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Gomita Haughton Westrong

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Mensajes publicados por Gomita Haughton Westrong

  1. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta reviviendo a Pandora y Aime +.+

     

     

    ― Pronto se pondrán bien ― mencionó la enfermera, quien no descuidaba los signos vitales de las chicas.

     

    ― Más me vale o me cuesta mi trabajo ― le respondí con una risita nerviosa.

     

    Las chicas comenzaban a tomar un semblante más colorido, dejando atrás aquella palidez cadavérica que tenían momentos antes. Afortunadamente podría continuar con mi trabajo y ellas lograrían reponerse totalmente, como si nada hubiese pasado. Era por eso que me sentía muy contenta al ver que Aime había abierto los ojos y me agradeció llamándome por mi nombre, lo cual me sorprendió un poco.

     

    ― Sé que pronto podré saber quién eres... ― respondí con una sonrisa ― y no hay por qué dar las gracias. es mi trabajo y lo hago con gusto.

     

    Luego me cubrí la boca para no reírme al mirar el gesto de Aime al probar la poción reabastecedora de sangre. En cualquier lugar del mundo no mágico el ver algo como aquello no sería raro; pero en mi caso al haber conocido a varios vampiros dentro de la orden era una verdadera sorpresa. Al parecer los seres humanos estábamos en peligro de extición.

     

    ― Mira... ― le entregué un frasco de nuevo a Aime ― esto te repondrá tus energías.

     

    Mientras esperaba que la chica lo bebiera, puse especial atención en Pandora, quien al parecer no reaccionaba igual que su compañera fenixiana y me preocupé. Solamente esperaba no haberlo hecho mal y así se lo hice saber a la enfermera, quien tranquilamente mencionó que ella estaba recuperándose a un ritmo más lento. Fue por ese motivo que le di a beber con cuidado la poción revitalizante para ayudarla un poco.

  2. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis con Pandora y Aime ^^

     

     

    Había salido del comedor de la sala de resucitación aurora, la torta ahogada que acababa de terminarme no tenía comparación y me daba las fuerzas necesarias para continuar con mi trabajo. Una vez que limpié todo el luugar y me dispuse a revisar las habitaciones, me di cuenta de que había una camilla ocupadas y me asusté. Luego me dirigí rápidamente hacia la sala de resucitación y ahí, recostada sobre la cama estaba otra persona.

     

    ― ¡Por Merlín! ― mencioné mirando a mi alrededor.

     

    Luego llamé a la enfermera de la planta y acudió rápidamente, luego de hacerle saber los pormenores, ella se dirigió a la sala de las pociones rápidamente. Su instrucción también le permitía saber ahora qué era lo que necesitaría cada una de las pacientes. Por lo pronto yo llevé la camilla que se encontraba en la otra habitación a la sala de resucitación, luego la coloqué al lado de la primera.

     

    ― Es terrible ver cómo vienen aquí y luego se van sin conocer sus rostros... ― la curiosidad me ganaba.

     

    Suspiré mientras agitaba mi varita para transformar sus ropas destruídas, en un par de batas limpias de hospital. Una vez que la enfermera llegó con las pociones, comencé con mi trabajo. Primeramente le di a Pandora una poción que le regresaría a la vida y, mmientras esperaba los efectos, le daba a beber otra igual a Aime. Tomé aire, me amarré el cabello en una colita de caballo alta, me lavé muy bien las manos y me puse un par de guantes estériles.

     

    ― Bien... ― mencioné nerviosa. Jamás había tenido dos pacientes al mismo tiempo, pero tenía que hacerlo. Estaba preparada para ello.

     

    Tomé el frasco de díctamo y lo puse en el cuerpo de Pandora para sanar sus heridas y posteriormente, tomé el otro e hice lo mismo con Aime. Todo esto con sumo cuidado, me tomara el tiempo que me tomara. No podía permitir que algo me saliera mal. Cuando el efecto de las pociones se comenzó a notar y la piel de ambas chicas se veía sana y lisa, tomé otro frasco y les hice beber un poco de poción reabastecedora de sangre.

     

    ― Si también son vampiras seguro que les gustará... ― últimamente había habido bastantes... ― ahora, a esperar...

  3. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

     

    ― Ay hermanito...

     

    Volví a leer una pequeña nota que traía conmigo, la cual ya estaba un poco desgastada de tanto manejo. Sabía muy bien que aquella promesa se vería cumplida, sin embargo me dolía un poco ciertas situaciones por las que tendría que pasar para cumplirla. A pesar de que deseaba con todas mis fuerzas aquello, prefería liberarlo de ésta si eso le libraba también del sufrimiento seguro.

