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Gatiux

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Mensajes publicados por Gatiux

  1. Mazmorras, con Gyvraine.

     

    - ¿No dan tarjetas de cliente frecuente?

     

    - Sí, si juntas los suficientes puntos te damos a elegir entre una batidora y un exprimidor. -contestó Gatiux en tono jocoso- Aún te faltan unos cuantos, aunque estoy pensando en ofertar Grajeas de todos los Sabores.

     

    Comezó a examinarla de nuevo ahora que estaba consciente. El pulso, las pupilas y la respiración, tenía todo un aprobado menos el color de la lengua, que hizo que Gatiux arrugase la nariz. Después le señaló una bolsa de sangre que había traido la enfermera con anterioridad, algunos pacientes vampiros la rechazaban porque les gustaba tomarla cuando estaban en el cuerpo de humanos.

     

    - Te puedo ofrecer una bolsa de sangre. -se encogió de hombros- Te recomiendo que vayas a casa y descanses un rato y te alimentes bien. Volverás a sentirte bien. Por hoy no hay más pociones para la señorita Malfoy.

     

    Gatiux le tendió la hoja rosa de alta, firmada con un garabato estilizado. Debía hacerse con un sello para no tener que firmar aquellos papeles tan frecuentemente, así sólo tendría que estamparlo sobre las diferentes copias del papel. La sanadora le sonrió amable cuando Gyvraine cogió su alta.

     

    -Que tengas un buen día, Gyv

  2. Mazmorras, con Gyvraine

     

    La despedida de Zack le había pillado fuera de juego, no se esperaba que el vampiro la abrazase y le diera un beso en la mejilla, por lo que se sonrojó. Por suerte el mortífago ya había salido de la habitación y no la pudo ver. Gatiux hubiera querido vagabundear un rato más, pero justo cuando iba hacia los pasillos llegó otro cuerpo. Ayudó a la enfermera a ponerlo en una camilla y la metieron en el box que intentaba abandonar.

     

    Gatiux salió de la habitación y regresó con una poción de color amarillo y una bolsa de sangre que dejó apartadas mientras se hacía cargo de las heridas de la mortífaga murmurando las pertinentes curaciones. Revisó que no hubiera signos de que la hubiesen envenenado y con ayuda de la enfermera la incorporaron para hacerle tragar la poción que le devolvería a la vida.

     

    - Gyvraine, te llamo desde el mundo de los vivos, despiértate ya.

     

    Volvieron a poner su cabeza en la camilla, mientras hacía tiempo Gatiux intentaba arreglar los jirones a los que había quedado reducida su ropa sin demasiado éxito. Después de un rato hizo un mohín y desistió. Ahora sólo quedaba esperar a que la mortífaga reaccionase al efecto de la poción que le habían suministrado.

  3. Mazmorras, con Zack

     

     

    - De nada, es mi trabajo. -murmuró mientras Radamantys se iba-

     

    El otro mortífago había reaccionado por fin y se mostraba frenético por la falta de alimento, tanto que la enfermera pegó un pequeño salto cuando éste le quitó de una forma un tanto brusca la sangre que acababa de traer para el muchacho. Gatiux hizo un gesto de reprobación con su rostro, frunciendo el ceño mientra apretaba las mandíbulas.

     

    - Deberías ser más suave, Zack.

     

    Zack mejoraba a ojos vista, se podía apreciar su mejoría a cada segundo que pasaba. Gatiux se le acercó para examinar las pupilas del vampiro, primero el ojo izquierdo y luego el derecho. Cuando decidió que estaba bien, comenzó a escribir en su parte de alta, entregándole una copia. El mortífago parecía tan ansioso por irse como su compañero.

     

    -Ya puedes marcharte si lo deseas. -le dijo la banshee- Tened cuidado.

     

    Le dio la espalda y salió de la habitación, llevándose consigo la taza de café que había enfriado mientras realizaba las curaciones y resurrecciones de los cuerpos de los mortífagos. Suspiró resignada mientras se perdía por los pasillos.

  4. Mazmorras, con Zack y Radamantys

     

    Y mientras curaba a Radamantys, entró en la habitación una camilla con un paciente sobre ella. Gatiux examinó el cuerpo malherido de Zack, sin ningún signo vital que lo acompañase. Había llegado en el mismo estado que su compañero, bañado en sangre y con varias heridas abiertas. Cerró las mismas a golpe de varita mientras murmuraba los correspondientes “episkey's”.

     

    Después le suministró una poción de color ambarino que le traería la vida pasados un par de minutos. La enfermera le entregó las pociones que le había encargado para Radamantys mientras le tendía la carpeta del vampiro.

