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Gomita Haughton Westrong

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Mensajes publicados por Gomita Haughton Westrong

  1. Sexta planta dando de alta a Leandro

     

     

    ― No, no duele nada ¿Ves? Ahora estás mucho mejor ― le dije y luego le entregué una botellita ― es poción revitalizante, te haré reponer tus energías.

     

    Me reí un poco al escuchar lo que el muchacho me decía, al parecer era verdad que tenía un poco de temor por lo que pudiera sentir cuando lo curara, pero por suerte no pasó nada malo. Era una suerte contar con pociones tan efectivas y hechizos que sanaran en cuestión de segundos.

     

    ― Así de rápido ― le respondí de nuevo ― aquí somos geniales ― y me reí de nuevo al decirle esto.

     

    Mientras el chico reposaba un poco, yo comencé a llenar la ficha con su alta y un expediente para tener el control del ingreso de pacientes. Cuando Leandro se sintiera mejor, podría entregársela y así él estaría dado de alta administrativamente.

     

    ― Eres libre ― le dije sonriendo tranquila ― y no temas regresar, que no mordemos

     

    La actitud del chico me pareció muy agradable y aquello me recordó...

     

    ― Mira... ― saqué un caramelo de la bolsa de mi túnica ― por buen comportamiento en el hospital. Hiciste muy bien tu tarea. Es tuyo ― y se lo entregué.

     

    Me reí bajito. Me recordaba en los tiempos en que apliqué vacunas muggles a los pequeños y cuando éstos no lloraban, les obsequiaba un regalito así.

  2. Sexta planta con Leandro

     

     

    ― Me da igual, me da igual que me hablen de los buenos o de los malos también.

     

    ― ¿Sucede algo?

     

    ― Nada chicas, no se preocupen.

     

    ― Ese es el problema, por eso nos preocupamos.

     

    Las enfermeras me vieron cantar aquella tonada que, como bien sabían entonaba cuando las cosas no iban muy bien. Por más que intentaba ocultarlo era imposible, y tomando en cuenta que ellas eran muy observadoras, no había podido esconderlo. La verdad había cierta experiencia que me tenía un poco pensativa, pero ya pasaría. Ahora lo importante era sacar adelante mi trabajo y lo confirmé cuando escuché algo.

     

    ― ¿Dijeron mi nombre?

     

    ― Yo no escuché nada.

     

    ― Voy a ver.

     

    ― Cuidado con el asesino serial.

     

    Les miré con reproche al escucharlas reír y salí al pasillo después de dejar los frascos de pociones dentro del almacén. Una vez fuera noté la presencia de alguien que venía por el lugar. Cuando me fijé bien, me di cuenta que era un muchacho el que se acercaba. Era evidente que venía herido y necesitaba de atención médica de inmediato, por lo que me dirigí hacia él y saqué mi varita para revisarlo cuando me dijo que era su primera vez en el hospital.

     

    ― No te preocupes, en un momento te curaré ― mencioné ― tu mano muchacho y tranquilo, no dolerá ― le apunté a la muñeca ― episkey, episkey ― mencioné varias veces para curarlo ― ¡Listo! Estarás como nuevo.

     

    Ahora a esperar la reacción de Leandro.

  3. Sexta planta dando de alta a Dorothy ^^

     

     

    Cuando se logró estabilizar el pulso de Sally, pude darme cuenta de que pronto se recuperaría, así que tenía que dar mi ronda de nuevo a las salas de esa planta para ver si había novedades. Una de las enfermeras se quedaba a cargo de la líder fenixiana mientras que yo me dirigí a buen paso a la habitación de mi amiga.

     

    ― Me da mucho gusto verte mejor ― mencioné al ver a la chica capaz de hablarme ― perdona por haberte dejado.

     

    En ese momento pude notar otras heridas sobre el cuerpo de la chica y me extrañó. Mi varita mágica necesitaba una buena reparación, ya que no debió pasar por alto aquello. Sin pensarlo dos veces, la volví a apuntar con ella para terminar de hacer mi trabajo.

     

    ― Episkey ― pronuncié una vez ― episkey ― volví a decir y sus heridas desaparecieron por completo ― ahora estás completamente curada ― le dije sonriendo y le entregué la ficha del alta.

     

    Sonreí tranquilamente sabiendo que ahora Dorothy estaría bien después de que reposara un rato. Aunque mirando la cantidad de trabajo que teníamos dentro de la orden, lo más seguro era que prefiriera retirarse cuanto antes.

