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Sherlyn Stark

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Mensajes publicados por Sherlyn Stark

  1. ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    Como muchos otros nuevos guardianes debía ir a vivir personalmente en qué consistía el trabajo de guardián. Qué tenía hacer ya lo sabía, pero tenía que ganar más experiencia para situaciones futuras. En las paredes de la Torre se podía ver como los rayos de sol se reflejaban mostrando la sombra de las rejas. Era una imagen bastante inquietante a su parecer ya que en ese lugar había distintas clases de mortifagos. Era una prisión no podían estar en un sitio mejor de lo que se merecían.
    Había escuchado la llegada de nuevos presos. Estos estarían atados, sin varita y sin ningún tipo de comunicación al exterior. Era demasiado, según ella; pero podía pensar que ellos mismos se buscaron estar en allí. Tal vez unos más que otros, pero así tenía que ser. Su deber era controlar que ninguno de ellos sea capaces de salirse de su límite. Tenía que mantener una suma concentración. La humedad de las paredes hacía el aire aún más pesado, provocado un escalofrió. No solamente eso, quizás era por la tensión por parte de la Torre.
    Al ver a Helen se alegró al ver un rostro conocido y, no dudo en dirigirse hacia ella. —Helen, es un gusto verte pero no estas circunstancias —Saludo por lo bajo a su compañera mientras podía ver como los ojos de ella se dirigían a uno de los presos. Allí también estaba Lestat, quizás estaba cerca de la Evans.
  2. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/ICON_08-KiraraS_zps5fa176be.gif

    ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks


    Los niños seguían trepándose en Amya como si fuera una montaña o escalera. Esos niños si que tenían mucha imaginación a su parecer y la seguirían teniendo hasta que sobrepasen los cinco años. Esa edad era una de la mejor etapa de la vida ya que no tenían mucha responsabilidad y lo único que les importaba era poder jugar más cada día. Ellos se sorprendían mucho ante cualquier objeto desconocido o juego en sí. También eran las únicas personas que podían engañarlas fácilmente.
    Niños, dejen de jugar con la tía Amya, que ahora me está explicando algo muy importante —Trato de decirles a los pequeñines, pero era casi imposibles ya que los gritos eran verdaderamente tremendos. ¿Quién le había mandado a ese lugar mientras los niños estaban en plena estadía? No lo sabía, aun así tenía muchas ganas de irse del lugar ya que parecía un trabajo bastante complejo. Frunció un poco el ceño. Los chiquillos eran el problema ya que ellos se dedicaban a desparramar de lugar las cosas.
    Quería gritarles pero ellos eran ternuras personificadas. Ellos le ganaban con sus ojitos además de que debía agradecer que a ella no le tocaran ni un pelo. Suspiró, después de todo la jefa de Reventores estaba entreteniendo a los pequeñines. Una vez entendido lo que la joven jefa comentó paso a examinar todos los objetos del lugar; no solamente los mágicos, sino también los muggles. “Lo que uno descubría en lugares como aquel” Dijo al ver una canasta alada con juguetes también con pequeñas alas a su alrededor.
    Entendido, Amya —Comentó Sherlyn mientras tiraba la canasta y se dedicaba a comprobar cada juguete del lugar. Según las instrucciones, estos debían hacer un “pequeño ruidito” que seguro era muy fuerte y deshacerse. Debía anotar luna lista de las posibles cosas que tendría que comprar en Magic Mall, en esta se encontraba algunas orejeras para no aturdirse con el ruido que hacían los juguetes.
    ¡Specialis Revelio! —Conjuró la castaña señalando a un juguete, este giró en el aire pero no hizo ningún otro movimiento. — ¡Specialis Revelio! —Volvió a exclamar señalando a otro juguete, este era un auto que venía dentro de la canasta de alas; pero solamente giró haciendo nada más que volver a la misma posición. — ¡Specialis Revelio! —Dijo apuntando a una pequeña mariposa que cambiaba de color según quien sabe qué. La mariposa hizo el mismo procedimiento que los demás pero en cambio hizo un fuerte ruido y explotó estando en el aire. —Siento romper sus juguetes, niños —Se disculpó Sherlyn; pero era su trabajo.
    antes de que pudiese hacer algo más, Amya limpio por completo el lugar y así el trabajo se felicitaría. —Amya ¿Podríamos volver al departamento? —Preguntó la Indebida. —Podemos volver el otro mes, mejor el que viene o el próximo año —Prosiguió, no se imaginaría el desastre que habría en pleno mes navideño, pero si podía ver como Amya se disfrazaba de Santa Claus y los niños estiraban su barba. —Niños, un gusto conocerlos, pero ya es hora de que tía Amya regresa a casa a bañarse —Saludó a los niños mientras caminaba a la puerta de salida aunque aún no escuchó la respuesta de la Reventora.
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  3. ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    Antes de que Amya abriera Eledhwen le dio una respuesta informándole que todos debían ir a la estación de King's Cross para buscar a la directora. Sherlyn prefería esperar a que las jefas se dedicaran a ir, ya que sus compañeros estarían ya en el Atrio o saliendo del departamento, además de no quería que algún otro empleado le gritara. Lo malo era que si se atrasaba mucho no podía darle la flor a la directora. En fin lo prefería de esa manera.
    Prefiero quedarme y esperarles a ustedes, Eledh —Comunicó a la jefa para que supiera la decisión que había tomado y no se sorprendiese al verla todavía allí.
    Nunca había escuchado que las lagartijas usaran piscinas; pero para algunas personas cuyas mascotas son especiales y le dan los lujos que ellos creen que merecen, como en el caso de Zanka. Podía pensar que Babila quería dinero para ir ahorrando desde ya, porque en invierno la lagartija podría ponerse mal aunque el agua estuviera tibia. Quizás pueda ayudarle a cooperar, pero eso sería más tarde. Para su sorpresa la voz de Nela (Perenela) le sacó de sus pensamientos, aunque había sido muy rápida ida. La castaña creía que ellos ya estarían saliendo, pero aun así prefería quedarse a esperar a las jefas.
    Amya no tardó en abrir la puerta de la oficina. Ante sus ojos podía ver a una jefa tranquila y normal a diferencia de los demás empleados que se encontraban con suma preocupación. La gracia de la jefa de Reventores aún seguía estable aunque esta vez no había un comentario que resultase gracioso en el momento. Antes de que pudiese saludar a Amya, ella salió de la oficina dirigiéndose al Hall. Tenía la sensación que iba derecho a reprochar a Babila por la hermosa lagartija que criaba. Peor luego se giró a preguntar acerca del paradero de Sagitas
    Era muy difícil creer que la directora se hallaba en un hospital muggle. Sin embargo, no era la primera vez que lo escuchaba ya que las chicas de la recepción del Hospital San Mungo temían ante la hipótesis. La voz, es decir el grito de Xell se escuchó por todo el departamento comunicando a las jefas que ella iría buscar a Sagitas junto a Lisa. Quizás pudiera acompañarles ya que tenía conocimiento de los lugares en los cuales no estaba la directora.
    ¡Yo quiero acompañarles, Xell! —Mencionó la castaña esperando que la respuesta de la rubia fuera positiva. —Claro, si no es de mucha molestia —Mirándola con compañía. —No se encuentra por el Callejón Diagon, ni en los hospitales mágicos. Tenemos la esperanza de que pueda estar en King’s Cross —Volvió a hablar para que Xell se comunique, tratando de evitar el tema del hospital mágico que había mencionado la jefa de desmemorizadores.
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  4. ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    El cielo se teñía de un intenso azul intenso, dejando ver unas pocas estrellas sobre la corteza de este. No hacía falta salir del establecimiento para darse cuenta que hacía frío, pero no era cualquier clima sino más bien un fresco otoñal. El invierno se acercaba, así como la navidad y un año nuevo que pronto dejaría a sus pensamientos llenos de reflexiones. Era una sensación extraña la que sentía en ese momento, ya que era uno de los días en los cuales debía enfrentarse a un duelo junto a una amiga suya. Suspiró por la inquietes que le provocaba la situación. Hacia una semanas que no era protagonista de un duelo. Pero debía poner en práctica sus conocimientos.
    Examinó su mesada y, encima de esta se encontraba una carta que provenía de su amiga Ani. En esta estaba detallada la localización exacta del bosque, además la hora y manera de trasladarse allí. Se apenaba por no tener su licencia de aparición, pero al ver más al fondo, observó que en el fondo estaba un pequeño translador. Podía creer que su amiga no quería que llegase tarde; entonces procuraría no hacerlo.
    Faltaba para la hora de encuentro, por esa razón tenía tiempo de sobra para preparar su vestimenta. No llevó ningún artículo, ni pulseras, collares, ni nada por el estilo. Ella prefirió llevar un bonito vestido color azul, este era totalmente liso y no tenía ningún detalle. Su cabello estaba suelto, dejando que su melena se luciera al compás del viento. Prefirió no llevar zapatos, ya que la anterior no había tenido una buena experiencia.
    Ya estaba fuera de la Mansión Gryffindor, que fue donde prefirió pasar la noche. Sentía el frío del ambiente, pero sabía que instantes después sentiría Agarró con fuerza su varita y con la otra mano apretó el translador. Sherlyn creía que Ani, como buena patrocinadora, estaría en el lugar de encuentro mucho antes de que ella estuviera allí. Una vez puesto su vestido y sin tener ningún artícu.lo en su mano, cerró sus ojos dedicándose a pensar acerca del bosque.
    El primer paso ya estaba completado, lo único que faltaba era comenzar el duelo junto a Ani y así la tarea ya estaba terminada. En aquella ocasión, debía ganar, aunque no solamente aquello sino también aprender y crear nuevas técnicas. Pero por otra parte, se beneficiaba igual ya que ganaría experiencia como así también su compañera. El clima estaba fresco, prefería terminar con aquel duelo lo más antes posible.
    —Buenos días, Ani ¿Comenzamos? —Saludó y preguntó la castaña una vez cerca de ella. Luego observó cómo su contrincante caminaba a dirección opuesta suya, quedando a unos nueve metros de distancia. En aquella posición podía divisarla perfectamente ya que su ojo era bastante bueno para examinar cosas a distancia. El sonido en aquel lugar era mudo, se podía escuchar sonidos a metros de distancia, pero eso no importaba. Su concentración subió un cien por ciento al escuchar la voz de la chica conjurando un hechizo. Ten ese mismo momento se apresuró a decir:
    ¡Protego! —Mencionó fuerte la castaña. Pronto de su varita formó un gran escudo que instantes después le protegería del ataque de su compañera. Si bien, había acertado sus hipótesis, aquel rayo del Sectusempra terminó consumido por su escudo. Ahora debía prepararse para su próximo turno.
    Morphos —Conjuró señalando a una de las botas que tenía Ani. El efecto convirtió la bota de la muchacha en una araña adulta muggle y viva. Esta contenía un pelaje oscuro cubierto que pinchaba a penas tocar la piel. Esta criatura podría llegar a ser muy peligrosa ya que sus colmillos eran bastante realmente grandes que podría llegar a morder encima de la ropa. En ese momento, estaba escalando sobre la pierna de Ania.
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  5. ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    Eso era lo único que sabía acerca de Sagitas, no había podido tener más información acerca de ella. Eledhwen mencione que deberían realizar otra búsqueda pero más intensa. Aunque ella venía de una infancia totalmente muggle no conocía los hospitales muggle de Londres; pero preferiría pensar lo contrario, que Sagitas estaba bien y no perdida por ahí.
    Si bien, le incomodaba un poco la presencia de Wild en el Cuartel. Si tan inútiles eran, por qué él no se atrevió a buscarla aún. Aquello no lo sabía, y estaba claro que tampoco se lo preguntaría porque ya no le importaba lo que él llegase a pensar. Observó encima de la mesa en busca de algún jarrón donde pudiese depositar las flores para Sagitas; pero no encontró ninguno. Sherlyn estaba segura de que aparecería pronto.
    De repente, esa voz exaltada e irritante volvió a escucharse; pero para su suerte, fueron solamente unos segundos hasta que se retiró como le había indicado su jefa segundos atrás. Él no fue el único que salió, si no también Perenela. Cada uno de ellos tenía motivos para enloquecerse por la ausencia de Sagitas, porque eran familiares o también amigos.
    La jefa de desmemorizadores intentó animarles diciendo que Sagitas era profesora de Estudios Muggles, pues aquello le hubiera caído más bien bajo otras circunstancias, pero ahora no podía sonreír en forma de respuesta. Tenía la duda acerca de que si Sagitas estuviese en la estación y junto a los globos no habían pasado por allí. Al pensar aquello sonrió porque había una posibilidad de que ella estuviera bien.
    En el instante que estaba volando en sus pensamientos se di cuenta que Matt ya no estaba en el Cuartel y Eledhwen estaba saliendo. Observó a Krumito, quizás estaba muy asustado ya que no había dicho ni una palabra en esos minutos. Siguió a la jefa que cuando la vio estaba en la puerta de la Sala de Indebidos. Suponía que Amya estaba allí, ya que le informaba que irían a King's Cross.
    ¿Puedo ir yo también? —Preguntó torpemente a Eledhwen antes de que ella mencionara a un tal "Adler" ¿Qué era aquello? Había tantas cosas que aún no conocía.
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  6. ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    Antes de salir de la Sala de Juntas había visto como Xell y la chica de cabello negro (Lisa) se abrazaban, quizás eran viejas amigas y hace rato no se veían, pero eso no importaba. Miro hacia todos lados en busca de la hermosa lagartija que Amya había gritado segundos atrás. Se había encariñado demasiado con las mascotas del departamento que con los demás empleados y, aquello traía desventajas ya que se preocupaba mucho al pensar que estaban haciendo algo malo con ellos.
    Paso seguido, Perenela llevo a Sean no sin antes susurrarle algo al pelirrojo. Sin bien, su compañero Matt le respondió su pregunta diciendo que no pasaba nada extraño con la lagartija y aquello sumó a la respuesta también de la jefa de desmemorizadores que decía que Zanka le había dejado un regalito a Amya. Notaba en la voz de Eledhwen cierta preocupación, no cabía dudas que estaba preocupada por la directora del departamento. Todos lo estaban.
    Sin antes decir alguna palabra, la jefa los llevó a todos al pasillo y suponía que era para hablar con más calma. También había detenido a Perenela y Sean que estaban en el pasillo. No podía nombrar ninguna palabra ya que al estar bajo tanta presión le molestaba un poco. Traía noticias nuevas de Sagitas. Ella no estaba dentro del Hospital de San Mungo de tal manera que era un dato muy importante que atribuía para seguir buscándola con más intensidad.
    Pues, Eledh, verás… —No pudo terminar la frase porque de pronto una persona exaltada salió del baño con mucha prisa. No podía reconocer su rostro ya que estaba completamente cubierto de sangre, pero aquella manera de actuar ya la conocía. Era algo que prefirió ignorar, no quería tener problemas con algún empleado del departamento. Si él quería buscar a Sagitas por su cuenta, pues, que vaya sin más, el aire lo calmaría. Pero no, Adrian se había quedado a escuchar lo que tenía para decir. Lo miró de reojo, por más exaltado que estuviese no era razón para que le hablará así. La respuesta no iba porque él le exigía, si no más bien para Eledh.
    He tenido noticias acerca de ella de parte de la recepción del Hospital San Mungo —Nombró. —Al parecer no tienen ningún dato registrado recientemente —Anunció Sherlyn. Todavía tenía en mano las flores que le habían comprado, eran hermosas pero se marchitarían si no las ponía en algún recipiente con agua. —La sanadora Gryffindor me ha dicho que hace días que no se había comunicado con ella —Agregó recordando a la pequeña elfina de la tienda de flores que también había hecho el mismo comentario.
    Antes de dirigirnos al Hospital fuimos a comprar flores en la floristería, y una de las elfinas me ha confirmado que tampoco la vio por el Callejón —Prosiguió. —Eso es todo lo que sé de ella —.
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  7. ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    Tras la información recibida de parte de la recepcionista de San Mungo se le hizo preferible volver al departamento para divulgar que Sagitas no estaba allí. Si bien, no debían tardar mucho para regresar al departamento ya que tenía miedo que los globitos sufrieran una especie de shock al no saber nada de la directora. No importaba de quien fuese la culpa si a ellos les llegaba a pasar algo, ya que lo que a ella más le importaba era el bienestar de ellos o que la directora regresase pronto para que todo vuelva a la normalidad.
    En su recorrido estuvo pensando las palabras de las chicas de la recepción «¿Si estaba en un hospital muggle?» No podía saberlo, pero tampoco se imaginaba los riesgos que había a partir de ahí. Tironeaba del corcel de los hermosos globitos para que no se soltaran, a pesar que ya estaban dentro del Ministerio. A pesar que el techo del departamento estaba totalmente libre de objetos pulsantes, no podía garantizar que todo el establecimiento estuviera libre de estos.
    Los soltaré una vez dentro del departamento —Mencionó Sherlyn. No sabía nada de Atria ya que suponía que tomaron caminos diferentes para dirigirse al departamento. Desconocía si ya había llegado o llegaría después, quizás caminaba detrás de ella en ese momento y no se había dado cuenta. Habían salido rápido del Hospital Mágico y no había estado pendiente de quien iba con ella, pero lo que sí sabía era que los preciosos globitos le acompañaban. Las jefas estarían muy contentas al ver a los globitos en buen estado.
    Existe la posibilidad que Sagitas ya haya aparecido. Esperemos que fuera así —Comentó ella para romper el hielo. Quizás era su imaginación por estar concentrada, pero las preciosas criaturas parlantes mencionaron muy pocas palabras desde que salieron. —Ustedes estarán más cómodos en el departamento aunque no fue mala idea traerlo, yo creo que hubiera sido mejor bajo otras circunstancias —Hablaba la Indebida con los globitos mientras miraba la flor que tenía en su mano. A penas llegase al departamento se ocuparía en poner la orquídea en agua para que no perdiera su hermoso color rosa.
    Al fin habían llegado al elevador, luego de esquivar al mar de magos y brujas que tramitaban en diferentes departamentos. —Vamos, al fin están en casa —Dijo la castaña cruzando la puerta dorada de la tercera planta. Tuvo la sensación de que se había equivocado de departamento ya que no había nadie en el Hall. —Seguro están buscando a Sagitas —Informó su hipótesis a los globitos, sin dejar de sujetar su cordel. Sin embargo, había escuchado murmullos que provenían de la Sala de Reuniones.
    Podía distinguir la voz de Xell, preguntando acerca de los globitos de colores, aunque a penas entrar el grito de Amya había llegado a sus oídos. Más bien, era muy extraño que los gritos de la jefa no se escucharan desde la puerta de entrada, ya que tenía una voz melódica pero muy fuerte. —Buenos días —Saludó la castaña a los presentes en la sala. Estaba una señorita de cabello negro que era desconocida para ella ( Lisa), también estaba su compañero Matt, el fantasma de Jack, Xell, Amya, Perenela y Sean. No sabía si darle la información acerca de Sagitas en ese momento. — ¿Qué sucede con Zanka? —Preguntó haciendo referencia al grito de Amya.
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  8. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/ICON_08-KiraraS_zps5fa176be.gif

    ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    En la recepción (por irse) con Atria y Globitos (Atendidos por Carolina, Luz del Carmen y Danna)

    Había escuchado rumores acerca de la última vez que habían visto a la directora, pero todavía no sabía si aquellos eran verdaderos, por lo tanto no dudo en preguntarle a los globitos para más información acerca del asunto. No le gustaba, es decir odiaba ver como los globitos se comportaban de aquella manera. Porque estaba acostumbrada a verlos felices. Le dolió mucho ver al naranjita soltando una pequeña lágrima, se desesperaba más aún y ya no podía hacer otra cosa más que salir del sitio.
    Luego de unos minutos los globitos confirmaron el lugar que Sagitas fue vista por última vez que fue en un accidente ocurrido en la estación King's Cross. No era la primera vez que escuchaba el nombre del otro hospital “Santos Mangos”, pero si la directora no estaba en ningún hospital debían comunicárselo rápidamente a los demás empleados del departamento. “Protocolo de búsqueda” ¿Quería decir una búsqueda avanzada, pensaba Sherlyn mirando a Atria que hasta ese momento no mencionó ninguna palabra.
    La sanadora tenía intensión de calmar a los globitos mientras que a Sherlyn ya no le quedaban palabras en su garganta, estaba seca por sensación que le hacían sentir ellos. La Gryffindor nombró que Sagitas y otras dos amigas le salvaron la vida, pero no dio más detalles. —Creemos que estará bien —Mencionó Sherlyn para que las demás chicas no se pusieran más preocupadas de lo que ya estaban. Se notaba en sus rostros la preocupación que le daba el tema. —Me temo que esa es la única información que tenemos hasta ahora, señoritas —Respondió Sherlyn, mirando a los globitos y luego a su compañera para más información.
    Es bastante extraño que no se encuentre allí… pero dentro del departamento nos ocuparemos mejor —Comentó sonriendo a las tres mujeres que le ayudaron mucho en aquella misión. —Cualquier información se lo comunicaremos por carta —Volvió a decir, ya le bastaba que los globitos estuvieran de aquella manera ya no podía soportar el ambiente trágico que el ambiente ocupaba. —Disculpen, debemos regresar al departamento —Tenía la sensación que no era una simple misión, debía poner mucho allí, además tenía a los globitos en su responsabilidad.
    Le pedimos que cualquier información que tengan, no duden en avisarnos, por favor —Le dijo a Luz, Danna y Carolina mientras miraba a los bonitos globitos. —Es hora de regresar al departamento y divulgar nuestra nueva información —Les comentó a los globitos y a Atria. —Muchas gracias por su tiempo. Pronto nos veremos, señoritas. Adiós —Se despidió Sherlyn no sin antes volver. —Sabemos que no puede estar en un hospital muggle —Susurró bajito a los globitos para que no se desesperaran.
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  9. Hola, me gustaría unirme a la Legión Aldebarán porque me llama mucho la atención unirme al rol de la Torre Abaddon como guardián, así que también tras recomendaciones estoy acá. Tengo bastante tiempo libre, así que espero colaborar mucho xD Procuraré ser activa además de participar en cada actividad. Por otra parte también el rol de The Hunters me llama mucho la atención y me gustaría participar, así que espero ser bienvenida por acá y poder colaborar mucho.


