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Gomita Haughton Westrong

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Mensajes publicados por Gomita Haughton Westrong

  1. GOMITA HAUGHTON WESTRONG

     

     

    Caminamos hacia donde nos guiaba Adrian mientras observaba muy bien el camino, ya que no quería perderme de regreso. Suspiré mientras continuaba al lado de Little y Cye cuando alcancé a ver a otras dos personas que llegaban al lugar. Las observé bien para tratar de reconocerlas y sonreí al hacerlo.

     

    ― Genial, esto se comienza a llenar de gente.

     

    Me sentía verdaderamente emocionada, por lo que me pregunté de repente si Pandora y Galedra también se inscribirían a alguna de las clases. Me preguntaba a cual de todas lo harían y de pronto otra pregunta más me pasó por la cabeza. Adrian había dicho algo que me dejó con algo que no alcancé a mencionar.

     

    ― Little... entonces eres profesora... ¿Qué clase impartirás?

     

    Me froté los ojos y miré el amplio espacio que había a mi alrededor y tomé aire. Era extraño, solamente sería algo así como la inauguración de la escuela, pero me sentía nerviosa como si me fuesen a aplicar alguna clase de examen. Tenía que quitarme aquella sensación de la cabeza, ya que no era nada bueno para mí.

  2. GOMITA HAUGHTON WESTRONG

     

    En la planta seis con Mei y recibiendo a Soamily

     

     

    ― ¿De verdad? ― pregunté algo extrañada ― bueno... en ese caso veamos si tienes heridas.

     

    Vi cómo Mei se acercó a una de las camillas y se recostó. Sonreí al ver que se veía perfectamente bien, por ese motivo no entendía su visita. Como seguramente se trataba de una revisión de rutina, saqué mi varita y la señalé con ella, murmuré algunos hechizos y comencé a recorrer su cuerpo con ella. Cualquier cosa que anduviese mal con ella yo lo sabría y podría ayudarla de inmediato.

     

    ― Pues bueno... ― tomé un frasco de poción revitalizante ― toma esto...

     

    Aquello haría que la chica se sintiera con mayor fuerza, aunque no la había notado débil tampoco, aún así tenía que hacerlo. Una vez que lo hiciera no tendría ningún otro problema, por lo que sería capaz de darle el alta sin tardarme demasiado, así que tomé la hoja para llenarla y se la entregué para firma.

     

    ― Fue algo como un certificado médico que dice que estás bien ― sonreí al decirle esto ― tienes el alta y puedes ir a casa cuando gustes, este... ¿La orden manda a que los fenixianos se revisen de vez en cuando? Eso es algo bueno ¿No crees? Bueno ¿Me permites un momento? Descansa un rato si lo deseas, no tardo...

     

    Esperaba que Mei no me matara por mi comentario que podría parecer de burla. En ese momento decidí dejar descansar a la fenixiana un momento y me disculpé con ella, necesitaba salir un rato al almacén de las pociones. Necesitaba arreglar el inventario muy bien, ya que la última vez me había acabado todo lo que había en la vitrina de varias habitaciones. Cuando salí al pasillo alcancé a ver a una chica y fui hacia ella.

     

    ― ¿Puedo ayudarte? ― pregunté cuando me acerqué a ella y pude darme cuenta que tenía su pierna herida ― ay Merlín, espera un momento.

     

    Llamé a una de las enfermeras que en ese momento pasaban por ahí para pedirle ayuda y ésta desapareció dentro de una habitación. No pasó ni un minuto cuando ésta regresó con una silla de ruedas y ayudó a Soamily a sentarse en ella. Mientras la llevaba a una de las habitaciones vacías, me pareció algo terrible el que haya llegado caminando hasta allá, aunque imaginaba lo que le había sucedido, su herida no se veía como las demás que había tenido que sanar.

     

    ― Tranquila, mira... ― dije mientras abría la vitrina de la habitación y la enfermera revisaba por si tuviese más heridas ― toma esto ― le acerqué una botellita transparente ― esta sirve para sanar huesos, algo así como la poción crece-huesos, pero ésta no te construirá uno, solamente lo sanará.

  3. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis terminando de curar a Kris y recibiendo a Mei

     

     

    — ¿Cómo que y ahora qué? — me reí con el comentario del muchacho enmascarado — como siempre el deseo de salir del hospital es más grande que sus ganas de curarse — me reí — tranquilo que no muerdo.

     

    En ese momento le entregué una hoja donde tenía que poner algunos datos suyos. Aquella era parte del expediente médico que necesitaba de toda persona que pasara por mis garras. Aunque obviamente no lo diría de esa forma, o los pacientes de plano creerían que se encontraban en una carnicería.

     

    — Te juntaré todas las deudas y al final tendrás que canjear por un vale de comida mexicana.

     

    Sonreí al hacer el trato a Kris y le entregué una pluma para que llenara con sus datos. Se veía claramente incómodo con la bata de paciente, pero las reglas eran las reglas y no podía dejarlo con sus horribles ropas hechas jirones. En aquello estaba cuando escuché la voz de alguien y me asomé a ver.

     

    — Este... hola — sonreí a la chica un tanto confundida, nunca antes nadie ajeno al hospital había venido a visitar — estoy muy bien gracias ¿Y tú?

     

    Al observar a la chica, la noté totalmente sana, por lo que imaginé que vendría por cierto chico que tenía de paciente todavía.

     

    — Ya casi está — le dije a Mei — ¿O no vienes por él?

  4. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta despidiendo a Pandora y recibiendo a Kris

     

     

    — ¿Gracias? No es necesario darlas — le respondí a Pandora — ¿Crezco bien? ¿Cómo? — pregunté después de verla irse prometiendo visitarme.

     

    Este había sido un verdadero día loco. Desde el momento en el que había llegado al hospital hasta este minuto, no había parado de trabajar ni un instante. Sin embargo aquello me parecía realmente gratificante. Cuando Pandora se fue, yo decidí regresar a la habitación en la que había dejado la carpeta con las hojas de altas de los pacientes que acababa de curar.

     

    — Jessie, Pandora, Gitax, Maddie, Aime, Paú... — sonreí con verdadera satisfacción.

     

    Luego me dirigí hacia el archivo para dejarlos en sus lugares, me había entretenido en la limpieza del la habitación, que no me había enterado que en ese momento Belu había regresado de su permiso y se encontraba afuera sanando al jefe de la orden del fénix. En el momento que había salido, ya no se encontraba el menor rastro de personas en el pasillo, por lo que pensé en darme un largo descanso.

     

    — Ay no... — mencioné cuando llegué a la puerta del archivo — hoy no tengo ganas de ver personas del siglo diecinueve...

