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Eobard A. Black Lestrange

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Todo lo publicado por Eobard A. Black Lestrange

  1. Empezaron por la sala, hecho que no le molestó al castaño en lo absoluto, pues era un buen lugar de esparcimiento. Le pareció un tanto curioso el proceder de la joven, una especie de pequeños trotes. Notó que su comportamiento era un tanto extraño, como si estuviera abstraída en sus propios pensamientos. ¿Y quién no lo estaba? Al ver que se acercaba a uno de los ventanales, supo que le pasaba algo. -No puedo decir que no me sorprende. -comentó, metiendo una mano en el bolsillo. -No parece tu estilo. Aunque, una temporada fuera de Reino Unido puede ayudarte a despejar la mente. La revelación lo había tomado con la guardia baja. Pero, no iba a impedir que realizará tal empresa. No era su forma de hacer las cosas, respetaban mucho la privacidad de otros. Tomó un pedazo de queso y lo consumió conforme la Yaxley iba contándole su pesar. Entendía a qué se refería, a su manera. Uno podía tener estabilidad en muchos ámbitos pero, el emocional, era quizá fundamental. Se tenía todo, y a la vez, nada. -Es válido, a pesar de que si tomamos el plano literal, siempre estas acompañada de alguien. Me refiero a una persona a la que le importas. Su fuerte no era precisamente el animar a las personas, no tenía el tacto. Quizá porque, cuando él se sentía mal, su mera motivación era que, sin importar el costo, debía resolver la situación. Miró a la castaña, cuyo cabello en ocasiones lo percibía rubio. Un efecto secundario del continuo desuso de sus lentes. No dudaba que Maida le importaba a demasiadas personas, incluyendo él mismo. Pero, no quería llevarse toda la luz del reflector. -Y sí, creo que sí fueras una presa, en el momento de la verdad, tu dulzura haría que simplemente cualquier persona fuese incapaz de matarte. -admitió el Black Lestrange, esbozando una ligera sonrisa mientras se encogía de hombros. -¿Sabes? No he tenido muchas oportunidades de probarme a mí mismo. Vamos, soy un imán para los problemas, es extraño. El rápido movimiento que realizó la joven sí que lo tomó por sorpresa. Sobre todo, por el hecho de que en la última ocasión que habían bebido, ella tuvo que abandonar el lugar. Aquel era el encuentro más fresco del que tenía memoria. Pero, le alegro que la situación no quedara en los mismos términos. -Brindo por eso, señorita Yaxley. Sostuvo en alto la copa que le había ofrecido, asintiendo mientras le miraba por encima de sus gafas. Permitiría que ella decidiera el siguiente rumbo que tomarían durante el tour. @
  2. -Una cosa extraña, el tiempo. Sanador y verdugo al mismo tiempo, aunque, no debemos preocuparnos por eso en mucho tiempo. El 2017 había sido, por mucho, el gran año de cambios en su vida. Desde descubrir que su verdadera familia era la Black Lestrange, hasta finalmente unirse a la causa mortífaga, su vida había dado un vuelco curioso en tan poco tiempo. No se imaginaba nada de eso cuando, hacía ocho años, se encontraba a sí mismo colándose a Reino Unido a través de medios de transporte muggle para no llamar la atención. -¡Maldición! Una disculpa por eso. También por mi exceso de estatura. -hizo una mueca, haciendo que la bandeja descendiera los suficientes centímetros como para que la joven no tuviese que apoyarse sobre la punta de los pies. Cedió ante su pobre intento de ocultar la risa que emanó al contemplar la reacción de la rubia. Había dado en el clavo con su comentario y, por lo que entendía, su visita había hablado un poco de más, cosa curiosa. Normalmente, a uno se le iban las palabras ya entrado en copas, resultando irónico el hecho de que la botella permanecía cerrada. -Lo dije entonces, no es mi lugar predilecto, pero tampoco está mal. Pero, vampiros, ¿en serio? Con tu habilidad, dudo mucho que la suerte haya estado en tu contra. Eso déjamelo a mí, considerando que mi mejor amigo es un vampiro, la mitad del tiempo quiere matarme. Pensó durante unos segundos en dicha persona. Una de las razones por las que había huido de Norteamérica. Debido a su longevidad, cambiaba de nombre cada cierto tiempo. Malcolm Merlyn, James Reagan, William Clayton. El rubio, líder del aquelarre vampiro de Nueva Orleans en 2009. Estaban en paz, pero ambos tenían deudas que saldar. Sonrió ampliamente cuando Maida aceptó su invitación para recorrer su hogar. -No creo que les moleste, la mayoría se limita a sus asuntos, a veces, incluyéndome. -se encogió de hombros, pensando en acontecimientos recientes. -En ese caso, si quisieras seguirme...comenzaremos aquí, la planta baja. -señaló a su alrededor, donde podían visitar la sala, el comedor y la cocina. Aunque eran lugares comunes en la mayoría de las casas de los magos, más aún, de los Sagrados Veintiocho, nunca estaba de más dar un breve vistazo. @
