Lawan Nguyen Thanh

Lengua pársel con @ Noeline Malfoy McFarlan Lawan obtuvo respuesta a la interrogante que había proferido segundos después de cruzar el portal hacia el bosque prohibido. El vampiro esperaba que aquello no diese pie a un enfrentamiento poco beneficioso para el mago o la bruja que lo convocó. Antaño, en sus inicios como arcano, Lawan disfrutaba de torturar un poco a sus estudiantes, puesto que creía que no solo había que tener aptitudes mágicas para vincularse a la magia de las serpientes, sino también una gran destreza en combate, tanto físico como psicológico, además por supuesto que el mágico. Ahora, cientos de años más tarde y jubilado de la enseñanza, el encantador de hanöi disfrutaba mucho más de pescar y seguir aprendiendo y descubriendo especies de criaturas y animales con las que concertar. AL fin la persona que lo había llamado se hizo presente. Se presentó como si pretendiera que su nombre le sonara de algo. Muchos estudiantes habían pasado por las manos del arcano, demasiadas que ya ni recordaba cuándo fue la primera vez que tuvo que enseñar. —¿Su nombre debería sonarme de algo, Malfoy? —interrumpió antes de que la bruja continuara con lo suyo. —Eso no explica por qué te tomas las molestias de enviarme un mensaje escueto, que intenta aparentar críptico? —la bruja, luego de la interrupción del vampiro, explicó que buscaba a alguien quien le enseñe la lengua de las serpientes. Lawan no pudo evitar dibujar una sonrisa malvada después de escuchar semejante requerimiento. —Creo que ha cometido un error, yo ya no me dedico a la enseñanza. —la mirada del arcano se volvió directo a los ojos de la bruja, y sin apartarlos continuó. —...después de la guerra de los pactos rotos muchas cosas cambiaron en el mundo mágico, la enseñanza fue una de esas cosas...—entrecerró un poco más los ojos como si intentara meterse dentro de la cabeza de Noeline. Lawan sentía curiosidad por saber dónde había estado metida la bruja estos años como para no saber que la universidad fue cerrada y que los Uzzas y arcanos enviados de vuelta a sus lugares de procedencia. —Los arcanos ya no transmitimos nuestros conocimientos de la misma manera que lo hacíamos antes, bajo la estricta mirada de la política y jerárquica de la comunidad mágica internacional. El vampiro extendió la mano para acariciar la escamosa cabeza de la pitón que descansaba a su lado. Había dejado de describir círculos para proteger al arcano y a igual que él, el ofidio también mantenía su mirada rasgada en Noeline, escudriñando. <Una prueba... una prueba para ver si tiene el aura oscura> siseó la pitón mientras ladeaba la cabeza escamosa de un lado a otro, pasando de la bruja al arcan. Solo Lawan había entendido lo que decía la pitón, ella se comunicaba con el arcano mediante la lengua de las serpientes. El vampiro le respondió asintiendo, más curioso aún porque su ofidio vio algo que aun el encantador de hanöi estaba por descubrir. —¿Dónde ha estado escondida? Esta información es de dominio público, más aún desde que se restauró el nuevo régimen político— el vietnamita cambió su postura, bajó un poco la guardia y se relajó. Había determinado que la bruja que lo había convocado no suponía un peligro inmediato, sino más un bien una oportunidad para recuperar aquello que les fue arrebatado a los arcanos. —Déjeme preguntarle otra cosa, Malfoy... —el rostro arrugado de Lawan tomó contacto nuevamente con la Malfoy. —...en caso de accediera a darle una oportunidad, ¿En qué emplearía este nuevo poder? —la lengua de la pitón aceleró su siseo y este rompió el silencio nocturno del bosque prohibido. Aún no había tomado la decisión de si debía enseñarle a la Malfoy o no. Es cierto que el linaje es una parte importante a tomar en cuenta, pero como ya era sabido, no todos los magos y brujas pueden acceder al poder y la magia ancestral de las serpientes. Muchos habían perecido intentando conseguir a toda costa hacerse con el anillo del arcano, pero poco habían sido los afortunados. ¿La bruja tendría lo necesario para superar las diversas adversidades que supone aprender la lengua de las serpientes? Lawan esperaba que sí, había algo diferente en ella que la pitón había visto y él mismo quería compararlo de primera mano.

