Gatiux

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*Altar al patrono de la taberna... "San Raúl"*
Santo Raúl que estás en los cielos...

Santificados sean tus goles...

Danos hoy nuestras asistencias de cada día...

Perdona a los valencianistas así como nosotros perdonamos a los culés...

No nos dejes caer en Octavos...

Más libranos de Villar.

¡Gol!

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Las puertas de la Taberna apenas chirriaron al abrirse, alguien habría engrasado los goznes para evitar el desagradable ruido, lo cual le quitaba aquel toque de sitio desvencijado que caracterizaba al local de Don Pascual. Siempre le adecentaban el lugar cuando el otro se derribaba.

- Don Pascual! ¡Está usted.... mmm... menos viejo! -dijo Gatiux animadamente al acercarse a la barra del bar, tomando asiento en un taburete- Ponme un vodka limón, como en los viejos tiempos.

- Admito que el halago no estuvo mal, pero no por eso se me va a olvidar todo lo que me debes. -el tabernero sacó un pergamino que cayó hasta el suelo y rodó por él- Un par de botellas de whiskey, un San Francisco, un bloody m...

- Bueno, si si, sabes que te lo pagaré, he estado mal de liquidación... -intentó esconder una sonrisa- Seré buena y te pagaré pronto, ¡ahora refréscame el gaznate!

Gatiux giró sobre el taburete y apoyó los codos en la madera, observando la entrada de la Taberna del Basilisco. Aquel lugar era reconfortante, te sentías como en casa.


[…]

Nueva Taberna! La número 20 nada menos, a divertirse y perversear.

Bebed todo el alcohol que podais! *-*

Glenin Black votando por sí mismo xDDDDD! Buenísimo!

En fun, vengo a hacer mis apuestas *saca la chequera de Gringots*

Nick del usurio: Gatiux Malfoy

Link a la bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=77626

Número de ID: 135

 

Duelista por quien se apuesta: Glenin Black

Perder o ganar: Ganar

Cantidad de Galleons: 500

Nick del usurio: Gatiux Malfoy

Link a la bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=77626

Número de ID: 135

 

Duelista por quien se apuesta: Arcanus Black

Perder o ganar: Ganar

Cantidad de Galleons:500

Vengo a discrepar contigo, Alex, sobre la respuesta que le diste a Ishaya.

El necromantia, con solo mencionarlo negaría la acción ocurrida. Sólo decir el nombre lo niega. Cualquier cosa que haya pasado, ya sea floreus, una invocación u otro efecto de duración más larga.

No cura las heridas ya infligidas pero hace como si todo lo demás no hubiera ocurrido :3 (menos la sangre)

-Necromantia lingua (efecto): Niega la acción (hechizo, poder, efecto, invocación, etc.) que acaba de ser lanzada por el oponente, solo cancela la acción inmediata a este hechizo. No hace efecto sobre el episkey. Una vez que un hechizo a negar hace efecto lastimando físicamente al mago, y es aceptado, las heridas ocasionadas no serán revertidas. Este hechizo puede utilizarse tanto en el primer como en el segundo hechizo del rival, salvo que la situación del rol lo impida

Espero que haya quedado claro ^^ Saludines!

Se sentó delante de la barra, apoyando la cabeza entre ambas manos con gesto aburrido. Por lo visto los hombres habían decidido extinguirse, ya no había ningún buen macho que le pudiera dar un mínimo de placeer a una banshee. La mayoría estaban por el rollo de la fidelidad y todas esas patrañas.

- Beberé algo tranquilo… - musitó Amber al tiempo que le quitaba el polvo a un vaso que estaba sobre el mostrador - ¿Te sirvo algo?

- ¿Sabes preparar mojitos?

Amber se había metido detrás de la barra y estaba preparandose su bebida, hablándole de algo sobre Emma cuando se calló repentinamente. Prestando atención a lo que las rodeaba, Gatiux ni se movió, había alguien más en la Cueva de las Banshees. Ambas se aproximaron a la fuente del ruido y sacaron las varitas antes de abrir la puertecilla.