  3. -Siglos, eso es bastante tiempo. - se pasó una mano por el cabello, pensando si hablaba literalmente, o era una mera expresión relativa a que tenía bastante sin consumir dicha fruta esférica. Él tenía un problema con el tiempo, aquella maniquinacón de la naturaleza que le daba cierto sentido a lo que las personas hacían. Para los muggles, era de vital importancia. Los magos, por otra parte, llegaban a tomárselo menos en serio. Sonrió al recordar cada ocasión en que había llegado tarde, aunque fuera por apenas segundos. Consideraba la puntualidad un aspecto relevante en una persona. Un legado de la familia Thawne, que finalmente no había resultado ser su lugar de pertenencia del todo. -Te lo agradezco, Horace. Me encargaré de aquí en adelante, así que puedes retirarte. Asintió levemente ante el ente, que después se alejó a grandes zancadas, haciendo relucir la toga azul que portaba desde que lo conocía. Sostuvo la bandeja con una mano durante unos segundos, pues bastó que chasqueara los dedos para que ésta levitara sin necesidad de tener que asirla. No era un prodigio de los encantamientos, pero siempre encontraba la forma de simplificar situaciones así. Tomó una uva y la mordió con suavidad mientras escuchaba a Maida. -¿Guapo? Probablemente una palabra que no me describe bien. -rió, negando con la cabeza, ante la recapitulación de los últimos encuentros entre la Yaxley y él. -Era una cafetería, me parece. Lo del parque, lo recuerdo, porque pensé que te había asustado. Y en cierto museo, supuse que te habías aburrido de las exposiciones. Sacudió la cabeza, intentando acomodar el quebradizo cabello. -Bueno, en ese caso, sabes que eres bienvenida aquí. Tampoco puedo decir que conozco todos los rincones pero, ¿te gustaría un pequeño tour? Digo, para la suerte de todos, no hemos tenido situaciones de alto riesgo. Sólo un caso de colgados en el marco de la puerta por la que acabas de cruzar, nada fuera del otro mundo. Esbozó una amplia sonrisa. Todo aquel asunto en el que se había visto implicado, le parecía un tanto extraño, dejando de lado el hecho de lo divertido que había sido despertar de esa forma. Sus recuerdos de la noche previa, no eran muy claros. De hecho, parecía que cada vez que intentaba acceder a ellos, o estaba cerca de, experimentaba lagunas mentales. Quizá su inconsciente no quería recordarlo. ¿O era obra de algo más? Se lo podría atribuir al alcohol, pero no estaba tan seguro. @
  4. -Creo que estamos predestinados a repetir el acto de la huida y el perdón cada cierto tiempo, para no perder la costumbre. Black Lestrange asintió con la cabeza, dejando escapar una breve risa por lo bajo. Se colocó los lentes, que guardaba en el bolsillo izquierdo del pantalón, y enfocó un poco para observar el atuendo de su visita. El diseño del vestido de la Yaxley le había llamado la atención, pues las flores no eran precisamente del agrado de todos. No obstante, parecía sentarle bien. -¿Vino blanco? - rascó su barbilla con suavidad, donde una ligera barba se arremolinaba. -Creo que no es el predilecto de mi madre, pero debe haber alguna reserva en la cocina. Esto...¿Horace? Necesitaremos dos copas, y una botella de blanco, por favor. Sabía que la sola instrucción era suficiente para que el elfo atendiera a la tarea sin necesidad de aparecerse en el recinto. El ente y él se llevaban a la perfección, cosa que no siempre sucedía entre los magos y dichas criaturas. Tras escuchar el comentario referente a la elección de bocadillo, no pudo evitar imaginar a la joven bajo los efectos del alcohol. Aunque, confiaba que era capaz de mantener la compostura. -Buena elección. Quizá un racimo de uvas, se complementan bastante bien. - aclaró su garganta antes de responder a la pregunta de Maida, como pensando cuidadosamente qué decir. -Un poco hecho pedazos, supongo. No me he mantenido en buen estado, como podrás contemplar. Extendió sus brazos, como intentando ejemplificar sus palabras. Sabía que una parte se debía al descuido de su persona, pero otra, aún más curiosa, no tenía mucho qué ver. Estaba envejeciendo físicamente, a un ritmo que consideraba acelerado. -¿Qué hay de ti? Ha pasado tiempo desde la última vez que tuve noticias tuyas. @
  5. Dada su última experiencia conociendo a los miembros de su propia familia, el castaño se había recluido en su habitación durante algunos días. Los suficientes como para adquirir un aspecto un tanto descuidado. Seguía usando el cabello largo y un poco descuidado que había exhibido durante su ceremonia de iniciación a la Marca Tenebrosa. No obstante, no se había pasado seguido por el bastión mortífago. No me sorprendería si enviaran a alguien a buscarme, pensó, pasando la toalla húmeda por su frente. Terminó de abotonar la camisa azul cielo, que despedía chispas del mismo tono al movimiento, y juzgó su atuendo. El pantalón de vestir oscuro y los mocasines grises le hacían parecer más joven de lo que en realidad era. Pero no tuvo mucho tiempo de cambiar de vestimenta. -Horace, vaya sorpresa. ¿Qué haces aquí? Miro a su elfo doméstico a través del espejo de su baño, mientras esté anunciaba que alguien le buscaba en el vestíbulo. ¿De quién se trataba? Recibió su respuesta casi a la brevedad, escuchando un nombre del que no había tenido noticias desde hacía semanas. ¿O meses? Su percepción del tiempo estaba fallando. Agradeció a la criatura, desvaneciéndose tras un pequeño remolino de