    Saludos
  10. Felicitaciones a los nuevos encargados de la brigada! Por otra parte a mí me gustaría unirme para tener más conocimiento sobre duelo, aunque al igual que Helen no soy una experta pero aprendo fácilmente jajja (¿ Ok ya, con algo se aprende. Además mi personaje es hija de Aziid Delacour y de Vrael, así que esto viene de familia. Espero ser bienvenida acá como así también en otros lugares de la Orden del Fénix. También debo decir que tengo bastante tiempo libre para participar por acá, y uno de los miembros (para no dar nombres) Vrael, dijo que podría contribuir en Abaddon, así que acá estoy dispuesta a ayudar.


    Saludos
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  11. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/ICON_08-KiraraS_zps5fa176be.gif

    ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    En la recepción con Atria y Globitos (Atendidos por Carolina. Llegada de Luz del Carmen Gryffindor y Danna)

    Una vez que la recepcionista les atendió, Sherlyn procedió a dar los datos de la directora del departamento. Tenía la sensación que sue una mala idea llevar a los globitos, se estaban poniendo cada vez más nerviosos aunque no los estaba mirando directamente. Carolina pasó buscar en los archivos que en el hospital tenían guardados. Esperaba encontrar rápido a la directora o al menos tener una respuesta para ir a informar a los demás empleados.
    Mientras la joven recepcionista buscaba entre los archivos, ella decidió observar cualquier movimiento humano o decoración del lugar antes que prestar atención a los globitos. No podía verlos de aquella manera porque le contagiaban y desesperaban, ya estaba en claro que ni las palabras de ella podían calmarlos. —Si no está aquí la buscaremos por otro sitio —Comentó Sherlyn a los globitos, aunque de eso ya habían hablado instantes atrás. Para su suerte, Carolina habló rápido diciendo que en donde ella estaba buscando no había ningún dato reciente de Sagitas.
    Oh… —Exclamó Sherlyn decepcionada, había tenido la esperanza de que la directora se encontraba en aquel lugar, pero no era así. —Eso es lamentable —Volvió a decir mientras notaba la presencia de otra chica en el lugar, ella se llama Luz del Carmen Gryffindor, lo primero que recordó al decir su nombre fue el apellido de su madre. No conocía a la familia de su madre, ya que recién acababa de descubrir acerca de su pasado. —Buenos días, señoritas, o no tan buenos —Saludó la castaña mientras otra joven llamada Danna aparecía detrás de la sanadora.
    Se notaba que los globitos no pasaban desapercibido ya que ellas lo miraban con suma atención. —Muchas gracias por la ayuda, Carolina —Agradeció Sherlyn, aunque le hubiese agradado que la información fuera afirmativa. —A ustedes también muchas gracias por ofrecer su ayuda —Dijo a Danna y a Luz del Carmen que se encontraron bastante intrigadas por el tema de la desaparición de Sagitas. No hacía falta que le dijeran que conocían Sagitas ya que con solo mirar se daba cuenta.
    ¿Conocen a Sagitas? —Preguntó Sherlyn cuando ella mencionó que era una gran amiga suya. —Ella desapareció sin dejar rastro alguno y creímos que podría estar aquí —Relató ella con la información que tenía, creía que era lo justo y lo necesario; pero seguro los globitos tenían más información. —Globitos… ¿Ustedes saben dónde fue vista por última vez? —Preguntó a los globitos y dirigiéndose a ellos recordó que debían regresar al departamento tan pronto fuera posible.
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    ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks


    En la recepción con Atria y Globitos (Atendidos por Carolina)


    No podía seguir mirando a los globitos ya que al hacerlo sus nervios le contagiaban aunque debía hacer lo posible para que se calmasen. La recepcionista no tardó en aparecer. Era una joven bastante simpática de un largo cabello oscuro y ondulado, no había dudas que esa parte de su aspecto era el más envidiado de muchas, aunque su altura también contribuía. Pero dejando el tema aparte, pues no quería bajarse más la autoestima a sí misma, se apresuraría a preguntar por la directora.
    Sabía que los globitos llamarían la atención de cualquier persona, al conocerlos todos querían uno o al menos ella. Lo que esperaba era que Carolina no se quisiera quedar con uno de ellos, eran del departamento, o más bien Sherlyn los quería para ella. Los globitos tenían colores hermosos, pero eso no era lo que le tentaba a la castaña si no que, eran simpáticos, amigables y tenían mucho carisma.
    Le impresionó bastante cuando los globitos respondieron el saludo de la joven, pues ellos muy pocas veces hablaban a la vez o por lo que pudo reconocer comparando escenas anteriores. Ellos se comportaban extraños, la forma en la que se movían. No podía verlos más así, por eso debía preguntar rápido a Carolina acerca de Sagitas.
    Buenos días, Carolina, mi nombre es Sherlyn y ella es Atria —Saludó Sherlyn. —Pues como vez, trabajamos en el departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes —Mencionó mostrando la insignia donde decía claramente en donde trabajaba. —Nos gustaría saber si tiene algún registro reciente de la señorita Sagitas Potter Blue —Preguntó educadamente la castaña esperando que la Carolina diera al menos una afirmación. —Ella desapareció sin dejar algún paradero y esperamos con todo corazón que su respuesta sea afirmativa —Explicó ella, no había dudas que los globitos le habían contagiado y ahora se comportaba bastante alterada. Debía calmarse por esos suspiró esperando la respuesta de la recepcionista.
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    ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    Amya seguía exclamando en contra de los pequeños niños que se portaban mal en su presencia, pero al mencionar a sus cuidadores no dudó en pensar igual que ella ya que era su deber responsabilizarse con los pequeños niños. Aun así, esperaba terminar pronto con su trabajo, le incomodaba un poco estar rodeada de niños porque le recordaba a su pasado en el orfanato a pesar que ellos no eran tan inquietos como solían ser los pequeñines que se trepaban de Amya.
    Tenía la sensación que los niños tenían ese comportamiento ante la jefa porque ella se había presentado con un sombrero que llamaba muchísimo la atención o quizás ya la conocían, aún no lo sabía. Era muy compleja la inspección en ese lugar, pero debía acostumbrarse ya que ahora que era funcionaria tendría más trabajos como este. Los niños ponían más complicado la inspección ya que fueron los que desparramaban los juguetes de un lugar a otro e impedían que Amya le diera más instrucciones.
    Si bien, la pelota pequeña con alas era una especie muy rara de artículo. Quizás era un objeto muggle ya que solamente movía las alas y no volaba. Las cosas muggles podían confundirse con objetos mágicos pero tenía que tener muy bien en claro la diferencia de estos y este conocimiento le ayudaría a tareas como la que estaba cursando junto a la Reventora.
    Corre a los niños primero, Amya —Dijo la castaña percatándose que los niños estaban cada vez más cerca e impedían que ella pueda concentrarse para conjugar el hechizo. —Vamos, niños, vayan a jugar con la tia Amya ¿A las escondidas? —Preguntó Sherlyn mirando a su acompañante. —El que gane le daré un regalo —Mencionó ella aunque no sabía que regalo podría tratarse. Cuando el lugar se despejó se dirigió al objeto extraño.
    ¡Specialis Revelio! —Conjuró Sherlyn apuntando con su varita a la pelotita con alas que no dejaba de mover sus alas ni un segundo. Esta dio un saltito, dos hasta que pronto dejó de mover sus hermosas alas, quizás su hechizo había sido muy potente y le dejó secuela; aún no lo sabía. Giró hacia otro lugar en busca de otro objeto extraño, pero debía comprobar todos los juguetes y eso sería estresante. — ¿Qué hacen los objetos cuando son indebidos, Amya? —Preguntó con interés la Tonks mientras miraba que otro objeto era sospechoso.
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    ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks


    En la recepción con Atria y Globitos (Esperando ser atendidos)

    Le agradaba ver a los globitos libres a pesar que no era el lugar que ellos desearían, aun así faltaba muy poco para poder regresar al departamento a comunicar acerca de las posibles noticias que tenían sobre la directora. Desde que había llegado en ningún momento percibió la presencia de Jazmín, como bien había mencionado Atria, ella aún no había llegado; pero debían preguntar acerca de Sagitas lo más pronto sea posible.
    Pues, quizás Jazmín no ha encontrado el camino al hospital —Mencionó Sherlyn mientras se encaminaba a la recepción. Debía ir con regularidad ya que no quería presionar a los globitos a trasladarse rápidos porque ellos no podrían. —Seamos positivos, globitos —Exclamó la castaña al escuchar al amarillo que le recordaba que debían comunicar datos a los demás empleados.
    Estoy segura que ella está bien, rosita —Sherlyn hablaba con los globos mientras se daba cuenta que ya habían llegado a la recepción donde preguntarían sobre la directora de Accidentes. —Buenos días —Saludó Sherlyn en la ventanilla de la recepción, aunque todavía no había visto la imagen de nadie acercarse a atenderlos. —Pronto nos atenderán —Mencionó la castaña, dirigiéndose a los globitos regalándoles una sonrisa; lo que más quería en ese momento era que los globitos no se sintieran nerviosos por la situación. Si Sagitas se encontraba allí, pues mucho mejor pero si no, tenía miedo de no poder retener a los globitos.
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    Si bien, Xell había sido la primera en percatarse la presencia de Sherlyn en el lugar o aquello era lo que ella había imagino la chica ya que fue la primera en saludar. Le preocupaba un poco acerca saber que les harían a las chicas que estaban a cargo de la autoridad del departamento, aunque la rubia se veía muy segura de sus actos, así como también Matt. Sabía que no era Jack ya que no tenía el tono verdoso en su aspecto además de que no se animaría a jugarle una broma a su esposa.
    Unos instantes después de haberse presentado en la recepción percibió la presencia de Sean. Al parecer no era la única que había llegado minutos después de la hora precisa o quizás ellos se había adelantado de tiempo, pero aquello no importaba mucho ya que lo cubrió completamente sus pensamientos fue de “tatuar a alguna de las jefas o la directora”. Se escuchaba bastante inofensivo pero no sabía la reacción que podrían tener.
    De pronto la voz de una joven la sacó de sus pensamientos. Era una reportera del periódico llamada Miranda, era una joven educada y elegante por lo tanto agradecía que haya sido quien los hubiera atendido. Estaba a punto de saludar pero Matt se adelantó con las presentaciones. A Sherlyn no le molestó, si no que agradeció, puesto que era bastante tímida tratando con personas nuevas que acababa de conocer.
    De pronto entregó los formularios para rellenar, y así terminarían aquella propuesta que hicieron. No sabía de qué podía tratarse el anuncio que escribiría ya que se le pasaban muy pocas cosas por la cabeza en ese momento; aunque tenía la sensación que cada uno escogería a una jefa o la misma directora para hacerle una broma. Luego volvió a escuchar una conocida voz detrás de ella.
    Buenos días, Perenela —Saludó Sherlyn a la recién llegada que se mostraba un poco incomoda por haber llegado sobre la hora. —No hay problema, recién acaban de darnos los formularios —Mencionó Sherlyn, haciendo referencia a los pergaminos que tenían frente a ellos. — ¿Hay que elegir una jefa en especial para cada uno? —Preguntó para tener más información aunque su pregunta había sido mal formulada y de eso se arrepentia. —Es decir, que cada uno tiene que elegir a una jefa o a Sagitas para lo que ya saben —Volvió a hablar ella esperando que su pregunta fuera con coherencia.
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    Puerta de entrada (dirigiéndose a la recepción). Atria, globitos y Jazmín

