Jump to content

Sherlyn Stark

Magos Expertos
  • Mensajes

    1.350
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    10

Mensajes publicados por Sherlyn Stark

  1. — En realidad —mencionó luego de escuchar la preocupación de su jefe por el insidente dentro de la clínica—, espero que no haya sido a propósito —terminó de decir, mientras pensaba seriamente sobre el tema. Era malo creer que alguien podía tener intenciones tan peligrosas como estaba insinuando minutos atrás. Comenzaba a sentirse mal, pero peor se sentiría si los Globitos Parlantes hubiesen estado presentes, ya que podría darle un mal ejemplo de su parte. Ellos debían comportarse bien, como preciosas criatura de bien.


    Se sentía preocupada por no haber verificado el estado de los globitos, pero lo sabría después, cuando volviesen del establecimiento que necesitaba su ayuda, y aquello los parlanchines sabrían entenderlo gracias a la abundante bondad que tenían dentro de ellos—. Espero que Xell este cuidándola bien —mencionó, dándole toda la confianza a la ex funcionaria del departamento. Tenía las esperanzas de que la rubia volviese con nosotros, aunque por supuesto, todavía no sabía que ya había sido aceptada.


    — Vamos, Matt —apuró al jefe. La catástrofe sucedida ya no podía esperar y debía cesar lo más pronto posible, si no, quién sabía hasta dónde podría prolongarse—, quizás, ellas Amya y Sagitas tienen asuntos pendientes de los cuales ocuparse —intentó hablar lo más bajo posible para que no escucharan—. Será mejor esperarlas en el Atrio o en la clínica, ¿no te parece? —interrogó, y al mismo tiempo se adentró al elevador. Por suerte llevaba un par de monedas, las cuales podría utilizar para pedir un deseo en la fuente.

    • Me gusta 1
  2. Observó desconcertada a la jefa de Revenciones, ya que no sabía por qué razón metía a Sean en el concepto de “malas personas”, al menos ella no creía que él podía matar y comer a sus compañeros de trabajo como el otro desmemorizador. Como mentiras solían tener una escasa vida, prefirió dejar el tema como estaba, y dar sus acusaciones cuando ya supiera con claridad lo qué sucedió en la clínica. También podrían sacar sus propias conclusiones cuando examinasen la situación, aunque solo algo estaba claro, apostaba que todas apuntarían a una sola persona.


    Sería interesante volver a la clínica, así conocería a la nueva aprendiz para explicarle todo y, preguntaría a Xell cómo le fue en esa eterna ausencia. La extrañó muchísimo, y era lamentable saber que la chica no entraba como funcionaria al departamento. Esperaba que fuese una equivocación aun existían las posibilidades, después de todo la plantilla tenía unas manchas de tinta, a pesar que no la había visto detenidamente.


    Se giró a su jefe cuando este dijo que su tío era una buena persona, si ella fuera él no estaría tan segura. Había cosas que aún no le cerraban de ese sujeto, aunque consideraba estar exagerando un poco en el momento de juzgarlo, pero el pánico tal vez hacia que se comportarse de tal manera, además de que estaba en juego la seguridad de las mascotas del departamento, si su hipótesis resultaba ser verdadera. Asintió a sus palabras. Por supuesto, hablaría con la directora para que estuviese al tanto de la situación, ya que más que nada, deberían prevenir lo peor—. Muchas gracias.


    — No lo sé —respondió ante la interrogación de su jefe—, al parecer alguien muy malvado y cruel rompió a propósito las pociones de una sala —añadió con lo único que sabía sobre el suceso. Seguía pensando en su trabajo de guía. En cuanto encontrara, le enseñaría el departamento, conocería a cada una de las mascotas y el funcionamiento de las oficinas. Estaba segura que no lo haría tan bien como Babila, aun así, la joven quedaría encantada.


    Se adelantó unos pasos al escuchar las indicaciones—. ¿Vamos a la clínica, Matt? —preguntó la castaña, esperando que éste diese la orden.

    • Me gusta 2
  3. Le encantaba acariciar al lobo, más allá de percibir su sedoso pelaje blanco y lacio, sentía el gran amor que le brindaba el mismo a la hora que lo mimaba. Estaba segura que al animalito le hubiera dado mucho gusto que le regalase moñitos celestes para sus orejitas, sólo que tenía el presentimiento que le incomodaría, ya que como según se podía ver, tenía la manía de mover sus orejitas para liberarse de cualquier incomodidad. Hubiera sido genial jugar un ratito con la pequeña criatura, pero su jefe estaba presente con pedazos de donuts sobre su rostro.


    Se escuchaba la voz de Babila de lejos, preocupado por la noticia que le habían dado anteriormente sobre los rumores de galeones falsos dentro del Ministerio de la Magia. La prensa siempre inventaba o exageraba las situaciones para aferrar clientes, y no le parecía lo adecuado, aunque ¿por qué no podría ser verdad? Sería fatal que lo fuese, además que resultaba muy preocupante e incómodo para Babila, al parecer. Tal vez podría tratarse de un ser maleante que se dedicaba a robar bancos cuando no estaba en horas laborales.


    Se giró hacia Sagitas cuando les preguntó acerca de la llegada de la nueva lista ministerial del mes de septiembre. Negó con la cabeza. Esperaba que Xell volviera a trabajar como funcionaria, y por eso esperó con ansias la respuesta de la directora cuando Babila le entregó la plantilla. Al parecer no, la preciosa Alicia sólo venía como civil y a visitarlos, era una lástima que no haya traído algún objeto entretenido de Wonderland, como un nuevo juguete para Fenrir. También había otros dos nuevos aprendices, las cuales debían prestar mucha atención para entender el funcionamiento del foro.


    — Por supuesto, yo me encargo —asintió la Indebida. Estaba a punto de preguntar sobre el nombre del nuevo aprendiz de Revenciones, hasta que apareció la misma jefa de la oficina—. Buenos días, Amya —saludó alegremente a la joven, pero recordó el asunto de la clínica en cuento ella lo nombró—. Verdad, Matt, ¿iremos a la clínica? —preguntó con intriga. Se había quedado con mucha curiosidad por conocer a la nueva, y sería un placer explicarle todo el funcionamiento, aunque el otro chico se había adelantado y la pagaría—. Yo veo muy sospechoso a Adrián, quizás él está relacionado con el asunto de la catástrofe en la clínica —acusó, aunque no tenía ninguna prueba—, ese señor nos quiere matar y comernos a todos —añadió, sin dejar la exageración de lado.

    • Me gusta 3
  4. Se le hacía imposible llegar a compadecerse de las intenciones que podía tener una persona de corazón frío y seco a la hora en que se relacionaba con criaturitas inocentes. Con tan sólo imaginar que estaba enfrente de algún maleante, sentía intensiones de retirarse lejos de donde el individuo, por no brindarle ni el mínimo de confianza. Aunque tenía la pequeña esperanza de que Adrián podía cambiar o, al menos, intentaría transformar el parecer que creía que el sujeto sostenía.


    No se había dado cuenta del cambio de escenario hasta que los elfos comenzaron a tocar. Giró hacia ellos, sin dejar de esperar con atención la respuesta del desmemorizador. Las pequeñas criaturitas estaban sincronizadas de una manera exitosa, además que el ambiente era encantador y fantástico. Era de esperarse sabiendo que se trataba de un local que tenía la temática artística. El decorativo era hermoso, casi tanto como la música que se podía escuchar a través de las interpretaciones, del cual era testigo en ese instante.


    Alejó su vista de su compañero. A pesar de haber escuchado miles de veces y atentamente cada una de las palabras que nombraba él como forma de defensa, no le creía. Ella estuvo presente en la hora en que él amenazó a Krumito y pensaba que no había lo mismo podía hacer con otros animalitos sino tomaba conciencia de que estaba mal tratarlos así. Consideraba que, tal vez el sujeto no se había dado cuenta que lastimaba los sentimientos de alguien a la hora de maltratarlos. No quería ni pensar lo asustado que podría estar la mascotita de Eledhwen cuando este lo amenazó. Todos extrañaban a la jefa de desmemorizadores.


