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Gomita Haughton Westrong

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Mensajes publicados por Gomita Haughton Westrong

  1. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis, un par de centenarios atrás

     

     

    ― Deberías ver tu rostro, parecería que has visto un fantasma.

     

    ― ¿Sí verdad?

     

    Ares acababa de hablarme al ver mi expresión, realmente sus palabras no me hicieron sentir mejor aunque reconozco que me hicieron un poco de gracia. En ese momento el pasillo de la planta era invadido por un completo caos. Las enfermeras y sanadores del lugar no alcanzaban para tratar a todos aquellos magos que yacían en las camillas y en las sillas de la sala de espera.

     

    ― ¿Vamos entonces?

     

    ― Sí, sí, de acuerdo.

     

    Y corrí a la sala en la que se encontraban las pociones para cargar algunas de las más esenciales, al parecer las cosas no habían cambiado mucho desde entonces, a diferencia de la antigüedad de las cosas que había en ese entonces. Realmente todo esto era increíble y por un minuto creí estar dentro de un sueño sin sentido. Pero como aquél no terminaba, regresé con el sanador de antaño para ayudar a curar un par de heridos en el pasillo.

     

    ― ¿Pero qué fue lo que sucedió?

     

    ― Se dice que estalló una fábrica de papel.

     

    ― ¿Obra de los mortífagos?

     

    ― ¿Quiénes?

     

    Ahora sí me quedé perpleja ¿Cómo que quienes? ¿Acaso este hombre no había escuchado de los magos que seguían al señor tenebroso? Sin dar crédito a lo que acababa de escuchar, seguí a Ares y me coloqué al lado de uno de los pacientes para curarlo. Con mi varita en mano y las pociones que había traído conmigo todo se arreglaría al igual que siempre. O eso era lo que yo esperaba por lo menos.

     

    ― ¿Entonces? ― dije mientras daba al pobre paciente una poción sedante, con la intención de mitigar los horribles dolores que estaba pasando.

     

    ― Un grupo de rebeldes parece... ― me respondió mientras él se ocupaba de otro de los pacientes.

     

    Ah... a eso me refería.

     

    Las habitaciones no alcanzaban para todos los pacientes y lamentablemente las camillas tampoco, algunos sanadores atendían a algunos magos heridos en el mismo piso de la planta seis y me estremecí. Al parecer aquello que había sucedido era algo bastante grave, como para no tener espacio en todo el hospital. Seguramente el resto de los pisos estarían igual de saturados que éste.

     

    ― Es extraño... la historia no cuadra... ¿En qué año surgieron los primeros aurores?

     

    ― ¿De qué hablas?

  2. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis, de regreso a los archivos

     

     

    ― Muy bien... ― dije tomando aire ― no es fácil mantenerse totalmente activa toda la noche sin ningún tipo de estimulante, esto fue imaginación mía.

     

    Y di media vuelta hacia el interior de la habitación de los archivos, cerré la puerta y me dirigí a la caja que había dejado en el suelo. Titubeé un poco, pero al final me decidí a acercarme y me arrodillé de nuevo frente a ella. Saqué uno a uno los expedientes y revisé cada uno de los nombres que estaban escritos en las pestañas de éstas. Cada uno de ellos era muy interesante, pero por lo pronto tenía que verificar algo. Y vaya que lo hice.

     

    ― Ares Moody... ― solté la carpeta y cubrí mi boca con ambas manos.

     

    Mi sobresalto había sido tal, que me hice para atrás bruscamente y caí sentada en el piso con las manos apoyadas en el suelo. Si aquello había sido una broma por parte de las enfermeras no me estaba gustando en lo más mínimo y, aunque dudaba que esto fuese obra de ellas, estiré mi brazo para tomar la carpeta que se encontraba en el piso y la abrí con mis manos temblorosas.

     

    ― Acá vamos... ― tomé aire de nuevo y comencé a leer en voz alta para matar los nervios ― "Ares Moody, auror, fenixiano y sanador de la planta número seis..."

     

    Era una interesante ficha técnica, pero lo que me interesaba estaba un poco más adelante, donde mencionaba que el joven había fallecido en el año de 1854 al recibir el impacto de una horrible maldición. Ante esto, froté mis ojos y miré a mi alrededor sintiéndome bastante nerviosa. Realmente aquella bata que portaba el hombre no era como las de los sanadores que yo había visto actualmente en el hospital, pero lo que se me ocurrió era demasiado.

     

    ― De acuerdo, esto es suficiente ― dije cerrando el archivo y dejándolo dentro de la caja de cartón ― no vuelvo a decir bromas sobre fantasmas...

     

    Me puse de pie y tomé la caja para colocarla en el anaquel correspondiente y segundos después caminé rápidamente, casi corriendo, hacia la salida de la habitación. Jamás me había tenido que enfrentar con algo como aquello y me sentía muy asustada. Sin embargo tenía que calmarme o el resto del personal lo notaría así que, luego de tomar aire profundamente, abrí la puerta y salí al pasillo.

     

    ― ¡Por Merlín!

     

    A lo largo del pasillo número seis se encontraban un sinnúmero de personas vistiendo de forma un tanto familiar para mí. El sonido de las rueditas de las camillas, de los pasos acelerados de los sanadores y sus voces dando instrucciones resonaban por todo el lugar dejándome paralizada. Sin embargo, de pronto reaccioné al escuchar una voz de alguien que se me acercaba.

     

    ― ¿Con quién empiezas?

     

    Lo miré. Se trataba de nada más y nada menos que de Ares Moody.

