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Hecate Engosvezhof

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Mensajes publicados por Hecate Engosvezhof

  1. Apellido de la Familia: Castillo Rambaldi

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    A finales del siglo XV Italia no existía como estado. Las familias gobernaban las diferentes provincias manteniendo un difícil equilibrio entre sí. A la sombra de Francia y España, la influencia del Vaticano era decisiva en el orden del mundo cristiano.

    Milo Giacomo Rambaldi (1444-1496), alquimista, artista, ingeniero y místico estuvo al servicio como arquitecto jefe del Papa Alejandro VI. Nació en Parma en 1444, fue educado por monjes Vespertinos y trabajó como pintor, escultor y estudiante de arte hasta cumplidos los doce años. Cuando cumplió los 18 años en uno de sus tantos viajes a Roma, fue presentado ante el Cardenal de la Iglesia Católica, siendo contratado como arquitecto, asesor y profeta privado cuando el Cardenal Rodrigo de Borja se convirtió en Papa en 1492.

    Muchos de sus dibujos y documentos fueron escritos en una lengua híbrida de italiano y demótico y con mezclas de símbolos premasónicos. Milo creó la más temprana filigrana en todos sus papeles, conocida como el ojo de Rambaldi. Y que sólo puede ser descubierta por el ojo humano al ser expuesta a una luz negra. Todas sus hojas fueron hechas a mano con una fibra de un polímero único (similar a la piel de la cebolla) y poseen una consistencia que ha perdurado intacta a través de los tiempos hasta nuestra era, a veces incluso en condiciones adversas. Su marca (el ojo de Rambaldi) ha sido la única forma de detectar las hojas verdaderas de las falsificaciones.

    A pesar de que su benefactor deseaba ver al italiano prosperar, durante toda su vida Rambaldi y su trabajo fueron ocultados por mandato del archidiácono Claudio Vespertini, que temía las implicaciones revolucionarias de las tecnologías en el trabajo de Rambaldi. Solicitó entonces la posesión y finalmente eliminación del trabajo de Rambaldi.

    Cuando el Papa Alejandro VI falleció en 1503, Vespertini ordenó que el nombre de Rambaldi fuese borrado de todos los monumentos y edificios durante el periodo entre 1470 hasta 1496. También ordenó que Rambaldi fuera excomulgado por hereje, su taller en Roma fue destruido y fue sentenciado a morir en la hoguera por manifestar que algún día la ciencia nos permitiría llegar hasta Dios. Milo Giacomo Rambaldi falleció en el invierno de 1496 "sin dejar descendencia conocida".

    Poco tiempo después de su muerte un segundo taller secreto fue descubierto en San Lázaro, fue arrasado por agentes del Vaticano. Sus escritos, planos y bocetos fueron vendidos y subastados por poco valor durante una subasta privada.

    Desde el siglo XV se han ido descubriendo material sobre el trabajo de Rambaldi en lugares cercanos a Italia, Francia, Europa del este y en la antigua Unión Soviética, así también como en colecciones privadas y en almacenes de museos. Durante el Tercer Reich los documentos que interpretaban los diseños y enseñanzas de Rambaldi fueron buscados y catalogados como objetivos prioritarios, debido a la obsesión de Adolf Hitler por el ocultismo y las profecías. Los diseños de muchos de sus dibujos no han sido aclarados aún y han inspirado algunas falsificaciones impresionantes. Rambaldi ha sido llamado como uno de los predecesores de la era digital por su implicación en un lenguaje de máquinas en 1489 creado a partir de algoritmos cifrados y su uso en una especie de códigos binarios de unos y ceros.

    El trabajo de Rambaldi, en nuestros días, continúa sin ser formalmente publicado debido a la prohibición internacional que pesa sobre el nombre de Rambaldi.

    <o>

    Este símbolo, generalmente conocido como el "ojo" de Rambaldi, es el símbolo de la magnífica orden de Rambaldi. Giovanni Donato, un descendiente directo de Milo (se cree que era su mismísimo hijo secreto, Donato, quien abrazó la inmortalidad por su naturaleza vampírica) describió la orden como los seguidores más fieles de Rambaldi encargados de salvaguardar sus creaciones. Algunos seguidores incluso llevan la marca tatuada en su mano. Tras su muerte, su hijo Deiwan Rambaldi recibe el legado de sus antepasados y ayudado por los magos y brujas, juran por su conciencia y honor servir a su causa, motivo por el cual deciden restaurar la casa de verano localizada en Ottery St. Catchpole, un pueblo de Londres pero transformado en un castillo. A partir de entonces no solo buscarán guardar y perdurar tal material sino crear una extensa familia a ojos de los demás mientras que en secreto también reclutará a todo aquel que crea en su causa y esté dispuesto a dar su vida si fuera necesario para que las obras de Milo Rambaldi no caigan en poder de enemigos.

    Historia actual 

    Posteriormente en el año 2021, una de las hijas de Deiwan Rambaldi, Heliké Rambaldi toma el control de nuevo del castillo tras varios años ausente de la misma. La Orden Rambaldi se deshace como organización para, posteriormente crear la Orden del Dragón en su lugar. Tiene la misma finalidad que la antigua, pero más discreta a ojos de sus enemigos. Su símbolo es un dragón europeo de color negro con fondo rojo. En el primer nivel la Gran Maestra es Heliké como dueña del castillo (y heredera oficial de Deiwan, además jefa del Clan Vulturi y reina de los vampiros italianos) y con cuatro senescales además más un quinto que es el guardián de las llaves de acceso a la organización, vela por el cumplimiento de las normas. Cómo se puede comprobar representan los elementos en dónde está constituído el castillo. El símbolo del poder <o> no será grabado en una mano, sino que será un colgante de oro y será entregado al ingreso de la Orden. Cada nivel, será regido por un 'Rector' o Maestro y cada rector lleva en el ojo un color que le distingue de los demás. El primero será de color blanco con fondo negro para los vampiros, el segundo; de color rojo (magos y brujas nobles) y el tercero de color verde para el resto (muggles con poder). Aunque una parte reservada a vampiros y más oculta puede aceptar a humanos y serán asignados según su procedencia. Por supuesto está en lucha constante contra los licántropos en territorio europeo o en dónde se necesite y en contra de los enemigo que quieren destruir el legado Rambaldi. Los tres niveles conjuntamente conforman la bandera italiana. Pero no sólo se distingue por la lucha contra todo tipo de mal, sino para el contrabando, espionaje y obtención de información. 

    Sus reuniones como toda organización secreta son celebradas cada solsticio de verano e invierno en los terrenos extensos en dónde se encuentra el castilo, junto a un promontorio de rocas antiguas dónde se creía que eran viejos cultos celtas al lado de un pequeño bosque y cerca del agua. Además de adorar a los viejos dioses y antiguas tradiciones paganas, no desprecian para nada el culto de otras figuras religiosas, pero por supuesto los demás respetarán las tradiciones originales de culto de la Orden del Dragón. Aunque antaño fuese creada para defendese de los enemigos critianos (en el siglo XIV), su corta duración no impidió que su prestigio durase hasta nuestros días creándose para otra finalidad diferente, aunque por supuesto, fue conocida por albergar al más famoso príncipe rumano, Vlad Tepes, el principe empalador. 

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    La residencia de la Familia Rambaldi actualmente es un castillo con cuatro torres. El acceso está situado en el 1329 Ottery St. Catchpole, condado de Devon, al suroeste de Inglaterra. Está construida en un terreno perteneciente a Milo Rambaldi, pero tras su muerte fue subastado por sus enemigos ignorando el gran potencial que residía en él, siendo adquiridos por la familia Bristow, familia entroncada con los Rambaldis, en el que levantarían su descendencia, ocupandola durante varias generaciones. Fue construido en 1771, pero durante un incendio del 2000, el hala este fue completamente destruida, donde murió Sydney Bristow. Su viudo, Michael Vaughn decidió ponerlo a la venta para mudarse con su hija Isabelle, a una isla cuya ubicación nadie conoce. El último descendiente de Milo, Deiwan Rambaldi, junto a Ashley Atkins, amiga de la Academia, compraron el terreno y reconstruyeron las partes dañadas, para finalmente mudarse ahí.

    El Castillo está exactamente situado en el centro de los cinco elementos esenciales para la vida (fuego, agua, tierra, madera y metal), se sienta encima de un vínculo espiritual. Los cinco elementos esenciales para la vida son: la Costa Jurásica (de agua), los yacimientos volcánicos de Plymouth (Fuego), Parque Nacional de Exmoor (madera), el parque nacional de Dartmoor (la Tierra), mina de estaño de Tavistock (Metal). Cuando se conectan, se forma una estrella de cinco puntas con la residencia en el centro, por lo que es no sólo un nexo espiritual, sino una Wicca también. El Nexus se encuentra debajo del sótano del Castillo Rambaldi.

    Al poder encerrado en el Nexus se puede acceder por el bien y el mal, ya que es una fuerza neutral. Los patriarcas compraron el terreno y conservaron la gran edificación para evitar que cayera en poder de manos equivocadas. El Nexus proporcionará un impulso extra de energía a los familiares, sea cual sea su bando. Mientras las fuerzas del bien controlen el castillo, actuará en su beneficio pero si el mal logra acceder a él, le podrá servir igualmente, por lo que puede ser influido. (Nota Moderativa: poder meramente rolístico, sin afectación en las batallas.)

