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Fengari M.

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Mensajes publicados por Fengari M.

  1. Nombre: Fengari

    Skype (o forma de contacto): joyce_cc

    ¿Por qué te interesa el escuadrón?: porque Anne es la jefa :love: y Anne me quiere y yo quiero a Anne, y si Anne me quiere, no me maltratará jajaja o eso creo u.ú ... Bueno y también porque se vé divertido y muy dinamico, es mas, con lo de los juegos me he motivado mas, y yo si me siento comprometida con acercar a los minis más a la marca, porque también fui mini como todos, y al no estar tan cerca del bando, ahora pago las consecuencias :cry: :cry:

     

     

    Holitas a todos!! ^_^ tuve que leerme todas las paginas para poder ponerme al día, así que respecto al rol, me encantaría participar y sobre los juegos puesss…. Me pido los puzles esque me gustan mucho y sé que podría manejarlo bien *-*

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  2. Aqui estoy!! :cry: me siento mal, enferma en realidad, me ha dado una de esas resacas en las que me probocan arrancarme el estomago, el cuello y... mejor todo el cuerpo x.x ...la muerte seria un regalo ahora :excl:

    mi cel esta morido, pero estoy en el skype, me conectaré dentro de unas tres horas masomenos, esta bien? ^_^ me dare una vueltita por aqui dentro de un rato cuando reviva

  3. Fengari Naberrie
    Departamento Organizativo del Cuartel General de Aurors
    Oficina para las Relaciones Ministeriales

     

    «Mala idea» pensé mientras las palabras salían de mi boca, «ahora entiendo por qué Enrick siempre recalcaba la importancia de que me mantuviera quieta y muda» suspirando, miré unos segundos mis manos y luego la punta de mi varita de Haya, «¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué el cuerpo de Aurores se presenta en una pelea de demonios? ¿Por qué estoy yo aquí?» me cuestionaba mientras el silencio en el pasillo se cargaba de mas negatividad, sin duda no les había gustado mi comentario, y al parecer, no les importaba el motivo de mi risa tampoco, solo… solo me veían como una presa.

     

    Ya era tarde para retractarme, así que solo me mantuve quieta y en silencio, con la mirada fija en ambos demonios que empezaban a… —confabularse —susurré asimilando la sorpresa de la espontanea alianza «¿dos demonios contra tres Aurores? ¡Rayos!». Paseando mi mirada entre la mujer y el hombre, fruncí el seño al encontrarlos casi acechándome y tras ellos, había una tercera persona «¿otro demonio?». Sip, ya todo estaba dicho, no importaba cuanto me gastara en explicar que me reía del Crouchs por su diplomacia o por el afectuoso nombre que le había dado su… “padre”. No lo entenderían, ellos querían violencia.

     

    Tomando una gran bocanada de aire, le respondí a la mujer demoniaca que estaba al lado del mago de cabellos blancos —no. No me estoy divirtiendo —e instantemente realizo un extraño conjuro que se transustanció en una singular masa de fuego que empezó a propagarse por los muros más cercanos a ellos.

     

    Mientras retrocedía, sentí una voz acercarse a mi oído, era una bruja— me río… eso ya no importa— dije concentrándome por no perder de vista al inexplicable fenómeno que sucedía, sin embargo, cuando mencionó “Yo creo que lo más sano es no estar en medio de está riña” giré mi rostro hacia ella para mirar su cara y sus gestos «¿y ella de donde salió?»— ¿los conoces? ¿Tu vienes con ellos?

     

    No supe si la mujer me escuchó o no, pero la sonrisa lunática que tenía me hacía dudar de mi seguridad a unos pasos de ella. Me aparté lo más que pude de la escena, apenas escuché la orden de Spectum, abriendo un par de puertas para asegurarme de encontrar algún herido que hubiese quedado rezagado con el fuego que se expandía. Por momentos sentía cierta necesidad de caer al suelo y arañarme el rostro frenéticamente como una loca, lo sentía porque estaba segura de que algunas llamaras de fuego me habían alcanzado en cuanto me giré para apartarme.

     

    Mientras salía de la primera habitación, maldije por lo bajo el comentario del auror «¿Qué hice demasiado burlándome? Como si me hubiera burlado de ellos ¡me burlé de ti!» pensé cerrando de golpe la lámina de madera. De inmediato, sentí cómo un hilo caliente se aferraba a mi cintura «¿pero qué es esto?», ardía como el golpe seco de un látigo, por lo que me doblé como gesto y poco antes de aferrar mis manos alrededor del dolor, sentí un brusco tirón que me arrinconó hasta el grupo de demonios «estoy perdida» pensé mientras palpaba el lazo abstracto y la mirada de los demonios. Después, desaparecí con ellos.

  4. Departamento Organizativo del Cuartel General de Aurors
    Oficina para las Relaciones Ministeriales

     

    «¿Moriré hoy?» fue la pregunta que daba vueltas indefinidamente por mi cabeza, pues estaba completamente segura de que las prioridades eran contener lo que sea que estuviera motivando la presencia de los Aurores en el Hospital San Mungo. Mientras sentía el ligero peso de mi varita asegurada al delicado cordón de plata que colgaba elegantemente alrededor de mi cadera, observaba con escepticismo la majestuosa edificación que se extendía hacia el cielo delante nuestro, tratando de adivinar el piso en el que se encontraba el causante de nuestra visita.

     

    «Creo que si moriré hoy» dije mentalmente, esforzándome por no resoplar demasiado alto, y aunque el Crouchs se veía muy profesional, nada me decía que mi vida estaba a salvo en su cuidado «¿y si me lanza de un balcón en un descuido mío? ¿y si lo lanzo yo a él?» me pregunté, sonriendo misteriosamente a la segunda pregunta. —mejor concéntrate Fengari —susurré mientras intentaba ignorar la explicación que daba el auror— ¿dos demonios? —repetí sintiendo cierta intriga en el caso.

     

    Según había oído, mi madre era demonio, bueno banshee, que al final me daba lo mismo, y mi padre era vampiro… y mi tercera madre humana, «temes a los demonios» escuché decir a la voz interna «lógicamente, seria est****a si los infravalorara». En el fondo sabía que era no era la respuesta ganadora, pero prefería pensar así a reconocer que jamás me había acercado demasiado a un par de demonios descontrolados «¿sentirían las mezclas de sangre que comprendían mi legado?» de pronto, sentí ganas de ocultar mis creencias de querer convertirme en sacerdotisa.

     

    Mientras nos trasladábamos por varios corredores, observé al mago poner en guardia su varita, gesto que seguí empuñando mi varita de Haya por uno de los pisos del hospital. Estaba a dos pasos de ambos Aurores, manteniéndome detrás por si debía correr hacia un ascensor y salvar mi vida(? «Mentirosa» riendo me detuve bruscamente al observar toda una escena a mitad de un pasillo, «vaya… » Aunque Spectum bajó su varita, no me arriesgué a cometer ese error.

     

    Observando toda la escena, me mantuve aun en posición de defensa, teniendo a Litah de mi lado derecho, a quien había perdido de vista mientras intentaba distraerme con una inoportuna discusión mental. No quise reírme, a pesar de las grandes arcadas que querían darme por toda la situación, era demasiado joven para controlar aun esa parte emocional, y cada vez que la situación se ponía tensa, tenia esas ganas locas de reír hasta desmayar. Y ahí estaba, controlando la risa.

     

    Inhalando de forma intensa giré mi rostro hacia Litah al llamarme. —¿sí? ¿Querías preguntarme algo? —cuestioné en voz baja. Al menos una conversación aplacaría mi risa.

     

    El discurso trillado del Crouchs, ambos demonios con miradas vacías y mucha ira, y el tener a mi abuela a mi lado, insegura de conversar conmigo. Todo me producía aun más risa, por lo que tuve que morderme los labios por dentro, pero… la inesperada respuesta del demonio de cabellos blancos me hizo quebrar, y una risa salió de mi boca «pequeño spectum». Abochornada pero con cierto sentido agradable, me disculpé —lo siento, lo siento. Sigan… digo, ¿cree que es sabio desatar vuestra ira e una institución pública?

