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Sherlyn Stark

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Mensajes publicados por Sherlyn Stark

  1. No quería ni pensar cómo estaría Aysha por su culpa. Tampoco se atrevía a entrar a la habitación a ver lo que había sucedido, así que sólo se mantuvo firme en su lugar esperando que la pelirroja se acercara a la puerta. Su propósito era mostrarle a los globitos parlantes, así también ellos conocían a la nueva empleada del departamento y no se asustaban al verla. No tenían por qué asustarse, aunque la gente nueva podía dar malas impresiones a primera vista, Aysha era encantadora.


    Sentía pasos detrás de ella. Por lo tanto miró de reojo hacia allí sin dejar de estar pendiente a la entrada de la habitación. Creía que había sido Fenrir, pero al escuchar la voz de Matt se dio cuenta de quién se trataba. No estaba bien decir “indebidas”, ya que Fenrir también ayudaba mucho en el trabajo de indebidos y, por lo que tenía entendido él era un lobo y no le correspondía el plural femenino. No importaba.


    Pudo ver a Matt en el piso con Fenrir dándole la cálida bienvenida. Suponía que había estado afuera, ya que el cachorro lo saludaba de esa forma tan simpática. Sabía que para su jefe era genial tener una mascota de esas características, tan amigable, cariñosa y educada. Era complicado educar a un lobo, considerando también su tamaño. Recordaba a Safir, de Perenela, era encantador, pero según ella era bastante salvaje a comparación con Fenrir.


    Temía por lo que podía haberle sucedido a su compañera, aunque por suerte Matt ya estaba en la oficina y se encargaría del tema. Desconocía si alguien ya se quedó pegado en un objeto de la habitación y que Babila se encargó de despejarlo. Con eso se quedó más tranquila. Pensaba que la muchacha no era capaz de quedarse allí, ¿y si se había probado la mascada?


    Toma, Matt. El ultimo objeto fue la mascada de tela fina —respondió a su jefe alcanzándole la lista con los objetos encontrados. Luego volvió a pensar sobre su compañera que estaba adentro de la habitación — ¿Y sí Aysha se la probó? —No creía que eso pudiera ser posible, ya que con el simple tacto la persona quedaba pegada, o eso creía. Había muchacha hipótesis por lo que le podía haber pasado a la pelirroja.
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  2. Era agradable que la pelirroja hubiera aceptado cantar en el karaoke, por ahora sólo consiguieron dos personas para que lo hicieran, aunque tenían que encontrar más. Sí no se animaba frente a todo el público, pero le haría muy bien cooperar para que la presentación pudiera llevarse a cabo en la taberna. ¿Y si en vez de eso terminaba espantando a las personas? A muchos no les gustaba cantar y por eso temía que se retiraran del local.


    No importaba, repartiría los folletos sin importar, pero primero visitaría los lavados, si es que la taberna los tenía. Era la primera vez que visitaba el lugar y había cosas que no sabía nada de aquel hermoso negocio. Esperaba que a nadie le molestara que se dirigiera a la parte de adelante del negocio, cerca de la entrada. Necesitaba algo de paz y no quería molestar a alguien por la simple pregunta de dónde estaban los baños.


    Giró su vista hacia adelante pudiendo observar que más personas se acercaban a la barra o seguían en la mesa. Estaba presenciando la bonita música con el piano que recitaba la pelirroja (Hayame). Sus notas eran encantadora y preciosas, tal vez luego le preguntaría acerca de su experiencia. Era en el momento que ya no veía más a Matt en la escena, quizás se estaba preparando para su turno. La hermosa Hayame, que aun Kirara no conocía su nombre, comenzó a cantar con una melodiosa voz.


    Existía la posibilidad que el sonido del piano llamó la atención a las personas del exterior, puesto que algunas comenzaron a hacer su llegada en la taberna. Era una joven de cabello rubio que no conocía, además que parecía que estaba esperando a alguien y era por eso que no se atrevía a darle el folleto del karaoke. No había visto a Aysha cerca de la barra, aunque pensaba que la chica estaba con compañía y prefirió no entrometerse.

  3. La mirada penetrante del lobo de Perenela le hacía tener miedo. Parecía como si en cualquier momento se la tiraba encima de ella para atacarle, pero no lo creía. Suponía que su amiga estuvo un tiempo muy ocupada para educar al pequeñito, por eso tampoco era su culpa. Podría ser también que así fuera la forma de ser de la criatura, y era algo que no podía juzgar.


    Safir por fuera era adorable y, creía que por dentro también, pero aún tenía mucho miedo a las personas nuevas. Era precioso para ella, se parecía mucho a Fenrir, el lobo que tenía su jefe. Aunque no fueran hermanos ambos animales podían llevarse muy bien si sus dueños se lo proponían. Se dispuso a dar media vuelta para indicarle el camino de los lavados donde el pequeño podía bañarse con tranquilidad y sin que nadie externo interrumpiera su privacidad.


    Al llegar pudo notar como el carácter de Safir se neutralizaba. Se lo notaba más pacífico como si le gustara permanecer en ese lugar. Era lo normal, ya que estaba encantado para que las preciosas criaturas se sintieran cómodas y se animaran a ser lavadas. No quería ni imaginar la reacción del pequeño cuando Nela lo llevó a su mansión, ya había supuesto cómo reaccionaba al estar cerca de Fenrir.


    — Me alegro mucho que le guste, Nela —comentó la castaña agachando su cabeza para ver al lobito estando allí investigando todo. Los animales eran muy curiosos por eso pensaba que él podría estar revisando todo para saber de qué se trataba el lugar.


    Ven, les mostraré la bañadera para perritos —indagó Kirara para que la chica la siguiera junto su mascota. Era una bañadera muy amplia, él podía estar ahí de forma tranquila mientras su dueño podía atender sus necesidades sin que este se enojara antes.