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    Parte exterior:


    Para acceder a ésta gran mole de piedra con sus terrenos enormes de al menos cinco campos de fúbtol, se puede entrar a través de un camino que sale de la puerta principal con una verja de hierro en forma de dragón, colocada tras sus murallas de al menos diez metros de altura, y tres de espesor, cada quinientos metros hay una almena que, en tiempos antaños hombres aguerridos defendían los posibles asaltos o ataques al lugar. La distancia es de al menos un kilómetro y medio y cuando se llega, se accede por un puente de piedra que pasa por encima del foso y éste tiene una profundidad de cuatro metros. En él hay criaturas acuáticas de topo tipo, tanto muggles como mágicas. 

    En la parte sur del castillo en la zona de atrás y oculta a la vista de los visitantes, hay un pequeño garaje para guardar las pertenencias de la dueña, después a su derecha, las caballerizas para resguardar del mal tiempo a los aethonans y otros animales y el tercero está un invernadero que, aunque por fuera parece enano por dentro es grande ampliado con magia. En él están la mayoría de plantas tanto como para cocina como para la elaboración de pociones. Para acceder a éstas zonas se cruza a través de otro puente que pasa por encima del foso y está su acceso en la parte trasera de las cocinas.

    Dos kilómetros más abajo, hay un pequeño promontorio de roca, ahí se hacen diferentes celebraciones de la Orden del Dragón y a cuatro metros de distancia (con una profundidad de veinte metros), un pequeño lago del tamaño de un campo de fútbol, con un pequeño muelle con dos barcazas. Ahí a veces también suele aparecerse el barco recién comprado de la dueña, para descargar todo tipo de diferentes mercancías. 

    A mano izquierda un pequeño bosque que llega hasta el límite de la otra almena que vista desde el castillo se puede ver desde la torre sur.

    La particularidad que tiene las torres tanto la abierta como cerrada, es que ondean dos pendones, uno con la bandera de la familia Rambaldi y otro con el paño de la Orden del Dragón (fondo rojo con dragón negro).

     

    Parte interior:

    La arquitectura del castillo fue remodelada al gusto de la actual propietaria eliminando cualquier vestigio muggle en que en él hubiese existido antaño tanto en su interior como en su zona exterior. Pero aun así sus muros son poderosos de al menos cuatro metros de espesor, desde la parte delantera hasta las cuatro torres que alberga. En la parte principal del castillo posee un gran portón de madera con un grabado de un dragón escupiendo fuego, que da acceso a la parte principal y con amplios ventanales, en dónde se puede ver el salón principal; con su enorme chimenea interior acompañada por tres sofás grandes de tres piezas cada uno con una mesa de cristal, además de poseer una gran mesa larga (para veinte comensales si es preciso) en el fondo, para celebrar los grandes festejos y adornada con una gran lámpara de araña del mejor cristal italiano, y por supuesto con un pequeño mueble bar colocado al lado de la chimenea relleno de los mejores caldos y bebidas alcóholicas. En ésta primera planta a mano derecha se encuentra el acceso a las cocinas, lugar de los elfos domésticos que se encargan tanto del cuidado de las mismas (y del resto de la casa) como de los jardines exteriores y que, además cuentan con sus habitaciones principales.

    A mano izquierda enfrente a las cocinas una gran puerta da acceso a una gran biblioteca con un montón de libros, los únicos que se han preservado de la remodelación actual de la propietaria, contiene cuatro sofás repartidos estratégicamente para la cómoda lectura y también cuenta con una pequeña chimenea para las noches frías de invierno y con un gran ventanal que le da vistas al pequeño bosque cercano al castillo que le da luz natural en los mejores días de verano. Para ayudar a coger los libros también tiene escaleras que llegan a los pisos superiores (tres) que contiene ésta parte de la edificación.

    En el segundo piso en forma de cuadrado, que se accede tras unas escaleras de marmol y que su pasamanos está tallado con escamas de serpiente. Las cuatro habitaciones están colocadas estratégicamente como los puntos cardinales, con lo cuál le confiere privacidad junto con sus muros para los invitados que estén ahí en sus cortas o largas estancias. Cada una de ellas contiene su cama con dosel, armario silla y mesa, y cortinas aparte de sus baños y cada ventana da a una parte diferente del terreno. En éste mismo piso por el mismo corredor, también se accede a las cuatro torres del castillo. En cada puerta y recibidor de cada torre tiene una armardura medieval. Descripción de cada una de ellas:

    Torre Norte. Tres Niveles. La 1ª planta es un recibidor sencillo con una antorcha siempre encendida, sólo tiene una alfombra y a sus pies una escalera de caracol que da a la siguiente nivel. 2º Nivel: habitación privada de la dueña (siempre con una puerta cerrada). Cuenta con una cama con dosel (chimenea incluída) y cortinas y a sus pies un gran arcón en dónde guarda la mayoría de sus pertenencias. Una gran alfombra de seda china, una mesa con silla, armario, con un pequeño mueble bar y un par de estantes de libros (de tres niveles), sus maderas son de castaño y de roble, un cuarto de baño con ducha y jacuzzi. Sus ventanas con cortinas pesadas da la vista a la parte principal de la casa a lo largo camino de tierra prensada, al foso y al puente de acceso. El Tercer nivel: habitación abierta, ésta es exclusiva para la observación astronómica y para poder ver la mayor parte del terreno de la edificación.

    Torre Sur, éste y oeste: 1ª planta. Recibidor con alfombra y el acceso a las otras habitaciones también se hace mediante una escalera de caracol. Éstas tres cuentan con diferentes visiones del terreno, pero aún así, son habitaciones cómodas y calientes para los invitados. Son las más genéricas de todas; poseen una cama con dosel y armario con sus respectivas duchas y por supuesto, chimeneas para las largas y frías noches de invierno. 

    El sótano y no accesible para extraños se encuentra se encuentran los diferentes documentos que Milo y sus descendientes habían dejado y recolectado a lo largo de los años, en su centro alrededor de él y vacío hay una estrella de cuatro puntas tallada en la roca y es el lugar en dónde se encuentra el famoso ojo Rambaldi y el nexus espiritual. Para acceder a éste sitio, su entrada principal es una de las habitaciones de la elfina jefa y es a través de una puerta de madera oculta tras una pared mágica. Sólo puede acceder a ella la Gran Maestre y sus cuatro senescales de la Orden del Dragón. 

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    Ashley Atkins

    Ficha - Bóveda

    Deiwan Rambaldi

    Ficha - Bóveda

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    Heliké R V PB

    Ficha - Boveda

     

     

    Árbol Familiar: 

    Lazos de Sangre adoptivos & sanguíneos

    Heliké R V PB Ficha - Boveda

    1ª Generación:

    Verónica Prince Rambaldi (hermana) Ficha ~ Bóveda

    Servicios Ministeriales:

    Mascotas: 

    • Luperca, una loba

    Objetos y Pociones:

    • --

     

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    No se aceptarán matriarcas ni patriarcas para evitar desavenencias con los mismos

    En caso de huida rápida para desaparecer de los terrenos e ir a un lugar seguro,

    la primera almena cercana a la puerta de hierro del dragón (la primera por la derecha) contiene dos puertas; éstas llevan al Dragón verde y al Ladurée 

    a través de una puerta mágica evanescente 

    <o> Fantasmas <o>

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    Milo Giacomo Rambaldi

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    ¤ Elfos Familiares ¤

    * Kindom
    * Clous
    * Proserpina
    * Ipatia
    * Galileo
    * Pandolfo
    * Tomaso
    * Aradia

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    Registro de la Familia Rambaldi

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    [Rojo] [Azul] [Verde] [Amarillo]

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    Bóveda de Gringotts: 

     

    Link al Topic de Rol: 

     

  2. Después de hablar con la líder del bando me aparté discretamente, y recogí la capa que a pesar del poco tiempo transcurrido ni me había acordado dónde la había dejado. La volví a colocar con un suave ondeo por encima de mis hombros y la abroché con un murciélago de plata. Mis botas finas de aguja, resonaron con un 'tic tic' bastante particular mientras me encaminaba hacia el pasillo central de la mansión Riddle. Por las ventanas por fin se podía ver la luz de la luna que, poco a poco, pasaba a través de los ventanales. Los elfos se iban apresurando a dejar todo bien limpio como estaba, antes de la subida de las profundidades hasta el terreno superior. El movimiento que habíamos hecho, había conseguido que se formaran pequeños pilares de polvo por todos sitios y hasta las velas, con sus pequeñas luces, parecían que temblaban un poco tras la fuerte sacudida.

    Salí al exterior y respiré aire puro. Por el momento no amenazaba tormenta y quizás hasta sería una buena noche de observación astronómica. Tendría que revisar si llevaba los útiles necesarios porque, la verdad, no me apetecía para nada llamar a mi elfina. Quería al menos una noche de tranquilidad y las cosas como son, hacía demasiado tiempo que no observaba la esfera celeste que al mismo tiempo me encantaba; conseguía relajarme y distraerme de los problemas diarios. Sentía las voces de otros compañeros mortífagos en la lejanía (o eso me daba la sensación) y a pesar de no llevar la capucha puesta, el ir toda de negro, conseguía casi fundirme en la oscuridad; lo único que casi podía delatarme era la joya de plata que conseguía anudar los dos cordones de la capa cuando algún haz de luz hacía que brillase con cierta nitidez. Aunque quizás tal vez, bien podría practicar un poco con las pociones que las tenía algo olvidadas... Iba a ser una noche larga. 

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  3. Hola mi gente!!

    Después de mil años me paso por aquí y es para hacer una consulta.

    La versión resumida es que, hace dos años mas o menos, me inscribí para las habilidades de legeremancia y hablantes de pársel, pero por la vagueza y por unas cosa y otras no volví a pasarme por los tópics correspondientes. Según con las nuevas reformas se supone que el alumno no está suspendido si no ha hecho la prueba que le responde según le indique el tutor.