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  5. Por un instante, cuando Litah Black Lestrange se giró para mirarme, me pareció encontrar el rostro de mi padre en el de ella… aunque sin duda, los rizos eran complicados de imaginar «aunque definitivamente los luciría muy bien». Sonriendo, me mordí los labios para evitar que alguna carcajada relajada se escapara de mi boca, «ella es mi abuela» dije mentalmente, reconociéndola cada vez más, por las fotografías que alguna vez Zeth me había mostrado, y por su retrato al frente del árbol genealógico de la familia, un árbol que a veces observaba durante horas.

     

    Inmediatamente, me acerqué al mostrador de Elizabeth, abriendo los labios con la siguiente broma en mi garganta, sin embargo, tuve que obligarme a guardarla para después, debido a que mi concentración estaba más direccionada hacia otro lado, donde una perturbable imagen se había colado por una puerta «¿es que aun andan sueltos mis hámster por aquí?», me pregunté, dudosa y preocupada a la vez… mas por sus propias vidas que por el caos que podrían causar.

     

    Cuando Litah llamó por mi nombre, respondí en seguida con una sonrisa quedándome quieta y analizando todos sus gestos, como si estuviera viendo a una segunda madre —aunque de hecho, ya tenía segunda madre—; pero cuando me dedicó un beso en la mejilla, me sentí culpable, cuestionándome si había prejuzgado a todos los Black Lestrange prematuramente. «Tengo una abuela con corazón» pensé conteniendo las ganas de hacer un gesto dramático, abrazándola tan rápido como cuando la solté «¿de dónde sacaría mi padre su personalidad de hielo?».

     

    —Lo sé. Mi padre me ha hablado mucho de ti, y yo tenía muchas ganas de conocerte— estaba diciendo sin darle pausas a mi frase, cuando una masculina voz atrajo la atención de mi abuela «osh ¿se quejará con mi abuela de mi comportamiento?»

     

    Y estaba a punto de responder de mala gana, cuando la Black Lestrange aceptó inmediatamente. «Genial… bueno, ojala Enrick vuelva pronto» medité mirando con nostalgia la puerta de la oficina de relaciones ministeriales, lo extrañaba. Más aun cuando Spectum nos llevaba a una misión «¿Moriré hoy?».

  6. Aquella mañana había llegado al Ministerio de Magia con un fuerte —muy muy fuerte— dolor de cabeza. El cabello alborotado largo, sin indicios de haber sido domado por un cepillo; con los rizos dispersados entre mis hombros y la espalda, y las mejillas sonrosadas a causa de lo que parecían ser los primeros síntomas de un resfriado. «Benditas navidades» pensé, recordando la nieve que había caído en los jardines de la inmensa casa donde vivía junto a la familia Black Lestrange.

     

    «Necesito chocolate caliente… mucho chocolate» pensé mientras me movilizaba lentamente entre las personas que caminaban por el atrio del Ministerio de Magia, hasta poder arribar al ascensor que para mi tranquilidad, estaba liberado de empujones y susurros agudos. —Necesito chocolate caliente— murmuré mientras los únicos ojos que estaban en el elevador, se detuvieron a observar a un memo interdepartamental ingresar por una de las rejillas de hierro fundido.

     

    Desganada y con la sensación de desmallarme en cualquier momento, introduje mi mano en el bolso que cargaba sobre el hombro, cogiendo de su interior un tubito de ensayo que contenía una extraña solución de color brillante. «Debí haberme quedado en casa, mirar el mundial de quidditch por el televisor y comer mucho chocolate y helado hasta morir por envenenamiento azucarado» si, ya estaba delirando. Llevándomelo a la boca, bebí el líquido asegurándome de no dejar residuos, sintiendo rápidamente cómo mis mejillas empezaban a temperarse y el dolor de cabeza disminuir.

     

    Para cuando la vocecilla del ascensor anunció el nombre de mi piso, salí de la cabina de hierro con dirección a la recepción del departamento del Cuartel General de Aurores. Ahí, vi a una mujer de cabellos rizados de color oscuro, a quien reconocí después de cuatro segundos de observarla «¡oh por dios! ¿En serio es mi abuela?» me cuestioné sintiendo mi pulso acelerarse, puesto que jamás había coincidido con la madre de mis padres en un lugar «¿hice algo malo? ¡Rompí algo! No... Espera no he roto nada esta semana ¿habré reprobado el examen de vuelo?».

     

    Tragando el pánico en la garganta, sonreí a la Black Lestrange —Hola, yo soy Fengari Snow Black Lestrange.

  7. :o cómo que conmigo armarán una Hotline????! *avergonzada, indignada, avergonzada, indignada, pero más avergonzada.... bueno no(?* jajaja exagerada :rolleyes:

    Yo no tengo droxbox o como se escriba :cry: así que obedezco y dejo mi email: joyce_cc@outlook.com

    Hola Tinieblas! *le muerdo una oreja* ^_^ hola spectum

     

    Pregunta pregunta pregunta: cuándo tendremos las noticias para grabar? sé que es lo último en grabar, pero por eso la curiosidad *-* ah si si, voy grabando el auspicio que me tocó?

  8. Hola? aqui estoy, siento haberme perdido :cry: andaba con unos examenes extemporaneos de la universidad y ahora estoy completamente a disposicion *-* ... oh si! vengo con los auspicios.

     

    Auspicia:

    La Taberna El Basilisco Ahorcado. Con descuentos navideños de dos barriles de la mas putrefacta cerveza para el mortífago más buscado. Taberna El Basilisco Ahorcado ¡más ahorcados que nunca!

     

    La Cotillería XXV edición. Salón de té para viejas amistades, La Cotillería, un lugar para intercambiar… “vivencias”.

     

    Serpiente de Peluche, asesores de imagen, defensores de serpientes y amantes de objetos largos, blandos y apeluchados. Próximamente, Firmería Serpiente de Peluche, con novedades navideñas para darle estilo a su outfit rojiverde.

     

    No sé si está bien T__T quería que lo revisaras antes de que pase vergüenza publica por poca creatividad xDD pero ya que más... pensaba inventarme a otros auspiciadores, pero creí que sería más simbólico hacerlo con grupos que sean parte de la Marca Tenebrosa, y... se me hizo mas difícil :cry: eeeen fin... Aine, cambiaras los designios(? de lo que íbamos a hacer?? ^_^

    ??

  9. Hola buenas personitas que Guardan Nurmengard ^_^

     

    ohh siiii es viernes :love: pero como yo he estado perdida en el foro, no tendre fin de semana libre :cry: me he perdido unos dias y estoy de vuelta |o/ ...asi que roles, ahí voy! por cierto este... me habia retrazado con uno de mis reportes, pero pero peeeeero aqui traigo todos para no perderme demasiado

     

    • Nombre de la Sombra (Mortífago): Fengari
    • Actividad: Rol post #168
    • Prisionero: ninguno
    • Resultado: Rol con Lisa
    • Fecha: 22/nov/2013

     

    • Nombre de la Sombra (Mortífago): Fengari
    • Actividad: Rol post #178
    • Prisionero: ninguno
    • Resultado: Rol con Lisa
    • Fecha: 28/nov/2013

     

    • Nombre de la Sombra (Mortífago): Fengari
    • Actividad: Rol post #196
    • Prisionero: ninguno
    • Resultado: Rol con Lisa
    • Fecha: 06/dic/2013
  10. Cómo Entrenar a tu dragón, según Lisa (?

    @

     

     

    El calor de las llamas del cola cuerno húngaro, empezaban a producir un desagradable cambio en mi temperatura. Casi podía sentir la piel de mis brazos derretirse bajo el fuego de su aliento «¡oh por dios! Eso estuvo demasiado cerca» pensaba mientras me obligaba a mantener la vista en el frente, pues distraerme con las diminutas ampollas de mi antebrazo podrían llevarme a quemaduras considerables «…por distraída». El cambio era tan brusco, que por momentos dudé que el invierno estaba cerca.

     

    «Ten cuidado» escuché decir a Lisa, justo de que una de las llamas de Akatosh se me aproximara peligrosamente, «piensa rápido» y antes de hacer algo inteligente, solo roté en mi escoba para evitar el flamante fuego del dragón, sintiendo claramente cómo la llamarada parecía querer envolverme. Rápidamente me alejé de la criatura, acrecentando la distancia para después girarme en posición de ataque, ese era el plan «sin detenerme, sin detenerme» repetía mentalmente mientras me dirigía hacia una de las torres de Nurmengard.