     

    ― ¿Mande? ― mencioné de pronto al escuchar mi nombre ― hola.

     

    Susurré mirando a Cye mientras hacía una seña de saludo con mi mano. Estaba a punto de hablar más fuerte, pero temía que la encargada de la biblioteca me regañara, así que decidí bajar la voz. Mientras suponía que ella simplemente había visto un movimiento de mis labios, me puse de pie y tomé mis cosas. Inmediatamente después caminé hacia ella y le sonreí.

     

    ― ¿Puedo? ― mencioné señalando la silla que se encontraba frente a la de ella.

  4. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta número seis

     

     

    El piso destinado a la curación y resucitación de aurores se encontraba totalmente en silencio. No había un solo paciente en ese lugar por ahora, por lo que tanto Belu como yo, nos dedicamos a descansar un poco. Yo en lo particular me sentía un poco cansada, así que decidí sentarme un momento en la sala de espera y observé tranquilamente en dirección a las escaleras.

     

    — Muero por sentarme en el suelo — pensé con un suspiro.

     

    Siempre había sido fanática de las "malas costumbres", y sentarme en el piso con mis piernas en posición de medio loto era una de ellas. Claro que además de no tener la mínima idea de cómo se utilizan los cubiertos de forma "decente", era otra de mis lindas cualidades y curiosamente en este momento me llegaban a la mente. Siempre me preguntaría cómo es que la gente podía ser capaz de memorizar tanto protocolo.

     

    — Me hubiera bastado una palabra para que sanaras tú mi alma, para que me hicieras tan feliz... — canté en voz baja.

     

    Felizmente había logrado preparar una de mis comidas o "antojitos" preferidos como lo era la famosa torta ahogada. El percibir su aroma al servirlo en el plato no tenía comparación y por ese motivo creí que sería mejor irme al área de comedor de la planta para probarla. No era permitido comer en un hospital y en los pasillos mucho menos, y obviamente como aprendiz de sanadora debía seguir el reglamento.

     

    — Ahora sí... — mencioné mientras dejaba la comida en el plato — a disfrutar.

     

    Y comencé a comer aquél platillo cargado de salsa picante.

  5. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    La chica había no había mencionado el por qué de su partida, sin embargo tenía intención de hacerlo en alguna ocasión y así me lo hizo saber. Luego de que besara mi mejilla de nuevo y me dejara mirándola serio, escuché decir algo sobre tomar un café. Realmente eso de las invitaciones no era lo mío, pero no sonaba mal la idea.

     

    ― Bueno... ― la miré ― también me agradas amiga.

     

    No sabía qué más decir. Los cumplidos tampoco eran lo mío y de pronto me reí un poco. Una vez más confirmaba que mi marcado estilo antisocial comenzaba a darme problemas como nunca antes, era el colmo no saber tratar ni decir palabras bonitas a una chica.

     

    ― De acuerdo vamos ― y miré a los demás esperando su respuesta para salir a nadar.

  6. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    No podía creerlo. Durante años trabajando en aquél negocio de desaparecer personas a tiros y mi valentía jamás había flaqueado al igual que mi sangre fría. Y ahora con una chica que me decía querer una amistad conmigo se alteraban mis nervios. Era el colmo con mi persona...

     

    ― Nunca comprendí por qué te fuiste.

     

    Fue lo único que se me ocurrió decir después de sus palabras. Así que como en mi caso, Valentine y Gomita eran dos de sus únicas amistades... al igual que yo. Todavía no comprendía muy bien el motivo por el cual me había elegido a mí, mas sin embargo le estaba agradecido a pesar de no demostrarlo, así que puse una mano sobre su hombro y la escuché.

     

    ― ¿El bombón de qué? ― pregunté sonriendo débilmente ― ah sí... de acuerdo ― lo tomé ― gracias. No tienes por qué estar triste.

     

    Algún día entendería por qué un abrazo, un beso o el simple sonreír me hería más que la peor de las estocadas.

  7. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    ― ¿Cómo? Pero...

     

    La mano de Niqqui tomó la mía y me llevó lejos del resto de los muchachos, en ese momento yo suspiré y permanecí rígido a un lado de ella. No podía creer lo que estaba pasando, y mucho menos ahora que la joven mencionaba ciertas palabras que me desconcertaban aún más.

