Cissy Macnair

ID: 122663 Nick : Cissy Macnair Link a la Boveda Trastero: #75080 Link a la Boveda de la cual se descontara: #119750 Fecha: 21/10/2024 Link a la Compra: Ver pedido Producto: Libro del Aprendiz de Brujo Puntos: 0 P Precio: 1000 G Total de puntos: 0 P Total de galeones: 1000 G

ID: 122663 Nick : Cissy Macnair Link a la Boveda Trastero: #75080 Link a la Boveda de la cual se descontara: #119750 Fecha: 08/10/2024 Link a la Compra: Ver pedido Producto: Mapa del Merodeador Puntos: 20 P Precio: 1000 G Total de puntos: 20 P Total de galeones: 1000 G

Eran las once de la mañana. ¿Y a qué hora debía Ada firmar los papeles para asumir como Ministra? ¿11:15? No lo recordaba. Sabía que estaba en la lechuza que me habían enviado a mi casa, el horario había cambiado por una reunión previa que iban a tener algunos miembros del Wizengamot con el Departamento de Cooperación Mágica Internacional, departamento que Ada dejaba como directora, para asumir como nuestra líder política. La cosa era que yo había avisado que no iba a poder estar en la reunión con el Departamento, pero sí tenía que estar presente en la firma de los papeles ministeriales que le cedían el poder del Ministerio a Ada. Así que me apresuré a tomar el ascensor. La gente que se agolpaba frente a las puertas, tan apresuradas como yo a sus labores, me dejaron pasar, encantados con que alguien más tomara su lugar. ¿Qué demonios? Mis manos tocaron el borde métalico para evitar que las puertas mágicas se cerraran y, mis ojos de un profundo color esmeralda, chocaron con los de la bruja italiana que se encontraba ya en el interior del transporte inter departamental. ¿Por qué mi suerte de aquel día era tan mala que tenía que verle la cara a Lucrezia tan temprano? Por poco golpee a su elfo al entrar al mal.dito ascensor, ya que la falta de la rubia ocupaba todo el mal.dito espacio que había allí adentro. Estaba por tocar el botón correspondiente para ir a los Tribunales, cuando el elfo de ella se movió, rápido como una ráfaga de aire, y pulsó el del Departamento de Misterios. Elevé una ceja extrañada, pero no dije absolutamente nada. Yo no sería la primera en romper ese tenso silencio entre dos candidatas ministeriales que habían perdido frente a una Dumbledore. Cuando el ascensor por fin se detuvo, luego de unos tortuosos minutos, dejé que Di Médici bajara primero. Era más intriga que cortesía y, al llegar a la recepción de los tribunales, me pude sacar la duda de a quién buscaba. Casi solté una carcajada. -Buenos días, Margarita- la saludé, moviendo la cabeza en un ligero asentimiento. Probablemente ella no recordara que hacía dos semanas atrás se había encontrado conmigo en circunstancias poco agradables. Le había tenido que borrar la memoria por ello. -Buenos días, señora Macnair. Los miembros ya están reunidos en la Sala del Tribunal- me indicó, con una sonrisa que no llegó a sus ojos al tener que enfrentarse a los mandatos de Lucrezia. Dejé que la pobre muggle de la recepción la entretuviera un rato, mientras excusaba a Aaron por encontrarse reunido con el resto del Wizengamot, esperando por Ada para que firmara su ascenso al poder. Me coloqué la túnica especial que todos llevábamos y me senté en mi lugar, esperando a que arribaran @ Sagitas E. Potter Blue y @ Aaron Black Yaxley . La primera llegó unos minutos después que yo, no tarde, pero tampoco con mucho tiempo para entretenerse. En cambio, Aaron, no estaba todavía por allí. Esperaba que Lucrezia no lo entretuviera en la entrada, o tendríamos que disculparnos con @ Ada Camille Dumbledore por el retraso para su toma del mando. A pocos metros de dónde yo estaba, mi hermano Marcus me dedicó una sonrisa divertida y un guiño. ¿Qué demonios hacía él allí?