Lengua pársel con @ Cillian Haughton Cillian se puso cómodo en el sofá. El vampiro intentó regular sus emociones ante la situación imprevista que estaba sucediendo. El solo había llegado hasta allí en busca de alguna que otra información que aclare lo que estaba sucediendo con el tráfico y contrabando de criaturas, pero algo más oscuro y más complicado acechaba en el entorno del mago. ¿Era ese el verdadero motivo porque que la serpiente lo había guiado hasta allí? O solo era una serie de casualidades que van ocurriendo a medida que permanecen en el despacho del director del departamento de transportes. Cada vez está menos seguro de lo que tienen que hacer o no hacer con respecto a los asuntos de Cillian. —En todos estos años que llevo enseñando la magia que hay detrás de la magia de los ofidios...—explicó el vietnamita mientras acompañaba al mago en el sofá. —he descubierto que hay cierta magia que es incompatible con la pura y muy noble lengua pársel— se acomodó un poco en su sitio, dejando espacio suficiente para que Cillian haga lo mismo y se pueda poner más cómodo. La magia necesaria y la habilidad que requiere dominar la lengua de la serpiente, atrae de manera copiosa, como si de un faro en medio de la tormenta se tratase, guiando a seres oscuros y muy poderosos esperando poseer el cuerpo débil por el veneno, del mago o bruja que esté intentando establecer un vínculo fuerte con una de las serpientes. El vampiro había escuchado varios testimonios sobre aquellas incursiones oscuras, pero eran solo eso... presencias. Nunca se habían manifestado tan vívidamente, tanto que incluso traspasó a la impenetrable mente del arcano, a través del ofidio que conectaba a Cillian y Lawan. Profirió un suspiro fugaz. La pregunta de Cillian le sacó de sus pensamientos y lo devolvió al momento, sentados en el sofá asumiendo lo que acababa de pasar. —No estoy seguro del todo, pero he escuchado sucesos que quizás arrojen un poco de luz a este asunto...— se aclaró la garganta para continuar la explicación. —La magia oscura atrae más magia oscura, ese es el principio más básico y más antiguo del poder. Bien, entonces, cuando accedes a una fuente de poder mágico desconocido, corres el riesgo de atraer peligros desconocidos...— hizo una pequeña pausa para continuar. —...y digo desconocidos, porque se manifiesta según la personalidad y las experiencias vitales de cada persona. El encantador de hanói miró a los ojos de cillian para asegurarse de que estuviera entendiendo algo de lo que decía. Durante su largo recorrido como arcano de la lengua de las serpientes, en pocas ocasiones había podido hablar con un mago que haya experimentado dicho suceso. Sin embargo, en lo que todos coincidían era en que la ¨presencia¨ se manifestaba a través de los miedos y las malas experiencias. —¿Entiende por donde voy, señor Haughton?

