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Fengari M.

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Mensajes publicados por Fengari M.

  1. Hooola! He estado leyendo lo que escribían, y me he inspirado *-*

    En base a lo que están escribiendo, podríamos añadir detalles (subrayé algunas palabras porque he tratado de englobar todo lo que aportaron), como por ejemplo:

     

    La triada de la Marca Tenebrosa busca ampliar sus poderes en una de las noches más poderosas del años, Halloween, o antiguamente llamada la Noche de las brujas o Noche de los Difuntos, donde el mundo de los vivos y los muertos se separa a penas por una delgada tela. Noche idónea para que los líderes del bando mortífago, llevaran a cabo uno de sus más ambiciosos planes; obtener poderes superiores a los seres vivos, encerrados en herramientas prohibidas según un mágico libro.

     

    Es por esto, que la triada encabeza un aquelarre de selectos mortífagos, quienes tuvieron que encontrar una de las herramientas prohibidas (un objeto que simbolizara a un dios o deidad), donde se cree que se encuentra encerrado la esencia del dios que ellos eligieron. Y formando un círculo de poder (como antiguamente lo hacían las brujas en Halloween), llaman a los dioses y éstos poseen a los mortífagos. Los líderes, a sabiendas de lo que sucedería, creen que su plan marcha correctamente al tener un ejército de dioses a su disposición para acabar con sus enemigos y desatar el terror en el mundo no sólo mágino, sino también muggle.

     

    Sin embargo, las cosas no salen como las imaginan, puesto que hay dioses que jamás querrán obedecer, y es ahí cuando se desata el caos. Dioses que desean gobernar, dioses que buscan venganza, dioses de la muerte, etc.

     

    Y eso es más o menos lo que yo había pensado xD

  2. «¿Cómo te sientes ahora?» —Feliz— susurré en voz baja. Había cambiado mi atención hacia la pequeña calabaza que se encontraba en la palma de mi mano; tan diminuta como un limón, y poco más grande que un botón. La había encerrado dentro de un puño desde que pude recibirla junto al diploma, reservándola solo para mí, en esos segundos para descifrar mi destino, aunque eso… ya lo conocía muy bien. Suspiré dos veces seguidas, con los ojos centrados en la graciosa calabaza mirando su color aun imperturbable.

     

    El ultimo alumno había subido al estrado, y con él finalizaría la ceremonia de la graduación numero cincuenta. Lo miré tomar el pequeño calabacín entre su mano y sentí un ligero tirón en el estómago al tomar cierta consciencia sobre lo que estaba sucediendo. «¿Será qué después de esto… ya no nos volveremos a ver?» me pregunté mordiendo mi labio inferior, encogiendo las cejas y bajando la mirada hacia mi propia calabaza. Observándola a cada instante y cómo sus colores lentamente proyectaban un cambio en la piel.

     

    Suspiré de alivio durante un largo rato al reconocer el color verde. —Así es mejor —me dije sonriendo tímidamente a la pequeña calabacita— tu sabes por qué te volviste de ese color —le susurré en secreto guardándola en un bolsillo secreto entre mi espalda y las alas. Resoplando, entrelacé mis dedos sobre mi regazo escuchando el final de la ceremonia, el cual coincidió con el abrazo de Ania. Sonriendo hacia ella, me quedé sentada observándola llorar, girando hacia Kutsy para compartir la reacción, mientras ella se iba.

     

    —Y así nos abandonó… —decía antes de sobresaltarme al sentir un sorpresivo abrazo, encontrando a mi hermana Kassandra—. Kass ¡viniste!— dije aliviada.

     

    Probablemente ella sería la única Black Lestrange que me saludaría aquel día, y aunque la sensación de no ver a mis padres empezaba a darme una especie de alergia en el rostro, sonreí ampliamente abrazando a Kassandra. La escuchaba bromear sobre las bebidas y los dulces que habían preparado para la recepción, pero yo solo quería sentir la compañía de alguien familiar. Me sentía terriblemente huérfana. Y aunque los ojos me picaban, seguí sonriendo aun abrazando a mi hermana, y su sola presencia me recordó a papá.

     

    —Soy huérfana —murmuré solo para mí. Observando mí alrededor «maldito Zeth… maldito trabajo de Mía(? … ¡osh!» masticando mi labio inferior pensé «¿vendrá mi mamá Bel?».

     

    Soltando a Kassandra, sentí la presencia de alguien más, alguien a quien no esperaba ver por su estado, y sonriendo nuevamente me acerqué a ella dejando a Kassandra en compañía de Kutsy— ¡Irina! llegaste ¿estás bien?

     

    Aunque me gustaba la sorpresa de Irina, estaba preocupada por su estado, y observando su pronunciado vientre, sentí el remordimiento por invitarla subliminalmente a que asistiera a mi graduación. En silencio la escuché, recibiendo un obsequio de su parte— ¡oh! No debiste molestarte —le dije sonriendo y abrazándola mientras sostenía su regalo, les di un beso en la pancita a mis futuros sobrinitos y asentí hacia su excusa— está bien Irina, muchísimas gracias por venir, y gracias por traer a mis sobrinitos, que aunque no hayan nacido, ya son parte de esto.

     

    Y despidiéndome de Irina, me acerqué a Kutsy observando a Kassandra distraida. — no te preocupes, ve. Yo estaré por aquí con Kuusi. le dije, tomándo de la mano a Kutsy para que me acompañara cerca de una mesa, sentía la garganta seca «¿Cómo te sientes ahora? —nostálgica»

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  3. Hooola

     

    aww Qué agradable es poder ver un tópic oculto *-* ... he leído lo más que he podido y comprendo la importancia de la lista, de hecho... cuando me planteé postularme al Ministerio, necesité mucho conocer un lugar donde me generara rol activo y donde estuvieran compañeros del bando. Creo que la idea de tener un enlistado con colores para diferenciar a los miembros de la Marca es estupendo, facilitará muchas cosas!

     

    Me parece que el módulo de la lista que deja Aine, es más factible que el de Kurt, porque simplifica la información (y es que con tantos datos es pesado tener a la mano la información) sin embargo los colores ayudan muchísimo. Definitivamente se hará algo de mucha ayuda para las perdidas como yo :love: ... Y ahora... en que les ayudo? D:

  4. Hola! *-* siii la nuevita por aqui.

    Cómo convocaron a los nuevos ingresos *me sacudo el polvito inexistente de los hombros* heme aquí :love: ... jajaja bueno, hace unos días que leí esto, y confesaré que me emociona la idea pero a la vez sentía cierta resistencia, pero ya que solo es una preselección... me dije ¿por qué no? igual y tengo mi vocación frustrada de locutora(? controlada.

     


    Nick: Fengari Snow Black Veill
    Edad: D: por qué???
    Sexo: femenino, las mujeres al poder!
    Disponibilidad: ehmmm no quiero quedar como vaga, pero media alta.
    ¿Cómo te describirías? seria y responsable(? yo soy la niñera número uno del barrio. Aunque... últimamente ya no me llaman e.e
    ¿Tienes algún sabroso cotilleo? (cuenta cuenta): no... Creo que no, espera quizás si.. no sé, podríamos negociarlo, tu sabes, la información es valiosa.
    ¿Cómo te gustaría participar? locatora comentarista de chismes *O*

     

  5. Hacían minutos desde que había acabado de alistarme, y aunque no fue tan complicado terminar de colocarme el tocado dorado, recordé haberme pasado por lo menos dos horas encerrada en mi dormitorio, en la casa de los Centauros de Blodwyn «bajo tierra» fundamenté elevando el mentón —entre orgullosa por la insignia verde y orgullosa por vencer mis miedos—, segura de que jamás había tenido tanto miedo —más que a la claustrofobia—, y mi nueva fobia comprendía un simple significado, el pavor escénico. Resoplando, acomodé aun un par de mechones rubios ondulados sobre mi pecho, cayendo con gracia sobre la delicada tela que envolvía mi cuerpo.

     

    Ansiosa y a la vez preocupada, inhalé varias veces sintiendo la compañía de la naturaleza que caracterizaba a aquella parte de la Academia, los suaves cantos de las aves y la brisa afrutada que llevaba el aroma a árboles de pino y flores silvestres, danzaban a mi alrededor, elevando las hojas teñidas de rojo. «No puedo creer que me vaya a graduar. Bueno si lo creo, tuve buenas calificaciones, y sobre todo, cuando sentí el final tan cerca que me sentí flaquear… tuve grandes amigas a mi lado que me apoyaron» reflexioné sonriendo con la mirada fija en un par de mariposas.

