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Hecate Engosvezhof

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Todo lo publicado por Hecate Engosvezhof

  1. Mi prima no daba venido, y suponía que era porque tenía clientes que atender y tampoco se lo iba a reprochar, llevar un negocio no era fácil, pero por lo menos con ayuda de la magia se hacía todo menos tedioso y sobre todo si conllevaba tener elfos en el mismo. Al poner los pies encima de la mesa e inclinándome con la silla perdí el equilibrio y me caí de bruces en el suelo, y si fuese humana quizá me rompería la muñeca, con varios “ay ay” me levanté cómo pude y rogando que no se escuchase la caída fuera del despacho de mi pariente. La coloqué en su posición original y frotando un poco la muñeca maldecía un poco por lo bajo por esa metedura de pata. Cansada ya de estar ahí dentro, coloqué la capa que se me había descolocado por la caída y me salí de la zona de dirección hasta la zona de venta de los libros que poseía Xell. Comprobé cómo había ya gente en el local hojeando libros y demás revistas interesantes del mundo mágico. Vi que estaba Reena saludando a su hija, mientras el resto de la familia de Sagitas rondaba por ahí, y por lo que parecía no había rastro de ella. ¿Dónde se había metido ésta mujer? Negaba con la cabeza ante la sola ocurrencia de buscar alguna nueva aventura en un negocio tan particular que era la librería. Me dirigí sigilosamente hacia Reena y Xell: -¡Hola Reena! Hola de nuevo Xell –le dije sonriente, seguro que se había olvidado de mí (?) atendiendo a otras personas: -¿Dónde se ha metido nuestra tía? –Pregunté con curiosidad- cuando entré en el despacho estaba atendiendo a alguien con un par de críos pero no la volví a ver más hasta que salí de la habitación -¿cómo podía saberlo? Quizá sentirla sí, pero nada más, de momento apenas había detectado nada extraño dentro del establecimiento.
  2. Cuartel Auror Jefa de Oficina de Denuncias contra las Artes Oscuras <<Mantén la calma, mantén la calma>> me repetía una y otra vez para no alterarme. Sabía que una bronca en medio de un local en dónde fue atacado no sería bien visto por nadie, y debía contener la ira que enseguida empezó a brotar en mi interior. Había olvidado completamente que tenía que ir a otro sitio al negocio nuevo, quizá estaría perdiendo facultades (?) o tal vez fuera un despiste mío al aparecerme allí pensando que era el Emporio. Solamente deseaba que el joven hiciese bien su trabajo. Escuchaba al chico y mantenía mi mirada fija en él para no dejarme llevar por el enfado. Y con calma le susurré: -Es cierto, me he equivocado de negocio. ¿Sangre humana? Yo me alimento de sangre de animal compañero –dije farfullando – yo no pretendo hacer daño a la comunidad mágica, aunque no dudo que tú te aprovecharías a la mínima oportunidad de atacar a alguien desprevenido en medio de la noche y quizá culpar a otros –dije entrecerrando los ojos. -¿Gallinero de plumas mensajeras? –Repliqué indignada –podrías mostrar más respeto, se ha producido un ataque, cómo el producido aquí hace unas horas. Si fueras tú el atacado en ese sitio o dueño de ese negocio no creo que te mostrases tan burlón como ahora, atacado o secuestrado, una de dos –lo miré ceñuda. -Me pasé directamente al salir aquí, si no está mi tía seguramente me atienda alguien, o usaré a un elfo para que vaya a buscarla. No debe de tardar en salir del trabajo –respondí. -Yo tendré cuidado de coger todas las pruebas descuida, tú haz lo mismo. Y espero que no se te olvide nada –le dije guiñándole un ojo, aún así desconfiaba de él. O por lo menos que ese caso no quedase impune ante la comunidad mágica. Cómo él decía, siendo padre, muchos se horrorizarían al enterarse de semejante escaramuza. -Pues espero que como padre y teniendo una familia entiendas la gravedad de este hecho, yo no tengo esa oportunidad, pero más te vale que consigas todas las pruebas para capturar a los culpables. Nos vemos en el cuartel mañana –y con un ademán me despedí de él. Salí de la guardería y me dirigí con pasos lentos hasta el Emporio de las Lechuzas, y esperaba que por lo menos hubiese alguien para atenderme en el caso de que no estuviese Sagitas.