Lengua pársel con @ Noeline Malfoy McFarlan ¿Conocimiento? ¿Poder? Es lo único a lo que aspiran hoy en día los magos y brujas que acudían a la tierra lejana, en donde impartía las clases para obtener el poder de la lengua de las serpientes. El sol apenas se había levantado sobre el anciano, la brisa proveniente del lago hacía ondear la hierba que cubría el suelo verde y refrescaba las altas temperaturas locales. Lawan se empezaba a impacientar con la lentitud de los peces que apenas se acercaban al cebo que había preparado minutos antes. En otros tiempos ya habría pedido a sus ofidios que hicieran el trabajo por él. —¿Debería ponerles otra prueba? ¿quizás otro cebo diferente? — siseaba dubitativo mientras sostenía la caña de pescar que apenas daba indicio de moverse. Su compañera serpiente hizo un movimiento con la cabeza que daba a entender que estaba en desacuerdo con el anciano. —Bueno quizás una última cosa… si te parece… — dibujó una pequeña mueca en su arrugado rostro y continuó atento al nulo movimiento del sedal que se perdía en la profundidad de aquel lago. —Bueno, mejor lo dejamos... no creo que saquemos nada bueno de esto hoy— se resignó mientras recogía el sedal de la caña. Lawan agitó la varita y los utensilios de pesca desaparecieron al instante, había pasado más tiempo del que le hubiera gustado, pero tenía que volver a la realidad... Una lechuza irrumpió el descanso del vampiro anciano, impresionado porque no había explicado a nadie del sitio a donde se dirigía. Muchas veces, Lawan escapaba del ajetreado Londres al sitio en el que había descansado por muchos años, sitio en donde enseñó a más de un centenar de magos y brujas, sobre el noble arte de la lengua de las serpientes. El anciano tomó la pata de la lechuza y desató la nota que llevaba atada con un lazo de color verde esmeralda, cuál piel luminiscente de las escamas de una bípeda del bosque. —¿Una invitación? —renegó decepcionado al leer la letra sobre el pergamino... aún olía a tinta. —La juventud necia que aún aspira a descubrir el entramado que esconde la magia ancestral de los ofidios— se quedó pensativo mirando como el ave volvía a emprender el vuelo, libre al fin de su cometido de llevar la nota hasta los confines de la tierra. —¿Y si...? —vaciló durante un segundo. No podía ignorar aquellas palabras, si bien sólo para satisfacer su mera curiosidad, la sensación de volver a compartir los secretos de las serpientes con otro mago o bruja también se le antojaron como excusa. <Creo que nos vamos de excursión, compañero> siseó el vampiro a la pitón que se había colocado junto a él de manera silenciosa. Lawan la había sentido mientras se acercaba. Siempre la sentía junto a el, sin importar cuánta distancia les separe. El vínculo que el vampiro y la pitón, de más de dos metros de largo tenían, era antiguo, puro... mágico. <Estoy intrigado> Un portal se abrió frente a ambos, solo con ligero pensamiento del sitio que muchas veces había visitado antaño, cuando enseñaba, bastó para que el aura de color esmeralda abriera una puerta hasta el bosque prohibido, ubicado en los alrededores del castillo de Hogwarts, se presente frente a ellos. Lawan atravesó el portal y junto a él, la pitón lo siguió, cruzando así hasta las inmediaciones de los terrenos del castillo. —¿Quién eres tú para invocarme con estas formas tan desagradables? —el tono seco de su voz retumbó en la oscuridad del bosque. —Déjate ver de inmediato— su compañero describió círculos alrededor del Lawan. Era protector con el vampiro.