arena. Más de uno habría considerado innecesario usar la Aparición, considerando que su habitación se situaba en el primer piso, pero él lo veía como una forma graciosa de hacer acto de presencia en la planta baja. -Debo admitir, pensé que se trataba de una broma. -saludó a la visitante, intentando fingir despecho. Considerando que siempre salía huyendo, debía tomar sus precauciones. -Descuida, no habrá reproche. Bienvenida a la mansión Black Lestrange, me da gusto que hayas venido. Terminó de bajar los pocos peldaños de la escalera desde el escalón en el que se había materializado. Le dedicó una amplia sonrisa a la Yaxley, en verdad le agradaba verla. Era la primer visita que recibía en la casona, por lo que podría contar como una ¿ocasión especial? Notó que otra joven había estado en el recinto segundos antes, pues había atisbado una silueta desapareciendo con dirección a la biblioteca. Probablemente otro familiar suyo. Quizá no, no conocía a todos sus parientes. -Soy un pésimo anfitrión. ¿Puedo ofrecerte algo de comer, o de beber? @
  6. Vengo a dejar constancia de que existo todavía parte de mi tarea xD Ya sólo me faltan un par de imágenes, pero en fin, como dije, han sido días que he tenido exámenes y esas cosas, hasta apenas unas horas volví a usar la computadora para algo que no fuera relacionado con la uni xDD En fin, coloco las imágenes de la 11 a la 16, esperando poder enviar las cuatro faltantes durante el fin de semana. 11) 12) 13) 14) 15) 16)
  7. Aprovecho que tengo unos cuantos puentes para poder corregir mis errores...del pasado (??) Bueno, ya. Primeramente, sí, me fijé que la 2 había quedado mal. Tengo pulso de maraquero, tú entenderás, por algo no quise estudiar Medicina o Arquitectura D: En fin, antes de poner las imágenes del 6 al 10, pondré la "corrección" de la segunda. 2) 6) 7) 8) 9) 10) Me he quedado más ciego de lo que ya estoy (?) Cualquier otra corrección, lo más seguro es que la dejé con la siguiente entrega de los ejemplos.
  8. Bueno, vengo a reportar que sigo vivo (?) Lo lamento, tengo exámenes esta semana, así que es una prioridad indiscutible xD Hago esto a tiempos, sí es un tanto extenso, o al menos para mí xD Quizá se debe a que estoy intentando hacer muchas más cosas en el mismo instante. Pero eso ya es cosa mía. Dejo las primeras cinco, a manera de prueba, y para que alguien haga puente, en mi siguiente post iré actualizando el listado hasta cubrir las 20 que se dejaron xD En fin, sin más preámbulos, dejo mi intento de tarea. 1) 2) 3) 4) 5) Hasta que dé señales de vida, ¡saludos!
  9. Antes que nada, ¡Muy buena explicación! Se me hizo más intuitiva esta versión que el Portable, menos liosa de utilizar, realmente me encantó xD Así que, bueno, es el comienzo y la cosa parece fácil (?) En fin, creo que aprovecharé para dejar las dos primeras tareas. Espacio de trabajo Imagen 1 (498x101): Imagen 2 (402x230): Imagen 3 (759x314): Ni se nota lo mucho que me gusta Spider-Man (?) Pensaba en cuál utilizar precisamente para el último ejemplo, y dicha ilustración quedó perfecta *o* Ahora, respondiendo a la pregunta: ¿TIFF o PSD? Al igual que Leah, me quedo con PSD, ya que dudo mucho hacer demasiadas firmas o algo (?) Creo que sería todo por ahora
  10. Sería el cuarto inscrito /o/ Pues, sí he manejado el PS antes, tomé un pequeño curso, pero como casi no lo uso, a veces se me olvida v.v Lo que me falla es la creatividad (?) En fin, me uno a esto, esperando poder hacer un par de creaciones xD Y de paso reactivar mi cuenta de imgur
  11. Imaginé que usarías esa imagen, en serio fue de mis predilectas. Obviamente el trabajo me encantó *o* Ya puedo comenzar a dar problemas con algún personaje secundario, hay que darle algo de descanso al pobre de Eobard (?) Bueno, un poco xD ¡Muchas gracias, Cissy! Valió la pena la espera, nos estaremos leyendo después.
  12. @ ¡Hola! No te preocupes, se entiende perfectamente De hecho, para un trabajo firmero normalmente se lleva algo de tiempo, dependiendo de cada pedido, así que en realidad no hay drama. Me gustaría mantener mi pedido con las características que dejé, sólo queda modificar el nombre, que sería "Malcolm Reagan", fuera de eso, el resto de las especificaciones se queda intacta. e.e ¡Saludos y que te mejores pronto!
  13. Hola, ¿qué hay? Por ahí leí que somos familia on rol, pero bueno, no he venido aquí por eso, sino que he venido para molestar solicitar una firmita nueva, ya sabes, hay que mantenerse a la moda. Así que bien, a continuación dejo mi ficha. Imagen: Link, porque sino habría redundancia. Si ésa no funciona, podrías intentar con esta. Texto: Eobard A. Black Lestrange, y también "I've met some of history's monsters. And believe me, I'm not one of them". Avatar: Sí. Mismo caso que la imagen, trabaja con la que dé menos líos. Especificaciones: Me gustaría que si es posible utilizar tonos verdes o azules, como #2BE896 o #0DB5BD, pero lo dejo a tu criterio, al igual que el acomodo de los textos, en el caso del nombre, que sea en cursiva, y la frase en otro estilo. El tamaño de la firma sería el convencional. Creo que sería todo por el momento. ¡Saludos! Y gracias de antemano.