ID: 122663 Nick : Cissy Macnair Link a la Boveda Trastero: #75080 Link a la Boveda de la cual se descontara: #119750 Fecha: 07/10/2024 Link a la Compra: Ver pedido Producto: Omniculares Puntos: 10 P Precio: 500 G Producto: Libro del Aprendiz de Brujo Puntos: 0 P Precio: 1000 G Total de puntos: 10 P Total de galeones: 1500 G

Hola Modes, vengo a actualizar mis datos. -> Padres Sanguíneos: Iliria de Epiro -> Historia: Nacida en Esparta, en el seno de una familia noble, Cissy fue criada bajo los ideales espartanos de fortaleza, disciplina, y preparación tanto para la política como para la guerra. A diferencia de muchas culturas donde las mujeres tenían un papel más limitado, en Esparta, las mujeres tenían un rol activo en la sociedad, especialmente en temas de defensa y liderazgo. Cissy fue entrenada desde joven para ser una líder, tanto en la guerra como en el juego político. A los 14 años, su vida dio un giro drástico cuando fue prometida al Oráculo de Delfos. Sus dotes de videncia la marcaron como especial entre sus pares, y su destino parecía sellado como una figura espiritual clave para su ciudad. Sin embargo, esta prominencia la hizo también vulnerable, ya que enemigos de Esparta la veían como un blanco estratégico. A pesar de esto, su vida en el Oráculo se interrumpió cuando, en el año 333 a.C., estalló la batalla de Megalópolis entre Esparta y el Reino de Macedonia. Cissy se encontraba en el templo durante el asedio, un evento que cambiaría su vida para siempre. En medio del caos y la muerte que azotó Megalópolis, Cissy fue arrancada de su mundo con brutalidad. Mientras las llamas consumían la ciudad y el eco de los gritos resonaba en cada rincón, un soldado macedonio la capturó. El hombre, endurecido por años de guerra, veía en ella no solo una prisionera, sino un trofeo. Era mucho mayor que ella, casi el doble de su edad, y no mostró piedad en su trato. El tiempo que pasó bajo su control fue una sombra en la memoria de Cissy, una cicatriz emocional que no borraría fácilmente. La utilizó como un medio para satisfacer sus propios deseos, manipulando su juventud y vulnerabilidad. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, Cissy se negó a quebrarse. A pesar del horror que la rodeaba y el dominio que él ejercía sobre ella, supo que no podía permitir que esa experiencia la definiera. El fuego que había sido alimentado en su interior desde su educación en Esparta la mantenía firme, a la espera del momento en que podría escapar de su opresor y tomar el control de su destino. Fruto de esa amarga experiencia, Cissy quedó embarazada. El niño, al que llamó Marius, fue una mezcla dolorosa de su pasado y su lucha por seguir adelante. Marius apenas tenía un año y medio cuando, nuevamente, la brutalidad de su "esposo" la llevó al borde de la muerte. La separación forzada de su hijo, a quien había amado con una intensidad que jamás había imaginado, la dejó hecha trizas. La soledad y la desesperación la envolvían como un manto pesado, y fue en ese estado de desolación que la dieron por muerta, abandonándola a su trágico destino. En su momento más oscuro, cuando se encontraba a merced de la muerte, un misterioso guerrero emergió de las sombras y le salvó la vida por razones que ella nunca comprendió del todo en ese momento. Este mismo soldado, que resultó ser un vampiro, la transformó, condenándola a una inmortalidad que, en un principio, Cissy aceptó como una nueva forma de poder y libertad. Sin embargo, con el paso de los siglos, la relación con su Sire se fue deteriorando. A medida que vivían juntos a lo largo de diversas épocas, Cissy comenzó a resentir las órdenes que le imponía, sintiéndose atrapada en una relación de dependencia que la sofocaba. Hacia el año 300 d.C., cuando ya había comenzado a separarse emocionalmente de su Sire, se involucró con una sociedad secreta de vampiros conocida como El Círculo. Esta secta festejaba su inmortalidad con arrogancia, despreciando las precauciones que muchos otros vampiros tomaban para evitar llamar la atención de los humanos. Las consecuencias de esta imprudencia fueron devastadoras: las actividades de El Círculo atrajeron la ira de la Iglesia Católica, desatando una caza indiscriminada contra los vampiros. Esto fue un punto de inflexión para Cissy. Desilusionada por la imprudencia de sus iguales y cansada de vivir bajo las órdenes de otros, Cissy se apartó del caos que El Círculo había provocado y comenzó a buscar una forma de mantener a los suyos a salvo. Separada completamente de su Sire, Cissy había creado su propio linaje vampírico, convirtiendo a un noble inglés llamado Aidan Howard. Hacia el año 1200, Cissy y Aidan conocieron a Ambrose Velkan, un vampiro inglés con el que compartirían una visión común: proteger a los vampiros de la extinción a manos de los humanos. Junto con él, fundaron la Hermandad de la Rosa Negra, una orden secreta que tenía como objetivo mantener la naturaleza de los vampiros oculta. Esta hermandad