    Nadie debería tocar mascotas ya fueran de alguien o si tenían dueño, todas tenían derecho que las trataran igual y con respeto, pero igual, entendía lo que quería decir el joven. Por su parte, tampoco tocaría a Fenrir, más porque era la mascota de alguien que le guardaba mucho aprecio, y aquello incluía que jamás se atrevería a secuestrar al lobo, aunque ganas de lo último no le faltaban.


    — Son muy bonitos y encantadores —admiró. La canción cambió a una que nunca en su vida había escuchado, pero sonaba bastante bonita, mientras seguía observando a las criaturas. Quizás, Adrián quería de verdad a sus maravillosos elfinos, después de todo, ¿quién no sería capaz de apreciarlos? Aunque no descartara que debiera controlar su temperamento cuando trataba con otras mascotas, por más que una persona estuviese nerviosa, no quedaba bien.


    — Comprendo lo que dices, Adrián —comentó la bruja—, yo creo que te conviertes en una mala persona con el simple hecho de haberles gritado y maltratado en una ocasión —seguía sosteniendo la idea de que lo dicho por el joven había sido una equivocación—. Lo siento, pero no puedo tener un concepto bueno de ti —lamentó con un poco de exageración en lo que pronunciaba—. ¿Le has pedido disculpas a Krumito? —indagó, esperando que la respuesta del joven fuese afirmativa. Era fácil mentir, y más si alguien estaba dentro del ámbito de la actuación, a pesar que no tenía ni el menor conocimiento del brujo—. Estaría bien que con ellos no manifiestes tus molestias a través de ellos, porque no tienen culpa de nada —aunque, quién era ella para dar sugerencias.

  5. Los globitos solían ser muy curiosos, por eso no descartaba la idea de que les gustaría chismosear en el Atrio, y por supuesto, mucho más si estaba ella protegiéndolos de gente malvada. Tenía que contarle muchas cosas a los pequeñines, una de ellas era lo sucedido en la mansión Rambaldi y el secuestro a los muggles que fueron a la clínica. Se arrepentía de haber reaccionado de esa manera ante la desesperación por no saber dónde estaban esas criaturitas tan preciosas, aunque en cierta forma el sujeto se lo merecía o, al menos, estando la directora allí podría investigar la situación.


    No entendía por qué el término “vampirizar”. Dejó pasar el comentario del desmemorizador ya que no era eso lo que había insinuado, sólo quería saber qué había hecho a sus globitos parlanchines, y ellos no podían decirle nada porque estaba segura que los había amenazado. Era algo que jamás sabría, a menos que buscara entre sus pertenencias para ver si llevaba algún cuchillo u objeto pulsante, pero lo veía muy fuera de lugar. Tal vez expondría la propuesta para que ningún empleado trajese esas armas que asustaban a los globitos.


    No tenía ánimos de que Heliké le regañara por algo que ni siquiera le incumbía, a menos no para Kirara, aunque consideraba que su jefe hubiera hecho lo mismo si le “atacaban” con comentarios delatadores. Pudo comprobar en el instante en que Sagitas, la que minutos atrás le comentó que su hijo podría estar en su oficina correspondiente, le respondía a la Rambaldi a su defensa. Se lo agradecía, pero no valía la pena decir nada, porque tampoco creía ninguna palabra del empleado, porque ¿quién si no era el que había traumado a los globos? No creía que Hayame, ya que ella parecía ser una joven muy encantadora e inocente.


    Las pociones eran artícu.los muy valiosos para sus respectivos dueños, por eso no le impresionaba la reacción de Sagitas cuando se enteró de lo sucedido en ese establecimiento. El sonido del elevador captó su atención, viendo que tras él salía una de los nuevos aprendices que ingresaban al departamento. Desconocía de qué oficina podría ser y, fue por eso que se lamentaba de no haber visto la plantilla ministerial hace unos días. Antes que pudiese decir alguna otra palabra como presentación, Adrián se adelantó y se la llevó junto a Xell a la clínica.


    — ¡Oh! Y ahora las está secuestrando —inculpó, aunque no hacía falta ya que nadie se lo creía. Ella había querido recibir a la nueva empleada y comentarle el funcionamiento del departamento, y quizás esos celos fue la que le impulsó a comentar aquello—. ¡Qué mal educado! —dijo por ultimo antes de ver a Fenrir y cambiar su expresión por completo. De todas maneras, ellos irían a la clínica según la orden de la directora.


    — ¿Cómo has estado, pequeño? —indagó al lobo que se encontraba en frente de ella, lo amaba. Acarició su hermoso pelaje y por ultimo sus orejitas para que sintiera el cariño que sentía por él. Aún no había preparado los moños azules para el animalito, pero en cuanto lo haga, le encantaría. Tras él, apareció su jefe—. Matt, tienes algo en tu rostro, ¿qué es? —dijo, refiriéndose a unos restos de comida que se ubicaban alrededor.
    • Me gusta 2
  6. Observó su alrededor con determinación en busca de alguno de los globitos parlanchines, pero no había señal de que estuvieran allí. Se preguntaban si habían quedado en los lavados de la Oficina de Indebidos, y la suposición fue más fuerte cuando Sagitas respondió que no los había visto. No creía que estuviesen con Krumito, ya que no se llevaban muy bien; y, si estaban con Zanca o Fenrir, deberían estar en el Hall. Comenzaba a preocuparle, más si estaban en presencia de un sujeto con perfil asesino.


    Sus pensamientos se disminuyeron al ver a Babila con su atuendo nuevo. Ell secretario había renovado su guardarropa, y eso estaba muy bien, aunque se habían acostumbrado a verlo con sus distintivos de su comunidad. En el sitio también se pudo ver a Sean, tal vez preparaba los preparativos para su boda con Perenela, aunque en realidad se encontraba interesado por lo sucedido en la clínica. Debería haber advertido antes sobre el suceso, aunque prefería ver cómo era el panorama de la planta.


    Observó a Heliké cruzar fugazmente por su lado, estaba enojada o al menos así se veía. Era mejor dejarla sola para que arregle sus pensamientos; pero, conocía muy bien que si le decía, aunque sea una sola palabra, se enfurecería aún más de lo que estaba. Le desagradó el tono en que la joven le hablaba a la directora. Vaya a saber uno qué educación había tenido la Rambaldi. Dejaría para otros días los asuntos que tenía pendiente con ella—. ¿Alguien ha visto a Matt?


    Sin despedir a Sean, se giró al darse cuenta de la llegada de alguien nuevo en el departamento, ¿serían las nuevas empleadas? No se detuvo a observar la nueva plantilla ministerial, a pesar que no hubiera sido mala idea. Esa voz se le hacía muy familiar e inmediatamente sus demás compañeros parecieron reconocerla, era la de Xell. Resultaba muy bonito volver a ver a la empleada de Revenciones, ya que había pasado tiempo desde la última vez. ¿Sería cierto que había visitado Wonderland? No sólo eso, tal vez ella sea la misma Alicia.


    — ¡Bienvenida, Xell! —saludó acercándose hacia donde estaban sus compañeros sobre el suelo. No se había percatado cuándo había sido el momento en que eso último sucedió—. Oh, no —fue ahí cuando recordó que lo que sucedía en la clínica y quién podría ser el causante. Quizás haber olido la poción también le dejó secuelas y ahora le costaba un poco recordar las cosas


    — Aléjense de él, ¡puede matar a todos! —Comentó refiriéndose a Adrián. Estaba muy segura que él había provocado lo sucedido en la clínica—, es una mala persona y, quizás pueda decirnos qué les hizo a los globitos y por qué están tan asustados que no pueden salir de Indebidos —indagó, esperando tener al menor una buena respuesta que justifique la causa.

    • Me gusta 4
  7. Dentro del ascensor no había nadie más que ella, y era algo que agradecía, ya que en esos instantes prefería bajar sola a la tercera planta. Le preocupaba cual podría ser el estado de su rostro en ese instante, si tendría lagañas o con algún gesto de sueños. Deslizó su ojos sobre su sus parpados para que suposición fuera incorrecta. Las ansias de ver a los globitos parlantes le hacían emocionar y, por lo tanto, ansiaba estar ya dentro de Accidentes para contarles acerca de muchísimos sucesos, aunque deseaba no llegar a asustarlos.