  3. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Jugándome of rol por la supremacía Haughton Moody Westrong contra Darwind y su sinfin de personajes on rol o.o'

     

     

    ― Ajá... ― di varios golpecitos en el suelo con mi pie derecho ― ¿Entonces eres?

     

    ― Ares Moody para servirte ― hizo una reverencia.

     

    ― Oh... mucho gusto ― también imité la reverencia, pero luego extendí mi mano para saludar ― Gomita Haughton amm... Moody Westrong

     

    ― Qué interesante... ― el joven sonrió ― si me disculpas, debo ir a trabajar.

     

    Y... ¿Besó el dorso de mi mano? ¡Lo había hecho y yo me quedé paralizada. Si mal no recordaba, nadie dentro de Ottery había hecho eso antes y según mis recuerdos ya no era costumbre saludar así. Bueno anteriormente había conocido a alguien que lo hacía pero eso es historia aparte. Por el momento no sabía qué decir, por lo que solté lo primero que se me vino a la cabeza.

     

    ― La planta seis está sola... trabajas en este piso ¿Cierto?

     

    ― Yo no estaría tan seguro. Y sí, éste es mi lugar de adscripción.

     

    En ese momento se escuchaban sonidos de personas corriendo por el pasillo, ruidos de las llantitas de las camillas que eran empujadas con rapidez y voces de personas que daban indicaciones. Al parecer aquello era un caos y me sorprendió muchísimo. El pasillo seis se había llenado de mucha gente en muy poco tiempo, así que tenía que ayudar también yo.

     

    ― Te ayudaré ― dijo el sanador y salió rápidamente de la sala de archivo.

     

    ― Vamos entonces ― me olvidé de la caja de expedientes y lo seguí rápidamente.

     

    ― Oh my...

     

    Dije con un hilo de voz, ya que al atravesar la puerta y salir al pasillo, me di cuenta de que éste se encontraba completamente vacío.

  4. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Huída de la planta número seis

     

     

    ― Este... ― comencé titubeando ― creo que mejor investigo algo sobre el caso del extraño auror que se aparece en la planta seis ― hice una reverencia ― con su permiso.

     

    ― Me pregunto si las guardias nocturnas le comienzan a afectar ― mencionó la enfermera número uno.

     

    ― No tengo la menor idea ― respondió la enfermera número dos al ver que yo cerraba la puerta luego de salir.

     

    ― Espero que no haya bebido alguna poción en su comida por error...

     

    Yo por lo pronto, me alejé totalmente extrañada e impresionada por aquello que había escuchado. Había estado toda la noche patrullando los pasillos del hospital, pero no había visto ni escuchado nada raro pero, como la idea del fantasma me estaba comenzando a apasionar, me fui directo a la sala donde se guardaban los expedientes. Una vez que llegué a ella, entré y encendí la luz para dirigirme hacia aquellos que se veían más antiguos.

     

    ― Debe haber un área donde guarden los... ¡Ahí están!

     

    Caminé rápidamente entre los oscuros pasillos repletos de cajas viejas con carpetas, donde se encontraban los expedientes de todos aquellos que habían pasado por las garras de un sanador. Realmente era impresionante el número de altas en este tiempo, por lo que había creído que la enfermera tenía razón y era yo la que me equivocaba. Sin embargo, hasta el final del pasillo se encontraba lo que estaba buscando.

     

    Gracias a Merlín son muy pocos...

     

    Ahí, en un anaquel separado al final del pasillo, se encontraba una vieja caja de cartón, cuyo título ponía enfrente "Finados", aquello me dio un escalofrío, pero me alegré mucho de que ahora la ciencia había logrado muchísimo y aquél archivo no aumentaba en cantidad de expedientes. Me acerqué a la caja, le soplé y tosí con la cantidad de polvo que había salido y luego la tomé para colocarla en el suelo frente a mí.

     

    ― Ahora sí... ― me arrodillé, tomé los expedientes y comencé a revisar ― cielos... olvidé preguntar si el grito era de hombre o mujer... ― continué mi revisión.

     

    ― Buenas noches señorita.

     

    ― Buenas... ― solté la carpeta que tenía en mi mano y me di la vuelta bruscamente ― ¿Quién eres tú?

     

    Me puse de pie y observé al muchacho que tenía enfrente. Jamás lo había visto antes pero portaba una bata de sanador, así que seguramente se trataba de uno, o tal vez un aprendiz. Al pensar ésto, suspiré aliviada y luego miré con atención el nombre bordado en el bolsillo de su bata.

     

     

    OFF:

     

    De acuerdo Darwind, nos ayudamos ambos ^^ ni idea de cuál rol está más loco, pero ya veremos :3

  5. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Planta seis

     

     

    Por fin había terminado de organizar lo que tenía que hacer en el almacén, el pasillo seguía completamente solo pero, cerca de ahí, se escucharon algunos sonidos y me dirigí hacia allá. Aquellos ruidos provenían de detrás de una de las puertas de ese lugar, más específicamente en uno donde las enfermeras preparaban su material de curación cuando no tenían pacientes que atender. Después de un momento de escuchar, abrí un poco la puerta y les hablé.

     

    ― De aquí pa'llá el terror del pasillo seis ¿De allá pa'cá quién? ― dije asomando la cabeza.

     

    ― Miren quien llegó chicas ― dijo una de las enfermeras de las tres que se encontraban ahí.

     

    ― ¡Hola! ― saludé animadamente haciendo la seña con la mano al mismo tiempo ― ¿Haciendo torundas? ¿Les ayudo?

     

    ― No señorita, pero podrías ayudar a aclararnos una cosa ¿Quién era el que hacía tanto ruido anoche?