    La cuestión es la siguiente, ¿tendría que pagar nuevamente esos conocimientos especiales otra vez, cuando ya lo hice en su momento? Quizás con la migración se hayan perdido los reportes de los pagos como así las inscripciones, pero espero que no, así que, y digo suponiendo podría reanudar nuevamente las clases sin tener que pagar el costo que ya hice en el pasado cuando sea el momento de hacerlo. Además que ahora se ha duplicado el costo (no es una queja) y si tendría que hacerlo tendría que esperar al a reunir el dinero necesario. Imagino que ahora por las fiestas las universidades están paradas. 

    Menuda lata, espero no liaros mucho, porfis si no os aclaráis arrobeadme y seré más explíta con la pregunta. 

    Os agradezco de antemano la respuesta y vuestra paciencia.

    ¡mil besos!

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  4. Me aparecí cerca del gran complejo. Lo que no me esperaba para nada es que fuese enorme. Estaba vestida con un traje pantalón chaqueta, botas finas de aguja y una camiseta, todo de color negro. El pelo anudado en una cola de caballo alta, ondeaba con la suave brisa del lugar. Llevaba una pequeña mochila al hombro con diferentes prendas, dentro de la Marca Tenebrosa, en la fortaleza oscura, nos indicaban los negocios regentados por los mortífagos y sus características pero la verdad, lo que menos me esperaba es que fuese algo brutal...

    La gente iba y venía con las maletas, los chicos las iban cargando de un lado al otro y otros más hacían corrillos charlando entre ellos. Brujas y magos que parecían provenir de difeentes lugares y culturas a notar por las vestimentas que llevaban. Pero aún así, no dejaba de maravillarme lo grande que era el complejo...

    - creo que me voy a perder por aquí -dije en un susurro. Llevaba la varita dentro del bolsillo y la agarré con fuerza para que me diese más seguridad. Caminé despacio en medio de tantas personas para detenerme a mirar el impresionante lugar. Ajusté la capa (negra) que llevaba anudada con una pequeña marca tenebrosa de plata. 

    Y en ese momento, se me ocurrió que tal vez, podría hacer negocios con la dueña con cierto barco que había comprado. Podría ser tranquilamente una de sus proveedoras si no tenía pactado con otros clientes. Me acerqué a la recepción en dónde estaba el complejo de las habitaciones...

    - señorita, dígale a la dueña@ Juv Macnair  que la espero aquí. Tengo una oferta que quizás le pueda interesar, además de relajarme en éste sitio me encantaria un whisky de fuego doble, estaré allí esperando - le indiqué con el dedo a la mujer, que con la cara que ponía, no le habia gustado mucho mis "órdenes".

    Con paso decidido me senté en uno de los sillones del gran hall mientras veía pasar a todo tipo de personas. 

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  5. Había escuchado una voz. Hasta perjuraría que el alma de la reina me había hablado pero no. Di un pequeño bote del susto. Cuando giré mi cabeza para ver de quién se trataba, quizás mi rostro desveló una mueca de decepción. ¿Qué esperaba, ver a su alteza reclamar algo que le habían quitado? En mi caso, en tiempos duros, había luchado por ella, por lealtad, por el honor y también porque me sentía bastant perdida por aquél tiempo. Lázarus mi viejo y traidor mentor me había empujado a ello sin quererlo. Pero finalmente, tras descargar tanta sangre del pueblo francés, cansado y hastiado al final habían derrocado a sus reyes. Tanto esfuerzo para nada.

    - ¿Qué haces aquí? -vaya pregunta más boba. Ella incluso podía formular lo mismo. De hecho, varios mortífagos ya estábamos por allá aunque yo no lo sabía.

    Saqué la varita y accedí a los terrenos, susurré un 'lumus' y la punta de mi varita se transformó en un pequeño punto de luz blanca. No iluminaba lo suficiente, pero al menos permitía ver el suelo a una distancia de dos metros. Las luces del gran castillo estaban apagadas porque no eran tiempos de turismo, no al menos a esas horas. 

    - ¿Qué se supone que tenemos que hacer aquí? -volví a cuestionar hacia mi tía - la verdad, no me enteré mucho de los planes en la Fortaleza Oscura - susurré en voz baja. Al menos la hierva al caminar ocultaba nuestros pasos, pero también por supuesto, de nuestros enemigos.

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  6. - ¿Gruñendo? Menuda novedad - dije con una sonrisa y negando con la cabeza - ¿y puedo saber porqué? -pregunté curiosa y sin siquiera pedir permiso tomé una de las sillas vacías que no estaban llenas de papeles (?).

    Me senté con el el respaldo apoyándome en la espalda y balancéandome con suavidad. Parecía que esperaba a otra persona por la forma en la que estaba levantada. Debía ser la vieja costumbre de encargarse de recibir a grandes dignatarios.

    - ¿Odias la navidad? Vaya, si que has cambiado tita -volví a esbozar una sonrisa burlona- ¿tendremos que hacer cenas navideñas? Me parecen un engorro, pero a los niños creo que les encantará -serían las primeras navidades que pasaría con Elentari después de dos años, y aunque la cría no lo supiera seguro que disfrutaba un montón con los regalos.

    - ¿Destrozar? Cómo quieras... Pero piensa que el Reino está en un nivel alto por terrorismo -le informé- están las cosas fastidiadas para cometer un atentado. Yo por mi me apunto, por supuesto - le dije alzando la mano - pero casi prefería más atacar al primer ministro. Darle en dónde más le duele... eso para los muggles, estarán aterrados durante nos días resguardados en sus casas pero una cosa no quita la otra - comenté elevando mis hombros- ¿qué tal si atacamos el Vaticano? - ahora sí, ensanché una gran sonrisa maligna - pero ese sería un primer paso, después, a lo grande... bien, ¿cómo lo hacemos? -inquirí, ahora sí, curiosa por esos planes. 

  7. La luna en lo alto, medio ocultada por las nubes que parecían presagiar tormenta. Pero ni me inmuté. Vestida completamente de negro con unos pantalones, camiseta y chaqueta y botas de piel de dragón. En ésta ocasión llevaba el pelo trenzado y a su vez enroscado en forma de moño. Llevaba el morral de cuero dentro del bolsillo y la varita en la mano derecha. Había recibido indicaciones sí, pero era un lugar que me traía amargos recuerdos.

    Aún hoy día podía escuchar el ruído de las espadas besándose unas con otras, las azadas, los gritos de los campesinos, el estruendo de la artillería que había imposibilitado su defensa en la Bastilla, pero no, sus majestades habían estado todo el tiempo en Versalles. Cuna de origen de los mejores reyes franceses, su alza y su caída. La desgracia de la realeza francesa, aniquilada su estirpe hacía ya, más de trescientos años. 

    Habíamos tomado posiciones después de indicarnos en la Torre Oscura lo que debíamos hacer, pero intentaba evitarlo. Francia era un gra país con grandes castillos pero ese era el viejo símbolo de un sistema de poder absolutista, le tenía demasiado respeto. Caminando por uno de sus jardines, hasta me daba la sensación de que podía sentir a la reina María Antonieta; archiduquesa de Austria, para después ser la esposa del heredero al trono.

    Pero no, ahí estábamos nosotros para intentar no sé qué. No me había enterado muy bien del asunto. El nombre, Versalles; era para mí una conexión difícil de olvidar y aunque los tiempos hubiesen cambiado, ahí estaba yo otra vez. Esperaba en ésta ocasión que tomásemos la decisión más acertada. 

     

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  8. Después de tantos años se me hacía raro. No los había visitado desde la última vez que había estado ahí y al menos, hacía unos veinte. Era vieja en edad pero en apariencia seguía siendo la misma. El ser vampira, tenía esas ventajas por supuesto. Se me hacía raro el tener que visitar a mi tía en un lugar tan deprimente como esos. Sabía por mi hija que la visitaba a diario, su 'yaya' como ella la llamaba se encargaba de llevarle un montón de cosas, también a Sean, que le decía "su tío favorito" aunque de sangre no llevaban ni una pizca. El mundo por aquél entonces había cambiado bastante. Aunque por temas de poder yo seguía siendo regente de los vampiros de Italia.

    Vestida con una capa de color negro y un sombrero a juego, el morral en foma de bolso con la varita y había llegado con un pequeño vehículo eléctrico manejado por también un ya viejo llamado Cesarión. Habíamos compartido tantas aventuras que se había convertido en un hermano para mí. Su hermano había cogido la jubilación hacía unos veinte años también, pero seguía estando en la mansión como amo de las llaves. Sonreía a pesar de todo...

    Llegué al lugar, pregunté a una de las enfermeras y me indicaron el lugar en dónde descansaba la pelivioleta. Para cuando llegué debía tener gente...

    - ¿Cómo anda la vieja más entrañable del lugar? -pregunté con una gran sonrisa. Saqué un paquete del morral de moke y se lo entregué- es un presente por parte de Elentari, ésta semana ella no puede venir, así que, me he ofrecido yo en su lugar... espero que no me lances ninguna maldición - dije con una gran carcajada.

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  9. Caminaba con tranquilidad sintiendo los aromas que me llegaban cada vez que me aproximaba. Aunque los animales estuviesen dentro de sus rediles, no me fiaba la verdad... No sabía si Sagitas estuviese dentro del circo, pero aromas recientes me indicaban que sí. Más que nada porque como todo los seres humanos, siempre desprendían un aroma característico (huelen bien, pero aún así, con una marca característica cada uno de ellos). Fui caminando despacio. Sí, tanto el parque de las lamentaciones como el circo, aunque estuviese integrado en él, era uno de mis lugares favoritos. Aunque sin saberlo la pelivioleta yo lo usaba para cazar, eso sí, nada escandoloso por supuesto los vampiros cuando queremos, podemos ser muy limpios...