    No había escuchado ninguna queja de los globitos a pesar que se pusieron bastante nerviosos luego de salir de la floristería. Era comprensible la inquietud que contenían ya que nunca antes habían salido a una misión ministerial, no que ella supiera. Se sentía bien al pensar que ellos tenían suma confianza hacia su persona y eso la empujaba a poder mantener más tranquilidad en el momento de sujetarlos del cordel, y esperanzaba con que tal vez en el hospital mágico podrían estar sueltos.
    Pretendía realizar una misión en aquel lugar que era preguntar acerca de la directora del departamento, Sagitas. Los miembros del departamento de la tercera planta estarían muy preocupados al no saber el paradero de la desaparecía, pero sabía que pronto regresaría. No quería imaginar lo molesta que estaría ella al regresar ya que vaya uno a saber en que lugar estaba escondida.
    Se encontraría en aquel lugar para reunirse junto a Jazmín y Atria, esperaba que ellas estuvieran allí. No era un trabajo muy difícil el que debían hacer, ya que solamente preguntaría por la directora. A pesar que la perspectiva de la búsqueda era simple, también podía tratarse de algo muy complejo a su parecer. Como lo fue su primera misión de indebidos sola, debía buscar objetos indebidos en una guardería de niños donde todo articulo podía ser sospechoso.
    Se podía sentir el aroma de las hojas de las flores que sin dudas era estupendo; no se arrepentía de haber escogido aquellas flores para regalarle a la directora del departamento. Con su mano izquierda sujetaba las flores y de la otra, que era en ese momento la más importante, sujetaba a los preciosos globitos. Había elegido aquella man para sostenerlos ya que era la que podía sostener más equilibrio.
    Era realmente hermoso y amplio el interior del hospital, estaba muy limpio y bien ordenado. Con aquella imagen se daba cuenta que el personal sabía cuidarlo bien y por eso era uno de los centros más conocidos del mundo mágico. Si bien, jamás en su vida había pisado el suelo de aquel establecimiento; a pesar de que hace unos meses obtuvo la información acerca de que su madre trabajaba allí.
    Apenas entrar observó a Atria que estaba sola; ella la esperaba con Jazmín, pero quizás había tenido inconvenientes para poder estar presente o podría aparecerse en cualquier momento. Se acercó hacia su compañera. —Buenos días, Atria —Saludó la castaña, un poco nerviosa al pensar que quizás habían demorado mucho.
    Siento mucho la tardanza, pero aquí estamos —Mencionó Sherlyn mientras se adentraba más al edificio esperando que Atria la siguiera. — ¿Podría soltar ya a los globitos? —Preguntó, estaban dentro del San Mungo y nos les pasaría nada.
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    La elfina pasó a mostrar las clases de flores que tenía en venta; eran hermosas y mantenía un color verdaderamente encantador. Le encantaban los colores claros porque le daba mucha tranquilidad en su interior, además que le recordaba mucho al globo de color rosa. Sin embargo había elegido un color al azar, sin darse cuenta de que podía haberse equivocado. Aunque… ¿A qué persona no podría gustarle aquel bonito color? A alguna que no tendría valoración por las cosas que ofrecía la vida.
    Los globos se llamaban según sus distintivos, eran totalmente agradables y cada minuto que pasaba con ellos tenía más entusiasmo de tener el suyo propio. Por un momento comenzó a dudar si sería necesario visitar el circo para comprar un globo como ellos, no sería lo mismo para nada aunque debía intentarlo. Mantenía su mano sobre el cordel que sostenía a los globos mientras los mantenía cada vez más abajo para que no se lastimaran con ningún objeto pulsante.
    Instantes después la hermosa elfa había llegado con muestras de los distintos tipos de orquídeas que ofrecía el negocio. Todas eran muy bonitas y famosas por el hermoso olor de naturaleza que dejaba sus pétalos. Ella jamás había menospreciado alguna flor, como así tampoco a ninguna criatura viviente, ya sea muggle o mágico. El lugar estaba reteniendo una variedad de aromas de las flores, era muy agradable aunque tal vez muy fuerte. Debía salir de allí lo más pronto posible ya que a los globitos podría hacerle mal.
    Todos son preciosos —Comentó la castaña ante el comentario del Rosita. Mientras se dispuso a observar la variedad de orquídeas que le mostraba Galadriel. Era una elfa bastante amable, le agradó bastante que ella hubiera sido la que le atendió, pues muchos vendedores tan solo le hubieran entregado cualquier especie de la planta.
    Es para Sagitas… —Respondió Sherlyn, estudiando con mucha atención los detalles que estas mantenía. —Me gusta más la segunda o ¿la tercera? —Se preguntaba, era posible que comprara las dos, pero sus manos no le alcanzaban para llevar otra más. —Me gusta más la segunda, pronto nos volveremos a encontrar por aquí —Repuso ella sonriendo a la elfina y, paso seguido se dedicó a sacar los galeones de su monedero. —Muchas gracias por su servicio —Agradeció Sherlyn a la pequeña vendedora.
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    El Ministerio de la Magia siempre era muy transitado y, más un día de semana. Había pasado por allí millones de veces, pero solo recorría la entrada al su respectivo departamento, de tal manera que le parecía bastante extraño visitar los distintos pisos que contenía el establecimiento. Aquel día saldría de su puesto de trabajo para encontrarse con sus compañeros del ámbito laboral en El Profeta. Estaba muy ansiosa por conocer el lugar, jamás se le había ocurrido visitarlo ya que aún no había tenido un propósito coherencia.
    La razón por la cual visitaban el lugar era para hacer una broma a las jefas, una pequeña, claro estaba. Sherlyn esperaba que sus compañeros no se sobrepasaran con lo que estaban realizando, pero cada uno tenía sus motivos e intenciones para cierto acto. Poner un anuncio en El Profeta, no estaría mal mientras que fuera inocente. Ella era nueva en el departamento por lo tanto no había tenido tiempo de buscar una buena justificación para hacer aquella queja, pero igualmente tenía voluntad de ayudar a ellos.
    Miró su reloj plateado, estaba llegando unos minutos sobre la hora indicada, deseaba que aquello no le impidiera cumplir con lo que quería realizar. De todos modos, le faltaba muy poco para llegar a su destino por lo tanto, no debía preocuparse por su hora de llegada. De repente recordó que su padre trabajaba en aquel lugar, es decir su padre adoptivo ya que aún no conocía al biológico, tampoco quería hacerlo. Le agradaría bastante ver a Aziid en el lugar porque en poco tiempo había demostrado ser una buena persona.

    Sin darse cuenta ya estaba cruzando la grandiosa puerta en pocos instantes. No había sido muy pesado el viaje hasta allí. El lugar le había sorprendió bastante ya que era amplio y estaba bien aseado. En la recepción pudo ver a Xell y a Matt que ya se habían adelantado del resto. Buen día, Xell, Matt... —Saludó la castaña observando a sus compañeros. Siento mucho la tardanza —Se disculpó meintras miraba a su alrededor, quizás, después de todo había llegado a tiempo.
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    Era un tema que lo estaba tomando con sumo cuidado para que ninguno de los globos terminase lastimado. Miró a su alrededor, había una diversidad de plantas con sus encantadoras flores decorando la habitación. Cada vez que miraba hacia un costado se quedaba asombrada, eran hermosas y tenía la sensación que algunas eran parlantes. Su memoria automáticamente recordó su primer día en departamento, cuando las margaritas estaban felices de darle la bienvenida a un nuevo miembro.
    Si los globos no eran felices en el departamento, estaba claro que se los llevaría a su casa para prestarle atención cuando lo necesitaban. Ellos eran criaturas maravillosas y merecían ser feliz, aunque conocía que en el departamento los querían mucho aunque en ciertas ocasiones no le prestaban mucha atención. Todavía no había tomado la decisión de ir al circo para comprarse un globo, pero si encontraba a Sagitas tal vez podría optar por uno gratis; pero ella seguía prefiriendo a los del departamento.
    ¿Ustedes tienen nombres? —Les preguntó con curiosidad. Jamás se le había ocurrido preguntar acerca de sus nombres, por lo tanto tenía mucha intriga. Todos los llamaban en plural “globitos”, pero necesitaban que los reconozcan a cada uno para no sentirse menospreciados, si no tenía ella les pondría apodos bonitos aunque primero se lo consultaría.
    Ellos estaban teniendo una conversación bastante activa desde arriba, pero no tan arriba ya que había bajado su cordel para moverlas hacia donde ella se dirigía. —Tengan mucho cuidado, globitos —Mencionó la castaña, aunque al tenerlos cerca podía caminar con más libertad. —Si ven que algo no anda bien avísenme que nos atenderán afuera —Prosiguió Sherlyn cuando una elfina se acercó a ella. Ella se llamaba Galadriel, era bastante bonita y le recordaba mucho a Blondie, su elfa. Su elfina solía ser muy sensible y se ofendía con cada cosa que decía.
    ¿Podríamos llevar orquídeas? —Preguntó Sherlyn, también podrían comprar más flores, de esa manera la directora estaría contenta. —Buenos días, Galadriel —Saludó después al percatarse que en realidad la elfina estaba ofreciéndole sus servicios. Las margaritas eran hermosas, ella quería comprarlas pero ya había de ellas en el departamento. —Me gustaría comprar orquídeas, Galadriel —Mencionó mientras seguía observando los hermosos colores de las flores. — ¿Tendría en rosa? —Preguntó aunque aún no había escuchado la opinión de los globitos.
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    Una vez fuera del Ministerio de la Magia siguieron el camino hacia el Callejon Diagon, y así encaminarse a la floristería que era el lugar donde junto a los globos compraría flores para la directora desaparecida. Obedeció la sugerencia de la Era una gran responsabilidad llevar a los globos de paseo, pues cualquier viento fuerte podría darle un destino bastante frustrante. No quería ni pensar en lo que sucedería si algo así llegara a pasar, pero eso no importaba en aquel momento. No debía pensar en cosas malas ya que más por su trabajo le preocupaban los inocentes globitos.
    A los globos les parecía agradar el exterior del departamento y eso era una buena señal. "¿Serían todos los globos con ellos?" No podría saberlo ya que ellos eran criaturas mágicas estupendas y no uno simples globos con los que podía hablar. Estaban llegando y tenía la sensación que tanto ella como los globos tendrían una buena visión acerca de la floristería, jamás había ingresado, pero sí visto de lejos. No era un lugar que pueda pasar desapercibido, puesto que su exterior estaba repleto de flores y, creía que el exterior también.
    Quizás para muchas personas era difícil distinguir cuales de los globos estaban hablando, pero con el poco tiempo que llevaba relacionándose con ellos había aprendido cada tono de memoria. No podía ocultar que el rosita era su favorito porque tenía un aura más emotiva aunque a la hora de comprender y ayudar, todos lo hacían. Mantuvo su mano firme para mantener bien cuidados a los globos. Podía imaginarse que la directora había utilizado una posición para que las aves no se acercaran a ellos, o podría ser que estaban hecho de un material para que nada punzante que esta vivo se acerque o era lo que ella prefería pensar.
    Deben comunicarme si no se sienten bien arriba —Sugirió la castaña pensando que lo mejor era ser atenta ante cualquier interrupción que le estuviera molestando a los pequeños globitos. —Si se sienten amenazados con algo o alguien en el departamento podrían decirme, si es que quieren dar una queja anónima —Sugirió Sherlyn pensando que era lo único que podía ser, prestarle atención aunque muchos también lo hacían. Desde esa posición no podía saber en que condición estaban ellos aunque si podía sentir su peso lo que aseguraba que ellos estaban bien. —Como decía, si no se sienten bien podríamos regresar al departamento, aunque ya estamos llegando —Volvió a decir al ver la tienda frente a ella.