     

    Sentada sobre una lápida vieja, tenía mis manos apoyadas sobre una cruz de mármol, con el codo encajado y la palma abierta para descansar mi rostro. Las alas ligeras con plumas suaves de color arena, extendidas hacia los lados, proyectando el reflejo de una hermosa ángel en medio de un prado. «Creo que el disfraz es demasiado» pensé con las piernas dobladas una sobre la otra «pero… no habrá otra graduación, y es especial. Todo es especial» me dije con seguridad, suspirando nuevamente y evitando la tentación de echar a correr a mi dormitorio, aunque eso significara sentir la opresión de bajar nuevamente a la cueva subterránea.

     

    —Ni muerta vuelvo ahí— dije con convicción. La estadía en la casa de los Centauros, había sido una tortura, pero una agradable tortura. Extrañaría mis luchas personales en la escalera, y a las jefas de casa esforzándose por que bajara los escalones— extrañaré todo esto.

     

    No era Cupido, aunque estaba muy cerca «si es Cupido basta voz mental, yo te controlo... Ok, si soy Cupido». En mi espalda, había flechas enlazadas que sobresalían detrás de mi cabeza, de forma ordenada dándole altura a la diadema que coronaba las ondas suaves de mi cabellera rubia-clara. El diminuto vestido dorado, con delicadas franjas negras y bordados en hilos de oro; fluía como la seda sobre mi silueta, corto hacia delante y con una larga cola al espaldar. Delicado y revelador.

     

    Con el brillo del traje, apenas me pude permitir usar una sortija en la mano derecha, en el dedo medio; el cual observaba detenidamente hasta que logré a oír unos murmullos y voces acercándose. Sonriendo complacida, observé a mis amigas acercarse, poniéndome rápidamente de pie para alcanzarlas. Estaba segura que compartía la misma ilusión que observaba en sus miradas. Mordiendo mi labio inferior, me mantuve en silencio mirándolas y disfrutando de la dicha de compartir aquel momento especial con ellas.

     

    —hola mi bella genio respondí a Kutsy. «Ahora si FAK`s… a graduarnos» pensé en decir, pero en lugar de ello terminé diciendo —me graduaré con la vaquera y la chica de la danza árabe ¡que emoción!

     

    En la ceremonia, nos ubicamos en los asientos que naturalmente siempre habíamos tomado. Ania en el centro, yo a la izquierda y Kutsy a la derecha. Mientras éramos llamadas, aplaudí enérgicamente cuando mis amigas fueron invitadas a tomar sus diplomas, y mientras estábamos sentadas, luché contra las ganas de jugar con un lacito del disfraz de Ania, la vaquerita que esperaba su vaca «¿y si transformamos la vaca en toro?» me pregunté mirando a Kusi de forma cómplice, observando los delicados brillos de su hermoso traje árabe «no Fengari… pórtate bien, solo unos minutos mas».

     

    —¡oh! —susurré ante mi propia llamada de atención, con el brillo sobre mis celestes ojos, prometiendo travesuras mas tarde.

     

     


    _______________________
    OFF

    Oh! Queridos compañeritos, que emoción graduarme con ustedes, los conozco a todos sin excepción *-* y agradezco esa oportunidad.

     

     

    Ania Evans Weasley Fak numero dos!!! Nos graduamos juntas es el destino(? Y que no digan que todo es cosa de tu flojera, nononono… tu sabias que llegarían tus dos almas gemelas (si esque eso existe xD) y por eso nos esperaste! Una de mis dos mejores amigas, a quien debo muchísimo, gracias por ser mi amiga, y por soportar mis ataques de nostalgia… y compartir toda tu alegría, eres mi complemento! te quiero Ania! En hora buena!

    Fengari Snow Black Veill oh Fengari, la mejor de todas las alumnas, como siempre, encantadoramente linda B)

    Helen Reyes compatriota!! Ha sido una sorpresa graduarnos juntas, una agradable sorpresa, que bueno que hayamos compartido la clase de Rol Avanzado, un placer realmente, Felicidades!

    Kirara7 Camy!! Lo hicimos!! Estoy emocionada de haber acabado por fin, tengo que agradecerte muchísimo porque tú me motivabas para seguir cuando sentía la flojera gobernarme @.@ …así que si estoy graduándome, tiene mucho que ver contigo querida amiga, Felicidades!

    Kritzai felicidades batracio.

    Kutsy Kuuusiii!! Mi Fak numero tres, la que me invita de su magenta y me lleva en su unicornio! Ohh kusii también estoy super emocionada por compartir esto contigo, yo sé que es el destino, la fuerza de la luna, o lo que quieras… y estoy contentísima de que seas también mi mejor amiga. Mi medio limón dulce! Te adoro! Muchas Felicidades!

    Nats Moon Rambaldi Crouchs oh! Nats!! Mi compañera de duelo, a que somos el mejor grupo duelando B) agradezco mucho que hayamos estado juntas en la clase para conocernos, Muchas Felicidades!!

    Perseus Myrddin H. Henry! Ha sido genialoso conocerte, te dije que al principio me caías mal? Si te lo dije, ¿no te lo dije? Ya lo sabes, pero me equivoqué y que bueno haberme equivocado. Ha sido un placer cursar contigo la academia y conocerte un poquito, Felicidades!

    Vladimir Alexae oh Vladimircito, acabamos la academia…. ¿puedes creerlo? Parece como si tu y yo hubiéramos hablado tanto sobre las clases, la academia, duelear y matarnos mutuamente. Definitivamente tu eres uno de mis amigos, aunque de los pocos que a veces tengo ganas de estrangular, te deseo lo mejor, y pórtate bien. Bien hecho!

     

     

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  6. Departamento Organizativo del Cuartel General de Aurors
    Oficina para las Relaciones Ministeriales

    «¿No llegar? ¿Y perderme de la acción? Jamás» pensé sonriendo mientras terminaba de escuchar al Ryddleturn. Asintiendo con la cabeza, giré mi atención hacia Anna Ryddleturn, a quien relacioné directamente a Enrick, no solo por el apellido… «¡Oh! Claro, su melliza. El parecido es… impresionante» reflexioné modulando mi mirada, puesto que no quería ser obvia, al menos no en ese instante; donde el rubio mago serio, podría arrepentirse y regresarme a la oficina a jugar con el papeleo que se amontonaba sobre el escritorio de su único aprendiz. «Exclusividad» por supuesto.

     

    Afianzando mis ojos en la hechicera, respondí su saludo. —un placer señorita Ryddleturn.

     

    Sosteniendo la sonrisa, seguí a Enrick hasta otra mujer a quien reconocí rápidamente. Taurogirl Crouchs, la directora de la Academia de Magia y Hechicería, a quien había visto pocas veces por los pasillos pero siempre presente en los actos importantes de la institución; aquellos que no estaban permitidos a los estudiantes, donde nos escabullíamos con mi grupo de amigas, a cotillear… «Tan solo por aburrimiento» pensé minimizando un poco la sonrisa por las travesuras. Afirmando hacia la mujer, saludé silenciosamente.

     

    La Crouchs se veía cansada, definitivamente no era tarea sencilla estar al frente de cuatro grupos grandes de chiquillos; sobre todo, porque los reportes de mala conducta, inasistencias y explosiones causales, se amontonaban diariamente en la secretaria de la dirección «o eso me había contado Ania». Suspirando, me centré en la seriedad del mago, agradeciendo no haberme perdido de la reunión, puesto que conocer a dos de las directoras de las instituciones más importantes de la comunidad mágica, era imperdible.

     

    Relajándome, mordí los bordes de la boca disimuladamente «¿eso evitara que digas algo imprudente? —¡sí!».Suspirando nuevamente, observé la oscuridad filtrarse en el claro —está oscureciendo— susurré a penas sin notarlo. Notando mi voz, miré directamente a los brujos «¡Qué seriedad!» solo amplié mi sonrisa como disculpa por la intromisión.

     

    Acomodando mi cabellera hacia un lado sobre mi hombro, empecé a juntar mis manos tras mi espalda, entrelazando los dedos mientras pequeños sonidos provenían de mis nudillos. La quietud no era mi fuerte. Resoplando espontáneamente, continué masticando mi labio inferior, escuchando con atención el fundamento del auror. Mi brillante vista iba y venía sobre los rostros concentrados de todos los integrantes de la íntima reunión, alzando mis cejas cuando el mago señaló impotentemente las actividades peligrosas que el acusado podría estar haciendo en las aulas de clase de la Academia de Magia.

  7. Hola de nuevo *-*

    Holitas a todos vengo de la firmeria trayendo mi hermosisisiiiiisima firma, gracias a Derek que la hizo, y aqui la dejo firma para que pueda aparcer tambien en el "anuario" hay anuario?? tienen un album de firmas?? :o quiero ver esooo... derek lo dijo, no es que haya aparecido casualmente en mi perdida mente(? aww bueno, dejo la firma tematica... adios *-*

     

    http://i.imgur.com/rQ5SDWc.png

  8. Buenos dias :love:

     

    ohh!! gracias Derek por hacer mi firma =) la imagen ha quedado fantaaaastica *-* y tienes razon, ha quedado muyy bien... esque yo me esforcé en buscar la imagen(? ... y yo tambien tengo que decir algo interesante como para poder rellenar estas lineas que me faltan u.u aunque nunca entenderé porque siempre hay que hacerlo en todos lados, excepto en los terrenos de juego, ahi todo es genial B)

     

    bueno voy y llevo mi firma al topic de las firmas tematicas... adios!