     

    Había comenzado a sospechar que había algo dentro de esa sala que me hacía retroceder, pero hasta el momento no podía averiguar qué era. Sin embargo, no podía dejar todos los papeles ahí, ya que Belu seguramente pronto pediría la relación, así que tuve que armarme de valor para entrar otra vez. Extendí mi brazo y suspiré mientras giraba la perilla de la puerta y entré buscando rápidamente la carpeta con los archivos de este mes.

     

    — Por favor, por favor, por favor... — dije.

     

    Me puse a colocar rápidamente la carpeta en su lugar, corrí hacia el pasillo y cerré la puerta. Una vez ahí, me recargué contra ésta, miré a mi alrededor y al notar todo normal, suspiré hondo mientras cerraba los ojos. Vaya paranoia que comenzaba a crearme...

     

    — Parece que viste a un fantasma — dijo una de las enfermeras riéndose un poco.

     

    — Si te contara — respondí un poco más pálida de lo normal — bueno, tengo hambre...

     

    — ¿Una torta ahogada? — me preguntó la enfermera sabiendo lo que le respondería.

     

    Y en ese momento...

     

    — ¿Alguien que me atienda? — se escuchó un grito y casi me dieron ganas de lanzarle la tabla con expedientes que traía en mi brazo, cuando me di cuenta de que se trataba de un paciente recostado en una camilla — necesitaré ayuda... ¿Podrías?

     

    — Claro — respondió la enfermera y se encaminó conmigo hacia Kris, quien sangraba mucho y denotaba verdadera expresión de dolor.

     

    — De acuerdo, comenzamos...

     

    Y empujamos la camilla con el muchacho hacia la sala más cercana, una vez ahí la enfermera se encargó de vestirlo con una bata de hospital y yo tomé las pociones que necesitaría. Comencé con la curación y luego de alrededor de media hora, el paciente se encontraba estable y con sus heridas totalmente curadas. Algunos episkeys terminaron con el problema, por lo que pronto lo veríamos despertar.

     

    — Genial... — suspiré y me senté en una silla recargada contra la pared, mientras que la enfermera se sentaba en otra.

  5. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG volviéndose loca X.X

     

    En la sexta planta con Gitax

     

     

    Definitivamente esto era una locura, y todavía cierto ancestro mío me había mencionado que yo no estaba acostumbrada a vivir este tipo de situaciones... ¡Ja! Definitivamente la próxima vez que lo viera lo mataría, no importaba que fuese meses antes de lo que dictaba la historia. Seguro que lo mataría.

     

    ― Estoy solitaaaaaaa, no hay nadie aquí a mi ladooooooooo ― canté bastante nerviosa, pero obviamente no se me notaba.

     

    Había dejado de ser una principiante, ahora estaba convirtiéndome en una sanadora hecha y derecha y tenía que afrontar con valor lo que viniera. Y claro que lo haría, sobre todo ahora que mi padrino daba signos de sentirse mejor. Tomé aire y decidí darle de una vez la hoja de salida, ya que como siempre me la pedían para salir huyendo de mí.

     

    ― ¿Es tan mala la atención? ― miré a Gitax totalmente recuperado pero con poca fuerza ― bebe ― y le di la poción revitalizante. Con eso bastaría ― sí acá está el alta... ― y se la di tratando de aguantarme la risa. Si no era vidente, poco me faltaba.

  6. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis con Pandora y Gitax

     

     

    ¿Sería posible?

     

    En mi prisa por curar a la fenixiana se me había olvidado llevarla a una habitación y la estaba curando justo en el pasillo. Vaya recibimiento tendría la pobre, aunque esperaba que no se diera cuenta de aquello; así que la enfermera y yo continuamos con nuestra labor de sanación.

     

    ― Mira todavía no estás curada toma ― le di una poción revitalizante y se la hice beber ― ahora sí.

     

    Gracias a la ayuda de la enfermera, había logrado curarla, ahora solamente necesitaba que descansara algunos ¿Segundos? Nadie hacía caso al reposo y se iban inmediatamente, así que casi podía asegurar que ella haría lo mismo.

     

    ― Creo que ahora sí... ― dije mientras llenaba la forma de salida ― no tienes que dar las gracias.

     

    ― ¡Gomita!

     

    ― Tranquila, estamos en un hospital.

     

    ― ¡Otro paciente herido!

     

    ― Perdón...

     

    Y salí rápidamente al disculparme con Pandora.

     

    ― Por las barbas de...

     

    Y comencé la curación en este cuerpo también, el cual se me hacía muy familiar. Y claro que lo era, si se trataba de ni más ni menos que de mi padrino mágico Gitax, quien había caído en batalla de nuevo.

     

    ― Poción resucitadora, sedante, episkeys... ― volví a hacer el mismo procedimiento que con Pandora.

     

    Pronto estaría bien, ya que esas pociones eran muy efectivas. Hasta ese momento me fijé que había atendido a los dos en el pasillo.

     

     

    OFF:

     

    XDDD

  7. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis con Pandora

     

     

    ― Buena suerte, cuídate...

     

    Había despedido al chico Fined, quien tenía mucha prisa y salí hacia el pasillo de nuevo. Necesitaba llevar todos los expedientes de altas al archivo de una vez por todas. Esta vez nadie me detendría así que me mentalicé mientras tarareaba una canción. Pero...

     

    ― ¡Por Merlín!

     

    Quien acababa de llegar era ni más ni menos que Pandora, quien necesitaba ayuda pero yo no pude reconocerla por la máscara que llevaba en el rostro. Además de las heridas de fuego y su ropa calcinada claro. Ya sabía lo que tenía que hacer puesto que no era la primera vez que lo hacía.

     

    Poción resucitadora, sedante, episkeys... ― respiré hondo nombrando cada que aplicaba uno ― más episkeys, díctamo ¡Ay Merlín dame valor! ― continué mientras la enfermera continuaba con el procedimiento.

     

    Pronto sus heridas comenzaron a desaparecer.

  8. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

     

    Escuché con gran emoción todo lo que Cye me platicaba, en ese momento llegaba Lou con mi pedido, al verlo se me despertó el hambre y me reí bajito. Pero no comencé a comer todavía por estar inmersa en todo lo que mi amiga me decía. Aquello que me contaba era verdaderamente interesante y me agradaba ver a alguien que le tenía tanto amor a la orden del Fénix, tanto como quería tenérselo yo.

     

    ― Gracias ― le dije a Lou.