  14. Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas Eobard Aldrich Black Lestrange, empleado Había tenido que correr bastante para alcanzar el siguiente local en su lista, que se encontraba casi al final de Callejón Diagón. Por suerte, su experiencia con encantamientos le permitió mantenerse fresco y seco, sin tener que experimentar una incómoda sensación de fatiga. Se encontraba frente a Ars & Vita, un negocio que se dedicaba al disfrute del espectador. Cruzó con cuidado el jardín principal que le separaba de la entrada, mirando de vez en cuando las fuentes y bancos que decoraban el paso. Parecía el lugar ideal para relajarse después de un día de compras. O de trabajo. Pero al Black Lestrange todavía le quedaba bastante por hacer. Las puertas de cristal se abrieron por sí solas para su buena suerte, ahorrándole valiosos segundos. ¡Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas! Vengo a hacer de su conocimiento la reciente campaña de registro de criaturas que se está llevando a cabo. comentó, mirando alrededor. La estancia parecía tranquila, o al menos lo había estado hasta su llegada. Alcanzó a escuchar el eco de su voz durante unos segundos más. Consciente de que alguien se pasaría pronto a atenderlo, decidió dejar la información que se le había indicado. Depositó el pergamino sobre uno de los sillones, tocándolo con la punta de su varita para que emanara chispas azules en señal de que requería atención. Contenía lo siguiente: http://i.imgur.com/XUfzJG0.jpg Agradecemos su cooperación, y esperamos que tenga buen día. se despidió, regresando por el camino que había cruzado para llegar al hall. Buen diseño de lugar, por cierto, muy minimalista. agregó, sonriendo ligeramente antes de proseguir con sus pendientes.
  15. ¿Qué tal? Vengo a molestar hacer un pedido Había visto que se reabrió la firmería, así que decidí pasarme por acá para ver ir trabajando en mejorar la presentación de mis fichas y demás, así que vamos primero con lo que más me interesa, que es hacer un personaje secundario, por lo que dejo la siguiente ficha con mi pedido: Bueno, creo que eso sería todo por ahora. (?) ¡Saludos y gracias de antemano! Cualquier cosa relativa a las imágenes o algo, me dices para buscar otra, o algo xD
  16. ¡Al fin completé la Academia! O bueno, parcialmente, aún me falta completar Duelo, que creo necesario para formalmente concluir los estudios y la introducción al foro, pero en fin, ya me encuentro trabajando en ello. Cerrando este ciclo me quito la espinilla que me había molestado desde el 2011 respecto a completar las clases. Así que, he decidido el conocimiento que me gustaría que agregaran a la ficha: Encantamientos
  17. Ante la repentina calma en la que Susan se había sumido en el cementerio familiar, el castaño había decidido optar por darle un poco de espacio para que pudiera cavilar a gusto. Después de todo, es lo que alguien más habría hecho en su lugar, aunque el estar ensimismado le resultaba un estado casi natural en su proceder. Siempre se detenía a analizar la situación, aunque en contadas ocasiones había cometido alguna imprudencia que generalmente lo metía en un lío, arrastrando a alguien de vez en cuando. Creo que tengo hambre. Me pregunto si habrá algún bocadillo en la mesa. musitó, enfrentándose una vez más a la posibilidad de tener que plantarse en el comedor y conocer al resto de su familia. Consciente de que podía aparecerse, aunque ilegalmente, el mago dio un giro sobre sí mismo, pasando a ser parte del relativo espacio-tiempo que le rodeaba, para finalmente materializarse dentro de la casona. Una gran mesa se extendía frente a él, donde algunos miembros yacían sentados, enfrascados en sus propios asuntos. Inmediatamente, sintió la mirada de una persona. Giró sus orbes grises hasta encontrarse con el joven alto de cabello castaño, que lo miraba de una forma ligeramente recelosa. No planeaba preguntarle el porqué, ya que quizá se lo tomaría a mal. Y una disputa en vísperas de su llegada no parecía lo más indicado para su presentación con los Black Lestrange. Afortunadamente, una voz femenina lo distrajo de aquella situación. Una joven rubia de tez blanca le había hablado. Vaya, vaya... Son más preguntas de las que uno normalmente le haría a alguien. río, ladeando su cabeza hacia la derecha. La chica parecía curiosa ante su arribo a la familia. Así que, bien, mi madre es Mia. Sanguínea, lo cual resulta aún más curioso, puesto que ninguno de los dos se lo imaginaba. decidió tomar asiento frente a su interlocutora, para así poder buscar algo sobre la mesa con lo que saciar su antojo. ¿Dónde están mis modales? No me he presentado formalmente... Mi nombre es Eobard, y el segundo es Aldrich, así que no tengo problema con el que uses para llamarme. esbozó una ligera sonrisa, finalizando su breve presentación. @@Beryl Serenity Hawthorne
  18. La breve descripción que Saori había hecho sobre aquel incidente con su padre fue de gran ayuda para hacerme una idea de cómo fue la cosa. Naturalmente, había bromas muy extremas, como los caramelos para generar fiebre, los turrones sangra-narices y toda la gama de productos para escabullirse de clases, desarrollados por los Weasley hacía casi dos décadas. -Ah, el noble arte de la elaboración de Pociones. Sí, es como mi rama favorita de la magia. -comento, asintiendo ligeramente. Con el paso del tiempo, se habían realizado tantos nuevos descubrimientos en tal ámbito del conocimiento, que su uso para la elaboración de bromas no se había quedado atrás. -El bosque parece una opción discreta para practicar bromas, pero espero tu padre no haya sufrido tantos impactos contra los troncos de los árboles. El hecho de que en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas pareciera haber una afluencia de miembros de la Black Lestrange resulta un tanto divertido, por el hecho de que todo queda en cuestiones familiares, pero también demandante, pues a la hora