Dentro había un hombre sentado en el suelo apuntando en un cuaderno alguna anotación. Las miró sorprendido, al igual que ellas a él. La Malfoy cruzó los brazos por debajo de su busto mientras taconeaba impaciente con el pie derecho.

-Espero que para esto haya una explicación

Gatiux llevaba en su mano derecha un gran llavero de madera circular con una B estilizada grabada en él. La llave era pequeña a comparación, pero de este modo era imposible que se le perdiese. Cuando la puso dentro de la cerradura comprobó que no estaba echada. Había alguien dentro, pero la mansión llevaba un tiempo en desuso, por lo que tenía que ser una de las chicas.

Pasó dentro, se quitó los zapatos. Abriendo un armarito encontró unos tacones un poco más bajos de lo normal para estar más cómoda. Se deshizo de la ropa hasta quedarse en prenda interior, poniendose por encima un pequeño camisón semitransparente, dejanto a la vista las sensuales curvas de la banshee.

- Holaaaaaaa!? -gritó Gatiux para ver quien le respondía-

- Estoy aquíí -le respondió otra voz femenina-

La Malfoy dobló un par de pasillos hasta encontrarse con quien ya había llegado.

- Hola Animaga. ¿Cómo por aquí? ¿Hay algún invitado?

Al final no se había enterado del plan que pensaban realizar en la Sala de Prensa, por lo que se tenía que limitar a mirar desde el otro lado mientras los demás se desenvolvieran. No le gustaba ni una pizca aquello, y era por eso por lo que sus labios formaban una fina línea, tenía el ceño fruncido y cruzaba los brazos por debajo del pecho.

- No sé ni para qué vine... -se quejó-

Una voz en una esquina recóndita de su cabecita le respondió "porque es tu responsabilidad como miembro del Wizengamot", lo que le irritó aún más y empezó a patear con la puntera del pie a todo lo que encontraba, sobre todo pequeñas piedrecitas. Tras unos pocos minutos, una mujer le salió al paso, mirándola con una ceja levantada.

Gatiux se miró la ropa que traía puesta, luego le devolvió el gesto a la fémina. No iba mal vestida, aunque seguramente iba pensando que se debía de haber puesto aquella túnica que tanto tapaba, y no una minifalda vaquera y una camiseta amarilla que contrastaba con el purpúreo del cabello.

El guardapelo de Slytherin brilló en su cuello, desprendiendo una llama blanca que no quemaba, la banshee sonrió con suficiencia mientras la dejaban pasar. Había percibido las emociones de aversión hacia ella gracias a aquel colgante que le habían entregado cuando entró en el Wizengamot, y no había hecho nada por cambiarlo.

- Seguro que vienen todos de túnica... -murmuró la Malfoy mientras abría la puerta que daba a la Sala donde se celebraría aquel acontecimiento-

Efectivamente, casi todos los magos allí presentes iban vestidos de túnicas de distintos colores. A la mortífaga le encantaban las prendas muggles, y tenía muy claro que no iba a renunciar a vestirse con ellas. Sonrió a varias personas brevemente mientras se dirigía hacia una mesa con sillas donde sentarse, apartada un poco de todo y de todos, evitando los flashes y las preguntas.

No era un buen día, y sin embargo estaba en la obligación de dejarse ver por la mitad del Mundo Mágico.

Mistify se giró en el último momento, volviéndose hacia el palco, la banshee de ojos ambarinos la había llamado en medio del estruendo que les rodeaba, agudos chillidos de la gente que intentaba huir despavorida, bestias gruñendo furiosas y aquel enorme dragón que estaba medio descontrolado en el cielo. Avril debería poder mantenerla su mandato, tendría que verse de otra forma...

Lo que sucedió después fue visto como una película a cámara lenta. Otra mujer gritaba un "aqueora" para proteger a la muchacha que las había sacado del palco VIP. Entonces miró hacia arríba con gesto de espanto, vio venir la llamarada y giró medio cuerpo para cubrirse de ésta, que inevitablemente le impactó.