     

    Pero mientras volaba, seguía con la vista a la mortífaga, a quien vi cerca de los muros de piedra, con la varita preparada y segundos después, un rayo azulado que nacía desde su mágico báculo, pareció dirigirse hacia el centro del dragón. «¿Impactará?» me pregunté deteniéndome para ver la reacción del cola cuerno, no sin antes sostener mi varita por si el animal se enfurecía y recordara tener apetito.

     

    —oh rayos… —susurré notando como el imponente dragón esquivaba fácilmente el rayo. Mientras flotaba y observaba su reacción, escuché las suaves palabras que recitaba loba negra. «¿Está rezando?» dije sintiendo la adrenalina empezar a hormiguear por mis extremidades. Tenía la varita de Haya presionada contra mi palma y los dedos de la mano derecha, mientras mis pies aguardaban la orden para impulsar a la escoba en picada por si había que esquivar otro fuego.

     

    —¿Qué fue eso?— grité paseando rápidamente mi vista entre la mortífaga y el no muy feliz dragón. «¡mier**! ¡Nos va a comer!» —¿Qué le hiciste?

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  11. Hola a todos! Como muchos, también desaparecí unas semanas.. :cry: lo siento, mis vacaciones terminaron y vuelvo a clases, por eso estaba ocupada(? cofcofyporquemesientoignorada

     

    Me gusta el planteamiento de Alyssa, sobre todo las consignas y todo esto me suena a un torneo de una duración de poco más de un mes, ¿cierto? … podríamos invitar a los minis para que también participen como tributo, de esta forma no solo sería una actividad de rol, sino que crearíamos una Actividad de Rol que a la vez sirva de Integradora con la Marca Tenebrosa… y ahora que digo esto, ya que el bando tiene muchos grupos y escuadrones, seria genialísimo que cada grupo eligiera a uno o dos tributos… porque así también despertaríamos mas competitividad y dinamismo. Es solo una idea xDD

     

    Finalmente, me parece genial la actividad!!

  12. —¿te parece? Deberías beber más Ron y conversar sobre los otros departamentos y los secretos que ocultan, además de lo que pasa en casa —dije con gesto inquisidor y bromista. Considerando que tampoco yo socializaba con los miembros de la honorable y oscura familia Black Lestrange. Donde actualmente residía. Lo cual me hizo pensar en los últimos acontecimientos que aun no le había contado a mi hermana, así que esperando que terminara con la idea de la fiesta, le relaté:

     

    —¿adivina de que me he enterado? —Le dije haciéndome la intrigante, pero al no poder contener más las ganas de contarle la historia, seguí rápidamente con la respuesta— tengo otra mamá. Otra mamá sanguínea aparentemente —y como mis palabras seguían atropellándose unas contra otras, continué— ¡sí! Tengo otra mamá y es de una familia que no imaginaras… ¡pero adivina!

     

    «¿Es posible imaginar al tenebroso y poco social Zeth con otra mujer que no sea Mía Black Lestrange?» me pregunté considerando que mis padres siempre habían sido el uno para el otro, quizás no tan complementados, pero si similares… y es que los Black Lestrange tenían muchas similitudes, aunque mi padre parecía el más raro de todos. Resoplando, quise dar un comentario fugaz sobre la presunta fiesta, recordando que ya estábamos próximos a celebrar la Navidad.

     

    —sobre la fiesta… podríamos celebrar algo sobre Navidad, igual y ya estamos cerca de eso no? Y ahí tendríamos la reunión familiar de la que hablamos, y espero ahí tener la posibilidad de conocer a los demás miembros de la familia, Zeth me contó de un par de personas que aun no veo, como mis abuelitos y algunas tías que eran primas suyas. ¡ah! Y también sus amigas de la academia.

     

    —Conozco a Ania desde la academia, y yo ahora entiendo de lo que él hablaba, de esas amistades desde que éramos aprendices —dije pensando en mis amigas— ¡y ahora seré tía!

  13. Centro Examinador de Aparición
    @La Niña de las Tinieblas



    Mientras le entregaba los pergaminos a la hechicera examinadora, empecé a observar mí alrededor, notando la constante afluencia de magos y brujas que llegaban al piso del departamento. Noté a varios chicos que había visto en la academia, quizás en otras clases… y también, reconocí un rostro familiar, Kutsy. Antes de sacudir mis manos en el aire para llamar la atención de mi amiga, la examinadora llamó mi atención, señalando hacia una oficina donde seguramente la hechicera me explicaría los últimos detalles del examen.

    Enredando mis dedos en los bolsillos de mi ropa, la seguí en silencio concentrándome en lo que vendría después… y es que aunque sabía a que había venido al departamento de transportes mágicos, sentía una gran carga de adrenalina y ansiedad, diferente a lo que sentí en el examen de vuelo. —Claro —murmuré cortésmente siguiéndola hasta el lugar indicado, al final de un pasillo deshabitado. Después de ingresar al ambiente, obedecí a la indicación de Cndra acercándome a una misteriosa puerta empotrada en una pared circular.

    Cuando terminó la explicación, me esforcé por pasar el nudo que se había formado en mi garganta, girándome hacia ella —solo debo entrar y… desaparecer, ¿cierto? —murmuré no cómo pregunta, sino para asegurarme de lo dicho.

    Sin esperar respuesta, di un paso hacia adentro, y luego otro… y así hasta adentrarme completamente en la habitación circular, ahora solo quedaba resolver el examen.

  14. «¡Oh mi****! ¡Oh santísima mi****!» murmuré mentalmente mientras caía sobre el suelo buscando cualquier bolita blanca que se moviera. «¿Dónde puede esconderse un hámster?» me pregunté mirando sobre el escritorio, asegurándome de que el otro roedor estuviera tranquilo almorzándose el maní que le había dado para distraerse; así que con esa confianza, volví al suelo para gatear por los escritorios vacios, aseverándome de que mis otros compañeros de trabajo no se percataran de mi presencia.

     

    Mientras avanzaba por la alfombra, encontré el cubículo vacio de Lyra, la minina que seguramente había hechizado mis audífonos transformándolos en el bicho que después spectum redujo a materia destruida. «¡Que maldito!» pensé recordando la escena. Sacudiendo la cabeza seguí zambulléndome debajo del pupitre de la Rydleturn, buscando cerca de una maceta y debajo de los cajones de su mesa; donde unos sonidos bajitos atrajeron toda mi atención, forzándome a mirar más abajo.

     

    Debajo del escritorio, arrodillada sobre el frio piso, extendí mis brazos debajo del mueble para alcanzar lo que parecía ser el cuerpecito del hámster, cerca de una esquina y muy quieto… extrañamente quieto. —Nieve… nieve —llamé diciendo el primer nombre que se me había ocurrido, mientras más alargaba el brazo, mas lejos parecía encontrarse el bendito animalito— ¡hey hey! ¡Quédate ahí! —exclamé desesperada conforme la bola blanca corría desde el escritorio hasta afuera, cerca de un sofá aparentemente.

     

    —¡rayos! —murmuré poniéndome en pie y corriendo tras el roedor hasta un mullido sillón apegado a una pared, en paralelo a la recepción del cuartel.

     

    Mientras buscaba exhaustivamente al hámster de color blanco que había transformado a penas hacia algo de unos segundos sobre mi escritorio, un avioncito de papel apareció a mitad del pasillo que parecía tener intenciones de estrellarse cerca de mi cabeza «¡dioses! ¿Qué es eso?» De pronto, el pergamino en forma de avión de deshizo plegándose a mitad de la sala reproduciendo un melodiosa y conocida canción. «Yo he oído antes eso» me dije alcanzando al pergamino para releer lo que decía.

