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Sherlyn Stark

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Mensajes publicados por Sherlyn Stark

  1. Se dirigió hacia Sagitas cuando preguntó acerca de su venta. Ya estaba olvidándose del propósito de su visita pero, le comentario le hizo volver a la realidad. No tenía idea de qué plantas podían gustarle a Paú, tal vez ella era alérgica a estas y ni enterada estaba. Las alergias mínimas no solían causar mucho daño en el organismo de una persona, así que suponía que recibiría su regalo de todas maneras.
    Amaba las rosas y, suponía que existía la posibilidad de que haya heredado los genes de su madre o tal vez no ya que en alguna parte su padre tenía que estar. Lamentablemente Cuchi-Cuchi no estaba a la venta, aunque desconocía si otros cactus lo estaban, no precisamente debía comprar flores sólo para su madre. Había escuchado en alguna parte que las rosas se regalaban en un día del amor o la amistad.
    Gracias por las recomendaciones, Sagitas
    Agradeció la castaña mirando las distintas flores que había en el lugar. Las rosas amarillas eran preciosas al igual que las rosas y blancas. Se quedaba completamente fascinada al ver el centenar de flores de distintas clases que había en la floristería. Había visitado el sitio en cierta ocasión pero renovaron algunas flores ya que no era la misma temporada que hace tres meses.
    ¿Qué es el perrito de Crisantemos Blancos? Me llevaré el ramo de rosas amarillas, blancas y rojas ¿Venden jarrones también? — Preguntó y pidió al escuchar los gritos de Amya desde la trascienda, la cual también indicaba algunas cosas a Xell y a Matt. — ¿Otros cactus se encuentran en venta? — Interrogó nuevamente, pero quería esa clase de planta para ella y no para obsequiar.
  2. Sentía que fastidiaba a los globitos así que lo mejor era soltar la cuerda para dejarlos en libertad y, si la necesitaban sabían dónde buscarla. No escuchó respuesta de parte de Nela, quizás había entrado a la dirección de su madre, no lo podía saber ya que justo se dio la vuelta tras las palabras de la reventora hablándole también a la recién llegada para luego preguntar sí tenía algún trabajo que realizar allí dentro. Estaba olvidándose ya que aquel era un departamento donde se requería el mejor animo para realizar los proyectos que tenían programados.

    Estaba muy emocionada por ser la nueva (sí es que antes había habido alguno) guardiana de los globitos. Quizás sólo estuviera armando todo el cargo en su cabeza, pero no importaba mientras sentía una gran adoración por los pequeños colorines parlantes. Sin dudarlo más soltó la cuerda de donde sujetaba a los globos para dirigirse a la Oficina de Indebidos, mientras tanto Babila entraba al Hall para asignarle trabajo a Heliké.

    - Son libres, globitos, cuídense mucho durante mi ausencia, trabaja mucho, Heliké. Hasta luego, Babila -

    Pidió la castaña a los globitos y se despidió de los presentes para encaminarse a la oficina. No veía a Matt por ningún lugar y, pudo imaginar que estaría buscando la Habitación Blanca tan nombrada antes de lo sucedido en los lavados. Debían seguir con ese labor para descubrir cuál era el misterio dentro del sitio. Aún no conocía qué clase de cosas sucedían, de seguro sólo tenían que limpiar los objetos del interior.

    Encaminándose a la oficina podía escuchar algunas arcadas en el despacho de Sagitas, esperaba que la caída no le haya dejado síntomas. Se detuvo al llegar a su destino, como era empleada de la oficina quizás ya no era necesario golpear antes de entrar, ante cualquier molestia estaba segura que su jefe se lo haría saber. Se escuchaba voces en el interior y, por lo que sabía Fenrir no tenía la cualidad de hablar.

    - ¡Matt! ¿Ya has encontrado la cerradura? - Interrogó Kirara adentrándose a la oficina examinando todo lo que había a su alrededor. Antes de entrar juraba haber oído exclamaciones de fastidio así que lo mejor suponía que era no seguir preguntando cosas.

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  3. Se hallaba a unos metros del establecimiento que podía determinarse como una guarida para los miembros de la Orden del Fénix y quienes aspiraban a ella. Una leve niebla se apoderaba del paisaje de los terrenos, impidiendo que se pudiera contemplar con claridad su alrededor. Desde aquella perspectiva sólo podía contemplar algunos arbustos cercanos a ella, además del césped que se mantenía podado a causa de magia, o al menos así pensaba ella.


    Sentía como una masa de aire fresco recorría sus mejillas, haciendo que se comenzara a estremecer y, le recordaba haber llevado la vestimenta apropiada para la ocasión. Llevaba puesto su túnica nueva de una tonalidad negra e intensa, debajo una prenda de tela fina y zapatos de cuero oscuros. El viento hacia que su cabello suelto se moviera al compás haciendo imposible mantenerlo quieto.


    Conocía los terrenos del bando, pero jamás había cruzado aquella dirección. Era un centro de reunión y, por lo que había escuchado, más formal que la Madriguera. Sería por eso que algunos aspirantes preferían visitar en la antigua residencia Weasley que pasar el día por allí. Ella así como también sus demás compañeros, ya estaban preparados para visitar esos terrenos. Deseaba no seguir tomando frío en ese lugar, así que lo mejor era apresurarse para no sufrir más el frío.


    A medida que caminaba a la entrada del lugar, le recorrían miles de dudas acerca de entrar o no. No sabía si era lo apropiado y, tenía miedo de que le impidieran el paso impidiendo que la puerta se pudiera abrir. Suspiró tratando de calmar sus nervios, suponiendo que lo único que podía hacerle retroceder era su propio miedo. La puerta parecía ser antigua, de una madera oscura e ilumina como sus ventanas. Las paredes estaban hechas de piedras grandes formando una preciosa arquitectura.


    Cerca de la entrada se encontraban ubicados muchos árboles de distintas edades según su altura, las ramas eran grandes y estaban bien cuidadas debido a un encantamiento. Desconocía por completo si las personas visitaban el sitio con frecuencia pero era un lugar nuevo en el cual pasar el tiempo. Era tranquilo, donde sólo se podía escuchar los ruidos de criaturas ya sea animales o insectos.