Lengua pársel con @ Cillian Haughton Lawan espero paciente la reacción que podría presentar el mago. Si bien era muy incierto, en el fondo sentía un poco de seguridad sobre cómo podía resultar aquella aventura. Para el encantador de hanói, expresar simpatía de manera gratuita era una práctica que no acostumbraba a realizar y menos con alguien que apenas conocía. Pero aceptó el criterio del ofidio cuando este le habló sobre el potencial que tenía el director Haughton. La serpiente había visto dentro del mago y estaba segura, de que podría sacar cosas interesantes del vínculo que formen. El vampiro tomó una postura de meditación mientras no perdía de vista los espasmos del cuerpo de Cillian. Podía imaginar lo que estaba pasando dentro de la cabeza de Haughton, y aunque no pudiera hacer nada para ayudarlo, aguardó en silencio, controlando sus constantes y manteniéndolo a salvo. <¿Estás completamente seguro de que esta es la persona correcta?> las palabras no salieron de la boca de Lawan, sino más bien un silbido apenas audible que también retumbó en la conciencia de Haughton. Efectivamente, había conectado su mente a la de Cillian a través del ofidio. <Señor Haughton, ¿puede oírme? Estoy dentro de su cabeza, estamos conectado a través de la conciencia de la serpiente...> No obtuvo respuesta... Lawan sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, el miedo no provenía de él, pero sintió el terror aumentar cada vez más hasta que el susurro de unas palabras lo alertaron. —es demasiado tarde— Lawan desconcertado por no saber de dónde procedía aquella voz. ¿Qué ocultaba el mago? Se permitió dudar un poco en las esperanzas que el ofidio había puesto en aquel brujo. Con un leve resoplido se acomodó un poco en su postura y volvió a su conciencia. Lawan miró dubitativo el cuerpo que descansaba frente a él, resentido por estar más lejos aún de poder seguirle la pista a los desalmados que tenían cautivas a las crías de ofidios, pero también curioso, porque en ninguna de sus intervenciones como arcano de la lengua de las serpientes había experimentado tal transferencia de emociones y sentimientos de la mano de otro mago o bruja. Cillian no era consciente de lo poderoso que era, y ni creo que sea conocedor del poder que puede llegar a desarrollar si se abre a experimentar con ayuda de otros en su interior. El encantador de hanói no estaba allí para ayudarle a él, por el contrario, no quería admitir que necesitaba de la ayuda del mago que estaba tendido aún en el suelo... ¿Orgullo? Quizás... —Ya era hora— le tendió la mano como soporte para que se incorporarse. —¿Me va a explicar qué demonios ha pasado? — su voz sonó más preocupada de lo que Lawan quería aparentar. —He sentido una presencia desconocida y eso nunca ha pasado... se supone que al lugar que le transporta la serpiente que le acompaña, es un sitio seguro para ambos, pero una tercera voz apareció... —agudizó un poco más mientras acompañaba a Haughton al sofá de piel que se encontraba al otro lado del despacho del director. —¿Cómo se siente?

Lengua pársel con @ Cillian Haughton —Claro que no será tan sencillo, ni de lejos— exasperado con las reticencias del mago que seguía sin estar seguro de lo que iba a suceder. ¿Y cómo lo iba a saber si nisiquiera lo intentaba? El vampiro chasqueo con la lengua en señal de desaprobación en cuanto el ofidio llamó su intención. <él pondrá luz a las incógnitas que tenemos sobre lo que realmente está sucediendo> los siseos de la pequeña criatura perlada impregnaban el ambiente del despacho del director, con un sonido melodioso y relajante que invitaba a un estado de tranquilidad. —Hay solo dos posibilidades, o la mordedura te transporta a los recuerdos de la serpiente o mueres— sonó más directo de lo que pretendía. El encantador de hanoi se percató que estaba perdiendo la compostura, con motivo de peso, pero innecesario para el caso que le trajo hasta en el ministerio. Respiró varias veces de manera profunda para regular su postura, y sus chacras internos. —Es normal que le tema a lo desconocido... y más si una de las posibilidades es la muerte— miró fijo a ambos y volteó. Al fin la serpiente le propinó una mordida, era el principio, al fin podían dar inicio a la aventura que el destino les tenía preparado. Lawan recordó cuando, mucho tiempo atrás, daba clases junto al resto de arcanos en la universidad. Allí recibía magos y brujas de todos sitios, de todas las culturas y países para aprender de él la lengua de las serpientes, habilidad que conllevaba una prueba que muy pocos magos y brujas superan. Este entrenamiento se llevaba a cabo durante varios meses, y no era para nada el escenario de lo que estaba sucediendo allí en las oficinas del departamento de transportes mágicos. Era muy peligroso lo que estaban planteando hacer, acelerar el proceso de vinculación no era la vía más acertada para extraer información de lo sucedido con las serpientes, no si eso podía atentar con la vida del director Haughton. —Cuéntame lo que ves... — Lawan se deslizó en un abrir y cerrar de ojos hacia el Haughton, la mordedura de la serpiente le empezaba a hacer efecto, pero ¿de qué manera? Agarró al mago por la espalda para que este no se caiga al suelo. —Señor director... responda— lo recostó en el suelo de la mejor manera que pudo y se sentó a su lado a esperar si el mago avanza a través de la guía de la serpiente, o muere en el intento.