     


    ___________________________
    OFF

    Edite para traer los link de mis roles del mes en otros ambientes del ministerio :love:

    • Banco Mágico de Gringotts:

    Post #996 http://www.harrylatino.org/index.php/topic/79385-banco-magico-de-gringotts/?p=4590722

    • Departamento de Cooperación Mágica Internacional:

    Post #544: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/98530-departamento-de-cooperacion-magica-internacional/?p=4595170
    Post #546: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/98530-departamento-de-cooperacion-magica-internacional/?p=4595492

    Post #558: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/98530-departamento-de-cooperacion-magica-internacional/?p=4599184
    Post #560: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/98530-departamento-de-cooperacion-magica-internacional/?p=4599209
    Post #562: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/98530-departamento-de-cooperacion-magica-internacional/?p=4599382

    • Atrio del Ministerio de Magia:

    Post #392: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/97351-atrio/?p=4599197

  15. «¿Una fiesta en la mansión?» repetí tomando la idea por sorpresa. Aun no había asistido al número decente de fiestas, y la idea de armar una fiesta en una de las mansiones de Ottery solo por diversión, me parecía de cierta forma fabuloso. Analizando las opciones, quise pensar en alguna idea interesante para acotar a la propuesta de Kassandra, pero mi inexperiencia me abofeteó aniquilando las pequeñas nociones que tenia sobre el tema. «En realidad, eran escasas, muy escasas las ideas que tenia sobre hacer una fiesta»

     

    —Hacer una fiesta suena genial —respondí conservando la emoción que sentí al inicio. Considerando después, que no sabía nada de ello— espera, ¿Cómo la haríamos?

     

    —Y si —dije tanteando la punta de mis dedos contra el escritorio de mi hermana— tienes también que ir a visitarme, aunque el cuartel de Aurores parece no ser el punto más social del ministerio. ¿Ya visitaste la planta de Accidentes y esas cosas? —le pregunté tratando de recordar el nombre del departamento que dirigía Sagitas, una famosa bruja del Ministerio de Mágica. Recortaba tan solo lo de “accidentes” por su popular canto de Accidentosos.

     

    La oferta de chocolates llegó tan precisa, que no dudé en tomar alguno de los bombones, solo que… no sabía cual escoger «¡fantástico!» me dije deteniéndome frente a cada uno de los ejemplares dulces que me ofrecía Kass. Finalmente me llevé a la boca un bombón de forma redonda y con detalles de chocolate blanco, distrayéndome completamente de la conversación. Felizmente, la pregunta de la hechicera volvió a llevarme al centro del dialogo.

     

    —¡oh si! —dije terminando de saborear el trozo de chocolate— bueno, se trataba de un chico al que habían denunciado de seguir a la ilegal organización de la Orden del Fénix. Aun no lo encontramos, así que toda ayuda será bien recibida —le dije, tomando consciencia en el poder que Kassandra tenía como directora del departamento de cooperación mágica internacional.

     

    Finalmente, el tema de Zeth aun era considerado en nuestra conversación, y es que nuestro padre era como un fantasma; estaba ausente, lejano… pero aun su presencia se sentía. Extrañada, torcí las cejas tratando de controlar otra carcajada por la explicación del irlandés —cierto… tienes razón. Ahora que lo dices, creo que he visto de esos una que otra vez, es una bebida del color de la cebada, ¿no? Yo no creo que me anime a tomar eso… aunque algún dia deberíamos beberlo en su honor.

     

    —¿abuela? ¡Es verdad! Ania será mamá pronto.

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  16. «No deberían dar chicos grandes a cuidar a hibridas de apenas año y medio. Prácticamente no es mi culpa, emocionalmente tengo la madurez de una adolescente, el juez que oficialice la demanda tendrá que comprenderlo… sip, ha sido irresponsabilidad de su mamá dejarlo a mi cuidado. —Espera ¿de qué hablas?— dioses, ya estoy loca» me decía mientras escuchaba a la fastidiosa vocecilla aguda del ascensor anunciar que habíamos llegado al piso indicado.

     

    Ésta vez no tenia problema en bajar del elevador, puesto que las personas se habían quedado en los pisos superiores, y es que era demasiado temprano como para abandonar los puestos de trabajo, a menos que… «a menos que no tengas nada interesante por hacer» pensé mientras caminaba a través del atrio del ministerio, paseando como por costumbre, mi mirada por todos los rostros de los magos; después de todo, nunca sabes donde puedes encontrar a uno de los chicos de la lista.

     

    «¿De la lista?» escuché a mi subconsciente decir en mi mente —si, de la lista —susurré esforzándome porque mi voz solo sea oída por mí misma, puesto que no quería pasar por una lunática a mitad del ministerio de magia. Y si, tenía una lista. La misteriosa lista era un pergamino donde me había pasado los últimos días graficando los nombres de los magos que habían sido denunciados por varios personajes de Ottery, señalándolos como presuntos seguidores de la Orden del Fénix.

     

    Resoplando, me senté sobre el borde de una pileta, acomodando mis piernas una sobre otra y cruzando mis brazos mientras suspiraba nuevamente, hastiada por tener que dejar mi escritorio por mero aburrimiento. Cerrando los ojos, inspiré profundamente, analizando después, los diferentes volantes que aun levitaban cerca del techo de algunos anuncios ministeriales. —Hoy será un día extraño —murmuré siguiendo con la mirada los avioncitos ministeriales que se atropellaban por ingresar a la cavidad de los diversos ascensores.

     

    —¿Qué haremos ahora Fengari? —me pregunté mordiéndome los bordes de la boca.

  17. En la oficina de Kassandra, se podía percibir un ambiente de tranquilidad y frescura de forma perturbadora, detrás de la puerta, podía escuchar aun los bajos murmullos de los empleados llevando el papeleo ministerial de un extremo a otro; seguramente en algún rincón se encontraría Ania, peleando con el trabajo acumulado de semanas, porque ella se la habría pasado disfrutando del vivir las semanas anteriores con sus amigas «¿no estuvimos muy vagas o sí?», y quizás en otro extremo del salón, se encontraría mi otra hermana, May… trabajando arduamente como alguna vez me explico en una conversación.

     

    Mis dedos habían empezado a tejerse entre ellos, produciendo pequeños ruidos al rozar los huesos de mis falanges, y aunque no estaba distraída con ello, me sentí de cierta manera… ansiosa. Fue entonces que Kassandra empezó a hablar, expresando su sentir por lo ajena que había estado desde hacia tiempo por sus responsabilidades como cabeza del departamento que dirigía, y no la culpaba, me sentía alegre por ella, pero también ausente. «tal vez debería venir a visitarla frecuentemente».

     

    —no, descuida Kassandra, no te sientas comprometida a estar conmigo todo el día. Yo extraño mucho conversar contigo, y creo que tengo la solución a todo… ¡vendré a visitarte más seguido! Ya que cómo la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña —ofrecí sonriendo plenamente, desenredando mis dedos para acomodarme más cerca del escritorio, cruzando mis brazos sobre la superficie de la mesa y apoyando mi rostro sobre estos.

     

    —gracias por la invitación del cafecito, créeme que vendré mas seguido, aunque debería encontrar una excusa “Imponente” para justificar mi ausencia sobre mi escritorio —dije meditando sobre ello. —No es que esté muy ocupada por ahí… después de perseguir al presunto odefo, las cosas están más calmadas —«aburridas» quise decir, pero preferí reemplazar ello con una risita graciosa.

     

    Cuando mencionó finalmente a nuestro padre, la miré dubitativa —¿Irlandés?

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  18. Oficina para las Relaciones Ministeriales
    Fengari Naberrie Black Lestrange

    «¿Es en serio?» me pregunté mientras doblaba mis brazos sobre mi pecho. Hastiada e indignada por el absoluto silencio que se sentía en la habitación. Era como si estuviera solita «¿se habrá quedado dormido? ¿Dónde estaría? Se ve… cansado». Estaba de espaldas al mago, mirando a una pequeña mesita al lado de la puerta, donde dejé el periódico suavemente, como si considerara a un jefe dormido. Mordiéndome los labios y torciéndolos en una mueca incomoda, arrastré el mango de la puerta para cerrar la oficina.

     

    —¿y ahora que haré? —me pregunté dando un repaso a todos los escritorios, entre buscando qué hacer o a quien molestar.

     

    Dando un hondo resoplido, caminé hasta mi pupitre derritiéndome sobre mi asiento, con la espalda apegada en el respaldo suave y cómodo de la silla, mirando los pequeños puntitos porosos de la pintura, escuchando voces susurrando tras las oficinas, y algunos taconeos haciendo “clack” encima del suelo. Si, estaba aburrida. «¿Ahora qué hago? ¿Sin ordenes qué hacer?» pensé masticándome los bordes de la boca, incorporándome en mi asiento con una correcta postura mientras me refregaba delicadamente los ojos.