  4. En la planta seis despidiendo a Jessie y recibiendo a Dorothy y Sally

     

     

    ― Cuídate mucho ¿Quieres? ― mencioné a Jessie ― y gracias... ― continué. Luego la chica se fue del hospital.

     

    Había terminado de realizar las curaciones, Jessie se había recuperado muy bien ya que las heridas que traía en su cuerpo no eran de gravedad. Incluso no necesitaría ni siquiera de resucitación, por lo que ahora me dedicaría a terminar de organizar los expedientes para llevarlos al archivo. Mientras realizaba esto, tarareé en voz baja una tonada que me vino a la mente, mientras que dos de las enfermeras de la planta se reían en voz baja.

     

    ― Nos preguntamos por qué estarás tan feliz.

     

    ― No es por nada especial.

     

    ― Sí claro, y nosotras te creemos.

     

    Me reí en voz baja. Ellas habían aprendido a conocerme perfectamente bien y no se les escapaba el más mínimo detalle, ni siquiera en aquella ocasión. Las miré un momento mientras retiraba un mechón de mi cabello que se había ido a mi rostro, luego tomé los frascos vacíos donde minutos antes se guardaran las pociones que había usado y los guardé en la bolsa de mi bata blanca. Hecho esto me disculpé con ellas y salí al pasillo.

     

    ― ¿Y eso? ― me pregunté al ver a una chica sentada en una de las sillas del pasillo y me acerqué ― ¿Te puedo ayudar en algo? ¿Buscabas a alguien?

     

    Esperé un momento su respuesta, pero no la pude conseguir me quedé mirándola fijamente mientras me preguntaba qué podría haberle pasado. Luego sonreí tranquilamente y tomé mi varita y la pasé frente a Dorothy con la intención de averiguar si tenía heridas en su cuerpo. Suspiré al notar que había un hechizo sobre ella que le impedía decir una sola palabra y le apunté a la garganta con la varita.

     

    ― Finite incantatem ― pronuncié claramente ― perfecto... creo que ya estás...

     

    Pensé que además de aquello, podría darle una poción revitalizante, pero no sabía a ciencia cierta qué otros hechizos había recibido, ya que solamente había notado la presencia de uno. Mientras la llevaba a una de las habitaciones a que descansara un poco, me di cuenta que alguien más aparecía en una de las camillas del hospital y una de las enfermeras la dirigía a la sala de resurrección. No podía reconocerla pero sabía que se trataba de una chica fenixiana.

     

    ― Bien... necesito terminar de hacer algo... vuelvo enseguida.

     

    Me disculpé con Dorothy y me dirigí hacia la sala donde las enfermeras tenían dispuesto todo para comenzar con la resucitación. Una serie de pociones comenzaron a hacer su trabajo mientras que con mi varita continuaba con aquellos hechizos de curación que había aprendido desde el inicio de mi preparación mágica. Sabía que pronto Sally se repondría al igual que todos los chicos que pasaban por esta planta y continué.

     

    ― Dicen que después de la tormenta viene la calma... ― mencioné mientras miraba que los signos vitales de Sally comenzaban a estabilizarse ― pero veo que también la tormenta vuelve a aparecer luego de la calma...

     

    Mencioné mientras comenzaba a llenar un expediente para una de las miembros de la nibble, a la cual estaba atendiendo sin darme cuenta.

  5. Sexta planta dando de alta a Jessie

     

     

    Había logrado curar a mi amiga y pronto estuvo bien. Ahora era ella quien mencionaba que se sentía de lo mejor, yo simplemente sonreí un poco cansada esperando que no se me notara. Para que alguien notase aquello debía ser muy evidente, ya que por lo regular nunca sucedía así. Antes de responder simplemente suspiré.

     

    ― Algunas actividades que no tienen que ver con el hospital son las que me tienen así.

     

    Luego de contestarle, no me pude aguantar el reírme mientras escribía la ficha de alta para entregársela y así lo hice. Se la di junto con una pluma para que la llenara, ya que no era muy complicada la herida que tenía y sanó muy rápidamente.

     

    ― Pero estoy muy bien gracias ― continué y sonreí ― espero que luego de la curación, también te sientas mejor.

  6. Sexta planta recibiendo a Jessie

     

     

    Había despedido a Paú algunas horas antes y por fin se me había cumplido mi deseo. Una rica torta ahogada había estado esperando por mí en la cafetería cuando se llegó la hora de la comida. Realmente debería agradecer a las enfermeras que la habían conseguido para mí.

     

    ― Son geniales ustedes...