     

    Luego tomé la cucharita y probé un pedacito de mi pay, el cual estaba buenísmo. Ella había tenido suerte de provenir de una familia con amor a la magia blanca y por eso se había decidido ir al bando de la luz. Era curioso porque precisamente a mí me estaba pasando lo contrario. La mayoría de mis familiares compartían su devoción a la marca tenebrosa aunque yo no lo sabía a ciencia cierta, y seguramente ese era el motivo por el cual me sentía tan desplazada.

     

    ― Algo sospecharán ― dije bajito, pero no me atreví a mencionar mis sospechas, ya que no tenía fundamentos todavía.

     

    Cye mencionaba todas las bendiciones que poseía dentro del mundo de la magia: una bonita familia, ser miembro de la orden, no estaba más económicamente por suerte y eso me alegró. Yo sabía que mis familiares me querían también, pero últimamente estaban tan ausentes que sentía que no los tenía. Igual como cuando apenas llegué. Afortunadamente había conocido a un grupo de chicos que me habían ayudado a salir hoyo en el que casi acababa de caer.

     

    ― Tomaré tu consejo al pie de la letra... ¿Sabes? últimamente he pasado por muchas experiencias desagradables, pero también muy importantes que me han hecho madurar. Sin embargo, las cosas buenas han superado a las malas en creces y ahora estoy por reanudar un momento feliz dentro de mi vida ― mencioné recordando a mis amigos dentro de la orden y a mi novio, quien había regresado del mundo muggle para estar conmigo ― y nadie me quitará lo bailado ― me reí feliz de ver aquél brillo en los ojos de mi amiga.

  9. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En el sexto piso con Madeleine y Zbigniew Fined

     

     

    Poco antes de que saliera a ver a Zbigniew, escuché a Madeleine atentamente.

     

    ― Me da gusto que estés mucho mejor ― sonreí al responderle ― ahora, si te sientes cansada todavía, puedes quedarte un rato más.

     

    Me sentía más tranquila al ver cómo ella también se sentía satisfecha de su propia mejoría. Las heridas que había sufrido eran imperceptibles y eso me dio verdadera satisfacción. Realmente trabajar en un hospital y ayudar a las personas era muy gratificante.

     

    ― Si me disculpas un momento... necesito llevar un reporte... ― me disculpé ― no tardaré.

     

    Y fue así cómo encontré a Zbigniew y le atendí mencionando unas palabras. Pronto me di cuenta de que el chico había mejorado bastante. Se le veía color en su semblante y hasta me pudo responder, lo cual me llenó de alegría.

     

    ― Eso es lo que parece... ― mencioné mirándolo tranquila, ya que al parecer estaba respondiendo muy bien al tratamiento.

     

    La lucha entre mortífagos y aurores no terminaría nunca y las consecuencias las estaba observando sobre todo en aquellos días, ya que en la planta seis habían estado llegando fenixianos sin descanso.

     

    ― Pronto te sentirás mucho mejor ― mencioné preparando la ficha del alta ― mejoraste bastante rápido.

     

    Le acerqué la ficha por si las dudas, realmente no sabía si el chico tenía o no prisa por irse, ya que la mayoría de los fenixianos se retiraban nada más se sentían mejor.

     

    ― Mira, esta poción repondrá todas tus energías ― se la di ― así tendrás tu pase de salida de inmediato.

     

     

    OFF.

     

    Perdón por tardar >.<

  10. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

     

    — ¡Cye! — llamé a mi amiga, quien se encontraba en la sala principal.

     

    Era una verdadera sorpresa cuando apenas al llamar noté que la escuela no estaba completamente sola. Aquella chica rubia miembro de la orden del fénix al parecer también venía interesada en las clases que se impartirían y de pronto me pregunté cuál tomaría. En ese momento escuché a alguien saludar.

     

    — ¡Hola!

     

    Una chica había salido al recibidor y la miré. Sonreí ampliamente al ver de quién se trataba y luego miré a mi alrededor. Little estaba también en la sala, yo me sentía realmente emocionada de estar aquí y tomar mis primeras lecciones.

     

    — Sí Little ¿Cómo estás? — sonreí al escuchar que ella sabía lo que yo quería — ¿También tú?

     

    Hasta ese momento yo ignoraba que ella era la profesora de uno de los cursos, más ni menos que de danza por lo que le pregunté creyendo que se trataba de una alumna más. En ese momento me distraje un poco al ver que un muchacho al que jamás había visto, nos dirigía a un salón que todavía no había explorado.

     

    — Bueno pues... ¿Sólo somos nosotras dos? — pregunté sorprendida y me reí bajito — ¿Profesores y alumnos? Entonces tú... — dije mirando a Little.

     

    Hasta ese momento no había caído en cuenta de que la escuela era nueva y comenzaba a reclutar sus estudiantes. Aquello me llenó de emoción, ya que sería de la primera generación que pasara por las instalaciones. Todo aquello rondaba por mi cabeza mientras me dirigía a donde nos guiaba el profesor. O al menos creía que lo era...

  11. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta dejando descansar un poco a Madeleine y atendiendo a Zbigniew ^^

     

     

    ― Bueno entonces... ― le sonreí a Madeleine ― te dejaré un momento, necesito ir a organizar algo al almacén.

     

    Salí de la habitación para ir hacia esa habitación, pero me detuve cuando observé a alguien a varios metros y me acerqué. Era un chico al que jamás había visto, pero por lo que notaba era un fenixiano por la luz que llevaba en su rostro. Una vez que observé bien su estado, me sorprendí mucho al ver las innumerables heridas que mostraba su cuerpo.

     

    ― Parece que estamos en plena guerra ― mencioné sacando mi varita.

     

    Apunté al chico y con un hechizo de levitación le dejé en una de las camillas del pasillo y luego lo empujé a otra de las habitaciones de la planta. Era el momento de probar nuevamente el efecto de todas las pociones que utilizaba para sanar. Una a una: poción resucitadora, díctamo, reabastecedora de sangre, sedante y algunos episkeys para completar la curación se hicieron presentes.

     

    ― Te pondrás bien... ― mencioné al chico.

     

    Para esto, la enfermera ha se había hecho cargo de cambiarle sus ropas destruidas por una bata de hospital. Y por el momento yo me encontraba bien, mirando cómo sus heridas comenzaban a cerrarse poco a poco luego de que le diera la poción resucitadora, obviamente mezclada con la sedante para no hacerle sentir dolor cuando volviera a la vida. Ahora era el turno del díctamo y los episkeys. La imagen de la piel al alisarse y quedar intacta era fenomenal.

     

    Era seguro que dentro de pocos minutos despertaría.