  9. Hola!! vengo a apuntarme al escuadron *-* creo que promete mucho y estoy motivada +.+

    • Nick: Fengari Snow Black Veill
    • Rango: Base
    • Link a roles: rol uno - rol dos - rol tres - rol cuatro(? - y rol cinco para la variedad
    • ¿Qué cosas te gustaría fomentar dentro del rol? fomentar? D:ahmm (¿…?) xD bien… yo espero que con un rol grupal se pueda ampliar la forma de ver a los roles como simples narraciones aburridas, creo que se puede llegar a incentivar el rol de "calidad", practicándolo y divirtiéndose con base a las historias que creemos, creo que eso fomentaría una relación más amena con todos... de manera que todos interactúen. Como dicen los eslogans “al alcance de todos” y más dinámico.

     

     

  10. Hola *O* aww soy de las nuevitas, y yo tambien quiero participar de las firmas tematicas :love:

    asi que me tomé un tiempo para buscar una diosa que no esté dentro de la lista y encontré una que me encantó (la verdad es que ya la conocia *-* en la cultura pagana, es muy conocida... :rolleyes: ) y ya llené la ficha que dejaron en el otro tópic... y creo que ya D: ya verdad?? dejo a Diana :

     


    Nombre del Dios: Diana
    Dios de: Diosa de las brujas
    Imagen: http://i.imgur.com/hAUxUR1.png o http://i.imgur.com/4mhb3Zg.jpg
    Nick: Fengari

     

    y eso es todo *-* muchísimas gracias a quien lo haga :love:

  11. Hooolas!

    yo me quiero unir también a la temática de las firmas *-* y tengo la elección perfecta. me costó encontrar la lista más actualizada D: y espero en serio haberlo hecho bien, asi que.... como nadie elijió a la misma diosa que yo, yo elijo a DIANA

     

    Diana es la diosa de las brujas, no las de harry potter -.- ni de las wiicas, bueno creo que aun tambien lo es... pero no va al caso. es la diosa de las antiguas brujas... Diana es la diosa de la luna, adorada por las brujas desde tiempos inmemoriables en lugares de Italia, según el evangelio de Aradia. Según san google, enntre las divinidades femeninas adoradas en Roma la diosa Diana ocupa un lugar especial, como diosa de la caza. Las sacerdotisas de la diosa eran iniciadas en su culto con ritos misteriosos y crueles, como los latigazos hasta sangrar, asi bien masoquistas x.x por lo que esta divinidad es considerada por los griegos, como la inventora de la magia, la patrona de los sortilegios y encantamientos. :love:

     

    vengo al ratito para traer mi firma, cuando me la hagan :cry:

  12. Departamento Organizativo del Cuartel General de Aurors
    Oficina para las Relaciones Ministeriales

     

     

    «¡Osh! ¿Cómo pudo dejarme olvidada? ¿Cómo pudo irse sin decirme nada? ¡Y de la nada, después llamarme! Es que acaso… ¡¿acaso yo no cuento?! (?» Cavilaba mientras golpeaba la amplia puerta trasera de la Academia de Magia y Hechicería. El sonido se propagó mediante el eco hasta algunas habitaciones del primer nivel, deteniéndome abruptamente sobre el suelo adoquinado, cerrando los ojos conforme se acentuaba el sonido del golpe. —oops —susurré disculpándome con el portón, girándome hacia la lámina de madera labrada— lo siento, tú no tienes la culpa de nada —le dije a la puerta, acariciando el borde como si la consolara.

     

    Suspirando, me volteé observando el camino posterior de la academia, un pintoresco sendero que llevaba hacia los calidos y tranquilos escenarios de los Jardines Sumaes.

     

    A penas habían pasado unos minutos desde que pude aparecer en una de las chimeneas de la imponente institución; los polvos flú se habían adherido a mi túnica oscura, cuya estructura se ceñía a mi torso mediante hermosos botones plateados, cayendo sobre mis caderas ampliamente. A través de los empedrados pasajes, recorría el bosquecillo del jardín admirando las hojas que caían de los arboles, anunciando el otoño. Deteniéndome cerca de un banquito de piedra, suspiré observando mí alrededor; flores silvestres, arbustos de vivo color y, algunas mesas y bancas solidas predispuestas para los caminantes.

     

    Resoplando, mordí mi labio inferior para continuar hacia el lugar pactado. La parte frondosa del bosque «donde seguramente se encontraba mi jefe» prometía misterio e intimidad. Bajo las sombras de los arboles, llegué a una zona alejada de la quietud y neutralidad de la academia, donde las leyendas señalaban que el mal y las aventuras gobernaban el tenebroso bosque. El escenario se hacía más tétrico y quizás de una forma casual, empecé a tiritar por la brisa helada, sobándome los brazos conforme me acercaba a un pequeño claro. «¿Será que realmente hay maldad por aquí? Uhmm ¡maravilloso!» pensé sonriendo y encogiendo los hombros mientras continuaba caminando.

     

    Al acercarme a la parte más espesa del bosque, divisé a varios metros tres siluetas, deteniéndome asegurándome de tener mi varita de Haya a la mano. «¿Por qué hay tres personas aquí ?» me pregunté con preocupación «¿serán refuerzos?». Masticando mi labio inferior, inhalé profundamente después de intentar acomodar mi cabellera alborotada, errando ante el intento ajustando tan solo un par de mechones ondulados platinados. Saliendo de las sombras, me acerqué a los magos con una de mis típicas sonrisas, minimizándola al notar los rostros serios «¿ella no es la directora de la Academia? —concéntrate Fengari— vale, vale» suspiré.

     

    Haciendo una reverencia a las brujas, sonreí a Enrick inspirándole confianza, asegurándole que no haría ninguna de mis bromas y que me guardaría el consejo del cianuro cómo endulzante para los cafés «al menos… un rato». Instantáneamente, me presenté con convicción: —buenas tardes, soy Fengari Black Lestrange, aprendiz del Cuartel General de Aurores.

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  13. *lleno la fichita*

     

    Nick del personaje: Fengari Snow Black Veill
    Link a la Ficha de personaje: Ficha
    Link a la Bóveda: Bóveda para que dejen su cariño(?
    Parentezco con la familia (sanguíneo, adoptivo, visitante):
    adoptivo
    Relación con la familia (Hij@, sobrin@, ahijad@ de...): Hija de Bel!
    Mascotas/elfos que posea y desee que aparezcan en la lista: Chelsea
    Actividad que puedes aportarle a la familia (alta, media, etc):
    nuce
    Correo electrónico (opcional): joyce_cc@outlook.com (esta enlazado con el skype: joyce_cc)

     

     

    ahora si ya soy miembro oficial?? *O*

    *zarandeo a Pandora y busco a mi madre* mamá??? :o *viene a mi mente las escenas de la pelicula de terror* omg! Quiero un padre, exijo un papá!

  14. Siguiendo el canto de las aves, me senté en un roca observando a un par de mariposas posarse cerca de las flores, cuando levante la vista me quede congelada «oh oh… problemas a la vista». Rápidamente traté de buscar un lugar a donde correr «piensa rápido Fengari, pronto acabaras la academia, y jamás pasaste la noche en tu casa» me decía torciendo las cejas, pero era demasiado tarde. Suspirando, me puse en pie y mordí la esquina de mi labio inferior devolviendo la mirada a una de las jefas de los Centauros.

     

    Sonriendo nerviosa, me acerqué hacia la hechicera, deteniéndome exactamente a diez centímetros del umbral de la casa. —No… yo no entrare ahí —aseguré en susurro negando con la cabeza como si me enseñaran un objeto envenenado.

     

    —yo soy… soy Fengari, Fengari Black Lestrange —le dije tomando aire, sonriendo para tratar de tranquilizarme.

     

    Nerviosa, tomé mis dedos entre las manos haciéndolos tronar en cada movimiento inquieto. Mis ojos estaban fijos en los escalones que llevaban hacia el interior de la residencia, y aunque me esforzaba por mostrarme educada y atender las palabras que gentilmente la jefa de casa me ofrecía, toda mi atención estaba marcada en los centímetros que descendía —con gran presión por su parte— haciéndome ingresar cada vez más a las profundidades de la casa de los centauros «esto está muy abajo, muy cerrado… bajo tierra. Demasiado abajo, demasiado cerrado».