    ---


    Veterinaria -


    Sus suposiciones eran ciertas, la pequeña perrita tenía no más de dos años y al parecer estaba muy bien de salud. Sí fuera que la iba a vacunar le hubiera pedido los papeles de compra a la muchacha, pero prefirió dejar pasar ya que sólo era un chequeo.


    Era una cachorra todavía, por eso sabía que tenía que tener mucho cuidado para realizar el chequeo, en realidad, siempre debía tener cuidado de tocar porque si no el animal podía lastimarse y era lo que no quería. Miró hacia el otro lugar, donde una chica llevó un animal para lavarlo, esperaba que no tuvieran problemas con él.


    Comencemos con el chequeo. ¿Puedes ponerla encima del mostrador? —preguntó la veterinario encaminándose hacia el mostrador y se dedicó a agarrar un estatoscopio para conocer la frecuencia cardiaca de la cocker.
  4. Sentía como si Aysha no le hubiera respondido su idea de salir de la Habitación Blanca para buscar a Matt y preguntarle sí había más objetos para buscar. Le daba vergüenza agarrar su brazo para que salieran juntas de la oficina así que sólo salió ella primero esperando que ella y Fenrir la siguieran. Era un peligro para el lobo estar en esa habitación sin supervisión.


    Pensaba que presentarle los globitos parlantes a Aysha era una idea excelente, porque así ella no tenía miedo cuando los veía por primera vez. En realidad, Kirara desconocía por completo si compañera una vez los había conocidos a las pequeñas criaturas parlantes que merodeaban por el departamento. Hacía unas horas escuchó la voz de todos ellos, estaban felices y cotilleando lo ocurrido en el departamento bajo la ausencia de no sabía quién, creía haber escuchado también la voz de Sean.


    Mientras esperaba la salida de Aysha en la habitación, oía a Babila decir que Perenela se había despertado. No descartaba la hipótesis de que podría estar haciendo una obra de teatro en donde Nela era la princesa y Sean debía despertar a su amada. Tener esas suposiciones no le agradaba, porque no tenía muchas pruebas de lo que podría estar pasando en el exterior.


    En ese momento el elevador había sonado avisando la llegada de una nueva persona en el departamento. Desde su ubicación se le hizo imposible escuchar la voz de la persona que entraba, o de quién salía. Giró hacia la habitación para saber si Aysha todavía estaba adentro. No quería ni imaginar qué pasaría si la pelirroja se quedaba pegada en uno de los objetos, o si se había probado la mascada. Sería terrible.


    ¡Aysha! —exclamó la castaña dando media vuelta a dirección de la puerta. Debía verificar que todo estaba en orden para no pensar lo peor que podía estar sucediendo. Tal vez, exageraba, y puede la chica había estado del otro lado del que se dio medio vuelta. Era bastante despistada en ocasiones.
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  5. En el lado izquierdo no había señales de haber ningún objeto como el que describía el pergamino que le había entregado Matt. Miró detrás de los objetos más grandes, pero no encontró señales de nada. Fenrir estaba a unos metros de ella, cada tanto se giraba para ver que no estuviera mordiendo nada que resultara peligroso para él. Tenía la sensación que el objeto no estaba por allí, aunque apenas había comenzado a buscar.


    De pronto, sintió la voz de su nueva compañera, Aysha, que la llamaba para que fuera a ver la mascada. Recordaba no haberle avisado detalladamente sobre las conciencias que podían existir si se utilizaba esa prenda. De seguro era una mascada muy bonita, la cual se veía de forma excelente en el cuello de una persona. Esperaba que Aysha resistiera a la tentación de tocar esos valiosos objetos.


    Le hizo salir de sus pensamientos el gruñido de Fenrir, quien la llamaba en forma de gruñido. Se dio media vuelta para dirigirse a donde estaba la muchacha y verificar si era eso lo que buscaban. Sus características eran similares a las que Matt describía en el pergamino. Su tela era fina, de color claro muy opaco. A simple vista parecía muy normal, nadie se imaginaria que si uno se lo probaba este se transformaría en una serpiente que intentaría ahorcarle.


    Parece muy bonito, Aysha. Pero es muy peligroso, se puede transformar en serpiente. Procuremos no tocarlo —comentó la castaña agarrando su pluma para marcar en el pergamino como un objeto ya encontrado. Debajo de la lista de los objetos con las características que le había dado Matt, ya no se encontraba ninguna otra cosa para buscar, por lo tanto la tarea estaba finalizada.


    No hay más, Aysha. Por cierto, ¡Felicidades por encontrar el objeto! —felicitó Kirara a la joven que estaba en frente de ella. — Fenrir también hizo un buen trabajo —indagó después mirando como el lobo rodeaba la zona. Lo mejor sería ir a preguntarle a su jefe si había algún otro objeto que tenían que buscar.


    Salgamos de aquí —dijo, mirando hacia la puerta para ya retirarse. — Nos quedaremos en la oficina para esperar a Matt, le pediré permisos para mostrarte a hermosas criaturas que forman parte del departamento —prosiguió después, haciendo referencia a los globitos parlantes.
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  6. Debían seguir con su trabajo, y para ello lo necesario era que Matt supiera cómo iba. Por suerte, después de mostrarle el pergamino con las tareas a su jefe, la respuesta fue positiva. Y, pasó seguido le entregó un nuevo pergamino. La voz de todos los globitos se escuchaba desde aquel lugar. Esperaba terminar rápido la tarea para hablarles de eso a los globitos y contárselo en forma de cuento. Ellos estarían encantados de que alguien les hiciera compañía.