    Me fui desplazando con cuidado intentando ver esa cabellera característica. Pero no la veía por ningún lado. Uno de los elfos que me conocía bastante bien, debió de ver por mi mirada, que debía estar buscando a la dueña...

    - Por allá está - me dijo, señalando con su pequeño dedo índice. Y cuando me fui aproximando su aroma era más potente... ¿Tener el despacho en una carpa? Me sorprendió, aunque no debería ya que ella tenía esas curiosidades. Caminé más rápido hasta que llegué y levanté la parte de la entrada.

    - ¿Se puede? Quería tomar algo con vosotras, pero si estáis ocupadas, vengo más tarde - dije con una gran sonrisa tanto a mi tía como a mi prima Xell, que parecía estar ambas ocupadas con papeles. 

  10. Con un traje pantalón chaqueta negro, jersey fino de cuello vuelto, botas de piel de dragón. Podía pasarme tranquilamente por una ejecutiva muggle y no pasaría tan desapercibida, sino fuese que llevaba en la solapa de la chaqueta una marca tenebrosa de plata en miniatura. Llevaba el pelo en una cola de caballo alta el morral y la varita en los bolsillos he iba paseando por el Londres muggle mientras veía que, muchos escaparates ya estaban preparados para recibir la dichosa navidad. No me gustaba nada. Prisas de un lado al otro, cenas copiosas, brandys hasta las tantas de la noche y por supuesto, los villancicos. 

    Me cansé de ver tanta chorrada...

    Cerca del Ministerio de Magia, había una pared en dónde la mayoría que usábamos la magia podíamos desaparecernos sin llamar demasiado la atención de los nomajs. Así que, para allá me fui y tras revisar que nadie me veía, me gire sobre mis talones y me aparecí en los límites del parque de las lamentaciones, en dónde sabía que no podría sufrir una despartición dolorosa. Gracias a mis habilidades vampíricas salté con facilidad una de las entradas y casi medio corriendo aunque no me diese cuenta, llegué hasta la zona del circo de mi tía. No la buscaba por nada en especial, sino simplemente por estar un rato en familia. 

  11. Hola!

    Hace mil que no me paso por aquí, la verdad jajja, así que, vengo a pedir que quiten de mi ficha, muy a mi pesar, la familia Vladimir  y dejar ese espacio en blanco. Así que, espero no estar cometiendo mucho spam, porque no me llegan las líneas... carai, deberían sacar esa norma para ésto jajajaja. Pero igualmente, a quién lo haga, estaré atenta, besos y gracias!! 

     

     

  12. Levanté una ceja con algunas de sus palabras. Ella conocía bien como picarme y lo estaba consiguiendo, pero ahí había ido a hacer negocios y no a armar broncas. Suspiré cansada.

    - Cómo se nota que de política no tienes idea Sagitas - dije con una sonrisa y negando con la cabeza- aquí en Reino Unido usamos lechuzas, en Italia, allá para comunicarnos usamos cuervos, hacen la misma función de enviar correos - comenté con una aclaración- y tosí para aclarar la garganta - protesté por lo bajo.

    << Café o lo que tengas mujer - sin poder evitarlo solté una carcajada. Me sorprendió que sacara whisky, aunque ella tomase a sorbitos me sorprendía porque era yo, en la familia la que más bebía whisky de fuego y, a decir verdad, se me hacía raro- últimamente estás bebiendo mucho alcohol tía - comenté con cierta preoupación - no es normal en ti, la verdad, pero no despreciaré ese trago - tomé el vaso y me serví un poco.

    - El Clan Vulturi gobierna en todas las comarcas italianas. Cada comarca tiene un gobernador propio enviado por nuestro clan. Dependiendo de los vampiros y familias que haya en cada zona tenemos más o menos soldados. Por eso decía que, lo de encargar los uniformes y capas era mejor ir a un lugar aquí en Londres y enviarlas todas allá. Y de las varitas he venido aquí por ser tu parte de la familia... Me dieron un lote de dos mil galeones pero yo puedo poner más. En cuánto me den más información te la pasaré mediante lechuza para que empieces a fabricarlas...

    Justo estaba dando un sorbo a mi bebida cuando, de repente, un golpe fuerte se escuchó en toda la tienda, casi me atraganté y escupí todo el alcohol. Maldije por lo bajo y susurré un lo siento a mi tía. Saqué la varita y limpié las zonas en dónde había manchado.

    - Pero, ¿quién demonios? -pregunté furiosa, apuntando mi arma a la persona que había entrado- ¡Xell! ¡Por los siete infiernos! - protesté otra vez- un poco más y te maldigo mujer - guardé mi varita mágica en el bolsillo mientras hablaba de cierto ruído- cosas del timbre de tu tía... Yo ya se lo he dicho pero qué quieres que le haga - comenté, elevando mis hombros- y ¿tú por aquí? ¿Has visto como está el callejón, verdad? - pregunté a mi prima - está más triste que de costumbre, entre los decretos de ésta mujer el maldito sacerdote ese y la economía, la cosa va como va... - bufé por lo bajo y rellené nuevamente mi copa con más bebida -eso le dije, últimamente esta bebiendo demasiado y eso sí que es raro... 

  13. Sonreí por su regañina por fumar, negué otra vez y aproveché para tomar otro trago del whisky que había pedido. De momento aún estaba la botella entera y suerte tenía ser vampira, el alcohol en nuestro cuerpo se asimilaba mucho más rápido que un humano normal y corriente (?)

    Y al menos me dió cierta alegría al ver que, Xell también tenía parte en el negocio y me daba su permiso.

    - Bien, excelente, entonces el cinco por ciento de lo que recaude en mis bodegas os lo repartís entre las dos. Tal y cómo estipula el ministerio o estipulaba la mitad de las ganancias en nuestros locales - dije con sorna. Si mi tía pensaba que salía ganando estaba bastante equivocada de hecho. Podía pedir más, cierto, pero tampoco era cuestión de llamar demasiado la atención de ciertas agencias por las cosas que pudiese llevar en bodegas. Ya tenía ciertos planes para ese barco así que, mientras se adecuaba en los astilleros muggles, ahi las cuatro, seguíamos dando ideas.

    Mientras la ex- ministra hablaba saqué un pergamino y tinta he indicaba en él las condiciones de lo pactado... En cuánto terminé le dije tanto a Xell como a Sagitas.

    - En cuánto terminemos - vi que Lisa empezaba a poner protecciones cosa que me alegré- quiero que vosotras dos firméis aquí lo que hemos hablado, después os haré llegar una copia de éste pergamino de lo pactado. 

    Para mala suerte de la pelivioleta yo tenía un oído bastante bueno gracias a mi habilidad vampírica. Y buena suerte para mí que le escuché susurrar esa palabra...

    - De fanfarrona nada - protesté por lo bajo - cada edificio tiene sus partes débiles. Conductos de respiración, salidas de aire... cañerías... Obteniendo los planes del lugar podremos mirar... - Lisa había comentado la seguridad que ella misma había puesto- pero supongo que por poner señuelos no habrá problema. Lo de Xell me parece buena idea. Yo tengo un dragón, pero pensarán que habrán sido los búlgaros otra vez y no vamos a liarla de nuevo con otra guerra por otras cosas... Si Lisa puede bajar durante unas horas las defensas Ministeriales estaría bien, pero piensa que, quizás las hayan reforzado -llevé una mano a mi mentón, pensativa- sí, señuelos, animales... podría ser factible. En mi monedero llevo una puerta evanescente que, si la colocamos en una oficina, nos llevará hasta el dragón verde por si tienen los hechizos antiaparicion activados. No pienso arriesgarme a sufrir una despartición por querer salir de ahí pitando y que al final, nos pillen en San Mungo o en la Clínica familiar...

    Escuché a la pelivioleta y levanté una ceja.

    - ¿Arriesgarnos tanto por una poción? - bufé y le di una calada al cigarrillo. Escuchaba a Lisa hablar y no pude evitar soltar una expresión que refundaba sus palabras- en igualdad de condiciones, la solución más sencilla es la más lógica... O algo así decían los muggles en cuánto a la ciencia -hice un movimiento con mi mano - me extraña que, por esa poción peligrosa, porque lo es... es como dice ella - señalé a Lisa - pides permiso para entrar y todos tan contentos. ¿Hay algo más que ocultes en esa habitación aparte de eso? No sé, objetos prohibidos por el Ministerio; oro, objetos de gran valor histórico mágico... No dudo que ese brebaje sea bueno para confundir al enemigo, pero incluso conociendo los ingredientes se puede hacer otra. Recuerda que yo fui profesora de pociones en la Universidad, puedo destilarla para intentar averigüar que ingredientes lleva - comenté, elevando mis hombros. 

     

  14. - Es una buena elección -le dije con una sonrisa mientras me explicaba los motivos de su visita- aunque últimamente como verá, hay pocos transeúntes por aqui... Noviembre y diciembre no son buenos tiempos para los comerciantes, tanto por ciertos festejos como por el mal tiempo, pero siempre encontrará un lugar cómo el nuestro, para tomarse un chocolate caliente y resguardarse del frío - asentí con la cabeza.

    - Por supuesto querida... Aunque normalmente tenemos la misma carta cada mes. En momentos específicos como fiestas y demás, como Halloween sacamos figurillas de chocolate -le señalé la vitrina en dónde estaban custodiadas con la cadena de frío y gracias a la magia, se mantenía estable todo el año- tenemos mini marcas tenebrosas rellenas de chocolate con leche, almendras y chocolate negro, por si desea con sabor más potente por supuesto y claro que el material con el que está echo es el de la mejor calidad - comenté alabando el producto- además tenemos en formas de rayos de los tres sabores. Y ya que pide la especialidad de la casa, tenemos los macarons Ladurée, pastelitos que se pueden rellenar de múltiples sabores. Traen seis y cuestan tres galeones por caja. Le advierto que, aunque pueda parecer que son pocos, al ser dulces pueden llegar a empalagar -dije riéndome y guiñándole un ojo - están bien para acompañar con un té básico inglés, o con especias de la India. Le aconsejo que no eche demasiado azúcar - le recomendé yo, por mi parte.

