Sherlyn Stark
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks ● Guardiana
El cuerpo de la joven se estaba enfriando cada vez más. No hacia falta tocarla para darse cuenta que eso sucedía. Tenía la duda de que si estaba desmayada, con heridas graves, o simplemente muerta. Suponía que era lo ultimo puesto que la mujer no movía ni un musculo de su cuerpo para desatarse de aquel lugar. Varios minutos habían pasado hasta que decidió ponerse de pie para prepararse para revivirla.Se puso de pie acercándose al cuerpo de la mujer. Al llegar sacó su mano en medio de las rejas y apunto la varita sobre su pecho. «Episkey, Episkey» Pensó Sherlyn. Pronto las heridas de la mortífaga se curarían, y simplemente ella reviviría. Al menos así podría sacarle información acerca de su respectivo bando. Aunque hasta entonces no sabía si era neutral o pertenecía al bando contrario como la mayoría de los prisioneros.— Esto duele mucho. A ver si funciona —Mencionó la castaña recordando su experiencia en la prisión. Cerró sus ojos ubicándose nuevamente donde estaba antes: sentada sobre el suelo mirando lo que la prisionera tenía para decir. Acababa de revivir a la bruja, de tal manera que podía preguntarle lo que deseara para sacar información y así colaborar con los trabajos que había dentro de la prisión.— ¿Puedes escucharme? — Le preguntó a la mortífaga. De esa manera podría sacarle más información que estando muerta, dura y muda.
PD: Lo siento, Afrodita. Se me pasó pero, ya está. -
● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
Apartó su mano cuidadosamente del pelaje del lobo para que este no se molestara. La preciosa criatura era muy parecida a ella que tenía miedo de tratar con individuos desconocidos. Fenrir parecía agradarle el lugar, pero todavía debía acomodarse más para que se sienta cómodo. Suponía que era la primera vez que el lobito salía de su habitad ya que jamás lo había visto en su propia vida.— Entonces, aunque tuviera más de dos años parece cachorro todavía —Mencionó la castaña mirando nuevamente el color de la joven y serena mirada del lobo. Sus ojos era el causante del por qué se lo había confundido con un cachorro. Era una criatura realmente gigante que podía causar miedo a cualquier persona que se le acercara. No entendía lo que quería decir su jefe con especial, aunque de seguro consiguió el lobo cuando este ya era adulto. Tal vez una mejor pregunta sería preguntarle acerca de cómo lo consiguió ya que quería uno igual.Mientras escuchó las palabras de Matt observó que tenía razón. La decoración de la oficina estaba muy bonita. No había pasado las fiestas de fin de año en el departamento, por lo tanto debían esperar un poquito más para desarmarla. El lobito parecía gustarle el árbol navideño que habían traído con antelación o por arte de magia. Era bonito, y si a él le gustaba- ella no tenía otra cosa que argumentar.— De acuerdo, Matt. Al parecer hay mucho alboroto fuera de la oficina —Afirmó la castaña escuchando como la voz de Amya inundaba completamente el departamento. Reconoció inmediatamente su voz aunque se encontrará muy lejos, tal vez desde el Atrio o el elevador ministerial. Luego de alimentar a Fenrir iría a ver qué pasaba en el lugar. Tenía que ganar más confianza con él, si no se sentiría incómodo y se lo llevarían, eso era lo que no quería.— Toma, Fenrir —Le dijo acercándole una golosina para cachorros. ¿Golosinas para perros? Desde cuando existía aquello. Algunas tenían forma de patitas, de caritas de perros y otras simplemente eran de distintos tamaños. Agarró una patita pero no se atrevería a probarla, ¿o sí? Esperó a que su jefe se fuera de la oficina y dedicó a metiéndosela en la boca. Siempre era bueno conocer buenos sabores aunque aquella vez simplemente fue una mala experiencia. De pronto, comenzó a toser por su horrible sabor aunque supuso que la golosina ya estaba dentro de su proceso digestivo.— No fue buena idea, Fenrir. No volveré a robarte tu comida. Toma otra — Murmuró. Luego de que el lobito se cansara de comer sus golosinas se reuniría con los demás empleados. aunque no era buena idea recordando a las pulgas, las calabazas y el tatuador indecente que se atrevía a hablar mal del departamento. Se preguntaba qué estaría haciendo Xell para esquivar las bromas inventadas por ella.-
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks ● Guardiana
La oscuridad de la celda le impidió ver que la prisionera no estaba con viva. Ella se encontraba bajo el hechizo de incárcerus, el cual no podía mover los brazos, ni los pies con normalidad. Sentía el frío del suelo y la humedad de las paredes. No era agradable estar en ese lugar, pero ellos tampoco torturarían aprovechándose de la debilidad de los prisioneros ya que, lo veía como un acto de cobardía.— Parece que no me responderás —Mencionó la castaña dándose cuenta que la mujer estaba muerta. Lo peor era ver el cuerpo de una persona muerta, pero pronto la revivirían o al menos eso hacia el poder mágico. Detuvo su mirada sobre la mujer una vez más. Ella de nada serviría si no podía sacarle información en ese estado. Se puso de pie examinándole con suma precisión. Jamás conoció aquel rostro por eso podía creer que no le lastimaría saber quién era.— Creo que me quedaré un rato más —Murmuró ella sacudiendo su túnica. Se sentó una vez más sobre el suelo. Debía encontrar algo con que entretenerse mientras sus horas en el lugar transcurría, pero no sabía qué hacer para matar el tiempo. Agarró su varita con una una llevándola a un sitio donde la luz reflejaba. Era una pena que cuando fueran a rescatar a la chica no pudiese defender la prisión como lo deseaba debido a algunos asuntos que todavía tenía que solucionar.— Creo que estar en frente de una celda con una mujer muerta no es entretenido —Se dijo. Suponía que el fantasma de la mujer estaría en el lugar; pero no era como el de alguien que conocía, si no que invisible. Tal vez aún no estaba muerta del todo, pero proviniendo de personas de alto rango—podía esperarse todo. Debía acostumbrarse a esos aires y poder matar a una persona de bando distinto sin sentirse culpable. -
● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
Le había encantado el obsequio que tenían para ella. No se había imaginado que la administración del departamento era capaz de ser tan agradables. Sin embargo, ella todavía les debía algo, pero pondría lo mejor de sí para realizar su trabajo de la mejor manera aquel mes y el siguiente también. Nadie podía acabar con sus expectativas, no si ella se lo había propuesto anteriormente.Volvió a mirar a la preciosa criatura que tenía Matt en sus pies. No era para un cachorro como lo había creído. Se trataba de un lobo adulto lo que venía en su camino. Podía creer que era amable como lo había dicho su jefe anteriormente, pero debía conocerlo con más profundidad para estar segura que no le mordiera.— Es realmente precioso, Matt pero, no lo tocaré —Mencionó Sherlyn cuando sintió que la preciosa criatura rodeaba sus piernas. Su cuerpo se estremeció, aunque sabía que no le haría nada malo. Lo miró otra vez observando que sus ojos era de un profundo azul. Parecía amigable, pero no se arriesgaría. Tampoco podría llevarse a la criatura a su casa porque la iban a despedir si lo hacía, además de que era de su jefe. Preguntaría donde lo había conseguido cuando fuera el momento indicado.— Fenrir es un bonito nombre ¿Cuántos años tiene el Fenrir? —Preguntó animándose a tocar su suave pelaje, con eso comprobaba que lo cuidaban muy bien. Le agradaría su presencia en la oficina ahora que las margaritas habían desaparecido junto a su anterior jefa. Esperaba que Matt hiciera un buen trabajo como jefe, aunque tenía garantizado que lo haría muy bien. Observó su alrededor viendo como todo estaba decorado por los hechos navideños.— Creo que a estas fechas lo que conviene es desarmar la decoración —Preguntó Sherlyn examinando su alrededor donde el árbol navideño se hallaba estaba. Deseaba que la navidad durara más tiempo, pero al parecer no todo podía ser como ella quería. Debía aceptar que ya había terminado pero pronto volvería con mejores cosas por ofrecer. Con la perfección de las decoraciones pudo darse cuenta que fue todo utilizando la magia. Tal vez Babila se encargó de preparar todo.-
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks ● Guardiana
Los pasillos de la torre Abaddon se veían desolados luego del rescate que hicieron momentos atrás. Sherlyn había salido antes, por lo tan no había sido capaz de defender la prisión por su ausencia. Era algo que lamentable bastante, ya que le hubiera gustado mucho defender la prisión. La próxima le iría mejor o al menos eso era lo que ella quería. Con un intento era capaz de comprobar que podía hacer lo que deseaba.— Nuevos prisioneros —Murmuró al ver como una mujer aprisionaba a otras a unos metros de ella. Era su oportunidad para sacar información a algún integrante del bando contrario; pero esperaría a que su compañera de rango superior se dispusiera a ir. La máscara que utilizaba impedía que otros pudiesen descubrir su identidad. Sacudió su túnica esperando que el polvo se redujera. Había mucho viento aquel día, por lo tanto lo más probable es que se pegara la tierra.Sherlyn se acercó a la prisionera una vez que la mujer se retirase de la escena. Jamás había visto aquel retrato en su vida, pero decidió estudiarla con la mirada. Quizás la habían capturado luego de la redada hecha en una de las mansiones. Parecía mortífaga, aunque también podría tratarse de una bruja neutral. Una vez parada en frente de su celda se dedicó a sentarse sobre el suelo preparada para preguntarle cosas.— Así que… ¿Eres mortífaga? —Preguntó la castaña con curiosidad. Era una pregunta tal vez inocente, pero así comenzaría mientras pensaba en qué otra pregunta utilizar para que la prisionera sacara información acerca de su persona. — ¿Por qué haz decidido pertenecer a tu bando? —Preguntó creyendo que era una mejor pregunta que saber cuántos años tenía. Con tan solo mirarla reconocía que era una mujer joven. -
● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
Quería que aquella mortífera se fuera del lugar y se llevara a aquel gusano con ella. No soportaba ni un minuto más estar ahí. Sentía como la baba del bicho rodeaba su espalda haciendo que esta quedara pegajosa cuando su ropa se juntaba con su piel. La desesperación provenía de no poder mover sus pies y sus manos como lo hubiera deseado. Tampoco tenía su varita y las energías que le quedaban eran muy pocas, por lo tanto lo hacía aún más desesperante.Suspiró, queriendo salir rápidamente de aquel sitio tan espantoso donde se había metido. El sonido de la voz de la persona provocaba un gran dolor de cabeza, más de lo que ya tenía. Ella estaba segura que pronto le regalaría un vomito; pero no podía moverse. No creía poder realizar el impulso para que ciertas partículas salieran de su boca, así que prefirió guardarlas en su garganta, también para no estropear su ropa que ya estaba arruinada.— Eso jamás. No podría traicionar a mis propios ideales ni de broma —Respondió ante el comentario de aquella mortífaga. De pronto, escuchó la voz de otra mujer que acababa de llegar. Hablaba acerca de dar una bienvenida y eso no era una idea buena como lo hubiese deseado. Curvó sus labios, aunque intentase moverse no podía de ninguna manera. Aprovecharse como lo había hecho la primera mujer no hablaba mal de ellos; como lo era también atacar a una sola persona entre muchos.— Hazme lo que quieras. Nada podrá hacerme cambiar de padecer —Susurró la castaña al momento en que la voz de la primera mortífera diera la orden a la segunda para que torturara. Ya había pasado el momento suficiente en aquel lugar. Tenía esperanzas de que pronto pudiese salir de alguna manera, tal vez un milagro. Por más que su cuerpo estuviera debilitado sabía que no se trataba de una pesadilla ya que estaba más que despierta en ese momento. Escuchó una voz conocida la cual le había retumbado en su cabeza desde instantes atrás. Si algo es lo que faltaba era la presencia de la protectora de esa familia en la prisión. -
● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