  12. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En las sillas de la sala de espera de la planta seis, tirada boca arriba como hámster acalorado y después con Madeleine *O*

     

     

    No me di cuenta si pasaron segundos, minutos o tal vez horas, lo cierto es que estaba descansando con los ojos cerrados y según mi sensación, me había quedado dormida. Y hubiese seguido así de no ser que la voz de Marijo llamándome me hizo levantarme de un salto y miré a mi alrededor. Por la rapidez al ponerme de pie, mi cuerpo estaba temblando y me froté los ojos.

     

    — ¡Lo siento! — exclamé y me fui rápidamente a la habitación en la que había dejado a Madeleine.

     

    Se suponía que quien tenía que descansar era ella y no yo, por lo que tenía que recuperarme para estar totalmente despierta al llegar a su habitación. Me sentía culpable por haberme quedado así, pero estaba realmente cansada, por lo que no me había podido controlar. Cuando llegué a la habitación donde estaba Madeleine, me acomodé mi cabello desarreglado y tomé aire, luego entré.

     

    — Hola, veo que ya despertaste, perdón por tardar tanto... — la observé detenidamente — ¿Te duele algo? Mira, bebe esto — era una extraña poción para terminar de sanar heridas tanto externas como internas.

     

    Gracias a todas aquellas mezclas no sentiría ninguna clase de dolor y se recuperaría pronto. Ahora solamente me hacía falta darle la poción revitalizante y mi amiga quedaría como nueva. Solamente era cuestión de esperar algunos minutos, así que preparé la ficha de salida y una pluma para pedirle a Madeleine que la firmase.

     

    — ¿Te sientes mejor? — le pregunté — cuando estés bien, solamente tienes que llenar este documento y serás libre — le dije riéndome.

     

     

     

    MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En el tercer piso con Addison

     

    El encierro comenzaba a abrumarme un poco pero no por suerte fui capaz de no mostrarme impaciente frente a la chica. Sin embargo todo aquello comenzaba a cansarme, por lo que cometí un grave error al responderle.

     

    ― ¿Qué? ¿Cómo?

     

    Mencioné con un poco de desconcierto. Era tanta la confusión que no había reparado en lo que dije por lo que posiblemente me iría mal. Esto tenía que arreglarse, por lo que tomé aire lentamente y miré de nuevo a Addison.

     

    ― Bueno señorita... ― dije intentando recordar ― la vi durante cinco minutos cuando le llevé de desayunar.

     

    Seguramente ella recordaría aquella ocasión, ya que había sido la única vez en la cual me había pasado por allá. O al menos eso creía... había sido demasiado tonto al hablar sin meditar bien, pero en ese momento sentía mi mente invadida por una bruma que no me dejaba pensar con claridad.

     

    ― Me lleva la... ― murmuré.

     

     

    OFF.

     

    Tanto rol que ya me revolví con lo que dijo Mikael >.<

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  13. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta despidiendo a Aime y a Paú ^^

     

     

    Realmente me sentía satisfecha. Tanto Aime como Paú habían reaccionado perfectamente al tratamiento y se sentían mucho mejor. Era verdaderamente increíble la rapidez con la que actuaban las pociones, por lo que agradecí infinitamente el pertenecer al mundo mágico. Sobre todo el agradecimiento de ambas, Aime había tomado prestado un atuendo nuevo y limpio para poder salir y me despidió con un abrazo.

     

    — Cuídate mucho... — sonrió feliz al verla irse totalmente curada y en ese momento miré a Paú — de que estás hiperactiva ya lo noté...

     

    Le dije sin aguantarme una leve risita. Algo había en ambas chicas que me parecía familiar y no era el simple hecho de pertenecer al bando. Algo que me decía que la relación con Aime y Paú era más estrecha. Aquello me hizo sentirme feliz, tratando de imaginar si a quien había atendido sería alguna familiar o tal vez una gran amiga.

     

    — Seguro nos encontramos, espero que sea de visita nada más — respondí a Paú — cuídate mucho también... — y la abracé antes de ver que salía del hospital.

     

    Una vez estando sola en la habitación, comencé a limpiar de nuevo y coloqué todo en su lugar. Aquello era un verdadero caos, frascos de pociones vacíos y la vitrina semi vacía. Tenía que ir a reponer tales pociones al almacén donde se resguardaban éstas, por lo que guardé las fichas de alta de ambas chicas y las metí en la carpeta junto con las de los demás chicos miembros de la orden.

     

    — Muero de hambre... — dije al salir de la habitación y recorrer el pasillo — pero antes...

     

    Me acerqué a las sillas del pasillo que funcionaba como sala de espera, y me dejé caer boca arriba como hámster exhausto.

     

    http://www.studentsoftheworld.info/sites/animales/img/1043_hamsters.jpg

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  14. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis con Aime y Paú

     

     

    Realmente las pociones y los hechizos habían dado excelentes resultados. Pronto las chicas comenzaron a recobrar la conciencia y sonreí satisfecha al notarlo. Todavía cargaba conmigo aquella carpeta con los expedientes de Soa, de Gitax que no había tenido tiempo de dejar en el archivo y al parecer tendría que agregar otros tres más.

     

    — Oye tranquila — le dije a Paú, quien parecía nerviosa mientras buscaba algo — tienes que descansar.

     

    En ese momento me di cuenta que Aime también comenzaba a despertar y solté el aire que oprimía dentro de mis pulmones. Realmente era un gran alivio ya que, aunque había tenido mucha experiencia en sanar personas, el hacerlo imponía un reto mayor cuando tenía que atender a varios a la vez.

     

    — ¿Te sientes bien? — pregunté a Aime — tranquila, no te muevas... — luego me dirigí a ambas — se encuentran a salvo en el hospital, no tienen nada que temer, pronto se pondrán bien — sonreí al escuchar las palabras de Paú — no tienes que darme las gracias, es mi trabajo y lo hago con gusto, estoy feliz de que se pongan bien.

     

    En ese momento les entregué una botellita con la poción revitalizante a cada una de ellas. Al beberlo todas sus fuerzas regresarían y no sentirían el menor síntoma de haber sufrido ningún tipo de ataque ni tortura. Lamentablemente no lograría borrarles la terrible experiencia de su memoria...

     

    — Bueno... — coloqué un formato con la orden de alta y una pluma cerca de cada una de ellas — tienen que descansar al menos quince minutos... y cuando se sientan mejor, les pediré por favor llenarme esto, es su pase de salida — les dije sonriendo.

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  15. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la tercera planta con Addison

     

     

    La chica me escuchaba en silencio mientras yo le respondía intentando estar lo más tranquilo posible, realmente aquello comenzaba a cansarme debido a la poca paciencia que a veces tenía. Sin embargo, tenía que continuar con todo aquello si quería salir impune.