Sintió como el abrasador fuego le quemaba el brazo derecho y gran parte de su tronco, miró hacia abajo con los ojos llenos de lágrimas por culpa del dolor. La mayor parte del sueter negro que llevaba al inicio de la jornada había desaparecido, y su piel morena estaba en carne viva. Mordió el labio inferior para no gritar del dolor. De la nada había aparecido un hombre, Severus, que le hacía preguntas en su estado de shock acerca de una reserva de nosedonde...

- Yo... eeeh... -la banshee miro su herida y luego al hombre-

Antes de que tuviese tiempo de articular algo más, el hombre había sacado un frasco con un líquido espeso. Se suponía que debían de salir ilesos... ¿Porqué le dolía tan endemoniadamente la herida? Era como si su cuerpo no estuviese allí, sentía a punto de caer al vacío, como si no fuera dueña de éste. Sus ojos azufres se posaron en Severus, expresando incredulidad.

- Tranquila, esto calmara el dolor de tu herida y te sedará unos instantes, suficientes para llegar a San Mungo. -le decía él- La herida comenzará a cerrarse y evitará que se te pegue alguna infección.

Gatiux negó casi imperceptiblemente, lo que ella quería era su varita. ¿Dónde estaba? No se atrevía a dejar de morderse el labio porque temía que fuese a gritar de tal forma que dejase inconsciente a más gente de la que ya había allí. Por todos era sabido que algunos gritos banshees propiciaban la muerte.

De pronto las pocas fuerzas que le quedaban le abandonaron, su cuerpo se balanceó de un lado a otro, el Weasley estuvo rápido y puso un brazo por su espalda antes de que cayese de bruces contra el suelo. Cuando Gatiux volvió a abrir los ojos veía el cuello del chico, su pelo se balanceaba por el movimiento, estaban andando.

Y habían entrado en un sitio con techo blanco, lejos del dragón escupefuego. Uno de los mechones violetas de la Malfoy le caía por el rostro, dándole un aspecto realmente malo. Se había distraído un momento y estaba a punto de morirse. Tendría que hablar seriamente con el que tuvo la idea de secuestrar al Ministro de Magia.

-

drama drama *O*

El jersey oscuro de Gatiux estaba manchado del polvo que habían levantado algunas piedras al caer, y en la cara se había llevado un arañazo que casi la cruzaba, algo le había rozado tan rápido que no había tenido tiempo de verlo, se agarraba la mejilla con gesto contrariado mientras sus ojos amarillos se desplazaban a un lado y a otro con inseguridad.

Aparicio llamó a otro muchacho para que se encargase de protegerlas, el chico que atendía al nombre de Kris les pidió a Mistify y a ella que lo siguiesen, se habían cargado una pared que se mantenía en pie y luego otra mujer, Ariane, les pedía que las siguieran.

- ¡No podemos irnos así, debemos ayudar! -exclamó Gatiux- Si los dirigentes del Mundo Mágico no son capaces de ayudar a la gente, ¿quien lo hará?

Iban andando tras Selene, Gatiux agarró la mano de Mistify para tranquilizarla. A su padre no le pasaría nada, aparte de algún que otro rasguño de alguno de los mortífagos que quisiera aprovechar la coyuntura de que se tenía que dejar ganar.

La gente gritaba y corría como cucarachas de un lado a otro sin rumbo alguno. Un enorme dragon dirigido por alguien que estaba subido en él. Sabía que se trataba de Avril perfectamente camuflada, pero la enorme bestia le hizo detenerse en su descenso por las escaleras, miraba al cielo con los ojos muy abiertos y la boca entreabierta.

- Qué demo...

- Espero que no seas la única de la familia en asistir...