fue crucial para su supervivencia, forjando alianzas entre los clanes y familias de vampiros más poderosos del mundo. Fue en este periodo cuando Cissy demostró su habilidad para la política y la estrategia, consolidando su posición como una líder dentro de la Hermandad. A pesar de su naturaleza como vampira, Cissy también tenía dones de bruja, aunque durante muchos siglos estos quedaron relegados debido a la intensidad de sus sentidos y habilidades vampíricas. No fue sino hasta mucho después, cuando la magia formal comenzó a organizarse con la fundación de Hogwarts en 992, que Cissy empezó a explorar en profundidad sus poderes. No pudo recibir instrucción en la escuela debido a su edad avanzada en ese momento, pero eso no la detuvo. A lo largo de los siglos, estudió de forma autodidacta, aprovechando su inmortalidad para convertirse en una de las brujas más poderosas de su tiempo. Más tarde, Cissy se integró en Hogwarts como profesora, donde trabajó durante muchos años, perfeccionando sus habilidades mágicas y pasando desapercibida entre los magos más jóvenes. A lo largo de su tiempo en el colegio, fue testigo de la evolución del mundo mágico y jugó un papel importante en la protección de los secretos del mundo vampírico. Año 2014 Cissy formó parte de la Marca Tenebrosa durante muchos años. Durante ese tiempo, se forjó varios enemigos, entre ellos, Arya Macnair. Durante un enfrentamiento con Arya, Cissy perdió la vida, o eso creían que había pasado. Astuta bruja conocedora de secretos mágicos ancestrales, Cissy había dividido su alma y creado un Horrocrux, por lo que, al perder su "vida", en realidad la parte no fragmentada de su alma, se adhirió el ser vivo más cercano: Castalia Macnair. Resulta confuso el enorme parecido entre las brujas, que podrían haber sido gemelas. Castalia, confundida, con una voz en su cabeza que no dejaba de susurrarle cosas extrañas, toma posesión de la mansión de los Macnair y se declara Matriarca, encontrándose allí con Arya, quien al haber cometido tal acto atroz al asesinar a Cissy, había caído en un pozo depresivo del que la bruja intentó durante mucho tiempo sacarla. Castalia y Arya se vuelven muy cercanas, a tal punto que son casi inseparables la una de la otra. Año 2019 Tener el alma de Cissy dentro, estaba debilitando a Castalia, por lo que deciden realizar un ritual para separarlas y colocar lo que quedaba del alma de Cissy, en un nuevo cuerpo. Aaron Black, Juliette y Arya Macnair, junto con la ayuda de Aidan y Castalia, realizan el poderoso conjuro que devolvió a Cissy a tener un cuerpo propio. Año 2020 La relación entre Arya y Cissy es tensa, pero aún así conviven lo mejor que pueden. Es, durante este año, que Aaron Black gana las elecciones a Ministro de Magia y se vuelve, además, Líder de la Marca Tenebrosa, con Arya y Cissy como sus Lugartenientes. También es durante este año que cae el Estatuto para el Secreto de la Magia, de la mano de Aaron, lo que ocasiona un ataque por parte de los muggles más radicales, que temen que la existencia de los magos amenace la suya. Cissy se casa con Hades Ragnarok, y queda embarazada. Castalia contrae nupcias con Sebástian Stark. Año 2021 Arya reemplaza a Aaron como Líder en la Marca Tenebrosa y Cissy, viendo que las cosas sólo empeoraban en el mundo mágico, decide retirarse de la lucha activa para criar a su hija Kore en paz. Arya se casa con Aidan Howard, el hijo vampírico de Cissy. Castalia y Sebástian tienen hijos gemelos, y se retiran a la Fortaleza Stark en el Norte del país, donde deciden levantar un lugar seguro para toda la familia. Año 2022 Arya se retira a la Fortaleza Stark con Aidan y sus hijos, que nacieron durante su liderazgo dentro de la Marca Tenebrosa. A pesar de que Aidan apoya a Arya en todo lo que desea hacer, le hace ver que sus hijos corren grave peligro con todo lo que se está suscitando en el mundo mágico. Cissy queda embarazada de Beren. Año 2030 En el presente, Cissy Macnair es una figura poderosa y enigmática, con un legado que abarca siglos de historia. Como miembro del Wizengamot y con conexiones profundas en los círculos más influyentes del mundo mágico, Cissy sigue manteniendo su influencia, moviendo los hilos del poder desde las sombras. Aunque sigue siendo una maestra de la política, no ha olvidado su origen espartano ni los sacrificios que ha hecho para sobrevivir en un mundo que siempre ha tratado de destruirla. Actualmente, sigue siendo humana, y no tiene intención de volverse vampiro. Hades está en conflicto con esa idea, con miedo de perderla. -> Otros Datos: Tiene un hermano gemelo que se llama Marcus. Se casó con Henry Fitzroy en 2013. Él falleció en 2014. También su hijo Henry. Su varita es de sauce, con núcleo de sangre de Basilisco y pluma de Ave del Trueno. Mide 34 centímetros, y es inflexible. Su patronus tiene forma de capibara, pero no ha podido conjurar uno desde que murió su hijo Henry. Sus hijos con Hades se llaman Kore (10) y Beren (8).