     

    - Trae una bolsa de sangre. Querrá tomar una cuando despierte.

     

    Se retiró para cumplir las órdenes de la Ángel Caído, que ahora centraba sus atenciones en Radamantys, que acababa de despertar y por fin estaba consciente. Le tendió las dos pociones, ayudándole a que se las tomase.

     

    - Se que estarás deseando marcharte, así que aquí tienes tu alta.

     

    Le tendía al mortífago un papel rosado, éste ya se estaba poniendo en pie listo para marcharse y emprender viaje, seguramente, rumbo a otra batalla. La sonrisa de Gatiux intentó ser de amabilidad, aunque únicamente le salió un gesto que apenas se le parecía. Estaba demasiado cansada a aquella hora.

  5. Mazmorras, con Radamantys

     

     

    No mucho tiempo después de que a la planta llegasen Blackimse y Pik, otro nuevo paciente hacía entrada en la misma. Le avisó de aquello una de las enfermeras, la cual le tendía también un café humeante en una taza blanca. Gatiux la sostuvo mientras caminaba con ella hacia el box y le echaba un vistazo a la carpeta que le enseñaba.

     

    - ¿Vivo o muerto?

     

    - Muerto, Subdirectora. -respondió la enfermera- Parece que ha llegado de la misma batalla que los dos anteriores.

     

    - Necesitaré una reabastecedora de sangre y otra herbovitalizante.

     

    La enfermera desapareció por otro camino distinto al de la Malfoy para cumplir con la petición de su jefa. Gatiux bebió un par de sorbos de café para dejarlo en una mesita cuando llegó a la habitación. El cuerpo inerte de Radamantys descansaba en una camilla.

     

    Primero fueron las heridas las que se cerraron, la sanadora apuntaba con la varita y murmuraba “episkey” cuando correspondía. La piel pronto estuvo en perfecto estado, aunque aún conservara las manchas de sangre reseca, después comenzó el proceso de resurrección, murmurando las palabras adecuadas mientras hacía florituras con la varita. Cuando terminó se dedicó a observar el cuerpo del mortífago.

     

    -Radamantys, ¿me escuchas?

  6. Mazmorras, tras la visita de Lacrimosa, con Blackimse y Pik.

     

    Gatiux le examinó las pupilas a Blackimse, no se había fijado en que las tenía bastante dilatadas hasta que la vampiro se quejó de aquella molestia, había estado pendiente en toda la sangre que perdía. Le apuntó a los ojos mientras murmuraba un par de episkeys. Blackimse parpadeó al igual que había hecho Pik unos instantes atrás.

     

    - No te voy a dar a nadie para que le saques la sangre, pequeña sanguijuela. -le regañó Gatiux, cuando la mortífaga le pedía a alguien para extraérsela- Y si te encuentras bien, sal a cazar a algún incauto que te sirva de almuerzo.

     

    Le tendió la hoja de alta a Blackimse e hizo lo mismo para Pik, que únicamente había sido herido en los ojos, teniendo más suerte que su compañera de bando. Le dio a la enfermera las carpetas junto un par de instrucciones susurradas de cómo debía colocarlas en su despacho, después miró a los mortífagos y les sonrió.

     

    - Aquí teneis vuestras altas. Sed más cuidadosos la próxima vez.

     

    Con unos movimientos de varita comenzó a ordenar la habitación mientras que ambos mortífagos abandonaban la habitación por su propio pie.

  7. Mazmorras, tras la visita de Lacrimosa, con Blackimse y Pik.

     

     

     

    La paz no duró demasiado, una enfermera la interceptó en el pasillo y le indicó que la que antes era sanadora, Blackimse, había llegado herida de una batalla, con una herida que sangraba bastante, y que la habían situado en el box más próximo que habían encontrado, el número 1.

     

    - Quiero que me prepares una reabastecedora de sangre. -le ordenó Gatiux- Y una toalla para que pueda ver la herida

     

    Eran eficaces cuando querían, ya que salió escopetada por el pasillo, mientras Gatiux se quedaba con la boca abierta por aquella rapidez. Tanta rapidez le daba mala espina, era como si supieran que varios mortífagos iban a llegar de un momento a otro. La banshee aceleró sus pasos por el temor de que aquello se hiciera realidad.

     

    Mientras se dirigía al box, otra enfermera la abordó. Otro mortífago había llegado al mismo box que la otra paciente. Estaba completamente ciego, pero por lo demás parecía encontrarse en perfectas condiciones. Cuando llegaron Gatiux se dirigió primero a Blackimse.