  3. Cuartel Auror Jefa de Oficina de Denuncias contra las Artes Oscuras No había tardado en tramitar la denuncia que me dio la impresión de que Enrick desapareció completamente del lugar, yo hice lo mío propio, me cambié los ropajes y me puse un traje de pantalón chaqueta negro, con mis botas finas de aguja de piel de dragón y la varita guardada en la pierna derecha. La capa ondeaba furiosamente a través de mi aparición por la brisa que caía ese día. Llevaba las denuncias interpuestas por mi tía guardadas en los bolsillos, seguramente algo arrugadas. Era para investigar lo sucedido en la guardería, no tenía que quedar impune, algo que realmente no me gustaba en absoluto, un lugar en dónde los futuros magos y fue atacado completamente por unos salvajes. Que ni siquiera Bellatrix Lestrange en sus buenos tiempos haría, y eso que era una de las brujas más peligrosas del círculo allegado de Voldemort. Enseguida llegué al local y vi una espalda muy familiar, era mi compañero Enrick, de la Oficina para las relaciones ministeriales, lo que no entendía es qué demonios hacía ahí. Así que con un paso decidido atravesé la verja de madera y me adentré en el local de mi tía. Ahí estaba Enrick elegantemente vestido. Parecíamos agentes de los FBI muggles, pero éramos aurores. Le hablé cerca de la oreja, esperaba que no se asustase y me atacase con magia, aunque era más una recriminación que otra cosa: -Vaya Enrick, te diste mucha prisa en venir a este local ¿verdad? Se supone que tiene que ir un auror de denuncias y otro de cateos, ¿se puede saber qué haces aquí? Porque si necesitabas ayuda podías avisarme y veníamos juntos. Aunque quizá quieras hacer el trabajo de un auror de cateos por supuesto –dije frunciendo el ceño, no esperaba ninguna bronca en el negocio, pero me parecía rarísimo que enseguida fuese atender un caso que seguramente tardaríamos días en ir. Aunque quizá la falta de personal había hecho que él acudiese hasta allí.
  4. No pude más que evitar sonreír ante la ocurrencia de Xell. Aunque era buena idea, eso de matarla era bastante tentadora, pero no. Tendría que hacer las cosas por la vía legal y con mucha paciencia, pero bueno, ahí estábamos y teniendo mucha paciencia. Por lo menos haber si así se podrían sacar las cosas con más premura, y de dejar sacar en el periódico del profeta a gente que sin pruebas y sin mi consentimiento. Se pasaba por alto muchos pasos y ya era hora de enfrentarla: -Xell –solté una risotada –ganas de matarla no me faltan, no te lo discuto, pero mejor actuar por la vía legal, y si puedo desenmascararla mejor todavía, y sí así puedo ayudar a la Orden aunque no esté en ella, pues estaré más que contenta –le sonreí. Pero enseguida fuimos interrumpidas por un joven y le dejé que se marchase a atender al cliente, mientras estaba en el despacho y observando el pequeño habitácu.lo, estaba todo ordenado, si fuese mío estaría hecho una pena. Pero mientras cavilaba y pensaba en todo lo que habíamos dicho en ese momento. Mientras Xell no viniese puse los pies encima de la mesa, esperaba que no me pillase en medio de la faena. off: lo sé, asco de rol para el próximo más y mejor ^-^
  5. En cuánto llegamos al despacho de mi prima del negocio yo tomé asiento sin esperar a que ella dijese nada. Suponía que no le importase. Antes de entrar en el despacho no pude evitar sonreír picaronamente: -Vamos Xell, sabes que es una broma. Lo acabarán aceptando ya lo verás –le dije guiñándole un ojo. Mientras tanto seguíamos hablando del tema. La escuché atentamente. Tenía razón en lo que decía, habían actuado sin mi permiso expreso. Incluso aunque fuese la directora yo era la jefa del departamento de denuncias y debía de comunicármelo: -La verdad, es todo bastante sospechoso que actuase sin siquiera consultar con los restantes jefes de los departamentos. Porque tendría que preguntar por lo menos, tienes razón sí, hablaré con ella, aunque dudo que eso sirva de algo, soy una simple subordinada a sus órdenes, pero eso cambiará pronto –una sonrisa malévola apareció en mi rostro como así un destello particular en mis ojos. Estaba segura de que cambiarían las cosas muy pronto.
  6. Después de mi falta de tacto apuntando a un ex compañero de bando, enseguida vino mi tía Sagitas, no pude evitar echarme a reír por el comentario que hizo. Tenía muchas ocurrencias desde luego, pero dudaba que mi prima Xell le hiciese caso en algunas de ellas como le comentó mi familiar. Al parecer las noticias volaban que Jank estaba siendo buscado ¿por quién? Solamente en ese momento tenía un nombre en la cabeza. De eso estaba segura. -Jank si realmente pusieran alguna denuncia, yo me enteraría, soy la jefa de ese departamento no pueden buscarte sin una denuncia expresa, y en el Profeta no vi quién daba el aviso o ningún departamento para que se pusieran en tu búsqueda. Aunque haya dejado el bando cuentas con mi apoyo –le dije sonriendo. En ese instante vinieron una madre con unas chiquillas, nosotros mientras nos dirigimos al reservado, al final de la biblioteca y me giré al observar que era atendida por tía Sagitas. Y aún así llevaba firmemente agarrada la varita dentro del bolsillo, estaba nerviosa y no sabía el motivo.