Lengua parsel con @ Cillian Haughton Claro que era real. ¿Cómo siquiera podía pensar que no lo era? El vampiro resignado intentó no pensar en el desaire que acaba de sufrir a manos del que era director en un departamento del ministerio de magia, DE MAGIA!!!! —Si, es tan real como yo mismo y el anillo que porto— levantó su mano izquierda y le mostró la joya que de oro blanco y pequeños detalles con serpientes resguardando la hermosa piedra mágica de su centro. —... y que alberga la magia de todos aquellos que han superado la prueba impuesta para convertirse en hablantes de pársel— esperó a que Cillian pudiese observar detenidamente la reliquia que yacía en el dedo del vampiro. —He enseñado a muchos, de la misma manera muchos no lo han conseguido... Bajó la mano que portaba la reliquia mágica, su delgado cuerpo empezaba a sentir una especie de agotamiento que apenas pudo identificar su procedencia. Le estaba costando conseguir que el mago acceda a prestarle su ayuda para dar con el origen del contrabando ilegal de especies de ofidios mágicamente especiales. —Claro es que es peligroso— suspiró un poco para calmar su alma. La preocupación aumentaba, las demás serpientes que aún estaban encerradas en, a saber, que cajas de material de este departamento, escondidas en algún lugar del planeta. —Señor Haughton...— se puso delante del mago, salvando aún más las distancias. —el vínculo con el ofidio es solo el primer y más fácil de los pasos que hay que seguir para poder acceder a los poderes ancestrales que guardan estos preciosos seres en su interior— el tono de voz del vampiro se relajó un poco, de nada le servía alterarse ni desesperar. Sin embargo, no podía evitar sentirse atado de manos y tener que depender de la habilidad del director del departamento de transportes mágicos, no le daba mucha seguridad al respecto. Le urgía poder salir en la búsqueda del resto de serpientes que aún quedaban atrapadas. —Déjeme decirle que cuenta con una gran ventaja— intentó sonar más convincente. —esta pequeña lo ha elegido, ella no pondrá mucha traba a la hora de formalizar el vínculo... sin embargo, usted ha de ser del todo sincero con el ofidio— por segunda vez acercó la serpiente para que el mago que tenía delante le permite deslizarse por su mano. —es importante desprenderse de la piel que nos limita y no nos deja avanzar... deshágase de todo aquello que lo frena, de los sentimientos que le atan y anclan a momentos que debería dejar atrás— Poco a poco el ofidio se deslizó por la palma de la mano de Cillian, dibujando una espiral con su cuerpo dejando su cabeza perlada y sus ojos rasgados clavado en los del Haughton. —¿Que siente? — dio un paso a tras y dejo a ambos seres fundirse en uno solo.