     

    En ese momento se me soltó la puerta, mi equilibrio falló y casi me voy de boca contra el suelo. Cuando logré recuperarlo, entré a la habitación y las miré con mucha extrañeza. No tenía la más mínima idea de a qué se referían, ya que había estado sola toda la noche. Sin embargo, no era normal que ellas mencionaran algo así, por lo que posiblemente en verdad alguien subió hasta el sexto piso.

     

    ― Este... ― las miré fijamente de una en una ― el pasillo estuvo vacío toda la noche... ¿Qué fue lo que escucharon?

     

    ― Gritos, alguien se quejaba de dolor... ― contestó una de ellas mirándome fijamente ― creímos que le estarías realizando algún tratamiento...

     

    ― En el momento que decidimos ir a ayudarte, los gritos se detuvieron y por eso ya no te buscamos ― respondió otra de las chicas.

     

    ― Qué raro... ― luego las miré con un brillo inusual en los ojos ― ¡Tenemos a un fantasma de inquilino!

     

    Las tres chicas se me quedaron viendo incrédulas durante algunos segundos, luego se miraron entre ellas y se echaron a reír con verdaderas ganas. Al verlas no pude hacer otra cosa que cruzarme de brazos y mirarlas con los ojos entrecerrados. Era evidente que mi teoría no era muy viable para ellas, quienes seguramente estaban acostumbradas a ver muchas cosas y ya no eran tan impresionables.

     

    ― En los tiempos oscuros de antaño, cuenta la leyenda urbana de que un auror resultó herido en batalla contra los mortífagos de entonces ― dije con cierto aire de misterio ― estaba tan grave que por más que los sanadores y enfermeras se esforzaron, no fueron capaces de salvarlo...

     

    ― ¿Te falla un tornillo? ― me interrumpió la enfermera que hasta ese momento había guardado silencio ― en este hospital somos capaces de resucitar hasta un cuerpo totalmente calcinado.

     

    ― Pero hoy en día estamos muy avanzados en lo que a medimagia se refiere ― contesté ― de lo contrario, todas aquellas personas que murieron en ese entonces estarían todavía con nosotros... al menos los que no fallecieron de muerte natural...

     

    ― En serio Gomita ― respondió la primera enfermera ― si no tienes nada que hacer, nosotras te podemos entretener.

     

     

    OFF:

     

    Lo que hace el ocio XD

  6. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta

     

     

    Era increíble como la vida era capaz de dar giros inesperados. Sorprendente también la rapidez con la que los eventos ocurren. Parecería que la vida fuese un libro de imágenes distintas entre sí, y a éste se le dio la vuelta a una de las hojas demasiado rápido. Aunque aún a pesar de aquello, los cambios que pueden ocurrir están para bien así como para mal. Y en esta ocasión todo apuntaba a la primera opción.

     

    ― Dango, dango, dango, dango... ― canté en voz baja.

     

    Caminé por el pasillo en dirección al almacén de las pociones mientras llevaba el inventario de éstas. Ya era tiempo de reponer todas aquellas que se habían terminado a causa de las múltiples curaciones, ya que había llegado a mis oídos que pronto necesitaríamos grandes cantidades de éstas. En ese momento me encontraba nerviosa, ya que sabía perfectamente a qué se referían con aquello.

     

    ― Listo ― dije llevando un puñado de frascos de diversas pociones en una caja de cartón.

     

    Mientras entraba al pequeño almacén, miré a ambos lados del pasillo para confirmar que no había nadie que necesitara de apoyo. Luego entré y comencé a rellenar el anaquel, que hasta ese momento me percaté de lo vacío que se encontraba. Una vez que logré poner todos aquellos frascos de pociones y cremas sanadoras me salí del lugar tarareando en voz baja; me acerqué a la ventana del pasillo y miré hacia el exterior.

     

    ― Llora un hombre sin parpadear sentado en su portal... ― suspiré ― y un ángel que lo vio, le regaló un minuto más...

  7. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Sexta planta. Heridos y resucitación de aurores +.+

     

     

    Era increíble que me encontrara trabajando en el hospital, cuando la semana pasada había estado presa en la prisión mortífaga. Aquellos serían días que no olvidaría, pero tenía muchas noticias buenas que opacaban fácilmente aquél recuerdo. Ciertas palabras recibidas de una persona muy especial, a quien le tenía un profundo respeto y jamás olvidaría, habían y seguían siendo mi guía desde que las escuchara hasta la fecha.

     

    ― Dango, dango, dango, dango... ― canté en voz baja mientras caminaba por el pasillo de la planta seis.

     

    Como siempre, aquél día llevaba mi impecable bata blanca y mi largo y ondulado cabello negro sostenido con un listón formando una cola de caballo. Mi maquillaje era muy discreto, pues sólo consistía en un delineado negro en el párpado superior de mis ojos y un ligero brillo labial. Siempre había preferido el maquillaje natural sin cargarlo demasiado, tal vez por costumbre. Ese día recorrí tranquilamente el pasillo y me detuve en el pizarrón con los nombres de sanadores.

     

    ― Por Merlín... ― froté mis ojos y repasé la lista de sanadores y aprendices.

     

    Tanto era mi escepticismo que releí una tercera vez el pizarrón y ahí fue donde lo confirmé. Mi solicitud donde pedía el cambio de aprendiz a sanadora de la planta de resucitación de aurores había sido aceptada. Sin embargo, fue tanta mi impresión que todavía no lo podía creer. Aunque me di cuenta que aún había algunas vacantes vacías, me sentía totalmente feliz por esta noticia. Era un increíble regalo.

     

    Saltaría de la emoción si no hubiera nadie que me estuviera mir... ― observé a ambas direcciones en el pasillo descubriendo que se encontraba totalmente vacío.