  7. La conversación seguía después de comentarle lo ocurrido en la mansión Rambaldi, tendría que pensar bastante bien en cómo dar los pasos correctos para no caer en mi propia trampa o delatarme por ser una ex fenixiana. Estaba tan distraída que alguien más entró al negocio de mi prima, ni siquiera había percibido su aura y menos escuchado sus pasos. Pero en esos instantes me puse en guardia, saqué la varita rápidamente del bolsillo y si no fuese que enseguida reconocí al mago le lanzaría un desmaius para dejarlo inconsciente. ¡Era Jank! Hacía mucho que no lo veía, después de mi salida de la Orden. Tenía que saberlo si fuese un mago oscuro el medallón brillaría y me indicaría que era un mago tenebroso, pero como pensé en esos instantes las viejas costumbres nunca se olvidaban y la rapidez a la hora de la defensa era fundamental. -Oh, mis disculpas Jank –le dije un poco apenada por amenazarlo con mi arma mágica –ya sabes que las viejas costumbres nunca se olvidan. Lamento amenazarte con la varita pero bueno ya que estás aquí, quizás seas de gran ayuda, o los dos. –les sonreí a ambos, sabía que la información que le acababa de pasar a Xell ayudaría a la Orden a capturar a ese mortífago que me había atacado a cara descubierta, yo por mi parte lo haría en el cuartel auror del Ministerio de Magia con el proceso burocrático de hacer una denuncia. -Bueno, ya que estás aquí, es mejor ir a un reservado, te parece bien ¿Xell? –le pregunté curiosa a mi prima, esperaba que tuviese una especie de despacho para hablar así más tranquilamente y en la intimidad.
  8. Como siempre preocupándose por los demás más que por ella misma, nunca cambiaría ese aspecto, yo negaba sonriente con la cabeza… -¿Tener cuidado dices? Los que deberían de tener cuidado son ellos, tengo mucho carácter ya lo sabes, y a la mínima exploto y no se lo voy a dar en bandeja, eso tenlo por seguro –comenté sonriente-. Hablaba temerosa y no era para menos, esos mortífagos hacían de las suyas a la mínima y aunque tenía razón debía de tener mucho cuidado, pero seguro que ahora me dejarían en paz, aunque me vigilasen no tenía nada que ocultar, por lo menos no ahora. Parecía que estaba a punto de echarse a llorar como una niña pequeña, con una mano levanté su barbilla y le dije: -mírame -le dije mirándola a los ojos – sabes quién soy, he pasado por muchas cosas y esto no es nada, créeme, soy más dura de derrotar de lo que parece. ¿Qué no tengo llamado dices? Y quién te dice a ti que no ¿eh? –le dije con una sonrisa – además tengo recuerdos maravillosos que harían un gran patronus muy brillante. Y cuidado lo tengo siempre, recuerda que soy un ser de la noche, a mí me es difícil que me pillen –le dije guiñándole un ojo- aunque creo que más bien soy yo la que te tengo que cuidar yo a ti… Parecía que las dos estábamos melancólicas, ni que nos fuésemos a morir… así que con un sonoro: -¡basta Xell! No vamos a perder el contacto por nada, eso te lo aseguro. Además qué haré sin mi prima favorita ¿eh? –al final no pude más y tuve que abrazarla, la emoción pudo conmigo en esos momentos, y rara vez era la que mostraba más sentimiento que una sonrisa calida, no pasaba más allá de eso… -nos cuidaremos ambas, pero no tengas miedo somos brujas, y gracias a la magia podemos hacer grandes cosas ya lo verás –dije después del abrazo y sonriendo… -Lo de la denuncia, creo que es mejor tratarlo en el despacho de tía Sagitas me parece, en dónde nadie nos moleste, no lo digo por tu madre, pero es que no quiero que me acuse de que intento haceros daño ni a ti ni a la familia por viejas rencillas… Parecía que todo volvía a su cauce después de ese momento de efusividad volvía a ser la persona que no tenía carácter o simplemente empatía. Solamente de una manera muy íntima y con mucha confianza podía demostrar lo cariñosa que podía ser, la última vez, había perdido bastante y no quería que pasase lo mismo estando en Londres.
  9. Tal y cómo había temido ella se asustó bastante y le quité importancia al asunto con un movimiento de la mano… -Estoy bien, pero no gracias a ellos, eso seguro. Afirmé a su pregunta: -Sí, lo eran, como siempre capas negras y máscaras plateadas, aunque este caso sólo una de ellas, una bruja –respondí –reconocí a Andy porque trabaja conmigo en el Ministerio prima, en el cuartel auror… Hablaba de los líderes, ahora no tenía ninguna deuda con ella y menos mal, pero tenía que dar parte sobre lo ocurrido… -No, prefiero mejor no denunciar no confío en la directora, se la ha detenido muchas veces acusada de mortífaga y creo que haré mejor lo que dices, visitaré ese departamento, creo que es lo mejor y así sabrán que no miento ni que ese recuerdo ha sido alterado –la miré dudosa, hablaba sobre un cargo directivo –por mí estaría bien, pero el único problema es que no confío en nadie, el único en Sebas, a veces pienso que estoy rodeada de mortífagos… Parecía que estaba preocupada por lo que había dicho y no era para menos: -Sí, me adelanté diciendo que Nurmengard era su prisión mortífaga y en teoría no debía de saber que era una cárcel, pero no me dio tiempo a más, porque enseguida dejaron de molestarme –respondí omitiendo el detalle de que me habían matado- y no exageres prima, tú tienes aún mucho que ofrecer, eres una Vladimir y perteneces a una de las familias más duras de Ottery –le dije con una sonrisa quitando hierro al asunto.