    Una voz salió de las afueras del elevador, indicándole que había llegado a su destino. Al escuchar supuso que no había paso nada malo y extraño dentro del departamento, por la simple razón de que muchas veces este mencionaba que la planta era inexistente. Le restaría importancia, lo único que quería era tener conocimiento de cómo estaban las criaturas parlantes que tanto extrañaba. Curvó sus labios, porque estaba inquieta; pero al fin las puertas decidieron abrirse en par, invitándola a cruzar el umbral.


    —Buenos días —saludó a las personas que se encontraban en el Hall, mientras que su voz perdía entre todo el barrullo. No hacía falta informar nada más sobre la clínica, ya que al parecer estaban informados acerca del tema, o pudo percibirlo al escuchar nombrar el nombre del establecimiento. Se quedó parada unos segundos para estudiar mejor el escenario que tenía en frente suyo. Antes que nada debía ir a ver cómo estaban las criaturas, porque nadie podía garantizar nada estando en presencia de personas malévolas—, ¿dónde están los globitos? —se dijo a si misma, y cuando recordó haberlos dejado dentro del lavado de la oficina de indebidos, no dudo en encaminarse hacia allí; pero primero tenía que encontrar a su jefe.

    • Me gusta 3
  8. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Una de las posibilidades era que, la poción le había dejado somnolienta debido a su condición humana. Se preguntaba si los demás también le había hecho efecto tan rápido o si la habrían sentido, porque mínimo del olor penetrante tendrían que haberse percatado, o era lo que suponía ella. De un instante a otro, sin saber si a causa del sueño, perdió el rastro de su jefe. No lo encontraba a su alrededor por más que se dedicaba a buscarlo atentamente. Tampoco era el mismo escenario, producto de que ella había estado caminando dormida durante todo aquel rato. Observó con atención el panorama para orientarse, aunque no logró percatarse de la presencia de alguna persona.
    Era peligroso seguir en ese estado. Si era tan potente para ella, no quería ni siquiera saber cómo era para los muggles que llegaron a la clínica y para sus compañeros del departamento. Habían transcurrido muchos minutos desde la última vez que escuchó la voz de algún conocido, sería alguna secuela que le había dejado la poción asquerosa. No tenía idea de por qué alguien tenía intenciones de matarlos, pero suponía quién podría ser el que estaba detrás de todo eso.
    Lo adecuado era salir de la clínica y dirigirse al Ministerio de la Magia, al menos para ver si los demás estaban allí, y así advertirle sobre la situación actual que trascendía. Podría ser un peligro mortal para los pacientes actuales que visitaban el establecimiento. Todos se preocuparían mucho e irían en busca de una solución. Creía que Matt también había salido, por ahí dormido o sin darse cuenta, pero eran sólo suposiciones de ella. El aire fresco le hacía recuperar su conciencia. Ahora podía pensar y ver con más claridad.
    ~ Salida.
    • Me gusta 2
  9. ~ Emma.

    Era complicado descifrar qué pasaba por la mente de una mujer desmayada. En el caso de la muggle, repetía las imágenes vividas a lo largo de su vida, sus historias de romance, drama y terror, los seres queridos que alguna vez habían cruzado la puerta de su corazón, guardándose allí; sin embargo, el candado solía ser frágil y desterraría a cualquier persona que se atreviera a armar barullo en su interior. Ella era un tal ejemplo de una persona rencorosa, la cual haría cualquier cosa para beneficiarse.
    A pesar que su estado actual le incapacitaba realizar algún movimiento muscular y tener conciencia, sus sentimientos aún estaban vigentes. Tenía la intención de huir lo más pronto posible, pero era en vano porque por más esfuerzo que hacía, el recorrido a recuperar su noción era eterno. Su mano fue la primera en moverse, pudiendo sentir el tacto de un cómodo sofá que acariciaba, quizás fue a causa de la impotencia. Reconocía que no era el hospital, tampoco su casa o de algún conocido.
    Le costó varios minutos abrir sus ojos correctamente, lo primero que había podido admirar fue el techo del establecimiento, eso confirmo que se encontraba en un sitio desconocido. Era una mujer muy observadora cuando se trataba de examinar la arquitectura de las residencias, por lo tanto nunca, se olvidaría de ningún detalle. Transcurrieron varios minutos hasta que logró mover sus piernas y había encontrado al fin, una postura correcta. Estando así, podía ver los cuadros sobre las paredes del vestíbulo con figuras de… ¿santos? No tenía idea de en qué sitio se había metido.
    Comenzaba a pensar que había sido capturada por fanáticos religiosos que la necesitaban para quitarle la vida y el alma por algún tipo de ritual, pero lo descartó al escuchar una voz muy conocida proveniente a Moises Park, y al acomodarse más pudo ver la espalda del mismo. No le impresionaba estar en esa situación, si se vinculaba con aquel sujeto. Se arrepentía aceptar su invitación a cierto negocio, ya que en ese momento tenía que estar mirando una de sus series favoritas en la televisión o arreglándose para salir. Desearía no haber conocido jamás al difunto de John Doe. Si lograba salir con vida, borraría esos nombres de su memoria para no meterse más en problemas.
    Park estaba junto a una mujer que no conocía y, apuntaba su varita contra la camarera del bar. No entendía por qué motivo empujó a la muchacha hacia allí, pero según decía había escuchado la conversación que habían tenido durante la tarde. Su comportamiento era desesperante, ya que se lo notaba muy exaltado y sacado de sus casillas, por eso creyó que lo indicado era mantener su papel de desmayada. Necesitaba seguir con su vida como lo era antes de todo lo sucedido.
    Por su fuera poco, se le ocurrió toser antes de efectuar cualquier otro acto. En los momentos como aquel, que se trataba de fingir y mentir, ella lo hacía muy bien, pero no cuando algún acto natural le jugaba en contra. Estaba segura que su tos había acaparado la atención de todas las personas reunidas en ese salón. Se mantuvo como estaba, ya no valía la pena actuar—. ¿Dónde estoy? —indagó, apoyando sus brazos sobre el mueble aterciopelado. Fue una buena interrogación, al menos se sacaría la duda.
    • Me gusta 2
  10. Se había supuesto la respuesta del elfino, ya que era de esperarse que un local de esas características ofreciera tantas alternativas en su menú. Prefería el zumo de uva sin leche porque quién sabía de qué provenía esta; aunque el propietario se adelantó e hizo el pedido antes que pudiese llegar a afirmar. Aun así, ella no iba dar tantas vueltas al asunto porque no deseaba molestarse por algo tan insignificante, además era de esperarse siendo una persona como ella creía que era él.


    Por más que el panorama de la azotea fuera pacífico y hermoso, no dejaba de estar al tanto por si veía alguna cosa extraña y fuera de lugar. Recordaba la vez en la que visitó a Heliké para darle una charla acerca de la importancia de los animalitos, tanto en la sociedad mágica como en la muggle. No le quedó muy en claro qué sucedió y cómo terminó ese día, le dolía la cabeza al intentar memorizar. Quizás podía hacer lo mismo con aquel chico, contarle sobre los animalitos para que dejara de matarlos, amenazarlos y torturarlos, como ella creía que lo hacía el “Asesino de Globos Parlantes”.


    Aquel establecimiento no dejaba de sorprenderla, o al menos eso pensó al ver la arquitectura tanto de la mesa como los asientos que estaban sobre el lado externo. Le costó unos instantes darse cuenta que el sujeto había pedido uno “bollos de la casa”, y esperaba que no se tratara de lo que se imaginaba. Por ahí podían ser partes de alguna criatura inocente que él había matado. Su desconfianza disminuyó al ver que en la bandeja del empleado que traía el pedido había croissants.


    — Te lo agradezco mucho —dijo al elfino que hacia su trabajo de forma tan eficaz. Acercó zumo hacia ella, pero antes de probar, esperaría a que el chico lo hiciera primero y de allí saber si no estaba intoxicado—. Sería muy bonito —asintió. Le daba curiosidad saber cómo tocaba el grupo en vivo, por lo que no sería bueno rechazar la propuesta


    — Las criaturas son seres maravillosos, no entiendo cómo puede ir alguien y despedazarlas sin piedad —fue una indirecta hacia el joven que tenía adelante y, por supuesto, no dejaba de ser un comentario al aire que puede o no responderlo—, es algo que jamás sabré —no le importaba si era de mala educación, sólo necesitaba ver su reacción y deducir si era culpable, pero consideraba que el tipo podía fingir bien.