    Dudaba mucho al momento de tocar la puerta sin saber qué era lo que sucedería a partir de ese instante. « ¿Y sí era una trampa para secuestrar magos y brujas?» No lo sabía. Se arrepentía de no haber llevado un acompañante para que la siguiera, de todas maneras, tenía su licencia de aparición así que podía recurrir a ese medio de transporte ante esas circunstancias.
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  4. Quinta Planta
    Rol Salida (Gracias, minina)

    De apoco iba abriendo sus ojos sintiéndose como nueva. Sabía que aquella voz no era de Madeleine, pero de igual manera era familiar y agradable. No era sencillo estar en esas circunstancias ya que volver a la vida era bastante fuerte para ella. Su corazón latía a un paso pausado esperando recuperar su ritmo natural con el tiempo. No era precisamente lo que esperaba que ocurriese luego de la redada en Bateria Evans.
    Suspiró tratando de levantarse del lugar escuchando como Lyra informaba que su estado mejoraba de manera increíble y que no se preocupara por ver a dos sanadoras atendiéndola. Aún estaba incrédula y preocupada por sus demás compañeros que también habían participado de la batalla. Cerca de ella pudo ver el cuerpo de Binny, una de sus compañeras de bando la cual estaba siendo atendida por la acompañante de la conocida.
    Muchas gracias, Lyra
    Agradeció la castaña. Claro, la conocía pero no sabía de dónde. Cada vez que recordaba su nombre la imagen de gatitos veía a su mente. Blondie hacia un mes llevó un par de gatos a una mansión, aunque no recordaba y no podía recordar, al menos en ese momento. Le llevaría muchos objetos materiales en forma de agradecimientos, y si le gustaban los gatitos le regalaría muchos juguetes para ellos.
    Bien, es hora de irme
    Mencionó Kirara agarrando el frasco que la sanadora de neutrales le daba. De seguro, ser una sanadora era el mejor trabajo del mundo, pero aun así ella jamás sería capaz de dejar el suyo además que le daba mucha impresión ver heridas abiertas. La poción dada le ayudaría a borrar las cicatrices que quedaron en su cuerpo de manera perfecta y quedando como nueva. Se puso de pie para despedir a la sanadora.
    Nos vemos luego, Lyra. Llevaré juguetes para los gatos la próxima vez
    Se despidió ella viendo como Bínfeyd recuperaba la conciencia y se trasladaba a la sala. Caminar sería bastante incomodo al principio, lo sabía muy bien ya que había pasado por eso una vez. No tenía ánimos de hablar porque necesitaba reflexionar de lo sucedido por eso, no hizo caso a la explicación que le daba Bínfeyd a su sanadora. Kirara suponía que su compañera ya desapareció y se apresuró para hacer lo mismo para salir de ahí lo más antes posible.
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  5. Quinta Planta
    Segundo rol (En el próximo le dejaré leche a minina preciosa *-*)

    Siempre había querido saber qué era lo que sucedía después de la muerte, existía la posibilidad de que las personas revivirán a tiempo, o si bien, llegar a ser fantasmas. Quería volver a su vida normal y tranquila, ya no deseaba ni un minuto estar en esas circunstancias sin saber qué era lo que le ocurría. de apoco iba pensando con más claridad, recordando su nombre y el propósito de la visita a aquella planta. La revivirían luego de haber sido asesinada por mortifagos que entraron a atacar a uno de los castillos fenixianos.

    Sólo habían ido a repartir invitaciones, sólo eso, y ellos entraron a calmar sus ansias de matar. Asesinaban a personas sólo por placer y gozar del sufrimiento que los demás sentían. Entre sus sentidos podía comenzar a recordar, pensaba en su elfina Blondie, en su gusamoco y su micropuff. Esperaba que los cuidaran muy bien en todo ese tiempo. ¿Cuánto había pasado de todo lo trascendido? Existía la posibilidad de que hubiera pasado tres meses, así como también sólo había sido una tarde.

    Sus cualidades de humana le impedían que sus sentidos se recuperaran de manera rápida. Demoraba pero funcionaba. Sentía la presencia de alguien conocido junto a ella, era cálida y le hablaba con mucha ternura. Quizás era una persona muy cercana a animales, o era lo que ella suponía. De seguro, también había una tercera persona en el cuarto, todavía no podía saberlo ya que sus ojos no los había abierto.

    Sobre su cuerpo ya no sentía dolor alguno, y su piel estaba más tibia gracias a los cuidados realizados por la sanadora. Le costaría un poco más despertarse de todo, pero lo haría y lo sabía. Su ropa estaba en su lugar correspondiente y era algo que agradecía mucho ya que no le gustaría que personas desconocidas estuviesen mirándola en partes comprometidas. Comenzaba a sentir los primeros latidos de su corazón, ahora funcionaba y sería capaz de realizar sus tareas cotidianas de todos los días.

    — Ah, ¿eh? ¿Dónde estoy? — Preguntó la castaña en medio de un balbuceo abriendo sus ojos lentamente. Suponía dónde estaba, pero quería estar segura. Esa voz que escuchaba era muy agradable y conocida, se merecía un gran aprecio por regresarle a la vida.

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  6. Quinta Planta
    Primer rol

    Su cuerpo apareció en la quinta planta, se encontraba frío y sin vida debido al hechizo que los mal vivientes habían lanzado, del cual no había podido defenderse como a ella le hubiera gustado. Faltaba mucho de qué aprender, y lo sabía, sí ponía muchos ánimos lograría evadir aquellos hechizos en un futuro. ¿Estaba muerta o no? Al menos estaba satisfecha por poder defender a sus compañeros de bando.

    Todos habían muerto pero la dignidad quedaba vigente además de que no servía de nada ya que no le haría cambiar de ideología. Matar por placer, eso era lo que hacían aquellos tipos que atacaban a personas normales y trabajadoras. ¿Ahora quién cuidaría a Blondie? Aquella pregunta se lo haría si fuera que aún estuviese con vida. Su cuerpo estaban en víspera de ser resucitados, quería que sus órganos volvieran a funcionar. ¿Quedarían secuelas luego de lo sucedido? No lo sabía.

    Sus ojos al fin proyectaban algo, una tonalidad blanca que llamaba mucho la atención. Lo primero que pensó es que era la nada ya que ningún punto estaba subrayado allí. Ahora era el momento en que se comenzaba a preguntar quién era ella, preparándose para la nueva vida que le esperaba luego de su muerte. Existía la oportunidad de salvarse, quizás se transformaría en un fantasma o encarnaría en otra persona. Sería mala suerte ya que esperanzaba con experimentar cosas nuevas y alcanzar metas. Sólo era cuestión de esperar en lo que el destino le brindaría.