  10. Mi prima enseguida se dio cuenta, a veces esa chiquilla parecía que se olvidaba en dónde estaba no pude evitar sonreír un poco, pero no lo hacía con maldad, en absoluto. Enseguida me arrastró del brazo a mirar la estantería en dónde tendrían libros especializados sobre el tema, pero al no saber la especie, poco podía ayudarle: -pues la verdad es que sin ver a los bichos esos no sabría ni por dónde empezar, además que no tengo conocimiento alguno sobre el tema –respondí un tanto confundida. Seguíamos mirando los libros que tenía, la verdad eran bastantes para lo pequeña que parecía el negocio, aunque visto lo visto, con un toque de varita se podía ampliar muchísimo más. Solté una pequeña carcajada, no pude evitarlo: -no prima, carcoma, es lo que come la madera y los libros. Son unos bichos pequeños que si no se detiene a tiempo pueden producir muchos problemas –escuché atenta a lo que me decía y asentí con la cabeza: -¡bien hecho! Además Sunar sabrá qué hacer con esos endemoniados, supongo que con un día de limpieza será bastante y no perderás a los clientes -le dije con una sonrisa. Habíamos llegado al punto culminante al que había ido allí: -está bien –empecé a hablar –hace horas fui atacada por unos mortífagos en la mansión Rambaldi, y resulta que uno de ellos es compañero mío en el ministerio, en el cuartel auror. Puedo decir perfectamente que eran mortífagos por los hechizos usados, como tantas otras los hemos visto, venía acompañado de una mujer que por la máscara plateada que llevaba no la reconocí, pero a él sí, se llama Andy Greyback. Si podrías me harías el favor de investigarlo. Bien puedo hacerlo en el ministerio, pero quizá correría bastante riesgo por ser atacada dentro de esa institución o incluso tener futuras visitas de estos “señores”. –Dije con un poco de preocupación –además creo que me he delatado un poco y espero que con eso no pueda poneros en peligro ni a ti ni nadie –le dije con una cara seria. Lo más seguro es que se asustaría y no era para menos.
  11. Escuchaba atentamente las palabras de mi prima, ¿bichos comiéndose los libros? Tendrían que ser mágicos porque si no, no me lo explicaba, en absoluto. Aunque la verdad desconocía completamente lo qué hacer con esos casos, ya que no había dado el conocimiento de Cuidado de Criaturas Mágicas. Pero si estábamos en una librería seguramente debía de tener un libro sobre esas especies, se lo hice saber: -prima, ¿pero no tienes una sección sobre criaturas mágicas? Seguramente en tus fabulosos libros debes de tener algo para saber qué hacer. Aunque a mí me recuerdan a esos bichos muggles que comen la madera y los libros, creo que lo llaman carcoma. Deberías de usar un insecticida potente para acabar con ellos, o con la agencia consultiva de plagas del ministerio ahí te lo harán saber –dije con un tono de duda, pero además de venir de visita de cortesía, tenía otro asunto que tratar con ella: -además vengo por otro asunto, que te resultará bastante interesante y a mí me será de gran ayuda, pero tendría que ser en privado, aunque creo que querrás resolver esto antes ¿no? –le dije apuntando mi dedo hacia dónde parecía tener los problemas con esos bichejos.
  12. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había pisado la librería de mi prima, y eso solamente fue para comprar un libro de astronomía. Cuando me aparecí en el callejón diagon había un sol reluciente pero que con su luz indicaba que se estaba ocultando. Mi capa de viaje ondeaba con la brisa de la tarde, el traje (de pantalón y chaqueta) negro con una camisa blanca y unas botas finas de aguja era lo que llevaba ese día. Llevaba la varita en el bolsillo y el colgante de llevar el peligro colgado al cuello, además de un monedero de piel de moke en dónde llevaba bastantes galeones para por si casualidad compraba finalmente en su negocio. Nada más que iba allí de visita de cortesía, pero esperaba no tener que importunarla, además tenía que contarle algo que seguramente le sería de bastante utilidad, aunque no fuese del bando, tomaría represalias, de un modo u otro, y la librería era el lugar ideal. Entré con cuidado al interior y estaba tan impecable como siempre. Pero parecía que había problemas así que rápidamente saqué la varita y con una voz sonora respondí: -prima, soy yo Heliké, ¿está todo bien aquí? –pregunté con un poco susto, aunque por las voces podía escuchar que estaban también Sagitas y Reena.
  13. Felicitaciones Xell, aunque no he visto esos roles, eres una de las mejores en ese campo, así que muy bien merecido el premio! Felicitaciones!