     

    —¡No puedo! —exclamé apegándome al muro. A penas había dado cinco pasos y mis dedos se aferraban fuertemente contra la rocosa pared— yo… yo en serio no puedo —confesé a la mujer sintiéndome pesada y con el aire desvaneciéndose en mi garganta.

     

    La claustrofobia avanzó rápidamente a mi garganta, cerrándola para que mi cuerpo sintiera que el aire escaseaba, y cuando estuve a punto de girarme y salir corriendo, un chico pasó de lado caminando con rostro severo hasta los dormitorios, salió y se dirigió a Jessie. Era distante y parecía que las cosas para él eran fáciles, escuché su mención de aguardar a que la jefa se desocupara, y mordí mis labios sintiéndome como una “ocupación vacía de tiempo”, así que me deslicé por la áspera muralla y me senté en el escalón con el rostro mirando el techo y toda mi cabellera enredándose entre mis hombros y brazos.

     

    —Tengo claustrofobia —dije finalmente, sintiendo los latidos de mi corazón en mi cuello.

  15. Estaba quieta en mi asiento, esperando a que Elvis me respondiera, mientras tanto… me apoyé nuevamente contra el hombro de Ania, dándole una mirada al techo calcinado y empolvado. Las fisuras se hacían notables, además de que el olor a humedad empezaba a acrecentarse. «¿Y si llegase a derrumbarse la casa, después de todo… esta casi destruida?» reflexionaba observando las sombras proyectadas por las antorchas, bostezando y tocando con las pestañas las mejillas.

     

    «¿Ya te dormiste?» me dije sacudiendo despacio la cabeza, empezando nuevamente a suspirar del sueño, el cansancio y la pereza. Quizás el sol pronto saldría en unas horas, o quizás no… pero era probable que mi noción del tiempo haya sido alterada, después de todo, aun la piel se me ponía chinita al recordar el extraño sueño que presencié en primera persona al tocar el espejo «ya luego me explicaran eso», pensé torciendo los labios.

     

    La clase avanzaba y el buen Gryffindor respondía con paciencia cada una de las dudas que habíamos dicho, aunque claro… yo esperaba que la profesora Mónica también me diera su punto de vista sobre mis inquietudes. Atenta, y apoyando mi peso en mi amiga, escuchaba con esmero cada explicación que daban, informándome del punto de vista del mago, y comprendiendo que habían cosas que aun yo no entendía, y que quizás no las entendería nunca.

     

    Suspirando, cerré los ojos y me recosté sobre mi brazo. «Desearía tener el poder de la adivinación, así sabría a qué lugar he de pertenecer» reflexionaba entre sueños, bajo la inconsciencia me sentía muy sola, y las personas más cercanas a mí, llenaban mi corazón… «¿y si me convierto en una mortífaga descorazonada? Sola… y severa ¿y si ese es mi destino? Ese es mi linaje, la tradición» pensaba suspirando, abriendo los ojos y esforzándome por concentrarme en la clase.

     

    —¿respondió mi pregunta la profesora Malfoy? —le susurré a Ania, y cuando ella negó con la cabeza, inflé mis mejillas acomodándome en mi asiento y levantando la mano.

     

    —Señorita Malfoy —dije para llamar su atención— ¿Cuál es la visión del bando mortífago? ¿Qué enseñanzas se les inculcan a los jóvenes que aspiran ser mortífagos? Y… ¿Qué cualidades debe tener una persona para calificar dentro del “canon” mortífago? —pregunté esforzándome por hacer preguntas especificas.

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  16. Departamento Organizativo del Cuartel General de Aurors
    Oficina para las Relaciones Ministeriales

     

    «Así que iremos tras un peligroso delincuente» meditaba emocionada con una gran sonrisa mientras descendía del ascensor y caminaba tres pasos detrás del Ryddleturn. El atrio del Ministerio era un espacio inmenso, donde los magos y brujas que trabajaban en las diferentes divisiones del Ministerio. Observándolos, noté como transitaban muy abstraídos en sus asuntos. —¡que raros! —pensé resoplando y haciendo una pausa al frente de una enorme fuente.

     

    Acercándome a la pileta, pude ver pequeños círculos dorados y de color bronce, en el fondo brillando y opacando la claridad de sus aguas. Estaba ensimismada en las pequeñas moneditas que resplandecían desde la base del imperioso ornamento, y cuando sentí cerca la presencia de mi jefe, lo escuché sin quitar la vista. Casi podía jurar que estaba a punto de impulsarme hacia el interior de la fuente, casi encantada por la singularidad de la pileta, así que solo asentí hacia el Ryddleturn, concentrada en el reflejo del agua.

     

    Horrorizada, vi cómo mi cabello estaba cerca de asemejar una bola de paja en el desierto «¡oh por Dios!», así que esforzándome por torcer los rulos de una manera aparentemente ordenada, suspiré complacida al notar como mi rostro se veía un poco diferente «al menos, ya no parezco una púber de trece años» pensé, mirando la túnica ploma envolvía mi torso con elegancia, ciñéndose alrededor de mi torso hasta la angosta cintura, cayendo ampliamente después sobre mis caderas. «Debería hacer algo con el cabello» pensaba haciendo un rápido moño con los mechones rubio-platinados.

     

    Atenta a mi reflejo —¡Niña!— di un rápido brinco ante el gritó del Ryddleturn, alcanzándolo con una tímida sonrisa, oyendo sus indicaciones y asintiendo como una muñeca de porcelana que mueve la cabeza de arriba abajo.

     

    —Yo puedo estar quieta —le respondí en voz baja chupándome los labios. En realidad era difícil que estuviera completamente quieta. Pero haría el intento.

     

    http://i.imgur.com/UNKLFyK.jpg

     

    Pronto, el mago hizo un Sonorus para ampliar su voz, instintivamente me alejé dos pasos de él, cerrando los ojos cada vez que el Ryddleturn hacia una exclamación. «Así que ese es su nombre, Jank… » Meditaba cogiendo un pergamino que levitó hasta mis manos, observando por primera vez el rostro del peligroso mago al que íbamos a capturar. Suspirando, arrugué el folleto para guardarlo en un bolsillo de mi túnica, asegurándome antes, de tener mi varita de Haya cerca.

     

    —sip, al banco —le respondí rodando los ojos mientras corría para alcanzar su paso. Ingresando en la chimenea continua a la de él para desaparecer del Atrio.

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  17. Estaba junto al Ryddleturn escuchando con atención lo que intentaba comunicarme, mis manitas rígidas y mis labios mordidos desde adentro, intentando controlar la inquietud natural que siempre me embargaba. «¡Que serio!» medité batiendo mis pestañas hacia el mago.

     

    —¡al banco! ¡yuju! Nos vamos de paseo —exclamé mientras corría a mi escritorio.

     

    Introduciendo la mano en el interior del bolso tote, cogí una elegante túnica de amplias mangas y color plomo, poniéndomela inmediatamente mientras aun guardaba una cándida sonrisa sobre mi rostro. La prenda se ceñía desde mis hombros hasta la cintura, cayendo por sobre mis caderas de una forma elegante. «Bien, debería verme mayor de esta forma» medité observándome en el reflejo de un cuadro, sonriéndole a la esbelta rubia que ahora aparentaba unos dieciocho años.

     

    Cuando regresé la mirada al jefe de la oficina donde laboraba, lo encontré finalizando la explicación y entendí que me había distraído y probablemente había ignorado una pequeña parte de su aviso «gran parte Fengari, has ignorado la parte más importante; la peligrosidad de la misión —da igual, es emocionante—» reflexioné ubicándome en el mismo lugar donde anteriormente me concentraba en él.

     

    —¿un delincuente? ¡Genial!— exclamé sin detenerme en coger una postura seria, tenía las palmas juntas y estaba segura de que pronto empezaría a aplaudir de la conmoción— ah sí… bueno, estoy aquí para aprender, quiero ser una gran aurora, y tengo la pasión y la convicción para seguirlo en las misiones que se requieran «excepto hacerla de carnada, eso no me va bien… bueno si, pero no quiero ser la damisela a quien tengan después que rescatar» respondí con una gran sonrisa, confiada de que si moría… en San Mungo me revivirían «así el temor a la muerte pasó de moda»

     

    Determinante, acomodé mi cabello para que se viera ordenado, mientras caminaba hasta el elevador, deteniéndome cuando una pequeña criatura se presentó delante de Enrick, «¡que mono!» pensé oyéndolo dar explicaciones a su amo, quien se veía tenso y algo aburrido con la melosa explicación que su elfo domestico le estaba dando. Sonriéndole, sujeté mis manos detrás de mi espalda esperando a que el mago me acompañara en el ascensor. «El Atrio, bien» y siguiéndolo, me despedí de Elizabeth sacudiendo mi mano, mientras desaparecía tras las puertas del elevador.