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  7. Kirara no sabía si los globitos estaban de acuerdo con estar en la Oficina de Indebidos, al menos si escuchaban ruidos extraños. Ella estaría al tanto con el estado de animo de ellos, así también descifraría sí había alguien que los molestaba o amenazaba. Tiraba de las cuerdas de las criaturas parlantes para que no se escaparan y se mantuvieran al lado suyo sin que alguien le hiciera algún daño.


    De pronto, observó como Babila llevaba en los hombros a la directora pasando cerca de la recepción y saludaba a Heliké, dirigiéndose hacia la dirección. También Jank había pasado cerca. Le había preguntado acerca de los globitos parlantes, dónde estarían a partir de entonces. Los coloridos tenían la libertad de andar por todo el departamento sin restricciones sólo que ahora tenían la seguridad de ella siendo o no guardiana y protectora de ellos.


    Antes de que pudiera decir alguna otra palabra, dejó de ver a Babila cerca, o habían pasado los suficientes minutos para que la respuesta se anulara y quedaba mal responder tarde, según ella. Se giró hacía Heliké la cual suponía que se hallaba en el lugar mirando todo lo que ocurría. Lo cierto era que no había escuchado nada de su compañera del departamento.


    Escuchó el sonido del elevador pensando en que pudiese tratarse de una presencia desconocida y tal vez malévola. Debía dejar de ser tan precavida o de hacer hipótesis sin sentido. Frunció el ceño y se dedicó a mirar hacia ahí esperando que se designaran a aparecer. Ante sus sorpresa, en la puerta de entrada apareció Nela, quién venía con una caja de donuts « ¿y café?» De seguro sí, sólo podía ver una taza sobre ella y su comentario se lo confirmaba.


    Globitos, miren llegó Nela


    Exclamó la castaña señalando hacia la desmemorizadora para que las criaturas parlantes la vieran. Hacía tiempo que no sentía la presencia de Perenela, o al menos el mes pasado, de seguro había discutido de mala manera con Sean ya que ninguno de los dos aparecieron. Aún no lo sabía ya que tampoco se lo preguntó. Esperaba que los globitos le diesen una hermosa bienvenida para que la joven volviera a tener una estadía cómoda en el departamento.
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  8. Sabía que lo mejor era retirarse de los lavados y llevar a los globitos lejos. Era mejor que por un tiempo no se acercaran al lugar de una mala interpretación puesto que podrían dañar sus recuerdos por la confusión. Exageraba un poco al llevar tan a pecho el trabajo como guardiana de globos aunque, sabía que ellos merecían ser protegidos como correspondía.


    - Ahora sí, vamos afuera globitos - Mencionó la castaña dando media vuelta y ahora sí llevándose lejos del baño a las criaturas parlantes.


    Babila se había encargado de ayudar a Sagitas a levantarse mientras le preguntaba a Matt y a Jack dónde querían que la sentaran. No sabía por qué el secretario no le hizo directamente la pregunta a la directora, por lo tanto pensó que ella se enojaría y, lo mejor era retirarse rápido. Dejaría a los globitos en el Hall y pensaba volver a Indebidos después.


    -Globitos, no quiero que se acerquen por nada del mundo a los baños, pienso que por ahí podría aparecer el “Asesino de Globos”, así que sí escuchan algo fuera de lugar no duden en ir a la Oficina de Indebidos que Fenrir los protegerá – Pidió Sherlyn encaminándose al Hall mientras escuchaba como el elevador se movía por la llegada de alguien y, esperaba que fuera de una buena persona.


    Aun no le habían entregado las herramientas las cuales podrían ayudarle a cuidar a los globitos o, al menos amenazar a quienes se atrevían a tocarlos con mala intensión. Seguía manteniendo a los globitos de su cuerda así que solo podían moverse hacia donde ella caminaba. Los que recién llegaban generalmente se detenían cerca de la entrada en la recepción de Babila. Pudo distinguir que se trataba de Heliké por el sonido de su voz.


    - ¡Heliké! – Exclamó ante la sorpresa. Recordaba el episodio sucedido instantes atrás donde la Reventora se había molestado muchísimo por entrar sin preguntar. Esperaba que eso no volviera a repetirse ya que llevaba a los globitos parlantes en la mano y, probablemente se asustarían un poco.
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  9. Preguntar acerca de los limones había sido la interrogación fuera de lugar y, tal vez haberse presentado hubiera sido la mejor manera de forma de captar presencia, sí era eso lo que ella quería. El olor a limón era completamente encantador, a ella le encantada todo lo que tenía que ver de limón y hasta había plantado una planta de esa fruta sobre su residencia. Los elfinos de la taberna parecían trabajar con suma dedicación en el negocio.

    En el negocio vendían distintas clases de bebidas y, entre ellas, limonada o limones, según la respuesta de Sagitas. El sitio parecía agradable pero, aún así era un poco oscuro al ser una taberna, o tal vez debía ser su impresión al estar acostumbrada a los lugares llenos de luz. De pronto, se sintió una risa, tras otra, pero supuso que se trataba de algún comentario anterior que habían sacado a la luz minutos antes de su entrada.

    - Oh, muchas gracias, Heliké. Por cierto, buenos días. Oh, sí, Sagitas, desearía probar una limonada porque el ambiente invernal hace que la piel se reseque y el limón ayuda mucho en estas circunstancias o eso es lo que mi elfina dice pero, sí esta muy frío el cerebro podría congelarse, por eso, de seguro, es mejor tomarlo natural en estas épocas -

    Comentó la castaña acercándose un poquito más hasta poder llegar a la mesa donde se encontraba el resto de sus compañeros. Al principio tal vez estaba un poco incomoda porque sentía estar interrumpiendo una reunión familiar o algo por el estilo, pero decidió pensar en otras cosas como en el tema de los elfos. Había jurado ver un par de elfos en la entrada aunque no se trataba precisamente de Galadriel y, de seguro eran ajenos al local.

    - Pude ver a varios elfos rodeando la entrada, tal vez ¿Estarán tomando un descanso? o podrían ser elfinos curiosos por el aroma a limón - Comentó ella, recordando que esas criaturas solían ser bastantes curiosas a la hora de percibir los olores de la naturaleza.