     

    — ¿Ah? — la miré con los ojos entrecerrados — de acuerdo...

     

    Ahora sí se venía lo más interesante. Jamás debí permitir que aquél grupo de sanadoras y enfermeras me acorralaran en ese momento, ahora me sería mucho más difícil librarme de aquello ya que Addison quería detalles de todo lo que aconteció desde que llegué al hospital.

     

    — Bien... — tomé aire — llegué al hospital de visita con mi hermana, la vi un momento y alejé de la planta seis para irme a casa, sin embargo cuando llegué a las escaleras decidí que recorrería cada una de los pisos para conocer un poco más — froté mis ojos y continué con la mayor tranquilidad — así lo hice comenzando con el quinto piso y el cuarto, luego cuando llegué al tercero me di cuenta que me encontraba en un lugar no muy cómodo para mí, por lo que me di la vuelta para irme. Cuando me retiraba terminé acorralado.

     

    — "¿Un juicio?" — pensé mientras miraba fijamente a la chica — "¿Otra vez?"

     

     

     

    GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis dejando descansa a Marijo y encontrando a Aime y Paú

     

     

    — Y por eso fueeee — comencé a cantar en voz baja cuando salí de la habitación de Marijo para dejarla descansar — tengo hambre — dije al cerrar la puerta y dirigirme al pasillo — ¡¡Waaaa!! — exclamé de repente al darme cuenta de algo.

     

    A pocos metros de distancia, se encontraban dos camillas ocupadas con los cuerpos de dos personas que hasta el momento no lo graba reconocer. Inmediatamente el hambre se me olvidó y me dirigí hacia ellas para ayudarlas. Al acercarme a las camillas no logré reconocerlas, ya que llevaban la acostumbrada luz en el rostro y pude comprender que habían caído en batalla contra los mortífagos.

     

    — ¡Necesito ayuda acá! — dije en voz alta e inmediatamente se acercó la enfermera en turno.

     

    Segundos después llevábamos empujando las camillas a la sala de resurrección. Vaya que esa sala había estado de lo más utilizada durante éstas semanas, era una suerte que contáramos con algo como eso en la planta del hospital. Una vez que colocamos las camillas una al lado de la otra, salí rápidamente por las pociones mientras la enfermera las preparaba para la curación.

     

    — Regreso... — mencioné cuando al minuto estaba con Aime y con Paú.

     

    Dejé una caja de cartón que llevaba conmigo, la que en su interior traía los frascos de curación por partida doble. Lo primero que tenía que hacer era volverlas a la vida sin ninguna clase de dolor, así que preparé una mezcla de poción resucitadora junto con la sedante. La enfermera le dio a beber a una de las chicas mientras que yo hacía lo mismo con la otra. Esto tenía que salir bien.

     

    — Bien... ya he hecho esto antes... — mencioné sacando la varita.

     

    Pronuncié varios episkeys sobre los cuerpos de las chicas, los cuales ya vestían sus respectivas batas de hospital gracias a la enfermera. La esencia de díctamo lo apliqué luego de los hechizos, por lo que sólo restaba darles a beber la poción reabastecedora de sangre cuando logré ver que sus cuerpos no tenían ningún signo de heridas. Finalmente una poción revitalizante terminaría con el tratamiento.

     

    — Despierten chicas... — mencioné susurrando a Aime y Paú, al ver que pronto su color cambiaba y daban señales de vida.

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  16. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis despidiéndome de Soa y recibiendo a Madeleine

     

     

    El hospital de pronto se volvió un poco silencioso, seguramente ya estaba tan acostumbrada a recibir pacientes de forma continua, que cuando me encontraba sola me daba por dar con portales al pasado para toparme con ancestros míos. Y hablando de ancestros, en ese momento me pregunté qué habría pasado con Ares mientras pedía a Merlín que se encargara de él.

     

    — De verdad me da mucho gusto haberte podido ayudar Soa — mencioné a la chica.

     

    Sonreí al ver que se levantaba de la camilla y me entregaba la forma con todos los datos que necesitaba. Mientras escuchaba su agradecimiento de nuevo, coloqué la forma dentro de una carpeta en la que había dejado también la de Gitax. Ya tendría tiempo de llevarlo al archivo cuando terminara con todo lo que necesitaba hacer ahí. Luego me di cuenta que se retiraba junto con su amiga.

     

    — Todo irá bien no re preocupes, y cuídate mucho.

     

    Nuevamente organicé todo lo que había necesitado para la curación y dejé el lugar impecable, guardé las pociones dentro de la vitrina y tomé la carpeta para ir al cuarto de archivo para guardarlos. En ese momento el nerviosismo se hizo presente en mí y tomé aire. Comenzaban a sucederme varias cosas muy extrañas y realmente no tenía claro el por qué de éstas y, mientras salía de la habitación escuché que alguien me llamaba.

     

    — Aquí Gomi — mencioné dirigiéndome hacia Madeleine creyendo que se trataba de una de las enfermeras — ¡¿Pero qué te pasó?! — dije en voz alta al ver el estado de la chica.

     

    En ese momento empujé la camilla y la ayudé a llegar a la habitación más cercana sintiéndome un poco confundida. Al parecer los ataques hacia mis compañeros de la orden no terminarían nunca. Dándome cuenta del estado de su ropa, de las manchas y demás, pude imaginar lo que había sucedido sin pensarlo demasiado. Sin embargo, mi susto aumentó al ver una de las manos de la chica.

     

    — Por Merlín... — mencioné para mí — no te preocupes, te prometo que te dejaré como nueva.

     

    Primeramente tendría que colocar los dedos de mi amiga en su lugar. Estaba segura de que lo era, puesto que me había llamado de una forma en la que mis amigos solían hacerlo y eso me hizo sonreír. Lo único que me hacía falta saber, era quién era exactamente quien se encontraba detrás de la máscara. Aunque claro, eso no era importante en ese momento.

     

    Y momentos después comencé con la curación. Había una poción que servía como sedante, así que se lo ofrecí a la chica para que no sintiera ninguna clase de dolor cuando comenzara la curación. Posteriormente coloqué los dedos en su lugar y con un hechizo con mi varita, comencé a pronunciar un extraño conjuro que permitió que su mano quedara sin ningún signo de lesión.

     

    Luego comencé con la serie de pociones que necesitaba. Esencia de díctamo para cerrar las heridas, varios episkeys conjurados con mi varita, una poción reabastecedora de sangre. Minutos después, le ofrecí la última poción, que era la revitalizante. Realmente me parecían demasiados remedios, pero eran sumamente necesarios para la adecuada recuperación de Madeleine.