    - Le agradezco el cumplido. Si viene por aquí - la guié hasta una de las zonas del lugar- éste es el más reservado de todos. Puede gustar lo que pida con total tranquilidad. Aquí la prensa no suele molestar mucho así que... -acomodé una silla para que se sentara en la zona que llamábamos biblioteca. Aunque claro, no había libros pero sí respiraba a tranquilidad y era una de las zonas más resguardadas de la entrada y más privadas del local.

    << Aquí mi gente anotará lo que quiera y enseguida se lo traerán, póngase cómoda y quédese tranquila. Éste lugar tiene una tempratura agradable todo el año, tanto invierno como verano para que los productos no se estropeen -volví a añadir...

    @ Darla Potter Black  no te preocupes mi darlis, que a mí tb me pasa igual, aunque me salió un rol algo soso jajaja 

  15. Sagitas al final reaccionó. Torpemente al principio y después más seguido hasta que se medio enfadó por hacer daño a un animal...

    - Mujer, ¡no es un hada! -protesté yo- un basilisco el rey de las serpientes. No es algo que se pueda tener en casa así cómo así. Si el ministerio te da dado permiso excelente pero aún así no sé cómo consigues que no petrifique a nadie en el circo. 

    Ni me acordaba que se le daban bien las criaturas.

    - Se me pasó por alto mujer, además, nunca está demás tener libros por si no hay nadie especialista en casa... así que, mejor tener la información a mano - y mientras mirábamos el mapa del merodeador - yo he patentado ésto - les dije a ambos con una sonrisa - el mapa original sólo mostraba Hogwarts pero creí necesario hacer una modificación, así que, es útil. Envié al Concilio en su día las instrucciones cómo hacerlo y lo han puesto a la venta. Con lo cuál es muy guay si estás en una ciudad, que no conoces...

    Había movimiento en la casa, tanto por ese bicho como por los elfos domésticos. Galadriel estaba en otra zona de la casa y seguramente ya se hubiese enterado por otros elfos, la peligrosidad que había en el lugar. Esperaba que fuese inteligente y se pusiera a cubierto. 

    Pero de un momento a otro vimos a Ithilion, serpiente en la zona baja y Sagitas corrió. No me dio tiempo a nada. Lo entendía era su hijo y quería protegerlo a toda costa...

    - Por los siete infiernos, ¡Sagitas! - grité yo ahora. Sí, todos somos chillones en ésta casa, pero en una situación como esa no era para menos. Las gemas brillaban en todo su esplendor. Tenían la misma función que el reloj mágico familiar, pero tampoco eran tan precisas...

    - Haría falta una red mágica cómo de pescado para cazarlo, pero quizás sus dientes pudiesen destrozarla... -me sentía impotente ante una situación como ésta. Nunca habíamos tenido un peligro de ésta envergadura. 

    - ¿cómo demonios vamos a cazar ese animal? -pregunté desesperada a Matt.

    - Espero que nuestra pequeña esté bien con los lobos... podriamos usarlos para, pero no - negué con la cabeza, nuevamente. Era crucial que Elentari estuviese protegida en todo momento y los huargos eran unos animales fantásticos para esos...

     

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  16. No pude evitarlo y estallé en carcajadas. Negué con la cabeza ante la pregunta de Lisa...

    - Perdón querida, no he querido ofender pero... - cerré los ojos durante un segundo tras lo cuál aproveché a mojarme los labios con un delicioso trago.

    - Verás querida... trabajando para la oficina del primer ministro ya deberías saberlo -dije con cierta obviedad y continué con mi charla hacia Lisa- tanto en la política muggle como mágica hay magos que trabajan en secreto para los gabinetes de gobierno. ¿Te crees que en la Marca Tenebrosa no hay espías? Estoy casi segura de ello, sólo hace falta apretar un poco las tuercas y seguro que salen unos cuántos... Pero eso no es importante ahora, ya lo retomaremos más tarde. El MACUSA la poderosa organización americana de seguro que también tiene oídos en nuestro gobierno... Si Sagitas no ha tomado precauciones seguro que ya estarían informados antes de la gente común, de los edictos que ha ido publicando antes de las elecciones. Es una medida de seguridad. En el gobierno muggle el MI5 y el MI6 se encargan de todos esos asuntos, relacionados tanto en política exterior como interior... Sí aquí mi tía no ha sabido proteger información confidencial estamos en un serio aprieto, si se ha dejado algo grave e importante, también; sobre todo porque es seguridad nacional -hablaba con cierta experiencia y eso me servía para turbios negocios que me ampliaban mis galeones no declarados en Gringotts- la información es poder. Si la sabe el enemigo puede usarla en nuestra contra, puede soltar medias verdades o perjudicar a los ingleses con burdas mentiras soltadas en El Profeta o en cualquier otro medio. Los agentes secretos velan por la seguridad de los primeros ministros y reyes cuando no están de servicio en el exterior... Pero, seguro que has tenido contacto con ellos, ¿no? -miré ahora a Sagitas. Aunque a decir verdad, mucho me temía que la respuesta iba a ser negativa.

    - Yo puedo ofrecerte a los míos. En cuánto dea el aviso se pondrán enseguida en marcha. Puedo desplegar a la mitad de mi gente, el Consejo Vulturi no se opondrá por supuesto, por la cuenta que les trae... - y ahora miré a Lisa - y lo mismo digo de ti. Como regente en Rumanía aunque tengas un alabardero real aquí, seguro que tendrán los oídos en todo lo que hagas para deponerte a la mínima. Nosotros debemos movernos con rapidez y actuar deprisa. Y para empezar, no deberíamos de hablar de cosas tan importantes como éstas en un lugar público, al menos, deberíamos aplicar hechizos insonoros y vigilar cualquier intrusión mágica tanto humano como animago... Son muchas variables a tener en cuenta. Puedo dar órdenes a Antinoo y a Cesarión para que se encarguen de ese trabajo. 

    Y tras terminar ahora sí, con el hielo en el vaso rellené un poco más de licor y di un trago largo además de fumar un poco más. Tal y cómo pensaba, la tarde iba a ser larga.

  17. - Sí, soy yo. Siento no ser la persona que esperabas... pero puedo apartarme y - me levanté y cogí la silla, pero justo en esos momentos había llegado Xell. No me hacía gracia meterme en asuntos turbios (¡tenía suficientes con los míos!) pero, cierta bombilla se me iluminó dentro de mi cabeza... ¡Claro! Sería una buena recompensa... Sin poder evitarlo una media sonrisa fastidiosa la mostré en el rostro, justo cuando en esos momentos el camarero me trajo la bebida. Apuré el vaso y le indiqué:

    - Trae la botella y hielo, creo que me hará falta... tengo la impresión de que será larga la tarde - el chico asintió con la cabeza y saqué un pequeño saquito de oro que le lancé rápidamente y el mesero lo recogió con agilidad- también hay para pagar lo que consuman éstas dos (dije por Lisa y Xell) ésta tarde - y bebí otro trago más de ese whisky escocés muggle, que aunque no era de fuego estaba tan rico como el otro y a decir verdad, los nomajs tenían buen gusto para la elaboración de todo tipo de bebidas alcóholicas.

    Coloqué bien la silla y crucé las piernas.

    - Cosas de tu tía Xell... ni idea de lo que pretende - así que, mientras esperaba a que hablase con un par de toques de varita, extraje un cigarrillo del interior del morral de moke y lo encendí con mi arma mágica. A los segundos un ligero y denso olor a tabaco ya estaba en el ambiente- ni me bufes por fumar Sagitas... 

    La dejé seguir y escuché atentamente lo que quería de nosotras. Levanté una ceja, sorprendida...

    - ¿Quieres que forcemos la entrada del despacho del primer ministro para robar? ¿Por quién nos tomas? - negué con la cabeza y aún así, tenía nuevamente una sonrisa en el rostro- desde luego... grave tiene que ser ese objeto para tener que recuperarlo a la fuerza bien, de acuerdo. Yo lo haré con una condición. Que me dejes atracar un barco que he comprado y que no preguntes lo que guardo en él, además de hacer excursiones por el lago... A cambio por supuesto, tendrás el cinco por ciento del valor que traiga en las bodegas incluído el alquiler de amarre que te será entregado a final de mes, eso siendo mercancía, no personas. Ahí se rebajaría al dos por ciento... ¿Trato? Y por supuesto, crearé un seguro de accidentes por si acaso. Aunque el barco sea antiincendios y antihundimientos, no quiero arriesgarme... 

    Y casi sin dejarle terminar, saqué una pluma vuela pluma y pergamino. Ésta fue rasgueando todas las indicaciones del contrato para que quedaran escritas. Cuando terminé dejé el documento encima de la mesa y volví nuevamente a guardar la vuelapluma en su sitio.

    - Pero, lo que me extraña es que no hayas conseguido mover a tu gente para ello. Yo puedo hacerlo en un periquete, más que nada para conseguir información antes de hacer algo y tener las posiciones claras. Quizás hay que lanzar un par de maldiciones en el acceso y hay que tener en cuenta que ese Predicador del demonio debe tener guardaespaldas. Quizás espere un ataque o no. Pero antes de arriesgarme a más, ¿porqué es tan peligroso ese objeto? ¿no crees que ya habrán limpiado a éstas alturas el despacho del primer ministro? -pregunté, dándole una calada al cigarrillo - por mi parte, podemos ir cuando queráis por supuesto. Pero hay que planificar bien el asalto, habrá que destruír primero las defensas del Ministerio antes de acceder a él e ir directas a esa oficina... Y es más, no me apetece cargarme a nadie, es malo para los negocios - dije, elevando mis hombros y bebiendo un trago de whisky. 