  10. Observó como Phoebe se retiraba el establecimiento sin conocer si Arya aún seguía en la planta baja. Sí estaría con ella, la castaña no la había escuchado. Cerró con cuidado la entrada de la simulación ambiental terrestre para que ningún cliente vuelva a entrar sin permiso. La actitud anterior de la muchacha no le molestó, aunque si volvía a ocurrir mientras una mascotita estuviese dentro sí, se enojaría porque estarían interrumpiendo la privacidad que las criaturas merecían.

    De seguro anotaría en un pergamino para gastar las siguientes recaudaciones en una buena seguridad para que ningún persona volviera a subir a la planta superior sin supervisión. Se dirigió hacia la escalera y, en el camino pudo ver como una pequeña elfina se transcurría hacia el mostrador para dejar una carta. Para ella no era muy común que la primera semana de inauguración mandaran cartas por gastos.

    Bajó las escaleras con tranquilidad con al intensión de ir a leer la carta. ¿Sería una invitación o una deuda? No lo sabía aún y moría de curiosidad por saber de quién provenía. Su local había quedado encantador con todas letras, al menos para ella, aunque, de todas maneras aún necesitaba más decoración e iría a una casa decoradora en busca de más muebles que pudiera utilizar para que le ayudase.

    Se acercó al escritorio con la intensión de leer el sobre prolijo que estaba sobre la mesa. Al tenerlo ya en sus manos podía leer una caligrafía linda y perfecta; se trataba de Nela, su compañera de departamento. Po lo que recordaba ella tenía un lobito, al igual que Matt o era lo que creía. Se encontraba dispuesta en ayudar a su compañera a lavar al lobito aunque, como decía la carta, el canino contenía de muchas manchas difíciles de sacar.

    - Oh, muchas gracias por traer la carta - Agradeció a la elfina creyendo que la pequeña todavía seguía allí.

  11. No podía pensar en las especulaciones que estarían formando los globitos tras la escena de Babila y la directora porque cualquiera pensaría que estarían besándose, aunque fuera sólo una mala interpretación. El secretario tuvo que haber pensado en los globitos andes de actuar, pero ya no importaba mucho ahora las criaturas gracias a ella estarían salvados a pesar de haber llegado tarde a los lavados.


    Escuchó como Sagitas recuperaba la conciencia. Le alegraba mucho y, para ella era una verdadera suerte por la simple razón de que el sentimiento de culpa hundiría su corazón. Debía una disculpa a la directora del departamento porque, de igual manera se enteraría de quién había humedecido el suelo del baño. El fantasma de Jank estaba también en la escena al igual que Matt.


    Los globitos parlantes estaban luminosos a pesar del polvo que tenían en sus extremidades de goma —no era nada que no pudiese salir con un trapo húmedo—. En el momento en que los sacaba para fuera escuchó a Sagitas decir que la nombraba guardiana oficial de los globitos parlantes y, entonces, se paró justo delante de la entrada. Era un honor para ella ya que ahora tendría un razón por la cual sobreprotegerlos muchísimo, aun así, ese puesto comprendía de mucha responsabilidad.


    ¡Ja! Muchas gracias


    Agradeció la castaña llena de alegría. Después escuchó que el secretario pedía prestado a Fenrir porque él tenía aves de mascotas y un gatito salvaje las molestaba para poder jugar. De seguro el olor del lobo haría que el gato se fuera y no agarrara las mascotitas. « ¿Les darían balas de goma?» Eso era estupendo ya que todos tendrían miedo y ganaría más respeto para los globitos parlantes. Aunque rogaba que no fueran punzantes.


    Sabía que Matt y Babila harían el trabajo de ayudar a levantar a la directora, ella no podía ya que tenía a los globitos sujetados de la cuerda y, si los soltaba con brusquedad podrían lastimarse los pobrecitos. De pronto, observó nuevamente en los lavados para pedir disculpas por haber tirado agua antes y, el cartel que había creado antes de salir del baño la delataba ya que tenía su letra.


    Oh, le ruego mil perdones, señorita Sagitas, mientras lavaba a los globitos no me había percatado que el agua caía al suelo. Hasta coloqué un anuncio flotante en el espejo y avisé a Babila acerca de la humedad del suelo —Se disculpó Sherlyn señalando el cartel que estaba pegado encima del espejo frente a la entrada. Las letras eran diminutas y, lo más probable era que no se percataran del pequeño pergamino.

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  12. El aroma de la tienda era fascinante para ella ya que, era una mezcla de todos los pétalos de las flores. Un ambiente muy natural donde se podía pasar toda una tarde sin quejarse de no tener aire. La primera en percatar su presencia fue Amya quien le explicó que las plantas tenían la libertad de elegir cómo trasladarse. Miró al cactus de Sagitas llamado ¿"cuchi-cuchi"? Era un nombre fantástico, de seguro tenía un gran aprecio por la plantita.

    - Oh, entiendo -

    La segunda había sido Xell, a la cual Kirara no había sacado la vista de encima al osito de peluche que tenía en sus brazos. Parecía muy lindo y, ella deseaba tener uno igual algún día. Intentaba no desear tener ese mismo, claro que no, porque de seguro Xell lo quería demasiado o eso era lo que pensaba ya que lo llevó a la floristería. De tan solo pensarlo hubiera traído a su gusamoco para que le hiciera compañía al osito.

    Escuchó con atención la respuesta de Sagitas. Era muy cierta. Las plantas, en sí, no dejaban de ser criaturas vivientes que respiraban y demás. A ella le encantaba todo tipo de plantas y las flores que ofrecían. Debían tenerle mucho respecto al ser maravillas de la naturaleza, las cuales no le hacían ningún mal a nadie.

    - Vengo a comprar flores a mi madre, Xell y, de paso a visitarlos, Sagitas -

    Respondió Sherlyn ante las preguntas que le hacían ante su visita. Todavía no había dejado de mirar con mucha curiosidad al perfecto osito de la muchacha, tanto que parecía más interesada en él que en las plantitas. No creía que Xell fuera a prestárselo ya que si lo hacia estaba segura que era capaz de secuestrarlo e irse corriendo: muy buena idea.