No podía profundizar su sueño debido a los murmullos que se escuchaban por los pasillos. En ese instante anhelaba su hogar, estar con su familia y hubiera preferido pasar diez días seguidos rellenando formularios en el departamento. Apretó con fuerza sus ojos deseando que aquello acabase pronto. Comenzaba a hacer frío y esa era una de las razones por la cual odiaba estar ahí en aquel lugar.Sentía como algo viscoso recorría sus pies rodeando sus pies. Si era lo que creía no podía hacer más nada. No tenía la varita con ella, tampoco podía realizar alguna invocación sin ella además temía que el lugar estuviera protegido. Escuchó como la mortífaga decía unas palabras ante ella. ¿Reconocía su voz? No lo sabía todavía, porque a la vez podía ser causa del temor que sentía. Le dolía mucho su cabeza.— ¿Dónde estoy? —Preguntó a la voz femenina que se encontraba en el lugar. No sabía de donde había sacado sus fuerzas para formular aquella pregunta. Tampoco podía dormir en un lugar como aquel donde el temor se adueñaba de todo su ser. Tenía que comportarse de manera valiente y salir de aquellas manos mortíferas. La serpiente seguía arrastrándose sobre la celda. ¿Qué podías hacerle en esas circunstancias? Era injusto que jugaran con ella de tal manera.— Por favor, sólo déjame en paz —Dijo al sentir como una criatura extraña entraba por su ropa caminando por su espalda. Era realmente desagradable sentir como el bicho dejaba la baba sobre ella. Pretendía no regresar jamás a ese lugar tan horrible. -
● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
Miró por todas partes en busca de los globitos, pero lamentablemente no logró percatarse de ellos. Era algo que le desesperaba aunque prefería mantener la calma. Sabía que vería y hablaría pronto con los preciosos globitos tan amigables. No había visto a Babila quién la saludaba de una manera muy amigable, giró su vista ante él. Hubiese respondido el saludo al recepcionista pero los gritos de una joven que dejaba calabazas le sobresaltó.— ¿Han dicho pulgas? —Preguntó intrigada la castaña. Tal vez había sido muy mala idea pisar el departamento en aquellas fechas donde sabía lo que ocurriría. No habían medido las consecuencias con determinación, por lo tanto debían aguantar aquellas plagas de pulgas por varios días. No era nada que un repelente para insectos no podía solucionar. Observó su alrededor en busca de Xell que era la que había tenido la idea de aquellas pulgas. Tenía la esperanza de que la rubia hubiera comprado algún artefacto para repelar aquellos bichos.Justo en el momento que Babila le había dicho algo muy interesante un hombre habló gritando exageradamente. Le molestaba cuando alguien hablaba mal del departamento el cual le había cogido mucho cariño. Y más a los globitos tan encantadores, tal vez aquel hombre los había espantado con sus gritos de locura.— ¿Cómo has dicho, Babila? ¿Puedo llevarme a los globitos? —Sus ojos le brillaron. Hacía tiempo que quería escuchar esas palabras acerca de la tenencia de los globitos. Los quería para ella, ya se imaginaba como quedarían dentro de su habitación. Sabía que ella era capaz de cuidarlos con mucha dedicación. Aunque volviendo a la realidad, sabía que aquello no podía ser posible y que el secretario sólo se los dio porque estaba enfadado. Era tan cruda la realidad.— Por favor, Babila, dile a este hombre que mantenga la calma —Aunque ya era muy tarde cuando la Gryffindor le pidió. El tatuador había cerrado la puerta del despacho preparando para hacerle un bonito tatuaje a la directora. Aquello era parte de la broma que había publicado junto a sus compañeros. Que rápido pasaba el tiempo, no se esperaba que en esas semanas se encontrara con aquella serie de acontecimientos.— Buenos días, Sagitas —Saludó a la directora que parecía enfadada haciéndole un cuestionario a Babila el cual tuvo que responder todas con rapidez. Envidiaba la libertad con la que el recepcionista respondía las preguntas rápidamente. Si no le darían los globitos ya no tenía nada que hacer en el Hall. Se dirigió la Oficina de Indebidos donde sabía que encontraría a su nuevo jefe Matt. Este tal vez había comenzado las reformas de la oficina de antes de que llegara.— Hola, jefe ¿Jefe Matt o simplemente Matt? — Le preguntó observando que debajo del árbol había un regalo para ella. — ¿Aquello es para mí? —Sherlyn volvió a hacer una pregunta acerca del obsequio que estaba debajo del árbol. — Muchas gracias —Agradeció esta vez su vista se dirigió a él donde pudo ver como un cachorro se hallaba a sus pies. — Oh, ¿Cómo no lo habré visto antes? Es realmente precioso ¿Muerde? — Admiraba al hermoso cachorro desde lejos. — ¿Puedo llevármelo? —-
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks ● Guardiana
Había permanecido parada observando como la presa respondía las preguntas de su compañero (Hank) y mantenía una conversación con otro preso, que tal vez pertenecían al mismo bando. Eran prisioneros recientes, de tal manera que las ganas de hablar le sobraban. Sin más que decir el mago que hablaba con la mortífaga (Lisa) dio unos pasos hacia atrás. No habían sido muchas preguntas las que le había preguntado a la mujer, por lo tanto tenía la oportunidad de sacar más información.Antes de que pudiese realizar algún otro movimiento escuchó como la voz de una persona muy conocida llegaba a sus oídos. La había escuchado más de una vez, aunque tuvieran las identidades cubiertas conocía aquel tono de voz y la manera de hablar tan decidida. Era Aimé, la conocía porque fue su profesora en la academia, y recientemente había ejercido el cargo de directora. No siguió con determinación el discurso que había realizado Aimé, pero se detuvo a llamar a Hank haciendo insinuaciones a los presos.Decidió no meterse ante los comentarios de los presos mortífagos. Siempre era interesante ver como se defendían en sus discusiones. Miró a su padre que acababa de llegar en silencio a la escena. El otro prisionero intentaba darle la orden de apagar la luz. No sabía por qué a veces solían tomarse aquel lugar como una estadía en un hotel. Le desagradaba que hablaran de esa forma a algún compañero, y más si era su padre.— Por favor, un poco más de respeto en sus palabras no le vendría nada mal —Sugirió la castaña con palabras simples al prisionero (Kritzai). Aunque sabía que Aziid no se dejaría tratar de esa manera por un mortífero tan desagradecido. Lo miró una vez más descifrando de quién podía tratarse. Claro que lo conocía de vista, pero en ningún momento había tenido la oportunidad de hablar con este.— Debes esperar si quieres tomar algo. Pero te advierto que aquí sólo ofrecemos agua — -
● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
Sí tenía que contar una experiencia lamentable, era aquella. La situación se había escapado de sus límites, tanto así que había quedado prisionera en manos de mortíferos. Hubiera deseado correr más rápido en ese instante pero uno de los ataques dio justo en el blanco, o eso era lo que creía. Su cabeza le dolía intensamente, por lo tanto o recordaba bien lo sucedido la escena anterior.Depositó sus manos aferradas sobre la frialdad del húmedo suelo. Tenía presente que debía esperar unos días sea cual fuese el lugar. No podía quedarse allí muchos días puesto que tenía muchas cosas que realizar. En ese instante la imagen de su elfina apareció en su mente. Sherlyn se preguntaba si alguien la cuidaría; pero sabía que mientras estaba en alguna de sus casas nada malo le sucedería.No podía ver donde estaba debido a la venda que llevaba puesta sobre sus ojos. Sus sentidos estaban regresando con normalidad. Sentía como sus manos estaban amarradas, al igual que sus tobillos. Era algo desagradable permanecer de esa manera mucho tiempo. Quería levantarse hacer sus tareas cotidianas aunque sabía que aquello no podía ser posible aquel día.«¿A caso debía esperar mucho tiempo?»Pensó incomodándose por la venda que tenía puesta.Aunque tenía presente que sus compañeros la rescatarían. Se lo merecía debido a que ella misma se había buscado un lugar en aquel horrible sitio, y por no haber realizado su trabajo como debía. No sabía cómo librarse de esa situación tan inquietante que no le hacía nada bien a sus pensamientos. De esa manera no podía tener su conciencia tranquila. Comenzaba a marearse, tal vez otro sueño le calmaría sus pensamientos antes de que comenzara a odiar la vida entera. -
Jajaj. ¿Un acto de presencia? Creo que eso está bien, Brandon y no como Kirara que se le pasó pasarse por acá a agradecer este cargo. *-* Quiero que sepan que cuentan conmigo, espero hacer un buen trabajo junto a Aziid, mantendremos la torre activa y sí es necesario acosaremos a los demás para que se pasen /o/ jajaj Bueno, sí en otro caso se me hace imposible pasar lo diré por acá. Cualquier duda que tenga les pregunto.
Besitos
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
Aquellos días le esperaba mucho trabajo, lo sabía. En ese momento tenía un nuevo jefe, de tal manera que debía comportarse de la manera correspondiente como siempre solía hacer. Tampoco era que ella le temía al trabajo pesado. Era una etapa que ya venía sabiendo desde el primer momento en que terminó la academia y se dedicó a su trabajo ministerial como funcionaria. Al menos pensaba que sería entretenido ver como Matt hacia cambios en la Oficina.— A la tercera planta, por favor —Dijo claramente la castaña para que el ascensor se dedicara a llevarla al lugar indicado. Estaba con ansias de saber cómo se encontraban los globitos parlarlantes. Quizás ya se habían enterado de la buena noticia que tenían acerca de la directora. Sonrió esperanzada queriendo que los globitos fueran la primera criatura que divisara en el departamento. A penas hacia un día que no los veía y ya comenzaba a extrañarlos mucho.— ¿Otra vez a la tercera planta? No es la primera vez en el día. La anterior persona ha llevado una especie de cachorro, también han llevado pulgas, calabazas.. —dijo la voz del elevador. Ese comentario la había dejado incrédula pensando en qué s epodía tratar lo que estaba mencionando. Lo de pulgas y calabazas ya era sabido debido a la broma del día de los inocentes; pero ¿Lobos? Desde cuando Babila dejaba entrar a criaturas tan características.— ¿Ha dicho lobos? —Preguntó, pero el elevador paró. La puerta dorada seguía como siempre también el hermoso ambiente del departamento. Era realmente agradable pero su vista sólo fue en busca de unos objetos hermosos olvidándose completamente de lo que habían dicho anteriormente.— ¿Dónde están los globitos? — Preguntó mirando por todos los rincones del lugar en busca de la agradable presencia de sus amiguitos. — ¡Globitos! — Llamó esperando verlos pronto.
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks ● Guardiana
Su padre no respondió ante su pregunta. No era un buen lugar donde mantener una conversación entretenida con una persona ya que su objetivo era cuidar que ningún mortífero se escapara además de las indicaciones que su hermano había dicho anteriormente. A partir de ese instante le comenzaba a molestar la máscara que llevaba aunque debía acostumbrarse a ella si no quería terminar con su identidad descubierta.
— Emm.. ¿Qué esperamos? —
Se dio la vuelta mirando hacia sus compañeros que instantes atrás estaban en ese mismo lugar, o era o que suponía. La diminuta luz que entraba se hacía cada vez más pequeña impidiendo ver los rostros con cierta claridad. Lo mejor sería separarse en grupos como en primera ocasión habían propuesto. No tenía la respuesta de Rose todavía, tal vez quería realizar sola el trabajo de guardiana; pero no la culparía.
— Iré a dar una vuelta. La torre no se cuidará sola —
Mencionó caminando del lado contrario que su padre. En el camino por los húmedos pasillos del lugar se encontró con una voz muy conocida que le traía algunos recuerdos en su mente. Siguió caminando hasta divisar a Hank en el sitio. Recordó lo que su compañero había nombrado anteriormente que era sacar información a los prisioneros y era justamente lo que el Hank estaba haciendo. No sabía si interrumpir o no, pero era extraño ver a la jefa de seguridad en un lugar como aquel.