     

    Y lo hice.

     

     

    OFF:

     

    *O*

  8. Hola de nuevo *O*

     

    Se me había olvidado pasar por acá para darles las gracias por aceptarme +.+ así que seré quien estrene de nuevo el apartado de amigos?? wiiii *O* entonces quiere decir que ya puedo empezar a rolear, ahora claro que ya salí de Nurmengard v.v donde por cierto recibí un trato especial jajaja!!

     

    Bueno... sé que podrían saber que me gusta mucho el rol y seguramente pronto me tendrán compulseando rolísticamente por la mansión.

     

    ¿Liz tiene dos personajes? O.O Yo también pero se me olvidó ponerlo, el otro es un chico y ya lo he roleado mucho, asi que posiblemente más de alguno lo ha visto por ahí y am... ¿Aunque no lo haya inscrito acá de todas formas lo puedo traer de vez en cuando? O.O

     

    Aiosito +.+ *Dejo papas fritas* :3

  9. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la quinta planta con Jesse ^^

     

     

    Jesse se dio cuenta de mi sobresalto, e inmediatamente se puso de pie y puso una mano sobre mi hombro para impedir que me pudiese levantar. Las palabras que ella decía eran verdad, yo estaba a salvo ahora y tenía que calmarme para no empeorar las cosas. Al parecer mi amiga sabía perfectamente bien lo que me había sucedido, ya que me decía que "ellos" no se encontraban allí. Froté mis ojos y miré a la sanadora de nuevo.

     

    ― Pero es que... no entiendo ― comencé a decir ― yo ni siquiera estaba... ¿Cómo supieron?

     

    Sollocé mientras hablaba, era verdad que estaba acostumbrada a sentirse perseguida, pero ese día extrañamente habían acudido a la mansión a atraparme precisamente a mí. El terror que tenía era debido a que si en realidad estaban cien por ciento seguros de que yo pertenecía a la orden, podrían rápidamente descubrir a los demás, ya que mantenía un estrecho contacto con ellos, o al menos con algunos.

     

    ― Gracias... ― tomé la botellita y sonreí tristemente ― no es tan divertido beberlo, sé que no sabe muy bien... ― bebí su contenido haciendo un sutil mueca de desagrado ― he recetado esto cuando me toca sanar a los pacientes a mí.

     

    Mi cuerpo estaba totalmente curado, ya no había ni un solo signo de que alguna vez habría sufrido esa terrible tortura y suspiré. Ahora nada más necesitaba tranquilizarme y recobrar un poco de valor para atreverme a salir a las calles nuevamente después de recibir el alta. Sabía que mi amiga tendría mucho trabajo que hacer, por lo que necesitaba hacer un esfuerzo para estar mejor.

     

    ― Creo que puedo ― y me puse de pie mirando mi ropa desgarrada, enrojecí inmediatamente, pues ya lo había olvidado ― bueno... no es que pueda exactamente pero...

     

    Me cubrí con mis brazos y sonreí débilmente recordando aquello que me había pasado. Posteriormente tomé mi varita y apunté a mi vestimenta, el hechizo que pronuncié logró arreglarla y dejarla tan intacta como si fuese nueva. Posteriormente me decidí que erala hora de irme luego de agradecer nuevamente todo lo que Jesse había hecho por mí. Realmente ser paciente no era para nada agradable, mucho menos en estas condiciones.

     

    ― De verdad te agradezco mucho amiga ― le dije ya más tranquila ― me quedaría más tiempo pero en realidad hay muchas cosas que tengo que hacer, demasiado trabajo... tú me entiendes ― continué y ahora sí, me despedí y salí del lugar.

  10. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la quinta planta atendida por Jesse T___T

     

     

    Afortunadamente no había durado mucho tiempo sola en esas condiciones, pronto una de las sanadoras de la planta había advertido mi presencia y acudió a ayudarme. La chica que se me acercó era ni más ni menos que Jesse, una de mis amigas que formaban parte de la Orden del Fénix. Era de esperarse que la chica se sorprendiera al verme de la forma en la que me encontraba, pero también estaba enterada de todo aquello que los mortífagos eran capaces de hacerle a sus víctimas.

     

    Jesse hacía su trabajo rápidamente y me transportaba en una camilla hacia una de las habitaciones, donde se encargaría de devolverme a la vida. La sanadora se movía rápidamente realizando curaciones en mi cuerpo para sanarme, además de algunos hechizos mágicos de los que yo, obviamente, jamás me enteraría debido al estado en el que estaba. El tiempo transcurría y mi cuerpo poco a poco volvía a la normalidad.

     

    Sería un alivio recobrar aquella piel suave y lisa que poseía antes de que aquello me ocurriera, además de recuperar toda mi sangre perdida claro. La herida de mi pecho al haber lastimado mi corazón había sanado y desaparecido por completo; así como las múltiples cortaduras causadas por los sectumsempras y la katana de cierto mortífago, del cual era mejor ni recordar su nombre.

     

    La joven continuaba esforzándose para devolverme no solamente mi cuerpo en perfectas condiciones físicas, sino que ahora también trabajaba para devolverme a la vida y así sucedió. Pronto un sobresalto sacudió mi cuerpo y comencé a respirar, primero de forma entrecortada e irregular; para pasar a respiraciones regulares e ininterrumpidas. Pronto sería una alivio para mi familia el verme nuevamente con vida.