     

  18. - El problema es que no sabemos lo larga que es... -suspiré y cogí la silla que tenía cerca del escritorio. Me senté apoyándome con los brazos en el respaldo y balanceándome con suavidad, hablaba de la misma manera que Matt, en murmullos. Su idea era buena, cegarlo pero aún así, era un bicho peligroso...

    - Cegarlo sí... pero, ¿no teníais un fénix? Su pico puede hacerle daño a los ojos y si nos clava algún colmillo podemos usar sus lágrimas para que nos cure - dije con una sonrisa - ya hubo antecedentes, así que, no creo que sea tan complicado... Tienes razón con lo de las gemas ya que no es para ese propósito. Más bien es para capturar pequeños seres mágicos o etéreos como los fantásmas y ese animal que tenemos ahí fuera... con un bandazo de su larga cola puede romperlas sin problema. 

    Volví o mejor dicho, volvimos a escuchar ligeros siseos algo que, por supuesto no entendía. Era la lengua pársel y que no todo el mundo tenía la habilidad para siquiera formular palabras en ese idioma. 

    - silencio - susurré. Me volví a levantar y tomé la varita del bolsillo y murmuré- fermaportus -el rayo partió de mi arma mágica y dio pleno en la puerta. Se envolvió en un tono rojizo para después volver a ser lo que era.

    - Bueno, al menos así por si se le da por romperla que tenga más dificultad - dije a los presentes- lo que me sorprende es que éste animal ande por aquí. Si no es tuyo Sagitas, entonces, no sé de quién puede ser... Hechizos tenemos muchos usarlos adecuadamente es otra cosa... usar un lumus solem directo a sus ojos podría servir. Pero a ver quién es el valiente que se atreve con esa cosa fiera. Tú eres cazador @ Matt Blackner  ¿se te ocurre alguna idea más, aparte de usar el polvo de oscuridad instantánea? Aunque sería pan para hoy y hambre para mañana. Si nos atacan otra gente, no tendremos muchas posibilidades de huída... Tengo por aquí una capa de invisibilidad - rebusqué en el baúl de siete cerrojos, para mí, era uno de los objetos más preciados que tenía y lo tenía en el último escondrijo además de otros cachivaches como los libros de Hogwarts y demás. Lo había recogido todo antes de irme a Italia y al menos Galadriel lo había sabido mantener sin que nadie me robase las pertenencias. La saqué con cuidado y su tela era suave cómo la seda- podríamos usar elfos sí, pero con sus chasquidos al desaparecernos esa cosa podría fácilmente encontrarnos igualmente pasa con nuestras apariciones y sólo vosotros dos podéis hacerlo a placer aquí - y antes de seguir me acordé que tenía cierto mapa - accio mapa del merodeador - y con su habitual rapidez el objeto llegó con velocidad a mis manos y lo cogí al vuelo. Éste representaba todas las partes que conformaban la mansión Potter Black. Era una de las ventajas que tenía, cambiaba según lo necesitase su dueño- mirad, el bicho anda por aquí - señalé con la varita al piso inferior - así que, tenemos margen... 

    @ Sagitas Ericen Potter Blue

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  19. Uno de los pocos lugares en dónde se podía en soledad y uno de mis favoritos era el parque de las lamentaciones de mi tía Sagitas. Hacía mucho tiempo que no lo frecuentaba y sólo lo hacía para evadirme un poco del bullicio del día a día. Aunque sin que ella lo supiera a veces lo usaba para cazar cervatillos pequeños para alimentarme de su sangre y después que, el propio lugar, conseguía "limpiar" en cierta medida hasta no dejar ni un simple rastro. Pero no. En esa ocasión tenía una idea diferente en la cabeza. Me había puesto una ropa un tanto de abrigo.

    No es que me hiciese falta pero ya bastante tenía con evitar ciertas miradas por mi condición vampírica, así que, llevaba un jersey fino de lana, unos pantalones vaqueros y unos playeros blancos, aparte de eso, llevaba la capa negra con capucha a los hombros anudada con un broche de plata, con el símbolo de la marca tenebrosa. En uno de mis bolsillos llevaba el morral de moke con muchas de mis pertenencias y aunque podía usar la animagia para llegar hasta ahí, siempre me gustaba dar un pequeño paseo...

    Llegué a los límites del parque. El viejo dragón de hierro estaba en su sitio, como siempre y guardé la varita tras la aparición para sobre todo, no despertar sospechas de nadie, tanto animal como de ser humano. Abrí la verja pasé al lugar y la cerré con cuidado. Me desplacé con cierta rapidez y llegué hasta la zona en dónde acampaba el circo y en dónde estaban colocadas las caravanas para los trabajadores de Sagitas, rediles, cafetería y demás. Desde ahí se podía ver tanto el muelle como el río y el lago... Podía aparecer ahí el barco que había comprado en cierta gala pero era mejor esperar... 

    Para cuando llegué, Sagitas tenía cara de mala leche y bebía de lo que parecía era alcohol algo sorprendente porque no era muy dada a tomar sobre todo whisky, al ser una bebida bastante fuerte y con ella estaba otra fémina que ya había visto por la mansión Vladimir. Fruncí el ceño. Pensaba encontrarme a mi familiar a solas pero quizás tendría que esperar... Indiqué al barman con el dedo índice la misma bebida que Sagitas y saqué tres galeones para pagar la bebida que dejé en su lugar... 

    - Buenas tardes chicas... ¿se puede saber qué os pasa? -pregunté con curiosidad, mirando a ambas mujeres- yo venía a ofrecerte un negocio pero puedo venir más tarde - comenté a la pelivioleta con una sonrisa. Al menos en esa ocasión, no era yo la que estaba de mala leche. 

    @ Sagitas Ericen Potter Blue

  20. Levanté una ceja ante la contestación de mi ex suegra. Intentaba no montar la bronca en la calle, pero esa mujer me podía:

    - Si tuviéseis el maldito cartelito ese de abierto, no tendría la necesidad de darle al cacharro ese - comenté, señalando al botón - menudo ruído hace. Así que, deja de protestar, ¿quieres? 

    ¡Pues sí que empezaba bien la cosa! Apreté los nudillos de mis manos debajo de la capa para no tener que sacar la varita. Suspiré y en un tono un poco amenazador he de reconocerlo le solté: 

    - ¿Puedo pasar o hablamos de negocios aquí en la puerta? - Crucé mis brazos pero sin siquiera darle tiempo a nada más, pasé al interior. Y cuando me adentré en él me recordó a la primera vez que, en España había visitado una "franquicia" estilo Ollivanders. Un local en dónde también hacían varitas pero con el consejo de una de la mejores familias de fabricantes que había actualmente. Pero era otra época y otro Ollivanders por supuesto, pero todos por alguna razón habían heredado el don de hacerlas y sobre todo rasgos genéticos que los definían cómo de esa prestigiosa familia. 

    Respiré hondo. El aroma a viejo (?) y a nuevo se entremezclaban, veía las cajitas detrás del mostrador y sentía la mullida alfombra a pesar del calzado que llevaba. Me rasqué la cabeza (no, no tenía piojos xD), era un acto reflejo de cierto nerviosismo mientras escuchaba cerrar la puerta. Me giré y hablé directamente a mi tía...

    - Verás - tosí y no es que fuese por el polvo- recibí un cuervo, sí cuervo; animal de color negro... en dónde se me indicaba que debía comprar varitas. Necesitamos un montón y espero que tengas suficientes manos para hacerlas. Además de que tengan empuñadura y guantes negros de seda... Las capas para la guardia creo que tendré que ir a Madame Malkin -llevé mi mano a mi mentón, pensativa, mirando al suelo - estamos en un clima político complicado Sagitas y créeme que si la chispa se enciende, será culpa del sacerdote ese al que hay que quemar en una pira -bufé furiosa.

    - Por el oro no te preocupes. El Consejo Vulturi te pagará bien si los resultados son más que satisfactorios... Busca a Anne para ello y contrata a más gente. Pagaré vuestro trabajo en cuánto mi gobierno me de el oro necesario para ello. Aquí tienes las indicaciones que he anotado para que os guiéis por ellas. Si necesitáis cerrar el negocio, hacerlo porque os hará falta tiempo -saqué con un toque de varita y lo cogí al vuelo el pergamino en dónde había dejado las instrucciones- es para la guardia en Italia. Hay un usurpador por allá y mucho me temo que volveremos a tener otro frente. Sólo espero que no sea otra guerra y que no se extienda. Busca aliados porque los vamos a necesitar... Es menester resguardar nuestras comarcas italianas y cuánto antes estén armadas mucho mejor... No sé si lo sabrás pero puede que haya movimiento de licántropos. Era lo que nos faltaba. Necesitaría más información para confirmarlo pero de ser cierta, todo el mundo; vampiro y humano además de otros seres, correremos un gran peligro a mano de esas bestias. Hace más de cien años que no tenemos guerra con esas alimañas pero, por si acaso hay que estar seguros. Avísale a Lisa, ella más que nada debería estar prevenida por si en su país hay lío gordo por esos cachorros de yorkshire con rabia -y sin poder evitarlo, solté una carcajada al darme cuenta de la comparación.