     

    ― No agradezcas, lo harás si te la comes.

     

    Ahora que me encontraba reponiendo las pociones, sonreí al recordar las palabras anteriores cuando escuché algo en el pasillo. Dejé todo lo que hacía y decidí salir a investigar; por lo que cuando abrí la puerta y asomé la cabeza, alcancé a ver a una fenixiana sentada en una silla.

     

    ― Hola ¿Vienes a que te curen? Yo te ayudo.

     

    Luego la dirigí a una de las habitaciones. Primeramente díctamo para las quemaduras y luego una poción revitalizante por si acaso. Obviamente no necesitaría tanta curación porque no había salido con grandes daños.

     

    ― ¿Y ahora? ― pregunté cuando terminé ― ¿Cómo te sientes? ¿Te atacaron sin máscara otra vez?

  7. Planta seis dando el alta a Paú

     

    Una vez que le di las pociones, saqué la varita para realizar algunos hechizos en su cuerpo y terminar de sanar cualquier herida que le haya quedado. Sabía que pronto estaría bien, por lo que mientras despertaba, me salí para traer la ficha de alta y entregársela. Paú se había quedado bajo el cuidado de una de las enfermeras, así que no podía quedar en mejores manos.

     

    – Tal como lo pensé – mencioné – bienvenida al mundo de los vivos.

     

    Sabía que no debía hacer ese tipo de bromas, pero igual se me salió un poco de humor negro. Seguramente sería gracias a las señales que me mandaba mi estómago de vez en cuando, pero no me preocupé.

     

    – Aquí tienes – y le entregué la ficha de alta para que la firmara – órale, como vas... cuídate mucho ¿Quieres?

     

    Pronto estaría libre de mis garras (XD)

  8. Planta seis recibiendo a Paú

     

    Era muy extraño recorrer el pasillo sin ver una sola alma en pena por ahí (XD), así que mientras llevaba toda una torre de expedientes a la sala de archivo y ya totalmente consciente de que me encontraría a mi querido colega de antaño, me dirigí al lugar tarareando en voz muy baja. Después de todo, a pesar de que estuviese totalmente desierta, estaba dentro de un hospital.

     

    – A trabajar – me dijo una enfermera y me sacó de mis pensamientos.

     

    – ¿Cómo? – mencioné mientras me giraba para ver a Athena que llevaba a Paú, a quien no conocí por la máscara de luz y me dirigí hacia ella – no te preocupes, ahorita mismo la dejamos como nueva.

     

    Y entre la enfermera y yo nos dirigimos a la sala de resucitación y comencé con la serie de pociones para traerla al mundo de los vivos.

  9. Me había quedado dentro de los pasillos que daban a la prisión, cuando me di cuenta de que Gitax venía con Mey hacia la salida, así que ya no continué mi camino. Igual la decoración interior ya la conocía (XD) por lo que me di la vuelta y me fui a la playa de nuevo. Cuando regresé la luz del sol que chocaba contra la arena me deslumbró un poco y agradecí a Merlín el estar afuera a salvo.

     

    ― ¿Qué pasaría si... ― y miré al basilisco.

     

    Yo quería un recuerdo, por lo que con mucho cuidado tomé uno de los colmillos que se había desprendido de la mandíbula de uno de los basiliscos cuando caía muerto por el efecto del canto del gallo. Lo aseguré con mucho cuidado en mi mini short, y luego descubrí que Gitax se acercaba y me tomaba del brazo. Pronto desaparecí con él para aparecer después en mi mansión. Estaba a salvo.

     

    ― Qué viaje tan divertido ― pensé mientras aseguraba mi recuerdo.

  10. Cuando estuve fuera del agua, tomé mi varita mientras que la otra continuaba en la pretina de mi short, miré a mi alrededor y apunté a una roca que encontré. Seguramente necesitaría de algunas transformaciones y la haría lo más pronto posible.

     

    ― Morphos.

     

    Al instante, la roca se transformó en una pantera negra enorme. Ésta sería capaz de defenderme a mi petición e impediría que los hechizos que vinieran de frente me impactaran. Pero como no lo consideré suficiente, volví a levantar la varita para hacer uno más.

     

    ― Avis.

     

    Una docena de avecillas se materializó de la punta de mi varita y volaron alrededor mío. Éstas igual estarían a la espera de mis órdenes mientras corría hacia el interior de la prisión, cuyas puertas estaban libres para entrar de los corpus patronus, al igual que los basiliscos ya que Gitax y Belu se había encargado de ellos.