  14. Apenas le había dicho yo que no era para regalo mágicamente un papel para regalo envolvió el libro de astronomía que había escogido. Y asentí con la cabeza cuando había dicho que quedaba bonito con el papel de envoltorio. Pero no pasaba nada, seguro que podía aprovecharlo para envolver algún que otro regalo en alguna ocasión especial. Ya en la caja registradora y con su sonido particular al movimiento de la varita de mi prima dio el resultado, era bastante caro sí, pero no podía tener queja, era un tomo bastante grande y por lo que parecía recién salido del horno así que no me importó demasiado. Metí la mano dentro del monedero de piel de moke y conté cómo unos doscientos galeones, pero me quedé sorprendida por el precio que ella finalmente había dicho. -eh no prima, no te lo pienso consentir, te pago el libro cómo tiene que ser si vale 125 galeones aquí los tienes, incluso te dejo propina. Pero no te pienso aceptar esa miserable cifra –negué con la cabeza, y le puse la cantidad justa encima de la mesa. Además de unos treinta galeones más, éstos brillaban con la luz del día. En ese instante habían llegado avioncitos y cuando lo leí no pude más que evitar una pequeña carcajada, y más aún cuando llegó la voz amplificada de mi tía mágicamente. Era bien cierto que no era dada a las demostraciones de cariño, pero un abrazo no podía negárselo, y por lo que aparecía en el papel daba la sensación de que estaba deprimida. Después de que mi prima me diese la bolsa con el tomo, lo puse en el brazo y fui con ella hasta dónde estaban mis familiares, Xell abrazó a su madre, después de que comentase algo gracioso sobre el boleto, yo en cambio abracé a mi tía y le dije en un susurro: -para que veas que los vampiros también sabemos dar abrazos y no mordemos –y no pude evitar soltar una carcajada estruendosa. Pero es que era cierto, no éramos seres desalmados que íbamos mordiendo a humano por doquier. Y mucho menos los que teníamos familia. -Sé que no soy mucho de demostrar mi afecto, pero os quiero a todas – y con esto junté a mi tía, y a mis dos primas en un abrazo tan fuerte, que pensé que le había roto las costillas: -huy perdón –susurré un poco apenada. Pero me retiré un poco y me despedí amablemente: -prima gracias por el libro, encima del mostrador tienes el total y unos cuántos galeones más, prima Reena Sagitas, os veo más tarde en casa, tengo que hacer unas cuántas cosas más y Xell te veo a ti también por la Vladimir. –con una inclinación me salí con mi compra recién hecha hasta la puerta, cuando salí al callejón me giré sobre mis talones y me dirigí a un rumbo desconocido.
  15. Después de disculparse con el joven al que había conocido unos momentos antes, mi prima enseguida vino en mi ayuda a buscar el libro que quería comprar y me llevó a una sección en la que había bastantes sobre el tema y me maldecía a mi misma por no haberme fijado antes. Pero por lo poco que pude escuchar de su conversación seguro que la joven planeaba algo con el chico, no temía por su seguridad ya que era una joven bastante diestra con la magia y se podía defender ella sola. Pero cómo era de mi familia era mi deber protegerla. Pero seguramente tenían planeado hacer alguna visita a uno de los negocios de mi tía y sonreí internamente. No decidí hacer ningún comentario pero en cambio el libro que me enseñó era enorme: -carai, sí que es grande sí –el libro era de tapas marrones con una galaxia en la portada en miniatura y tan mágico que era que se mostraba en movimiento: -Sí, éste puede servir –respondí con amabilidad y comentaba algo del precio, no pude evitar soltar una carcajada – no te preocupes prima, no me hace falta vender nada. Además está la tía para dejarme algo ¿no te parece? –Volví a reírme animadamente – este tomo parece bastante interesante así que me lo llevo, ¿me lo puedes envolver? Y no, no es para regalo –le aclaré antes de que me dijese nada. -Dime cuánto cuesta y lo saco de mi monedero de piel de moke o sino voy al banco que está aquí cerca y saco más galeones –terminé de hablar mientras esperaba que me diese la información, si realmente me gustaba volvería a ese lugar para comprar más libros y no sólo de astronomía, si no de cualquier otra temática. La librería parecía muy interesante.
  16. En el tiempo en el que Xell y su amigo estaban charlando animadamente, poco a poco me fui desplazando para dejarlos a “solas” ya que creía que una conversación tan privada no debería de ser molestada por tonterías. Así que investigué más o menos por las estanterías a ver si conseguía encontrar el dichoso libro al que había ido a comprar y que no lo daba encontrado por ningún lado. A pesar de hablar poco con el chico, me había caído bastante bien, a pesar de que me decía que era semiinferi cosa que no le creí en su momento, me había sorprendido bastante, ya que los inferis eran cadáveres encantados por magos tenebrosos como había aprendido en su momento en clases de Defensa Contra las Artes Oscuras así que era poco probable, lo que me llegaba más era su olor a esencia, esencia demoníaca y esperaba que no tomase el camino de la vía oscura. Sería algo bastante desagradable tener que luchar con él, ya que me había parecido encantador. Lo de siempre primeras impresiones. Mientras seguía rebuscando por el maldito volumen que necesitaba podía escuchar algunas frases graciosas que había hecho que sonriera un poco, si Xell podía montar en un dragón ¿porqué yo no? Además tenía un Aethonan así que no sería tan diferente. Cuando me harté de buscar, me dirigí hasta mi prima: -disculpa Xell, estoy buscando un libro de astronomía, me da igual tanto muggle como mágico, o los dos si tienes mejor. Pero es que no le encuentro y me dices el precio, es un atlas astronómico –le aclaré, y mientras tanto esperaba que con mi interrupción el joven no se asustase por tener tanta familiaridad con ella, pero éramos familia así que no creo que le importase mucho.