     

    - Ésto tiene mal aspecto, ¿eh?

     

    La sangre le manchaba la mano y la prenda que vestía, por lo que Gatiux apartó ambas y le puso sobre la herida la toalla, que se tiñó de rojo con rapidez. La Subdirectora de San Mungo la apartó para examinar la naturaleza de la misma, pero parecía corriente, ni rastro de veneno o maldiciones.

     

    - Episkey -murmuraba mientras apuntaba con la herida- Episkey

     

    La piel estuvo como nueva en un abrir y cerrar de ojos, aún con restos de sangre. La Ángel Caído la cubría con una manta mientras se limpiaba las manos de la sangre que había tocado. Una enfermera le tendía a Blackimse una poción para que se la tomase.

     

    -Bébetela y descansa durante un par de minutos.

     

    Después de aquella órden se concentró en Pik, le apuntó hacia los ojos y murmuró un par de “episkeys”. Cuando éste pudo ver nuevamente, parpadeó desconcertado un par de veces. Le sonrió con amabilidad mientras miraba por arriba si traía otras heridas.

     

    - ¿Tienes algo más de lo que deba hacerme cargo?

  8. Oficina de Subdirección – Mazmorras con Lacrimosa.

     

    - Mejor cuéntame, alguna buena explicación debes de tener para la baja en el movimiento de tu planta, ¿no es así?

     

    El Director sonreía, mirándola fíjamente a los ojos. Ella sostuvo la mirada, demostranqdo que era una competición en la que no pensaba perder. Una sonrisa divertida aleteó en los labios de la banshee mientras ésta pensaba su respuesta.

     

    - ¿El bajón de actividad de la planta? De un tiempo hasta ahora esos pequeños mequetrefes lo han comenzado a hacer en condiciones, cada vez menos heridos, cada vez menos muertos. -le decía Gatiux- Hasta han dejado de llegar de las cárceles. Ahora siguen llegando los pacientes, pero espaciados, por lo que se les puede atender rápidamente y sin más consecuencias.

     

    La mortífaga se echó hacia atrás en el asiento, apoyando la espalda en él y juntando las yemas de los dedos sin que las palmas llegaran a tocarse, aún le sostenía la mirada a Lacrimosa, y no la pensaba retirar.

     

    - Deberías estar contento, los mortífagos vuelven a remontar y todo eso. -hizo un mohín con los labios, fingiendo estar afectada- En cambio yo debería ser la apenada, menos trabajo menos remuneración al finalizar el mes.

     

    Abrió el primer cajón de su escritorio y sacó un pergamino en cuyo encabezado rezaba “Junio” y lo tendió para el lado del Director de San Mungo para que lo pudiera leer. En el mismo constaba los nombres de los pacientes que entraban y el estado en el que llegaban, heridos o muertos.

     

    - Si miras el pergamino observarás que no han sido pocos, aunque bien es cierto que han sido menos que en meses anteriores. -comentó- Por lo visto tienen un nuevo Ángel Caído con el que salir a jugar, y otros tantos ostentan nuevos rangos. ¿No te emociona que los pequeñuelos se hagan fuertes?

  9. Mazmorras

     

    Algo sacó a Gatiux del mar de tranquilidad en que se encontraba. De la planta superior comenzaron a oirse gritos y pisadas rápidas, como si la gente estuviera huyendo en estampida. Alertada, la banshee dejó su escritorio y corrió por los oscuros pasillos para ver qué ocurría. Dobló una esquina y al final se encontró con un mortífago que caminaba hacia ella con un cuerpo inerte entre los brazos.

     

    La Subdirectora de San Mungo abrió la boca, disgustada por el revuelo que había ocasionado por entrar así por la puerta principal del hospital, dispuesta a lanzarle una bronca monumental. La chica encima no era nadie conocida, por lo que seguramente no era mortífaga siquiera, debía de advertirle que no podría dar un paso más con aquel cuerpo, pero la sangre todavía le ardía de ver al mortífago causando aquel alboroto.

     

    - ¡Qué crees que estás haciendo! -rugió la mortífaga hecha una furia- ¿A dónde te crees que vas con ese cuerpo...?

     

    Pero Patrick la ignoraba, seguía adelante, y el cuerpo de la mujer que transportaba desapareció de entre sus brazos al cruzar el siguiente umbral. La zona de curaciones de las mazmorras estaban protegidas para que no pudieran entrar aquellos que no fueran mortífagos. El cuerpo de la chica iría directa a la planta quinta, donde se curaban la gente que no pertenecía al bando. Gatiux sonrió con suficiencia al ver cómo había funcionado aquel sortilegio.