     

    «Piensa Fengari, piensa» me obligué a no apuñalar la fina y pulcra superficie de mi mesa con la punta de una pluma de acero, empezando a pasear mi mirada por todos los rincones de la oficina abierta del piso. Primero me distraje con una minúscula mota de polvo levitando a través de un halo de luz que atravesaba el gran ventanal que daba hacia las calles aledañas del Ministerio, después… me entretuve con la caricatura de uno de mis compañeros de trabajo, que amablemente había realizado con la pluma asesina.

     

    Mientras admiraba mi obra de arte, encanté dos pisapapeles para morphearlos en dos criaturas, ambas se transformaron en dos pequeñitos hámster. El primero era totalmente de color blanco, con orejas pequeñas y nariz curiosa; el segundo se transformó en un hámster de color avellana, con bigotes graciosos y una extraña obsesión por caer en el suelo y hacerse bolita y dormir. Rápidamente me concentré en los posibles nombres que les daría, pero cuando sentí la bolita de color avellana rodar y caer contra mi antebrazo, sentí la ausencia de alguien más.

     

    «¿Dónde está el otro hámster?»

  19. «Genial, espero no quemarme el cabello» pensé mientras aun flotaba quieta sobre mi lugar, observando al majestuoso dragón azotar sus alas mientras tomaba distancia. Lisa ya estaba calentando motores sobre su escoba, se veía con más experiencia que yo, y es que seguramente había tenido la oportunidad de practicar varias veces junto a su amigo escamoso. Mordiéndome los labios, medité sobre la última vez que recordé volar sobre una escoba… ciertamente, en un tiempo lejano.

     

    «Debería practicar más seguido» me dije asintiendo mientras aferraba mi mano izquierda al mango de la escoba, obligándome a romper mi formación para avanzar algunos metros hacia delante, frenar y regresar. —Bueno es lo mas que puedo hacer por ahora —musité entre vergüenza y nostalgia. Levantando después la mirada hacia el cola cuerno húngaro, susurré— pero no te dejaré ganar fácilmente.

     

    Segura de mi posición, miré hacia el lado donde flotaba la Rambaldi, escuchando con peculiar atención los lugares a donde señalaba. «Desde Nurmengard hasta la montaña ¡Lo tengo!» medité fijándome en un gran cerro a unos diez kilómetros de distancia, «contando las quemaduras y las caídas, probablemente pueda llegar a presenciar la vista desde allí» consideré tratando de animarme de manera extraña. Sacudiendo la cabeza, sentí las heladas brisas batir mi túnica blanca, botando sobre mi espalda la capucha para desvelar mi larga cabellera albina.

     

    El viento susurraba en mis oídos y mis pestañas se mantenían alzadas sobre mis parpados, sintiendo toda la fuerza de las corrientes de aire caer sobre mi rostro. «Ve al dragón. Ve al dragón. Ve al dragón» mi vista estaba concentrada en el animal, y a penas escuché el inicio del conteo «uno», apreté mi palma contra la saeta y sujeté mi varita de Haya apuntando a Akatosh «dos». Y poco antes de tomar impulso y entender que el cola-cuerno ya había decidido ser el cazador y yo la presa... «Tres» azoté mis pies contra el viento y dirigí en picada mi vuelo hasta descender rápidamente cerca de la torre.

     

    A unos veinte metros del suelo, presioné con ambas manos la escoba para quebrar mi vuelo y volar horizontalmente a lo largo de los terrenos de Nurmengard. Pronto, sentí la exposición al calor debido a una llamarada que no alcanzó a impactarme, pero que me desencajó de la concentración. A unos metros, encontré a Lisa señalando a un precioso águila que volaba contra el dragón, tomando su atención y dejándome estabilizarme a diez metros de la mortífaga.

     

    No quería decir algo tan trillado, pero era necesario —¡woa! eso estuvo cerca. Gracias —nuevamente me ponía en posición de ataque, observando los movimientos de Akatosh y la señal de mi compañera.

  20. holas quisiera hacer algunos cambios en mi ficha, ya ha pasado mas de un mes, asi que... como son Varios cambios, mejor editar toda la ficha :rolleyes: asi que aquí cito como quiero que quede la edición de mi ficha. Basicamente es cambiar mis nombres, cambiar mi edad, cambiar nacionalidad, agregar a mi madre adoptiva, editar aspectos físicos, psicológicos e historia, curiosidades, cronología y añadir el link de la bóveda de mi segunda familia. ^_^

     

    Dejo bocadillos a la amable o el amable moderador que edite(tantas veces dicho) mi ficha de personaje. :love:

     

     

     

     

     

    http://i.imgur.com/vEVUbvO.jpg

     

     

     

    http://i.imgur.com/8zL5fJB.png

    Nombre del Personaje: Fengari Naberrie Neraida Ieiael Snow Black Lestrange Evans McGonagall

     

    Sexo: Femenino.

     

    Edad: 4 años de edad biológicamente. Fisicamente tiene 17 años.

     

    Nacionalidad: Monegasca

     

    Familia(s):

    • Black Lestrange
    • Evans McGonagall
    Padre(s) Sanguíneo: Zeth Black Lestrange & Mía Black Lestrange

     

    Padre(s) Adoptivos: Bell Evans McGonagall

     

    Trabajo: Cuartel General de Aurores. Oficina para las Relaciones Ministeriales. Empleada.

     

    http://i.imgur.com/z8msYFz.png

    Rango Social: Unicornios de Bronce

     

    Bando: Mortífago

     

    Rango dentro del Bando: Base

     

    Nivel de Poder Mágico:

     

    Puntos de poder en objetos: 20

     

     

     

    Hechizos adicionales

    Puntos de poder en criaturas: 00

     

     

     

    Criaturas controlables en asaltos y duelos

    Habilidades Mágicas:

     

    Conocimientos Especiales:

    • Pociones
    • Defenza Contra las Artes Oscuras
    http://i.imgur.com/6a2PDb5.png

    Raza: Vampiro.

     

    Aspecto Físico:

     

    Fengari es una híbrido con tendencias físicas vampíricas y de rasgos peculiares; nacida de madre humana y padre vampiro. Una profecía dice que tiene un tercer padre biológico, Bell Evans McGonagall, de quien también desciende Fengari, pues la sangre de la peli-albina tiene ADN de la odefa. Se cree que debido a este experimento genético, Fengari padece albinismo. Extraña condición que acentúa todos sus rasgos físicos. De 170 centímetros de postura soberbia y mirada curiosa. Heredó la piel extremadamente pálida de sus antecesores Black Lestrange, pronunciándose más por el lazo directo con su padre, Zeth. Aunque la piel de ella no es tan fría como su progenitor; posee un suave rosado acuarelando en sus mejillas.

     

    Nació con las orbes de color lila, casi rojizas, pero debido a que cuando estaba en el feto era alimentada con una dieta estricta de únicamente sangre. Al nacer, se acostumbró a elegir otros alimentos, por lo que sus ojos naturalmente se ven de un celeste con delgadas líneas doradas. Cada vez que bebe sangre humana, en periodos distantes u ocasiones excepcionales, sus orbes tienden a teñirse completamente de lila rojizo. Sus grandes ojos, son delineados por espesas cortinas rizadas de pestañas oscuras, afinando su singularidad un grupo pequeño de hebras pigmentadas de color plateado por naturaleza, casi a cada extremo de la línea del párpado. Posee varias cicatrices cerca de sus orejas, en el cuello y en los brazos.

     

    Su cabellera es larga y de un insólito color plateado muy claro, casi totalmente blanco. De mechones desiguales que caen sobre sus hombros y espalda como una cascada ondulada, Cuando nació, tenia mechones de color rubio y castaño muy claro, aun tiene cabellos de ese color cerca de la nuca. Su vestimenta es espontanea y cómoda pero con tendencia en los vestidos vintage; cintas de colores brillantes, vestidos de capas y románticos, telas de colores suaves y pasteles. Le gusta contrastar su aspecto, demostrando que es mucho más que solo una muñeca de porcelana, por lo que sorprender vistiendo casacas de piel, botas y jeans.