  17. No había esperado mucho tiempo que alguien vino a recibirme, era mi prima Xell quien regentaba el negocio. Eso me sorprendió bastante porque no conocía esa faceta de empresaria, siempre la veía luchando con nosotros o incluso de guardiana en la torre Abbadon cuidando de los prisioneros. Solamente la veía en los otros negocios de mis familiares en calidad de cliente o simplemente de visita. En esa ocasión además de conocer el local había venido a comprar, pero parecía que eso tenía que esperar. Me había invitado a pasar a la biblioteca. Me había dicho de conocer a alguien la miré sorprendida y hablaba de la familia Vladimir con mucha confianza con el joven. A pesar de que habló en voz baja con el chico que estaba con ella la escuché perfectamente y arqué una ceja, le envié un mensaje mental a mi prima <<cómo digas más te corto la lengua>> sabía que lo recibiría perfectamente. Pero para no ser grosera, afirmé con la cabeza: -es verdad, fue un trabajo bastante complicado pero todo salió bien –le dije con voz seca. Y para no ser tan arisca me presenté: -Soy Heliké, ella es mi prima –le dije señalándola con la mano - ¿y tú quién eres? No te he visto por el pueblo –esperaba que no lo incomodase con mis preguntas, y por la edad parecía que aún estaba cursando en la academia.
  18. Después de mi aparición en el callejón Diagon una suave brisa me recibió esa tarde que hizo ondear un poco mi capa. Cómo siempre iba vestida casi de negro, pantalones, botas y exceptuando una camisa blanca era lo que llevaba de atuendo. Mi varita la llevaba guardada en el bolsillo aunque no creía que fueran a atacarme la llevaba siempre a todos lados por tranquilidad. Fui caminando lentamente hasta que encontré un local nuevo y lo raro que me parecía es que no recordaba haberlo visto antes de las veces que visité ese lugar para mis compras habituales. Un gran ventanal de cristal contenía nuevos libros publicados de varios autores del mundo mágico. Aunque no los conocía me entró la curiosidad de investigar un poco quién sería los nuevos dueños de ese negocio, y recordando que me faltaba algún libro aproveché la ocasión. Abrí la puerta y accedí a dentro del lugar y me recordó a otra librería bastante famosa, todos los libros apilados y que mágicamente se sostenían firmes sin caerse y también por lo que parecía tenían muchos libros de temáticas diferentes. Me situé en el mostrador esperando a que alguien me viniese a atender, consulté el monedero que llevaba encima y constaté que llevaba bastantes galeones para hacer una buena compra, esperaba que no fuesen demasiado caros.
  19. pendiente de veredicto Cuando me aparecí en el callejón Diagón esa mañana temprano el sol estaba asomando por el horizonte, una bruma cubría por doquier el lugar más mágico del país pero sabía que esto pasaría pronto en cuánto el Sol asomase con sus rayos y calentase el ambiente. Con mi capa negra ondeando al viento y con la capucha puesta, me dirigí hacia uno de los locales más emblemáticos del callejón, llevaba mi colgante de avisar el peligro colgado al cuello como así mi monedero de piel de moke con bastantes galeones y éstos iban sonando cuando iba caminando. Los ropajes de ese día no eran nada especiales, traje de cuero y botas negras de aguja, además de la capa. Todo de negro para pasar desapercibida. O por lo menos eso intentaba. Pensando en todas las batallas que había tenido durante toda esa semana había querido ir a ese emblemático negocio para que revisaran la varita, parecía que últimamente no ofrecía sus habituales y poderosos hechizos algo así como mustia, además de querer darle un toque personal a mi arma mágica, que para mí era más que un tesoro. Cuando llegué a la puerta principal del negocio me sorprendió ya de primero su puerta, parecía como si fuera un árbol genealógico del famoso creador de varitas, además de su color de una madera preciosa. Puse la mano en el picaporte y respirando profundo entré a dentro del lugar, esperaba que me atendiesen pronto, porque además de reparar la varita quería embellecerla un poco y esperaba llevar los galeones suficientes para pagarlo. El lugar parecía una biblioteca en dónde no se podía hacer ruido y abrumaba cuando cerré la puerta el crujir de la madera me decía que el sitio era bastante antiguo: -¿Hola? –parecía que no había nadie en la tienda, pero algunos murmullos en la parte superior me indicaron lo contrario. Esperaba que viniesen pronto.