Los ojos ambarinos de Gatiux se deslizaron lentamente hacia donde provenía la voz que le había hablado. Se encontró con Angus Black que llegaba al palco y se sentaba cerca de ella pero sin mirarla realmente. Volvió a mirar hacia delante, atenta a nada de lo que sucedía.

- Si, mi padre es un poco escurridizo, ¿verdad? -contestó mientras sonreía- Yo también espero no ser la única. Esto es más divertido cuando hay gente con quien comentar las faltas...

La puerta volvió a abrirse, una cabellera rubia la cual reconoció al instante iba agarrada al brazo del Ministro. Le sonrió a su amiga, que pareció no advertirla, y se sentó junto al patriarca Malfoy sin saludar a los que ya habían llegado al palco VIP. Gatiux bajó la mano al tiempo que volvía mirar hacia delante.

Seguidos de ellos dos, llegó Nomak. Aquel individuo que parecía basar su existencia en beber ron hasta que caía redondo en cualquier taberna de mala muerte. Alzó una ceja y sonrió irónicamente, parecía que había hecho un hueco en su apretadísima agenda. Fue entonces cuando él se volvió y chasqueó los dedos en dirección a Gatiux, para llamarle la atención.

- ¡Camarera! ¡Camarera! ¡Aquí por favor! Sírvanos tres copas cuando pueda

- Tan poca clase como siempre, bufón. -siseó Gatiux mientras cruzaba los brazos debajo de su busto- ¿Te has quedado sin dinero y has venido a ver si podías beber aquí gratis?

Sonrió falsamente, sus ojos eran como los de un ave rapaz mirando a un insignificante bicho. A los pocos segundos dejó de prestarle atención, cada día era más maleducado. Pensar en cómo le movía el piso en el pasado hacía que la sangre de la banshee hirviera de pura rabia. Se mordió el labio con fuerza, miraba hacia delante ceñuda. Ojalá todo terminase pronto y pudiera perderlo de vista.

Gatiux iró su reloj de pulsera con gesto molesto. Últimamente se había deshecho de aquel sentimiento de culpabilidad por llegar tarde a todos sitios, era cansado llegar siempre la primera. Había llegado en buen momento a la subasta y consiguió un hermoso perro de tres cabezas. Se preguntaba cuando llegaría Avril o alguien del Ministerio a la Mansión Malfoy para entregárselo.

Cruzó los brazos sobre su abultado pecho, llevaba una camiseta negra bastante escotada aunque de manga larga. Y, en el cuello como siempre el colgante ambarino del Wizengamot, el guardapelo de Slytherin. Para el partido se había puesto unos jeans cómodos de pitillo y unas botines de tacon negro.

Avanzaba con paso seguro, unos tipos en la entrada hicieron una inclinación con la cabeza al verla, al final aquella Malfoy, Miembro del Wizengamot, se había dejado caer por allí, aunque por su gesto no sería la única que llegaba tarde. Gracias al colgante podía notar su nerviosismo, osea que estaría sola en el palco hasta que los demas se dignaran a aparecer.

- Esperamos que disfrute del partido Señorita Malfoy... -comentó uno de los guardias después de haber revisado la entrada VIP que sostenía-

Ella hizo un gesto de desagrado con los labios mientras le arrebataba la entrada de entre los dedos. No le había hecho gracia alguna llegar tarde y sin embargo ser la primera, aunque mejor, así no recaería sospecha alguna sobre ella. No tardó en atraer miradas sobre sí, su cabellera purpúrea no solía pasar desapercibida. Inclinó la cabeza en tantas ocasiones que perdió la cuenta, a la gente le encantaba codearse con gente importante y recibir la atención de éstos.

- Sanguijuelas... -pensó con acidez mientras ascendía por las escaleras-

Tomó asiento, efectivamente el palco estaba vacío. Pudo ver una carpa blanca abajo, donde había un puñado de médicos de San Mungo, después de todo el dinero que había dado para aquella Institución Mágica, más les valía hacer bien su trabajo. Sus ojos ambarinos se deslizaron hacia el graderío, donde había llegado unos pocos de magos. Quizás se le había adelantado el reloj y no era tan tarde como había creido.