    Era un lugar que estaba repleto de flores por fuera. El tono verdoso que se podía percibir sobre las flores eran brillantes, eso era una señal para pensar que estaban bien cuidadas. No había dudas que aunque la directora no estaba por ningún lado, mantenían estables las bonitas plantas. Tenía la sensación que las paredes estaban hechas de aquel material, pero podía tratarse de una ilusión óptica en el momento. —Llegamos, no me dejen sola ahora —Reprochó la castaña, era muy divertido estar en compañía de ellos. —Estamos muy cerca de terminar la misión, además de que sería estupendo encontrar a la directora con ayuda de ustedes —Prosiguió ella mientras miraba a su alrededor. — ¿Qué gustos de flores tiene Sagitas? —Les preguntó.
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    No tardo en escuchar una exclamación de parte de la reventora debido al descuido que uno de los niños del lugar provocó. Era inevitable reírse, pero debía mantener la responsabilidad para no caer en una tentación de risa. Solamente sonrió y vio como el niño seguía las instrucciones de la jefa y se iba a jugar con los demás niñitos. Eran inocentes ellos, una ternura personificada pero aun así, debían controlarlos para que no llegaran a ser rebeldes en un futuro.
    La castaña afirmó para que le relatara más acerca del famoso contenedor que le llamaba mucho la atención. Amya era jefa de reventores, en todo caso una jefa podía conocer más de los misterios del departamento que un nuevo empleado podría saber, pero para ahí estaba ella. Quería conocer nuevas manera de realizar el trabajo en el departamento para eso estaba allí y agradecía a Amya por suplantar a Cye. Si bien parecía que Amya quería moneditas extras para una mejor cirugía o eso creía. (?) Sonrió a Amya, pensando que la jefa se encontraba bien siendo natural.
    Jamás había escuchado acerca de un contenedor mágico, pero tendría en cuenta aquella información que anunció Amya. Sabía que debía mantenerse firma ante cualquier objeto ya que podía ser peligroso más allá que no fuera un objeto indebido, podía tratarse de una “transformación” de un objeto hechizado por los niños o algo con similitud. Se detuvo a mirar la decoración del lugar. Las autoridades del lugar hubieran procurado mantener el establecimiento vacío porque era realmente complejo trabajar así, con los niños corriendo y saltando.
    Podrías entretener a los niños mientras recoges —Sugirió la castaña, recordando que Amya era muy buena con ellos y podía tranquilizarlos haciendo uno de sus espectáculos que muchos niños temían o encantaban. Esperaba que ninguno de los niñitos se accidentara contra ella como había sucedido momentos atrás con la reventora. Seguía observando por los rincones en busca de algo que pudiese significar un “objeto indebido” como lo determinaba ella.
    ¡Oh! ¿Qué es eso Amya? —Preguntó la castaña al ver una pelota de beisbol con alas, como una snitch pero a aquello le faltaba parte de un ala. Era muy extraño a su parecer, pero antes de hacer algo que no debía prefirió llamar a la jefa para que le indicara lo que debía realizar en esas circunstancias. Tenía los guantes de piel de dragon puesto, así que no tenía problemas en agarrarlo.
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    Había salido del departamento unos segundos después de Atria. Estaba segura que ella la esperaría en el Hospital San Mungo ya que llegaría más temprano. Sherlyn con los globos se desviarían hacia la tienda de flores para regalarle a la querida directora si es que la encontraban. Ella esperaba que sí porque no le gustaba el desorden en el departamento por más que las hermosas jefas y Babila mantuvieran la calma del ambiente. “¿Qué flores podrían gustarle a Sagitas? “ No sabía porque se preguntaba ya que tenía allí a los globos que le señalarían todos los gustos de Sagitas.
    Sujetaba con fuerza la cuerda que tendían a todos los hermosos globitos que alegraban la misión y la hacían más interesante. La Gryffindor los tenía bien cuidados y se hacía responsable ante cualquier locura que pasase. No quería que les pasara nada a sus amiguitos, eran muy inocentes y simpáticos, tendría un completo remordimiento si esto llegaba a ser distinto. Suspiró, todo saldría bien y ellos lo sabían ya que por esa razón aceptaron ir con ella.
    ¿Se encuentran bien? —Preguntó Sherlyn una vez que llegaron al atrio. —Este es el atrio —Mencionó la castaña señalando el lugar para que ellos lo vieran con sus propios ojos. Sherlyn tampoco había estado en el lugar antes, por eso se sorprendió al ver una hermosa arquitectura en medio del lugar, también se podía ver a varias personas tirar monedas en la fuente; pero ella no creía en eso, además de que era muy arriesgo despistarse mientras sujetaba a los globitos.
    Siendo sincera yo tampoco he estado por acá mucho tiempo —Contó ella esperando que los globitos prestaran atención, estaba segura que lo harían puesto que a ellos le gustaban las historias ajenas. —Tengan en cuenta que yo podría llevármelos directamente a mi casa, pero no lo haré —Pensó ella en voz alta. No tenía que haber dicho ni una palabra ya que se volverían locos con tan solo pensarlo. —Pero no lo haré porque ustedes pertenecen al departamento, además de que debemos encontrar pronto a Sagitas —Agregó ella caminando con regularidad para que los globitos pudieran seguirle la corriendo.
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    Era un trabajo que parecía ser fácil, pero era todo lo contrario debido a que, un objeto indebido podría ser cualquier articulo o decoración tan así como aquel zapato rojo debajo de la ventana. No sabía si la jefa a cargo de la misión sabía con determinación lo que estaban buscando, si fuera así resultaría una tarea más simple. Escuchó con determinación a Amya y sus suposiciones le hicieron entender que no sabía lo que debían buscar, pero lo descubriría. Con ella tal vez sí, procuraba terminar a tiempo la investigación y así tomar un pequeño descanso.
    De pronto, Amya saltó con una hipótesis de lo que no quería que los niños del lugar hicieras. Al estar a esa edad los niños suelen comportarse de una manera extraña que ni ella podía explicar. Ella también había tenido varios momento extraños dentro de su infancia, que no había sido hace mucho ya que a penas estaba transitando su pre adultez y, no como Amya que había pasado tiempo de que curso esa edad. (?) Era una época que no podían volver atrás para cambiar algunas cosas, pero debía aceptarlo.
    Los niños parecían muy alocados cada vez que los veía, estaban experimentando mientras socializaban con sus amigos. Observó a uno mientras que su atención se captaba en otro. Agradecía no trabajar en el lugar ya que no tenía paciencia para cuidarlos. En ese momento entendía a su madre y las razones por la cual le había mandado al orfanato poco después de nacer. Sin embargo, sus asuntos personales ahora no importaban; debía realizar su trabajo correctamente y dedicarse a este.
    La señorita sacó la varita señalando hacia el objeto procurando que este fuera alguna pista con la que podrían sacar información acerca de la directora o eso era lo que ella creía. Aunque no, el zapato resultaba ser ni más ni menos que común y, no servía puesto que le faltaba el otro par. Frunció el ceñó, había escuchado con atención el hechizo que la joven jefa había conjurado anteriormente.
    Por supuesto Afirmó la castaña ante la pregunta de la jefa acerca de los guantes de piel de dragón que recordaba que Cye le había hecho comprar en la primera excursión que realizaron juntas. Había vivido buenas aventuras fuera y dentro del departamento.¿Contenedor provisional? Preguntó Sherlyn acerca de lo mencionado recién por la reventora. Tenía la esperanza de que le explicara lo que era era aquello.
    Esperemos que Sagitas regrese pronto Agregó después mientras de su cartera sacaba los guantes que en aquel momento estrenaría. Me gustaría saber sobre el contenedor provisional Pidió a Amya.
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  24. ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    El tema acerca de Krumito ya había terminado, ahora solamente debía seguir con sus actividades del departamento. Al llegar al Hall divisó a Atria y Jazmín que suponía que seguían estando en el lugar esperando que ella regresara para poder dirigirse al lugar indicado por Xell y Eled. En el lugar también se encontraban Jack y los chicos que anteriormente estaban en la dirección de Sagitas. Al parecer la chica llevaba ropa de la directora. Era casi imposible mantener el orden a las investigaciones que estaba realizando, pero solamente lo hacían para encontrar a la directora que andaba por algún lugar desconocido. Sentía la presencia de los globitos siguiéndola y eso le agradaba bastante.