     

    - ¿Se te aflojaron los tornillos? No puedes traer a alguien que no pertenezca al bando aquí. -le reprochó- Sin contar el alboroto que has armado ahí arriba, te da igual todo, pero luego aquí tendremos que arreglar los desastres que ocasionáis con esas bravuconadas.

  10. Lacri eres un genio!!!! un genio vago, pero genio al fin y al cabo!

     

    Muchas gracias está hermosísima :love: No tengo ninguna pega hacia la firma.

     

    Me pregunto cómo te podría recompensar (?) :perv: Pasa a mi despacho y lo negociamos...

     

     

     

    Esto no es spam, no me maten :ninja:

     

    *Huye rápidamente con su nueva firma*

  11. Hola! Vengo a mendigar D:

     

     

     

    Quisiera una firma con ésta imagen: http://i200.photobucket.com/albums/aa78/r_gatiux/she_calls_the_crows.jpg

     

    Del tamaño a gusto del firmero, pero que no sea demasiado grande para poder llevar los blinkies y eso. Que ponga mi nick, Gatiux.

     

    Me gustaría un avatar a juego, con el cuervo que está menos pegado a su cara, con una G.

     

    Y sha, lo demás lo dejo a gusto del que lo haga. Gracias por adelantado.

     

    *Deja galletas con trozos de chocolate*

  12. Mazmorras, tras la visita de Lacrimosa, con Gyvraine.

     

    - Si las pociones supieran bien estabais todo el día aquí dando la lata.

     

    Gyvraine se quejaba del sabor de las pociones, pero se las tomó, e iba mejorando a simple vista. Gatiux sacó una chocolatina del bolsillo y se la ofreció para que pudiese aliviar el mal sabor de boca que tenía en aquel momento. Le volvió a examinar el pulso y la dilatación de las pupilas.

     

    -Bueno, pareces estar tan bien como afirmas. -dijo Gatiux-

     

    Comenzó a escribir en la carpeta que le había dado la enfermera unos minutos atrás, con minuciosa pulcritud, el tratamiento recibido, de quien se trataba y finalmente que la declaraba en condiciones para abandonar el hospital. Arrancó una de las hojas firmadas, era una simple copia de papel fino rosa. El original se quedaba en San Mungo.

     

    - Su alta, señorita Malfoy -la sanadora le sonreía- Tenga un buen día.

     

    Se quedó ordenando la habitación con la enfermera mientras Gyvraine la abandonaba para ir a los ascensores y salir de allí. Debían de lavar y esterilizar los envases para poder poner nuevamente pociones dentro.

  13. Mazmorras, con Lacrimosa.

     

     

    - Vamos a su oficina, subdirectora?

     

    - Si hace el favor de seguirme, director... -respondió Gatiux en el mismo tono en el que se había dirigido Lacrimosa a ella- Por aquí.

     

    Gatiux comenzó a caminar delante del mortífago, iba por el pasillo con paso seguro, con los altos tacones resonando a cada paso que daba. Cuando llegaron al final del pasillo, una única puerta los esperaba. Era de madera roja sin más adornos que un pomo dorado. La banshee lo giró y entró dentro, sosteniendo la puerta para que su acompañante entrase. Cerró tras de ambos.

     

    La habitación estaba bien iluminada pese a que estaba en un lugar apartado de las mazmorras, tenía un escritorio de roble presidiendo la estancia, con dos sillas frente al mismo, unas cuantas estanterías todas llenas de carpetas donde almacenaban las fichas de los pacientes que llegaban. La chimenea se reducía a cenizas grises, del mismo color que el sillón en el que solía dormir la Malfoy cuando tenía que hacer guardias.

     

    - Si tomas asiento... -le ofreció una de las sillas frente al escritorio mientras que ella se sentaba enfrente- Tú dirás.

     

    La mortífaga cruzó ambas manos y después apoyó el mentón en las mismas, en aquel momento el Director tenía toda su atención, los ojos azufres y felinos de ella se hallaban fijos en los ambarinos del otro Malfoy. Esperó a que él empezase el tema de conversación que le traía hasta allí.

     

     

     

    ****

     

     

    Mazmorras, tras la visita de Lacrimosa, con Gyvraine.

     

     

    Después de que el Director de San Mungo visitara las mazmorras, Gatiux salió de su propio despacho para patrullar los pasillos. Justo cuando comenzaba aquella tarea una sanadora acudió junto a ella, siempre sabían el lugar exacto donde se encontraba, como perros sabuesos que pudieran rastrearla.