    • Me gusta 1
  11. Los fénix tenían características que le llamaban mucho la atención, por su maravilloso pelaje reluciente y dorado, además que poseía cualidades que otras criaturas no tenían; pero amaba a todas por igual. Dejo de pensar sobre el tema, y se concentró en entender la información que su profesora le dictaba sobre las llamadas “Reliquias de la Muerte”. Se le había escapado el dato, aquel que decía que cuando un mago utilizaba uno de estos objetos la posibilidad de vencer el maleficio asesino, eran muchas aunque no tan efectivas como uno quisiera.


    El próximo tema era acerca de los boggarts y la definición del mismo. Con tan solo escuchar su nombre veía venir una escena catastrófica en su mente y le temía, ya que resultaba fatal imaginárselo para cualquier persona. Lo importante era tener el valor y enfrentarse a su más temible pesadilla. Sabía muy bien que no estaba sola si tenía la información necesaria para derrotar a ese incognito que aparecería para afirmar si pasaba o no aquella tarea. Jamás en su vida había practicado el hechizo Riddikulus, por eso agradecía que su profesora les diese un día para pensar.


    Tenía muchos momentos felices, aunque no sabía si eran tan fuertes para la situación. Se retiró del aula, deseándose la mejor suerte para la etapa final. Le incomodaba tener que enfrentarse a algo que le daba miedo, como al asesino o secuestrador de mascotas que merodeaba por la sociedad mágica, el cual despiadadamente se las llevaba para después hacer quién sabe qué con ellas. Era una paranoia, ya que también tenía los datos suficientes como para entender que ese ser existía.


    ******


    El aula aquel día se encontraba con un escenario completamente distinto al cotidiano, y aquello le hizo creer que se trataba de una tarea muy importante y decisiva a la hora de evaluar sus conocimientos aprendidos con antelación. Suspiró. Se encontraba aún más nerviosa de lo que había estado antes de comenzar la clase. Era lo peor, sabiendo que faltaban pocos minutos para que pudiese enfrentar a su boggarts.


    Escuchó las instrucciones de Athena, mientras examinaba aquel antiguo armario que hizo que su atención se centrara sólo en él y no se percatara que faltaban los cuadros sobre las paredes. Mantuvo su varita firmemente sobre su mano, y se levantó como forma de postulación a ser la primera voluntaria. Se mantuvo a unos metros del mueble, esperando atentamente a que la puerta se abriera para dejar que, de él saliera su miedo personificado.


    Tuvo un escalofrió al percibir que la puerta se abría, y ese fue el instante en donde su corazón casi se paraliza. Era una figura monstruosa, pero aunque ella sólo fuese humana, veía el odio que este escondía detrás de todas las túnicas que impedía revelar su identidad. No le había quedado claro si se trataba del ser que le asustaba cuando estaba en la oscuridad o aquel asesino del que tanto hablaban. Respondió a su duda al ver que el maleante mantenía con sus manos una criatura del cuello. Para ella aquello le provocaba más miedo que si la amenazaran a sí misma.


    En esta parte fue cuando en su mente se le vino el amor y la felicidad que sus mascotitas les brindaban cada día. Frunció el ceño y pronunció: — Riddikulus —.


    Paso seguido el ser malévolo se convirtió en una gelatina gigante y de color verde fluorescente. Se alejó del lugar para tomar asiento. No volvería nunca más a enfrentarse a ese temor porque le dejó un sentimiento desagradable, el cual duraría mucho rato en neutralizarse.

  12. Blondie ~ elfina de Kirara.

    No era la primera vez que le hacía un favor a su ama. Le encantaba ayudarla porque ella era muy buena persona y daba recompensas, además del cariño incondicional que le entregaba cada día. La mayoría de las veces le compraba muñecos de osos de color marrón y corazones rojos en el medio. Era un detalle maravilloso de su parte, ya que le indicaba lo mucho que Kirara se preocupaba por hacerla sentir bien. Quería demasiado a su acompañante, como bien decía ella para hacer referencia a la amistad que las unía.
    Sostenía la invitación de la próxima fiesta de la academia que comenzaría a partir de septiembre. Desconocía en qué se basaría, pero creía que todos se iban a divertir muchísimo, al menos así era, bajo el punto de vista de una elfina, las reuniones que hoy en día hacían los jóvenes para pasar el rato. Llegó hasta un local muy bonito, llamado “El Refugio Mágico”. Tenía una arquitectura maravillosa y acogedora, ya que era sencilla. Blondie amaba los lugares con ese tipo de características.
    Llegó hasta la entrada para colgar el cartel:
    -
    http://i.imgur.com/hAf22GQ.png

    Paso siguiente, se retiro. Planeaba recorrer otros negocios para repartir invitaciones, incentivar a la sociedad y, así, podían asistir al proyecto tan emocionante que estaba por iniciar.
  13. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Podía pensar tranquilamente que el terrible olor provenía de un somnífero, pero se le hacía muy extraño que su jefe Matt no sintiera nada o al menos que sobre él no se pudiera observar ningún tipo de efecto. Otra de las posibilidades era que alguien había echado un encantamiento apropósito o no, y le había apuntado a ella. Era imposible de creerlo, puesto que no tenía ningún tipo de pruebas. No tenía ganas de pensar en ese mismo instante, sólo creía que irse a su casa sería lo más oportuno después de aquel día tan cansino.
    Si era por haber inhalado el aroma que tiraba alguna poción, tardaría unos minutos en terminar de hacerle el efecto por completo; pero aún no se había detenido a pensar que podría tratarse por esa causa. Claro, todo lo pronosticado sucedería si alguien no se desmayado por el ambiente que la mezcla de las pociones había producido. Tapó su nariz, esperando que pronto se ventilara la zona, porque tal vez no había desagotado los baños, quién sabía—. ¿Quién crees que haya realizado cierto acto? —preguntó. En realidad sus palabras iban perdiendo el sentido por el sueño.
    — Me pregunto cómo estarán los globitos —mencionaba con un aire confuso en su tono de voz—, ¿sabes que me ama el Rosita? Seré su dueña dentro de muy pronto, o mejor dicho, mi compañero de aventuras —añadía. Tal vez lo indicado sería callarse, pero su mente bloqueada la empujaba a seguir con su discurso—. ¡Todo será color de rosa! —.
    • Me gusta 3
  14. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Bastó unos minutos para darse cuenta que ya no había rastros de muggles en la saga, y por eso se le ocurrió pensar que podrían estar deambulando por toda la clínica o tal vez ya se habían ido a sus hogares para disfrutar de su vida cotidiana con sus familiares y mascotas. Y pensar que alguno de ellos tenía responsabilidades en su vida, como estar a cargo de una familia o tener animalitos que alimentar. Bueno, las personas despiadadas no consideraban nada, ya que mientras más seres sufrían, era más gustoso para ellos, o al menos eso se imaginaba.
    Esperaba a que su jefe le diera pronto una respuesta acerca de la daga, para poder tener una idea de cómo reaccionar sí le tocaba una situación como esa, pero por los nervios no sabría bien qué haría. Tal vez había sido una mejor idea preguntárselo en la oficina de indebidos porque en ese instante lo único que le interesaba era saber dónde se habían metido los pacientes muggles. Un olor penetrante, el cual no sabía de dónde provenía, impidió que preguntara a Matt si sabía algo del tema de las victimas del secuestro.
    — ¿Sientes ese olor, Matt? —comentó, antes de mirar hacia atrás—, es terrible —añadió. Agradecía que sus globitos parlantes no estuvieran ahí para presenciar la escena, ya que aún no le quedaba claro si ellos podían sentirse mal al percibir un olor fuerte, y creía que podía dejarles secuelas. No pasó mucho rato hasta escuchar a una persona gritar sobre pociones que se rompían. No entendía bien a qué se debía tanto alboroto, aunque había tomado la decisión de quedarse parada en ese lugar.
    Sus energías se iban agotando de a poco, y no tenía voluntad de realizar algún movimiento en ese entonces, sólo de dormir. — Tengo mucho sueño —informó, tapando su boca con la mano para dar su suave bostezo. Quería decirle a su jefe que dejaría la misión ministerial, si así podría llamarse ya que esta ese momento no había tenido ordenes de nada, para otro momento. Necesitaba ir a su respectiva casa para descansar, pero el sueño se iba apoderando más de ella a medida que transcurrían los segundos.
    • Me gusta 2
  15. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Al escuchar la respuesta de Matt, no le quedó dudas de que Sagitas era muy eficaz para resolver problemas, como lo de la daga en el sótano de la mansión Rambaldi. Era una pena no haber estado en esos momentos para poder ayudar aunque sea en algo, o aprender cómo se detenía esa magia de cierto objeto. Luego se lo preguntaría a su jefe para que se lo detallara. Suponía que los daños habían sido muy graves, como para terminar en la sala de urgencias, pero esos datos prefería omitirlos.
    Examinarían la daga en cuanto llegaran a la Oficina de Indebidos, bueno eso si se lo permitían. Sería interesante conocer y examinar a la causante del incidente, aunque no ocultaba que también le guardaba un poquito de miedo por lo que podía llegar a hacer. En la Habitación Blanca estaría bien asegurado por Pipo para que ningún accidentoso entrara y lo agarrara. En ese momento recordó a la cerradura que no le había respondido la última vez que estuvo en el departamento.
    Recordaba al libro de magia oscura que estaba en el suelo de ese lugar tan escalofriante. Era mejor que se almacenaran en la habitación blanca, ambos artículos malvados, y así no hacia ningún tipo de daño a la sociedad mágica. Esperaba poder capturar una gran cantidad de artícu.los de esas características. Escuchó lo que decía su jefe. Era como lo había pensado, Sean desmemorizó a una gran parte de muggles y Amya los envió a sus respectivos hogares. Era una buena noticia, sólo quedaban los que estaban en la sala.
    — ¿Cómo detuvieron la magia oscura de la daga? —se detuvo a preguntar, para sacarse aquella duda.
    • Me gusta 2
  16. Pensaba que hubiera sido lo indicado negar la propuesta, pero salir corriendo de problemas no era lo suyo y debía sacarse una duda, porque tal vez el sujeto criaba animalitos en cautiverio sobre la azotea para después comérselos o matarlos despiadadamente; a pesar que era demasiado y costaba creerlo. Además, era injusto que ella culpara a alguien sin ningún tipo de pruebas. Quizá, no era tan malo como parecía, sino todos ya lo odiarían muchísimo, tanto como para mandarlo a alguna cárcel para personas malévolas y de corazón frío.