    - Me gustan las rosas para mi mami pero, ¿Me prestas tu osito, Xell? -

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  13. Había visto a Matt muy concentrado buscando la famosa Habitación Blanca tan nombrada. Habái pensado que ya la había encontrado mucho antes peor, no importaba de seguro estaba con muchas cosas ministeriales en la cabeza y, sabía que era mejor no molestar. Supuso que ni siquiera escuchó lo que el globito Rosita decía por lo que ella no dudo en pensar que él había reconocido rápidamente el sonido contra el suelo.


    ¿Qué flote de nuevo, Rosita? ¿De qué hablas?


    Preguntó la castaña al ver al globito muy asustadito. Ya no seguiría preguntándole cosas al pequeño ya que era mejor ir a ver en qué comprendía la situación en los lavados. Deseaba que no fuera lo que ella creía porque deseaba no haber sido la culpable de todo. En ese momento deseaba haber secado el suelo antes de que todo eso sucediera pero, jamás se lo había imaginado.


    Oh, tranquilízate, Rosita, no pasará nada malo a Sagitas


    Intentó animar al pequeño saliendo de la Oficina de Indebidos después de Matt y Fenrir para encaminarse a los lavados. Tenía la cuerda de Rosita sujeta a sus manos, por lo tanto por más que él se resistirá lo llevaría con ella y así se reuniría con sus compañeritos. Por una parte ya no estaba preocupada por los globitos ya que sus sentimientos sólo era de culpa al no secar el suelo.


    Al llegar a los lavados se encontró con Matt tratando de tranquilizar a Jack porque ¿Babila estaba besando a Sagitas? Eso era muy difícil de creer. Conocía un poco de medicina muggle de seguro Babila estaba haciéndole una reanimación cardiovascular ¿o pulmonar? Lo cierto era que no sabía bien el nombre pero si la intensión que tenía el secretario. Sí hubiera actuado mucho antes nada de eso sucedería.


    Oh, pero ¿Qué sucede aquí?


    Preguntó al momento en que Fenrir lamía el cuerpo de Sagitas y algunos globitos ponían gestos de incredulidad cómo si jamás antes habían visto a personas besándose. El verdecito estaba animando a que siguieran de esa manera o tal vez era en forma de burla. Agarró a todos los globitos de la cuerda y los llevó hacia afuera de la puerta, imaginándose que ellos, al ser pequeños no podían estar presente en una escena como esa aunque, en realidad, fuera todo un mal entendido.


    Vamos afuera globitos, vamos, vamos
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  14. Hola, chicos ¿Qué tal? El patriarca se encuentra un poquito ausente últimamente pero como integrante de la familia me correspondería pasar por acá a ¿aceptarlos? no sé si puedo, la verdad pero, me agradaría mucho que pasaran por la Hacienda Tonks, es muy bonita y agradable -ya @@Sunar PBT nos dirá qué hacer-. Hace poco hubo un caso parecido con Sain pero logramos ubicarla con un trama bastante interesante.

    Yo los acepto como ahijados a los dos, chicos. Cuando quieran pueden pasarse por allí.
    Los estaré esperando o/

    Besitos

    @RiikiiSuarez @Nymphadora Tonks Weasley

  15. Existía la posibilidad de que a los globitos les estuviera atacando el “Asesino de Globos” por lo que se mantuvo firme y atenta de lo que decían en el exterior. Estaba Babila así que nada malo podría estar pasando, según creía ella pero, aún no estaba apta la situación para bajar los brazos. Miró a Matt y después la puerta ¿Por qué será que siempre cuando estaba al lado de la puerta los globitos estaban en peligro?


    Babila gritaba a los globitos desesperadamente, mientras escuchaba que ellos daban exclamaciones que de aquella distancia no podía escuchar con atención. Pensaba que el secretario podría haber atrapado al asesino de globos, aún no lo sabía por eso su curiosidad aumentaba cada vez más. No le impresionaría que también su jefe estuviera interesado en lo que podía estar pasando en los pasillos. ¿Y sí alguien se había caído?


    Escuchó dos “Pshh” detrás de la puerta, era una vocecita parlanchina, la conocía muy bien ya que era muy melodiosa y de aire rosado. No tardó en abrir la puerta de la Oficina de Indebidos para saber de quién se trataba olvidándose por completo de la misión ministerial de la “Habitación Blanca”. Claro, podría esperar pero, estaba en riesgo la vida de los globitos y, eso no se podía recuperar después.


    Oh, llaman a la puerta


    Se alegró al ver al globito Rosa frente a ella. Parecía muy preocupado ¿Dónde estaban los otros globitos? No cantaría victoria primero sino sabía dónde estaban los demás y qué estaba pasando en los lavados. De seguro el globito Rosa se lo explicaría cuando se lo preguntara. Miles de dudas corrían por su mente esperando que no fuera nada preocupante que cambiara la vida de los accidentosos.


    ¡Rosita! Pero, ¿Qué pasa? ¡¿Entró el ser malévolo que mata globitos y criaturas inocentes?!


    Preguntó Sherlyn estando al frente del pequeño. Desde dónde estaba parada no podía ver el interior de los lavados, estaba a unos metros de ella pero, no quería que Matt se enojara con ella por eso se mantuvo en el mismo lugar esperando que él reaccionara de alguna manera. Agarró al globito rosita de la cuerda para sostenerlo de una mejor manera y, así podía cuidarlo mejor procurando que no se soltara.


    Dinos Rosita, ¿Dónde están los demás globitos?