- Espero queno se tarde la cosa esta, odio esperar. -murmuró la banshee jugando con uno de sus mechones recogidos en una larga cola de caballo-

Todavía no tenía muy claro cómo había llegado a sus manos aquella carta del Ministerio de Magia, sin embargo iba claramente dirigída a ella, Gatiux Malfoy, alguien había grabado su nombre allí con una caligrafía pulcra y ordenada. Apenas había gente, puesto que podía oir repicar los tacones de sus botines. Abrió la puerta para acceder al salón y se dirigió al tablón de madera para ver de qué se trataba todo aquello.

Concurso de Familias. Lo recordaba, recordaba haber corrido por todos los departamentos mientras hablaba con otros Malfoys, igual que recordaba las diferentes pruebas que le había hecho pasar un tipo disfrazado de Santa Claus. Instintivamente buscó su apellido sin fijarse en nada más, cuandolo encontró fue cuando miró todo lo demás.

- Terceros.. -susurró- Los últimos del podio

Mucha gente se habría dado con un canto en los dientes por quedar en esa posición, pero a Gatiux le había sentado como una patada en la boca del estómago, despues de tantos esfuerzos acumulados aquello no le sabía a nada. ¿Se estaban riendo de ella? Sus dientes habrían rechinado si no hubiesen estado tan apretados.

- Lo llego a saber y no vengo -murmuró mientras cruzaba los brazos por debajo del busto- Esto estaba amañado... Paso de estar aquí

Se dio media vuelta para dirigirse a la salida. Tirando la invitación recibida a la papelera sin arrugarla siquiera. No quería quedarse allí, no debía haberse molestado en salir de la Malfoy siquiera.

****

Off: Felicidades a todos los que participaron! ^^

xDD

Estuvieron algo difíciles las pruebas. Y no me ayudó nada ser Española (por tema de horarios) y que al día siguiente estuviera caido el foro toooodo el día, pero bueno, al menos se hizo lo que se pudo :3

11000 galeones! sugooooooi!! ~ *-*

*baila contenta*

Aunque no me salen las cuentas, tenía entendido que eramos 7 y por eso para la mayor parte de las pruebas teníamos que ser 4 (la mitad) . En realidad la mitad de 7 es 3,5, pero ninguno se ofreció a quedarse sin piernas xDDD

Igual es una buena cantidad de dinerou! :3

Ausencia porfa please!!!!! xD

Estoy bastante atareadilla con La Marca. Si tengo que encargarme de mas cosas, creo que acabaré tirandome de un puente :BBB

No, ni tanto, soy una exagerada. Pero si que necesito unos días hasta que terminen de salir unas cositas *ñ*

Gatiux miró su pequeño reloj de pulsera, se había retrasado en una cafetería muggle tomando un chocolate caliente mientras los demás Malfoys daban vueltas por el Ministerio. Pensaba que dandole un poco de ventaja a toda aquella gente, habría menos personas para cuando volviera. Odiaba los bullicios si no había sangre desparramándose.

Ahora iba en el ascensor, le había pedido indicaciones a Heitt mediante un pulso a través de la Marca Tenebrosa y su hija le habia contestado donde se encontraban. Departamento de Juegos y Deportes Mágicos, caminó con seguridad mientras se dirigía hacia ellos, los saludó como si no llevara fuera un buen rato haciendo el vago.

Avril le explicó brevemente lo que había que hacer, le tendió un pergamino, una pluma y tinta líquida. Gatiux se sentó sobre la mesa y se puso a escribir, le había rondado una idea loca y suponía que bastaría.