  18. Mientras descansaba plácidamente sobre uno de los mausoleos que estaban cerca de la estatua del Centauro, escuché unas voces que hicieron que me impulsara sobre mis brazos para “observar” con las pestañas aun pegadas contras mis rosadas mejillas, el origen del bullicio que intervino descaradamente en mi siesta. Sentía como los mechones rubios caían sobre mi rostro, alborotados y desordenados de tal forma, que probablemente parecía más un wookie plateado y no una niña.

     

    Bostezando, me lancé nuevamente contra la lápida, ésta vez con el rostro hacia el sol. Girando un poco mi rostro para apenas abrir un ojo con dirección hacia unas avecillas que se encontraban cerca del ingreso a la casa de los Centauros de Blodwyn —así que fueron ustedes las que me despertaron —exclamé rodando sobre mi cuerpo para caer sobre la hierba, incapaz aun de hacer mayor esfuerzo que respirar— tengo sueño… ¿Porqué no van a revolotear cerca del lago?

     

    Mientras intentaba negociar con las aves, puse mis manos contra la frente en forma de visera, protegiéndome de los rayos de sol. Mi cuerpo se encontraba en una posición que indicaba que me habían lanzado y que, sugería mi permanencia de la misma forma durante horas; con las extremidades extendidas como estrella de mar, usaba unos jeans celestes que astutamente habían evitado que mis rodillas se rasparan con las ramitas, además de una camiseta de algodón sin mangas de color negro y un cardigán rojo que estaba remangado centímetros debajo de los codos.

     

    Cuando sentí que el estomago empezaba a crujirme, me senté sobre el suelo para observar mi alrededor, notando que todo estaba igual que los demás días, así que me concentré en atar los codones de mis zapatillas para después ponerme en pie, estirando mis brazos hacia el cielo y dando un par de brinquitos deteniéndome con horror frente a la entrada de mi casa.

     

    —¡hay no! No quiero entrar ahí… pero, pero tengo hambre… y no quiero ir a la cafetería. —me dije mirando con soslayo hacia la Academia a la distancia, y suspirando busqué mi varita en el bolsillo trasero de mi pantalón.

     

    Cada mañana despertaba con la misma sensación, que debía vencer mis miedos y de una vez por todas conocer la casa a la que había sido asignada, antes de que la oportunidad desapareciera.

  19. «Eso fue tan raro» vacilaba en mi mente sobre la visión que había visto anteriormente, así que mientras arrastraba mi silla hasta el lugar donde se ubicaba Ania, me acomodé torciendo la vasta de mi maravilloso vestido de encaje para cruzar las piernas y observar con “interés” la clase. Ambos profesores aun estaban al lado de la misteriosa placa de zafiro, al parecer… aun tenían más por hacer. «Esta noche es taaaaan extensa, desearía ya irme a dormir» pensaba mientras cerraba los ojos, acunando mi rostro en mi puño.

     

    El cansancio de la anterior visión, me había cansado por completo, absorbiendo mis energías físicas y anímicas, así que mientras mis parpados se hacían pesados, cerraba mi visión cerca de un mechón dorado al que resoplaba con cada suspiro. Apoyé mi antebrazo en el hombro de mi compañera, y mi bajé mi cabeza hasta la suya, arrugando mi cuerpo hasta hacerme una especie de bolita a su lado, cálida y acompañada. Sonreí y me deje llevar por el sueño.

     

    Mientras tenía las pestañas cerca de mis rosadas mejillas, escuché varias injurias adentrarse en mis pensamientos, «¿Ania, con quien peleas? ¡Sangre siiiii!» me decía incapaz de mover los labios o los músculos; puesto que el campo soleado y el aroma de las fresas me obligaban a quedarme junto a ellas. —Déjenme dormir— murmuré apegando mi frente contra mi antebrazo, segura de que había levantado mi mano izquierda lista para abofetear a cualquiera que osara despertarme. Flores y mariposas, todo lo que necesitaba.

     

    A pesar de la calidez del sueño, sentí cómo suaves ráfagas de energía se estrellaban contra mi piel, «¿hechizos?» me pregunté obligándose a abrir los ojos. Refregándome sobre los parpados, afiné mi verde mirada y observé los últimos detalles de la escena que se había proyectado en el salón derrumbado — ¿eso es…? — Susurré señalando una luz iluminando el rostro de una persona, quien acababa de desaparecer — ¡Ania mira! —empujé con la mano a mi compañera para que viera la energía que emanaba aun en el aire a causa de un potente encantamiento.

     

    La sorpresa me hizo sacudir el aburrimiento para concentrarme en los hechiceros. Elvis, fue el primero en explicar lo que había sucedido, seguido por Mónica. «¡Ajá! Todo tiene sentido ahora» medité torciendo los labios y tocándolos con la punta de mis dedos. El salón rápidamente se llenó de cautelosos murmullos, las palabras de la mortífaga estaban llenas de verdad, yo misma había muerto la primera vez que fui a “visitar” una mansión odefa. Si, no me enorgullecía de destrozarla, bueno… bueno si, pero tenía que admitir que la adrenalina de los choques de rayos eran más apremiantes.

     

    «Por supuesto, ¿Quién intentaría decir algo en contra de uno y otro bando, teniendo a personas de alto estatus delante?» pensé sintiéndome emocionada por tener carta blanca para preguntar. Y es que preguntar se me daba perfecto, aunque se me daba mejor si no era bajo presión. Así que esperé a que Perseus, Nats y Kirara, hicieran sus preguntas, y reprimiendo las ganas de levantar la mano como colegiala muggle, hice un gesto delicado con la voz, para atraer la atención de los magos.

     

    —profesor Elvis —llamé meditando mi pregunta— La Orden del Fénix esta enlazada a la idea de paz, con ideales de justicia… pero, el resto del mundo mágico piensa que al igual que la Marca Tenebrosa, la Orden del Fénix es una “agrupación” ilegal causante de destrozos en Ottery — puntualicé, intentado explicarme correctamente, esforzándome por no usar mi condición de futura Aurora— porque, lo que el resultado es igual de desastroso. Además de que el Ministerio de Magia, mantiene una postura neutral, y señala a ambas agrupaciones como altamente peligrosas.

     

    —Por otro lado, no comparto el punto de vista de mi compañero Perseus. Pienso que si una agrupación es más débil que la otra, el enemigo ya hubiera aprovechado esa debilidad para arremeter sin dudas. Y respecto a eso, me encantaría saber ¿cómo se organizan ambos? ¿Cuáles son las enseñanzas que hacen aptos a sus miembros? Porque no creo que todos los mortífagos seas “homicidas” o que todos los odefos son “pacíficos”, después de todo… son humanos, bueno a excepción de los vampiros y licántropos, y demonios, y banshees… bueno la idea es esa.

     

     

     

    OFF:

    Mi ficha está lista para ser revisada *O* …siento mucho las carencias, había olvidado actualizarla, bueno, es la primera vez que lo hago.

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  20.  

    Holitas!! Vengo a dejar este post porque deseo que actualicen mi ficha de la manera que está aqui abajito, asi que agradezco de antemano a quien lo haga *-* y le deseo suerte, porque quiero que quede tal como esta ^^

     

    *dejo canasta con dulces*

     

    Pd: Siento haber editado, los links no funcionaban :cry: prometo que no volverá a pasar

     

     

    http://i.imgur.com/vEVUbvO.jpg

    http://i.imgur.com/8zL5fJB.png

    Nombre del Personaje: Fengari Neraida Ieiael Hayleen Snow Black Lestrange

     

    Sexo: Femenino.

     

    Edad: Adolescente, 14 años aparentemente — 1 año de edad biológicamente.

     

    Nacionalidad: Luxemburguesa

     

    Familia(s):

    • Black Lestrange
    • ——

    Padre(s) Sanguíneo: Zeth Black Lestrange & Mía Black Lestrange

     

    Padre(s) Adoptivos: ——

     

    Trabajo: Cuartel General de Aurores. Oficina para las Relaciones Ministeriales. Aprendiz.

     

    http://i.imgur.com/z8msYFz.png

    Rango Social: Aprendiz

    Bando: Neutral

    Rango dentro del Bando: ——

     

    Nivel de Poder Mágico:

    Puntos de poder en objetos: 20

    Hechizos adicionales: ——

     

    Puntos de poder en criaturas: 0

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: ——

    Habilidades Mágicas: ——

     

    Conocimientos Especiales: ——

     

    http://i.imgur.com/6a2PDb5.png

    Raza: Vampiro.

     

    Aspecto Físico:

     

    Fengari es una híbrido con tendencias físicas vampíricas con rasgos peculiares; nacida de madre humana y padre vampiro. De 170 centímetros de postura soberbia y mirada soñadora. Heredó la piel extremadamente pálida de sus antecesores Black Lestrange, pronunciándose más por el lazo directo con su padre, Zeth. Sus grandes ojos, son delineados por espesas cortinas rizadas de pestañas oscuras, afinando su singularidad un grupo pequeño de hebras pigmentadas de color plateado por naturaleza, casi a cada extremo de la línea del párpado. Tiene los orbes de un tono celeste, que a veces parece ser de color lila o verde, acentuándose los diferentes pigmentos debido a las sustancias ingeridas (comida ordinaria mantiene el color celeste, sangre animal da como resultado el color hazel y sangre humana entinta sus orbes de un lila casi rojizo).