de cumplir con el deber había que dejar de lado la relación sanguínea o adoptiva que los unía y trabajar codo a codo como colegas. Una vez más, el tema de qué forma estábamos emparentados salió en la conversación. -A decir verdad, ha sido un tanto extraño el cómo he llegado a parar a la familia. No sé para quién fue más impactante la noticia, si para Mia o para mí. Sobre todo considerando que todo el tiempo pensé que el señor y la señora Thawne eran mi verdadera familia. -río un poco, pensando en aquella notificación que había recibido por lechuza donde se detallaba mi pertenencia a los Black Lestrange, una de las familias mágicas más poderosas. -Y sí, supongo que seríamos primos... O, incluso, podrías ser mi sobrina, todo es posible. La persona que atiende la caja en ese momento parece asustada ante el anuncio de la oriental, quién ha quedado a cargo debido a la ausencia del familiar cuyo negocio era aquel en el que ambos Black Lestrange se encontraban en ese momento. Algo me dice que no se trata de la primera vez que Saori hace travesuras dentro del horario de operación del local. -¡Qué mala eres! Pobres criaturas, ellas sólo quieren servir a sus amos. -expreso un tono gracioso al referirme al trato que se les estaba dando a los empleados, fingiendo indignación. Mientras no recayéramos en denigrar a aquellas criaturas, me sentía cómodo gastando una que otra broma. -El que cantaran sería una idea excelente, bien podrías sugerir esto como una nueva forma de atender a los clientes, así se marcharían con una amplia sonrisa. Entonces, la situación toma un giro inesperado, pues la joven Black Lestrange decide meter en el juego a uno de los comensales, ocasionando que tropiece usando un maleficio simple. De inicio, parece que el mago se encuentra bien, pero al levantar la mirada, cae dentro del campo de efecto que supone la ilusión óptica, mostrándole, quizá, alguna criatura a la que le teme. -Vamos, chicos, ¿por qué las caras largas? ... ¡Rictusempra! Me dirijo al resto de los clientes que conforman la fila en la que hace poco estaba situado, quiénes comienzan a abandonar el local, creyendo que se trata de una broma de muy mal gusto, o de que la encargada momentánea ha enloquecido. Con mi varita en ristre, lanzo el hechizo de cosquillas a todos aquellos desprevenidos, ocasionando que se desplomen sobre el suelo, incapaces de mantenerse en pie debido al efecto producido por mi acción. Para mi mala suerte, uno de los impactos rebota en lo que parece ser un viejo caldero de oro. -Lugar curioso para tener uno. -pienso, antes de ser alcanzado por mi propio hechizo, causando que las cosquillas recorran todo mi estómago y extremidades, como si unas manos invisibles las realizaran. @ * * * (*) Off rol: Esto es confuso xD Como quizá habrás visto en mi rol de la mansión, apenas he llegado a conocer a algunos de ellos. No he tenido la oportunidad de poder rolear con Dave o Jessie, pero imagino que cuando se concrete la cena podré preguntarle/aclarar con Mia si pueden ser considerados mis hermanos. Aunque supongo que quedaríamos como primos
  19. -¿Gomas con hechizo de levitación incluido? Qué broma broma. -admito, riendo ligeramente ante la situación que supondría flotar sin tener un control real de tu trayectoria. Aún menos peligroso que la picadura del billywig, con la cual tenía algo de experiencia. -Aunque también un tanto arriesgado. Quiero pensar que ningún muggle los vio. Eso del Estatuto Internacional del Secreto anda en boca de todos. -Sí, me parece que en algún momento te he visto atendiendo las solicitudes de registro en ventanillas. Cissy me atendió cuando registré a mi elfo, descubrimos que se trata de mi sobrina. -sonrío asintiendo, pues todo el asunto me había tomado un poco por sorpresa, al no conocer ni a la mitad de los Black Lestrange. Ante la mención del parentesco que mantiene con Mia, intento darme una idea de qué vendría siendo Saori para mí, probablemente una prima. -Esto de los adjetivos familiares es un lío, más cuando tienes una familia numerosa. -pienso, escuchando a la joven oriental a una chica, Rose. Su inclinación hacia los juegos no parecía molestarme, al contrario, hace el ambiente más ameno, logrando que olvide de momento el resultado de mi última visita al local. -Elfos domésticos...De momento, sólo tengo uno, y lo conocí en mi época de llegada a Reino Unido. Tienes más experiencia que yo en ese ámbito. -río, resumiendo la existencia de Horace, quién fungía ocasionalmente como medio de transporte a través de la Aparición Conjunta. -Más bien, tengo en mente ideas que los elfos domésticos pueden hacerle a sus amos, puesto que algunos de ellos son muy traviesos. No logro tener tiempo de sugerir algo, pues Saori se ha adelantado a realizar la primera travesura del día. El elfo se eleva de cabeza, víctima del maleficio, para después sucumbir a los gritos, pues la oriental había lanzado un artefacto generador de ilusiones ópticas. -Vaya, tienes buen conocimiento del stock que hay en la tienda. -comento, observando alternadamente a algunos de los clientes que se alarmaban ante la situación. -Mi turno... -observando a los colegas del elfo, que compartían un cierto parecido físico, deslizo mi varita desde el antebrazo hasta poder sostenerla con los dedos. Tengo la mala, o quizá buena, costumbre de llevarla escondida, pues no sabes cuándo se requerirá. El nogal negro desentona contra el colorido interior de la tienda. -¡Tarantallegra! -susurro, apuntando a una de las desprevenidas criaturas, que segundos después comienza a bailar sin control de su trayectoria, derribando todo obstáculo en su camino. @ * * * (*) Off rol: No hay problema por la demora xD Tengo mucha paciencia para esto (?) Se entiende completamente, espero que te encuentres bien. Y sí, andaba investigando que vendrías siendo de mí, pero no encontraba nada, vaya trabajo de detective (?) Pero en fin, te agradezco mucho la aclaración del parentesco.