     

     

    Cualidades Psicológicas:

     

    Fengari es una hechicera especial, cuyos conocimientos se rigen en base a experiencias ajenas de historiadores, libros y amigos; aparentemente madura y emocionalmente estable; sin embargo, lleva consigo siempre una sensación de ansias y sed de conocimientos. Es sociable pero a su modo, puesto que le aterra los grupos grandes de personas, además es desconfiada por naturaleza, así que tiene un juicio premeditado con las personas que apenas conoce. La mayoría del tiempo es tierna y alegre, serena y con momentos de efusión explosiva por detalles insignificantes, como por ejemplo; el nacimiento de una nueva criatura, un sabor diferente en el helado, el color exuberante de las alas de las mariposas.

     

    Es sumamente amiguera y leal, adora la naturaleza, los animales y cree fervientemente en la importancia del respeto de cada forma de vida. No obstante, en sus venas corre la sangre mortífaga Black Lestrange, linaje puro del que ella está consciente, por lo que no le aterra herir a las personas. Según los libros que ha leído, las guerras han existido desde la creación del mundo, todas con una causa verdadera y una razón de ser, equilibro. Anhela convertirse en la mejor duelista y acabar con la imagen delicada que su frágil belleza nativa proyecta. Sus cambios de humor son frecuentes, debido a la rapidez con la que tuvo que desarrollarse su psiquis y personalidad, así que es normal que en cualquier momento sonría o se entristezca como reacción.

     

    Su enojo se da cuando siente que atentan contra sus ideales o seres queridos, lo cual desata una ira contenida hacia la maldad del mundo que ella no intenta bloquear, motivo por el cual siempre tiene sus dudas sobre el juego de bandos en el Ministerio de Magia. Y a pesar de sentir que está en el lado equivocado, ella le será tan leal como sus padres, porque la herencia ideática y los lazos sanguíneos tienen más valor que los ideales individuales para ella. Tiene una relación especial con su padre, al ser su última hija sanguínea; el lazo paternal es alimentado por el respeto y los profundos conocimientos de ambos, compartiendo pocos viajes juntos, pero acrecentando su relación con los más pequeños detalles. Con su madre, la relación es más amical, cual hermanas. Convirtiéndose Mía, en su mejor confidente y maestra, la respeta y le guarda gran admiración.

     

     

     

    Historia:

     

    Fengari nació una noche de luna llena, desconoce los detalles del alumbramiento de su madre, pero reconoce claramente a sus padres como una pareja con un lazo irrompible de comprensión, lealtad y amor. Nació de la unión de su padre vampiro y su madre humana, y también de una tercera progenitora biológica, de quien se entera años después. Como un ser hibrido, se desarrolla física y sicológicamente rápido, ampliando sus sentidos con una mayor visibilidad y una audición poco mas evolucionada de lo normal.

     

    Con solo días de nacida es llamada por su madre como Hayleen Black Lestrange; no obstante, después del embarazo, la rubia se encuentra en un entorno confuso debido a la concepción de la niña, por lo que se la entrega a su hermano Zeth para que éste se haga cargo de ella y la eduque como su único padre, renunciando aparentemente la Black Lestrange como madre de Fengari. Él acepta complacido con la idea, comprendiendo la situación perfectamente pues éste se encontraba teniendo otra relación con otra bruja y adoptándola legítimamente como su hija, llamándola Fengari Snow. Al pasar los meses, deja a la niña en un monasterio muggle, donde unas religiosas cuidan de la pequeña hibrida que crece extraordinariamente, maravillando a las mujeres que ven en ella un milagro. Apiadándose de la encantadora creatura y ocultándola tras el nombre de Fengari Snow Black Veill.

     

     

    Mónaco

     

    Tiempo después, su padre se une formalmente con su madre Mía; en una maravillosa ceremonia nupcial donde la pequeña asiste en brazos de su media hermana Kassandra, además de al cuidado y respaldo de los elfos insignias de la familia Black Lestrange. Después del casamiento y la luna de miel. Zeth decide llevarse a la pequeña Fengari a un viaje casi interminable, con la intención de ocultar a la infante de aparentemente unos 7 años de edad del mundo mágico y permitirse educarla lejos del ajetreo de un Ministerio de Magia titubeante ante la guerra silenciosa de los bandos. Entre libros y amigos que conoció durante la larga travesía, la pequeña Fengari creció rápidamente alimentando su mente de las experiencias vividas por otros, adentrándose al mundo de los libros y viviendo junto a sus héroes de papel la sensación y la libertad de una vida libre.

     

    En Mónaco, Fengari guarda la mayor cantidad de recuerdos, en su diario personal, ella narra la experiencia: “Había estado tan acostumbrada a moverme de ciudad en ciudad junto a mi padre durante mis primeros meses de vida, después de ello… me estancaron en un monasterio extraño, un monasterio en una ciudad muy ruidosa, donde los rugidos de los autos carísimos eran constantes, donde las fiestas se celebraban cada noche, y donde se podía ir de la ópera, al casino y posteriormente a la playa junto a un yate. Mónaco… En la que los vampiros estaban camuflados inteligentemente entre el champagne y los fracs. Zeth había sido inteligente en criarme ahí, sin llamar la atención y mostrándome cómo los magos sobrevivían entre los muggles. Literalmente, vivían de ellos.”

     

    Meses después, el mago decide regresar a la niña a los brazos de su madre, acompañándola a su retorno y despidiéndose de ella para que éste se impulsara en un nuevo éxodo, ésta vez a solas.

     

     

    Academia de Magia

     

    En su vida, aparece Kassandra una de las hijas adoptivas de su padre, quien se convierte en una de sus mejores amigas, con quien tiene un afectuoso vínculo, señalándo como el peso que equilibra su vida fría. Es así que impulsándose a conocer el mundo, conoce a Ania y Kutsy, sus mejores amigas, con quien comparte el grupo de las FAKs. Fengari cursa la Academia de Magia con tan solo once meses de edad, y una madurez sicológica de unos quince años humanos. Es allí que conoce a varios amigos con los que entabla una fuerte amistad.

     

    Es enviada a la casa de los Centauros de Blodwyn, donde ponen a prueba su fobia a los lugares cerrados y bajo tierra; puesto que dicha casa se encuentra bajo tierra, con cientos de túneles subterráneos donde están predispuestos las diferentes áreas para el alumnado. Fengari jamás pudo conocer su habitación, debido a que siempre durmió en una tienda de campaña a las afueras del ingreso de los Centauros. Sobresalió en notas en su segunda etapa de colegiatura, y en la última y tercera, practicó como aprendiz de Aurores en el Cuartel General de Aurores del Ministerio de Magia. Conjuntamente anhela que su padre vuelva para heredarle todos sus locales en Diagón.

     

    Es en esta etapa de su vida, que tiene una extraña visión, en la cual no ve a una mujer, sino a dos mujeres, dos madres. Y después de investigar, la encuentra... como una de las matriarcas de la familia Evans McGonagall. Bell, su otra madre, la recibe amorosamente, abriéndole las puertas de su hogar, y acompañándola durante las siguientes etapas de su vida.

     

    En su graduación, ninguno de sus padres asistió, a excepción de su madre Bell, quien iluminó toda la ceremonia de la híbrida con su presencia. Nunca olvidó la ausencia de Mía y Zeth, colocando una etiqueta de “indiferentes” sobre sus frentes, y aprovechando gratamente esa ausencia para dedicar todo su amor de hija a su madre Bell.

     

     

    Vida en Ottery

     

    A su vuelta a Ottery, se encuentra con su progenitora quien la recibe en su hogar y la tiene a su cuidado y protección en la mansión donde ésta es matriarca. De esta manera, Fengari adopta el nombre de Fengari Neraida Hayleen Snow Black Lestrange, registrada oficialmente como Fengari Snow Black Lestrange en el Ministerio de Magia. Con la ausencia de su misterioso padre y la ilusión de conocer a su madre una notable hechicera ilustre del Ministerio de Magia, intenta seguir los pasos de ella, encontrando en su corto camino, sus propias cualidades y deseos. Además, viviendo una nueva aventura: conocer a sus otros hermanos.