    Leyó con mucha atención el pergamino que tenía en sus manos. Este hablaba de una mascada con tela delgada. No le veía nada malo a ese objeto, pero después siguió leyendo y supo las consecuencias que podrían surgir. Aysha debería estar al tanto de las características que tenían casi todos los objetos que rodeaban la habitación. Se lo diría antes de entrar, pero al parecer ella se adelantaba dejando su maleta encima del escritorio.


    Lamentaba no haberle respondido a Aysha cuando ella le contaba sobre sus lazos sociales y su vida. Era tía de Matt, hermana de la directora del departamento y, no sabía si de Amya también. Existían cosas que después preguntaría. No sabía si Fenrir iría con ellas, así que lo mejor era preguntárselo para estar segura. Sí su jefe había dejado al lobo allí era por un propósito.


    Fenrir, vienes con nosotras, pero pórtate bien, pequeño —sabía que aquel comentario iba de más y el lobo siempre se portaba más que bien cuando se trataba de asuntos ministeriales, ya que no había visto su comportamiento fuera de este.


    Procura no tocar nada, Aysha —le sugirió a su nueva compañera, para luego cruzar el umbral de la puerta. La compra de los guantes la haría después. Creía que su compañera le había seguido. Ahora lo mejor era terminar la misión que les asignaron a ellas. Aysha necesitaba más características sobre el objeto, así que leerlo en voz alta era lo más apropiado.


    Es una mascada de tela fina, no sé el color, pero nos daremos cuenta cuando estemos enfrente de él —le indicó. — Todos estos objetos son muy bonitos, pero tienen consecuencias, por eso las encierran a este lugar —prosiguió. Era lo suficiente para que la joven no tocara nada de lo estuviera allí dentro. Eso el lobito ya lo sabía.


    Yo revisaré en el lado izquierdo y tú en el derecho, ¿te parece bien? Fenrir merodeará la zona —indagó. Era una buena idea, de esa forma terminarían más rápido el trabajo y no tendrían problemas en encontrar la mascada de tela fina.
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  7. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Le desconcertaba el hecho que la pobre criatura estuviese realmente muerta. Sí bien lo confirmó gracias a los comentarios de Xell y Matt. No se había imaginado la magia que el libro podía ejercer ante cualquier artefacto. En realidad no conocía nada acerca de este, pero intentaba mantener sus pensamientos lejos del asunto de la defunción de la ratita. Según su jefe, la criatura no había podido sobrevivir al calor extremado del fuego.
    El tema le había quedado más que claro, así que ya no necesitaba ir con Matt al departamento. Le haría bien tomar aire fresco y recorrer el Callejón Diagón. Agradecía los ánimos de parte de su jefe, pero no era lo necesario. Sentía ganas de irse, estar sola y pensar sobre lo que hubiera pasado sí la rata hubiera sobrevivido. Xell sin esperar más se fue corriendo subiendo las escaleras.
    El día libre era lo adecuado. Siguió a Matt para regresar a la primera planta donde se ubicaba la tienda. Xell estaba a unos metros en compañía de Lisa. Asintió la respuesta de Matt, dejarlas solas era la mejor idea. Quizás ellas conversarían de libros o de revistas de mejor manera estando ellos ausentes. Salió de la librería tras su jefe, para luego despedirse de él.
    Gracias, ¡hasta pronto, Matt! —se despidió la castaña caminando en dirección contraria. No tenía planeado ir a ninguna tienda, sólo caminar hasta, ¿desaparecer? Sí, un lugar más tranquilo le sentiría mejor.
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    Los guantes ya estaban comprados, y había logrado salir del caldero chorreante sin ser empujada por algún mago. A decir verdad, nunca le había sucedido, pero podría pasar si no tenía cuidado la próxima vez. Ahora, podía ver la claridad a través de sus ojos, era más tranquilizante y animada. Estaba la fuente en medio, aunque de igual manera muchos magos salían y entraban del ministerio.
    No tardamos mucho, Aysha, pero, tuvimos que recorrer muchos sitios, ¿verdad? —preguntó la castaña, esperando que la joven le respondiera.
    Después de haber cruzado el calderón sin mantener conversación, creía que lo mejor era ver cómo estaba la pelirroja y hablar un poco sobre lo sucedido recientemente. La idea de acompañarla había sido un poco divertida, claro, estuvieron por muchos lugares y recorrieron las calles del callejón Diagón en el transcurso de ida, ya que de vuelta no habían podido hacerlo.
    Supongo que otro deseo no hará mal a nadie —dijo la castaña mirando hacia la fuente y dirigiéndose a esta con el propósito de pedir otro deseo. Sería completamente feliz si este se llagaba a cumplir como lo deseaba. Miró a Aysha, pero no esperó la afirmación de ella para realizar lo que quería. Luego de tirar la moneda, giró a dirección del elevador para dirigirse a la tercera planta ya.
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  9. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/ICON_08-KiraraS_zps5fa176be.gif