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http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/ICON_08-KiraraS_zps5fa176be.gif
● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
La tercera vez en la que cruzaba la puerta del Atrio. En esta ocasión para regresar a sus actividades ministeriales normales luego de la búsqueda de su directora, la cual merecía un buen descanso luego de lo sucedido; pero sabía que a partir de ese momento tendría más trabajos de los cuales ocuparse. Detuvo su vista sobre la fuente en la que en el viaje de ida había tirado una moneda. La suerte estaría frente a ella lo sabía muy bien.— No son más que tonterías —Murmuró a sí misma. Ningún compañero de su departamento se encontraba en ese lugar, por lo tanto se sentía libre para comentar las cosas que se ocurría. La búsqueda había sido una buena experiencia, pero no le gustaría volver a vivirla después de la incumbencia de la vida de su directora. Suspiró pensando en cómo estarían los globitos después de la noticia acerca de su dueña. Sagitas tenía mucha suerte de haber encontrado globitos parlanchines como aquellos, que además eran muy buena compañía.— Eledh ¿Qué sucede? —Preguntó a la jefa de desmemorizadores la cual la había visto junto a uno de los guardias, o eso parecía según el tipo de vestimenta que llevaba. El paquete le había hecho suponer que se trataba de la inofensiva broma planeada meses atrás. Prefirió mantener distancia del paquete debido a que le desagradaba las pulgas que creía que tendría. Era un poco tarde ya que la rubia dio la vuelta dirigiéndose al departamento. Ella no espero a hacer lo mismo entrándose al ministerio en camino a la tercera planta.-
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
London Immaculate Hat of Apostol MauritusSí en algún momento se había sentido incomoda, era esa vez claramente. No podía sentirse más fuera de lugar. El anuncio de que Sagitas estuviese viva le había caído bien, debido a que se la había pasado semanas buscándola desde su desaparición. Esperaba que lo tuviera en cuenta. En un momento Xell parecía nerviosa agrediendo a uno de los muggles. Ella suponía que debía ser por el sentimiento que le provocaba que llevasen a su madre al hospital y le alagasen nuevamente.
Escuchó a Eledh con atención cuando habló acerca de lo merecido que tenía aquel muggle por llevar a Sagitas a aquel lugar tan horrible. A Sherlyn, jamás le habían agradado los hospitales muggles, traían malos recuerdos de los cuales no quería que ninguno se volviera a cruzar por su mente. Los dos policías muggles cantaron lo supuesto diciendo que vendían los órganos de personas vivas.Una vez más su jefe utilizando la placa hechizada hizo que los muggles mantuvieran la calma. De pronto la mayoría de sus compañeros se dedicaron a salir del hospital. Ella prefería no seguir pisando ni un pie en aquel lugar tan desagradable.— Será mejor encontrarnos por el departamento —Saludó a Nela y a Sean que suponía que todavía se hallaban también en el hospital junto a ella.-
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Hola, Eriol. Espero que este post no moleste a la encargada de este topic (Athe Bonis *-*), pero he visto que en los anteriores mensajes del topic un usuario, que no estaba registrado aquí, entregar un pedido. Aunque vuelvo a repetir lamento no haber preguntado con antelación, pero la temática de la firma de Eriol realmente me encantó. Espero que le guste ^^ Si no avisas a los encargados para que Kirara no vuelva a entrometerse (?)
http://i55.servimg.com/u/f55/16/95/91/12/eriol_10.png
http://i55.servimg.com/u/f55/16/95/91/12/eriol_10.png
Notas: Bien, cumplí con las medidas como lo indicabas, también el color de los textos, pero le agregué bordes alrededor (espero no haberme pasado la mano). u.u También el tipo de fuentes si no te gusta podrías pedirme así lo cambio. Pero hasta ahora sólo eso, Eriol.
Paso a mencionarte: @@Eriol Evans
Saludos-
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
El calidez de la habitación no se comparaba con nada. Tal vez era porque estaba cerca de la chimenea de la Sala Común, pero resultaba totalmente agradable quedarse allí leyendo un buen libro. La mayoría de sus compañeras habían salido de vacaciones en aquel pequeño reseso académico, por lo tanto podía disfrutar de un buen libro sin que ninguna otra persona le interrumpiera su lectura.Esa tarde estaba planeando dirigirse a la biblioteca para leer acerca de criaturas mágicas. Le interesaba saber sobre ellas ya que al adquirir más información podía estar alerta ante cualquier ataque imprevisto. Así como también le agradaban las criaturas le encantaban las mascotas. Ella jamás había tenido la oportunidad de criar a una debido al poco tiempo que tenía dentro para cuidarla.Las escaleras parecían estar normalizadas o ¿Era que ya se había acostumbrado a ellas? La afirmación de aquella pregunta podría llegar imposible. A pesar que llevaba años transcurriendo hacia la Torre Oeste le era imposible dominar bien aquellos escalones. Ella creía que visitar alguna aula abandonada podría ser interesante. Después de todo, jamás solía romper alguna norma del reglamento. Tampoco sabía si era aquello un incumplimiento.Se adentró a una de ellas. Como era de imaginarse se hallaba repleta de polvo sobre los decorativos. Quizás el celador se había tomado muy en serio al