    Interrogó nuevamente la castaña tratando de parecer calmada y adentrándolo a la oficina de Indebidos donde el globito rosa podría estar en paz mientras todo el asunto trascendía. No quería que el globito se asustara, lo quería demasiado peor, los quería a todos los globitos y, por eso era su preocupación.
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  16. La época ya había pasado y, no habían tenido la oportunidad de decorar la Oficina de Indebidos para San Valentín pero, no importaba ya que Fenrir hacia que el ambiente se mantuviera encantador con su presencia. Sentía una gran adoración por el lobo desde el primer momento que lo conoció, no había podio ocultar querer tener una mascota como lo era él. Aún así, Matt le inspiraba confianza y sabía que haría un buen trabajo cuidando a Fenrir.
    Antes de escuchar la respuesta de su jefe escuchó las voces parlanchinas de los globitos que procedían de los pasillos. ¿El globito violetita estaría enojado por no haberlo lavado? Amaba a todos los globitos por igual, deseaba que todos estuvieran de buen humor y sonrientes, en ningún momento había querido que alguno resultara entristecido. Le preocupó pensar que, en ese momento, uno de ellos no estuviera feliz.
    De pronto, comenzó a escuchar a los globitos pronunciar acerca de los lavados, estaban mojados y, ella misma se había encargado de que estuviera humedecido luego de lavar a los globos. Por supuesto que no había sido a propósito ya que, no recordaba el hechizo para secarlo. Tenía por seguro que algunas de las reventoras se encargarían por eso, se lo había pedido a Babila que avisara con antelación a los empleados.
    Oigo a los globos muy alterados, Matt ¿Habrá pasado algo?
    Interrogó la castaña preocupada por lo que los globos decían. Descartaba la posibilidad de que el “asesino de globos” hubiera entrado al departamento porque Babila estaba cuidando la entrada y tenía mucha habilidad para detectar las malas vibras, o era lo que ella creía. Miró a Matt y después hacia la puerta ¿Debía ir? No quería regaños de parte de Matt, así que lo mejor sería opacar su preocupación.
    No quiero ir, Matt, pero ¿Qué tal si se trata del asesino de globos?
    Dijo la castaña para ver lo que su jefe le respondía. Ella pensaba que antes que nada, estaría bien preguntarle para no tomar decisiones inmediatas que provocarían regaños y, no quería llevarse mal con Matt porque le caía muy bien. De seguro el asesino de globos los había visto tan lindos, relucientes y encantadores que le resultó imposible no ¿comérselos? para evitar nombrar otra palabra. Curvó sus labios y frunció el ceño. No podía ocultar su preocupación para nada pero, debía centrarse en la tarea de la “Habitación Blanca”.
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  17. Visitaría a su madre, por lo tanto necesitaba flores para regalarle. No le gustaba ir a la mansión con las manos vacías después de meses sin verla o mandarle aunque sea una carta de presencia. Debía disculparse por su comportamiento anterior recompensándola con flores y una buena charla que de seguro aclaraban todos sus asuntos; estaba lista para enfrentar esa nueva realidad.


    Gracias a su licencia reciente pudo aparecer satisfactoriamente sobre el Callejón Diagón para dirigirse a la floristería de las Tres Hermanas, la cual le traía los mejores recuerdos de cuando sacó a pasear a los pequeños globitos parlantes de colores. Al recordarlos una sonrisa se le formó en su rostro mientras examinaba la apariencia de los negocios a su alrededor.


    No sabía si a su madre le gustaban las flores y, ni qué tipo de ellas le gustaba. Temía mucho en que fuera a desagradarle la presencia de ella en la mansión y peor por llevarle esas flores. Si no le gustaba se las regalaría a alguien que aprecie toda la naturaleza sin importar el daño que podría ocurrir. En ese momento se apenó al sentir que no conocía nada de Paú, era una recién conocida pero, necesitaba ganarse su cariño para que tomara mejor el papel de madre biológica.


    « ¿Las rosas?» Nadie podía resistirse a esas plantas, ni al aroma de sus pétalos de cualquier color o la tranquilidad que le daba al ver como las blancas se posicionaban formando una fila. Todo eso era pensamiento de ella, aún no había llegado a la tienda tan característica y llena de vida. Deseaba que la floristería tuviera las flores que ella quería comprar aunque, de seguro vendían de todas clases.


    Al entrar percibió la presencia de dos propietarias de la floristería, también estaba su jefe y Xell, el hijo al igual que a Amya, jamás los había visto fuera de su ámbito laboral. Deseaba no haber interrumpido algo. Había un cactus encima del mostrador, estaba muy quieto como si le faltara algo.


    ¿Cómo es que las plantas cobran vida? — Preguntó la castaña adentrándose un poco más a la tienda. Ahora estaría mucho más avergonzada al no haber saludado desde un principio. — Oh, los siento mucho, buenos días
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  18. Al ser el primer día que abrían estaba segura que los visitantes del local se encontrarían sumamente interesados por conocer cada rincón que ofrecían. Helen se demoraba un poco en llegar pero conocía muy bien las responsabilidades que tenía su compañera, por lo tanto no había ningún problema por la tardanza. Todos los clientes estaban siendo atendidos satisfactoriamente pero, le vendría mejor una ayuda de parte del personal.
    Arya había respondido ante su pregunta diciendo que era hijo de Groter. No podía creer que el pequeño que la pelirroja tenía en brazos era hijo de ellos, ni siquiera eran novios que supiera pero, ya se enteraría bien la situación. Con tan solo pensar se desconcertaba con tan solo pensarlo pero, para ella no era nada desagradable. Existía la posibilidad que se amaran en secreto. « ¿Quién supiera?»
    No era quién para juzgar a nadie. Dejando de mirar a la pelirroja con el bebé dio media vuelta para encaminarse a la planta superior. Suponía Arya se demoraría un poco en encaminar ya que tenía al bebé en brazos aunque, por lo que había escuchado se lo entregó al padre para que lo tuviera en brazos. Por su parte, ella jamás había pensado en tener un hijo, sí en una familia pero, no estaba preparada para esas decisiones a su edad.
    — Oh, por supuesto que te esperamos —
    Avisó la castaña deteniéndose esperando a que sus clientes se dirigieran junto a ella a conocer las simulaciones. Estaba segura que les encantaría a todos y, en especial a los animales ya que disfrutarían de un ambiente tranquilo. Era un sitio con una extrema seguridad por eso, las personas tenían prohibido el paso cuando la zona cuando el animal el sitio se reservaba.
    Existen tres simulaciones ¿Cuál prefieren? Actualmente en las terrestres se pueden ver animales salvajes rodeando la zona. No hay que adentrarse mucho, por eso aconsejamos caminar con mucho cuidado… también la escalera ya que el sonido puede espantar a nuestros animales
    Pidió la castaña, antes de subir por la escalera esperó a que las chicas —y, quizás Groter y Brandon— la siguieran. Estaba emocionada por mostrar por primera vez el hermoso lugar reservado para animales. Sonrió esperando a que ambas muchachas le dieran al menos una señal para ya proceder con su paso. La escalera ubicada delante de la zona de golosinas era circular peor, sin darse cuenta Phoebe ya se había adelantado.