    - En fin... si tienes café, te puedo contar con más detalle lo que necesito... El mínimo de pago, serían dos mil galeones y puedo subir la oferta - esperaba que eso fuese más que suficiente. Al menos en ese tema a pesar de los grandes gastos de las batallas italianas no habían mermado el tesoro real, no del todo. Las grandes casas que se habían rebelado, habían desaparecido y por supuesto, habíamos tomado todo lo que les pertenecían y las demás, a rendir el doble de tributos al consejo a las supervivientes. Y ese había sido un castigo bastante magnánime en cuánto a lo otro, un borrado de la historia puro y duro mucho más doloroso que pagar el doble de impuestos. 

    @ Sagitas Ericen Potter Blue  cuando puedas sagis! mil besos! 😘😘

  21. Guardé silencio. Incluso cuando Sagitas me había recriminado por mi comportamiento. Reí por lo bajo y negué con la cabeza. Ajusté la capa que llevaba. Pero aún así se veía que el lugar no es que fuese digno de una gran mansión de las antiguas. Parecía que los elfos se habían olvidado de limpiar y era raro y más aún cuando Aaron era líder de la Marca Tenebrosa y todos le tenían pánico. Yo trataba a mis sirvientes con frialdad no cómo seres de magia sino con superioridad, a Galadriel, mi elfina; era la única a la que permitía que me dijera las verdades por mucho que dolieran. Había estado conmigo desde largos años y me conocía incluso mucho mejor que los más grandes magos y brujas. 

    Vi que varios magos incluída la líder y lugartenientes movían su varita y yo hice lo mío propio mientras otros mortífagos se iban y llegaban. Aunque alguno me producía cierta curiosidad y sobre todo cierta sospecha. Había que tener cuidado con los mortífagos recién ingresados, cualquiera podía ser espía y pasar información delicada al otro bando con tal de desbancar a la Orden Tenebrosa. Con fuerza, todos los mortífagos ahí reunidos habíamos conseguido sacar del subsuelo el hogar de la mansión Riddle. Grité el hechizo 'ascendio' y todas las voces de los integrantes ahí presentes, hicieron fuerza común. Pero fuera aún hacía frío y a veces no se mostraba tan cálido como aparentaba toda la decoración en su interior. Me gustaban más las reuniones familiares que teníamos en la Potter Black, pero el deber era el deber. Pero aún así, con la potencia del conjuro en común aún se hacía notar en el interior. Volutas de polvo hacían remolinos mientras se asentaban los cimientos. 

    - Mi señora @ Arya Macnair  si es menester puedo hacer llamar a los elfos que tengo en propiedad para adecentar éste lugar. Con su permiso por supuesto. Ellos saben guardar bien los secretos, por la cuenta que les trae - le dije, alzando el vaso de whisky de fuego en su honor - y si gusta, me encantaría charlar con usted en privado, en cuánto terminemos con la socialización para hablar de seguridad. Tal y cómo estamos en tiempos convulsos hay que tener cuidado con quién compartimos información. Tengo experiencia en ese campo y si le puede ser de utilidad lo haré con mucho gusto. A veces el encantamiento Fidelio no suele ser suficiente. En primer lugar la documentación y planes que tenga, mejor se lo comunica a sus lugartenientes por canales seguros, pero de eso ya hablaremos cuando tenga usted tiempo... Me alegra ver que el mando actual empieza a tomar cartas en el asunto y que pase a la acción, mi señora sabe que cuenta con mi lealtad y el Clan Vulturi... Y si necesita cualquier cosa, no dude en hacérmelo saber.

    Me senté en uno de los sillones mientras me servía otra copa de whisky de fuego y para que no estuviese tan cargado, le había añadido varios cubitos de hielo. El alcohol no es que afectara a los vampiros pero tampoco quería que me afectase con la segunda botella tan pronto. Y mientras veía a los demás compañeros moverse rápidamente para arreglar el jardín exterior. Elevé mis ojos suspirando. La botánica no era cosa mía aunque sí las pociones. 

  22. - Es bueno al menos, saber que tienes esos conocimientos - continué con la broma a la que, entonces había sido mi prima por parte política- al menos así, te sacas de un apuro en caso de necesidad - dije con una risilla por lo bajo...

    - Va - hice aspavientos con mi mano- hay gente corta de miras que si le preguntas ciertos temas, se escandalizan -negué con la cabeza- lo mío es más pura información académica. No puedo ir a Hogwarts. Me hubiese gustado volver a su biblioteca pero ya sabes que a cierta edad, tenemos cierta prohibición de asistir y tampoco es que tenga contactos en esa institución académica cómo para pedir libros prestados de la Sección Prohibida - comenté, elevando mis hombros. 

    << Así que, la sola mención de esos temas ya ves... A pesar de que, Sagitas ha hecho un gran trabajo ministerial y las cuestiones oscuras no estaban tan entredicho, parece que en cosas de política, la gente cambia de ala cuando le conviene, por eso de no perder clientes... Y es más, no se trata de, simplemente encantar a nadie. No hace falta mucho para hacerlo - le dije, guiñándole un ojo. Y se me había ocurrido un tema más- ¿tienes de magia vudú? En uno de los conocimientos que había tomado de Artes Oscuras, había tratado ese tema y yo como cuando fui profesora, ciertamente no tenía un amplio expectro de ese nivel -chasqueé la lengua, fastidiada - así que, si vuelvo a la institución, me gustaría estar bien preparada para sorprender a mis futuros alumnos, si - hice inciso en eso - si vuelvo otra vez. Aunque no es descartable en un futuro. Moldear mentes jóvenes es un arte del que todos carecen... 

    - Mujer, yo he aprendido nigromancia pero me gustaría seguir avanzando en eso. Es cierto que los arcanos nos han dado las bases pero yo quiero ir más allá - le dije, haciendo la señal con la mano como abarcando imaginariamente todo el local- la información es poder y cuánto más tengamos más preparados estaremos para todo lo que pueda venir. Nunca se sabe querida y, es más, es bueno saber que no son excesivamente caros. En mi biblioteca tengo reliquias antiguas de antes de mi nacimiento y que pertenecieron a mi padre. 

    - ¿Sagitas cerró las importaciones mágicas? -bufé furiosa - y es más, no es mi suegra, es mi ex suegra -volví a renegar por lo bajo. Seguramente era algo que la bruja desconocía por completo, aunque era cierto que, tampoco aireaba sin ton ni son mi vida privada- si lo dices por los muggles... bueno, eso son tonterías que publican sin tener ni idea. No, yo prefiero libros escritos por magos. De los que saben de verdad sobre el tema...

    La seguí por el lugar que me indicaba. Al menos la brujería medieval estaría a salvo...

    - ¿No has tenido problemas con los clientes por esos temas? Pregunto, porque hay algunos que reniegan de su propia historia... Es bueno conocer al enemigo antes de atacarlo - comenté, haciendo referencia a cómo un sacerdote había sido elegido para ministro, una ignominia- ¿has visto lo de las últimas elecciones? Una auténtica desfachatez -protesté por lo bajo...

    - ¿Rumano? Vaya ironía - volví a decir con una sonrisa- te agradezco que no seas ambiciosa con el oro jajaja -reí de nuevo y me senté en un lugar en dónde además, era acogedor, rodeada de libros con sillones de cuero y mesas del segundo piso- un café bien cargado con unas gotas de whisky de fuego. Espero que tengas de eso...

    El elfo con una inclinación de cabeza se desapareció y en menos de cinco minutos había traído lo que la bruja y yo le habíamos pedido. 

    - Te agradezco la sugerencia con el autor. Cómo ves, no estoy tan puesta en éstos escritores de magia. Una cosa es buscar sobre temas concretos y otra muy diferente que haya gente digna de publicar obras importantes. Hay editoriales que dejan mucho que desear cómo así magos buenos con sus obras. Los libros de calidad escasean en los últimos tiempos y generalmente son revisiones de obras que ya han sido emitidas en su día en otras épocas. 

    @ Darla Potter Black

     

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  23. Maldecía por lo bajo en el despacho cada vez que veía el libro de contabilidad. Generalmente no lo hacía, lo dejaba para mis elfos poque eso me causaba mucha más ira de lo acostumbrado. Hacía meses que apenas había clientes y eso me fastidiaba bastante, y eso, sumado más todavía a los juegos de quidditch de París que parecía que se había esfumado todo el mundo. Di un puñetazo encima de la mesa y los cachivaches que había encima, temblaron. Necesitaba tomarme un refriegerio o al menos un café bien cargado para sacarme el enojo que tenía encima.

    Abrí la puerta del armario que tenía en el despacho por si me ensuciaba la ropa, me miré en el espejo y al menos, estaba decente. Llevaba un traje pantalón chaqueta negro perla, con una camisa blanca. Tomé una capa y la coloqué en los hombros, me la anudé con un broche de plata con el símbolo de la Marca Tenebrosa. Era uno de los pocos iconos que poseía que me indicaban mi afiliación a la orden oscura al menos, no era un delito mostrar en público, cierta predilección por las artes oscuras; de momento... Tomé un peine entre mis enseres personales y cepillé mi cabello para luego hacer una cola de caballo alta. Lo guardé en su sitio al terminar y me puse las botas de piel de dragón para estar más cómoda. Guardé en el bolsillo mi morral de moke y mi varita mágia... Salí tras una puerta mágica en la que, el acceso era una pared y ésta camuflaba el acceso a mi pequeña ala privada del local. 

    Me dirigí hasta la barra, el ingenioso pastelero hacía maravillas con el cholocate, de diferentes formas hasta incluso había creado una Marca Tenebrosa de chocolate a petición propia de tamaño mediano y que estaba colocada en la entrada principal del local. Revisé que en la barra al menos, estuviese actualizado los periódicos mágicos del día. Al menos que la gente que viniese al Ladurée tuvieran la información más actualizada posible. Me alegaba además, de ver cómo mis empleados habían mantenido impoluto todas las zonas y no habían descuidado el trabajo. Ciertas galas, dejaban vacíos los negocios del callejón y aún así, el goteo de clientes aún llegaban pero no lo suficiente para cubrir las pérdidas. Pero al menos el lugar mantenía la esencia y la elegancia con el que fue abierto la primera vez... 