     

    Una paciente acababa de llegar, por lo que sin decir nada, la Ángel Caído asintió mientras se dejaba guiar y leía la ficha que le entregaba la enfermera, era bastante inconclusa, pero parecía que la mortífaga estaba viva y consciente, lo que facilitaría la tarea si no había que revivirla.

     

    - Hola Gyv. -saludó Gatiux cuando llegó al box- ¿Qué es lo que me traes?

     

    Hizo la pregunta al aire, sin esperar a que le respondiera, dedicándose a examinar las heridas que traía, curándolas a golpes de episkey, le agarró la muñeca para comprobar el pulso, era lento por la pérdida de sangre. La enfermera le pasó una poción reabastecedora de sangre y una herbovitalizante a la Malfoy, que se las tendía a Gyvraine.

     

    -Ahora tienes que beber ésto.

     

    La ayudó a recostarse en la camilla y a beber ambas pociones. La observaba aténtamente mientras dejaba que pasaran los minutos antes de que hicieran efecto. El pulso volvía a ser estable nuevamente transcurridos 5 minutos.

     

    - ¿Cómo te encuentras?

  14. Mazmorras.

     

     

    Después de que Zack se fuese a atender a un paciente, Gatiux se quedó dormida en una postura tan poco natural como incómoda, pero no parecía molestarla en absoluto, ya que comenzó a babear tan pronto se durmió, e incluso una de las enfermeras le puso una fina manta por encima para que no pasara frío, ya que no llevaba su bata de sanadora, sólo aquel escueto vestido negro.

     

    Despertó pasadas unas tres horas, completamente recuperada, y sonrió al ver que alguien le había tapado, por lo que dobló la manta y la dejó a los pies de la camilla mientras iba a los vestuarios a darse una ducha y a cambiarse el vestido. Cambió vestido negro por uno en tono melocotón que resaltaba su piel morena, ceñido a la cintura pegado de arriba y suelto de abajo. La larga cabellera violeta la recogió en una cola de caballo y se dirigió hacia su despacho.

     

    Mientras caminaba, con unos tacones altos a juego con su vestido, se cruzó con una enfermera que parecía que acabase de ver a un fantasma, pero que no le pidió ayuda, por lo que Gatiux se encogió de hombros y siguió caminando hasta encontrarse a un hombre alto de espaldas que caminaba por el pasillo con muchísima tranquilidad. Era imposible que alguien se extraviase hasta allí, había que dar vueltas y dejar atrás los boxes donde curaban a los pacientes.

     

    - Me pregunto qué haces aquí, Lacrimosa. -dijo Gatiux cuando al fín alcanzó el paso del director- Es un lugar un tanto extraño para pasear. Demasiado lúgubre.

     

    La Ángel Caído le sonrió burlona al tiempo que se adelantaba y le cortaba el paso, quedando enfrente de él. Los pasos del Director de San Mungo se detuvieron y miró a la mortífaga que tenía frente a él. Ella tenía las manos tras la espalda, y los ojos de color azufre observaban a Lacrimosa con atención, sin embargo mantenía un gesto divertido en el rostro.

     

    - Cuéntame ¿Qué te trae por aquí? -hizo un gesto de fingida inocencia- ¿Vienes a regañarme por algo?

  15. Mazmorras

     

     

    - Deberías... Atenderme en mejor estado.

     

    - ¿Crees que lo mereces? -Gatiux le sonrió en tono de broma- No es mi culpa que me llamaran de madrugada para atender a 3 mortífagos. Interrumpieron mi momento borrachera en casa. A tí he llegado medio bien, así que has tenido suerte.

     

    Cuando Zack dejó de estar tendido, Gatiux ocupó un trozo de camilla, sentándose en ella y apoyándose en la pared que tenía detrás. Del bolsillo sacó un par de pastillas de vitamina B12 y se las puso bajo la lengua. Pronto pasaría el efecto de la borrachera, debía estar presentable para cuando llegaran los demás.

     

    - No me voy a ir cuando sé que van a venir varios pacientes.

     

    Comenzó a peinarse el pelo con las manos y luego lo recogió en una larga trenza que le caía por el hombro derecho. Apoyó la cabeza sobre el hombro de Zack, se sentía algo cansada, había llegado de madrugada, borracha, y ahora el no dormir le comenzaba a pasar factura, sus fuerzas la estaban abandonando.

     

    - Me alegro de que estés aquí...

  16. Mazmorras, con Zack

     

    - Me causas muchos problemas, vampirito.