     

    ― Madre de Merlín... ― mencioné mientras rodeaba a los basiliscos que caían muertos.

     

    Me dirigía hacia las celdas con mi varita y mis defensas conmigo. Una delante, la otra arriba de mí.

  11. ― Ay aparición... me mareé ― mencioné pero continué con lo que tenía que hacer.

     

    Una vez que me sentí mejor, levanté la varita y miré a mi alrededor para tratar de encontrar algo que me pudiese servir. Señalé a una roca que se encontraba cerca, sobre la arena, y decidí que era el momento de comenzar con la misión.

     

    ― Casco burbuja ― mencioné señalando mi cabeza con mi varita.

     

    Inmediatamente mi cabeza se protegió con aquél hechizo y dejó suficiente oxígeno para poder respirar dentro del agua. Sería mucho que nadar, pero ya no sentía miedo ya que había practicado bastante cuando nos encontrábamos dentro de la alberca. Luego entré junto con mis compañeros al agua. Algunos ya se habían adelantado para vencer a las criaturas marinas que pudieran interponerse en nuestro camino.

     

    Inmediatamente entré al pozo y comencé a nadar dándome cuenta de que los demás chicos de la orden se encontraban cerca. Hasta ese momento los que llegaban primero, continuaban venciendo a las criaturas que se encontraban obstruyendo el paso. Un momento más de nadar y logré salir junto con los demás.

  12. Me estaba divirtiendo mucho, ya que me encontraba nadando en una alberca que se encontraba en la mansión, acompañada de Aime y Paú. Mi mochila la había dejado en la orilla por si necesitaba algo y yo no me atrevía a irme al interior de la alberca, ya que todavía me daba un poco de miedo el agua.

     

    ― Pero estoy aprendiendo a nadar... ― mencioné cuando al fin me decidí entrar con mis amigas.

     

    Se llevaba a cabo una nueva misión, el patronus de Gitax (ave momotus momota) se había aparecido y lo noté cuando se fue por en medio del agua en el momento que yo salía a tomar aire luego de una buena zambullida. Realmente no me esperaba aquél resplandor, así que me sorprendí mucho cuando lo vi.

     

    ― Eres raro.

     

    Mencioné al ave y me preparé para salir. Cuando ya me encontraba en la orilla sacudí un poco mi cabello que escurría y me acomodé mi mini short y una blusita de tirante delgado (quería llevar un bikini pero al final me dio un poco de pena XD). Luego me acerqué a mi mochila, revisé muy bien el interior y saqué las dos varitas que llevaba. En esa ocasión llevaría dos por la necesidad que tendría si lográbamos entrar a esa horrible prisión.

     

    ― ¿Isla Ulleungdo en Corea del Sur? ― tenía que tomar mis debidas precauciones.

     

    Inmediatamente me acerqué a Aime y tomé su brazo, luego desaparecí junto a ella y Paú para llegar a la isla. Una vez ahí sin soltar las dos varitas que llevaba, me puse mi máscara de luz con un hechizo que había aprendido al llegar a la orden.

  13. Gomita

     

     

    Corrí por el pasillo de la academia con la nota en la mano, la cual indicaba el lugar exacto del aula en la que tomaríamos las clases. Nunca había estado allí antes, por lo que debía tener mucho cuidado si no quería perderme, lo cual era muy común en mí. Ese día, al igual que siempre, vestía una falda color crema, amplia y larga a la media pantorrilla; una blusa azul claro de manga larga que entallaba perfectamente a mi cuerpo y mi par de zapatillas de piso de color negro que acostumbraba usar casi todos los días.

     

    ― Merlín por favor, no quiero perderme en mi primera clase... ― mencioné mientras caminaba rápidamente esquivando algunos alumnos que se dirigían a otra dirección. Pronto comencé a subir las escaleras para llegar a la planta superior.

     

    Si la indicación del pergamino era correcta, siguiendo derecho por ese pasillo podría encontrar la puerta del salón. Sin embargo, el exterior me parecía un tanto diferente de las acostumbradas aulas de clase, así que bien podría estar equivocada. Aún así continué mi recorrido hasta que miré a un elfo de pie al lado de una de las puertas y me pareció buena idea preguntarle. Prefería que me tachasen de distraída a perderme en el primer día de clase. Esto para mí era en realidad importante.

     

    ― Oye disculpa... ― comencé ― ...la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras... ¿Sabes en dónde está?