    Pedí un té con unas gotas de whisky de fuego escocés. No es que fuese habitual el tener alcohol, pero era una de mis reservas privadas, además lo había acompañado con un pastel de almendras, aunque no había tardado en siquiera darle el primer sorbo, que alguien y gran alegría para mí, había entrado ese día. Me apresuré a guardarlo en su sitio y ajustando la capa me acerqué a la joven que desconocía por completo quién era...

    - Bienvenida al Ladurée señorita - le dije con una inclinación en mi cabeza- disculpe mi indiscrección, ¿es nueva por el callejón? Lo digo, porque la mayoría de las caras son habituales por éste Londres y bueno, nos conocemos todos - dije con una risilla- ¿qué desea tomar? Tenemos gran variedad de dulces y todo tipo de tés. Y si además de tomarse un refrigerio si busca intimidad ha venido al lugar adecuado - continué con una gran sonrisa...

    @ Darla Potter Black  Darlis, cariño, para la próxima mencióname porque me enteré de casualidad de que te habías pasado por aquí jaja pero aún así, ¡gracias! 

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  24. Un delator chasquido de aparición y la voz de Matt hizo que aparte del susto, lanzase un pequeño grito...

    - ¡¡Matt!! ¡Por los clavos de Cristo! - era una frase muggle que me hacía mucha gracia pronunciar y a veces salía en momentos como aquél- no vuelvas a hacer eso - bufé por lo bajo, y me puse a su lado - de verdad, con tus apariciones vas a mandarme directamente al cementerio - reí por lo bajo. Claro que era mentira pero en una situación como aquella... había que ser cuidadosos. 

    - Es un basilisco - confirmé yo, antes de que hablara Sagitas - uno de mis hombres en los jardines lo vio a través de las ventanas y enseguida vino a avisarme, el problema es que no sabemos el tamaño que tiene... ¿Polvo de oscuridad instantánea? - pregunté, alzando una ceja - no sé si servirá de mucho. ¿Qué quieres hacer con eso? - conocía ese polvo. Para huídas rápidas era lo mejor, se volvía todo negro y era imposible cazar a la persona. Como un calamar que echaba su tinta negra para no ser capturado en el fondo del mar. Pero la reina de las serpientes ese era otro cantar... 

    - Dudo mucho que mis gemas de cuarzo puedan servir para atrapar a esa cosa, sólo funciona con algo intangible como la magia y a un ser humano, pero a un animal de esas características, no  -negué con la cabeza y justo me dirigí a la mesita de noche en dónde las tenía guardadas. Estaban en el primer cajón y saqué un pequeño morral de cuero sencillo sin inscripciones, no era como el de Moke que tenía un encantamiento extensor; con ese no era necesario. En cuánto las puse en mi mano, todas brillaron en un tono rojizo, avisando del peligro. Los miré a los dos...

    - Es como el hechizo periculum pero en rocas. Hace meses que hice el encantamiento y ha funcionado. No esperaba que tan pronto, pero bueno. Puede atrapar la magia y que no salga de su círculo protector y además de avisar de problemas como es el caso - las cuatro brillaban rojizas como si fuesen rubíes. Claramente estábamos en un peligro real...

    - Habrá que diseñar un plan que funcione y no tengo tanto zumo de mandrágora preparado por si alguien es petrificado. ¿Alguna idea? -pregunté a los presentes - aunque en Hogwarts saqué buena nota en cuidado de criaturas mágicas no soy magizoóloga y si lo cazamos podemos aprovecharnos de su potencial mágico para las pociones y filtros... y no sé si con todos los elfos de la mansión y los míos propios tendremos suficiente magia para atraparlo... Si tuviese aquí el Monstruoso Libro de los Monstruos aún nos podía dar ideas, pero está guardado en mi Bóveda Trastero de Gringotts - bufé... a mala hora. Había decidido salvaguardarlos ahí porque ante un ataque era mejor para evitar cualquier tipo de pérdida importante que podría servir en un futuro. 

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  25. Se notaba como cambiaba la estación. El vivir en Ottery y roeados de bosques con grandes mansiones daba esa ventaja, mucho más que vivir en el centro de la ciudad de Londres que sí había árboles pero no con frondosidad... Aunque por lo general hacía días que no llovía y se notaba la tierra algo seca, el jardín estaba bien cuidado por nuestros elfos y además de eso sentía una energía extraña en los propios terrenos. Imaginaba que sería por el tema de Halloween o lo que en mi tierra ancestral, llamaban Samaín. Lo otro no era más que un subproducto comercial para vender más en días tan señalados, los muggles llevaban flores a sus muertos y los magos, lo celebrábamos a nuestra manera. Mientras pedía a uno de mis elfos que me cambiasen el whisky de fuego por una jarra de té caliente y esperaba, alguien vino pisando fuertemente mientras en esos instantes sacaba un cigarrillo de la pitillera y lo encendía con mi varita. No había dado una primera calada y dejaba el cigarrillo encima del cenicero, cuando Antinoo vino asustado. Pocas veces le había visto con esa cara pálida, sólo en momentos de gran apuro...

    - ¡Señora! - gritó con resuello al llegar a mi altura. Puso sus manos encima de sus rodillas para tomar aire y yo lo miré intranquila. ¿Qué demonios pasaba ya? 

    - ¿Qué pasa? - formulé la pregunta en voz alta pero algo en su mirada me produjo inquietud y enseguida me levanté, tomando nuevamente mi arma mágica, en guardia. Había peligro, lo captaba en su mirada- ¿Lázarus? - volví a inquirir. Negó con la cabeza y tras tomar un fuerte soplo de aire fresco...

    - No señora, un basilisco, dentro de la mansión. Cesarión lo vio pasar por una de las ventanas del segundo piso y vino corriendo a avisarme. No ha quedado petrificado gracias a los dioses. Vio sus escamas, su cabeza y su larga cola. Supo enseguida lo que era...

    Sentí que me quedaba como un témpano de hielo 

    ¡Seguro que era cosa de Sagitas y de sus bichos horrorosos del circo!

    - ¿Sabes si por una broma pesada mi ex suegra ha soltado a alguno de sus animales? Ésta mujer... con tal de aguarnos la fiesta de halloween... ¿La habéis localizado?

    Antinoo negó con la cabeza

    - Cesarión me dijo que vio su cabellera violeta por el segundo piso pero no cree que se haya petrificado. Tomaría medidas. Su cuñada, digo, ex cuñada estaba en la habitación - por mucho que Matt se empeñara en que no entraran mis subordinados a dentro de la casa, había formas de saber quién estaba dentro y ellos dos, no eran tontos precisamente. Gracias a sus habilidades me habían salvado en más de una ocasión del peligro por cosas como esas...

    - Su alteza debería quedarse en los jardines mientras nosotros intentamos acorralar al animal, avisar a los elfos que no salgan de las cocinas, reforzar nuevamente la seguridad y... - lo callé alzando una mano.

    - Basta, no me he enfrentado a una guerra y a la rebelión de mi gente para esconderme por culpa de un basilisco, ¿sabemos cuántos metros tiene? - y enseguida llegó Cesarión a ponerse al lado de su gemelo. Ambos negaron con la cabeza- habrá que buscar gallos... Espero que el pasadizo que hice a expensas de Sagitas no haya creado esos problemas - susurré.

    - Descuide señora, está a prueba de intrusos, son los métodos que usamos en el norte de Italia cuando estuvo asediada. Tanto de animales, como muggles.

    - Entonces, ¿de quién es? ¿Mi hija está a salvo?

    - Ambos están con los huargos - terminó de decir Cesarión, aunque no se mencionase Matt también estaba dentro de la frase con los lobos...

    Suspiré, habría que subir a dónde estaba mi tía. Tendría que pasar por el pasadizo porque ya había perdido la condición de aparecerme en cualquier parte al estar divorciada de Matt. ¡Maldita sea la hora! Me vendría genial algo así...

    - Quedaros aquí, no voy a arriesgaros a ninguno de lo dos para que os quedéis petrificados, aunque tenga la poción para reconvertiros, no sé si llegaría suficiente para los dos y tampoco tengo tanto material para hacer un brebaje en condiciones - bufé maldiciendo mi suerte - espero que mis aethonans estén tranquilos en sus cuadras, si los necesito os avisaré. Al menos, no es un dragón - dije con una media sonrisa. 

    ¿Quién demonios había soltado semejante bicho? Si le dábamos caza, tanto su piel, su sangre, ojos y demás serían muy valiosos para vender y hacer pociones. ¿Dónde estaba el fénix de la familia? Sería útil sus lágrimas por si éramos mordidos. Volví corriendo tras los pasos que había hecho anteriormente, traspasando el pasadizo sin preocuparme siquiera de encender a Maat. Fui hasta la puerta de mi habitación abrí con cuidado y ahí pude ver a Sagitas como dando tumbos. Pude hacer un encantamiento para proteger mis ojos, pero el olfato me decía que esa bestia ya había pasado... Despacio y con cuidado agarré a la pelivioleta y le dije:

    - No grites, soy Heli, te llevaré hasta mi habitación... me tienes que contar qué c0ño está pasando, ¿es cosa de tu amiga Ericen o quién demonios sea? - bufé por lo bajo por si la bestia estaba cerca, y así lo había hecho, cerré la puerta y le saqué la venda de los ojos que llevaba puesta. 

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