     

    Su cabellera es larga y rubia-platinada, de mechones desiguales que caen sobre sus hombros y espalda como una cascada ondulada, rubia al igual que su madre Mía; sus mejillas son acuareladas con un suave rosa, coloreando también sus gruesos labios con delicadeza. Su vestimenta es espontanea y cómoda pero con tendencia en los vestidos vintage; cintas de colores brillantes, vestidos de capas y románticos, telas de colores suaves y pasteles. Le gusta contrastar su aspecto, demostrando que es mucho más que solo una muñeca de porcelana, por lo que sorprender vistiendo casacas de piel, botas y jeans.

     

     

    Cualidades Psicológicas:

     

    Fengari es una niña especial, cuyos conocimientos se rigen en base a experiencias ajenas de historiadores y libros, aparentemente madura y emocionalmente estable; sin embargo, lleva consigo siempre una sensación de ansias y sed de conocimientos. Es sociable pero a su modo, puesto que le aterra los grupos grandes de personas, además es desconfiada por naturaleza, así que tiene un juicio premeditado con las personas que apenas conoce. La mayoría del tiempo es tierna y alegre, serena y con momentos de efusión explosiva por detalles insignificantes, como por ejemplo; el nacimiento de una nueva criatura, un sabor diferente en el helado, el color exuberante de las alas de las mariposas.

     

    Es sumamente amiguera y leal, adora la naturaleza, los animales y cree fervientemente en la importancia del respeto de cada forma de vida. No obstante, en sus venas corre la sangre mortífaga Black Lestrange, linaje puro del que ella está consciente, por lo que no le aterra herir a las personas —según los libros que ha leído, las guerras han existido desde la creación del mundo, todas con una causa verdadera y una razón de ser—, anhelando convertirse en la mejor duelista y acabar con la imagen delicada que su belleza nativa proyecta. Sus cambios de humor son frecuentes, debido a la rapidez con la que tuvo que desarrollarse su psiquis y personalidad, así que es normal que en cualquier momento sonría o se entristezca como reacción.

     

    Su enojo se da cuando siente que atentan contra sus ideales o seres queridos, lo cual desata una ira contenida hacia la maldad del mundo que ella no intenta bloquear, motivo por el cual siempre tiene sus dudas sobre el juego de bandos en Ministerio de Magia. Y a pesar de sentir que está en el lado equivocado, ella le será tan leal como sus padres, porque la herencia ideática y los lazos sanguíneos tienen más valor que los ideales individuales. Tiene una relación especial con su padre, al ser su última hija sanguínea; el lazo paternal es alimentado por el respeto y los profundos conocimientos de ambos, compartiendo pocos viajes juntos, pero acrecentando su relación con los más pequeños detalles. Con su madre, la relación es más amical, cual hermanas. Convirtiéndose Mía, en su mejor confidente y maestra, la respeta y le guarda gran admiración. Siendo ella la mujer que Fengari desea ser al crecer.

     

    En la mansión Black Lestrange, ella siente la necesidad de sentir afecto, por ello busca a su hermana Kassandra, quien se convierte en su hermana favorita, a quien admira y adora.

     

     

    Historia:

     

    Fengari nació una noche de luna llena, desconoce los detalles del alumbramiento de su madre, pero reconoce claramente a sus padres como una pareja con un lazo irrompible de comprensión, lealtad y amor. Nació de la unión de su padre vampiro y su madre humana, ambos medios hermanos, regalándole a Fengari la particular mezcla de ambas razas. Como un ser hibrido, se desarrolla física y sicológicamente rápido, ampliando sus sentidos con una mayor visibilidad y una audición poco mas evolucionada de lo normal.

     

    Con solo días de nacida es llamada por su madre como Hayleen Black Lestrange; no obstante, después del embarazo, la rubia se encuentra en un entorno confuso debido a la concepción de la niña, por lo que se la entrega a su hermano Zeth para que éste se haga cargo de ella y la eduque como su único padre, renunciando aparentemente la Black Lestrange como madre de Fengari. Él acepta complacido con la idea, comprendiendo la situación perfectamente —pues éste se encontraba teniendo otra relación con otra bruja— y adoptándola legítimamente como su hija, llamándola Fengari Snow. Al pasar los meses, deja a la niña en un monasterio muggle, donde unas religiosas cuidan de la pequeña hibrida que crece extraordinariamente, maravillando a las mujeres que ven en ella un milagro. Apiadándose de la encantadora creatura y ocultándola tras el nombre de Fengari Snow Black Veill.

     

    Tiempo después, su madre se une formalmente con su madre Mía; en una maravillosa ceremonia nupcial donde la pequeña asiste en brazos de su media hermana Kassandra, además de al cuidado y respaldo de los elfos insignias de la familia Black Lestrange. Después del casamiento y la luna de miel. Zeth decide llevarse a la pequeña Fengari a un viaje casi interminable, con la intención de ocultar a la infante de aparentemente unos 7 años de edad del mundo mágico y permitirse educarla lejos del ajetreo de un Ministerio de Magia titubeante ante la guerra silenciosa de los bandos. Entre libros y amigos que conoció durante la larga travesía, la pequeña Fengari creció rápidamente alimentando su mente de las experiencias vividas por otros, adentrándose al mundo de los libros y viviendo junto a sus héroes de papel la sensación y la libertad de una vida libre. Meses después, el mago decide regresar a la niña a los brazos de su madre, acompañándola a su retorno y despidiéndose de ella para que éste se impulsara en un nuevo éxodo, ésta vez a solas.

     

    A su vuelta a Ottery, se encuentra con su progenitora quien la recibe en su hogar y la tiene a su cuidado y protección en la mansión donde ésta es matriarca. De esta manera, Fengari adopta el nombre de Fengari Neraida Hayleen Snow Black Lestrange, registrada oficialmente como Fengari Snow Black Lestrange en el Ministerio de Magia. Con la ausencia de su misterioso padre y la ilusión de conocer a su madre —una notable hechicera ilustre del Ministerio de Magia—, intenta seguir los pasos de ella, encontrando en su corto camino, sus propias cualidades y deseos. Además, viviendo una nueva aventura: conocer a sus otros hermanos. En su vida, aparece Kassandra —una de las hijas adoptivas de su padre, quien se convierte en una de sus mejores amigas, con quien tiene un afectuoso vihínculo, señalando como el peso que equilibra su vida fría. Es así que impulsándose a conocer el mundo, conoce a Ania y Kutsy, sus mejores amigas, con quien comparte el grupo de las FAKs.

     

    Actualmente cursa las últimas materias de la Academia de Magia y Hechicería, desempechando a la par su primer empleo como Aprendiz en la Oficina para las Relaciones Ministeriales, en el Departamento del cuartel general de Aurores, conjuntamente anhela que su padre vuelva para heredarle todos sus locales en Diagón.

     

    http://i.imgur.com/cr49uDE.png

    Objeto Mágico Legendario: ——

     

    Objetos Mágicos:

    • Objeto 1: Varita Mágica.

      Clasificación: AA

      Puntos de poder: 20

    Total puntos de poder en objetos y pociones: 20 puntos.

     

    Mascotas y Criaturas:

    • Criatura 1: ——

      Clasificación:

      ——

      Puntos de poder: ——

    Total puntos de poder en criaturas: 0 puntos.

     

    Criaturas en la Reserva: ——

     

    Elfos: Chelsea

     

    http://i.imgur.com/iq76V1Y.png

    Licencia de Aparición: No

     

    Licencia de Vuelo de Escoba: No

     

    Registros de Raza: Vampira

     

    Registro de Elfos Domésticos: Chelsea

     

    http://i.imgur.com/i3NWgTp.png

    Curiosidades:

    • Nació una noche de luna llena, el día que más nevó.
    • Heredó el cambio de color de orbes de su padre, y el cabello casi platinado de su madre.
    • Su nombre es la vocalización literal del griego que significa Luna.
    • Su patronus es un aethonan blanco.
    • Su boggart es un ataúd encerrándola bajo tierra.
    • Al sufrir de claustrofobia, nunca pudo entrar a las habitaciones de su casa en la Academia; los Centauros de Blodwyn.
    • Su varita es de madera de Haya con ornamentos de plata, flexible con núcleo de pelo de unicornio.

    Cronología:

    • Julio — Cursa la Academia de Magia y Hechicería.
    • Agosto — Es aspirante a la Marca Tenebrosa.
    • Setiembre — Se desempeña como aprendiz en el Cuartel Gral. de Aurores.