La quaffle asesina

 

Se dividirá el campo en cuatro secciones, dos secciones más anchas -una para cada equipo- y otras más pequeñas que será llamado "Campo Muerto". Los jugadores iran montados en escobas y sin pasar de la mitad de su campo, lanzaran la quaffle intentando derribar a un jugador del otro equipo. Si la bola toca al contrario se le considerará muerto e irá al Campo destinado para ello. Un jugador que este en el Campo Muerto se podrá salvar y volver normalmente con su equipo si desde ese lado (el extremo alejado) mata a alguien del equipo contrario, y sólo podra tocar la quaffle si cae en su parte del campo. Gana quien antes elimine a todos los jugadores del equipo contrario.

- Creo que está bien así -dijo Gatiux mientras cerraba el bote de tinta-

La mortífaga salió con la mano en los bolsillos de aquel lugar con total despreocupación.

Un grito la distrajo, Amber estaba parada en la puerta del salón con los ojos abiertos como platos. Respirando como una vieja histérica mientras llegaba Carlomagno por detrás, parandose con ella. Gatiux bufó y puso los ojos en blanco. Como si hubiera estado haciendo algo malo, cuando salió de la mansión, la banshee se levantó y se llevó una mano a la cabellera.

-Creo que voy a perseguir a la dramática esa y a atormentarla un ratito. -le dijo a su hermano sonriéndole maquiavélicamente-

Cogió el abrigo y salió de la Mansión Banshee con intención de perseguir a Animaga, seguramente no estarían muy lejos.

Las carcajadas de Gatiux se escucharon por todo el salón cuando Jocker hizo la sugerencia de que no quería masajes en la espalda si no en el pecho. Cuando se calmó le dirigió una mirada pícara a Jocker y puso las manos sobre los hombros de éste, haciendo que se tumbara despacio.

- Pues así destapado vas a coger más frío aún

Hizo aparecer un bote de crema de masajes y se echó en las manos, antes de ponerla en la piel del Black Lestrange se frotó las manos para que no fuese un contacto helado. Paseó las manos por los pectorales del mortífago mientras le sonreía.

-Yo creo que si te vas a resfriar, deberías guardar cama, no andar en pelotas por ahi.. -aconsejó Gatiux-

- Tengo una idea - siseó de pronto Jocker-

Hizo aparecer una cubitera con hielos, el muchacho agarró uno y comenzó a pasearlos por el cuello y la espalda de la banshee, posando instantáneamente sus labios para paliar el frío y así repitiendo el proceso una y otra vez. Gatiux se estremecía con los escalofríos en contacto con el hielo.

-Es muy buena idea, Jockito. -murmuró ella mientras giraba la cabeza-

De pronto se levantó del asiento, agarrando su larga melena purpúrea y echándosela hacia atrás, se volvió a sentar pero esta vez detrás de Jocker. Ahora era el turno de ella para dar masajes.

-Ahora es mi turno. Emmm pero así de tapadito no puedo hacer nada...

Cuando sintió los labios del Nigromante sobre su piel sonrió inevitablemente, no abrió los ojos siquiera.

-Vaya, Jockie, no sabía que se dieran así los masajes, pero no está tan mal esta modalidad.

Los besos iban subiendo por el cuello lentamente hasta casi llegar al hueco de la oreja. La banshee sonreía por las cosquillas que le estaba haciendo el Black Lestrange. No estaba mal que de vez en cuando atendieran a una como es debido, champagne y masajes, la vida debería ser así de simple (?)

- No me importaría que me dieras un masaje. Luego yo te lo devolvería -susurró la banshee- Sólo por matar el tiempo, así era antiguamente...

Dejó la copa en la mesita y fue hasta uno de los sillones, donde se sentó. Se apartó su larga melena purpúrea e hizo que los tirantes del vestido que llevaba resbalasen por sus hombros de manera sensual.

-Creo que tengo algo cargadas las cervicales y los hombros...

-Tal y como está el panorama hoy por hoy... -Gatiux chasqueó con fuerza la lengua- No sé, las niñas no tienen ese instinto de perversión tan desarollado en las antiguas banshees, y mira que me encantarían que lo tuvieran...

Agarró una de las copas de champagne que le servía Jocker y se lo agradeció sonriéndole mientras se la llevaba a los labios.