     

    — Por favor despierta...

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  17. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la sexta planta con Soa ^^

     

     

    Me dio mucha alegría darme cuenta que Soa comenzaba a sentirse mejor, ella había despertado y se miró a ella misma por lo que sonreí. Seguramente esperaba confirmar que se encontraba completa, yo en su lugar habría hecho exactamente lo mismo. Posteriormente ella me miró y le sonreí, realmente me alegraba mucho verla bien.

     

    — Bueno... Felicity vino a traerte — le dije — descansa un poco, aún estás débil — en ese momento recordé que me había hecho falta darle una poción y se la entregué — bebe esto, te ayudará a recuperar energía.

     

    Luego esperé a que la chica bebiera la poción revitalizante, mientras yo preparaba la ficha del alta por si ella quería salir del hospital pronto. Estar internada no era muy divertido, al menos yo había experimentado aquello varias veces y no me había gustado. En ese momento le entregué la forma y la pluma.

     

    — Seguramente ella está en la sala de espera — continué — — este... necesito algunos datos para armar tu expediente — le dije posteriormente.

     

    Esperaba que no creyera que la apresuraba porque no era así, simplemente deseaba agilizar un poco el trámite por si ella necesitaba salir. Me quedé mirando un momento la forma y después dirigí la mirada hacia ella.

     

    — No tienes que dar las gracias — le dije sonriendo — me da gusto saber que te he podido ayudar y que ya estás bien.

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  18. MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Tercera planta con Addison

     

     

    El ambiente dentro del lugar se sentía especialmente tenso, posiblemente se debiera al interrogatorio, ya que nunca había pasado por experiencias como esa. Necesitaba mantenerme lo más tranquilo posible, pero también tratando de ser lo más convincente posible o terminaría en más problemas de los que ya me había ganado. Addison ahora esperaba el nombre de mi hermana y tomando en cuenta que ya la había mencionado, se lo tenía que decir.

     

    — Sí, ella trabaja aquí — dije y resoplé discretamente — su nombre es Gomita Haughton.

     

    Me crucé de brazos, comenzaba a sentir esa sensación de opresión que experimentaba cuando me encontraba en un lugar cerrado sin tener más salida que terminar alguna actividad en contra de mi voluntad. Como en mis días de colegio por ejemplo. Sin embargo, era posible que aquello terminara pronto si respondía a la brevedad a cada una de las preguntas que la joven me estaba haciendo.

     

    — Bien no tengo idea de por qué se me acusa... — mencioné — tal vez por verme en el pasillo y no saber quién era yo — continué.

     

    No había otra prueba que me inculpara, de hecho, ni el sonido de la bala que terminó en medio de los ojos de aquél mago se había escuchado. Tampoco se me había encontrado dentro de la habitación ni mucho menos...

     

     

     

    GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis despidiendo a Gitax y recibiendo a SoamilyG

     

    No cabía duda de que mi padrino había cambiado un poco dentro de la orden, sabía perfectamente que las actividades que realizaban eran peligrosas y realmente importantes para la comunidad mágica, una responsabilidad muy grande. Suspiré al ver que llenaba la forma y sonreí al sentir su beso en la mejilla cuando se iba a despedir; mencionó "esas cosas" que tenía que hacer de las que yo tenía más o menos una idea.

     

    — Cuídate mucho... — le dije al verlo partir.

     

    Ahora tenía que apurarme para dejar la habitación ordenada por si la necesitaba algún paciente. Recogí cada uno de los frascos de poción y los dejé en su lugar. Luego tomé mi varita de la bolsa de la bata y arreglé todo con un movimiento, luego la guardé de nuevo. Al parecer el trabajo no terminaría en ese momento ya que, cuando estuve a punto de salir, escuché gritos de una chica que llamaba a varias sanadoras y a mí.

     

    — ¿Qué pasó? — me acerqué a la puerta, la abrí de golpe y asomé la cabeza.

     

    Mi sorpresa fue muy grande al ver a Felicity cuidando el cuerpo de una chica, la cual al parecer estaba muy mal herida y me dirigí hacia ella casi corriendo. Una vez que llegué a ella traté de calmar a Felicity mencionándole que Soa estaría bien. Ahora me haría cargo de ella y como todos los pacientes que pisaban la planta seis en busca de ayuda, saldría de ella totalmente recuperada.

     

    — ¿Qué fue lo que le pasó? — mencioné aún a pesar de que sabía la respuesta.

     

    Sin perder el tiempo, me disculpé con Felicity de nuevo y empujé la camilla hacia una de las habitaciones para comenzar con la curación de la chica. Las pociones que necesitaría estaban en la vitrina y no me hacía falta una sola, por lo que comencé a curarla con cuidado. Primeramente aquella que le devolvería la vida, la cual le hice beber con cuidado, a continuación una que la sedaría para evitarle dolor mientras curaba las heridas con magia y algunas pociones más.

     

    Pronto sus heridas comenzaban a curarse y no habría rastro de que hubiese recibido ningún tipo de daño...

     

     

    OFF:

     

    No te preocupes Addison n.n yo también a veces me atraso así que te entiendo :3

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  19. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Días después del encuentro con Wilmo el elfo ^^

     

     

    Me sentía emocionada por empezar las clases de música, ya tenía todo totalmente preparado. Si éstas clases serían como las que se impartían en mi pueblo muggle, solamente necesitaría un cuaderno de música, un lápiz y la guitarra, pero por lo que había notado en la escuela; los instrumentos los proporcionarían ahí mismo.

     

    — Tengo hambre... — mencioné.

     

    En ese momento se me vino a la mente un plato con unas ricas enchiladas como las preparaba mi mamá en el pueblo, hacía mucho que no las probaba, por lo que me había propuesto que saliendo de la escuela me pondría manos a la obra. Momentos después desperté, estaba caminando por el callejón y alcancé a ver la entrada del Ars & Vita.

     

    — Voz de la guitarra mía al despertar la mañanaaaa — comencé a cantar en voz baja — quiere cantar su alegría a mi tierra mexicanaaaaa — tomé aire y continué.

     

    Era extraño sentir que aquél día había despertado con ánimo no muy en alto, pero al menos lo suficientemente arriba como para realizar todas mis actividades. Así que con aquella idea, me acerqué a la puerta de la escuela y entré. Miré hacia recepción y noté que la persona encargada estaba por ahí.

     

    — ¿Quién vive? — dije a pesar de haberla visto.

  20. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    Terminando de atender a mi padrino (Gitax) y dándole el alta

     

     

    ― Qué impaciente ― le dije riéndome.