    Al darse cuenta que esa persona que se había olvidado se trataba de Aysha, decidió no interrumpir en su compra. La joven le había dicho que se entretuvo en el callejón, de seguro era porque estaba muy cansada y necesitaba descansar sus pies de tanta caminata. Era muy cierto que podían haberse aparecido fácilmente, pero era mejor de esa forma, así se conocían mejor entre ellas.
    Se distrajo mirando todos los objetos que la primera planta ofrecía. Deseaba algún día tener todos esos artículos bajo su poder, pero siempre y cuando lo necesitase. Suponía que Aysha terminaría su compra rápidamente, así que espero a que ella le diera la señal para avanzar. Mientras tanto, seguiría examinando las distintas mercaderías. No hacía frío afuera, pero un objeto que la protegiera del viento no era para mal.
    Sintió como alguien la tomó del brazo para que ya se fueran a las calles nuevamente. En ese momento tendría la oportunidad de ver más vidrieras junto a su compañera. Notaba que no estaba de buen humor, quizás la habían dicho algo que se molestó. Era muy raro. In darse cuenta transpasaron el umbral de la puerta estando ya en en el exterior del establecimeinto.
    Post salida
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  10. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    No cuestionaría el pensamiento de Aysha, que había decidido no creer en la suerte que la fuente le daba a cada uno de los que tiraban una moneda, para ella el sujeto hacia todo lo posible para que el deseo fuera posible. El suyo, por supuesto, había sido secreto el cual mantendría muy guardado para que nadie jamás lo supiera al ser personal. Tal vez su manera de pensar sería un poco tonta, pero al menos su nueva compañera tiró una moneda para satisfacerla.
    Estaba a punto de agradecerle, pero no se le había hecho posible. La joven debía concentrarse en su deseo, ya que al ser lo contrario, no se concedería. Suponía que su compañera le gustaba mucho mostrarse bien frente a los demás, y por eso siempre pensaba en las combinaciones de su vestimenta. Quizás, pidió guantes que cambiaban de color según sus prendas.
    Se tentaba. Quería saber qué era lo que la joven había pedido, pero no, estaría fuera de lugar hacer una cuestión de esas características. Los secretos siempre debían quedarse para uno mismo, creía ella. Se dedicó a caminar hacia el Calderon, no quedaba muy lejos de donde estaban en ese momento. Sentía la intriga que tal vez la joven tenía por querer sus guantes de una vez.
    Tu sobrino me ha dicho que debemos pasar por el Caldero Chorreante, para ir al Callejón Diagón, Aysha. No queda muy lejos de aquí. Vámonos —animó la castaña indicándole el camino hacia la puerta. Deseaba que el caldero estuviera tranquilo y no hubieran tantas personas desconocidas. De esa manera, salió del lugar.

    -Posteo salida
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    Deseaba tener un vuelaplumas, ya que este le ayudaría muchísimo en temas ministeriales, rellenar formularios, entre otras cosas. Aunque ella no perteneciera más a la familia de Vrael, lo seguía considerando como un hermanito. Estaba más grande que la última vez que lo vio, de seguro había tomado una poción de vejes, no lo sabía, o quizás en verdad pasó mucho tiempo.
    Los visitaré cuando me sea posible. Hasta luego —comentó la castaña despidiéndose del muchacho. Ya sabía cómo eran los trámites de una compra en el Magic Mall, así que no debía preocuparse por este mismo. De su bóveda se descontarían unos galeones en unos días, pero no era un problema ya que al mismo tiempo recibiría su vuelaplumas.
    Dio media vuelta. Sentía que algo le faltaba, algo muy importante pero por más que intentara no lo recordaba. Mirar los distintos objetos que vendían en la primera planta no era mala idea, ya que se quedaba fascinaba al ver todos los tipos de artícu.los que vendían. Estaba segura que en algún momento algún empleado se acercaría a preguntarle qué era lo que necesitaba, pero en verdad, no quería nada.
    La sensación de haber perdido algo no se le iba, por lo tanto no se retiró del establecimiento esperando una respuesta dentro de sí. Aysha, su nueva compañera de departamento. La última vez que la había visto fue en las calles del callejón, no sabía dónde estaba la chica y Matt la regañaría si la perdía.
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  12. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Acompañar a Aysha era una misión muy linda ya que podía conocer más a su nueva compañera. Estaba segura que se iban a llevar muy bien, para ella, parecía una chica muy adorable y educada. Sabía como responder cualquier preguntar. No se había dado cuenta que pertenecía a la misma familia que Matt, era la tía exactamente. Aunque estuvo varios meses trabajando en el mismo departamento aun le faltaban muchas cosas por aprender.

    Se preguntaba si su deseo anterior de la fuente se había cumplido. No recordaba cuál era, ni en qué ocasión tiró la moneda. "La suerte..." no ocurrió ningún suceso imprevisto en ningún lugar, ni suerte fuera de lo normal. Se preguntaba qué pensaría su compañera si se apartaba de ella y se dedicaba a tirar una moneda en la fuente. Al verla esta estaba fija sobre el suelo, con agua en su interior, a su alrededor muchas personas creían en ellas.

    - Espérame, Aysha. Allí esta la fuente... -informó la castaña acercando esperando que la chica la siguiera.

    - Yo creo que si tiras una moneda y pides un deseo, este puede hacerse realidad -comentó a la pelirroja.

    Cerró sus ojos y se concentró en lo que pediría. Era un secreto, mucho más grande que la suerte, pero lastimosamente ninguna persona del exterior sabría lo que ella estaba deseando. Al escuchar el ruido de la moneda estrellándose en el agua se apartó unos centímetros. Estaba segura que Aysha se animaría a tirar una moneda para que le diera suerte o un deseo en concreto.

    - Vamos, Aysha, tira una moneda, si no tienes te prestaré una -tenía la sensación de que quizás estaban desviándose de su trabajo, pero quién decía que con suerte estarían beneficiando al mismo también.