     

    En la mansión Black Lestrange, ella siente la necesidad de sentir afecto, por ello busca a su hermana Kassandra, quien se convierte en su hermana favorita, a quien admira y adora. En la mansión Evans McGonagall, conoce a su otra madre sanguínea, Bell, quien le demuestra otro sentido de la vida y le enseña que aquellas características que ella guardaba por creerlas exclusivas de los débiles, son en realidad el verdadero rostro de la felicidad; la simplicidad, el amor, la alegría, el respeto. En contraparte a su frígida existencia en la Black Lestrange. En la mansión Evans McGonagall conoce a sus habitantes y los toma como suyos, sintiéndose vivir en la otra cara de la vida, sintiendo la balanza de su vida equilibrada.

     

    Actualmente vive junto a los Black Lestrange, pero considera la posibilidad de mudarse una temporada a casa de su madre Bell.

     

     

    Ministerio de Magia y Callejón Diagón

     

    Actualmente es empleada en la oficina de Relaciones Ministeriales, anhela ascender pronto y disfrutar de más acción en el departamento. Además, aguarda pacientemente a que su desaparecido padre le herede toda su cadena de negocios del Callejón Diagón, sumándole después, varios proyectos que la peli-albina tiene en mente.

     

    En este momento, considera convertirse en sacerdotiza, hacer una promesa de castidad y dejar sus nombres usando solo el de Fengari Naberrie.

     

    http://i.imgur.com/cr49uDE.png

    Objeto Mágico Legendario:

     

    Objetos Mágicos:

    • Objeto 1: Varita Mágica.

      Clasificación: AA

      Puntos de poder: 20

    Total puntos de poder en objetos y pociones: 20 puntos.

     

    Mascotas y Criaturas:

    • Criatura 1:

      Clasificación:

      Puntos de poder:

    Total puntos de poder en criaturas: 0 puntos.

     

    Criaturas en la Reserva:

     

    Elfos: Chelsea

     

    http://i.imgur.com/iq76V1Y.png

    Licencia de Aparición: No

     

    Licencia de Vuelo de Escoba: Si

     

    Registros de Raza: Vampira

     

    Registro de Elfos Domésticos: Chelsea

     

    http://i.imgur.com/i3NWgTp.png

    Curiosidades:

    • Nació una noche de luna llena, el día que más nevó.
    • Heredó el cambio de color de orbes de su padre, y se presume que sufre de albinismo.
    • Su nombre es la vocalización literal del griego que significa Luna.
    • Su patronus es un aethonan blanco.
    • Su boggart es un ataúd encerrándola bajo tierra.
    • Al sufrir de claustrofobia, nunca pudo entrar a las habitaciones de su casa en la Academia; los Centauros de Blodwyn.
    • Su varita es de madera de Haya con ornamentos de plata, flexible con núcleo de pelo de unicornio.
    • Tiene una segunda madre sanguínea, Bell, a quien adora con todo su corazón.
    Cronología:
    • 2013 Julio: Cursa la Academia de Magia y Hechicería.
    • 2013 Agosto: Es aspirante a la Marca Tenebrosa.
    • 2013 Setiembre : Realiza prácticas como aprendiz en el Cuartel Gral. de Aurores.
    • 2013 Octubre: Se gradua de la Academia de Mágia y Hechicería
    • 2013 Octubre: Asciende socialmente a Unicornio de Bronce
    • 2013 Octubre: Trabaja oficialmente en la oficina de RR.MM. del Cuartel Gral. de Aurores
    • 2013 Octubre: Es aceptada en la Marca Tenebrosa, con rango de Base.
    • 2013 Noviembre: Se convierte en sacerdotiza.

       

    Premios y reconocimientos:

     

    http://i.imgur.com/hlCspox.png

    Link al Perfil de Comprador MM:

    Link a Bóveda Personal: Bóveda personal

    Link a Bóveda Trastera:

    Link a Bóveda de Negocio:

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda familia Black Lestrange

    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda familia Evans MCGonagall

     

     

     

     

    Pd: siento editar, me pasé una hora acomodando los codes esos que se movian :cry: tienen vida propia y me malograban toda la ficha

  21. «Aquí vamos» me dije mientras apoyaba mis manos en la espalda de la mortífaga, sobre sus hombros, creyendo que el cola cuerno húngaro seria dócil con mi primer vuelo sobre dragón. Y no fue así. Estaba segura de que no había terminado de acostumbrarme a la altura, cuando la criatura se lanzó al vacío de mañanera estrepitosa, descendiendo sobre las duras murallas de la torre en picada, con la cabeza guiando hacia el choque «¿no tendrías que subir? ¡Tiene que subir!».

     

    Apretando mi mandíbula, estaba a punto de cerrar los ojos cómo si eso aliviara el golpe de la caída, pero antes de moler mis dientes, el dragón desplegó sus alas y giró su cuerpo en la dirección contraria, llevándonos sobre las edificaciones de Nurmengard tan solo con las ordenes de su ama. —¡vaya! he creído que jamás le pedirías subir.

     

    Casi sin respiración, observé embelesada todos los paisajes bajo nuestros pies, admirando también el poderío y la libertad con la que Akatosh sobrevolaba la prisión mortífaga. Mientras volábamos, Lisa me señalaba la extensión de las tierras que pertenecían a Nurmengad, extendiéndose peligrosamente por lugares oscuros, que incluso en la distancia, producían cierto recelo y miedo. Sin poder evitarlo, hice la pregunta para asegurarme de haber entendido correctamente.

     

    —¿Todas las criaturas están a nuestra disposición? ¿Es decir… las que están dentro de los terrenos? —Sin remordimientos, sonreí de forma traviesa considerando aun mas los terrenos tenebrosos, «¿Cuántas criaturas tenebrosas encontraré por aquí?» me pregunté de inmediato.

     

    Nurmengard era una caja de sorpresas, y yo estaba gratamente sorprendida. Asintiendo hacia la Sombra, me quité la máscara con cuidado de que el viento no me la arrebatara, aunque el cola cuerno había nivelado su velocidad, aun el viento azotaba contra nuestros cuerpos sin tregua. Escuchando a la Rambaldi, entendía el fondo de lo que decía, y disfrutaba aun mas comprendiendo el verdadero significado de ser una guardiana de Nurmengard.

     

    —vigilar desde arriba es más efectivo. Necesitaré conseguirme un amigo volador— dije animada, acariciando la espalda de Akatosh.

     

    Entonces, la propuesta de la mortífaga atrajo mi atención. «¿Rayos menores?» me cuestioné trayendo a mi cabeza la primera idea que me preocupaba —¿no lo lastimaríamos? —pregunté, considerando mas el daño hacia el dragón que hacia nosotras. Pero después de que la Sombra me explicara que Akatosh jamás perdía en el juego, me relajé, dibujando una gran sonrisa en el rostro. —entiendo…

     

    Rápidamente, extendí la mano y llamé a mi escoba, otra saeta de fuego con ciertos detalles perturbables, y es que aunque siempre quise tener una Estrella Fugaz, las Saetas de Fuego seguían siendo las únicas más veloces del mercado, y ahora necesitaba frenar y cambiar de direcciones con habilidad. —¡oh si! Claro que juego —respondí montándome en mi escoba, alistando mi varita en mano mientras flotaba a unos quince metros del dragón, pues no sabía cuánto alcance tenían sus llamas—. ¿Empezamos?

  22. Hola Juve *-* hola Lisa! holitas demas Sombras!! vengo a dejar mi reporte y ya no se que mas decir para llenar las lineas anti Spam x.x ohhh me he perdido de la accion :( y es que ya no estoy tan pegada a la pc como otros dias u.u estas vagaciones son mas ocupadas que antes, y espero en serio q eso sea bueno ^_^

    • Nombre de la Sombra (Mortífago): Fengari
    • Actividad: Rol post #161
    • Prisionero: ninguno
    • Resultado: Rol con Lisa
    • Fecha: 18/nov/2013
    • Nombre de la Sombra (Mortífago): Fengari
    • Actividad: Rol post #166
    • Prisionero: ninguno
    • Resultado: Rol con Lisa
    • Fecha: 21/nov/2013

     

     

  23. @

     

    Aun tenía las manos enrededadas, con los dedos articulados de una forma poco ortodoxa, y seguramente dolorosas. Pero como mis ojos y casi todos mis sentidos estaban destinados a apreciar al imponente Cola Cuerno Húngaro; de fuertes músculos y piel brillante, y aunque había oído que crecían bastante, al estar a unos metros de él, podía ver lo grande que era, y lo dócil que parecía ser con Lisa. «Y seguramente solo con Lisa» me dije mentalmente.