     

    Cuando logré tener consciencia de mí misma, me sentía tan cansada y tan débil que lo único que quería era dormir lo más que me permitiera mi cuerpo. Traté de abrir los ojos para descubrir el lugar en el que estaba, sin embargo me costó un poco de trabajo. Sin embargo, para alivio mío pude sentir una superficie blanda y cómoda, por lo que supuse que ya me encontraba a salvo de aquellas personas, que al recordarlas me volví a sobresaltar y abrí los ojos con miedo.

     

    ― ¡No! ― grité débilmente y me senté sobre la cama.

     

    Mi pecho se elevaba debido a mi respiración agitada. Mi corazón latía con tanta fuerza que pude sentir cómo me dolía. Me sentía tan nerviosa que comencé a temblar y no me di cuenta en ese momento que Jesse se encontraba sentada junto a mí cuidándome. Mi impresión era tal, que mi mirada adquirió un característico brillo, que era el de unos ojos que estaban a punto de llorar.

  11. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la tercera planta con Addison

     

     

    Me di cuenta de la forma en que la chica escuchaba mis respuestas y por la experiencia que yo mismo tenía, sabía que algo de lo que le contaba era totalmente de no creer. Obviamente se trataban de argumentos simples, que cualquiera podría dar en una situación como la que estaba viviendo, pero también tenía clara una cosa y era el hecho de que, muchas veces lo más sencillo es lo mejor.

     

    ― Así es, estaba perdido ― respondí al escuchar que la joven quería confirmar mi respuesta.

     

    Tomé aire profundamente muy despacio, esperaba que mi impaciencia no se notara demasiado o Addison lo podría tomar como nerviosismo. Realmente aquello se tornaba complicado y deseaba salir del lugar lo más rápidamente posible. Sobre todo ahora que necesitaba saber si su hermana se encontraba bien. Sin embargo tenía que permanecer un poco más tiempo en la oficina y responder las preguntas una a una.

     

    ― A mi hermana... ― se me ocurrió mencionar ― pero no la encontré ― dije finalmente, ignorando que ella acababa de aparecer malherida dos plantas arriba en ese mismo hospital.

     

     

     

    GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la quinta planta. Heridos y resucitación de neutrales porque no traigo mi máscara T____T

     

     

    Mi cuerpo apareció en el pasillo del quinto piso en el hospital San Mungo totalmente lleno de heridas y desangrado. Mi túnica rasgada por el filo de la katana que había terminado por matarme, dejaba al descubierto las múltiples heridas que presentaba mi cuerpo. Cortes en una pierna, en el rostro, en mi cuello y otras áreas de mi cuerpo, habían terminado por quitarme la vida gracias a la pérdida de sangre.

     

    En ese momento me hallaba incapaz de pedir ayuda, por lo que solamente se podía confiar en que alguien pasara por el pasillo en ese momento y me descubriera por casualidad. Sin embargo, no podría responder a las posibles preguntas del por qué me había sucedido aquello, ya que en aquella ocasión no me encontraba entre las filas de la orden. Era por ese motivo que no portaba la máscara de luz y se podía conocer mi identidad.

     

     

    OFF:

     

    Por favor, necesito ayuda... u.u

  12. Hola de nuevo +.+

     

    Muchas gracias por los cambios pasados +.+

     

    Como ya se cumplió el mes desde la actualización pasada, vuelvo para pedir algunos cambios, el primero es el de las familias, el que quedaría así:

     

    Familia(s):

    * Familia 1: Haughton.

    * Familia 2: Westrong (matriarca).

     

    También quisiera pedirles otro cambio, que es el de agregar que soy miembro de la orden del fénix en el rango de initié.

     

    Ahora sí, espero que no se me pase nada importante o tendré que venir a editar... u.ú

     

    Muchas gracias por adelantado ^^

  13. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta tres con Adisson

     

     

     

    Había entrado a la habitación no muy de buena gana, sin embargo tenía que hacerlo o ganaría más dificultades. Una vez que me senté, observé como Addison hacía un encantamiento con su varita e imaginé de cuál podría tratarse. Posteriormente la miré cuando comenzó el interrogatorio. Ella quería saber el motivo por el que estaba en la tercera planta.

     

    ― Me perdí.

     

    Fue lo único que se me ocurrió en ese momento. Por lo regular tenía un plan trazado pero en ese momento todo sería totalmente improvisado. Simplemente esperaba que aquella postura de indiferencia que había adoptado, no se viera demasiado elaborada. Recordé la habitación en la que se había quedado aquél cuerpo, el que suponía ya había sido sacado pero eso no me importaba por el momento.

     

    ― Sólo hacía un recorrido ― mencioné sin cambiar de expresión ― pero luego perdí las escaleras. Inicialmente venía de visita.

     

    Realmente era verdad. Media hora antes había pasado por la sexta planta, que era donde trabajaba mi hermana y, aunque en un inicio no quería involucrarla, era mejor decir lo que en realidad sucedía para que no la llegaran a creer una cómplice mía. En cuanto a mi parentezco con ella, era imposible negarlo debido a los rasgos de nuestras facciones y a los apellidos idénticos.

  14. Hola!!

     

    Vuelvo a postear para pedirles algo otra vez +.+ es que como ya les comentaba anteriormente ya soy graduada y quisiera pedir mis dos conocimientos para pasar de aprendiz a empleada normal. Los conocimientos que quiero están acá:

     

    1. Herbología.

    2. Pociones.

     

    Lo siento por pedir de nuevo, es que mi anterior post donde los pedí no se vió... u.u

  15. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la tercera planta con Aime, Luz y Addison

     

     

    Me crucé de brazos. Habiendo podido estar tranquilo en cualquier parte, tenía que estar precisamente aquí. Y no de la forma en la que esperaba o quería. Estar bajo un interrogatorio no era exactamente mi mayor pasatiempo, sobre todo cuando era a mí a quien se le hacían las preguntas. Aquél trabajo había salido bastante mal y lo sabía, ahora simplemente necesitaba cubrirme y mantener las cosas en su lugar para que no llegara a oídos de mi jefe.