    Lo siguió hasta las escaleras, no le interesaba tener que gastar el tiempo en subir por ellas o cansarse, ya que podría ser entretenido y apreciaría más la arquitectura del local. Los escalones eran bastante amplios, lo que ayudaría a mantener el ritmo continuo mientras iba subiendo. Ella era de fascinarse con facilidad cuando se trataba de decoraciones y colores, por eso le fue agradable ver como las puertas se diferenciaban utilizando ese método, y se le hacía inevitable escuchar las indicaciones que su compañero explicaba, por supuesto, porque era de su interés conocer el funcionamiento de ese negocio.


    Observó con atención la segunda planta que se dedicaba a la academia. Todo el negocio era amplio, al menos para ella, que era la primera vez que lo visitaba. Se quedó maravillada al ver las puertas de cristal intactas y reflejadas por la luz del sol veraniego. Al cruzar el umbral pudo ver de lejos como un bonito elfo que estaba detrás de una barra, por lo que le fue fácil pensar que trabajaba en relación con las bebidas. Admiró cada detalle del sitio, era encantador y lo sería aún más cuando lo visitaran los clientes. No había pruebas de que allí encerraran animales.


    — Es bonita —comentó mirando su alrededor. De pronto, escuchó la pregunta. No lo aceptaría, a ver si era una trampa para drogarla y lavarle el cerebro y, además, no tenía mucha sed. Miró al elfino que esperaba su respuesta y le provocó compasión. Se sentiría mal que perdiera clientes—. Sí, me encantaría tomar agua o zumo de uva —añadió dudando un poco por este último—, ¿sabes si los zumos contienen leche? —indagó-.
    • Me gusta 1
  17. Entendía muy bien la respuesta de Athena, y no le quedaba alternativa de resignarse ante esa solución y utilizaría esa manera cruel para salvar su vida. De inmediato, se imaginó a sí misma en frente de un gran basilisco con ansias de matar y comérsela. No podía ni pensar en hacerle tanto daño a la criatura, por más dañina que fuera, pero como bien decía su profesora, en ese instante uno no se ponía a pensar en qué era lo adecuado. Miró hacia la pizarra en la que pronto darían la próxima tarea.
    Pasó unos instantes. También aprendía muchísimo por las respuestas dadas a Helen. Trataba de prestar la más posible atención para no perderse la información de su cabeza, y sabía que todo se quedaría almacenado por el resto de su vida, o eso era lo que ella esperaba y quería. Era información muy útil. En la pizarra volvió a aparecer el último tema que quedaba por ver en la clase. Era una pena que la hora se pasara de forma fugaz, pero esperaba ver a sus queridas compañeras Athena y Helen en otros lugares.
    «Maldiciones imperdonables» no le gustaba cómo sonaba, ni mucho menos si sabía a qué se refería, ya que jamás en su vida se había atrevido a hablar sobre el tema con alguna persona. Suspiró. Sí quería aprender defensas contra las Artes Oscuras debía informarse primero sobre esos hechizos en profundidad. Aquello serían muy duro para ella, no sabía si también para su compañera Helen, pero pronto acabaría la clase. Le encantaba la manera en la que Athena conducía la clase, era de admirar y, deseaba algún día quería ser como ella.
    Miró con atención los cuadros que estaban sobre la pared, pudiendo divisar que cada uno representaba a figuras de personas antes, durante y después del efecto del hechizo. Todos tenían un resultado terrible. No tenía en claro cuál era el hechizo que más le asustaba. El último era el más fatal, pero los otros dos no se quedaban atrás. La tortura nunca había sido un tema que le hubiera gustado platicar con Athena. Miró el reloj por última vez para calcular cuantos minutos tenía para realizar su tare; y sin más, acercó el pergamino hacia ella y comenzó a escribir:
    - La maldición Avada Kedavbra tiene un resultado fatal, ya que causa una muerte inmediata y no tiene ningún tipo de cura que pudiera utilizarse, pero en el Hospital San Mungo es posible traer de nuevo a la vida a las personas.- Se dice que a las victimas cuando son examinados por medicina muggle, no encuentran ninguna prueba de enfermedad, ya que ésta no es descifrable, ni detectable.

    - Por lo que se escuchó, su rayo es de color verde fuerte. Cualquier tipo de mago puede realizar este hechizo, pero sólo muy pocos se atreven. El ministerio de la magia se encarga de que penar a los brujos si conjuran estos hechizos, ya que están prohibidos.
    - Sólo una única persona ha sobrevivido a los efectos de esta maldición, y esta es Harry Potter, quien fue salvado por su madre, la cual, gracias al amor que le tenía a su hijo crea un encantamiento que protege del mago asesino.
    - Se dice que el ave fénix también es invulnerable a este hechizo, ¿es eso verdad?
  18. Hace mucho que no pido cambios en mi ficha, pero estos serás muy breves. jajaj Pensaba en cambiar la historia de mi personaje y renovarla, pero leyéndola me doy cuenta que esta bastante bien. xD no puedo creer que eso lo escribí hace más de un año. u.u Tal vez el mes siguiente la renueve de nuevo. o/ Y no, no le voy a aumentar la edad a mi personaje, ya que creo que así está bien xD no sé qué poner para rellenar líneas. :c pronto voy a pedir edición en mi bóveda también.

    ~ Lo que cambiaré son las siguientes zonas:

    Familia(s):

    ● Familia 1
    Familia Atkins

    ● Familia 2
    Familia Rambaldi


    Padre(s) Sanguíneo: Leah Atkins
    Padre(s) Adoptivos: -

    Cualidades Psicológicas:

    Kirara, la personalidad de esta muchacha puede llegar a ser un verdadero enigma para muchos. Es valiente como temerosa y tan orgullosa como insegura. Intentar descifrar cada faceta es como querer armas un rompecabezas de más de mil piezas, lleva tiempo y dedicación.