    Aun así, todavía no podía sacarse de la cabeza el maltrato que ofrecían la pobre criatura que cuidaba la zona de desmemorizadores. Ella estaba segura que tan pronto llegase Sagitas le diría a la jefa que mandase a Krumito hacia otro lugar que no se sintiera amenazado aunque tampoco quería interponerse entre el ambiente del pulpo ya que solamente él diría lo que realmente le molestaba. Su preocupación había sido absoluta por esa razón no había podido responder a tiempo las preguntas que le hacían sus compañeras aunque las consideraba.

    Al parecer Xell había querido saber si lo que le anunció a Eled acerca de su empleado era cierto. Para ella sí, ya que no era casualidad que al momento que Eled ingresó este cambió su actitud por completo y la de Krumito también. "Y si lo había amanazado" No estaba segura pero aún así, eso se sabría pronto, ahora debía dirigirse a la florería y los globitos la acompañarían. —Iré a la florería y ustedes me acompañaran ¿De acuerdo? —Les preguntó mirando al rosa que era el más agradable.

    Solamente le hizo un gesto a Atria suponiendo que ella sabía lo que debía realizar; quizás la esperarían en el hospital. Luego escuchó la voz de Babila exclamando que tuviera un buen viaje. Anteriormente había exclamado que la directora había regresando y eso la esperanzó para seguir con su búsqueda. — ¿Ustedes vendrán conmigo, verdad? —Les preguntó nuevamente para asegurarse que ellos querían ir.

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  25. ● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks

    Sherlyn no fue la única que detuvo a la Eled sino también Babila que le había comunicado acerca del sillón de la directora, le confundía un poco la conversación. Si no recordaba mal, Perenela había entrado a la dirección a ducharse con Sean, pero apartados claro, o eso creía. El tema de Krumito le tenía algo preocupada, no sabía lo que podía llegar a sucederle ni tampoco qué podrían hacerle. Cuando la jefa intentó tranquilizar a la joven creyó que estaba alterando un poco la situación, ya que aún no los conocía y ni sabía cuales papeles interpretaban cotidianamente, quizás estaban locos.
    Había llamado con la mirada a los globitos para que sirvieran como testigos si Eled lo necesitaba. El tema ya estaba planteado gracias a ella y suponía que en ese momento se aclararía todo. A medida que estaban llegando al cuartel se podía escuchar murmullos de parte de ellos. “Quizás ya lo había matado y comido” pensó la castaña, aunque era bastante inútil crear hipótesis si aún no las había visto con sus propios ojos.
    Al llegar a su destino, divisó a grindylow en perfectas condiciones junto a Adrián que mantenía un aspecto tranquilo y más agradable. Tenía la sensación que lo sucedido hace unos instantes había sido solamente una ilusión de su parte, pero si lo fuera los globitos no estarían allí. Examinó con la mirada el interior del Cuartel que estaba de igual manera que se encontraba la última vez que lo había visto.
    Escuchó con atención la explicación que Adrián le daba a su jefa. ¿Y si no tenía razón y solamente quería librarse de las acusaciones? Se interrogaba, aun no sabía, pero ya había demostrado que tenía cambios de humor bastante bruscos y notorios. Quizás fue su culpa meter sus narices en donde no la llamen, pero no le gustaba cuando las personas maltrataban criaturas, ya que eran animales inofensivos. Observó nuevamente a Krumito para ver que expresión tenía él al respecto.
    Lo siento mucho, Eled, creí que en verdad Adrián mataría a Krumito, me alegro que no sea así —Se disculpó con la jefa por haberla llevado allí por un asunto que ahora le estaban haciendo saber que no valía la pena. Anteriormente había sentido una mirada fulminante de parte del desmemorizador aunque le incomodaba, decidió no prestarle atención y seguir con lo suyo, después de todo había llamado a Eled porque Krumito le sugirió.

    Eled había sacado un tema muy importante acerca de la desaparición de Sagitas. En ese momento recordó la investigación que debía realizar junto a sus compañeras del departamento. —Es verdad, debo irme de inmediato —Mencionó la castaña mirando a Krumito y luego a Adrián. —Hasta luego —Saludó saliendo detrás de la jefa. Aun así, se sentía culpable e incómoda por la imagen que había quedado de ella luego de tratar mal al desmemorizador, pero su orgullo impedía recitar disculpas, todavía no lograba quitar de su cabeza las amenazas hacia Krumito.
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