     

    ― Es la mejor decisión ― respondí de la misma forma que Addison.

     

    Momentos después me di cuenta que Luz se retiraba para seguir haciendo su trabajo y me alegré. Entre menos personas hubiera en el lugar mucho mejor, al menos se me dejaría tranquilo. O eso era lo que creía. Por el momento no me quedaba otra opción más que seguir las indicaciones de la chica del ministerio, ya que entre más me negara peor podría salir parado de aquella situación. Me quedé parado un momento y miré cómo la chica que, cuando se dirigía a una de las habitaciones, se giraba para mirarme.

     

    ― La sigo ― mencioné al notar su expresión.

     

    En mis ojos se podía vislumbrar claramente un cierto toque de rabia, el cual pude controlar inmediatamente para no volver más tensa la situación. A pesar de que me sentía realmente molesto, aquél había sido mi error y de salir mal las cosas, lo tendría que pagar. Por el momento me dirigía con pasos tranquilos hacia la habitación que Addison había dejado abierta y entré después de ella. Resoplé pensando que seguramente sería un largo interrogatorio.

  16. Bueno no sé si este cambio lo tengo que pedir hasta que termine el mes o no, pero estoy tratando de no quedarme sin trabajo y si no tengo los cambios me quedaré fuera de él. Lo que quiero pedirles es que me agreguen los conocimientos que necesito porque soy graduada ahora. Estos son los que quiero:

     

    1. Herbología.

    2. Pociones.

     

    Por favor y gracias T_____T

     

    *Reparto papas* +.+

  17. Hola!!

     

    Vengo a dar lata a esta sacrosanta familia +.+ es que quiero formar parte de ella y pos vengo a pedir permiso muajaja!! v.v Mis datos aquí:

     

    • Nick: Gomita Potter Black Haugran.

    • Ficha Personal: Mis antecedentes penales

    • Bóveda Personal: Las ganancias de todas mis fechorías o.O

    • Parentesco: amiga de Kris Gryffindor si se pudiera, porque ya tengo dos familias en mi ficha pero también quiero estar acá +.+

     

    Bueno, eso es todo ^^

     

    *Repartición de papas fritas* hasta luegooo!! *O*

     

    P.D. Espero ahora sí salvarme de Paú *corro antes de que me alcance* °°

  18. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis, días después.

     

     

    ― Voces adentro de mí constantemente quieren convencerme ― canté mientras arreglaba el anaquel de las pociones una vez más ― de algo que haré sin querer llevado acaso por sólo el sonido...

     

    Había tenido varios pacientes la última vez, por lo que dicho anaquel se había vaciado bastante rápido. Con el inventario en la mano, continué reponiendo todas las pociones e infusiones que aparecían en el pergamino. Ya tenía casi todo en orden cuando me bajé de la escalerilla en la que estaba de pie para alcanzar los lugares más altos. Posteriormente me dirigí a las demás salas para revisar que no hubiese algún paciente necesitando mi ayuda y, al ver que la planta seis estaba vacía, me fui tarareando por el pasillo después de dejar el inventario en su lugar.

     

    ― Como quisiera que no, no me afectara el vicio del drama ― seguí cantando en voz baja ― suelo tentarme y caer que encantador sumergirme en silencio...

     

    Realmente me sentía feliz desempeñando mi trabajo, que me costaba mucho pensar que algún día tendría que irme, por el momento nada más esperaba que ésto no fuera a pasar. Había sido aprendiz durante un tiempo y eso me gustaba mucho, el trabajo en hospital realmente era para lo que yo estaba hecha, no imaginaba un trabajo en otro lugar. Mientras pensaba aquello me acerqué a la ventana del pasillo y me asomé hacia el exterior; donde se podían ver las calles del Londres muggle y sonreí.

     

    ― Recuerdo cuando vine aquí por primera vez...

     

    En aquella ocasión, según recordaba me había perdido y no lograba encontrar el lugar. Ya tenía claro que San Mungo no tenía fachada de un hospital común, pero aún así me había confundido y recordar aquello me hacía gracia. Mientras miraba a las personas en miniatura a causa de la altura en la que estaba, suspiré y froté mis ojos; me sentía un poco cansada y necesitaba relajarme un poco. Tomando en cuenta que ahora podría tener una buena oportunidad, me acerqué a las sillas del pasillo y me recosté en ellas y así; sin quitarme la bata siquiera, me dormí un momento.

  19. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

     

    Recordé el olor del pay de queso y suspiré, era increíble cómo con mi sola imaginación hubiera sentido el sabor de semejante y rico postre en mi boca. Aquella capacidad que tenía de imaginar cosas con el simple hecho de escucharlas o leerlas era única, aunque a veces me metían en muchas dificultades. Por el momento me encontraba totalmente tranquila y un tanto nostálgica cuando Cye mencionó su afición a los dulces.

     

    ― Cuando me traigan el pay puedo compartirte un trozo ― mencioné sonriendo.

     

    A mí también me encantaban los postres y en estos momentos me apetecía algo dulce. Aquellos días en que había sido estudiante de la Academia se habían ido y las cosas ya no serían como antes. Sin embargo, había algo que siempre recordaría, y era el hecho de que podría volver tanto como quisiera con excepción de que no estaría en mi casa ni visitaría las aulas de clases nunca más.

     

    ― Cuando entré a la Academia, nunca pensé que me fuese a gustar tanto... ― luego sonreí ― entonces nunca dejaré de venir a visitar la librería, tal vez ahora que tengo más tiempo puedo ir a otros lugares...