    Aunque para ella es la dulzura y la ternura personificada. Una bella persona, con un corazón enorme, el cual no llega a caberle en el pecho. Literalmente, carente de cualquier sentimiento malvado. Ella no tiene maldad, ni brotes psicóticos. Siempre intenta hacer todo lo que está en sus manos por cualquier ser humano, ya sea malo o bueno. Es bastante empática con las personas, y por eso se le da bien lidiar hasta con los más hostiles. Sabe cómo tiene que actuar en todo momento, y si se equivoca no duda en pedir perdón.

    El poco orgullo que deba tener en su interior, se lo traga la humildad enseguida. Y es que prefiere hablar las cosas, y pedir disculpas, a encararse con nadie para luego llevarse un buen disgusto y estar horas arrepintiéndose de lo que haya podido hacer o decir. Chica alegre, pero introvertida.

    Tímida y observadora. No le gusta será el centro de atención. Es el miedo lo que hace que Kirara se acobarde ante muchas cosas. Es de esas personas que si las miras fijamente y mal, no duda en dar un paso hacia atrás. Tal vez, hasta se ponga a correr para escapar de ahí. Siempre fue bastante nerviosa, pero interiormente. Cara al público es una adolescente sumisa y muy tranquila. La calma suele seguirla a todos lados. Pero por dentro, es un manojo de nervios. Y eso hace que le de muchas vueltas a las cosas. Formándose su propia película así por que sí. Aunque luego no tenga nada que ver con la realidad. Exacto, es joven y soñadora. Ya sea despierta o dormida.

    Frágil como una copa de cristal. Necesitada siempre de alguien que la proteja, que la cuida, y la mime. Independientemente de si esa persona es menor o mayor que ella. No siente timidez a la hora de aferrarse a alguien con fuerza para no caer. Porque lo necesita de verdad, y eso ha sido desde siempre. Desde bien pequeña fue dependiente, y sobretodo vulnerable. Momentos en los que puedes entonces manejarla a tu antojo, pues a veces no parece saber dónde está la línea que separa el bien del mal. Es influenciable, y aunque ella lo sabe, e intente cambiarlo, parece no salir de ese agujero sin fondo.

    Así que si no tiene nadie a su lado que la lleve de la mano, se pierde totalmente en el camino. Eso demuestra que aunque sea madura, y tenga una fortaleza interior la cual sale a relucir muy pocas veces por no decir nunca, es una niña de diez años. Enamorada de la literatura y de la naturaleza. De los pequeños detalles que la vida le brinda.

    Nunca dirá que no, a menos que tenga el valor de hacerlo. Porque vale, puede ser del tono influenciable, pero no quiere decir que siempre vaya a serlo. Que toda su vida vaya a ser alguien tan frágil. Y muchas veces ella lo piensa, y cree fervientemente que podrá salir de ahí. Y que algún día tendrá la oportunidad de demostrar el mundo que ella vale mucho más que eso. Porque en su interior, en su profundidad, aunque nadie lo sepa, hay una chica valiente. Fuerte y luchadora. De las que no se rinden. Aunque eso solo es muy en el fondo.

    Al fin y al cabo siempre ha estado llena de miedos y preocupaciones. Cosa que ha hecho que sea así de dependiente. Angustia que la ahoga. Que no la deja respirar y ver las cosas con claridad. No es pesimista, pero tampoco optimista al cien por cien. Es mucho más optimista con las demás personas, que con ella misma.

    Previsora y ordenada, le gusta que las cosas tengan su sitio, además de que tiene un sentido del deber y la moral bastante desarrollado. Confía en las personas, si ellas le dan pie a hacerlo. No es egoísta, y siempre dará su brazo a torcer, aunque a veces la duda el llegué desde lejos. Dudas que también influyen en su vida sentimental. Desde siempre. Por supuesto que se ha enamorado. Por supuesto que cree que algún día encontrará su príncipe azul.

    Al fin y al cabo ese aire infantil que suele salir a la luz cuando está en confianza, es lo que le da pie a pensar esas cosas. A soñar despierta. A pensar que aunque haya relaciones que no acaban bien, siempre hay otras que si lo hacen. Aun así es cierto que sigue siendo inocente y torpe en ese campo. Como en todos en realidad. Y siempre le pasa que sus mejillas se ruborizan al igual que sus orejas cuando escucha algo fuerte salido de los labios de algún amigo o amiga.

    Por regla de tres, al ser sumisa no suele enfadarse. Pero alguna vez si ha saltado sin más dejando a todos boquiabiertos. Tal vez ese sea el comienzo de su cambio de personalidad y carácter. Es que el mundo se viene abajo y ella está dentro, o eso parece. Un rasgo de ello sería las ganas de vengarse de aquellos que una vez le hicieron sentirse mal. Como alguien que no valía nada por ser quien era. Por haber crecido en un mundo diferente al de ellos. Y no es que se enfade. Pero puede llegar un día, y de bote pronto. Aun así, debe de estar muy alterada para que eso suceda.

    Historia:

    Kirara nació en Inglaterra. Era una noche de tormenta, en donde el cielo solo se podía ver un color negro intenso, y los relámpagos eran las únicas luces que reflejaban la noche. Ella jamás conoció sus padres, ni tampoco la historia principal de su vida, y pocos datos pudieron encontrar sobre su pasado. Desde pequeña fue criada en un orfanato en el ámbito muggle, desconociendo totalmente la sociedad mágica.

    El orfanato se encontraba en malas condiciones, muebles rotos y poco personal de limpieza, el particular castigo del establecimiento era limpiar el lugar; estaba acostumbrada a estas situaciones, había pasado por ellas un centenar de veces. Era normal que un niño tuviera ciertas complicaciones al hacer una tarea hogareña, pero con el tiempo, ganaba experiencia y cada error que hacía mal iba suprimiéndose.

    Asistió a un colegio muggle, sus primeros años fueron regulares, debido a que ocultaba completamente su vida privada, en ese entonces, tenía su círculo de amistad totalmente completo, y sus calificaciones eran altas. Los años fueron pasando y su secreto fue revelado, convirtiéndose en un fuerte rumor, y así siendo prejuzgada. En poco tiempo sus amistades se fueron disminuyendo, solamente quedaban vínculos frágiles con el resto de sus compañeros, en ese instante, descubrió en vida propia como la gente cambiaba y daba la espalda cuando uno más necesitaba.

    El pasado es aquello que nos crea como personas, elige nuestro grupo social y nuestro tipo de sangre. El pasado es eterno, cada segundo que vivimos es un segundo pasado, esa es la época eterna y llena de conocimientos.[/i]

    Los años transcurrían mientras sus heridas sanaban en soledad; en aquel momento se independizó, y se dio cuenta que las cosas solo dependían de uno mismo. No volvería a envolver su vida en una inmensa angustia, era un capricho de niña pequeña. Las cosas pasaban por algo, de esa manera era, su persona fue estructurándose y su personalidad era distinta: Introvertida y reservada, hablaba poco con las personas, temiendo ser prejuzgada.

    Este hecho fue haciéndose diminuto cuando encontró una carta de aceptación en una Academia de Magia y Hechicería, esto le desconcertaba por completa. En ella nombraba las instrucciones de cómo llegar al lugar destinada, y a qué se refería. Su primera intuición se dividía en dos partes: creía que se trataba de una broma de mal gusto, o que los datos que describían la carta era verdaderos.

    Por otra parte, la ansiedad de descifrar su incógnito pasado se hacía más frecuente cada año. Sin embargo, le apenaba que los únicos registros que la autoridad del establecimiento pudo sacar fuera su nombre, y su fecha de nacimiento, entre otros datos sin mucha importancia. No podía seguir de aquella manera. Creía ella, quería saber más a fondo sobre aquel pasado que tanto le incomodaba. La inquietud invadía totalmente cada parte de su ser, eso fue lo que la empujo a dar un paso hacia adelante, e idear un plan para sacar más información.