     

    El chico se había sonreído conmigo, cosa que me pareció muy extraña, ya que parecía haberla esbozado más a fuerza que de ganas. Jamás me había encontrado con él en aquellas condiciones, por lo que imaginé que no le había gustado que lo viese lastimado. Igual en ese momento no importaba por lo que, dando un largo suspiro, me di cuenta que se ponía de pie y buscaba algo en su túnica.

     

    ― ¿Altas firmadas? ― le respondí ― lo siento, eso tendrá que esperar hasta mañana.

     

    Me reí realmente divertida y luego tomé una forma vacía, solamente con la firma de la jefa de la planta. Solamente esperaba que Gitax no se molestara demasiado ante mi broma, ya que ahora tenía en sus manos la hoja y una pluma que le pasé segundos después. Aquella broma que le había hecho al pobre de mi padrino había sido por la tensión que yo misma estaba pasando, realmente no deseaba molestarlo.

     

    ― Si de verdad te sientes bien, puedes irte con total libertad ― finalicé.

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  21. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis despidiendo a Jesse y a punto de atender a Gitax ^^

     

     

    La curación de Jesse había sido todo un éxito, así como ella había puesto todo de su parte para recuperarse, el efecto de las pociones también fue el esperado. La fenixiana no había tardado mucho en recuperarse, por lo que pronto se puso de pie y se despidió de mí agradeciendo mis atenciones. Realmente yo me sentía muy contenta de haber podido ayudarla así que se lo hice saber.

     

    ― Al menos pude hacer algo bueno por ti ¿Cierto? ― le dije con una sonrisa.

     

    Minutos más tarde, seguí con la mirada a la sanadora que se había puesto de pie para retirarse a sus ocupaciones. Yo suspiré y tomé el expediente para comenzar a llenarlo, uno más para las altas del hospital y un nuevo éxito para la práctica médica. Realmente no estaba nada mal. En ese momento recordé a aquél sanador de antaño y un escalofrío recorrió mi cuerpo, mientras me dirigía hacia el pasillo de la planta.

     

    ― Me pregunto si... ― me interrumpí al ver a un chico herido en una camilla y caminé rápidamente hacia él ― ¡Padrino!

     

    El estado del chico era lamentable, a pesar de que aún seguía con vida se veían los efectos de cierta maldición en su cuerpo, por lo que sin pensarlo me acerqué y empujé la camilla para llevarla al interior de una de las habitaciones. Una vez que entré, me aseguré de cerrar muy bien la puerta para comenzar con la curación. Primeramente necesitaba una poción que le quitara el dolor, por lo que levanté su cabeza con cuidado para hacérsela beber.

     

    ― Sé que no tiene buen sabor, pero te ayudará ― le dije preocupada.

     

    Posteriormente saqué mi varita y le apunté. Dos veces pronuncié aquél hechizo sanador y me di cuenta de sus efectos inmediatos. El díctamo era lo siguiente a usar y lo hice así, cuidando de no causarle mayores daños de los que ya tenía. Era realmente sorprendente ver cómo la piel de Gitax volvía a ser lisa y sin la más mínima señal de quemaduras.

     

    ― Ya casi estás ― le dije tratando de animarlo.

  22. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En el piso seis con Mei ^^

     

     

    Sonreí emocionada al ver que como siempre, el efecto de las pociones y los hechizos estaba dando resultado. Pronto sus signos vitales estaban estabilizándose y Mei comenzó a recobrar el conocimiento. Me sentí un poco nerviosa al ver a mi amiga tendida en aquella camilla, tomé aire y la escuché cuando me habló preguntándome lo que había pasado. Esperé a que terminara y respondí.

     

    ― No estoy segura Mei... ― mencioné con tranquilidad ― descansa un rato... luego averiguaremos lo que pasó.

     

    Realmente sí estaba segura de lo que le había sucedido, tomando en cuenta las lesiones que tenía su cuerpo, aquello era obra de aquellos enmascarados que se hacían llamar mortífagos. Extrañamente pude notar que la chica no tenía máscara de luz, así que me extrañó el motivo por el que la habían herido. Justamente le había pasado como a mí...

     

    ― Bebe esto... ― le ofrecí una poción más que tomé de la vitrina, se trataba de una poción revitalizante ― si con la poción te recuperas pronto, podría darte el alta de una vez ― sonreí.

  23. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis avanzando dos siglos y medio al futuro de nuevo y encontrándome con Mei +.+

     

     

    El trabajo era realmente agotador, ya en mi tiempo me había tocado trabajar de esa forma pero no a pasos tan agigantados, al menos los fenixianos no yacían en el suelo por la falta de camillas. Realmente la escena era verdaderamente deprimente. Ante ello tenía que guardar la calma, por lo que tomé aire y me puse de pie cuando terminé con el paciente que estaba atendiendo.

     

    ― Voy a pedirte un favor...

     

    ― Lo que digas.

     

    ― Necesito que regreses al cuarto donde se guardan los archivos y me traigas esto...

     

    ― A la orden.

     

    Y corrí con un trozo de pergamino en mis manos, en el que Ares me había escrito el nombre de una poción que yo no recordaba haber visto nunca. Rápidamente me dirigí a la habitación, me paré frente a la puerta, la abrí y entré casi corriendo. Me dirigí hacia donde él me había indicado, que era justo donde se encontraban los archivos de los decesos. En el anaquel superior a éste, se encontraba una caja así que la bajé, tomé la poción y me regresé.

     

    ― ¿Pero qué... ― me quedé paralizada cuando puse un pie en el pasillo vacío ― ¿Dónde están todos?

     

    Me puse a revisar habitación por habitación, era muy evidente que ya no me encontraba en aquella época y mi cerebro intentaba asimilarlo, sin embargo era tan complicado que pronto comenzó a dolerme la cabeza. A pesar de ello, continué revisando cada uno de los cuartos hasta que llegué al final del pasillo. Sólo quedaba uno qué revisar y mis nervios estaban de punta.

     

    ― ¡Por Merlín, Mei!

     

    Corrí hacia la chica luego de guardarme el frasco con la poción que había sacado del cuarto de archivos, observé cuidadosamente sus quemaduras y me acerqué a la vitrina con las pociones. Sabía perfectamente lo que le había causado semejantes heridas, por lo que conocía también la forma de curarla. Un frasco de díctamo, un frasco de poción reabastecedora de sangre, uno con poción resucitadora (la cual le di a beber primero), un sedante y un poco de magia.

     

    ― Episkey ― mencioné dos veces y posteriormente procedí a darle el frasco con el sedante para evitar el dolor.