     

    Inmediatamente el elfo me señaló la entrada, que era justamente la puerta marcada con el número 57, frente a la que estaba parada la criatura y entré. Una vez en el marco de la puerta me detuve de golpe y miré a mi alrededor mientras abrazaba algunos pergaminos, y sostenía un tintero y pluma en mis manos. La visión que tuve de aquél lugar me dejó sin palabras a ver lo grande del lugar. Pocas veces había estado en un lugar tan grande como ese luego del Gran Salón, por lo que me quedé obstruyendo la entrada durante algunos segundos.

     

    ― Ay no puede ser... me voy a perder... ― mencioné al ver aquella cortina, la cual después de un momento tendría que pasar y subir las escaleras de metal para terminar en la sala de clase ― pero qué aula más rara...

     

    Cuando subí un poco indecisa y cansada, me di cuenta que en la sala se habían dispuesto algunos muebles y supuse que serían para cada uno de los alumnos que vendrían a la clase. En ese momento un leve escalofrío me recorrió la piel y suspiré. La clase era Defensa Contra las Artes Oscuras, por lo que parte del aprendizaje tendría que ser práctico. Obviamente me sentía un poco incómoda al recordar ciertas situaciones en las cuales debía haberme sabido defender y no lo había logrado. Mientras pensaba que el momento de aprender a hacerlo por fin se había llegado, me di cuenta de que el profesor estaba presente.

     

    ― Buenos días... ― y seguí caminando distraídamente hacia una de las mesas al responder el saludo ― gracias profesor.

     

    Me situé en aquella que se encontraba más alejada del frente, cuando dejé mis pergaminos me di cuenta de que allí se habían dispuesto algunos tinteros y plumas. Sonreí al darme cuenta de que no era necesario traer los propios, pero más valía prevenir que lamentar, así que sin decir nada más paré tras la mesa. Al hacerlo, miré al frente y me quedé inmóvil ante la sorpresa. Sonreí un poco nerviosa al darme cuenta de quién sería el profesor de la materia. Jamás había imaginado que en mi distracción, había pasado por alto de que el profesor se trataba de mi propio tío.

     

    El profesor Only esperó la llegada de mis compañeros y no tardó mucho en presentarse. Luego mencionó que teníamos que responder algunas preguntas y miré fijamente el pergamino que se encontraba sobre la mesa. Inmediatamente la pluma que que ya se encontraba allí comenzó a escribir sola en aquél papel y miré muy atentamente, a tal grado que no me di cuenta que la primer alumna comenzaba a presentarse. Cuando me di cuenta que me había distraído, miré hacia el escritorio en el cual estaba el profesor y me decidí a presentarme después.

     

    ― Am... me llamo Gomita Haughton Westrong y... ― comencé titubeando ― ...y me da gusto conocerlos a todos... ― finalicé y me senté de inmediato. Pésima presentación, pero realmente me sentía un poco nerviosa aunque muy interesada en sacarle el máximo provecho a la clase. Realmente lo necesitaría.

  14. .

     

    Me sentía un poco nerviosa mientras caminaba por las calles para llegar al Ministerio. Hacía mucho tiempo que había venido por una ficha para solicitar un examen, pero debido a algunas dificultades no me había podido regresar a entregarlo debidamente lleno. Ahora que por fin lo había logrado no podía perder más tiempo, ya que ese conocimiento era realmente importante.

     

    ― Por lo menos ya recordé dónde era que lo pedí, no me perderé.

     

    Continué hasta que llegué a la entrada del Minnisterio, y luego de un momento entré por el conocido ascensor. No habían pasado muchos minutos cuando di con la planta y salía a buscar. Tenía que recordar el lugar ya que había venido aquí antes, pero aún así me estaba perdiendo. Afortunadamente pronto pasaron algunos magos visitantes y les pregunté. Cuando me respondieron me acerqué a la persona.

     

    ― Buen día ― saludé ― hace poco solicité un examen de aparición, y vengo para dejar el permiso firmado hasta hoy. Espero que no haya problema al haberme tardado tanto...

     

    Entregué el papel y esperé su respuesta.

     

     

     

     

     

    Formulario del examen de Aparición:

     

     

    Ficha de Identificación Personal:

     

    • Nombre del examinado: Gomita Haughton Westrong

     

    • Enlace a su ficha personal: Gomita Haughton Westrong

     

    • Persona a la que se avisará en caso de terminar en el Hospital San Mungo: Only Marauder

     

    Consentimiento Informado:

     

    La aparición/desaparición es un conjuro avanzado que permite al que lo dice desaparecer de un sitio y reaparecer en otro instantáneamente. Para lograrlo se debe pasar por un entrenamiento exhaustivo y poseer un gran dominio de las 3 D's: Destino, Determinación y Deliberación.