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Ministra de Magia. Ada Camille Dumbledore. Un apellido que jamás pensé ver asociado con ese título. Me quedé inmóvil por unos segundos cuando escuché la noticia, mi expresión tan pétrea como una máscara, aunque en mi mente los pensamientos bullían con intensidad. Por supuesto, era la elección perfecta para los tiempos que corrían: joven, de sangre limpia pero con una inclinación por la equidad, con el apellido Dumbledore para rematar el cuadro de perfección. Sí, había dado mi voto por ella, pero no por convicción, más bien por no pecar de tonta. Dumbledore. Solo el nombre me producía una mezcla de desprecio y cautela. La familia Dumbledore siempre había sido una espina clavada para las familias como la mía, con su moralidad y su visión romántica de la igualdad entre magos y... los demás. Sabía que su ascenso no era casualidad, sino una jugada astuta por parte de aquellos que quieren barrer con lo que queda de la vieja guardia. Suspiré, apoyando la espalda contra el respaldo de la silla de Wizengamot donde me encontraba sentada, cerca del podio donde Archibald había dado la noticia, un lugar que me parecía menos mío ahora que una Dumbledore ocupaba el cargo más alto. Aunque no lo demostraría ni por un segundo, algo dentro de mí hervía. No por la pérdida de poder, porque aún conservábamos nuestra influencia, sino por lo que representaba. Ada Camille era la antítesis de todo lo que había defendido y construido. Sin embargo, no era momento de arrebatos emocionales. No. Eso era lo que esperaban, una respuesta visceral, violenta. Pero yo no sería tan predecible. Si algo me habían enseñado mis años de servicio en el Wizengamot y mis conexiones con aquellos que aún respetaban el linaje y la sangre, era que la paciencia era la mejor de las armas. Dumbledore podía tener el puesto, por ahora. Pero este mundo era volátil, y los movimientos de poder a menudo no eran más que juegos de sombras. Jugaría mi parte, como siempre lo había hecho, y observaría. Haría todo lo posible por entender a esta nueva ministra, descubrir sus puntos débiles, sus alianzas, y lo más importante, quién le daría la espalda cuando el viento cambiara de dirección. Porque siempre lo hacía. Mis labios se curvaron en una sonrisa fría y calculada. Asentí a su saludo y sus palabras, como si de verdad me importara lo que decía. Había muchos como yo que no aceptarían a una Dumbledore en el Ministerio sin cuestionarlo. Y aunque tardara un poco en encontrar el momento adecuado, eventualmente, alguien daría el primer golpe. Solo debía esperar. —Bien, Ada —murmuré en voz baja, como si ella pudiera escucharme—. Que disfrutes tu reinado mientras dure.

