Remodelación...
Los años habían pasado y sin darme cuenta, el local que alguna vez fue de mi madre ya era solamente mío y los elfos que se encontraban en él estaban siempre a disposición de mantener vivo el alma de este mismo. Aunque recordar los viejos tiempos era algo bonito y que realmente me mantenía feliz; había llegado la hora de darle una nueva remodelación al lugar.
— Por favor Bruss, dime donde dejaste esas cajas; las necesitamos para guardar las cosas antes que el amo llegue — le hablaba la Elfina Nely al fantasma del local, quien a pesar de saber que se debía guardar las cosas para la remodelación siempre tenía energía para causar bromas; aunque siempre era a Nely, pues al Elfo Boby, no le agradaban las bromas y ya ambos habían tenido ciertos problemas.
— jejejej, Nenenenenenene, No te lo diré, solo dame de beber — decía Bruss con su voz algo chistosa y una risa burlona. El fantasma daba vueltas en el aire mientras la Elfina lo miraba con algo de molestia, pues aunque siempre le pasaba las coas y las bromas, en algunas ocasiones si llegaba a sacarla de los cabales.
Un estruendo sonó en la bodega, generando que estos dos se giraran y miraran la puerta de la entrada de esta; esperando que se viera que fue lo que había pasado, cuando sale el Elfo Boby con un bastón en la mano y dos cajas del suena trueno que tenían a la venta desde hace algunos meses; que para disgusto de este era uno de los productos que se había vuelto más solicitado por parte de los chicos de Hogwarts cuando bajaban al pueblo por insumos para sus bromas. — Maldi... estas cajas estaban abiertas, necesitamos más cinta — dijo el Elfo mientras llegaba al mostrador con las cajas.
La elfina y el Fantasma, comenzaron a reír mientras que el Elfo les decía que se dejaran de burlar de él; el ambiente estaba tranquilo hasta que sonó la campanilla de la puerta y todos callaron y se giraron a ver quién había llegado.