     

    ― Bueno yo no tengo intención de alejarte, tampoco soy un grosero.

     

    Me crucé de brazos mirándola, realmente no sabía cómo tratar con alguien así. Jamás antes alguien me había mencionado quererme de esa manera,jamás había tenido un amigo antes y mujer mucho menos. Mientras recordaba a Valentine, me quedé en silencio, totalmente enmudecido ante sus palabras.

     

    ― De acuerdo... ― mencioné ― no estoy acostumbrado a un buen trato por parte de casi nadie ¿Entiendes? ― suspiré ― eres rara lo reconozco... pero agradezco mucho que me veas como un amigo.

  8. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Me quedé mirando a Niqqui con seriedad. Realmente me sorprendía la formas en que intentaba molestarme y sonreí débilmente. Posteriormente pasé una mano por mi cabello negro y ondulado y tomé aire sin retirar la vista de la chica. Sobre todo cuando se acercó y me besó en la mejilla.

     

    ― No me digas... amiga.

     

    Me quedé inmóvil ante su gesto, luego miré cómo se colocaba entre Gomita y yo. Después cerré los ojos y suspiré. Esa chica era en realidad muy extraña...

     

    ― De acuerdo... vamos.

     

    Y miré fijamente a la nada...

  9. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Mientras escuchaba a Soamy mencionar que ella no tenía deseos de entrar al agua, sonreí satisfecho al darme cuenta de que yo no era el único. Realmente la idea de convivir con el resto de los chicos me era indiferente, pero había algo que me ataba a esa casa. Sin embargo, pronto desvié mi atención al notar que Niqqui me miraba y se dirigía a mí.

     

    ― ¿Disculpa?

     

    Me erguí de la misma forma que ella hacía mientras mis ojos verdes se posaban en los suyos. Al parecer no encontraba mejor oportunidad para molestar, así que si guerra quería, guerra le daría. El único inconveniente era que, por más que me doliera, tenía que reconocer que comenzaba a perder el toque.

     

    ― Mira niña... no quiero pelear...

     

    Mencioné mirándola a centímetros de mí.

  10. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis mirando cómo huye Kriss ^^

     

     

    Me di cuenta que al chico le dolía un poco el efecto de las pociones, sin embargo podía notar también cómo las quemaduras de su piel habían desaparecido. Los cortes que le habían realizado con la katana tampoco se alcanzaban a ver, por lo que sonreí satisfecha.

     

    — Sabe un poco feo...

     

    Había mencionado cuando Kris comenzó a beber la poción reabastecedora de sangre y me quedé sorprendida. Al contrario de lo que yo esperaba, parecía sentir satisfacción al beberla al igual que lo haría Darla cuando me tocó atenderla. A mi parecer el contenido del frasco tenía un sabor desagradable, pero parecía que no era así.

     

    — O una de dos... — mencioné — o eres vampiro, o tantas veces has probado esa cosa que ya ha terminado por gustarte — me reí bajito. Viviendo en un mundo donde la magia no tenía límites, podría ser cualquier cosa... — ¿Mucha prisa la tuya? Está bien, creo que estás listo para irte.

     

    Momentos después observé al fenixiano alejarse hacia el elevador, y sonreí al ver que la sala volvía a permanecer en silencio.

     

    — Tengo hambre...

  11. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis con Kris ^^

     

     

    Me di cuenta que en efecto, la poción junto con los hechizos y el díctamo, habían hecho su trabajo trayendo a la vida y curando al fenixiano. En ese momento me sentí más animada, al ver que cada vez comenzaba a tener más experiencia en mi trabajo y los chicos sanaban mucho más rápido.

     

    — De nada chico de la máscara de luz — le dije riendo — pronto la tendrás, no te preocupes.

     

    No me pude aguantar la risa y a pesar de que, como siempre las ganas de saber quién se ocultaba bajo su máscara eran muchas, no me animé a preguntar quién era. Simplemente puse una mano en su hombro y lo regresé a la cama cuando éste, con una sonrisa en su rostro, hacía por levantarse.

     

    — Todavía te falta — le di otra poción — perdiste mucha sangre... esto te ayudará y pronto estarás bien. Sólo permitiré que te sientes, pero no puedes irte todavía o te podrías sentir mareado.

  12. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis con Kris ^^

     

     

    Había dado un largo recorrido por el hospital, por lo que decidí llegar de nuevo a la planta en la que trabajaba. Sabía por algunas situaciones pasadas, que no podía descuidarla mucho tiempo, así que mientras tarareaba una canción, revisé habitación por habitación.