Lengua pársel con @ Cillian Haughton El encantador de hanói se sintió juzgado por haber rechazado la taza de té. ¿Es que acaso la vida y protección de las pequeñas criaturas era menos importante que beber té? Siseó en la lengua de las serpientes, una expresión que a la lengua de los humanos se podría traducir como; <servís como comida de anaconda> junto a una mirada de enfado muy poco disimulada. Al fin la culpable de la interrupción desapareció por la puerta del despacho, volviendo a dejar a ambos magos solos con sus asuntos. El pequeño ofidio de escamas perladas, respondió son un suave siseo acompañado de un ir y venir de su lengua bífida. —Así es señor director, yo mismo encontré esta cría en una de las cajas que llevaban el logo de este departamento— el vampiro bufó a acabar la frase. Luego miró los rasgados ojos de color esmeralda de la cría. La ira resurgió con cada pensamiento de lo que le haría a los magos o brujas responsables de tal aberración. <Se lo puedo enseñar si el humano está dispuesto a abrir la mente y conocer la verdad> sonidos de eses y más eses fueron emitidos por la pequeña criatura. Lawan, sopesó la idea de darle acceso a la más antigua magia de estas criaturas. ¿el Haughton podría ser capaz de abrir su mente y conectarla a la de la serpiente? No podía estar seguro, hubo un momento que el Arcano dedicó años y años a la enseñanza de transitar por la mente y los recuerdos, a través de los ojos de un ofidio. Aquellos recuerdos lejanos evocaron en el encantador de hanói, nostalgia por la enseñanza. <pequeña... conmigo como guía y la sabiduría ancestral de los de tu especie, podemos hacerlo transitar, si él está dispuesto> imitó los sonidos de la serpiente y suspiró. Lawan había decidido, junto al ofidio, que este se vincule al director del departamento. De esta manera les resultaría más fácil entender la historia de su cautiverio y como llegó de contrabando hasta Europa. No era un proceso rápido, muchas veces dependía de la predisposición del mago que requiere el vínculo, sin embargo, puede resultar muy doloroso para él o para el mismo ofidio... un vínculo que es forjado por ambos seres al tiempo, en el presente, pasado y futuro... —Como le decía...—- el tono de voz del vampiro cambio de repente, era sosegado y con ápice de resignación, melancolía ¿quizás? —la historia es larga, pero mi amiga ha sugerido una cosa u tanto descabellada para ayudarle a entender sobre su procedencia y de cómo fue a parar a una de sus cajas con piezas de escobas voladoras— acarició la escamosa cabeza de la serpiente perlada y continuó. —ella le acaba de escoger para mostrarle con sus propios ojos cómo es que ha llegado hasta aquí— No era un procedimiento normal, ya no. Hace mucho que se dejó de hacer por los peligros que acarrea el ingerir veneno de serpiente, y más si es de una especie rara y poco común. Sin embargo, la experiencia del Arcano y su guía, podían augurar una exitosa vinculación. Pero, ¿Haughton estaba preparado para aquel viaje? Solo podía confiar en que el director del departamento acceda para comenzar la aventura. — ¿Ha escuchado sobre el vínculo entre magos y algunas especies de serpiente? — interrogó el arcano. — Consiste en viajar por la mente de la serpiente, mediante una mordedura venenosa, y encontrar un punto en común que conecten vuestras almas... de esta manera podrá acceder a la magia antigua de la criatura... Cada persona que se somete a este vínculo experimenta cosas totalmente diferentes, por lo tanto, no le puedo avanzar lo que verá ni lo que sentirá cuando se produzca esta conexión— se acercó un poco más hacia el mago para extender el brazo y que haga un primer acercamiento con la criatura, antes de la mordedura. —¿Y bien? — Lawan y la serpiente sisearon al unísono mientras su voz sonó dentro de la cabeza del mago, para hacerse entender.

Lengua pársel con @ Cillian Haughton El encantador de hanói recordó de mala gana cuanto gustaba a los occidentales enrevesar todo con formalidades innecesarias y, sobre todo, más aún los británicos con su falsa modestia y suspicacia crítica. Lawan resopló en disimulo de su disgusto a la pregunta sobre cuál era la identidad del arcano. —Formalidades... no las echaba de menos, desde luego— replicó mientras acomodaba el nón lá. —Ahora se me conoce como Lawan Nguyen Thant, arcano de la lengua de las serpientes— acabó la frase al tiempo que levantaba la mano y en ella, una cría pequeña de serpiente cascabel se deslizaba enrollada hacia el exterior. El vampiro había llevado consigo una de la cría muy pequeña de una serpiente cascabel albina, el ofidio apenas llegaba a los 15 centímetros de largo, pero los siseos que emitía eran fuertes, una superviviente. La rareza de las escamas de serpiente albina se pagaba muy bien en los mercados de contrabando, además de su veneno y el cascabel que difiere en sonido con sus homólogas de color natural. —Sin embargo, señor... —lawan volvió a centrar sus ojos en el director. —... no vengo en calidad de maestro, los asuntos que me traen hasta su despacho son más urgentes— fue nuevamente interrumpido, ahora por una mujer que llevaba consigo una tetera. La paciencia del vampiro estaba llegando a su límite. Al parecer el asunto sobre el tráfico de especies no eran tan interesantes para Haughton como las chimeneas rotas y las escobas que no vuelan. —Gracias, estoy bien así... si no le importa me gustaría seguir con nuestra conversación y esta vez sin más interrupciones, a poder ser. —Esta pequeña de aquí...— sus ojos cambiaron al ofidio de escamas blancas y perladas. —...fue rescatada hace unos días de las manos de un grupo de contrabandistas que operaban almacén junto a cajas con etiquetas de varios fabricantes de escobas voladoras— acarició las escamas de la diminuta cabeza de la serpiente mientras siseaba para tranquilizarla.