    ¿Cuándo que no se había dado cuenta, se apuró en subir las escaleras y notó a la muchacha en la primera puerta. Claro, no estaba asegurada al no tener ningún animal de un cliente dentro. No importaba, tampoco la regañaría ya que cualquiera tendría la curiosidad por conocer aquellos terrenos de la tienda.

    Me alegro que te haya gustado, Phoebe. Puedes venir cuando quieras y traer animales ¿de la calle? Pedirle prestado alguno a tu familia para traerlos. Espero verte pronto — Aconsejó.
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  19. Mantenía a los globitos sujetados de su cuerda para sacarlos del baño. Aunque ellos no quisieran debían salir para no invadir la privacidad que los empleados merecían. Veía apropiado que los globitos divulguen la belleza de su apariencia, no todos podían gozar de una imagen como ellos ofrecían aunque no era eso lo que le gustaba de ellos, sino que por cómo eran.


    Estaba por nombrar lo encantadores que eran aquellas criaturas pero, de pronto observó a Babila quién estaba en el Halla sin la presencia de Matt. « ¿Estaría enojado con ella?» No lo sabía y esperaba que no ya que, él le había dado permiso para lavar a los globitos en los baños. Seguía sujetando la cuerda hasta que escucho la información del secretario diciéndole que el jefe la esperaba en Indebidos.


    Muchísimas gracias, Babila, de verdad


    Agradeció la castaña mientras daba media vuelta para retirarse a la Oficina de Indebidos. Esperaba que Matt no le regañara por nada, aunque suponía que tenía que ver con la habitación blanca de la que había hablado instantes atrás. Miró a los globitos en el momento en que Babila recibió una carta sobre su mano que decía «¿Carr, carr, resistir, fortalecimiento”?» Por un principio creyó que se vía un ataque como el de Jack el destripador peor, no era eso por suerte.


    Oh, Babila, te agradecería mucho que cuando veas a Amya le digas que el piso del baño esta humedecido y cuida a los globitos. Quédense cerca de Babila ¿Sí?


    Pidió Sherlyn. Ahora sí, estaba dispuesta a encaminarse a Indebidos para cumplir con su labor antes de que la regañen de verdad. Quería que los globitos quedaran con el secretario ya que, suponía que todavía no se les había pasado el susto que le había dado al escuchar “pulsantes”. Abrió la puerta de la oficina esperando que Matt se encontrara en el lugar para que le diera indicaciones.


    Aquí estoy, Matt


    Comentó la Indebida una vez adentro de la oficina. Jamás había pensado que una habitación toda blanca llena de misterios estuviera en el departamento, ni mucho menos oculto en su oficina. Sabía que con Matt harían un gran trabajo realizando lo que debían hacer en esa tarea.
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  20. Frunció el ceño al sentir que la puerta se abría con mucha brusquedad —o al menos así lo había sentido ella— pero, su rostro se desarmo cuando se dio cuenta que era Arya con un bebé en sus brazos. « ¿Sería su hermanito o sobrino?» Se preguntó ella. Jamás se había enterado que su compañera había tenido un bebé, por supuesto que no podía ser posible. La muchacha saludó a todo el local y se acercó hacia ella.


    Estaba interrumpiendo y, lo sabía, por lo tanto no hacía falta responder ante su pregunta. Parecía que la joven no conocía a Phoebe pero, pensaba que la muchacha sería nueva en el mundo mágico. Debería conocer muchos lugares antes de adaptarse por completo a esa sociedad pero, estaba dispuesta a ayudarla en lo que fuera. La pelirroja felicitó a Sherlyn por haber abierto un local tan hermoso, por lo que hizo sentirse más agradecida a quienes les ofrecieron ese espacio para el local.


    Sintió como Arya de pronto la abrazó como forma de saludo, sin embargo desde el primer momento en que conoció a la muchacha sabía que podía ser muy dulce en ocasiones. Era verdad, el bebé tenía la carita muy tierna, además que se veía realmente un angelito junto a la manta azul que le había preparado su compañera.


    Claro, Arya. Es muy precioso… ¿Es tu hermanito?


    Decidió preguntar la castaña para despejar sus dudas ya que tenía un aire bastante notorio a su amiga. No podía creer que su amiga había tenido un bebé, en ningún momento la había notado embarazada peor, podía ser también que lo hubieran adoptado. A veces, las personas adoptadas se adaptaban a los gestos de sus padres. Sí fuera así, decidiría ya no preguntarle ninguna cosa más a su amiga.


    Por supuesto, Phoebe. La zona de ambientación se encuentra en la planta superior ¿Alguien más quiere venir?


    Preguntó ella hablando en general por si alguien quería pasar. No pasaría nada malo por que quisieran unirse a la excursión. En las zonas de ambientaciones se podía ver de lejos a los animales salvajes pero no cruzar aquel limite ya que podía ser peligroso. Había muchísimas cosas que ofrecer en aquella tienda, recordaba las golosinas para animales, los artículos, rascadores para gatitos, etcétera. Tal vez, lo mejor era realizar un folleto para que se guíen mejor.
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  21. Kirara solía detraerse de cualquier cosa por esa razón había dejado que su compañero de la academia, Vladimir, tomara el café tranquilo y luego de le preguntaría si necesitaba alguna otra cosa más. Observó cómo tres personas nuevas entraban al local, una de ellas llevaba una serpiente detrás de su espalda. Sus ojos brillaron al verla, al parecer era una bonita criatura en manos de su ama. Eso sí era amor. Ahora tenía ganas de tener una criatura como esa.


    Conocía a la última persona que había entrado. Se trataba de su amigo y compañero de bando, Groter. Antes de su amigo entró una muchacha que nunca antes había visto en su vida. Ella estaba preguntando acerca de la vente de animales en el local y eso le provocó cierta curiosidad ya que sabía que ellos podrían confundirse de lugar a la hora de llegar hasta allí.


    ¡Bienvenidos!


    Saludó la castaña acercándose hacia ellos para ofrecerle su ayuda. Esperaba que su presencia les fuera de buena ayuda y no terminara molestándolos. Quería responder la pregunta de la chica pero no sabía cómo formularla. La miró una vez más mientras creía que lo mejor era recomendarle un buen sitio donde poder comprar sus mascotitas de buena calidad y con seguridad. Se giró hacia Phoebe para hablar:


    Mi nombres es Kirara, soy propietaria de este local espero que tengas una linda estadía. Aunque creo que a Groter ya lo conozco


    Dijo la castaña haciendo referencia al muchacho que entró después de ella. Había carteles de animales encima de la recepción y algunos se movían pareciendo reales, de seguro ella se había confundido con criaturas de verdad. Había un perrito animado que se mantenía siempre en el mismo lugar sacando la lengua y parándose en dos patas.