  20. -Demonios...Sigo sin acostumbrarme a eso. Hago una mueca, intentando ahuyentar el efecto de desvanecimiento tras aparecerme con Susan en el cementerio. Para ser la tercera ocasión que lo hacía, contando el examen, sigo agradeciendo que mi estómago sea tan benevolente como para no tomar represalias. -Pensé que, tras el examen para la licencia, me adaptaría. En fin. Me tomo un minuto para recuperarme, apoyando mis manos sobre las rodillas. Respiro con calma, analizando el lugar al que me ha traído la joven. El aura de misterio encerraba el cementerio familiar, como intentando prevenir a las personas del exterior que no se acercaran a menos que estuvieran dispuestas a llegar al final. Los diseños angelicales coronaban algunas de las lápidas, en cuyos nombres se podía ver el apellido familiar. -Me disculpo por mi momentánea debilidad, Susan. -miro a la chica, quien ha tomado asiento en un níveo banco de mármol. -Peculiar elección para comenzar, pero creo que es la indicada, después de todo, aquí comienza la historia de la familia. -dicho esto, le acompaño, apoyando los brazos sobre mis piernas, pues ahí comenzaría una travesía que esperaba fuera tan grata como la vista de la mansión a mi llegada. -Antes de que comiences, y respondiendo a la pregunta que habías hecho antes de traernos aquí. -río, dirigiendo mi mirada hacia la estatua del querubín frente a nosotros, pues lo creo necesario, y quizá un tanto determinante, en toda la historia que me ha traído hasta este punto. -Mi nombre es Aldrich, sí. Eobard Aldrich. Puedes llamarle por cualquiera de los dos, jamás le he visto inconveniente a ello. No puedo decir mucho del apellido Thawne, que al parecer no es el que me corresponde como línea sanguínea.
  21. -Perfecto, entonces. No me gustaría ir por la calle exhibiendo una prominente lengua Y sí, experiencia propia, con los caramelos alarga-lengua. -acepto, tomando algunas de las gominolas contenidas en la bolsa. -Se ve que tienen buen sabor. Agradezco mucho el ofrecimiento. -sonrío leve, llevándome una a la boca para poder degustarla. La perspectiva de coincidir con más miembros de la Black Lestrange estaba fuera de mi lista de posibilidades en ese momento, por lo que me ha tomado un tanto desprevenido, sobre todo por el hecho de que mi primera incursión en aquella casona había resultado en una rápida huida hacia mi habitación, sólo coincidiendo con Susan, con quién había experimentado una experiencia casi de muerte en el mismo local en el que la joven y yo nos encontrábamos ahora. -Hum...Tengo entendido que labora en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. interesante dependencia, si me lo preguntan. -río ligeramente, recordando haber leído el nombre de algún Black Lestrange en el directorio del Ministerio. -Soy el hijo de Mia. Digamos que de alguna generación perdida. -asiento, pensando en lo raro que había resultado enterarme de mi pertenencia a dicha familia, y más aún, la relación sanguínea de por medio. -Coincido contigo, de esa forma no me sentiré un bicho raro en la mansión. Más de lo que ya me sentía antes de todo eso. -hago una mueca, metiendo una mano en el bolsillo. -Siglos... He de decir que todo el concepto del tiempo me resulta en exceso atractivo; el pasado, presente, futuro, el tener libre proceder entre los periodos temporales. Entonces me doy cuenta que comienzo a divagar. Sacudo la cabeza. -Una disculpa por eso. Pero sí, todo el asunto familiar resulta un tanto confuso. En mi caso, apenas han sido días, quizá unas semanas, que me enteré de lo de Mia, así que podría estar casi tan desconcertado como tú. Quiénes me criaron eran magos, hasta donde yo comprendo, pero naturalmente más conocidos en Norteamérica. -Supongo que sí. -concluyo ante la invitación de la broma. -No soy muy partidario de tomarle el pelo a una de esas criaturas, porque son ávidos sirvientes, pero, ¿por qué no? -río, intentando pensar en un buen truco. -¿Qué idea tienes en mente? @
  22. Al parecer no soy el único que parece tener cierta cautela en lo que a los artefactos de humor respecta. Lo irónico es que ni siquiera con los objetos muggles designados para hacer bromas puedes estar seguro. Es irónico en cierta manera, sobre todo por el hecho de que alguien que no sea muy adepto a las bromas se aparezca por ahí. -Son armas de doble filo, en realidad. Hay que saber manejarlas, o huir lo más lejos que se pueda. Puedo notar algo en el tono de la joven que me da a entender que en su familia hay cierto drama, no tanto por el hecho de que tuviera familiares extraños, sino por el dejo en sus últimas palabras. ¿Nostalgia, tal vez? No soy el indicado para juzgar, y ciertamente no lo haría cuando hace sólo segundos que he comenzado a hablar con ella. -Mientras no se trate de una broma, supongo que puedo tomar uno o dos. -esbozo una ligera sonrisa ante el ofrecimiento