     

    Los siguientes pasos eran la curación de las heridas, lamentablemente no podía sanar a un cuerpo sin vida, así que tenía que resucitarlo primero. Como ese paso ya estaba dado, continué con el díctamo y la reabastecedora de sangre. Estaba segura de que pronto estaría bien. Este procedimiento jamás había fallado, y no tenía por qué hacerlo ahora; así que pronto estarían volviendo sus signos vitales.

  24. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis un par de siglos (y medio) atrás

     

     

    Si Ares supiera lo que pasaría más dos siglos después, dejaría de pensar que yo era demasiado susceptible. Haber caído tres veces en la prisión de un grupo enorme de magos tenebrosos y haber sufrido lo peor en torturas; no lo habría logrado contar una persona de tales características. Y yo que creí que en el pasado todo era mucho más tranquilo, ahora me daba cuenta de que no era así...

     

    ― Ares... ― me había quedado pensando en aquél calendario.

     

    ― Sí, dime ― respondió él sin dejar de caminar hacia otro grupo de pacientes.

     

    ― Este... ― dije tomando un poco de aire ― ¿El hospital por lo regular es así de tranquilo?

     

    ― No tanto como hoy ― respondió riéndose.

     

    Recordé muy bien el año en el que su expediente mencionaba que había fallecido y se me hizo un nudo en la garganta. Si todo lo que yo creía era cierto, yo me encontraba atrapada en el año que ocurriría su muerte, por lo que comencé a ponerme demasiado nerviosa. No está de más mencionar que el sanador lo notó y, mientras atendía a uno de los pacientes recostados en el pasillo, me habló en voz baja.

     

    ― Fuiste transferida de otro lugar ¿Verdad?

     

    ― Amm... sí... eso es.

     

    ― Eso pensé. Llevo varios años aquí, conozco a cada uno de los empleados del hospital y jamás te había visto. Aunque te diré que estoy de suerte, ya que en esta planta yo era el único sanador.

     

    ― Oh perfecto, yo también estaba sola en la planta seis. Sólo estaba mi jefa y a veces algún sanador.

     

    ¡Un momento! Me sobresalté y me cubrí la boca de inmediato. De pronto se me olvidaba que seguía estando en la planta número seis, con la diferencia de algunos cuantos años entre mi época y ésta. Ares me había mirado sorprendido y yo estaba a punto de justificarme diciendo que los hospitales se hacían muy similares en todas partes, por lo que también contaban con sexta planta.

     

    ― Pero si ésta no es la planta de heridos y resucitación de aurores... ¿Entonces cuál es?

     

    ― ¿Disculpa?

     

    ― Nada, nada... olvídalo.

     

    ― En mi vida conocí muchas personas con diferentes formas de ser, pero jamás había conocido a alguien tan extraño como tú.

     

    Su comentario me hizo reír sin descuidar lo que estaba haciendo y, una vez que terminé de atender a ese paciente, lo dejé descansar y caminé hacia otro más que se encontraba sin atención. En ese momento no me había dado cuenta de lo distinto que lucía el hospital, obviamente el edificio era mucho más nuevo claro. Diferencias marcadas estaban en los muebles, el piso de piedra en lugar de los mosaicos blancos a los que estaba acostumbrada, y el atuendo de las personas.

  25. GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

     

    En la planta seis un par de centenarios atrás

     

     

    ― Mira Gomita, creo que esto te está impresionando demasiado, ve a descansar.

     

    ― Olvídalo, estoy bien.

     

    ― ¿Eres nueva dentro del hospital cierto?

     

    ― Claro que no. Bueno, tengo unos pocos días de sanadora... ¡Pero llevo meses siendo aprendiz!

     

    El joven sonrió y continuó con las curaciones a aquél pobre hombre que se encontraba en terribles condiciones, parecería que algo le había quemado torso y brazos; y aquellas quemaduras eran de un grado tal, que el pobre caía casi en la inconsciencia. Cualquier cosa que hubiese sucedido en la fábrica, había sido de aterradoras e insospechadas dimensiones. Afortunadamente los hechizos y las pociones daban efecto.

     

    ― Pronto estará mejor ― le mencioné a mi paciente, quien estaba recuperándose también.

     

    ― ¿Segura que todo está bien? Te noto un poco... confusa ― mencionó Ares mirándome con interés.

     

    ― Sí claro ― me giré para ver al sanador ― ¿Tienes un calendario por ahí?

     

    ― Claro... ― respondió el joven mirándome raro ― está por allá, donde siempre... ― continuó mientras señalaba hacia la oficina de la jefa de la planta seis.

     

    No está por demás decir que, en cuanto tuve la oportunidad de ir hacia allá, lo hice. Después de disculparme con Ares, me dirigía hacia donde tenían ese supuesto calendario caminando tan rápido como me lo permitían mis piernas que no dejaban de temblar. Era evidente que aquí estaba pasando algo muy extraño, ya desde que salí del archivo notaba ciertas cosas cambiadas dentro del hospital.

     

    Una vez en la oficina, toqué a la puerta pero no escuché ninguna respuesta, por lo que volví a tocar. Al no escuchar a nadie por tercera ocasión, abrí la puerta y entré. El interior de la oficina se encontraba completamente vacío, por lo que me acerqué temerosa al escritorio y ahí, a mi derecha sobre éste, se encontraba el tan ansiado calendario vuelto hacia mí.

     

    http://pictures.todocoleccion.net/tc/2012/01/22/30130550.jpg

     

    ― ¡Por Merlín! ¿Aquí también coleccionan antigüedades? ― dije sin poder creerlo.

     

    ― ¿Antigüedades? Déjate de tonterías niña y ayúdame con los recién llegados ― respondió una voz detrás de mí.

     

    ― ¿Ah? ― mencioné nuevamente después de sobresaltarme ― sí... ya voy...

     

    ― ¿Segura que te sientes bien? ― me dijo el joven sanador, quien había entrado a la oficina por algunas formas impresas para tomar nota de las personas que se encontraban en atención médica.

     

    Una vez que encontramos lo que necesitábamos, me fui tras Ares mirando el piso sin poder creer lo que estaba pasando ¿Así que aquél calendario no se trataba de ninguna antigüedad? Bueno... era claro que el papel estaba casi impecable para ser del año que mostraba en la portada, pero aún así no podía creer lo que acababa de ver. Sin embargo, tenía que creerlo o me mandarían directo a psiquiatría. Eso si ya existía en ese entonces...

     

    ― El calendario era raro...

     

    ― Lo sé. El jefe mandó pedir uno de su país natal.

     

    ― Oh... bueno... ¿Seguimos?

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