     

    Como todo hechizo realizado por un mago novato tiene su riesgo, puesto que si el mago no se concentra bien en las 3 D's podrían ocurrirle terribles consecuencias que lo mandaría directo a San Mungo. Por este motivo el Departamento de Transportes Mágicos no se responsabiliza por las posibles lesiones con las que pueda quedar su hijo, ya que sólo depende de los examinados el dominio y la correcta realización del conjuro.

     

    Cabe destacar que el aprobar el examen de aparición es vital dentro de la vida de todo mago, es por este motivo que es tan importante que los alumnos se preparen bien para que rindan un buen examen.

     

    Yo, Only Marauder, tío de Gomita Haughton Westrong, he leído y comprendido el presente informativo, asumo los riesgos que mi sobrina corre al realizar el examen de aparición y libro de toda responsabilidad al Departamento de Transportes Mágicos.

     

    Firma del responsable: Only Marauder

  15. GOMITA

     

     

    Al parecer ya no se tenía mucho que hacer ahí, así que después de haber conjurado mis defensas y ver a mis compañeros llevarse a los demás, me di la vuelta cuidándome de cualquier hechizo perdido. Realmente me había quedado a la entrada esperando algunas instrucciones, mientras sería la que vigilaba por si alguien llegaba (XD). En ese momento me di cuenta de que ya no sería necesario, así que regresé por donde vine y a nadar de regreso otra vez.

     

    Al parecer esta vez correría con más suerte...

  16. Gomita

     

     

    Miré a todos mis compañeros dispuestos a entrar a la prisión y sonreí sin que se notara, ya que traía el rostro cubierto por la máscara. Afortunadamente nadie me reconocería así. En ese momento me acerqué a ellos cuando me di cuenta que estaban sorteando las defensas.

     

    - Hola.

     

    Saludé a Dorothy quien acababa de llegar con una sonrisa igual imperceptible, un momento después de mí y luego miré de nuevo al resto.

     

    - Creo que será una noche interesante...

     

    Suspiré sin quitar la vista de lo que mis compañeros estaban haciendo. Tuve que entrar al agua y lo terrible del asunto era que aprendía a nadar apenas... sin embargo, luego de zambullirme y nadar lo mejor que pude con mi varita en mi mano, me di cuenta de que no faltaba mucho. Estuve a punto de acabar mi oxígeno cuando logré salir escurriendo del agua. En ese momento levanté mi varita.

     

    - Morphos

     

    Y una pequeña roca que se encontraba en la isla se transformó en una pantera negra, dispuesta a defenderme de cualquier ataque que quisieran lanzarme. Luego volví a pronunciar otro hechizo.

     

    - Avis.

     

    Una docena de avecillas se materializaron de la punta de mi varita y comenzaron a volar rondándome. Luego continué mi camino.

  17. Gomita

     

     

    - Vaya... ¿Qué pasaría?

     

    Mencioné cuando apareció un patronus con forma de perro pastor alemán que avisaba que necesitaban a los miembros de la orden. En ese momento pensé que se trataría de un ataque a alguna mansión, pero luego me enteré que iríamos a la prisión de Nurmengard.

     

    - De acuerdo... al mal paso... - y me puse mi máscara de luz.

     

    Y me preparé para ir. Luego de mucho lío pude llegar a la isla Ulleungdo de Corea del Sur. Al llegar me di cuenta de que mis compañeros ya se encontraban ahí, así que una vez que tomé mi varita, caminé hacia ellos para ingresar a la fortaleza de la marca.

     

    - Hola a todos...

     

    Como siempre mi atuendo constaba de una falda larga y amplia, que me llegaba a media pantorrila. Una blusa de manga larga que ajustaba a mi talle, un par de zapatillas de piso. Mi cabello esta vez estaba recogido en una colita alta para evitar que me cubriera la visión.

  18. Sexta planta despidiendo a Mayita y regresando con Cye

     

     

    Esperaba que Mayita comenzara a sentirse mucho mejor, por lo que le había dado una poción revitalizante y, mientras esperaba que hiciera efecto, le entregué el papel para que firmara su alta. Pronto podría salir del hospital ya que se había recuperado y ahora se encontraba en perfecto estado de salud. Sonreí cuando mencionó que me visitaría nada más y correspondí a su abrazo.