En el silencio de la sala de archivos, mi mirada se encontró con la de Arya y Aaron, a quien la primera le había quitado el efecto de una posible Poción Multijugos. Después de tantos años, sus rostros me devolvieron a una época llena de caos, secretos y decisiones difíciles. Sentí que el tiempo no había pasado en vano, aunque parecía que nada había cambiado entre nosotros. —¿Quién diría que los fugitivos preferidos del Ministerio se reunirían aquí? —comenté, dejando escapar una risa irónica que ocultaba la verdadera preocupación que me recorría por dentro. Mis palabras iban cargadas de un reproche indirecto, pero también de una mezcla de sorpresa y... ¿alivio? Observé a Arya más de cerca, notando cómo se tensaba al verme. Me recordaba a nuestra juventud, cuando cada encuentro entre nosotras parecía una batalla en sí misma. Luego miré a Aaron, reconociendo de inmediato el desgaste de los años, y las cicatrices que, aunque invisibles, claramente habían dejado su marca. —Claro, porque entrar en los archivos secretos del Ministerio es tan sencillo como pedir permiso, ¿verdad? —respondí con sarcasmo ante la naturalidad con la que exigía cosas, como si no hubieran pasado casi siete años desde la última vez que nos vimos. Pero antes de que pudieran decir algo, alcé una mano para detener cualquier réplica—. Pero está bien, haré la vista gorda por ahora. Tenemos problemas más grandes. Me acerqué al escritorio, apoyándome en él, cruzando los brazos. —¿Saben que no queda mucho tiempo, verdad? El Wizengamot está dividido, y la muerte del Ministro solo empeora las cosas. Si no conseguimos los indultos, ni siquiera nuestro ingenio nos salvará de lo que se viene— otra breve pausa para saborear lo que les decía—. Ya han llamado a elecciones, hoy mismo, por eso vine de hecho. Pero no esperaba encontrarlos a los dos, después de tantos años, escondidos en el maldito archivo. Respiré para tranquilizarme, tomé mi propia varita e hice una floritura. En el escritorio aparecieron los dos legajos, el de Arya y el de Aaron, que ahora llevaban un enorme sello rojo que rezaba "Secreto". Yo los había mirado desde el momento en que me dieron acceso al Wizengamot, y era increíble la información que se obtenía de todas las personas del mundo mágico. Antes de que alguno de ellos pudiera agarrarlos, los volví a hacer desaparecer. —Las elecciones están arregladas. Cuando ella asuma, los indultará. Mientras tanto, no los quiero volver a ver reuniéndose como adolescentes en toque de queda. Pd: bueno, dejo este rol acá, porque Lucrezia anda con ganas de pelear a Aaron XD pero después posteo de nuevo... @ Arya Macnair @ Aaron Black Yaxley