     

    — ¿Y eso? — me pregunté.

     

    Luego corrí hacia donde se encontraba Kris Gryffindor, quien había sido herido de nuevo. Miré su cuerpo lleno de cortes y me sorprendí, ya que en esta ocasión lo habían dañado más. Además del díctamo necesitaría más pociones por lo que cuando el muchacho estuvo seguro enuna de las habitaciones, corrí al almacén, tomé todo lo que necesitaba rápidamente y volví.

     

    — Bueno traquilo, no falta mucho... — mencioné y le di a beber una poción con la que regresaría a la vida.

     

    Luego tomé mi varita, le apunté y pronuncié varios episkeys para curarlo. Pronto logré ver sus heridas cerrando, así que tomé un frasco y lo destapé. Gracias a su contenido, las quemaduras desaparecerían y en su lugar quedaría la piel totalmente curada y lisa.

     

    — Es díctamo... creo que duele un poco pero en fin... te ayudará — le puse en toda el área quemada.

  13. GOMITA Y MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Ambos chicos se habían quedado en silencio para escuchar las respuestas del resto de sus compañeros, mientras escucharon que Niqqui y Andy estaban de acuerdo, esperarían la respuesta de sus jefas de casa. Mientras esperaba la afirmación o negación de sus profesoras, Gomita tomó una bolsita con papas fritas y sonrió a sus compañeros.

     

    ― ¿Alguien quiere?

     

    ― Otra vez con eso.

     

    ― Pues es que me gustan...

     

    ― ¿En serio? No me había dado cuenta.

     

    Gomita miró con ojos entrecerrados a Mikael, quien solía salir con sus ironías cuando su hermana menos lo esperaba. Sin embargo, ella se encontraba de buen humor y más al escuchar la respuesta de May, la nueva jefa de casa de los Tritones, quien había aceptado la propuesta. Sin embargo, la joven gemela enrojeció un poco al escuchar lo que la joven dijo a continuación.

     

    Bueno yo... ― respondió Gomita ― apenas estoy aprendiendo...

     

    ― Lleva salvavidas.

     

    Todos los que vi son de niños.

     

    ― Perfecto. Ideal para ti.

     

    La chica lanzó un par de papas fritas a su hermano, quien mostraba su acostumbrada y débil sonrisa sin observar a nadie; mientras que Gomita miró atenta a May cuando preguntó sobre la escasez de alumnos en la sala común de los Tritones en la academia.

     

    ― Es normal... casi siempre somos pocos...

  14. GOMITA Y MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    El joven gemelo observó con atención a cada una de las personas presentes en la sala, tomó aire y permaneció en su lugar sin denotar una sola emoción en su rostro. Momentos después escuchó a su hermana la propuesta de salir a nadar al lago y sonrió débilmente, ella apenas era una aprendiz por lo que tendría que ser muy cuidadoso con ella y no perderla de vista.

     

    ― Genial Andy ― mencionó la chica.

     

    Momentos después Niqqui también se unía a la idea, por lo que Gomita solamente esperaba que las jefas de casa estuvieran de acuerdo para salir. Éstos momentos serían los últimos que pasaría como miembro de la academia y de la casa de los Tritones, por lo que deseaba aprovecharlo al máximo. Mikael por su parte, simplemente mostraba un semblante indiferente a todo lo que acontecía mientras observaba a Andy (a quien sólo conocía de vista) y luego a Niqqui.

     

    ― Espero que sepas cuidarte, no tengo intención de hacer de salvavidas ― mencionó Mikael para molestar a Niqqui.

  15. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Sexta planta

     

     

    Pronto Darwind se había retirado de la planta, él se encontraba totalmente bien. En ese momento me di cuenta de que una chica le buscaba, sin embargo el joven ya se había retirado. Lo peor es que me encontraba tan ocupada que no noté el momento en el cual desapareció, por lo que no supe decirle gran cosa. Simplemente mencionarle que él se había ido del hospital.

     

    — Seguramente no le gustan mucho... — mencioné — posiblemente lo encuentres en la planta donde trabaja.

     

    Varios minutos después, me despedí de ella y continué terminando lo que había dejado a la mitad. Sin embargo, pronto hubo algo que me interrumpió y tomé aire hondo. Esa sensación era muy extraña, pero sabía que la experimentaba por alguna razón. Se trataba de un extraño presentimiento que ya había sentido antes, por lo que me pregunté en dónde y qué estaría haciendo mi hermano en ese momento.