    Premios y reconocimientos: ——

     

    http://i.imgur.com/hlCspox.png

    Link al Perfil de Comprador MM: ——

    Link a Bóveda Personal: Bóveda personal

    Link a Bóveda Trastera: ——

    Link a Bóveda de Negocio: ——

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda familiar

    Link a Bóveda Familiar 2: ——

  21. Holiiitas!

     

    ¿Me bajan puntitos por no rolear? :cry: pero si hago lo necesario B) en serio... =( lo que pasa es que aquí hay descriminación(? claaaro porque Ice podría cerrucharle el trabajo al buen y noble Benjamín

     

    :huh: uhhh como dice Misha, hay una asesina entre nosotros .. que bueno que Ice es niño *O* asi no entra en la red de conspiracion muahaha

     

    Yo ya te agregué al skype, Mathias, pero no me has aceptado =^.^= *lo señalo acusadoramente*

     

    Bueno ya ya u.ú me voy a sobornar a la bonis xD

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  22. Me observé frente al espejo después de recordar la primera vez —y la única— que mi padre me dio mi adorada varita de Haya. El espejo se había vuelto diamante negro puro, como si se diluyera en una delgada capa sobre el fondo del muro, abarcando cada rincón de la estrecha pared. Un nudo se había formado en mi garganta, tan grueso que dolió al intentar pasar las palabras. «¿Por qué me dejaste papá?» pronuncié aun quieta frente a la negra pared, mis labios prensados entre mis dientes, y mi mano rígida aun adherida al espejo mágico. De pronto, una sombra más oscura apareció en el fondo azul infinito. Era solo una silueta, tan familiar que mi corazón se conmovió con reconocer la silueta de sus manos.

     

     

    Flash back

     

    «¿Papá?» susurré mentalmente por temor a que estuviera viendo una alucinación, pero la imagen se hizo cada vez más nítida; tanto, que aquellos ojos color invierno provocaron que mi agitada respiración se volviera vapor ante mis ojos. «¿Esto es un recuerdo?» me pregunté siendo consciente de que ya había acabado la memoria que compartí, y que el murmullo de mis compañeros eran la confirmación de que había vuelto. —Ya acabé —dije con los ojos fijos en mis zapatos, el recuerdo de mi padre en el principio fue un alivio a la nostalgia, pero ahora era un dolor tan intimo que me parecía una ofensa que los profesores jugaran con él— por favor ya deténganlo.

     

    —Creo que es suficiente —me dije— ¡que lo dejen ya!— grité girando hacia el mago a un extremo del espejo. Pero él ya no estaba «¡qué rayos...!» rápidamente volteé mi mirada hacia la otra hechicera, e igualmente se había desvanecido.

     

    La placa de zafiro, empezaba a rodear mi mano de una forma extraña, amoldándose a ella y succionándola de una forma abrumadora. Intenté jalar con todas mis fuerzas, pero sentí un tirón desde mi hombre al codo. El dolor empezó a golpearme y tan solo bastó que cerrara los ojos unos segundos, para encontrarme detrás del espejo. —Dioses —susurré llevándome el dorso de la mano a los labios, la energía que emanaba la pared era arrolladora— ¿Qué es esto? ¡¿Qué hicieron?! —Grité golpeando con mis puños contra la pared.— ¡sáquenme! por favor…

     

    La frustración se volvía sofocación, y la sofocación miedo. Tenía miedo. «Tengo terror» grité en mi cabeza cerrando fuertemente los ojos convencida de que era otro ataque de pánico. «Es la psicosis, esto no es real, es la psicosis. No estoy encerrada, es un juego mental, no estoy encerrada, es la psicosis, esto no es real. Esto no es real, esto no es real, esto no es real… » Seguía pensando mientras mis nudillos sangraban contra la rígida pared fría, mis uñas arañaban la superficie, descascarando agujas de hielo que entumecían mis dedos. El espejo se había vuelto una delgada capa de hielo seco, tan helada y densa que no podía alcanzar a ver lo que había al otro lado.

     

    Las lágrimas en mis ojos se convertían en pequeñas escarchas sobre mis mejillas, y el nudo en mi garganta ganada más presión conforme mis labios temblaban ante la opresión. Estaba haciendo un sobreesfuerzo para controlar mi psiquis, pero lo que mis ojos veían, eran tan real, como la sangre que se congelaba en mis manos. Mis ojos recorrieron los hilos rojos de mis nudillos, seguros de que la sangre ya debía coagular con el frio, pero existían gotas que aun caían, gotas más oscuras que ardían.

     

    Girando mis muñecas, tragué un gemido al notar cómo las huellas de las mordidas de los vampiros que habían intentado beber mi sangre, habían vuelto a abrirse como si un cincel las hubiera separado. —no vayas a llorar. No llores aquí— me decía atragantándome en mis palabras, cerrando los ojos en un intento de huir de lo que veía. Mis dedos temblaban, envueltos de sangre y con las uñas largas incitándome a arrancarme la piel, pero el nudo en la garganta había bajado hasta el pecho, oprimiéndolo en un claro reclamo de ansiedad. Todo lo que me rodeaba empezó a dar vueltas, el frio congelándome, mi cuerpo cayendo, la nieve envolviéndome.

     

    «¿Papá… por qué me dejaste?»

     

    Cuando abrí los ojos, la temperatura había cambiado drásticamente, el frio aire que había calado mis huellos, se transformó en una cálida brisa, con olor a vestigios de dolor.

     

    Estaba de pie, al inicio de una calle deshabitada, donde las casonas se encontraban silenciosas, borrosas… pero delante de mí, una silueta oscura me esperaba. «¿Quién eres?» pregunté con los labios quietos. La noche se había asomado sobre el pueblo fantasma, ocultando la identidad de la persona que me esperaba al otro lado de la calle. «Tu sabes quién es» oí en mi mente cerrando mi atención en el hombre «es un hombre —Pero tú sabes quién es—» por alguna razón, sentía mi corazón acelerarse.

     

    Dando unos pasos adelante, sentí una familiar conexión con el desconocido —se quién eres —susurré acortando aun más la distancia con el encapuchado.

     

    Lentamente continué caminando hasta él, ahora estaba a seis pasos de su ubicación. Mis ojos revisaban toda su ropa oscura, la capucha sobre su cabeza y el objeto que tenía en su mano derecha. «¿Qué es eso Fengari?» me detuve en seco al reconocer a mi varita de Haya, de una extensión considerable, totalmente rosada y con filamentos plateados que la ornamentaban —esa es mi varita —dije— ¿Por qué la tienes tu? —Pregunté dudosa aun más de la situación— ¡devuélvemela!

     

    El hombre, sonrió levantando su rostro, la luz de la luna iluminó totalmente su rostro. Era él, era mi padre. —Zeth…

    —Creí que habías entendido cuando te dije que nunca te quitaran tu varita —dijo él, su tono de voz no era el mismo, era oscuro y frio. La calle deshabitada parecía ocultarse entre la niebla ante la presencia del mago.

     

    —yo no… —«yo no deje que me quitaran la varita» quise decir, aun confundida y sin entender lo que había a mi alrededor. Quise correr y abrazar a mi padre, pero la indiferencia en su voz había vuelto mis piernas en concreto. «es mi papá» y lanzando las dudas, corrí hacia él abrazándolo, mis manos alrededor de sus brazos y mi rostro contra su pecho.— papá, te he extrañado tanto.

     

    Pero mientras cerraba los ojos, un fuerte dolor agudo me hizo gritar tirando mi cuerpo hacia atrás. —¡¿Qué haces?! —Exclamé cayendo contra el asfalto de la calle, instintivamente pegué mi mano derecha contra mi pecho, manchando con la sangre el vestido blanco largo que llevaba, y que no había notado hasta ese entonces «¿Qué está sucediendo? ¿Qué está pasando? No entiendo nada» —no entiendo nada. ¿Qué haces aquí?¿qué hago aquí? ¡¿Por qué estas aquí?!

     

    El vampiro tenía los ojos rojos como los rubíes, su mirada era dura y tenebrosa, de su boca, una gota de sangre rebalsaba hasta su mentón. —¿Qué hago aquí?— me cuestioné nuevamente mirando como la sangre de mi muñeca, no paraba de escurrirse, empapando todo el vestido y parte de mis cabellos sueltos. «Sangre. Sangre. Sangre» mis labios temblaron y de mis ojos nuevas lagrimas cayeron, mi corazón golpeó contra mi pecho y el veneno empezó a arder mientras más se propagaba por mi sistema— ¡eso es! — «yo ya soy hibrida, mi sangre no se diluye tan rápido, y el veneno no me hace daño, no me arde»

     

    Mis ojos se fijaron en el vampiro —no eres real. ¡no eres real! —de mis labios, una sonrisa diferente empezó a formarse, mis rodillas me impulsaron y rápidamente me puse de pie, los mechones dorados se pegaron contra mis brazos por la sangre, mis heridas siguieron abiertas, emanando sangre ficticia que dolía al solo recordarla. Y respirando profundamente, presioné mis puños y me abalancé contra Zeth.