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  13. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Para ella la rata era muy bonita sin importar las emociones de molestia que debía tener la pobre en ese momento. Estaba quieta, parecía que ya había pasado al otro mundo, pero no era así. La pequeña comenzó a moverse en el instante que Matt movió el libro. Kirara había procurado no mirar hacia ese lugar imaginando que el animal no estaba vivo, pero se le hizo inevitable.
    La pobre criatura comenzó a chillar, como advirtiéndole a Matt que no agarrara el libro. Su jefe maldecía por la acción de la rata, pero él no pensaba que la pequeña chillaba por el bien de él, según creía ella. Estaba mal maldecir al animalito, aunque suponía que su jefe estaba muy enojado en ese instante para elegir las palabras adecuadas. No se enojaría con él.
    Matt decía que estudiaría a la rata junto a Sagitas. No quería que la mataran, era una criatura viva y merecía tener una vida digna con el resto de su familia de ratas. — Yo quiero ir también, Matt… —le dijo a su jefe en el instante que las miró a ella y a Xell. Ellos no serían capaces de matar al animal, estaba segura, ya que Sagitas le gustaban mucho las criaturas. Temía que la rata fuera tocada por manos despiadadas, alguien que no fuer como Sagitas y Matt.
    Quiero saber cómo estará la rata —comentó la castaña con preocupación.
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  14. Su compra no había tardado en ser efectuada por el jefe del Magic Mall. Al verlo, se alegró mucho que el hijo de Aziid fuera el que estuviera a cargo de realizar cierta actividad, ya que sabía que era una persona responsable. Hacía tiempo que no veía a ninguno de los dos. Era una pena, pero en la vida uno elegía diferentes rumbos.
    Apartó la pluma de su pergamino y se giró hacia él para que le indicara en cuál campo se equivocó. Solamente una sola había comprado en la Primera Planta, y sólo era un simple error de número. Mientras este atendía a otra cliente, ella no tardó en borrar y escribir lo que correspondía. Desde siempre había querido un vuelaplumas, aunque su trabajo ministerial le impedía tener ese tiempo en algunas ocasiones.
    Oh… gracias —agradeció la castaña extendiéndole el pergamino con su compra. Esperaba que de esa manera estuviera mejor.
    La bruja que estaba siendo atendida al mismo tiempo compró una nimbus 3000, por lo que tenía entendido, una de las mejores. Suponía que sería una experiencia maravillosa viajar en una escoba como la que tendría ella. Su vuelapluma también sería un objeto grandioso, por eso lo cuidaría muy bien.

    ID: 113426
    Nick: Kirara Ruak
    Bóveda: N°101718

    Fecha: 27-04-2014

    Nombre del producto: Vuelapluma.
    Objetos, Criatura o Poción: B.
    Catalogación: A.
    Puntos por unidad: 10.
    Cantidad de unidades: 1.
    Precio por unidad: 500 g.


    Precio total:500 g.
    Total de Puntos: 10 p.

    Si es una criatura para personaje, colocar el Rango Social del comprador:
    Unicornio de Bronce
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  15. Hacía meses que quería comprar algo en magic mall, y una de esas cosas era un vuelaplumas. Sentía lastima por las plumas comunes, ya que se requería de tinta y esta se esparcía y manchaba el pergamino si uno no tenía cuidado al utilizarlos. En ese momento tenía un negocio, por o que le serviría de mucho, ya que este anotaría todo lo que ella le pedía. Al principio se le había hecho de perezoso comprarlo ya que realizaban el trabajo por ella, pero al final optó por obtenerlo, olvidando todo lo que pensó anteriormente.

    La primavera llegaba a muchos rincones de la comunidad mágica, el calor comenzaba a sentirse y las primeras flores primaverales florecían a un paso ligero. Toda la comunidad estaba teñida por un verde natural. Resultaba muy saludable para la salud de las personas y criaturas.

    Al cruzar el umbral de la puerta del establecimiento se dedicó a observar cada uno de los objetos que estaban en el lugar. Todos eran muy interesante y algunos bonitos. Le encantaría probar cada uno de ellos por sólo adquirir tener esa experiencia. Se dirigió hacia el mostrador y con una pljuma normal rellenó su formulario.

    ID: 113426
    Nick: Kirara Ruak
    Bóveda: N°101718

    Fecha: 25-04-2014

    Nombre del producto: Vuelapluma.
    Objetos, Criatura o Poción: B.
    Catalogación: A.
    Puntos por unidad: 10.
    Cantidad de unidades: 1.
    Precio por unidad: 100 g.


    Precio total:100 g.
    Total de Puntos: 10 p.

    Si es una criatura para personaje, colocar el Rango Social del comprador:
    Unicornio de Bronce

     

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  16. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    El lugar era un poco más oscuro de los que frecuentaba, pero las paredes no eran tan húmedas como otros sótanos que muy pocas veces visitó. Ese era el lugar que menos le gustaba del local, parecía escalofriante por la falta de iluminación que presenciaba, ¿o sería por estar un buen tiempo en el sol del Callejón Diagón? Era lo más probable, todavía no se le iba el reflejo solar.
    Había tenido razón al decir que empujándolo sería una idea efectiva, aunque no todo lo dicho fue cierto, ya que tuvieron que utilizar magia para abrir el agujero sobre la pared. Antes de poder acercarse sólo veía la iluminación que producía la varita de su jefe quién pocos instantes después informaba haber encontrado el libro maldito que habían buscado.
    Se quedó pensando unos segundos, ¿a qué bolsa se refería Matt? Era despistada en ocasiones por lo que no recordaba haber escuchado hablar sobre una bolsa. No creía que necesitaba cualquier bolsa, ya que si no le hubiera pedido a Xell quien era la propietaria del negocio. Se podría decir que estaba muy nerviosa, así que miró a todos lados en busca de alguna respuesta que le sirviera.
    En su cartera llevaba algunas herramientas necesarias que se requerían para realizar aquel trabajo ministerial. Así que se dedicó a buscarlo rápidamente por el interior. Deseaba no estar tardando tanto, ya que no sabía lo peligroso que podría llegar a ser el libro maldito. ¿y si mataba a su jefe, a Xell y después seguía por las personas que estaban arriba comprando libros? Todo sería su culpa.
    ¿Hablas de esta bolsa, Matt? —preguntó la castaña haciendo referencia a una bolsa opaca de tela que parecía muy resistente. En ella podrían entrar objetos de cualquier tamaño, o eso creía ella. Tal vez neutralizaba la magia del objeto que contenía magia indebida.
    Se acercó a él pudiendo ver como una rata muerta se hallaba muerta sobre la portada del libro. «Sólo está dormido, sólo está durmiendo…» trataba de pensar para no sentirse mal por la pobre criatura. — Esperemos no haber interrumpido la siesta de la rata… debe estar durmiendo profundamente al no darse cuenta de nuestra presencia —comentó con tristeza. En verdad no podría soportar a un animal en ese estado, le daba mucha pena.
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  17. Al mirar detenidamente a la pelirroja, se dio cuenta que no tenía nada que ver con el asesino de globos que se lo imaginaba en la mente. Más que nada, su personalidad parecía ser muy agradable y, Fenrir había notado lo mismo ya que estaba lamiéndole la mano a la recién llegada. Recordaba que el lobo no tuvo esa misma reacción cuando la conoció a ella, por lo que supuso que se conocían desde antes, pero, ¿de dónde?