Hablante de pársel con @ Cillian Haughton La vuelta a Londres había sido para Lawan, un punto de inflexión a corto plazo. La sola idea de dejar el continente, más aún el santuario que había llevado a todo su esplendor junto con un equipo de magos y brujas muy preparados en el cuidado y rescate de criaturas en peligro de extinción. Ya no le quedaba más que hacer por aquellas criaturas que había ayudado a rescatar, todos esos ofidios que le habían suplicado auxilio. La etapa de salvaguarda, de especies que han estado a punto de ser erradicadas por el ser humano, del vampiro no había hecho más que empezar, con su vuelta al viejo continente, nuevas aventuras le esperaban al encantador de Hanói. Parte de sus nuevas responsabilidades, era el conseguir un hábitat nuevo y seguro para las serpientes que se había traído a Londres. Estos ofidios no tenían un sitio al en el que ser resguardados, y las reservas mágicas no eran un sitio idóneo para aquellas especies. Sin embrago, este asunto estaba ligado a una de las pistas que le habían convencido para situarse allí, a las puertas del ministerio de magia. Había pasado primero por Hogwarts, avisando al nuevo director de su regreso a Londres, y también le había anunciado los asuntos excepcionales que lo habían propiciado el retorno del arcano con respecto al departamento de transportes mágicos. La capa de viaje cubría su delgado cuerpo, dejando oculto las marcas visibles de los años, que habían sido congelados en el aspecto de un hombre mayor, adulto con signos visibles de la edad. Pero que para el vampiro no era más que una piel exterior, que al igual que las serpientes, tiende a cambiar... a mudar. Coronando su cabeza, su Nón Lá, típico de la región vietnamita de la que es oriundo, descansa sobre sus cabellos negros y desaliñados... El encantador de hanói atravesó la entrada de visitantes del ministerio de magia y avanzó hasta el atrio, en donde se encontraba una recepción en la que preguntó la planta que llevaba los asuntos de transportes mágicos del reino unido. —Si, por favor... necesito ver al director del departamento de transportes mágicos —siseó el vampiro. — !Muchas gracias! —se dio media vuelta mientras caminaba hacia el ascensor. La bruja que lo había atendido le indicó que el departamento se ubicaba en la sexta planta y que el señor Haughton le esperaba en su despacho. Lawan espero mientras el ascensor llegaba a la planta que había solicitado. —Buenos días— el tono de su voz era apacible, hablaba casi en susurros, hábito que había desarrollado gracias a sus amigas ofidias. —Es usted el director del departamento? —miró al hombre que estaba detrás de un escritorio, la pregunta igual sobraba porque en la puerta había una placa con su nombre y cargo, pero las convenciones sociales le obligaban a ser cortés. —Me gustaría comentar con usted un asunto delicado sobre ciertas maniobras “curiosas” que ocurren en los principales puertos y estaciones de trenes internacionales, que son de gestión pública y gestionada por su departamento. ¿Tiene un minuto, por favor?