decir que el lugar estaba abandonado. Detrás, podía oír como la puerta se cerraba echando un crujido. Era una escena realmente terrorífica ya que se encontraba en un lugar realmente desconocido. A unos pocos metros podía ver una gran estatua estaba cubierta de una manta blanca reluciente. Suponía que aquello estaba trasladado recientemente debido a la poca cantidad de polvo que llevaba.Caminó hacia el objeto y corrió la manta para verificar de qué podía tratarse. Al principio pudo ver sus bordes cubiertos o pintados de oro. Tal vez podría tratarse de un retrato de algún antepasado en la historia de Hogwarts. Sus hipótesis fueron negativas. Lo que menos imaginaba era encontrar un espejo dentro de un aula abandonada. Dejó caer la amplia manta al suelo.Subió su vista lentamente hacia su reflejo, de esa manera podía notar cómo fue vestida aquella noche. No se había dedicado a vestirse bien precisamente aquel día; pero no importaba. Algo en medio del espejo le hizo sobresaltar. El espejo reflejaba una serie de animales alrededor de ella, mientras que a su lado había una bolsa de provisiones para ellos. Inmediatamente supo de qué se trataba. “El espejo de Oesed” Había leído un argumento acerca del objeto.— Yo los cuidaría muy bien —Murmuró. Tal vez visitar aquel sitio no fue de buena idea debido a que le entristeció no poder hacer aquel profundo deseo realidad. Sus labores le consumían mucho tiempo; pero sabía que en algún momento de su vida aquel sueño podría hacerse realidad.-
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
Los pasillos de Hogwarts siempre habían sido húmedos, de la manera en que el cabello podría humedecerse y enrularse. Sherlyn odiaba que aquello sucediera, pero también tenía otros propósitos en mente. Aclaró su garganta. Hace unos meses que venía teniendo tos a causa de un resfriado que había durado días. Era imposible no caer ante la gripe en pleno invierno. Cruzó sus brazos apretándolo para que el aire fresco no rosara su piel.Las escenas del libro que aquella noche había terminado de leer, se le venían a la cabeza. No era nada extraño que aquello sucediera, puesto que el receso invernal influía para que realizara sus actividades preferidas. Oía como sus pasos sonaban a la vez que se acercaba más al pasillo del segundo piso. No era por nada en particular que aquel día se dirigiese hacia allí. Sólo quería disfrutar del Hogwarts sin que ningún otro mago le interrumpiese.La imagen de un muchacho apareció sobre el paisaje del oscuro lugar, justo en el momento que ella estaba acercándose al baño donde Myrtle la llorona solía estar. Era muy extraño que él se decidiera cruzar la entrada del baño adentrándose cada vez más. Lo que le intrigaba es saber qué propósito tendría él para entrar a aquel lugar. Suponía que se asustaría al ver al fantasma de Myrtle.— ¡Oiga, aquel baño… solo entran chicas o mejor dicho nadie! —Corrió hacia el baño, pero ya era muy tarde, él ya no estaba. Se sobresaltó al ver como uno de los lavados del baño estaba abierto de en par. Lo primero que suponía era que el joven pudiese haberse introducido por aquel pozo sin fondo del suelo. El suelo del baño se encontraba repleto de agua de la cual no pudo tomar precauciones y cayó sobre el lugar que proponía una mala caída No había sido su intensión seguir a aquella persona, pero comenzaba a interesarle lo que había dentro.Apretó su varita con fuerza sobre su túnica sacándola en el momento que el color negro de la oscuridad se apoderó de la situación. «Lumus » Pensó la Sherlyn, segundos después de la punta de la varita apareció una luz resplandeciente que iluminaba un tercio de la sala. Las paredes eran aún más húmedas que las del castillo, casi no podía aguantar el olor desagradable que había allí. Sin embargo, sabía que no se trataba de una simple alcantarilla. Había escuchado rumores sobre una Cámara Secreta escondida por algún rincón del Castillo; pero jamás imagino que podría ser cierto.— Oye ¿Todavía sigues aquí? —Preguntó la Gryffindor; pero esta ya había desaparecido. No quería quedarse sola en aquel lugar oscuro mientras que ni siquiera sabía si el otro alumno regresaría al lugar. Una especie de escudo con una serpiente encima había rodado haciendo que el pasadizo se abriese en par. No fue ella quien lo había hecho girar, sino más bien la otra persona que había entrado anteriormente.— No me persigas. Quédate aquí — Pidió el desconocido sin mirar hacia atrás. Ella no se quedaría en aquel oscuro lugar, lo perseguiría, tal vez él supiera la forma de salir. Se arrepentía de haberlo seguido hasta el baño aunque no fue su intensión caer sobre el agujero.-
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