    Se quedó pensando unos segundos, para luego mirar detenidamente a Fenrir. Se sentiría muy mal al saber que el cachorro recibía a otros empleados mejor de lo que a ella al verse por primera vez, ¿estaría celosa? No comprendía qué le pasaba pero sobre frunció un poco el ceño demostrando un poco de molestia ante lo que presenciaba. No deseaba que Aysha se sintiera incomoda, además que estaba actuando de una manera ridícula.


    Giró su vista ante su nueva compañera para dedicarle una sonrisa. Hace meses que no entraba ningún empleado nuevo a la oficina de indebidos, por lo que el hecho le produjo alegría. Deseaba llevarse bien con ella y estaba segura que harían un excelente trabajo, también junto a Matt que era uno de los mejores jefes que tuvo además de Cye, y no recordaba haber tenido otro más


    ¿Los guantes? —preguntó, se le hizo inevitable no pensar en la vez que tuvo que comprar los suyos. Era raro que Aysha no supiera dónde se compraban, pero, por ahí aceptara que la acompañe, de paso para conocerse mejor. — En Magic Mall los venden, Aysha, son muy bonitos. Suelen ser negros y, supongo que ese color hace muy buena combinación con todos —agregó la castaña.


    No se animaba a preguntarle sobre sí podía acompañarla. Quizás porque era una persona recién conocida, y se avergonzaba un poco al hablar con ellos. — Emm… sí aceptas podría acompañarte a comprarlos —agregó al fin, esperando una respuesta de su nueva compañera.
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  18. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Estaba interesada por saber los distintos escondites que guardaba la librería dentro de su hermosa arquitectura que reflejaba el cuidado que le tenían. Era muy bonitos, como todos los negocios en los que Sagitas era la anfitriona, lo bueno era que la mayoría resultaban ser muy entretenidos, no eran simples negocios. No dejaba de posar su vista sobre los distintos libros depositados en las estanterías.
    Escuchaba como la Reventora decía que en su trabajo no necesitaban guantes, o al menos no lo requerían en el momento de restaurar. Pensaba que Xell debía sentirse incomoda al negarle que no tocara nada de su propio local. Aun así, sabía que era una chica que comprendería lo grave de la situación, sobre el libro maldito y los problemas que posiblemente causaría a muchas personas.
    Luego, escuchó como la rubia procedía diciendo que no tenían escondites, aunque decía que la madre de Matt tenía uno cerca de las escaleras; esperaba que no se “comiera” a nadie por entrar al lugar sin su permiso. Sobre el suelo se encontraba una escalera de caracol que les dirigirían al sótano de la librería.
    Le daba vértigo bajar las escaleras, así que procuró no mirar hacia abajo por miedo a pisar mal los escalones que estaban en buen estado. Al pisar, por fin, el suelo pudo ver un hueco cerrado, al que Xell no sabía qué hacerle para pasar el umbral. Decidió no adentrarse mucho y quedarse cerca de las escaleras. No se le ocurría cómo hacer para que el hueco se abriera.
    ¿Empujándolo se podrá correrlo? —preguntó.
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  19. Era una pena que la caja de música tan bonita tuviera defectos sobre sí y, no había nada que alguien pudiera hacer para sanarla. Era importante mantenerse lejos de ella para evitar ciertos efectos sobre alguien. Se mostró muy agradecida de que Fenrir se mostrara tan educado, ya que le hacía caso y sabía cómo comportarse como correspondía. En ese instante sintió como le pequeño intentaba jugar con ella.


    No, Fenrir, no te muevas —advirtió Kirara al ver que el lobo trotaba por la habitación. No tenía la culpa, él sólo quería jugar.


    Sí su jefe viera que su mascota estaba queriendo jugar se molestaría mucho al pensar que no lo estaba cuidando bien. Luego de pensar aquello, escuchó a Matt que la estaba llamando para presentarle a alguien. Pensaba que podría tratarse de, ¿el asesino de globos? No lo creía. Para qué su jefe querría presentarle a un ser tan desagradable como lo era ese asesino.


    Quiso llamar al lobo para que no fuera ya que no descartaba que fuera algo muy peligroso. Se quedó pensando, y cuando reaccionó observó que la criatura estaba con su cabeza detrás de la puerta. Ya sería tarde, estaba segura que el incognito estaba lavando el cerebro de todas las personas del departamento, incluso las mascotas. Deseaba que no le hiciera nada a los globitos.


    Fenrir ladraba, pero no era un ladrido de guardia, sino más que nada como si la llamara para que fuera. Se acercó a él. Aun no se le había ido la desconfianza hasta llegar a la puerta e intentar salir tras del lobo.