     

    Nurmengard era definitivamente un lugar hostil, y aunque todas las Sombras eran fieles a la Marca Tenebrosa, estaba inequívoca en considerar que la amabilidad no era una característica compartida, una característica que definiera a todos. Suspirando, cerré los ojos dando un par de pasos hacia la criatura, en realidad… solo cuando sentí el calor de su respiración golpeando, noté lo cerca que ya estaba del animal. Dudosa, intenté retroceder pues no quería invadir el perímetro de un dragón joven, pero me detuve al ver a la mortífaga tan ensimismada con el cola cuerno. Tan conectada.

     

    Yo conocía de esa conexión, yo la había visto varias veces «bueno, menos de lo que quisiera admitir», y era envidiable, a tal punto que en mis inicios como sacerdotisa, estaba segura del gran valor de las criaturas como seres vivientes de la tierra, cual fuese la raza… Excepto, excepto aquellas que quiebren con el ciclo de la vida, aquellas criaturas de dos patas que rompían con el equilibrio natural de la naturaleza de los seres vivientes. Sin maldad, no hay bien. Sin oscuridad no hay luz. Y yo sabía perfectamente esos preceptos, yo creía en ellos, creía en el equilibrio, y detestaba las inclinaciones a favor de algún lado.

     

    Oír a la mortífaga, me trajo de nuevo a Nurmengard. Mientras la escuchaba, caminé alrededor del dragón observando cada una de las infinitas escamas que tenia. Con cuidado de esquivar astutamente su cola, me detuve a un lado del rostro del animal, a medio paso de el—. ¿Morder?— repetí sintiéndome retroceder en mi sitio— Yo pienso que es magnífico, osea yo tengo un zorrito ártico de mascota, y está claro que no es lo mismo. Y aunque en casa hay un hipogrifo, no se compara con Akatosh…

     

    Estaba encantada con la criatura— me parece justo. Akatosh, prometo traerte algún postrecito por las tardes, y limpiar tu… habitación —dije mirando mi alrededor— y espero que no me comas.

     

    De pronto, el silbido de Lisa llamó mi atención, tanto como también al dragón, quien estaba más acostumbrado que yo. Sonriendo, miré a la criatura extender sus alas con elegancia «!oh dios mío! Va a volar» casi sin aliento, entendí lo que la mortífaga me decía «¡por supuesto» asintiendo, vi cómo extendía su mano y la tomé sin dudarlo. —Esto será genial.

  24. El ministerio de Magia tenia la peculiaridad de que estresar a los empleados que vivían prácticamente las veinticuatro horas del día en ella, y yo lo sabía, porque estaba medianamente cuerda debido a que aun me resistía a suprimir mi vida social… o eso creía. Resoplando, deshice todos mis pensamientos sacudiendo la cabeza y azotando dócilmente varios mechones sueltos de cabello claro, tan claro como la nieve sobre la tierra, de un albino color perturbador.

     

    Pestañeando graciosamente, sonreí al encontrar a mi hermana en una extraña posición «¡oh! ¡Que rara!» pensé rápidamente, dejando de mirarla al notar lo apenada que se sentía, por lo que sin pensarlo me adentré en su oficina mientras la Weasley alisaba su elegante traje blanco. Mordiéndome los labios, asentí a su disculpa. —lo sé, difícilmente los días de oficina son tranquilos…

     

    «¿Eso era cierto?» escuché a mi consciencia «por supuesto, solo que ahora me tomo un tiempo para visitar a mi hermana» me dije a mi misma, como si la otra voz perteneciera a otro individuo. Mientras pensaba en eso, un fuerte abrazo me tomo por sorpresa, sintiéndome rígida, pero doblegándome finalmente en respuesta al amable gesto. Y es que había pasado mucho tiempo desde la última vez que había visto a mi hermana, la extrañaba muchísimo, ella se había convertido en algo similar a una tutora, pero el trabajo la estaba alejando de mi.

     

    Torciendo los labios, me esforcé por no ir a clausurar la recepción de documentos del departamento, para al menos así aliviar toda la carga laboral que debía tener Kassandra— Te he extrañado, y nunca te pasaste por casa —le dije haciendo un mohín de preocupación— ¿estás bien?

     

    Sentándome en una silla delante de su escritorio, suspiré escuchándola, sintiéndome menos tensa que hacia segundos, por lo que me apegué lo mas que pude a la mesa, apoyando mis codos sobre la superficie lisa— Ottery está bien. Después de graduarme dejé de ser aprendiz y ahora soy aurora en el cuartel general de Aurores —respondí sonriendo, sintiendo el brillo en mis ojos por coger aquella hazaña personal— Te extraño Kassandra… y en casa me siento muy sola, nadie me hace caso, todos son tan… distantes, pero no cómo papá, a ellos realmente no les interesa.

     

    Masticándome los labios, recordé que May me había comentado sobre él días atrás —¡cierto! May me contó que papá había vuelto a Ottery hace como una semana, pero al parecer nadie más lo ha visto desde entonces —acoté suspirando, realmente me sentía sola en la mansión, y ahora que tenia a Kassandra para contarle todo, me sentía atragantada con tantas cosas, no sabía por dónde empezar.

  25. Nurmengard se distinguía por su ambiente tenebroso, de paredes frías al igual que el aire, donde se podía percibir el aroma a sangre y la inquietud ululando en cada rincón oscuro. Mientras seguía a la Rambaldi, pude pasear mi vista por algunas celdas vacías donde antiguamente fueron usadas, «quizás mucho antes» pensé, recordando que me encontraba en la otra torre de la prisión, lejos de los calabozos donde se encerraban a los seguidores de la orden del fénix.

     

    Atravesando los angostos corredores, nos dirigíamos hacia la parte alta de la torre, a “los tejados” y mientras más nos alejábamos de la sala de Sombras, mas curiosidad tenia por conocer aquella especial criatura que vivía en los tejados, «la mascota» pensé «¿será un ave? Tendría que ser una gran ave o… o quizás una simple criatura de amplias alas. Un dragón» No podía evitar sonreír ante todo el cargamontón de imágenes que pasaban por mi mente, de hecho, mientras menos información me daba… más alto podía llegar a delirar.

     

    Rápidamente me había acostumbrado al clima de la prisión, y así también, a la presencia de los dementores. —dementores vinculados —repetí algo escéptica, escéptica pero interesada. Los dementores siempre me habían parecido criaturas extrañas, carentes de emoción o entendimiento. Pensar en “vinculos” me hacía sentir tan ajena a ellos, tan ignorante—. Creo que tardaré mas en acostumbrarme a ellos.

     

    Había estado mirándolos de reojo, así que después de suspirar, me obligué a ver el camino que estábamos tomando. Un par de minutos después, nos encontrábamos en un pequeño distribuidor, donde se podía alcanzar a ver los primeros escalones de una escalera que ascendía hacia lo que parecía la parte más alta de la torre. «Espero no morir a mitad de camino» medité aun curiosa subiendo las gradas interminables de la escalera, aquella que subía y subía sin final a la vista, y aunque Lisa bromeaba de ratos para animarme a seguir… tenía tantas ganas de lanzarme al vacio a través de la primera ventana que viera.

     

    —Creo que esta es la escalera más larga que he visto en mi vida —susurré pisando la última grada— ¿eso fue como medio kilometro? —me pregunté desprevenida, dando un respingo ante el silbido aguda de la mortífaga.

     

    Yo sabía que mi rostro no podía mostrar el brillo de sorpresa con la que mis ojos brillaban, había enmudecido por la magnificencia de la criatura, y aunque me imaginaba a un dragón, la imaginación no podía producirme la comezón en las manos por tocarlo. —¿si me gusta?— repetí después de Loba Negra— ¡es fantástico!

     

    Ya tenía los dedos entrecruzados en una especie de enredadera, y posiblemente mi animosidad había llegado al tope del control. «No pueden mostrarle un dragón a una chica, y esperar que ella solo se mantenga lejos» me dije asintiendo graciosamente con la cabeza— ¿lo has domado? ¿Puedo tocarlo? —«¡rayos! ¿Me dejaran volar en el?» pensé mordiéndome los labios.

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