    Su objetivo sería entrar a la oficina de documentaciones cuando nadie estuviera allí, coger los papeles, los cuales hablaban sobre ella. Resultó algo bastante simple y fácil, la puerta no tenía llave. Además en cierta hora no había nadie transitando por el pasillo, ni dentro de la oficina. Mediante esa maniobra pudo averiguar sobre hechos actualizados que eran muy significativos para ella.

    El paquete que sujetaba tenía dentro muchos documentos que hacía referencia a Kirara. El más actual mostraba una petición de adopción hecho por Brandon "Aziid" Tonks Delacour. Era algo que su atención capto de inmediato. El por qué todavía no se había presentado ante ella. Para su suerte debajo de la firma se mostraban los datos de la calle donde vivía aquel hombre. Fue muy bienvenida en aquella vivienda, era una familia bastante amplia.

    Su estadía en el orfanato terminó, de tal manera que ahora podía escoger quedarse en la hacienda Tonks con su padre adoptivo o vivir en la mansión; pero, su decisión está por verse.

    El presente es efímero, dura micro-segundos, en el momento que das un saludo, pasa a ser pasado.

    Al terminar la academia de Magia y Hechicería, optó por apoyar a la Orden del Fénix, ya que seguía sus ideologías desde que comenzó la academia. El señor, ahora llamado Aziid, al irse de la Hacienda Tonks ya no era su padre adoptivo. Estuvo meses sin saber qué residencia le pertenecía. En las semanas en que descubrió que Paú Gryffindor no era su madre biológica, le llegó la carta que le informaba la existencia de Leah Atkins como familiar materno. Actualmente está viviendo en el Castillo Atkins. En cuando el tema con su prima Heliké Rambaldi está por definirse.

    Cronología de cargos:

    ● Estudiante de la academia. (Desde Julio 2013 - Octubre 2013)
    ● Aspirante Fenixiana. (Desde Julio 2013 - Octubre 2013)
    ● Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes. Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia. Aprendiz. (Desde Agosto 2013 - Octubre 2013)
    ● Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes. Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia. Empleada. (Octubre 2013 - Actualidad)
    ● Initié de la Orden del Fénix (Desde Octubre 2013 - Febrero)
    ● Encargada de la Legión Aldebarán. (Enero - Febrero)
    ● Encargada de Alas del Ejercito (Enero - Febrero)
    ● Initié de la Orden del Fénix (Julio - Actualidad)
  19. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Volvió a mirar y a prestarle atención a las palabras de su jefe, al parecer para él también era una buena idea ir a ver cómo estaban siendo atendidos los muggles. Desconocía por completo si llegaron todos, y se arrepentía de no haberlos contados, pero tal vez Sean, Perenela y Hayame tenían esa cuenta, por lo que no debía preocuparse. Dio media vuelta para encaminarse hacia la planta baja. Deseaba que esas personas aún estuviesen en ese lugar o al menos las enfermeras, ya que podía interrogarlas.
    Siempre había pensado que los objetos oscuros eran más peligrosos de lo que se imaginaba, y supo que estaba en lo cierto al escuchar el relato de su jefe. Menos mal que no había estado presente, ya que escenas como aquella no eran de su agrado. No le haría nada bien ser testigo de semejante momento, por suerte había salido a los jardines en esos instantes, pero por una parte hubiera podido hacer lo necesario para detener al objeto maligno. No entendía por qué Matt lo tomaba con mucha tranquilidad, sabiendo que era un tema muy serio.
    —Debió haber sido terrible, Matt —comentó sorprendida y preocupada por lo que escuchaba. Seguían descendiendo hasta la planta baja—, ¿pero no pudieron hacer nada para detenerla? —añadió con una pregunta. Imaginaba que la respuesta era afirmativa, ya que de lo contrario no lo hubieran encontrado en ese lugar sino que le dieran asistencia de urgencia. — Es muy lindo de parte de Heliké que te haya sanado —mencionó, suponiendo que la nueva jefa de desmemorizadores lo había hecho.
    — ¿Qué hicieron con la daga? —decidió finalizar sus preguntas con ésta última.
    • Me gusta 2
  20. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    No pasaron ni dos minutos para que dejara de estar molesta con Amya, ya que al fin de cuentas consideraba que no era mala su intención y prefería dejarlo pasar. Observaba el pasillo en donde se podían ver a las enfermeras ir y venir en distintas velocidades. Se preguntaba si su jefe la dejaría ir a ver a los muggles que estaban en la planta baja, suponía que sí, ya que no habría por qué oponerse.

    Sintió los pasos detrás, así que se giró para preguntarle. — Matt… —comentó, pero este estaba a unos metros queriendo saber qué le había pasado a la nariz de su respectivo tío—. ¡Matt! —volvió a nombrar caminando hacia él para poder hablar mejor. Esperaba que le diera permiso para ver a los muggles que habían llegado, ya que de lo contrario tendría que esperar unos minutos más y no podía, no sabía en qué podía ayudar allí.

    — Quiero ir a supervisar a los muggles que están en la planta baja, a ver si llegaron bien —dijo, y miró al final del pasillo donde próximamente se dirigiría si su jefe le permitía. Sería un alivio saber que habían sido atendidos de una manera correspondiente al menos ella estaría muy feliz al tener ese conocimiento sobre el tema. Tal vez por la intranquilidad que comenzaba a sentir le había parecido que el tiempo transcurría con velocidad—. ¿Puedo?

    ¿Qué te sucedió? —preguntó ya que ese detalle se le había pasado por completo. Por alguna razón él y Heliké tendría que estar en la clínica en esos momentos y era algo que no había pensado antes. Tenía la hipotesís de que quizás sólo fue a hacerse un chequeo y no pasaba nada grave de lo contrario no quería saberlo.

    • Me gusta 3
  21. Era bonito enterarse que su compañera desempeñaba una profesión de tanto compromiso como lo era el de periodista, pero no entendía por qué razón ganaría enemigos estando en ese ámbito. Prefirió no realizar ningún comentario del tema y dejarlo para más tarde, ya que en esos minutos lo más importante eran la clase y la información que nombraba Athena. Por suerte, las correcciones fueron positivas, de lo contrario hubieran aprendido igual.
    El siguiente tema era muy entretenido, se trataba de las criaturas peligrosas que existían dentro del mundo mágico, y suponía que la cuestión era cómo defenderse de ellas cuando la tenían en frente. Siempre había temido a las acromántulas, no eran las criaturas de su preferencia, pero tampoco se atrevería a hacerle daño, ya que era un ser inocente que no tenía malas intenciones, o eso creía, sólo activaban sus defensas en el momento en que sentían peligro. Por otra parte, jamás había tenido contacto con un hombre lobo, y no deseaba tenerlo.
    No tenía ninguna duda que le impidiese proseguir con la clase, por lo que se negó a interrumpir el discurso que partía su profesora. Anotó los nombres de las criaturas oscuras para no perder esa información en un futuro. Parte de lo que comentaba Athena, ya lo sabía, no cualquier hechizo se hacía así como si nada, todos necesitaban dedicación y concentración, que iba más allá de nombrar un conjuro.
    Se sobresaltó al ver la terrible imagen de un mago recibiendo el beso del dementor. Esperaba que Athena tuviese piedad y no les hiciese esa prueba. En su vida se había enfrentado a uno de esos seres malignos, pero presentía que era un desafío doloroso y complicado. Tenía momentos felices, y lo positivo siempre arrasaba con las situaciones del mal, o eso creía ella cuando se le plantaba la idea en la cabeza. Aclaró su garganta para dar una respuesta a lo que preguntaba Athena, mientras que con su mano se dedicaría a realizar apuntes.
    Sabía muy bien lo que contestaría.
    — Es muy complicado, y es necesario detenerlo para defendernos de un dragón. Sí el panorama resulta muy peligroso, yo creo que utilizando el hechizo “conjuntivitis” sería lo más adecuado, pero para no llegar a lastimarlo un díctamo, con el que empezaría a estornudar y a alagarse, también es una buena opción —respondió la castaña, anotando en un pergamino.
    — El caso del basilisco, yo supongo que es un tema más delicado porque una persona escogería métodos que fueran más efectivos para proteger su vida, el fuego infinito, o la decapitación —dudo en mencionar esa última palabra, ya que a ella se le hacía muy cruel decapitar una criatura, por más peligrosa que fuera. Su comentario había sido terrible, y necesitaba remediarlo—. Disculpa, Athena, pero tengo una pregunta: ¿Existe alguna manera menos cruel de detener un basilisco? —se atrevió a preguntar, y así sabría cómo comportarse si en alguna ocasión se enfrentaba con una criatura de esa tal especie.