    ¿Qué sucede Matt? —preguntó en el instante que cruzó el umbral.


    La chica que estaba junto a él no parecía una mala persona. Su cabello era de un rojo intenso y sus ojos eran claros, nunca había podido distinguir los tonos de los ojos ya que el de muchos cambiaba al estar presente con la luz. Suponía que se trataría de un animago que se registraría para no tener problemas con el ministerio, pero ella no podría ser la asesina de globos.


    ¡Hola! —saludó la castaña. Sentía como si hubiera sido el saludo más patético que se le había podido ocurrir por su cabeza en ese momento. ¿Y su presentación donde estaba? Curvó sus labios dejando de lado la vergüenza que sentía. — Lo siento mucho. Mi nombre es Kirara trabajo en esta oficina como empleada, Matt es mi jefe. Mucho gusto —se presentó al fin, y luego desvió su mirada hacia otra parte.
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  20. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    El negocio de Xell era bastante bonito, más que nada porque había un centenar de libros acomodados como correspondían. El ambiente era agradable y, en el aire se esparcía el aroma de algunos libros nuevos que suponía, que eran los que estaban más adelante sobre el ventanal. Era una pena no poder detenerse a mirarlos para comprar alguno. En otra ocasión sería, ahora lo importante era seguir las indicaciones de Matt.

    Se adentró más al negocio siguiendo a su jefe. Kirara no dejaba de mirar la diferentes portadas de los libros que ofrecían la tienda. Contenía para todos los gustos, así que no le impresionaba que personas visitaran con frecuencia el local. Era inevitable mirar las estanterias, pero por otro lado prestaba atención lo que decía Matt. El libro era un objeto peligroso para la comunidad mágica, así que tenían que encontrarlo lo más antes posible.

    Sacó los guntes de piel de dragón de los bolsillos. comparado con los de Matt, estos estaban un poco más nuevos, ¿o sería que él había tocado más objetos que contenían magia indebida? Luego le preguntaría, en ese momento lo más importante era seguir las instrucciones que el decía. Era una pena que Xell no tuviera los guantes, pero de igual manera podía seguirlos y mostrarles escondites de la librería.

    - ¿Tiene escondites? - preguntó la castaña con interés.

    Jamás se hbía imaginado que un lugar como aquel tuviera lugares ocultos, aunque no había que dejarse engañar con las apariecias. Estaba segura que era un sitio del que había mucho que descubrir. Su arquitectura en las paredes era perfecta, además que aún no conocía el mapa del lugar.

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  21. Se alivió al escuchar que Sunar no venía por un peluche, ya que creía que el perrito era el único que vendía en la floristería. Tenía interés por saber lo pediría ella, así que permaneció donde estaba. Se escuchaban ruidos desde la trascienda, quizás Amya estaba jugando con algunas plantas para que estas crecieran felices o, de seguro, clasificaba los tipos de ramos florecidos por la temporada de primavera.


    De pronto, apareció Amya para atender a Sunar, quien quería ramos de flores y jarrones para adornar la fiesta de su hijito Argi. Luego escuchó las características que quería que estos tuvieran. Jamás había escuchado hablar sobre los jarrones “zen”, estaba segura que serían bonitos y quedarían fantásticos en la fiesta del pequeño.


    Miró con atención el catalogo que mostraba Amya. El último jarrón estaba más lindo, quizás compraría uno para ella o para regalar a alguna amiga suya. No logró decir ninguna palabra, ya que en esos instantes Amya se retiró para revisar asuntos internos de la floristería.


    A mí me gusta el último jarrón, Sunar ¿Cuándo será el cumpleaños de Argi? —preguntó la castaña y al rato escuchó la voz de la Adler.


    Aunque estuviera lejos escuchó lo que mencionaba Amya, ¿acaso había caracoles en el local?, hasta ese momento no había visto ninguno pero sería encantador encontrarse con alguno. Le gustaban mucho esa clase de criaturas, quizás la tomarían por loca por eso pero de esa forma era feliz.


    ¿Con quién hablabas, Amya? —se giró para preguntarle. Fue muy extraño para ella, los ruidos de la trastienda, parecían dos personas hablando o jugando a algo. — ¿Con las plantas de la trastienda? —prosiguió.
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  22. Asistente -


    Podía mirar detrás de la espalda de la joven, cómo se movía la serpiente. Podría llegar a ser un animal muy peligroso, pero por suerte estaba todo supervisado en ese local. Suponía que su nerviosismo se notaba, pero esperaba que su cliente no lo hiciera, ya que terminaría perdiéndola. Era su imaginación, pero notaba como la serpiente se movía sin cesar. No le gustaban ese tipo de criaturas.


    ¿Los veterinarios? —preguntó saliendo detrás del mostrador para mostrarle el establecimiento. — Ella está allí, atendiendo a una cliente que acaba de llegar. Quizás sean asuntos urgentes —comentó. Esperaba que eso no le molestara a la joven.


    Como veras, estamos de apertura y, sólo tenemos un solo veterinario a nuestra disposición, aunque sé algo de medicina veterinaria. Si me permites puedo revisar a tu mascota yo —prosiguió esperando que ella aceptara su proposición. Estaba claro que no lo hacía por la serpiente, sino por la muchacha que le había caído muy bien.


    Puedo regalarte juguetes para serpientes al ser la primer cliente —informó mostrándole un juguete de madera en forma de aquel animal. No tenía ni la menor idea si las serpientes jugarían con eso, lo más probable era que confundiera la lengua con orejas de conejo e intentara comerlo. Estaba actuando de una manera patética, lo sabía, pero desconocía el porqué de su vergüenza.
  23. Encargó al asistente de la veterinaria que se dirigiera al Emporio de las lechuzas para que asistiera a una criatura herida del local. Esperaba que la asistencia sirviera de mucho y lograran salvar a la pobre lechucita del emporio, no sólo para que se ocupara de las misivas que le pedían. Siempre había tenido muchas ganas de conocer ese negocio para enviar alguna carta a su madre o algunos amigos.