     

    La tracción me hizo estrellar contra el vampiro, arañándole los brazos mientras éste se defendía debajo de mí. Mis uñas ya no eran largas, por lo que su piel mullida lastimó mis dedos, y en solo un descuido, el mago se giró arrastrándome de los cabellos hacia un extremo. De reojo mientras me esforzaba por soltar sus dedos entre gritos, vi como me llevaba hasta un árbol —¡¿Qué vas a hacer?! —exclamé antes de que el Black Lestrange me lanzara contra el tronco de árbol. La corteza raspó mis desnudos brazos, y con el impacto solo pude abrir levemente los ojos mientras me retorcía de dolor, observando cómo Zeth traía una soga para atarme contra el árbol.

     

    —Espera… no por favor —susurré teniendo al mago de espaldas. En mi mente, recordé el mismo miedo que sentí de pequeña cuando mordieron mis muñecas, sentí el mismo miedo que la vez en la que me encerraron en un ataúd para quemarme viva, sentí el mismo miedo que sentí al oler la tierra húmeda enterrándome bajo la superficie. Y sintiendo una extraña fuerza de mi interior, tensé todo mi cuerpo inhalando del miedo para empujar al mago con una patada en sus costillas.

     

    —te dije que no. ¡yo no deje que me quitaran mi varita! ¡Tú me la robaste!— gritando, mi puño cayó secamente contra su mandíbula, sintiendo el roce de sus dientes arañar el dorso de mi piel, mis sentidos estaban a flor de piel y las pulsaciones de mi cuerpo aumentaban conforme más caliente sentía mi sangre. El mago forcejeó intentando lanzarme contra una piedra, pero adelantándome a su acción traté de detener sus manos. «Es más fuerte que yo» me dije sintiéndome perder.

     

    «No. Tú eres más fuerte que él. El no existe. No existe, Fengari»— es cierto —y cerrando mis labios contra su muñeca, mordí con mis dientes humanos su piel, haciéndola jirones con toda la presión del odio que sentía. Los hilos de su sangre amarga recorrieron su brazo y un grito seco de su boca me anunció que su cabeza se iba a estrellar contra la mía. Tratando de esquivarlo, sentí el impacto raspar mi oreja rodando sobre las piedras en el suelo. Me sentía más fuerte que nunca, y estaba cien por cierto segura de que haría lo necesario por conseguir lo que quería, y lo que quería era volver a tener mi varita.

     

    —¡dame mi varita! —exclamé haciendo un último esfuerzo por ponerme de pie, y lanzándome contra él, pateé nuevamente su tórax arrebatándole la varita. El alivio fue un refrescante remesón en mi pecho, pero cuando mis ojos encontraron nuevamente al Black Lestrange, le apunté con mi báculo de Haya. No tenía dudas, sabía lo que debía hacer y aunque la sensación de satisfacción cosquilleaba mis dedos, exclamé: — ¡avada kedavra!

     

    Su cuerpo se redujo a cenizas, y todo mí alrededor se volvió neblina, el aire que al inicio me sofocaba, se limitó a envolverme. Sentí hasta en los huesos, que me desquité del odio que sentía por su abandono, sentí que asesiné su recuerdo mal formado, e imaginé el sabor del placer, al vengarme figurativamente de las pesonas que me habían usado. En el fondo de mi corazón, una parte oscura disfrutaba haberlo asesinado. Disfrutaba haber acabado con el problema; haber asesinado simplemente por la aflicción.

     

    «Me gusta esta sensación» Y sintiendo el golpe en la cabeza con más dicción, me derrumbé en el suelo.

     

    Fin del Flash back

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  23. Por unos segundos me quedé quieta observando al Ryddleturn, mientras el mago se encerraba en sus pensamientos de manera misteriosa; exhalé acomodando los rulos de mi cabellera en un esfuerzo por mantenerlos ordenados «¡rayos! ¿donde dejé el broche? ¡que decuidada Fengari!» . Acabé de beber el café y en el fondo de la taza, repasé mi rostro. Los ojos verdes se desvanecían a un tono amarillo tostado, mis mejillas se coloreaban de rosa ante la temperatura de la caliente bebida, y mis labios hinchados dibujaban una tímida sonrisa; de esas típicas sonrisas que nunca me faltaban, las que sin esfuerzo llegaban al corazón.

     

    Levantando la mirada, noté que el mago de cabellos claros se dirigía a mí, su voz me tomó por sorpresa. Así que poniendome al corriente de lo que decía, respondí rápidamente:

     

    —Tiene usted razón —musité entendiendo cada una de las palabras que el hechicero decía— la experiencia es importante —«pero la experiencia no solo es la sumatoria de vivencias, es el aprendizaje de ellas. Pero hay experiencias, pocas… experiencias que llenan Más una vida —ok, he perdido el punto— déjalo ya Fengari» medité observando con una sonrisa al mago.

     

    «Sigue hablando de lo que no debes Fengari, aprende de Aaron, és es incondicional a sus superiores, aunque digan que el cielo mañana será violeta. —Espera, hace unos días lo fue al anochecer— de acuerdo, estoy loca » y suspirando parpadeé desviando mi atención hacia la taza vacía. La estudié acariciando con mi pulgar la dureza de la porcelana en la aza, oyendo los suaves murmullos de los presentes, así como la explicación del Black sobre el interesante ingrediente que habia aconsejado a Elizabeth.

     

    Y tratando de usar mi mejor tono sorpresa, dije con cuidado: —¡oh! Lo siento Elizabeth, era una broma… —añadí sonriéndole a la taza, evitando otro suspiro, exhalé lentamente elevando mi mirada a los presentes— acepto tus disculpas Aaron. Estoy segura que no volverá a pasar. —continué mostrando una sincera sonrisa «me cansa estar a la defensiva» pensé recordando que debía estar alerta, no dejar que nadie se aprovechara de mi juventud e inexperiencia. Y el chico Black, me recordaba a un viejo amigo, del que prefería ni recordar sus rasgos.

     

    Batiendo mis pestañas, me giré apenada hacia Elizabeth, esperando que entendiera “la gran broma” aunque en el fondo, no hubiera fastidiado que le pusiera dos cucharadas soperas de cianuro líquido en el café del aprendiz. —Claro —dije volviendo a tomar el hilo de la conversación con mi jefe, esperando que no fuese necesario comentar mis datos personales en el ambiente donde todos los empleados concurrían y escuchaban. Probablemente, ya tendría demasiado con que mi jefe explotara literalmente al saber que el Consejo había aceptado la postulación de una joven “niña” para asistirle «seguro que Aaron se reiría de ello».

     

    —Correcto —respondí ante la curiosidad del mago por conocer a su empleada— mi familia sanguínea es la Black Lestrange, mis padres son Black Lestrange así que puedo decir sin equivocarme que literalmente mi sangre es inmaculada. Mi madre es directora de uno de los departamentos del Ministerio, mi padre en su momento también lo fue, ahora se dedica a los negocios del callejón Diagón. Actualmente asisto a los cursos avanzados de la Academia de Magia, y mis aspiraciones son muy altas señor, tantas que probablemente podrían sonar a conspirativas— bromee, reservándome algunos detalles personales.

     

    —Es cierto lo de la misión, y me encantaría poder conversar sobre ello con usted en la oficina —dije esperando que por fin pudiéramos tener una presentación más formal, en la formalidad de su oficina «¿es que no le da pena que su empleada este hablando de su linaje a mitad de un salón abierto ante los demás empleados?». Mientras su hijo lo distraía con el papeleo de sus exámenes, caminé hacia mi escritorio tomando un vuela pluma de mi cartera que levitó sobre mi hombro derecho esperando recibir mi indicación para empezar a tomar notas.

     

    Por algunos instantes, sentí envidia por la relación padre-hijo que observaba desde el fondo, el sonido de mis tacones habían cesado manteniéndome al margen de la conversación, por lo que acomodé el reloj de pulsera sobre mi muñeca, deteniéndome en las pequeñas cicatrices que ahora solo parecían rasguños cafés. «y aquí viene mi momento light» pensé esforzándome por sonreír, y mordiéndome los labios por dentro; sacudí la cabeza fijando mis amarillentas orbes en el mago, acercándome nuevamente a él, sonriente, carismática y serena, aunque los nudillos de mis manos empezaban a tronar, señal de inquietud.

     

    —¿Gringotts? —Repetí curvando una ceja, segura de que el brillo de mis ojos mostraba la expectación que sentía—¿si le digo que estoy emocionada, cambiará de idea y me dejará? —Bromee— me encantaría. ¿Iremos ahora mismo?

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