-¿Ofrecer? Si tienes suerte y te dejan unirte a la fiesta que tienen Animaga y Carlomagno.. -dijo mientras sonreía- Puedes esperar a alguna de las niñas si tienes tiempo libre.

La Mansión Banshee se había convertido en una especie de Casa de Citas para Animaga y Carlomagno. Sería que no habría sitios en Ottery para llevar a cabo sus idilios, suspiró cuando entró para adentro, más arriba se escuchaban voces, negó con la cabeza mientras se guardaba las llaves en un bolsillo.

En el salón principal se encontraba Jocker, vestido únicamente con una bata, y si llevaba algo debajo de ésta no se sabía. El chico miraba a un lado y a otro inspeccionando el lugar.

-Buenas Jockie. Hace unos días Frenger vino buscando fantasmas a ver si estabamos vivas o qué. ¿Vienes tú a comprobar lo mismo? -preguntó la Líder Banshee mientras se acercaba- El instinto de las niñas no es como el de antes, ahora son todas monjas, o demonios, o.... Bueno, ¿qué te trae por aquí?

-Sí, son una mera imitación que no supo mantenerse en pie, ya sabes, Hísië quería protagonismo. Bueno, el día menos pensado conquistaremos el territorio y lo anexaremos al nuestro.

Asintió con fuerza, como creyéndose sus palabras. Miró a Seamus y le acarició la oreja suavemente.

-¿Y tú que haces? ¿Con chicas, ovejas o caballos? Una nunca sabe lo que esperar...

xDDDD

Ains, pobres vaqueros, dejalos ser xDD

-Cualquier día le cerramos el chiringuito a los plagiadores esos...

Gatiux se sentó en una rodilla de Seamus y cruzó las piernas, intentando que no se viera nada por la minúscula minifalda de mamá noel. Le rodea los hombros con un brazo.

-¿A qué se debe tu presencia por aquí? ¿Te aburres en el exilio?

-

Un hombre y una oveja xDDDDDDDDDDDDDD

-Bitacora reporte de Banshees-Zombie Día 6 de Dicimbre- dije repitiendo en la gravadora.- Hoy me adentro a la cueva abandonada, viejos rumores cercanos al pueblo dicen que en este lugar, cosas extrañas suceden, Don Pascual, personaje extraño que atiende una taberna jura haber escuchado gritos de terror y placer desde este lugar, fuentes de información dicen que las banshees quizas se depilen, lo que causa esos ruidos.

 

El lugar parece decente, 1 o 2 toesas de longitud, calculo en la taberna, siento algo de miedo, los reportes dicen que ellas no son tan violentas como las antiguas Harpias (RIP) sin embargo ahi que estar preparados, por lo que llevo mi vara en alto, y una cebolla por si las cosas se ponen peligrosas.

 

xDDDDDDDDDDD

Ains, qué genio que eres Frengoso, sólo por eso...

-

Gatiux entró en la Cueva de las Banshees cuando aún era de madrugada, un tipo extraño estaba agachado en el suelo poniendo una grabadora por si escuchaba psicofonías o algo similar, la banshee se llevó una mano a la boca para no reirse. El tipo iba hablando solo en una especie de discurso que se había preparado en su casa para quedar bien cuando lo colgara en internet.

- Frenger, si quieres grabar ruidos interesantes te recomiendo que explores por las habitaciones, aquí no hay nadie -dijo Gatiux cuando él terminaba su monólogo-`Se te antoja algo de beber? Sírvete.. -señaló el minibar con vehemencia-

Pasó a la habitación principal y se sentó en uno de los sofás, había jurado que se escuchaban ruidos arriba, de cualquier manera no se iba a molestar en comprobarlo. Sería una fiesta privada.