    Se giró hacia Nela en el momento que la veterinaria entró para atender a Tequila. Al parecer, los lobos no tenían parentesco alguno, sólo eran muy parecidos físicamente. Había jurado que eran hermanos, aun así ninguno dejaba de parecer bonito. Darle un baño a Safir sería una tarea muy complicada, pero al final lo harían de manera eficaz, era lo que esperaba.


    Lo bañaremos las dos, Nela, si quieres, haría muy bien al lobo, ya que fortalecería su confianza hacia ti —respondió la castaña. Las pesuñas de Safir parecían ser verdaderamente un problema ya que estaban negras como las había descripto su compañera hacia unos instantes.


    Será mejor que vayamos a los lavados, Nela ¿Te parece? ¿te gustaría seguirnos, Helen? —preguntó antes de darse la vuelta para indicarle el lugar.


    *-*-*-*-*-*-*-*-*-*


    Caroline – veterinaria


    Así que un chequeo ¿eh? —indagó examinando con la mirada a la cachorra que la cliente tenía en sus brazos. — No habrá problemas en atenderte en este momento —prosiguió. Los informes ya estaban completos y ordenados en su oficina, ya estaba apta para atender a algún animal.


    Los chequeos generalmente no suelen tardar mucho tiempo, pero primero debes responder a algunas preguntas —siguiente a aquello sacó un pergamino y a la vez su pluma para sacar nota a lo que la joven respondería. — ¿Cuántos tiempo tiene? —al mirarla nuevamente supuso que no llegaría a los dos años, aún era una pequeña cachorra
  24. Ya había visto que los carteles de karaoke eran muy bonitos, con un diseño excelente, por lo tanto no le importaba cual llegaba a ser predeterminado. Quizás utilizarían todos los folletos como presentación, no lo sabía ya que aún no le afirmaron su participación para repartir. Recordaba que Heliké le había dicho que se mantuviera tranquila, debido al comentario que hizo de los pájaros.
    De lejos, veía como un grupo de jóvenes magos charlaban de forma entretenida, o eso era como lo veía, a veces su punto de vista distorsionaba la realidad. Los elfos seguían rodeando la zona para ver en que podían servir. Se veían muy adorables para ser parte del personal. De seguro los elfos eran empleados para atraer a las personas y así, suponía ella.
    Le interesó la llegada de una persona nueva al local. Era una muchacha pelirroja, casi del mismo tono que la joven que estaba junto al grupo. Hablaba con alguien, pero desde esa distancia se le hacía imposible saber con quién. La presencia le llamó mucho la atención, ya que para ella estaba hablando sola o, ¿con unos cuadros de la entrada? Algunos miembros del personal ya se encontraban atendiéndola.
    Estaba a unos metros cerca, también sobre la barra. Quizás, una conversación con una persona que no fuese un cuadro seria lo mejor. Existía la posibilidad de que ella fuese la cantante que Sagitas estaba esperando o, en el caso que no lo fuera de seguro se interesaría en el karaoke que estaban programando. Kirara por su parte aun no terminaba la limonada que había pedido instantes atrás. Sí no lo hacía antes de tiempo, sabía que los efectos de hidratación en su pie no darían resultado.
    Disculpa, ¿Te interesaría participar en un karaoke que la señorita Sagitas está programando para esta noche? —le preguntó al acercarse a ella. Estaba segura que si ella aceptaba y cantaba bonito sería muy entretenido.
  25. Luego de leer las indicaciones en voz alta, se dedicó a mirar a su alrededor en busca del objeto que estaba definido sobre el pergamino. Lo que más deseaba era que Fenrir se quedará tranquilo en su lugar y no cayera en la tentación de agarrar un artícu.lo pensando que era un juguete. Estaría enojada consigo misma si el lobo quedara pegado en la Habitación Blanca. Nada sería lo mismo sin la criatura.

    Escuchaba los pasos de Fenrir detrás que la seguía de manera calmada. Creía que no era fácil para él no olisquear muy de cerca los objetos, o al menos no morderlos para una comprobación. Tenía mucho que agradecerle al lobo, y lo haría en cuanto terminara ese trabajo en la habitación. Aún debía preguntarle a Matt si era posible darle un baño a la mascota y, no porque fuere sucio sino que después de un baño ellos se sentían mejor.

    Era un lugar amplio y tan blanco como Fenrir, por lo tanto tardaron un poco en encontrar la estantería donde estaba el sombrero con las características idénticas a las que describía el pergamino. Ahora sólo faltaban otros objetos. Sacó su pluma y marcó sobre la definición del sombrero definiendolo como un objeto ya encontrado.

    Iremos por otro, Fenrir —comentó la castaña mientras leía con atención sobre el siguiente objeto que debían encontrar. Esperaba que la caja de música estuviera en buenas condiciones, así como lo había estado el sombrero. Creía que sería un objeto músical muy interesante y entretenido, desde siempre había deseado tener una de esas.

    ..."Caja de música. Descripción: caja de metal con instrumentaciones doradas; al abrirse una bailarina se mueve al son de la música; en el lateral, una pequeña cuerda gastada..." - le leyó a Fenrir los deseos de tener esa caja de música se esfumaron al leer las propiedades mágicas.

    Parece ser un objeto muy peligroso, así que ten mucho cuidado —sugirió Kirara mirando al lobo. Al menos hasta ese momento creía que era un tarea muy simple y, no tardaría en terminar de comprobar todos los objetos.

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