     

    — Tengo hambre — dije en voz baja y me dirigí a la cafetería.

     

    Sin dejar pasar un segundo, ahora abría la puerta de ésta mientras giraba mi cabeza al escuchar algunas voces dentro de la sala de resucitación. Yo en ese momento ignoraba que se trataba de Darwind, quien había atendido a Boss y estaba a punto de darlo de alta. Ante aquello simplemente suspiré; entré a la cafetería y, mientras tomaba un panecillo de la despensa, sonreí tristemente al sentir cada vez más cerca el adiós.

     

    — No quiero...

     

    En mi mente se agolpaban un sinfín de pensamientos mientras me dirigía a la salida de la cafetería y, al recorrer el lugar hacia la recepción del hospital, los pasillos de la planta seis quedaron totalmente en silencio.

  16. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la tercera planta con Bodrik, Luz, Aime y Addison ^^

     

     

    Las cosas comenzaban a complicarse más de lo esperado, sabía perfectamente la forma en que se hacía este tipo de trabajos; pero al parecer estaba perdiendo práctica. Era muy desconcertante para mí no saber cómo actuar en momentos de tensión como éste, ya que jamás los había vivido. Por ese motivo decidí guardar la calma ya que todavía no se había demostrado mi culpa y confiaba en que no pasaría, por este motivo estaba dispuesto a responder con tranquilidad a cada una de las preguntas que se me hicieran y comencé.

     

    ― Mi nombre es Mikael Haughton M. Westrong...

     

    Respondí a Addison y luego miré a las demás chicas que se encontraban en el lugar. Realmente me sentía tan abrumado que no recordaba haber dicho que era un trabajador de la planta, según yo había mencionado que había venido de visita por lo que volví a repetirlo. Solamente esperaba no causarle problemas a mi hermana ahora que había mencionado mis apellidos.

     

    ― Y ya me retiraba... ― continué mencionando a Addison y luego a las demás con gesto serio.

     

     

    OFF:

     

    Perdón la tardanza ^^

  17. GOMITA Y MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Una especie de nostalgia amenazaba por inundar los rincones de la sala común, mientras que los gemelos intentaban no caer en sus dominios. Sobre todo ahora que todos los chicos se habían separado por grupos y quedaban platicando ente ellos; mientras que Gomita y Mikael observaban a todos uno por uno al presentarse con la profesora May.

     

    ― Qué mala suerte, llega gente nueva y nos graduamos...

     

    ― Sí, lo sé.

     

    ― ¿Y si hacemos algo para divertirnos?

     

    La joven gemela deseaba pasar el mayor tiempo posible al lado de sus compañeros, con la intención de conocer a los chicos con quienes casi no conversaba y unirse más a aquellos que ya conocía. Mientras tanto el muchacho permanecía observando a todos a su alrededor sin decir nada. Realmente no acostumbraba la convivencia con las personas.

     

    ― Dime la locura que se te ocurrió.

     

    ― No es locura... me muero de calor... y dado que aquí tenemos mucha agua...

     

    ― Puedo lanzarte al lago si lo deseas.

     

    ― ¡No tonto! Siempre quise aprender a nadar... y sería genial que pudiésemos hacerlo con todos... ― luego miró a sus compañeros y profesores ― ¿Qué dicen?

  18. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis con Darwind

     

     

    Desde mucho antes de venir a Ottery, al haber trabajado tratando con personas con distintas actitudes y personalidades; y por mi experiencia sabía que habría casos que interaran superar a mi paciencia, así que simplemente tomé un poco de aire y continué. Levanté mi varita y pronuncié un par de episkeys para curar su mano fracturada y tomé un frasco de la mesilla.

     

    ― Espero que con esto sea suficiente... ― mencioné.

     

    Me di cuenta de que, a pesar de que le había dado a beber una poción reabastecedora de sangre, el hombre necesitaba un poco más. Luego miré con atención cómo perdía el sentido y le di una poción más, la cual le regresaría sus fuerzas y su vitalidad. Mientras escuchaba al elfo; me incliné para tomar la varita del mago puesto que la había dejado caer y la coloqué sobre la camilla, a un lado de su cuerpo.

  19. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    ― Sí eso parece... ― le respondí al elfo que acompañaba al muchacho.