de un pequeño refrigerio. Los dulces siempre me han parecido una forma de reponer energía, y para el caso de las gominolas no es la excepción, aunque aquellas de sabor frutal siempre han sido mis predilectas. -Oh, ¿Black Lestrange? Vaya, eso es inesperado... -comento, con una expresión de sorpresa ante el encuentro con quien parece ser uno de los miembros de mi nueva familia. -Es un gusto, Saori. No imaginaba coincidir con alguien de la familia en este lugar, a decir verdad. -estrecho su mano, encontrando respuesta al por qué de mi presentimiento de haberla visto antes. -Larga historia...Bueno, te sorprendería un poco si te contara la mía y no estuvieses cabeceando, profundamente dormida, tras concluirla. -me encojo de hombros, dejando escapar una breve risa. -Hasta donde tengo conocimiento, sólo soy estadounidense pero, quién sabe, puede que no sólo me limite a eso. -suspiro, pensando en el cambio que supondría la entrada a laborar en el Ministerio, y el sendero al que estaría sujeto si decidía conocer más acerca de mis orígenes. @ (*) Off rol: Y no, soy miembro de la familia (es la sanguínea), pero no quise aparecerme así como si nada en la casa, porque me gusta hacer drama, una buena entrada era requerida (?) Pero, en fin, con gusto, tómate el tiempo que requieras para responder, no hay problema si te llegas a demorar. xD
  23. -Ah, ¿así que es una visita a la familia? Qué considerada. Yo hago mi mejor esfuerzo por adaptarme, así que pasará un tiempo hasta que comience a visitar los negocios de mis parientes. -río ligeramente, ladeando la cabeza. La joven parecía haberse avergonzado un poco ante el pequeño incidente, pero a expensas del momento no era algo del otro mundo. Hasta los muggles tenían situaciones similares. Entonces comienza a contar lo que parecen ser anécdotas con sus allegados. Algo bastante memorable, pues la sola mención de palabras tales como pizza y la levitación me daban a entender que se trataba de una chica que no desaprovechaba una aventura si era posible, por más pequeña que ésta fuese. -Cada familia tiene lo suyo. -comento, intentando pensar en mi experiencia respecto al tema. La primera experiencia no había resultado del todo grata, llevándome a vivir en el exilio, y no en el castillo de la familia. Tras el mal rato, inesperadamente descubrí que mis orígenes apuntaban hacia otra familia del mundo mágico, llevándome finalmente ante la casona de los Black Lestrange. -No puedo opinar mucho de la mía, pues no he pasado suficiente tiempo en ella. No obstante, han sido gratas experiencias. Una vez más, la joven oriental parecía un tanto preocupada por sus acciones. Normalmente era yo quién se inclinaba por ser más cauto, y con toda la razón, después de lo acontecido en la tienda de bromas. -¿Hechizo de expansión? -pienso mientras miro la bolsa en la que guardaba sus pertenencias, posiblemente la razón por la que se había abierto poco después. -Iba a pedir un par de orejas extensibles pero, no lo sé, reitero, tengo mala experiencia con los artículos de broma. -niego con la cabeza. -Oh, es cierto, mis modales... -me doy un ligero golpe en la frente con el puño, mirando a mi interlocutora. -Mi nombre es Eobard Aldrich Black Lestrange Thawne. -río ante la extensión de aquellas palabras por las que se me conocía. -Aunque puedes llamarme por mi segundo nombre, es mejor. Y el apellido Thawne tiendo a usarlo cuando me encuentro en Norteamérica. Le dedico una ligera reverencia a la joven a manera de presentación adicional. La formalidad no siempre la veía necesaria pero, ¿por qué no? -¿Qué hay de ti, puedo preguntar cuál es tu nombre? @
  24. La última vez que había estado en Moco de Troll, las cosas no habían sido precisamente favorables para mi acompañante y para mí. Ya no digamos, el resto de los clientes. Todo aquel incidente con el pantano portátil comenzaba a quedar atrás. Y en parte agradezco haberme enterado de mi pertenencia a los Black Lestrange poco después, pues habría resultado en extremo vergonzoso. -Bueno, esperemos que en esta ocasión no suceda nada que se pueda escapar de mis manos. Había sido mi primer pensamiento al arribar, por segunda ocasión, al negocio. Bastó con susurrar el ya conocido "¡Travesura Realizada!" para poder ingresar a aquella cabaña de estructura peculiar. Metiendo las manos en los bolsillos, permití que las hadas que dominaban el pasillo molestaran un poco. No tenía muchas ganas de sacar la varita, ni de mover un músculo, en realidad, considerando cómo había terminado la última ocasión. -Aquí vamos de nuevo... -ante la vista de la abarrotada estancia, decido contribuir a la ya preocupante fila, que si no era depurada rápidamente alcanzaría las plantas superiores del local. La mayoría de los clientes solicitan artefactos de broma inofensivos, relativamente. Pastillas vomitivas, polvo peruano de invisibilidad, algunas