    Lo siento mucho, en serio. Aquí no comerciamos animales pero, en Magic Mall se pueden encargar


    Informó Sherlyn. Era un local nuevo que todavía no tenía la autorización de vender mascotas por lo tanto, había que esperar. Se sentía apenada por no poder ayudar a la chica a conseguirle un animalito pero, luego recordó algo que de seguro a ella le encantaría y, se refería a las zonas ambientales donde siempre solían aparecer animales salvajes de la nada.


    ¿Les gustaría ver las zonas de simulación ambiental?
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  22. Nombre del Equipo: Lobos de Hielo
    Colegio del Equipo: Durmstrang
    Capitán:
    • Datos en HL.com: kirara potter (205350)
    • Datos en HL.org: Kirara Ruak (113426)
    • Enlace a ficha de personaje del torneo: Audrey Lohse
    Miembro 1:
    • Datos en HL.com: Looney_Black (180882)
    • Datos en HL.org: Helen Reyes (117357)
    • Enlace a ficha de personaje del torneo: Irina Sirakova
    Miembro 2:
    • Datos en HL.com: ~Oniria~ (245970)
    • Datos en HL.org: Oniria (118083)
    • Enlace a ficha de personaje del torneo: Oniria Haughton Slytherin
    Miembro 3:
    • Datos en HL.com: solauciel (241923)
    • Datos en HL.org: solauciel (116829)
    • Enlace a ficha de personaje del torneo: Uciel Haldir
    Miembro 4:
    • Datos en HL.com: Kyttara Gryfflest (245896)
    • Datos en HL.org: KyttaBlackPerduts (110197)
    • Enlace a ficha de personaje del torneo: Annelisse Vigletti Gryffindor
  23. Catherine

    Miró a su alrededor pudiendo notar que aún quedaban miembros del otro bando. A caso ¿Todavía no había muerto? Tenía la intensión de hacerlo por lo tanto, preparó su varita manteniendo firmemente en su mano preparada ante cualquier ataque que podía venir de imprevisto. Sustuvo con mucha libertad su varita y se dirigió hacia Vrael nuevamente quien se hallaba a unos siente metros de ella.

    - Séneca -Conjuró la mujer, pronto el hechizo haría efecto en el cuerpo de Vrael, este comenzaría a deshidratarse de a poco y quedaría sin energías las cuales podría ser fatal para su desempeño en esa batalla. El hechizo le resultaría fatal al pobre hombre ya que no podría ni siquiera hablar, su habla estaría muda completamente. Para el mago no quedaría otra que rendirse, así que se preparó para realizar otro ataque hacia otra persona estando dispuesta a atacar a otro odefo.

    - Seneca - Exclamó la castaña apuntando sobre el cuerpo de Arya quién al igual que Vrael estaba a una posición considerada (siete metros aproximadamente). El cuerpo de la mujer comenzaría a deshidratarse haciendo que quedara sin fuerzas y sin posibilidades de hablar con normalidad. Jamás quería que le hechizaran con ese hechizo, sería completamente terrible para ella puesto que no soportaría estar en esas circunstancias.

  24. Catherine

    La presencia de los miembros de la Orden del Fénix no tardó en hacerse presente en el local. Por lo tanto, tenía que estar atenta para asegurar que todos murieran de una buena manera y así su propósito estaba finalizado. Recorrió su mirada hacia todos los presentes percatándose de alguien que podía ser muy peligroso para ela, así que se preparó manteniendo su varita firme en su mano. Quería terminar con ellos pronto, antes que fuera demasiado tarde.

    - Anular Corpus Patronus -Exclamó la mortifaga apuntando hacia el cuerpo de Vrael que estaba unos ocho metros de ella. Lo si bien lo había intercalado a la perfección por lo tanto el hechizo que Vrael quiso nombrar no había salido de su boca. Estaba agradecida de poder utilizar esos hechizos siendo de aquel rango el cual pertenecía. Suspiró y se dedicó a planear otra estrtegía que pudiera servir para su beneficio.

    - Fuego Maldito -Conjuró la mujer apuntando hacia el cuerpo de un odefo (Aziid) que estaba a unos siete metros de ella. De su varita salió una llamarada en forma de león que no tardó en quemar a Aziid haciendo que de su cuerpo permaneciera completamente quemado, lleno que daños que no se curarían por si solos. Se quedó de esa manera esperando a que respondieran sus hechizos.

  25. Catherine Willer

    Seguía mirando atentamente quienes eran los que entraban y salían del local pero, ahora debía ocuparse de lo más importante que eran las defensas para protegerse de sus enemigos. Sí algo debía hacer, tendría que hacerlo bien, sino no valía la pena estar armando tanto alboroto en aquel territorio. Sólo quería jugar, divertirse un rato matando a esas pobres personas que, no tenían motivo de vida. Su oscuro pasado le había ayudado a no creer en el cariño que las personas "querían" ofrecer. Entró al local sin dar más vueltas y se dedicó a mirar a su alrededor en busca de algunas defensas.

    - Detritus -

    Conjuró la castaña de pronto una fina capa de color rojo salió de su varita rodeando su cuerpo para que la protegiera de cualquier ataque que sus contrincantes posiblemente conjurarían. Estaba protegida de aquella manera, era mejor ya que no quería morir, no había sido su proposito ir a suicidarse, sólo quería matar para sentir la libertad al no haber de aquellos seres indeseables. Apuntó su varita hacia una roca que estaba cerca de ella para transformarla en algún animal.Al ser Mago oscuro tenía la posibilidad de crear uno que sea muy fuerte.

    - Vitae -

    Nombró nuevamente la mortifaga apuntando a uno de los barriles grandes transformándolo en una criatura similar al lobo algo parecido a un lobo, con ojos y osico bien formados para herir. El animal carecía de una protección propia, y por lo tanto ningún ataque podía hacerle daño sobre su cuerpo. El animal se depositó detrás de ella esperando la hora de atacar; se encontraba con ansias de matar.

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