     

    ― Me da mucho gusto verte curada, ten mucho cuidado allá afuera...

     

    Y comencé a recoger la habitación después de haberla visto retirarse. Una vez que terminé, salí del lugar y caminé por el pasillo, en el que encontré a una de las enfermeras que trabajaba en otra de las habitaciones. Al parecer habíamos tenido casa llena, pero los pacientes comenzaban a salir y eso me daba mucho gusto.

     

    ― Ay ya me dio hambre...

     

    ― Cuando terminemos vamos a la cocina.

     

    ― Esta vez sí te tomaré la palabra.

     

    ― Ya era hora. Mírate nada más.

     

    No era que hubiese dejado de comer ni mucho menos, pero mi cuerpo se veía un poco más delgado que de costumbre. Yo sabía que la tensión y mi vida agitada era lo que provocaba pero aún así me preocupé un poco al ver que mi bata me quedaba un poco más holgada. Si aquellas personas que me habían cuidado en mi pueblo muggle estuviesen aquí, sin duda alguna ya me habrían regañado.

     

    ― ¿Escuchaste eso? ― mencionó la enfermera y se dirigió rápidamente a la habitación de Cye.

     

    ― Sí, vamos ― la seguí hasta la habitación y entré después que ella ― hola ¿Cómo te sientes? Espero que mucho mejor...

     

    Mencioné mientras la observaba, ella estaba completamente bien y lo confirmé al tomar mi varita y apuntarle. Pasé ésta frente a ella hasta que descubrí que en efecto se encontraba bien y podía abandonar el hospital sin ningún problema.

     

    ― Te tengo buenas noticias, estás perfectamente bien y puedes retirarte cuando lo desees. De lo contrario podrías descansar... ― le mencioné mientras le entregaba su ficha de alta.

  19. Sexta planta despidiendo a Edmund y con Mayita Medows

     

     

    Antes de retirarme, el fenixiano se había logrado recuperar totalmente y yo pedía interiormente que no se hubiese dado cuenta de aquello que mi compañero de profesión había hecho con él minutos antes. Mientras me agradecía seriamente su tratamiento, suspiré satisfecha al ver que se retiraba del hospital.

     

    ― Buena suerte...

     

    Y con Mayita en su habitación:

     

    ― Bueno no tengo nada para eso, pero no hay mejor remedio que un buen descanso.

     

    Le respondí a Mayita y le entregué el alta, ella estaba lista para salir y eso me alegraba mucho. Afortunadamente su recuperación había sido favorable y no había ningún efecto secundario. Había quedado como nueva, como si no hubiese sido afectada por ningún tipo de maldición o tortura.

     

    ― Aquí tienes... ― le hice entrega de la orden de alta para que se pudiese retirar ― cuídate mucho y si vuelves, que sea sólo de visita ¿De acuerdo?

  20. Sexta planta con Mayita Medows

     

     

    ― Anda ve, yo me quedo con ella.

     

    ― Gracias, no tardaré.

     

    Y salí de la habitación de Cye cuando escuché ruido en la habitación de al lado, mientras ella quedaba al cuidado de una de las enfermeras. Así que ahora tendría que hacer recorrido en las habitaciones, mientras que otra enfermera se quedaba cuidando a Edmund que todavía no despertaba, yo me fui a revisar a Mayita.

     

    ― ¡Por Merlín! ― dije sorprendida al abrir la puerta.

     

    Por torpeza mía, no había se había quedado nadie al cuidado de Mayita, por lo que ésta al despertar intentó ponerse de pie. Al hacerlo, se llevó la bandeja de instrumentos de curación y pociones de la mesita que estaba a un lado cuando trató de sostenerse. Me acerqué a ayudarla.

     

    ― ¿Te encuentras bien? ― dije ayudándola a levantarse y regresar a la cama ― tienes que tener cuidado... ― mencioné preocupada mientras estiraba la mano a la mesa, donde se encontraba la poción revitalizante y se la di a la chica ― con ésta, seguro que pronto te sentirás como nueva y podré darte el alta ― continué mientras le pasaba la hoja a firmar, era el último requisito para dejarla salir.

     

     

    OFF:

     

    Jajajaja no te preocupes ^^

  21. Planta seis recibiendo a Cye

     

     

    ― Permíteme un momento... descansa mientras tanto...

     

    Me disculpé con Edmund y me salí al pasillo cuando escuché un ruido extraño. Ya tenía idea de lo que ocurría, pero necesitaba ir a verificar, así que al pisar éste, noté a lo lejos una figura en el piso. Corrí rápidamente hacia ella mientras que una de las enfermeras ya había salido al escuchar lo mismo que yo.