     

    Mi amiga platicaba que también había pasado tiempo desde que era egresada, pero no por eso se había alejado de la escuela y eso me daba alegría. Esperaba hacer lo mismo y seguir teniendo este amor por la academia como hasta hoy. Por el momento me sentía un poco nerviosa, ya que pronto se llegaría la despedida de mi casa y dejarla para siempre. Era algo doloroso pero necesario, no podía pasarla ahí siempre.

     

    ― ¿Cómo? ― reaccioné ― ¿Qué haré? ― suspiré ― seguiré trabajando ahora con más tiempo, buscaré un trabajo mejor y tal vez tome algunos cursos para aprender cosas extras a la academia ― mencioné ― y formar parte de la orden ― pensé lo último con orgullo ― ¿Alguna vez te imaginaste que serías lo que eres cuando estabas en mi misma situación?

  20. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis recibiendo la carta de Aime y dando el alta a Jesse.

     

     

    ― Así que fue un ataque... ― respondí a las palabras de la chica.

     

    Momentos después de mirar que Jesse estaba completamente restablecida, recordé que necesitaba pasar por la habitación de Aime, a quien había dejado recuperar a su ritmo. Así que, después de darle el alta a mi paciente iría a verla. Momentos después tomé una hoja con el alta para ella y se la entregué. De sentirse mejor la chica podría abandonar el hospital en ese mismo momento.

     

    ― ¿Te entrego? ― le di la hoja y una pluma, luego me giré hacia Gaiana ― las dejo a solas un momento, necesito hacer algo...

     

    Y me dirigí hacia la habitación en la que se encontraba Aime momentos antes, pero al abrir la puerta me sorprendí al ver que ya no estaba. La cama estaba totalmente en orden y miré entrecerrando los ojos a mi alrededor. Aime se había retirado y me dejaba una nota. Al parecer necesitaba irse y yo tardé demasiado en verificar que se encontrara bien, por lo que se retiraba del sanatorio.

     

    ― Me da gusto que estés bien... ― mencioné y regresé a la habitación con Jesse ― estarás como nueva ― le dije sonriendo.

     

     

    MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta tres con Addison, Aime, Bodrik y Luz

     

     

    Escuché atentamente que en otra planta del hospital se desataba otro problema, por lo que algunas de las personas que estaban presentes se retirarían. Esto me dio gusto internamente pero no lo demostré, ya que si tenía un poco de suerte podría alejarme de ahí sin problemas. Fue por ese motivo que me mostré interesado de forma discreta, aquello comenzaba a ponerse interesante.

     

    ― Adelante ― dije a Bodrik cuando se disculpó para atender otro asunto ― gusto en conocerla.

     

    En ese momento escuché con atención cuando Luz mencionaba que mi nombre le parecía interesante. Ya Bodrik había mandado a realizar algunos encargos y comencé a quedarme solo, suponía que solamente quedaba Aime y Addison. Realmente no sería muy difícil escapar, o al menos eso era lo que yo esperaba.

     

     

    OFF:

     

    Lo siento, poca inspiración...

  21. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta tres con Aime, Bodrik, Addison y Luz

     

     

    ― Yo tengo prisa ― mencioné al ver el tumulto.

     

    En ese momento, Addison tranquilizó al resto de las chicas que trabajaban en la planta, mencionando que no se podía acusar a nadie así como así. Realmente las cosas no estaban funcionando como yo lo había planeado, jamás creí que llamaría tanto la atención dentro de un hospital en el que hay tantos pacientes y visitantes. En ese momento me dispuse a escuchar a Addison, quien mencionaba que no debía retirarme.

     

    ― ¿Buscarme? ― miré a la joven con un poco de extrañeza y luego callé.

     

    No podía permitir que se me buscara en la mansión, sobre todo porque se me relacionaría inmediatamente con mi hermana, y causarle problemas era lo menos que yo esperaba. Aunque no lo estaba consiguiendo de forma muy satisfactoria en ese momento, lo único que deseaba eran dos cosas: no involucrarla en mis movimientos y evitar a toda costa que ella descubriese mi profesión oculta.

     

    ― De acuerdo ― observé a todas las chicas a mi alrededor ― estoy dispuesto a ser interrogado aquí.

     

    Luego sonreí débilmente imaginando aquél cuerpo pudriéndose dentro de la sala del hospital.

     

     

    ~ * ~

     

    GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis con Jesse y Gaiana

     

     

    ― Y por eso fueeee ― canté.

     

    Ahora me encontraba en la pequeña bodega de las pociones arreglando todo y reponiendo los faltantes. Tomé un pequeño banquito y me subí a él para alcanzar la parte superior de éste mientras sostenía el inventario en una de mis manos. Tenía un pequeño plumero y un trapo, ya que tenía intención de darle un poco de limpieza y, aunque sabía que no era mi trabajo, hacerlo me relajaba muchísimo.

     

    ― Que me alejé hasta donde pude... ― continué con la canción ― y terminé llorando a mares, donde no me vieras tú...

     

    Una vez que terminé, miré mi reloj de pulsera y me bajé del banquito para dejar las cosas en su lugar, salí tranquilamente y me fui por el pasillo hacia la habitación donde Jesse se encontraba descansando. Una vez a su lado, tomé sus signos vitales y me di cuenta que ella estaba bien, por lo que suspiré y la miré fijamente durante un momento. Fue entonces que escuché pasos y la voz de alguien a quien no conocía.