Me sudaban las manos. No podía dejar de temblar, como si hiciera un terrible frío en el ascensor, cuando claramente no era así. Para mi sorpresa, mi candidatura había llegado a tiempo y, por lo tanto, había sido considerada para ser la siguiente Ministra de Magia. ¿Lo había planeado? No, por supuesto que no. Y quizás temblaba porque, en el Atrio, tendría que ver el rostro de decepción de mi esposo, a quien no le había comunicado absolutamente nada sobre mi decisión de postularme. ¡Pero había sido algo totalmente repentino! Ni siquiera es que lo había pensado demasiado. Sólo... había enviado la lechuza. Ahora, cuando el ascensor que subía desde el Tribunal del Wizengamot se detuvo en el Atrio y sus puertas doradas se abrieron, mis manos no sudaban más, pero estaban más frías que el hielo. Las restregué contra mi pantalón de oficinista y avancé. Ya todo había sido predispuesto para el evento. Alfombras rojas, lámparas colgantes, las urnas de votación con un hechizo para impedir que nadie las burlara. La seguridad mágica bullía por todo el Atrio y eso me hizo preguntarme, ¿dónde demonios habían estado durante el ataque Mortífago? Giré mi rostro hacia todos lados, viendo a toda la gente allí reunida. Algunos me eran más conocidos que otros. Y, entre la multitud, el rostro severo de Hades se encontró con mis ojos verde esmeralda y ni siquiera pude fingir una sonrisa. Tomé aire, pasando de él, directo hacia la urna donde me tocaba votar. Encima de ellas, había cuatro pergaminos con los rostros de los candidatos que gritaban las propuestas a los cuatro vientos. Mi propia voz, emulada por la magia, decía una y otra vez mi plan de gobierno. Las reglas de votación estaban impresas de forma clara en la urna. Suspiré. Escribí mi voto y lo metí dentro: Ada Camille Dumbledore

Me había despedido de Hades con una mueca en los labios y el corazón latiendo a mil. No quería irme, no debería dejar a mis hijos después de lo que había pasado en el Atrio, pero era imperioso que pasara por la oficina. Higinio era bueno en lo que hacía, pero no podía llevar solo el Ministerio a buen puerto, sobre todo porque, conociendo el paño de los otros miembros del Wizengamot, utilizarían cualquier excusa para poner un palo en la rueda de la justicia. Era consciente de que me había costado mucho dinero y tiempo conseguir el indulto. Volver a Londres había sido tanto una alegría como un mar de ansiedad en el que me la pasaba nadando día sí y día también. Algo similar había sufrido Sagitas. Pero, gracias a nuestras pequeñas influencias, habíamos logrado regresar. Ella por ser un miembro más que respetado de la comunidad mágica, y yo por haber obtenido la cura que salvó al mundo mágica de la maniática de la Inquisidora. Casi, por poco, había conseguido que también perdonaran a otros miembros que habían participado en eso, como Arya, pero la cosa estaba difícil. Y ahí me dirigía ahora. Higinio había dejado ya la urna para que la gente votara nuevo ministro. Theodore todavía ni se había enfriado y ya querían que alguien ocupara su lugar. No había sido un mal Ministro, pero no había sido lo que necesitábamos. Cierto que mis ideales eran más extremistas que los de los últimos mandatarios, así que era lógico que nadie me pareciera tan bueno como mis viejos colegas. Bajando al Departamento de Misterios, me dispuse a cruzar el Tribunal para poder llegar a las oficinas de reunión del Wizengamot. La secretaria, una chica muggle que había sido empleada por el mismo Theodore, hablaba con... ¡Ay, por Merlín! ¿Esa era... Arya? ¡Car.ajo! No llegué a escuchar qué le decía, pero la pobre chica palideció y, a penas Arya desapareció por una puertita -oficina de archivos- la chica comenzó a redactar un memo mientras sus manos temblaban tan violentamente, que le estaba costando un horror mantener la pluma en su lugar. -No lo hagas- murmuré, poniendo la mano derecha sobre las suyas, mientras tomaba la varita con la izquierda-. Obliviate- ni siquiera lo dudé. El conjuro hizo efecto en la muchacha, que desenfocó los ojos y se quedó mirando al vacío por un instante. Luego, pareció volver de algún lugar muy lejano en su mente y me sonrió. -Señora Macnair, qué alegría verla- me saludó. -¿Hay alguien esperándome?- pregunté, sonriendo, sin siquiera saludarla. Aún tenía mi varita en la mano, pero colgaba en mi mano que descansaba a un lado de mi cuerpo, en apareciencia relajado-. ¿Ha venido alguien a las oficinas?- agregué. La chica lo pensó un momento, genuina duda pasando por sus ojos. Luego negó. -No, señora. Los miembros del Wizengamot salieron en tropel hace unas horas para dejar la Urna de votos en el Atrio, pero nadie ha vuelto- suavizó sus facciones, volvió a sonreír-. ¿Esperaba a alguien? Negué con la cabeza. -No, no. Sólo preguntaba- luego, pasé de ella, derecho hacia la puerta de los archivos, por la que había visto cruzar a Arya-. Si alguien pregunta por mí, estaré viendo algunos casos que han quedado pendientes. Que no me molesten, por favor. Abrí la puerta del archivo y, a un lado, cerca de un escritorio plagado de papeles, dos figuras estaban envueltas en un abrazo. Una era claramente Arya, ¿pero quién era el otro? -¿Qué demonios haces en el Ministerio, Arya Macnair?- me hubiera gustado gritarle, pero no quería que la secretaria nos escuchara. Hice girar tres veces mi anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos, sólo por las dudas.