     

    Salió de la habitación, dejando al cuidado de Zack a la enfermera, cuando regresó al par de minutos traía una bolsa de sangre entre sus manos, el muchacho estaba despierto pero no parecía tener muchas ganas de levantarse. Gatiux suspiró, se sentó a su lado mientras le tendía el almuerzo al Black.

     

    - No te la has ganado, debería dejarte suplicar por una gotita de sangre-.

     

    Gatiux sonrió con malicia mientras hacía que la enfermera rellenase el formulario, ella sólo tuvo que estampar la firma, la cual estaba un poco torcida producto de el alcohol que seguía corriendo por su cuerpo, sin embargo había algo que tenía que hacer.

     

    - Zack, por lo visto van a venir varias personas del lugar del que acabas de salir. -comenzó a decir la banshee- Necesito que te quedes en la planta y me ayudes con los que vengan, ¿lo harás?

     

    Mientras acababa de decir todo aquello le tenía el alta a su compañero de planta. Una planta tan activa como aquella no debería tener sólo dos personas trabajando, pero debían de conformarse con aquello. Esperaba que llegasen poco a poco y no en tropel como sucedían otras veces.

  17. Mazmorras, con Zack

     

     

     

    - ¿Se encuentra mejor, sanadora?

     

    - Sigo algo borracha si es lo que me estás preguntando. Pero menos que antes. -dijo Gatiux mientras ordenaba inútilmente las altas que había dado- No pienso tomarme nada para que se me pase, así que ahórratelo.

     

    Por alguna razón parecía nerviosa por molestarla. Lo que fuera era importante, por lo que Gatiux se volvió para prestarle atención. La enfermera miró hacia el suelo antes de enfrentar a los grandes ojos azufres de su jefa.

     

    - Ha habido un intercambio de prisioneros por ambas partes, es un número bastante elevado...

     

    - Mi***a -Gatiux masculló varias maldiciones- Necesitaré varias manos. ¿Dónde está Zack?

     

    -Ha sido el primero en llegar... de la prisión.

     

    La banshee puso los ojos en blanco, debería haberlo imaginado, por lo que siguió a la enfermera hasta la habitación donde se encontraba el vampiro. Cuando entraron el muchacho estaba sobre una camilla, con la quietud que daba el estar muerto.

     

    - Tráeme una poción para revivirlo, no estoy en condiciones para recitar nada.

     

    La enfermera volvió con una poción de color amarillo que parecía pis. Entre las dos le abrieron la boca e hicieron que se la tomase. Gatiux movió al Black como si fuese un recipiente para que le hiciese efecto más rápido, pero lo único que pasó fue que la enfermera que la acompañaba frunciera el ceño.

     

    - ¿Qué? Tenía que intentarlo... Ve y prepara pociones reabastecedoras de sangre y herbovitalizantes en abundancia. -indicó Gatiux, cuya cabeza cada vez estaba más lúcida, aunque seguía apestando a alcohol- Si llegan muchos a la vez pon a dos por box, y en habitaciones contiguas. No quiero estar recorriendo el hospital. Y tú -zarandeó a Zack- Despiértate.

  18. Mazmorras, con Martín

     

    - ¿Sigue en problemas?

     

    Gatiux miró hacia el rincón donde le estaba diciendo Martín, sobresaltada porque hasta aquel momento no se había dado cuenta de que habían metido a tres personas en el box y no a dos, lo conocía bien, era Radamantys, el cual se encontraba siendo atendido por Aleera en aquellos momentos, la muchacha había entrado silenciosa como una sombra o la banshee estaba demasiado borracha como para notarlo.

     

    - ¿Dadamantyz? Essstá en buenas manoss...

     

    Dejó que el muchacho se acostumbrara a la luz de la habitación. Después la volvió a mirar, ella le regalaba una media sonrisa mientras se apoyaba en la camilla del mortífago. El tirante del vestido volvió a caer por su brazo, dejando ver la prenda interior que llevaba debajo, aunque la Malfoy no se percató de ello.

     

    - Y... ¿bebes whiskey escocés? Deberías obsequiarnos un poco.

     

    - A éste no le regalo ni agua, que siempre que nos visita sale corriendo como si fueramos la peste. -le dirigió a Patrick una mirada de desdén, el mortífago estaba acomodando sus ropas para marcharse- Pero te puedo regalar una botella si vienes a visitarme a la Mansión Malfoy.

     

    Ahora miraba fíjamente a Martín, con aquellos ojos amarillos felinos que la caracterizaban. Le guiño un ojo y después rió por el comentario mientras escribía algo en la ficha. Le entregó el alta al mortífago mientras lo estudiaba de arriba a abajo, sin un ápice de disimulo.