bombas fétidas. Mi mirada se torna seria al ver a un sujeto ordenando un pantano portátil, cargándolo por su cuenta para abandonar el local. Un leve suspiro acompaña mi tranquilidad al pensar que, si la caja explota, al menos el desastre ocurrirá en el callejón. En eso, una joven, cuyos rasgos denotaban una ascendencia asiática, hizo presencia en el local. De inicio, las hadas no parecieron agradable, puesto que comenzó a hechizarlas apenas se acercaron a ella. Tras esto, había reconsiderado su proceder, pues, como la mayoría, lo que uno menos deseaba en una tienda de bromas era causar revuelo. -Definitivamente, ese cabello rivaliza con el concepto de desorden que supone el mío. -pienso, analizando a la chica, cuya queja de la situación de su cabellera había atraído las miradas de unos cuantos presentes. ¿La habría visto en algún lugar antes? Ni idea. Posiblemente. No tuve mucho tiempo de recordar, pues me había empujado al tropezar por equivocación. -Descuida, mientras no me mates, todo está bien. -río, asintiendo ligeramente con la cabeza. Su calzado era la principal causa del tropiezo, por lo que realmente no había razón para molestarse. Aquella situación me ha traído recuerdos de mi encuentro con Susan, quién también había tropezado conmigo. Casi. -¿No es tu día? -hago una mueca, intentando pensar qué tan malo sería aquello. -Considerando que la última vez que estuve aquí dejé un gran desastre, creo que me siento afortunado de no haber provocado un altercado apenas puse un pie dentro de este lugar. @
  25. La quietud apreciable en la tercera planta me obliga finalmente a moverme. No es como que me guste estar estático, de todas formas. Pero sigue estando el pequeño detalle de que no tengo idea cuál de todas las habitaciones ha sido designada para instalarme. Si bien no se trata de una situación de otro mundo, en primera instancia se podría tornar algo incómodo. Así que, procurando que mis pasos no resuenen en la estancia, examino las puertas a mi alrededor, intentando descifrar aquella que servirá de habitación. Basta con acercarme a algunas de ellas para saber que ya se encuentran ocupadas, pues mi instinto me lo indica, como una especie de sensación de ocupación del otro lado de la puerta. Y a decir verdad, no quería realmente saber qué había dentro de las habitaciones de los demás. Comienzo una trayectoria zigzagueante en un afán de examinar las puertas de ambos extremos en menor tiempo, pero decido tomar un breve descanso. El asunto estaba resultando un poco gracioso, pues si la casona tuviera más plantas lo más seguro es que me hubiese perdido en cuestión de minutos. O segundos. El sonido de pasos me saca del ensimismamiento, haciendo que gire mi mirada hacia las escaleras. -Vaya que es fácil perderse aquí, ¿eh? -comento con algo de nerviosismo a Susan, quién seguramente ha acudido a ayudarme a encontrar mi habitación. El shock del repentino encuentro aún sigue latente, por lo que realmente no se me ocurre otra cosa que decirle, dedicándole una ligera sonrisa. En eso, desvío mi mirada hacia una puerta del lado derecho, aún sin analizar, situada casi a mitad del pasillo. A juzgar por el estado en que se encontraba la perilla, la habitación no había tenido un ocupante en considerable tiempo. Consciente de que Susan me observa, y de que me pondré en ridículo si me equivoco, decido hacer girar el redondo objeto, empujando la puerta un poco para finalmente poner un pie dentro de aquel alojamiento. -Nada mal... -susurro, haciendo un rápido sondeo de la alcoba en la que me encuentro. Una cama de considerable tamaño, cuyas sábanas son de un tono crema y marrón. Sobre esta se puede apreciar un par de cojines de colores similares. A su lado, una mesita de noche que más bien tenía forma de un poliedro cuyas caras eran pentagonales. Ese tipo de diseños siempre han avivado mi curiosidad. Del otro lado, una silla junto con una mesa mediana, además de un par de cómodas. La alfombra gris coronaba gran parte del suelo. Sí, demasiados aspectos míos, definitivamente se trata de mi habitación. Sin hacer esperar más a la joven, decido depositar mi mochila sobre la cama y colocar los lentes deportivos sobre la mesita de noche. Más tarde vendría a poner orden. Aprovecho para colocarme los lentes convencionales, que generalmente guardaba en uno de los bolsillos. De igual forma, decido quitarme la capa, pues el clima parecía agradable. Una vez que cierro la puerta, escucho un leve crujido en la madera. Me doy la vuelta y, atribuyéndolo a un encantamiento, la palabra Aldrich ha aparecido sobre la superficie del acceso. Mi segundo nombre. -Bueno...¿Me darás un pequeño tour antes de la cena? -concluyo, mirando a Susan al tiempo que meto una mano en los bolsillos del pantalón. -Supongo que servirá para ponernos al día.

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