Horas después del atentado en el Atrio, nos encontrábamos con Hades y los niños en la mansión Ragnaventus. -Todo va a volver a ser el caos de hace diez años, ¿no?- pregunté a Hades, mientras me sentaba a la mesa con una taza de té entre las manos. Kore se había ido a su habitación, pero Beren estaba con nosotros, jugueteando en el suelo con una colección de trenes que se movían con magia por unas vías que cambiaban constantemente de posición. -Hace diez años hubiera luchado sin problema junto a ellos, ¿sabes? Pero no puedo hacerlo hoy... No con ellos aquí- hice una leve seña con la cabeza hacia Beren, manteniendo mi tono lo más bajo que podía. El día anterior al funeral que se había suscitado esta mañana en el Ministerio, me había llegado una carta que decía que me habían aceptado como nuevo miembro del Wizengamot. Llevaba años trabajando con Leyes Mágicas, primero en Cooperación Mágica Internacional, luego en el Concilio de Mercaderes. También había tenido un breve paso por el Departamento de Criaturas, el de Misterios y la Oficina del Ministro, pero siempre había sido para poder llegar hasta el Wizengamot. Después de los eventos del 2021, la Orden a la que pertenecía se había encargado de buscar una cura a la "vacuna" para "curar la magia" que se habían inventado los muggles y ese dichoso Inquisidor. Había contribuído con investigaciones, pero también luchando dentro de las filas mortífagas. Después del caos, vinieron una sucesión de momentos de pseudo paz con Rory Despard, y fue entonces cuando decidí irme de La Marca. Pero uno nunca deja del todo de ser Mortífago, y ya mis ideales estaban contrastando con lo que yo quería para mi pequeña Kore, de un año de edad. -Sabes que nunca voy a reprocharte por seguirlos- mis ojos se clavaron en los oscuros de Hades. No había pronunciado a quiénes me refería porque eso fácilmente podría salir de allí, oídos indiscretos había en todos lados-. Pero no olvides por qué sigues allí- endurecí un poco la mirada. Hades quería, desde hacía años, liderar La Marca Tenebrosa. Y yo estaba decidida a conseguirle eso. Una ligera pausa y, entonces, llegó una lechuza, que picoteó la ventana hasta que los elfos la dejaron entrar. Tenía el sello del Wizengamot y decía que era momento de reunirse para poner a votación la elección del nuevo Ministro. -¿Por quién votarías?- pregunté, entregándole la misiva para que la leyera. Sabía que el nombre de Ada estaba pegando fuerte. Me preguntaba si acaso su dulzura era lo que necesitaba este gobierno. @ Hades Ragnarok

Nick con Link a la Ficha de Personaje: Cissy Macnair Bóveda del personaje: Link Empleo: Miembro del Wizengamot Información adicional: Líder de la Orden Antari (un grupo de magos y brujas que estudian distintos aplicativos para la sangre mágica).

Hola! Siguiendo con las indicaciones mloderativas, y siendo graduada, vengo a solicitar mis dos conocimientos: Transformaciones Leyes Mágicas Gracias miles chicos!

Estoy de acuerdo con Ethan, me vendrían bien al menos unos 500 G para comprar algo en el Mall.. Dejo link a mi bóveda.