     

    - Aquí tienes tu alta. Vuelve cuando quierasss..

  19. Mazmorras, con Patrick

     

    - Dú padeces essstar bien. -le dijo Gatiux, que le fruncía el ceño- Lárgate.

     

    Le firmó la hoja de alta, le irritaba ver a Patrick allí, demasiado a menudo para su gusto. Siempre tan hosco, nunca decía nada a nadie y se marchaba tan rápido como podía, siempre con pies ligeros para otra batalla. Hubiera estado bien que le agradeciera su presteza, ya que había acudido al hospital cuando tenía una fiesta privada con una botella de alcohol.

     

    - Todos los hombresss soiss igualessss... -decía mientras lo señalaba- La visita de la suegra, como si fueramos apesssstados. Ten cuidado con los apessstadosss, no sea que te claven un puñal una de las veces que vengasss.

     

    Le tendía una copia que había firmado con un garabato, tan distinto a la letra pulcra que escribía cuando se encontraba en estado de sobriedad. El cuerpo de la banshee se balanceaba de derecha a izquierda sin órden ni concierto.

     

    - De dada, pod ciedto...

  20. Mazmorras, con Martín y Patrick

     

     

    Cuando por fín había logrado irse a su casa, y creía que las mazmorras le daban un respiro, le volvían a necesitar allí dentro. Lo peor de todo es que se había estado emborrachando con whiskey de fuego y había aparecido allí en un estado avanzado de ebriedad. El ser la Subdirectora de San Mungo y la Jefa de Planta de las mazmorras le daba la ventaja de no tener que tomar el ascensor.

     

    - No... ssssaben ha'ce nada sin mi.

     

    Gatiux tenía la larga cabellera violeta revuelta, el vestido negro con las tiras debajo de los hombros y mal colocado en las piernas, y todo le daba vueltas. Se apoyó contra una baldosa negra mientras intentaba que el pasillo dejase de bailar bajo sus pies desnudos. Se preguntó dónde habría dejado los zapatos, mirandose los dedos con incredulidad.

     

    - Sanadora Malfoy, dos pacientes en el box 3. -se detuvo a mirar a la banshee que estaba jadeante y con una sonrisa tonta en el rostro- ¿Está borracha?

     

    - Du... No eres nadie para juzgarme... yyy.. como te pases un poquito te despido. -le apuntaba con un dedo tambaleante- Y yo... me encuentro pebectamende.. Dime donde están y déjame.

     

    - En el box 4, aunque debería tomar b12 antes de ir así...

     

    La banshee hizo caso omiso, ni siquiera escuchó el consejo que le daba, si no que le hizo un gesto con la mano para que se fuera. Al llegar al lugar indicado se encontró con dos mortífagos que parecían estar bien, aunque tenían algo raro. Se situó frente a el primero, le habían oido llegar, pero hizo como si quisiera meterle un puñetazo pero no se movio del sitio.

     

    - ¿Do veiz dada?

     

    Llevaba la varita en alto, como si hubiera querido defenderse en el pasillo de alguien, por lo que la encontró extraña en su mano. Le apuntó a los ojos mientras susurraba un par de episkeys a los ojos de Martín, que parpadeó algo confundido al verla alli.... en aquel estado, luego repitió el proceso con Patrick.

     

    - ¿Traei algo ma'z? ¿Quedei' pocionezz?

  21. Mazmorras, con Bridget

     

    - Sí, te escucho -murmuró hacia la paciente-. Gracias

     

    La paciente se volvía a incorporar sobre la camilla, aunque aún parecía algo tambaleante. Gatiux le indicó que esperase un momento y fue a buscar el par de pociones que le había dejado la enfermera antes de que acudiese al box.

     

    - Te las tienes que tomar. -le indicaba la Malfoy- Aunque saben un poco mal.

     

    Le tendió primero una de color rojo en un frasco de cristal, Bridget bebió obedientemente. Dejó un par de segundos de descanso antes de tenderle la otra poción, ésta tenía un color verde brillante y le daría fuerzas para salir de la institución mágica como nueva. Cuando la mujer terminó de beberla le quitó los frascos y le examinó las constantes vitales antes de darle su aprobación.

     

    - Te encuentras como un roble. -indicó Gatiux- Voy a darte el alta.

     

    Rellenó la ficha, poniendo los datos de la mujer, el estado en que se encontraba antes de entrar al hospital, y el tratamiento recibido. Después lo firmó y le tendió una copia a Bridget mientras le sonreía con amabilidad.

     

    - Aquí tienes. Ten un buen día.

  22. ¡Mortífago!