  20. Después de mi pequeño discurso no pude mirar más con desprecio a la chica que tenía delante de mí, estaba desmayada, capturada con cuerdas, y no sé qué más hechizos le habían lanzado mis compañeros, si por mi fuera lucharía a muerte o incluso chuparle (?) un poco de sangre para ver lo sucia que estaba. O por lo menos eso decían ellos de nosotros. O si acaso acabar de terminarla y matarla por desangramiento. Hacía mucho que no bebía sangre humana, sólo cazaba animales pero una supuesta mortífaga menos, sería un problema menos para la comunidad. Con estos pensamientos, me dirigí ante Mei que se encontraba por allí y con la varita en mano le dije de salir. Era más que obvio que no habría batalla, seis personas y una de ellas (la supuesta mortífaga Sophie Liz Granger) confundida y atada con las cuerdas, además de desarmada. -Bestias como vosotros no deberían de existir, matar a gente inocente por no seguir vuestros credenciales –y tras esto la miré con desprecio. Agarré a la supuesta mortífaga (Sophie Liz Granger) por las cuerdas, y la llevé a rastras por el suelo, ni me importó que se manchara por el suelo y que la hierba se le pusiera en la ropa, Mei parecía que me miraba mal encarada, pero no me importaba los mortífagos hacían lo mismo con los nuestros. Después de mucho caminar, a una distancia prudencial de unos diez metros de los muros de la mansión Granger, agarré a Mei de una mano y sujetando las cuerdas bien fuertes me giré sobre mis talones, llevé a Mei a la mansión Delacour, y con las cuerdas aún en mi mano le di una cabezada a modo de saludo, y volví a girarme de nuevo sobre mis talones para llevar a la joven Sophie directamente a la prisión Abbadon.
  21. Ya estábamos dentro de lugar, así que parecía que los mortífagos no vendrían a ayudar a la supuesta joven mortífaga que tenía delante de mí, y era mejor no estaba para cachondeítos esa noche. Quería tener la fiesta en paz y volver a Abbadon a defenderla o simplemente pasar por allí el rato. El aire puro y la sensación de tranquilidad eran innegables y me sentía en paz conmigo misma, además de que pasábamos aventuras aunque ciertamente no muy agradables la verdad. Ahora parecía que nos tendríamos que defender de una Gorgona (?) pero eso es ya un asunto aparte. Apunté la varita hacia Sophie Liz Granger y susurré: -desmaius- un rayo rojo salió de mi varita en dirección al pecho de la joven Sophie, que al momento hizo que se cayera al suelo, imposibilitándola a que hiciera nada más. De nuevo volví a apuntar la varita hacia la boca de Sophie y susurré: -silencius –me encantaba ese conjuro, el efecto (sophie Liz Granger) que hacía era que no dejaría hablar a una persona durante un buen tiempo. Y menos aun decir hechizos -¿y nos llaman traidores a la sangre? ¿Sangres sucia? Cosas despreciables que sólo dice la gente despreciable, inmundicia como vosotros no debería de existir en esta comunidad pacífica –dije arrastrando las palabras por el odio.
  22. Parecía tarde, un patronus pastor alemán de Héctor me había llegado el aviso de que nos llamaba para una redada, no sabía a quién pero sabía que pertenecía a la marca o por lo menos era una sospechosa, estaba en el cuartel auror de la Orden, cuando recibí el aviso, con un toque de varita me puse una luz en el rostro, y quité todas las ropas que llevaba encima. Iría desnuda para evitarme complicaciones por si los mortífagos entraban a defender a su compañera o compañero, dependiendo de a por quién fuéramos. Salí del cuartel, y fui rápidamente hacia las afueras, me giré sobre mis talones y me aparecí a una distancia de unos diez metros de la mansión Granger. Luego penetré al interior del lugar, siguiendo a mis compañeros, uno de ellos parecía que había “derrotado” a un lazo del diablo así que era un problema menos. Seguí los pasos de mis compañeros hasta que llegamos a la planta baja. Por el camino interior, sin tropezar con nada, parecía que había una selva ahí dentro. Ahora sólo era hora de llevarnos la victoria una vez más.