El aire puro de los jardines del castillo daba mucho ánimo de recorrer. Se había dispuesto a encaminarse al Bosque Prohibido para conocer más acerca de las Criaturas Mágicas que rodeaban la zona. Le encantaba el aire libre y, más si era para mantener una lectura o simplemente investigar su alrededor. Miró hacia el bosque donde el silencio dejaba oír como las ramas de los arboles crujían.El cielo se encontraba completamente nublado con precipitaciones de lluvia. Era un día ideal para estar en la Sala Común disfrutando de un buen libro enfrente de la chimenea, pero en sus últimos días en Hogwarts quería realizar lo que nunca antes se animó. Pronto del cielo comenzó a caer pequeños destellos de nieve. Debía imaginarlo, en plenas épocas navideñas era lo mínimo que podía haber.Observó la Cabaña de Hagrid. Hacía tiempo que no visitaba a su amigo tan amigable quien compartía su pasión con las Criaturas Mágicas. Ella no tenía muchos galeones para comprarse alguna criatura como Hagrid solía tener. Sherlyn optaba por criar a una hermosa elfina domestica la cual compartía muchos momentos grandiosos. Ella no era su ama, sino más bien su acompañante. Permitía que su elfina pueda hacer lo que le guste sin restricciones; sin dejar de cuidarla.El agua nieve comenzaba a ser cada vez más intenso impidiendo y el viento le impedía moverse con normalidad. No tardó varios minutos hasta llegar al extremo de la cabaña. Estaba cubriéndose con su túnica para que el viento no le rosase su piel ya que de lo contrario sería una sensación desagradable. Tocó la puerta de la cabaña esperando que Hagrid no tardase en abrir.— ¡Hagrid! Déjame quedarme aquí hasta que pase la nieve — Pidió al semi-gigante que estaba en entre sueño.— ¡Emm… pasa, pasa! —Permitió haciendo un paso hacia atrás y dejarle entrar.El ambiente era agradable gracias a las llamas de la chimenea. Volvió a mirar a Hagrid mirando hacia su alrededor en busca de las criaturas que el cuidaba. Lamentablemente, esa vez no se encontraba ninguna mascota allí, pero aprovecharía en pedirle consejos de cómo cuidar a su elfina doméstica.— Tengo una elfina Registrada en el ministerio —Comenzó a contar Sherlyn sentándose encima de una de las sillas de la cabaña. — Ella se llama Blondie, la he encontrado hace un par de meses. Su antiguo dueño le había dejado sola abandonada sobre un Callejón en el mundo mágico —Contaba la castaña mientras Hagrid le servía una taza de té que ya tenía preparada con antelación.— Hay que saber muy bien cómo cuidar a los elfos, podrían escaparse y perderse. Te recomiendo que la dejes sólo en un único lugar —Recomendó Hagrid. La Gryffindor metió su mano sobre su túnica buscando algo que podría hacerle de mucha ayuda en la presentación de su elfina. Una foto de ella o más bien su retrato hecho por un artista callejero. Muy pocas veces veía que magos se dedicaran a dibujar para conseguir dinero, aunque suponía que este lo hacía por diversión.— Pues… Sí. A mi Blondie le gusta quedarse en la Hacienda Tonks conviviendo con los demás elfos del hogar. Ella suele enojarse mucho conmigo por no compartir momentos con ella debido a los deberes de Hogwarts —Contaba mientras estiraba su mano para entregarle la foto de su joven elfina. —Hasta ahora solamente tengo aquella linda elfina. Aunque me gustaría contarte que también he adquirido el conocimiento de Criaturas Mágicas —Mencionó mientras sentía que la nieve paraba de caer y el cielo se despejaba. Sin darse cuenta habían pasado varios minutos.— Es hora de irme. Pronto vendré a visitarte y contar acerca de nuevas criaturas —Saludó a Hagrid y decidió salir de la cabaña para regresar el castillo Hogwarts.-
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«Perfeccionar mi patronus, sí, aquello era lo que debía hacer» Pensaba la castaña mientras caminaba por los fríos pasillo del Hogwarts.
En aquellas fechas navideñas los únicos compañeros de casa que quedaban eran varios de último curso quienes se pasaban ocupados con su futuro próximo. Era realmente aburrida su estadía allí en vacaciones de invierno, pero por otra parte resultaban hermosas. Los decorativos navideños rodeaban los pasillos del castillo, así como también la tranquilidad. De esa manera podía tener más privacidad al momento de realizar acciones que antes no se animaba.
— ¿Hay alguien aquí? —
Para su suerte, el aula de Defensas Contra las Artes Oscuras estaba abierta y exponía su interior ante cualquier alumno que deseaba entrar. No era la primera vez que cruzaba la entrada de aquel lugar. Recordaba cuando era pequeña, que recién había comenzado a aprender lo básico de los conocimientos mágicos. El aula estaba totalmente vacía sin ninguna otra persona que pudiese ser testigo de lo que estaba por hacer.
— Esta muy oscuro —
Se acomodó su túnica. No sabía si estaba bien practicar su patronus sin el permiso de algún profesor; pero eran sus últimos años en el colegio y necesita incumplir al menos una regla. No le gustaba que le llamasen la atención, pero realizar su patronus mientras estaba a solas era algo que siempre le había encantado poder hacer. Miró el interior de la habitación vacía con algunos muebles de madera.
Se posó enfrente del ropero grande dónde próximamente aparecería su boggart. Cerró sus ojos lentamente. Temía las arañas, las detestaba con toda su alma; pero ellas eran sólo un mínimo temor. Detestaba más aquellas personas que hicieron imposible su infancia. Su pasado ya había terminado pero las cicatrices quedaban. Ya era una persona adulta, tenía que enfrentar sus problemas correctamente.
Abrió sus ojos preparada para enfrentarse aquel hombre quién había arruinado cada momento de su pasado; pero gracias a él había tenido un lugar donde quedarse aunque no en las condiciones que hubiese preferido. «Vamos, Sherlyn. Ya eres grande, debes enfrentar esto» Pensaba una y otra vez en su cabeza temiendo en lo que él podría llegar a hacer. De pronto, se imaginó la Mansión Gryffindor; peor no estaba con su madre sino con su elfina, la cual le había dado mucha compañía esos años.
