mis habilidades. —susurró en su oído, aprovechando la cercanía para morder ligeramente su lóbulo y bajar lentamente por su cuello para detenerse en la comisura de sus labios— Pero, ¿quieres hacerlo? —añadió subiendo un poco más su vestido, y dejando ver su lencería de encaje, al mismo tiempo que corría sus rubios rizos a su espalda para que sus hombros y cuello se apreciaran por completo. Lo estaba provocando un poco, lo sabía pero poco le importó. Disfrutaba de las sensaciones que se estaban generando en su interior y no tenía intención de hacerlo sola. Mirando la botella de whiskey, negó con lentitud, al parecer no sería necesario terminarse su contenido para ponerse al día. Esbozando una sonrisa, espero la respuesta del pelinegro.
  25. El Ministerio de Magia atravesaba una pequeña crisis, lo había podido comprobar por sí misma, hacía unos días cuando sintió arder el tatuaje de la marca tenebrosa que tenía tatuado en el antebrazo y que ahora mismo se encontraba oculto mediante un hechizo bastante conocido entre los mortífagos. Aquella profecía que anunciaba la muerte de un arcano, había causado un revuelo descomunal, por tanto, meditando la posibilidad de haber sido victima de alguna broma o equivocación esbozó una sonrisa, fuera por lo que fuera, eso había propiciado aquel encuentro. —Veo que se trató de una confusión —comenzó enarcando una de sus cejas—. Pero no importa mucho, porque en realidad es todo un placer volverte a ver Martín, en especial después de tantos años sin saber de ti. —le quitó peso al tema, dejando en claro que poco importaba el motivo por que hubiese llegado, sino que ahora mismo se encontrará allí. Tras su pequeño intercambio de palabras, había quedado claro que no tenían temas laborales que tratar, por lo que soltó un suspiró cerrando los ojos durante unos segundos, disfrutando del momento de encontrarse en casa y sin pendientes que tratar. Era momento de olvidarse por al menos unas horas del Banco y enfocarse en atender al que ahora era su invitado, más que visitante, porque con el tiempo que había pasado, no dudaba que demoraran al menos un par de horas en ponerse al día. Sin prestar demasiada atención a la elfina, espero a que el Black hiciera su pedido. —Curiosamente, también es mi predilecta —soltó en cuanto terminó de hablar el pelinegro— Trae una botella. —ordenó a la elfina, para después encaminarse hasta la chimenea. Mirando los troncos apilados en el centro, listos para prenderles fuego, felicitó mentalmente a los elfos de la casona, la conocían lo suficientemente bien como para saber que ese sería el sitio en que reposaría al llegar a casa. Levantando su varita mágica, encendió el fuego, el cual comenzó a arder lentamente, hasta que pocos segundos después, se volvió completamente consistente, logrando que el despacho comenzará a calentarse lentamente, generando un ambiente mucho más acogedor e íntimo, algo que le pareció lo correcto en esos momentos. El halago proveniente del Black logró que se girara para posar su mirara en sus grises ojos. Mordiendo su labio interior, se acercó un poco más hasta la silla en la cual se encontraba sentado y en el momento en que iba a responder, notó como su elfina doméstica aparecía. Desviando su atención a ella, le indicó que dejará la charola sobre el escritorio, por esa ocasión, se encargaría de servir. Con una pequeña reverencia y una palabra casi inaudible la criatura se retiró, dejándolos nuevamente completamente solos. —Gracias… aunque, no es lo único que se me ve bien —respondió dándole un guiño—. Hace un poco de calor, supongo que esa capa de viaje es un poco incomoda —acercándose por el costado de la silla—, permíteme ayudarte a quitarla. Su última oración, fue acompañada por sus hábiles manos viajaron hasta el cuello del mago, buscando soltar los broches que mantenían la capa en su lugar. Sin tarde demasiado, consiguió su cometido y sin perder la oportunidad acarició accidentalmente la pálida piel de su cuello, en el momento en que acomodo su camisa, aprovechando para liberar el primer botón y conferirle una postura más desaliñada, propia de todo aquel hechicero después de su trabajo. Sus movimientos fueron tranquilos y rápidos, casi como si lo hubiese hecho alguna otra vez anteriormente, pero en realidad no era habitual. —Espero que estés más cómodo así. —susurró en su oído, para después alejarse un poco de él— ¿Con hielo? —aprovechando el espacio que confería el escritorio y la silla en la que se encontraba su interlocutor, se sentó en el borde del escritorio, permitiendo que la estilizada figura de sus piernas rozara con las suyas— ¿Seco? —completó, aprovechando para servir en uno de los vasos un hielo y el líquido color carmín. Aguardando durante unos segundos la respuesta del mago en esa postura, tomó de golpe el contenido de su vaso y disfrutó de la sensación de quemazón que le produjo, la misma que aumentó un poco su temperatura corporal y logró que en sus ojos se reflejara un brillo singular en sus ojos verdes.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.