     

    En ocasiones no todo en el mundo tiene lógica, y en ciertas ocasiones estaba más que segura que meencontraba inmersa en ese tipo de situaciones. Sin embargo, no tenía que distraerme en ese tipo de cavilaciones puesto que tenía mucho trabajo por delante, así que, luego de hacer todo lo anterior, le di a Dawind una poción que le devolvería la vida una vez que la terminara de beber.

     

    ― Con esto será suficiente ― mencioné y le di el contenido de todo el frasco.

     

    En ese momento noté cómo la pequeña criatura llamaba a su amo, seguramente éste pronto respondería puesto que se pondría bien rápidamente. Luego una de las enfermeras del lugar al parecer lo reconoció y mencionó algo curioso, al parecer el joven se trataba de un sanador.

     

    ― No tengo idea... no conozco a nadie de allá ― le respondí y continué con la curación ― y realmente no creo que deba cuidarme mucho, mencionas que se trata de un trabajador de aquí.

     

    Momentos después esperé a que recobrara el sentido.

  20. GOMITA Y MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Los chicos se dieron cuenta que Niqqui se separaba de ellos, sin embargo decidieron no decir nada. Simplemente dirigieron la mirada hacia AimeSoamily, quien había entrado en silencio para irse a un extremo de la sala. Gomita suspiró y dirigió la vista hacia su hermano, quien se había colocado el regalo que Niqqui le había entregado. Momentos después observaron a alguien desconocido entrar a la sala.

     

    ― ¿Un nuevo alumno?

     

    ― Posiblemente.

     

    ― ¡Qué genial! Lástima que pronto nos vamos...

     

    ― Sí claro...

     

    Andy había mencionado algunas palabras y luego se dirigió hacia la chica que hacía algunos minutos había entrado a la sala. Posteriormente alguien más entró y los chicos volvieron a posar su atención en ella. Momentos después escucharon a la recién llegada cuando se presentaba y Gomita sonrió, permaneció a un lado de su hermano y suspiró. Ahora que los gemelos se retiraban no les sería posible conocer a los nuevos integrantes durante por mucho tiempo.

     

    ― Mucho gusto, yo soy Gomita Haughton M. Westrong ― la joven se acercó a May y le tendió la mano.

     

    ― Es un placer May, soy Mikael, hermano de Gomita ― se presentó el chico dejando claro que a diferencia de lo que Andy había pensado, sí había otro chico presente en la sala.

     

     

    OFF:

     

    XDDD

  21. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Despidiendo a Felicity y recibiendo a Darwind

     

     

    Inmediatamente me di cuenta de la prisa que Felicity tenía para salir del hospital. Al parecer había cosas muy importantes que tenía que hacer, por lo que no dije nada al ver que se ponía la túnica mencionando que no quería que se avisara a nadie.

     

    ― De acuerdo... en ese caso espero que estés muy bien ― respondí.

     

    La joven fenixiana se ponía de pie diciendo que iría a la orden y sonreí. Al parecer no descansaban nunca y ése era mi destino una vez que lograra entrar entre sus filas, en caso de ser aceptada. En aquellos pensamientos fugaces me encontraba, cuando lo que mencionó la joven me dejó sorprendida.

     

    ― ¿Me esperan... a mí? ― respondí con otra pregunta y sonreí al verla desaparecer.

     

    En ese caso, mi trabajo había terminado por lo que tomé todos los frascos y los guardé en cada uno de los bolsillos de mi bata, limpié todo el lugar con mucho cuidado y me preparé para salir. Necesitaba dejar la sala de la resurrección tal y como la había encontrado.

     

    Caminé directo a la sala donde se guardaban las pociones y estuve descansando un largo rato y, una vez que dejé los frascos en el almacén, me quedé extrañada al escuchar un ruido extraño en el pasillo. Extrañada, me levanté de la silla en la que me encontraba y salí a ver.

     

    ― ¿Será algún visitante? ― me pregunté, de ser así probablemente vendría con Darla.

     

    Caminé hacia allá y pronto me di cuenta que se trataba de un hombre acompañado de su elfo, hombre que me parecía un tanto familiar pero no era capaz de reconocer. En ese momento la enfermera en turno acudió con una camilla lista para colocar al paciente y con un movimiento de la varita, logramos hacerlo flotar y depositarlo en ella con cuidado.

     

    Momentos después llevé la camilla hacia una de las habitaciones que ya se encontraban listas para recibirlo. El chico seguramente era un fenixiano al igual que los demás magos y brujas que acudían a esta planta del hospital, sin embargo hubo algo que me llamó la atención.