     

    ¿Te gusta el hedor a sangre y a muerte? ¿Te encantaría tener un trabajo dinámico, en constante movimiento y plagado de acción? ¿Estás aburrido de hacer papeleo burocrático y necesitas un cambio en tu puesto de trabajo? ¡San Mungo es tu lugar!

     

    Si eres activo, y te gusta ayudar a tu bando, ahora tienes la oportunidad de ser Sanador en las Mazmorras de San Mungo. Tu función será muy sencilla: atender a los mortífagos que lleguen heridos o muertos en batalla y ayudarlos o devolverles a la vida.

     

    Una jugosa cantidad de galeones para tu bóveda te están esperando, ¡postúlate a las mazmorras y conviértete en ése héroe que necesitan tus compañeros!

     

    Para ello, sólo necesitas conocer Primeros Auxilios, Pociones ó Herbología. Con uno de ellos es suficiente.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    http://i200.photobucket.com/albums/aa78/r_gatiux/uncle2Bsam2Bwants2Byou2B1.jpg

     

    Mazmorras wants you!

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  23. Mazmorras, con Bridget

     

     

    - Sanadora Gatiux, hay un paciente sin vida en el box 3

     

    La Malfoy contempló los pergaminos que estaba revisando durante unos instantes más. Cuando terminó los apiló con un par de golpes contra la mesa, puso un pisapapeles encima y dejó su despacho, caminando tranquila hacia el box que le había indicado la enfermera, en el cual le había dejado las pociones necesarias ya que había hecho un reconocimiento previo.

     

    - Bien, empecemos...

     

    Comenzó curando las heridas del cuerpo de la mortífaga, restaurando la piel a su estado anterior. Cuando examinó sus manos encontró la muñeca fracturada, la cual también arregló a golpe de varita. Al acabar de arreglar su cuerpo, el proceso de resurrección fue sencillo, murmuraba las palabras adecuadas para todo aquello. Tocó el cuello de la paciente, las constantes vitales acababan de volver a ella.

     

    - ¿Me escuchas? -preguntó Gatiux- Despierta...

  24. Mazmorras, alta a Mónica

     

    Mientras seguía los pasos de una enfermera que iba delante de ella llevando un carrito lleno de pociones, encontraron por los pasillos a Mónica, derrumbada contra una de las paredes de fría piedra gris. Gatiux le cogió con una mano por las mejillas y le examinó los ojos, desenfocados, y después le olió el aliento.

     

    - Almendras... -murmuró Gatiux para sí- Enfermera, necesito un antídoto para pociones. Esta mujer ha tomado una que estaba alterada.

     

    Mientras que la otra mujer volvía, la Malfoy examinó el cuerpo de Mónica, que contenía algunas heridas superficiales que sanó con un episkey. La mujer de bata blanca volvió enseguida, y ayudó a la banshee a hacer tomar la poción neutra a la paciente. Trajo consigo una hervobitalizante también. Gatiux le sonrió agradecida, ya que se le había pasado por completo pedirselo.

     

    Instantáneamente la Ángel Caído reaccionó, posando los ojos en los ambarinos de la otra mortífaga, parpadeando levemente confundida por la rápida mejoría que estaba sintiendo. La mujer de cabellos violetas le sonrió con dulzura mientras la ayudaba a ponerse de pie.

     

    - Habías tomado una poción alterada, sucede en el 0,01% de los casos. -decía- Has tenido mala suerte y te ha tocado a tí. Intentabas marcharte del hospital sin que todas tus heridas estuvieran sanadas. Pero ya estás bien... Así que puedes irte si te encuentras en condiciones.

  25. Mazmorras, alta de Aleera

     

     

    Pasados el par de minutos, Gatiux fue nuevamente hasta Aleera. Aquella pomada olía a rayos pero era muy efectiva. La paciente debería darse una buena ducha después de todo aquello. La sanadora la quitó con cuidado y después ayudó a su sobrina a vestirse nuevamente. Le sonrió con amabilidad.

     

    - Pareces cansada. -fue hasta donde guardaban las pociones- Bébete la herbovitalizante.

     

    Agarró la carpeta con la ficha de Aleera que le tendía una de las enfermeras que revoloteaban por el box donde se encontraban. Rellenó los datos de la Malfoy, y los remedios aplicados, después le firmó el alta asegurándose de darle una copia.

     

    -Aquí tienes tu alta, deberías ir a casa y descansar. -olisqueó el aire a su lado - Después de una buena ducha, claro.

     

    Se despidió de su sobrina con un beso en la mejilla para después seguir a una enfermera que insistía en que debía acompañarla.

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