    ~ OFF: Mañana te mando el MP, Athe. *-* Disculpa. ¡Besitos!
  22. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Es que sí, sí Amya seguía riéndose alocadamente lo más probable era que el otro chico explotara y terminaba matándoles a todos. Esperaba que la paciencia se apoderara de él y, así, no terminaba con la vida de ninguno de los presentes. Miró a su alrededor, sin percatarse que su comentario le había asombrado a su compañero. Había un mar de gente, y recién en ese instante se daba cuenta. Se preguntaba si los muggles que habían llegado serían ellos, tenían una venda verde sobre el brazo y creía que podrían ser los que estaban en buen estado.
    Miró con determinación a una mujer adulta que miraba con ojos bien abiertos, y aquello le resolvió la duda por completo, no eran magos. También, había enfermeras cerca, pero antes de atreverse a hablar con alguna de ellas, sintió que Amya le tomó de la mano y la llevó hacia uno de los box siguiendo al desmemorizador. Era mejor no quejarse, ya que creía que podía ser efectivo, y así no se perdía ante la multitud. Escuchó una voz muy conocida entre los murmullos, era la de Sagitas, o eso se imaginó al no tener la oportunidad de mirar para verificar.
    — No tan fuerte, Amya, que duele —advirtió al darse cuenta que la jefa de Revensiones le apretó su mano con más fuerza., aunque consideraba que era para que no se perdiese. Desconocía para qué quería llevarla con ella, sí tal vez su presencia sería más oportuna en la entrada que en el box, o eso creyó al encontrar a su jefe en una situación un poco comprometida. Se preguntaba por qué estaría ahí. Existían cosas en la vida que prefería no verlas, giró su cabeza y se alivió que Amya la hubiese soltado, pero duró poco ya que próximamente le agarró y la llevó fuera, cosa que lo agradeció; pero le molestó que no pidiera su permiso.
    — Amya, ya —se quejó por la acción de la adleriana—, no lo vuelvas a hacer —advirtió, dándose cuenta que la jefa se escabullía por los pasillos. Por lo visto los muggles habían sido atendidos adecuadamente en la clínica, pero para sacarse la duda, se lo preguntaría a alguna de las enfermeras o a alguien a cargo y que fuese del personal. Observó su entorno, pero no veía a nadie.
    • Me gusta 3
  23. Parecía estar agobiando a la elfina con tantas preguntas, pero no era su intención; sólo había veces en las que necesitaba sacarse la cantidad posible de dudas. Escuchó con mucha atención sus respuestas, pudiendo escuchar que aún no tenían folletos de guía y, por supuesto que no importaba ya que confiaba que la pequeña lo haría personalmente y de forma estupenda, como una buena recepcionista.
    Volvió a leer el cartel que estaba sobre la ventanilla, el que indicaba sobre la falta de personal del establecimiento y, por esa razón Bolinda le comentaba que no había clases comenzadas. Era interesante saber cómo era el funcionamiento de las clases y demás, aunque todavía no estaba segura de inscribirse a alguna. Aun así, no dejaba de ser una excelente oportunidad para quién le gustaría profesionalizarse en aquel ámbito, además que era genial que el diploma fuese valido en ambos mundos.
    Era una lástima que aún no hubiera espectáculos para ver. Dirigió su vista nuevamente a la elfina y se acercó un poquito más a la ventanilla para poder escuchar el supuesto “secreto” que le diría. No se le había ocurrido en ningún momento que fuese una fiesta de inauguración, pero sonaba estupendo, y haría lo posible para ayudar a la amable elfina. Aunque, «Adrián», había escuchado ese nombre en más de una oportunidad ese día. Era inimaginable y patético creer que todos los que tenían ese nombre eran asesinos de seres inocentes.
    No deseaba que la recepcionista se fuese, ya que desde que ingresó le pareció era una presencia agradable dentro del negocio. Resultaría inoportuno decirle que no se fuera, porque lo más probable era que tuviese cosas para hacer. Se separó unos centímetros de la ventanilla y se dio la vuelta mirando la parte central de la encantadora entrada que estaría abierta para salvar su vida, o al menos eso pensó al escuchar la voz del propietario. ¿Cuánto minutos le quedaban? Tenía su varita ante cualquier percance. Estaba siendo paranoica, y sobre todo estaba juzgando mal, pero no dejaba de tener buenas razones.
    No le importó no mirarlo y negó con la cabeza, ya que no necesitaba su ayuda, sí ya había tenido la de Bolinda anteriormente. Por otra parte, no quería que él pensara que le temía., además que conocer la azotea sería una excelente idea. — ¿De verdad? —preguntó con cierto tono irónico en su voz—, sería fantástico conocer la azotea —comentó, esta vez resignándose a observar a su compañero de departamento.

    ~ OFF: ¿Cuándo va admitir tu personaje que muere por mi Kirara?(?)
    • Me gusta 1
  24. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Era una hermosa clínica, no muy diferente a San Mungo, pero no dejaba de tener características particulares. Por lo que tenía entendido era una clínica privada que, la utilizaban para emergencias, y por diversas causas. Se interesó, más que nada, en los muggles que habían ingresado recientemente, sí es que aún no se habían retirado. Desconocía si Sean les había borrado la memoria, esperaba que sí, ya que de lo contrario no podrían irse a vivir una vida normal.
    Sentía un fuerte e inaguantable olor a antiséptico, y podría deberse por ser la primera vez en visitar el lugar, ya que los demás no se percataron. Le encantaba ver la decoración de los sitios, e intentaría distraerse observando la hermosa entrada de cristal opaco, dejando que se adelanten. Recordó la preocupación que sentía por los pobres muggles que habían llegado días atrás. Al darse la vuelta, no veía ninguna enfermera cerca, así que lo más apropiado era preguntar a la recepcionista.
    Se acercó a sus compañeros de departamento que, ya estaban delante de la señorita que se encargaba de la recepción, y se sobresaltó al escuchar la terrible risa de la jefa de Revensiones. En realidad, no existía persona en el mundo que no la haya escuchado semejante risotada.

    — Amya —nombró la castaña, sin todavía percatarse a qué se debía el acto, pero al observar a su compañero se borraron todas sus dudas—, pobre señor, no es bonito reírse de sus desgracias —comentó, aunque por un lado creía que se lo merecía por tratar de matar a las mascotas del departamento.
    • Me gusta 3
  25. http://i.imgur.com/gVL1Gmh.gif

    Se preguntaba por qué Amya necesitaba una poción para la paz interior, era bastante extraña y loca, pero la quería mucho. En realidad, quién no podía tenerle aprecio a la jefa de Revenciones, era encantadora, lástima que del otro chico no podía decir lo mismo. Tratando de matar animales dentro de horas ministeriales, quizás cuando estaba fuera se dedicaba a robar bancos, aunque esto último no estaba comprobado.
    Esperaba que los globitos se mantuviesen en buen estado, ya que todavía existía la posibilidad de que algún clon de Hayame, que no conocía, entrara y los amenazara a todas las preciadas mascotas. Estaba Matt, presente en el departamento, así que, lo descartaba. Además que Fenrir podía actuar como un excelente guardián de todos ellos. Caminó hacia la chimenea para transportarse hacia la clínica donde encontraría a los muggles.
    Se preguntaba cómo podrían estar aquellas personas, y deseaba que estuviesen siendo bien atendidos en la clínica, suponía que sí; eso lo sabría cuando llegaran al lugar. Por lo que tenía entendido, el personal del lugar eran buenas personas, o eso trataría de imaginar para mantenerse tranquila mientras estaban en camino. Observó la portada del diario mágico que se podía exhibir desde donde estaba. Muchas veces las noticias no eran el cien por ciento verdaderas, por eso le restó importancia por más relevante que llegara a ser el título.

    ~~ Salida.
    • Me gusta 2

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.