     

    ― Hola Gaiana ― la miré y le dije con tranquilidad ― mi nombre es Gomita y soy aprendiz en esta planta, mucho gusto conocerte ― luego desvié la vista hacia Jesse ― ella no estaba segura de lo que le sucedió, llegó con múltiples heridas. Obviamente alguien la atacó. Por fortuna todo está bien, le he realizado el tratamiento necesario y ahora duerme. Se pondrá bien.

  22. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Me fui con mis cosas hacia la mesa donde estaba Cye y le pedí oportunidad de quedarme con ella, a lo que aceptó de inmediato. Posteriormente se puso se pie y se acercó a mí para darme un abrazo, mismo que yo correspondí. Realmente me sentía muy bien cada que platicaba con ella.

     

    ― Muchas gracias, estoy bien gracias y tú?

     

    Luego acomodé mis cosas en la mesa y me senté con ella sonriendo. Suspiré al sentir que de pronto la tristeza que sentía se me olvidaba un poco, siempre era linda la compañía de alguien agradable. En ese momento miré a una persona que se acercaba y noté que llevaba un pedido para Cye.

     

    ― Yo... ― comencé a decirle a Lou un poco sorprendida de que conociera mi nombre ― un chocolate con leche y un pay de queso por favor.

     

    Luego miré a Cye y me reí bajito, ya había venido en otra ocasión a la cafetería, pero jamás pensé que las personas notaran mi presencia, y mi nombre mucho menos. Aunque en ese momento no me atreví a preguntar cómo era que sabía quién era yo, tenía intención de hacerlo después.

     

    ― Esta cafetería me gusta mucho, lástima que pronto seré egresada y tal vez no pueda volver ― mencioné con nostalgia ― ha pasado tanto tiempo desde la primera vez que pisé la Academia por primera vez, que de repente siento que los recuerdos de entonces son simplemente partes de una escena que no pertenecen a mi vida...

  23. GOMITA Y MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Con Wilmo en la habitación de la puerta naranja

     

     

    ― ¡Por Merlín! ― mencionó Gomita al escuchar la voz del elfo.

     

    ― Al menos no dirás que no te lo dije ― continuó Mikael mientras que dejaba la guitarra ― bien... primeramente gracias por el premio ― mencionó el joven.

     

    ― Hermano... lo sentimos mucho...

     

    La joven gemela miró con atención al elfo al momento de disculparse, luego sonrió nerviosa al escuchar lo que les decía a los dos. Realmente no habían hecho bien al entrar así a la escuela sin haber preguntado primero, por lo que seguramente eso les haría acreedores a una buena sanción.

     

    ― Bueno yo... ― mencionó Gomita ― me inscribí hace poco pero... ― tomó un poco de aire y enrojeció ― no pregunté a nadie si podía entrar...

     

    Los gemelos permanecieron observando al elfo, Gomita entrelazó los dedos de sus manos un poco nerviosa, mientras que Mikael permanecía como si nada hubiese pasado.

  24. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta curando a Jesse

     

     

    La pobre de Jesse no podía responder una sola de las preguntas que yo comencé a hacerle, por lo que decidí que era mejor dejarlas para después. Ella ya se sentía lo suficientemente mal y yo sabía lo difícil que era responder un interrogatorio en esas condiciones.

     

    ― No te preocupes amiga... ― mencioné mirando cómo aceptaba las pociones.

     

    Cuando se sintió un poco mejor, simplemente mencionó que era muy extraño algo y yo supuse que se refería al ataque que había recibido. Obviamente aunque no sabía qué personas, yo tenía clara idea de qué grupo había sido pero decidí no decir nada.

     

    ― No me agradezcas, lo hago con mucho gusto.

     

    La dejé descansar mientras ordenaba las pociones. De vez en cuando me volteaba a mirar sus reacciones y me tranquilicé al ver que estaba bien.

  25. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta despidiendo a Pandora y recibiendo a Jesse

     

     

    Por fin la fenixiana y ex profesora se curaba de sus heridas, ella al igual que todos tenía mucha prisa por irse del hospital nada más se pusiera mejor y así lo haría. Me hubiera gustado que se quedara a descansar un poco más, pero como lo había dicho, tenía muchas cosas que hacer.

     

    ― De acuerdo ― dije mirándola con sorpresa, ahora sabía quién era ― te deseo lo mejor, cuídate mucho...

     

    Posteriormente me puse a recoger todo aquello que quedaba regado por la habitación. El resucitar dos personas no era nada fácil pero lo había podido conseguir. Ahora necesitaba beber un vaso de agua y estaría lista para continuar con mi trabajo. Era un día más de los tantos que había pasado en el hospital, pero realmente me gustaba.

     

    ― El muchacho de los ojos tristes ― comencé a cantar, pero inmediatamente me interrumpí al ver a Jesse ― ¿Pero qué te pasó?

     

    Corrí hacia ella y la sostuve para ayudarla a sentarse sobre una de las camillas. Ella no tenía la máscara puesta, por lo que me había dado cuenta de quién se trataba. Era extraño que llegara en estas condiciones si no había estado peleando dentro del bando.

     

    ― ¿Quién te atacó? ― pregunté y le apunté con la varita ― episkey ― pronuncié en dos ocasiones ― epsera aquí, no te muevas.

     

    Salí corriendo por los frascos de poción que necesitaría con cuidado de no tropezarme con nadie en el camino, un minuto más tarde regresé a donde se encontraba la fenixiana y destapé uno de los frascos. Sus heridas estaban sanadas totalmente, pero necesitaría algo que le regresara las fuerzas.

     

    ― Aquí tienes ― le entregué un frasco de poción reabastecedora de sangre y posteriormente una revitalizante ― pronto estarás bien.

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