  23. Hola! Vengo a dar un pequeño trabajo a los moderadores jeje Vengo a informar de que ya me he graduado, aquí el enlace y también a pedir los conocimientos de: Defensa Contra las Artes Oscuras Pociones. no sé si se puede hacer esto, pero pregunto por aquí ¿cuánto tiempo tardan en colocarse los objetos comprados en el Magic Mall en la ficha? Lo digo para poder usarlos libremente. En el tema de perfil de personaje me gustaría poder cambiar lo que tengo y poner esto: Aspecto Físico: Estatura media de 1,70 ojos castaños y pequeños, pelo largo y rizado de un color chocolate muy oscuro y delgada pero con curvas finas. Cualidades Psicológicas: Pasado humano: Siempre le gustaba estar rodeada de amigos, de su familia y organizar fiestas, una chica tolerante con todo el mundo. Con respecto al carácter era tranquilo, pero cuando se enfadaba podía sacar su carácter fuerte. Presente vampírico: Desde el asesinato de sus padres no deja abrir su corazón tan fácilmente, es desconfiada con todo el mundo, en el estado de la inmortalidad que está ahora la ira es mucho más peligrosa si alguien se enfrenta a ella, además intenta defender sus principios cueste lo que cueste. El color negro ahora es su color favorito reflejo de su corazón. Además en su corazón a pesar de haber acabado con sus enemigos aún guarda el rencor en su corazón por perder a su familia tan joven. Historia: Flashback 15: 00 Hora de la comida Tomando tranquilamente la comida con mis padres, estaba celebrando mi decimo séptimo cumpleaños, era ya mayor de edad para usar la magia, por lo menos el Ministerio de Magia español no tendría problemas conmigo por mi conducta. Había recibido el típico reloj mágico que se daba en estos casos. Pero antes de recibir algún regalo más escuchamos estruendos en los jardines. Asalto Lo había presentido antes de verlos, cuatro magos y un vampiro habían logrado burlar la magia que había en el interior de la mansión ya que sólo tenían permiso los familiares muy cercanos de la familia. Las demás personas se tenían que aparecer fuera de los muros, cualquiera de mis padres podría salir a recibirlo/a. Vinieron corriendo muy deprisa lanzando hechizos a diestro y siniestro dos de ellos casi matan a mis padres al instante si no fuese que se apartaron del lugar en el que estaban, yo tomé mi varita e intenté defenderme también como pude pero nuestros hechizos no bastaban. Dos de los magos asaltantes consiguieron matar a mi padre, después fue mi madre. Sólo quedaba yo para llevar a esa familia pero intentaría defenderme lo máximo posible. Uno de los magos que era vampiro me envió un hechizo movilizador, por culpa de la fuerza generada había caído al suelo y me había hecho daño en los hombros. Uno de los magos que mató a mi padre quiso levantar la varita para terminar el trabajo, pero el vampiro llamado Corvus lo detuvo diciendo algo de que se encargaría de terminar a lo que habían ido hacer allí. Transformación Después de despedir a los magos el vampiro se había quedado conmigo. Aterrorizada en esos momentos no tenía poder alguno, mi varita había ido a parar varios metros atrás y estaba indefensa además de sola. El inmortal no dijo ni una sola palabra, acercó sus dientes hacia mi muñeca y le dio un buen mordisco al instante de que se produjo esa mordedura pude notar como la ponzoña se estaba prolongando por todo mi cuerpo, y mientras tanto él observándome con gran satisfacción no habló durante todo el proceso que a mí se me hizo largo, cuando estaba empezando a notar la movilidad de todo el cuerpo y el hechizo deshaciéndose el vampiro se desaparece. Nueva vida- viaje a Londres Después de la transformación completa me tuve que dirigir al interior por instinto, ya que por culpa del sol mi cuerpo brillaba como si fuesen diamantes. Ya en el interior recogí todo de valor que tenía en la casa hice las maletas y fui hasta el Reino Unido. Actualidad Había estado pensando en ese momento cada vez que cerraban los ojos, una ira indescriptible y un rencor sin igual se apoderaba de mi cada vez que pasaba eso, por suerte pude vengar la muerte de mis padres matando a todos los magos, uno por uno y con eso satisfacer mi ira. Vagando por la Academia y por Ottery había conocido dos familias de magos que me aceptaron sin problema. Desde entonces llevo una vida de lo más normal que puede llevar un vampiro. Me cambio los apellidos por la familia Rambaldi y Vladimir. En el apartado Otros Datos: Habilidad para correr veloz. Habilidad para sortear desniveles de terreno dando grandes saltos. No le afecta la luz solar, pero si se expone mucho tiempo su piel brilla como si fueran diamantes para atraer a los humanos. Aficionada a la astronomía. Poder sobre los elementos y su entorno. Poder de generar electricidad. El poder de la telequinesis (mover objetos con la mente). Tal cuál como los expongo Gracias!!
  24. Hola reena! Sin problema acepto ser prima lejana jaja con respecto a mi bóveda ya me la han aprobado, así que ya podré empezar a rolear como es debido, cierto que tengo que actualizar la ficha de personaje, pero por eso no hay problema Si se requiere más información dejo aquí mi bóveda (por fin aprobada) y la ficha de personaje para que lo añadáis al árbol familiar. Un saludo y gracias!
  25. Hola! Buenas noches! Estaba mirando por el foro buscando familias apropiadas a mi condición, y pensando que no había familia vampírica me topé con esta (con gran alegría para mí jeje) Bueno sólo espero que me den un techo y una familia donde quedarme y nada, aunque sea nueva, espero conocer a bastante gente y a seguir roleando todos junt@s Con el tema de la bóveda la he creado, pero me falta que la aprueben y después actualizar mi ficha de personaje, si queréis saber sobre mí aquí está toda la info que necesitéis. Por ahora sólo eso, y espero no decepcionar... Ahora soy neutral, pero espero que la familia (si me aceptais) que no me heche por si se me da unirme al bando de la Orden del Fénix No es por hacer la pelota (xD) pero la firma de Sagitas E. Potter Blue me encanta jejeje Atte, Heliké_LW Saludos!!

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