-

Seamusiiiiin

Aquellos boletos habían llegado días antes a la Mansión Malfoy. ¿Qué día era? Miró el reloj, como si aquello le pudiera recordar cuándo se celebraría el evento. Por algún sitio tenía el boleto. Revolvió los cajones de su propio escritorio hasta que los encontró. Ya debería estar allí. Miró su propio atuendo, unos jeans vaqueros y un jersey blanco de cuello vuelto. Cuando se miró al espejo, decidió que aquel día no quería que la reconociese nadie.

Al instante su cabello, normalmente violetas cambiaron a un rubio platino, y los ojos en un particular azul verdoso, lejos del amarillo propio de la bruja. Incluso blanqueó su propia piel, normalmente morena. Ató el cabello en una larga cola de caballo y bajó hasta la chimenea, donde echando unos pocos polvos flú partió hacia el lugar.

Supo que había llegado cuando empezó a escuchar todo el bullicio proveniente del estadio, salió de la chimenea rápidamente para dejar paso a los demás magos que pudieran venir detrás, avanzando con decisión hacia la entrada. Un par de hombres le pidieron la entrada y ella se la tendió distraidamente. Le picaron el boleto y lo guardó en el bolsillo. Le habían dicho que tenía asiento presidencial, pero los había escuchado como quien oye llover. Se metió el boleto en el bolsillo, también las manos, que las guardó del frío.

Una vez adentro se sentó en una grada vacía, mirando hacia el campo mientras la brisa movía su cabello platino. Gatiux miró alrededor, había muchas caras conocidas, otras no tanto, más allá había un grupo de brujas que cantaban tan mal que parecían que estuvieran despellejando a un gato vivo. Pero ellas en su completa ignorancia se sonreían en medio de los desafinos.

-Lo que hay que escuchar.. -murmuró mientras miraba hacia el campo, aún vacío- Ojalá terminen pronto, o pienso denunciarlas por maltrato animal.

****** Al día siguiente ******

Abrió un ojo y miró en derredor, sólo podía ver el techo y que a su lado derecho yacía Orión Black tumbado, respiraba acompasadamente, todavía durmiendo. Abrió el otro ojo y puso las manos sobre su abdomen, por encima de las sábanas. La noche anterior se había producido algo más que un intercambio de besos entre el Nigromante y ella, sin duda lo había pasado fráncamente bien con él, pero ahora no se sentía todo lo bien que debería.

Durante el rato que había estado durmiendo, soñó con despedidas y desapariciones, con una pérdida que le hacía sentir pesarosa. Reconocía el rostro de Ánië Elendil, algo más que una compañera banshee, su amiga. El pequeño tatuaje celeste que tenía en el pecho izquierdo lucía apagado, sin vida, como si así demostrara su luto. Se había entremezclado con el color negro, una tonalidad extraña.

Recuperó las prendas de ropa interior que estaban tiradas por el suelo cuando se levantó de la cama, también el vestido rojo que ahora no consideraba adecuado. Seguramente el chico no entendería su brusco cambio de actitud, tampoco esperaba que lo hiciese. No le importaba que le sentara mal.

El color del pelo de la banshee comenzó a cambiar, se tiñó de negro, al igual que sus ojos en los que no se les distinguía la pupila, hubiera podido pasar por la hermana pequeña de Glenin Black. Se miró en un espejo casi con odio y luego cerró la puerta suavemente. No le importó andar semidesnuda por la Mansión ya que estaba casi vacía permanentemente. Al llegar a su habitación se puso un vestido de color chocolate de mangas largas y unos tacones que fueran a juego. Bajó a la cocina e hizo el desayuno, tostadas con mantequilla que solía desayunar cuando ella y Misty la acompañaban. Ahora ninguna de las dos se levantaría con el cabello revuelto y le robaría la tostada, una ya no estaba y la otra ya no vivía ni pasaba por allí.

- Hay nubarrones. Ésto me recuerda que algún día no muy lejano yo también desapareceré.. -musitó la banshee bajando la vista hacia la tostada- Ojalá sea pronto..

La melancolía se comenzaba a apoderar de Gatiux, no podía evitarlo, en el fondo era toda una sentimentalista.