     

    ― A la sala de resurrección.

     

    Y la llevamos luego de subirla a una camilla, la chica lucía verdaderamente herida por lo que necesitaría todo un tratamiento para ayudarla a reponerse. Una vez dentro de la sala, mientras la enfermera tomaba signos vitales y administraba las pociones, yo tomé mi varita para hacer algunos hechizos de curación.

     

    ― Pronto estarás bien... lo prometo...

     

    Para ese momento, ya había limpiado perfectamente el cuerpo de la chica y regresado su ropa a la normalidad, las heridas desaparecían y ella volvía a tener color en su semblante. Seguramente no faltaba mucho para despertar.

  22. Sexta planta dando de alta a Edmund ^^

     

     

    Afortunadamente el efecto de las pociones era inmediato, el semblante del mago había cambiado drásticamente y pronto estaría listo para abandonar el sanatorio. Terminé mi trabajo con algunos hechizos de curación más y una poción revitalizante. Luego volví a apuntarlo con mi varita y lo hice despertar.

     

    ― Bienvenido de nuevo ― mencioné sin saber de quién se trataba.

     

    Hasta el momento solamente sabía que a la planta venían a recuperarse los miembros de la orden, pero no podía reconocerlos debido a que llevaban su máscara de luz para evitar ser descubiertos. Mientras Edmund se reponía de sus heridas, yo esperaba con la ficha del alta para dejarlo salir.

     

     

    OFF.

     

    Casa llena x.x (en lo que dan mi veredicto muajajaja) +.+

  23. SEXTA PLANTA CON ARIANE

     

     

    Edmund continuaba en reposo, por lo que tenía algo de tiempo para terminar de realizar todo lo que faltaba dentro de la planta. Principalmente las pociones, que ya escaseaban dentro de as habitaciones; últimamente se habían estado utilizando mucho y pronto tendría que ir al almacén por más. Así que, mientras me dirigía al archivo a dejar los expedientes, me di cuenta de que alguien estaba tirada en el piso y corrí hacia ella.

     

    ― ¡Por favor, necesito ayuda acá!

     

    Minutos después ya me encontraba con Ariane dentro de una habitación suministrándole pociones y realizando hechizos de curación para resucitarla. Sabía que pronto estaría bien al igual que siempre, ya que aquella medicina era realmente rápida. Ahora que recuperaba su color, hacía falta esperar que despertara para entregarle su alta.

     

     

    OFF:

     

    Mientras el veredicto llega :3

  24. Sexta planta despidiendo a Aime y recibiendo a Mayita

     

     

    Las cosas habían mejorado mucho dentro de la planta, Aime me había dado un cálido abrazo y luego se retiraba. Realmente las cosas no estaban nada bien allá afuera y, aunque no me había tocado participar activamente dentro de una batalla, había estado aquí para ayudar a los heridos.

     

    — Necesito ayuda aquí...

     

    Mencioné. Había salido de la habitación de Aime cuando la dejé ordenada y en el pasillo encontré a una chica sobre una de las camillas y me acerqué. Me encontraba preocupada al igual que las veces anteriores cuando me di cuenta de las heridas que había recibido la chica. Sin embargo, sabía que eso podría arreglarse.

     

    — Bien... manos a la obra.

     

    Y con ayuda de la enfermera, tomé varias pociones y se las hice beber a Mayita una por una mientras que hacía varios hechizos de curación con mi varita. Pronto su semblante comenzó a cambiar y estaría lista para salir en cuestión de minutos. Gracias a Merlín por la rapidez de las medicinas, ahora la chica se veía perfectamente y estaba a punto de despertar.

  25. Sexta planta con Aime

     

     

    Las heridas de la chica comenzaron a desaparecer y pronto estaría bien. La ficha del alta estaba lista para que la joven fenixiana la firmara y suspiré aliviada. Realmente aquella situación se estaba poniendo demasiado difícil. La guerra cada vez cobraba más vidas de nuestro bando y teníamos que hacer algo para cambiarlo.

     

    — Con esto será suficiente... — le dije — pronto podrás salir.

     

    Había terminado de hacer mi trabajo mientras la enfermera confirmaba que en efecto, la chica ya estaba en condición de salir del hospital. Afortunadamente aquellas pociones eran increíblemente rápidas y podían sanar en cuestión de segundos una herida que regularmente podría tardar días o semanas con medicamentos muggles.

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