     

    ― ¿Y tu máscara? ― mencioné al momento de apuntarle con la varita y lanzarle un par de episkeys que ayudarían a sanar sus heridas.

     

    Posteriormente le apliqué díctamo en todas las áreas de su cuerpo dañadas. Nunca dejaría de asombrarme ante lo que ocurría luego de aplicarlas: el cuerpo inmediatamente sanaba y las heridas cerraban; dejando a su paso una piel lisa libre de heridas.

     

    No esperé mucho tiempo para hacerle beber la famosa poción reabastecedora de sangre, la cual ya se había vuelto una de las más utilizadas por mí en las curaciones. Seguramente gracias al contenido de éste par de frascos, Darwind pronto volvería a estar bien y esperé sin decir nada más, mientras observaba la marca que tenía en el cuello.

  22. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

    En la planta seis con Felicity

     

     

    ― ¿Nurmengard? ― la palabra resonó en mi cabeza.

     

    Sabía perfectamente lo que era estar ahí dentro, ya que en dos ocasiones había tenido la fortuna de ser capturada, igual desde antes había escuchado descripciones de lo terrible que es estar prisionera en ese lugar. Entendía perfectamente a Felicity, sin embargo, había algo que no me dejaba tranquila, y era su evidente ansiedad y sus deseos por salir lo más rápido posible del hospital.

    ― Lo que dice la enfermera es verdad ― le dije un poco preocupada.

     

    En ese momento escuché muy bien las palabras que había mencionado momentos antes de que la enfermera detuviese su camino y le impidiera irse. Tenía que avisar algo a la orden. Claramente algo extraño estaba pasando, sin embargo creí que podría deberse a las heridas que hab{ia sufrido. Era posible que desease que se le avisara a alguien de su presencia aquí.

     

    ― Puedo avisar que estás aquí, pero tienes que calmarte ― dije, mientras rebuscaba algo en un armario ― aquí tienes ― le entregué una túnica limpia ― puedes cambiarte, pero necesitas un poco de descanso... ¿A qué se debe tanta prisa?

     

    Era evidente que deseaba salir, por lo que no podía impedírselo si ella se sentía lo suficientemente bien, así que me aparté de la puerta de la entrada y le pedí a la enfermera que hiciese lo mismo.

  23. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta con Felicity

     

     

    Me había quedado de pie a la entrada de la habitación, notando cómo los pasillos del sexto piso se iban vaciando de gente otra vez y tomé aire. Realmente tenía una sensación muy desagradable cada vez que veía a los chicos de la orden llegar en busca de ayuda de un sanador del hospital, y tal como se lo decía a Ishaya, prefería que acudieran solamente de visita.

    ― Bueno, a seguir... ― mencioné y me dirigí a la habitación de las pociones.

     

    Dentro pude notar que hacían falta infinidad de frascos otra vez, ya que las últimas ocasiones los había utilizado para ayudar a algunos fenixianos. Ahora necesitaba reponerlos y así lo hice, tomé algunos que se encontraban dentro de un pequeño almacén y los ordené de acuerdo al inventario dentro de los anaqueles. Una vez terminado esto, salí tranquilamente y, mientras tarareaba una canción en voz baja, me di cuenta de que alguien más había llegado.

     

    ― Ayuda... ― había alcanzado a mencionar.

     

    La miré un segundo y corrí hacia ella. Al igual que el resto de los chicos, todavía portaba su máscara luminosa, razón por la cual había sido enviada hasta aquí. Como pude la sostuve para levantarla del piso en el que había caído y llamé a una enfermera, la misma que me había enseñado a preparar torundas, y le pedí que me ayudara. Ella acercó una camilla y entre las dos logramos recostar a Felicity en ella.

     

    ― Al parecer ella sí necesitará la cámara de la resucitación... ― mencionó la enfermera al tomarle el pulso.

     

    ― ¿Me ayuda? ― le pregunté y, mientras que ella asentía y la llevaba a la llevamos en la camilla hasta la habitación, yo fui por las pociones.

     

    Pude notar cómo las quemaduras la habían dañado a un grado considerable, sus ropas maltrechas apenas podían cubrir el daño causado, ya que ellas mismas mostraban restos de la sangre perdida de la chica. Al parecer había mucho que hacer por lo que, cuando estuvo dentro de la cámara con la puerta debidamente cerrada, la enfermera transformó su atuendo en una bata de paciente.