— ¡Expecto Patronum! —
Exclamó ella ante la figura del hombre quién había desaparecido en el primer intento.Un cachorro leopardo apareció de la punta de su varita. «Bien, muy bien. En el primer acto» Se animó a sí misma. No había técnicas, posiciones, ni arreglos para derrocar un patronus. Era preferible tener el valor requerido para librarse de cualquier figura que apareciera enfrente.-
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
Detuvo su paso ante la puerta de madera que se posaba delante de ella. Pensaba en que al cruzar la entrada se encontraría con la Clase de Encantamientos. Estaba muy ansiosa por participar de la clase y conocer más sobre los encantamientos que rodeaban el mundo mágico. No era mala idea ser parte de la clase, pero debía enfrentar con las miradas de otras personas al llegar sobre la hora.— Buenos días —Saludó la castaña al entrar y dirigiéndose hacia uno de los primeros asientos. Esperaba no interrumpir, pero justamente cuando ella llegó, el profesor estaba hablando acerca de las varitas y las distintas clases que tenían de ellas. Le llamó mucho la atención la varita de Franko Loovegod que tenía una medida larga a comparación con algunas otras. Pero “la varita escogía al mago” quizás aquella varita fuera la justa para él.Todos los alumnos estaban con su varita en la mano. En ese instante recordaba cuando la compró en la tienda de Ollivander´s. Aquella varita iba muy bien con ella. Sabía cómo contralarla en momentos complicados. Las varitas eran como piezas de un rompecabezas, siempre se adherían correctamente a una persona. Jamás había escuchado que ninguna varita haya escogido a alguien.— Siento mucho haber interrumpido —Se disculpó mientras se ponía de pie y sacaba su varita de la túnica. La suya era realmente preciosa y muy especial para ella. Su medida era la justa y necesaria para realizar algún hechizo correctamente. También se contemplaba de la misma manera que recitaban sus pensamientos. Sabía dominarla correctamente, era algo que muy pocas personas era capaz de hacer.— ¡Emm… Esta es mi varita! Su núcleo de pelo de unicornio, madera de cerezo, veintisiete centímetros —Presentó la castaña ubicándola encima de la mesa y agarrándola para que los demás participantes pudiesen ser testigos de la hermosa belleza que tenía su varita. Para ella era un objeto muy especial con la cual vivió muchos momentos encantadores, pero no quería dar más detalles sobre sus pensamientos en público. Ella prefería guardarse los detalles, así como también se guardaba su pasado.— Si bien, la he comprado en la tienda Ollivander´s hace unos años. Es un objeto muy importante para mi. Me ayudó mucho en las clases de la academia puesto que me adapte perfectamente a ella. Es muy buena para transformaciones y encantamientos, esa informacion pude sacar teniendo buenas experiencias vividas juntos a ella a lo largo de mi vida hasta aquí —Contó la Gryffindor. Su argumento había sido muy resumido, pero prefería no sonar sentimental, después de todo seguiría viviendo más aventuras con aquel objeto tan especial. Fue el primer artícu.lo mágico que había tenido luego de descubrir que era una bruja. Fue como una puerta a una nueva realidad mágica.-
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● Sherlyn “Kirara” Gryffindor Tonks
Comenzando un poco sobre su pasado:
Ella jamás conoció sus padres, ni tampoco la historia principal de su vida, y pocos datos pudieron encontrar sobre su pasado. Desde pequeña fue criada en un orfanato en el ámbito muggle, desconociendo totalmente la sociedad mágica.Asistió a un colegio muggle, sus primeros años fueron regulares, debido a que ocultaba completamente su vida privada, en ese entonces, tenía su círculo de amistad totalmente completo, y sus calificaciones eran altas. Los años fueron pasando y su secreto fue revelado, convirtiéndose en un fuerte rumor, y así siendo prejuzgada. En poco tiempo sus amistades se fueron disminuyendo, solamente quedaban vínculos frágiles con el resto de sus compañeros, en ese instante, descubrió en vida propia como la gente cambiaba y daba la espalda cuando uno más necesitaba.Por otra parte, la ansiedad de descifrar su incógnito pasado se hacía más frecuente cada año. Sin embargo, le apenaba que los únicos registros que la autoridad del establecimiento pudo sacar fuera su nombre, y su fecha de nacimiento, entre otros datos sin mucha importancia. “No podía seguir de aquella manera”. Creía ella, quería saber más a fondo sobre aquel pasado que tanto le incomodaba. La inquietud invadía totalmente cada parte de su ser, eso fue lo que la empujo a dar un paso hacia adelante, e idear un plan para sacar más información.
Su vida mágica resultó ser maravillosa. Al poco tiempo de terminar la academia ascendió a empleada en el departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes mientras que conoció a su verdadera madre perteneciente a la familia Gryffindor. Antes de conocer estos datos había sido adoptada por un hombre quien le primó para que la Hacienda Tonks fuera uno de sus lugares favoritos. Ella comparte muchos momentos con su elfina Blondie y la prefiere como acompañante.
Su personalidad:Aunque para ella es la dulzura y la ternura personificada. Una bella persona, con un corazón enorme, el cual no llega a caberle en el pecho. Literalmente, carente de cualquier sentimiento malvado. Ella no tiene maldad, ni brotes psicóticos. Siempre intenta hacer todo lo que está en sus manos por cualquier ser humano, ya sea malo o bueno. Es bastante empática con las personas, y por eso se le da bien lidiar hasta con los más hostiles. Sabe cómo tiene que actuar en todo momento, y si se equivoca no duda en pedir perdón.El poco orgullo que deba tener en su interior, se lo traga la humildad enseguida. Y es que prefiere hablar las cosas, y pedir disculpas, a encararse con nadie para luego llevarse un buen disgusto y estar horas arrepintiéndose de lo que haya podido hacer o decir. Chica alegre, pero introvertida.Tímida y observadora. No le gusta será el centro de atención. Es el miedo lo que hace que Sherlyn se acobarde ante muchas cosas. Miradas hostiles, palabras hirientes, tonos de voz gélidos. Es de esas personas que si las miras fijamente y mal, no duda en dar un paso hacia atrás. Tal vez, hasta se ponga a correr para escapar de ahí. Siempre fue bastante nerviosa, pero interiormente. Cara al público es una adolescente sumisa y muy tranquila. La calma suele seguirla a todos lados. Pero por dentro, es un manojo de nervios. Y eso hace que le de muchas vueltas a las cosas. Formándose su propia película así por que sí. Aunque luego no tenga nada que ver con la realidad. Exacto, es joven y soñadora. Ya sea despierta o dormida. Es una soñadora nata.-
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¡Hey! estas loca, Maylis para que allá una categoría de vagosos, yo votaría por unos cuantos /o/ xD Pero bueno, ahora justamente en este topic de los más queridos pondré el nombre de los usuarios que se han ganado mi cariño durante estos seis meses que estoy en el foro.
- - Rose V.Walker -
- - Keira Katina -
Saludos /o/
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¡Hola! ¿Qué tal? Bueno, casi que me olvido votar por acá jaja pero bueno, alguien a quien quiera... es muy dificil porque quiero mucho a la persona que creo este topic, así como también quiero a otras, pero bueno, no me alargaré tanto simplemente pondré los nombre:
- - Madeleine Stark -
- - Hank -
Saludos /o/
Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes
en Londres: Ministerio de Magia
Publicado
Sentía como el lobo la miraba con mucho interés al intentar comer una de sus golosinas para cachorros. Jamás había sentido un sabor tan desagradable como aquel, de tal manera que tampoco se animaría a escupir en aquel lugar. Miró hacia el árbol, estaba claro que no se dedicaría a vomitar ahí, tampoco debajo del escritorio, ni en ningún rincón del departamento que no fuera el baño.