     

    ― Bueno empecemos... ― mencioné y tomé una de las pociones que llevaba conmigo.

     

    Sostuve su cabeza con mucho cuidado y la enfermera colocó una almohada lo suficientemente grande como para mantenerla con cierta inclinación; posteriormente le di a beber una famosa poción que volvía a la vida casi al instante de beberla. Luego le di una segunda poción, combinación extraña que provocaba una ligera sedación en los pacientes, además de reposición de energías. Ésto sería necesario para que la paciente no experimentara ninguna clase de dolor.

     

    El cambio fue inmediato ya que pronto logré notar cierto color en su semblante, por lo que me animé, saqué mi varita y le apunté.

     

    ― Episkey ― pronuncié ― episkey ― volví a mencionar.

     

    Al instante noté cómo aquellas heridas provocadas por los sectumsempras habían desaparecido, quedando las marcas de quemaduras mucho más evidentes, por lo que a continuación tomé el díctamo, el cual coloqué en cada área de su cuerpo herida por el fuego. Realmente la medicina mágica era increíble, ya que pronto se podía ver la piel lisa y sin marca alguna de Felicity.

    ― Bebe esto... ― el contenido del tercer frasco era nada más y nada menos que una reabastecedora de sangre ya que, gracias a los sectumsempras, había terminado desangrada.

     

    Mientras yo realizaba todo lo anterior, la enfermera se encargaba de vigilar con mucha atención los cambios de Felicity, por si hubiese algo que no saliera bien.

  24. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta con Ishaya

     

     

    Me daba mucho gusto ver cómo el joven de la máscara de luz se había puesto totalmente bien. Sonreí mientras mi curiosidad crecía. Ahora ya estaba graduada y a punto de recibir mi título como miembro oficial de la orden, en caso de ser aceptada claro. Y en ello tenía mi mente cuando volví a escuchar a Ishaya mencionar el poco agrado que le tenía a los hospitales.

     

    ― Bueno te entiendo... por lo general vienes aquí adolorido ― me reí al decirle aquello ― y por más bueno que sea un mago haciendo hechizos, los efectos de recuperación no son suficientes si no vienen acompañados con una buena poción.

     

    Segundos después se había levantado de la camilla y lo miré totalmente repuesto. Al parecer ya no se sentía nada mal, puesto que mencionó que algún día visitaría la planta para verificar el buen estado de los pacientes.

     

    ― Ven cuando quieras, aquí ningún paciente se ha quejado de haberlo dejado morir ― luego me reí por mi ocurrencia, era obvio que en caso de haber muerto, no tendrían oportunidad de decir nada ― ve con cuidado.

  25. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta con Ishaya

     

     

    Sonreí más tranquila al darme cuenta que las heridas del joven comenzaron a sanar y volteaba a mirar el reloj. Seguramente tendría mucho tiempo afuera y yo no lo había notado, por lo que me sentí un poco mal. De aquí en adelante haría mis patrullajes por los pasillos con más frecuencia.

     

    ― Bueno es que el pueblo ya no es nada seguro ― me interrumpí ― no como antes... o eso creo

     

    Lo miré sonreír y no me pude aguantar la risa al escuchar el comentario que hizo a continuación.

     

    ― Bueno no es mala idea ― dije llevándome la mano a mi mentón en actitud pensativa ― un buen descuento en las pociones, llévese dos episkeys al precio de uno ¿Te parece?

     

    Me reí más. Sabía perfectamente que no tenía que hacer ese tipo de bromas a los pacientes; ellos no se sentían bien al acudir a un hospital, como para que les saliese una aprendiz de sanadora haciendo chistes con las dolencias de éstos. Sin embargo era algo que no había podido evitar, mucho menos ahora que veía el pecho del chico totalmente bien.

     

    ― ¿Grave? La verdad... ― comencé ― sólo un poquitín, pero para San Mungo no hay imposibles, mucho menos para los aprendices y sanadores de la planta número seis ― saqué el formato del alta y lo dejé sobre la mesa ― necesitas descansar un rato, firmarme esto y luego si deseas puedes irte a continuar con tu trabajo...

     

    Mencioné un poco preocupada lo último, ya que realmente habían sido muy frecuente las veces que había tenido que atender fenixianos heridos. Las cosas no estaban nada bien en Ottery...

     

    ― Aunque pensándolo mejor, creo que preferiría verlos aquí solamente de visita y no de pacientes...

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