Librería "La Hermana Quisquillosa" (MM)

[Reena Vladimir]

Algunas veces me sorprendía y todavía no sabía por qué seguía haciéndolo.

 

-Ser un poco mas modesta no te vendría mal Heliké.

 

Negué con la cabeza y seguí acariciando a mi niña que parecía que se estaba recuperando del susto que se había llevado. Luego miré a Matt que parecía decidido a coger ese libro y le pedí que no lo hiciera.

 

-Yo no he roto mi maldición aún, tal vez debiera cogerlo yo.

 

Mi libro maldito aún estaba intacto porque no había podido dedicarme a leerlo con tranquilidad para poder saber si era sencillo o no deshacerme de mi demonio interior, por lo que éste aun me protegía y a él no le afectan las magias.

[Xell Vladimir Potter Black]

La situación era tensa. Mami murmuraba en contra de Matt, pero seguía siendo muy amable y cariñosa conmigo. Me abrazó, me gustaba mucho cuando lo hacía, pocas veces; siempre estaba tan tensa... Me sentí tan bien que no noté que me llevaba en sus brazos. Mi madre es fuerte. La sentí preguntarme algo y yo le respondí:

 

- No, mami, no quiero ir a ninguna clínica. Un poco de descanso arriba, en la salita del café, en el sofá... Creo que me vendría muy bien...

 

Se estaba a gusto con ella, parecía que se controlaban más. La prima Heliké avisó del peligro que era el libro y le di la razón. Mis costillas eran una prueba de ello.

 

- Mami, ¿no será peligroso que lo toques tú...? - Sentía miedo por ella.

 

Ya no me apeteceía descansar, prefería quedarme y comprobar que aquel libro maldito no le hiciera daño.

 

- ¿Quieres usar los guantes de dragón de la tía Sagitas? Sé donde los esconde..., es decir, donde los guarda...

[Matt Blackner]

MIré a Reena y luego a Heliké. Las dos aun estaban tensas entre si, y algo me decía que también estaba algo enfadada conmigo.

 

Dirigí la vista hacia Xell, sonriendo a la prima para animarla un poco. A la pobre le habían caido todos los libros encima y aun parecía algo dolorida, a pesar de qeu Reena se había preocupado de ella.

 

La cuestión era que hacer con el libro. Heliké mejor que ni lo tocase, yo podía usar los guantes de piel de dragón, y Reena se ofrecía a leerlo pues aun estaba protegida por su propio libro maldito (si es qeu a eso podías llamarle protección....)

 

- Heliké, no toques ese libro....mejor aléjate de el. Tal vez ahora no lo escuches porque de momento agotó toda su energía...pero nunca se sabe. Yo usaré los guantes de piel de dragón.... - me volví hacia Reena, señalando el libro con la mano. - Estás segura de que podrías leerlo sin qeu te afecte?

[That is not my name]

Había postergado demasiado tiempo la visita a la librería de mi querida Xell Vladimir y, si lo que quería era re encontrarme con mi familia, debía de ajustarme en mi agenda y poder realizar las visitas correspondientes. Ese día desperté temprano del Castillo Lockhart, desayuné con mi amada esposa como pudimos ya que por alguna extraña razón había estado teniendo un poco de nauseas, pero nada grave, se le habían pasado y todo marchaba a la perfección, ahora me ocupaba ir lo más rápido que se pudiera al callejón.

 

El día estaba bastante tranquilo, medio nublado pero con un fresco muy disfrutable, un perfecto ambiente primaveral que se notaba en el ánimo de toda la comunidad que visitaba a esas horas el sitio comercial favorito de Londres; no me entretuve saludando a mis conocidos, era obvio que me toparía con algunos en el camino, necesitaba llegar a la librería y ver que tanto se había actualizado.

 

Al cruzar la puerta del local quedé maravillado por la vista y por el olor, para mi era como si me inyectaran una dosis muy alta de Felix Felicis y me dejaron suelto para sonreír sin parar. No vi mucho movimiento pero no me sorprendió, seguramente había uno que otro mago y bruja por el sitio ya que, al fondo, escuchaba unos murmullos.

[Reena Vladimir]

Veía la preocupación en los ojos de Matt y en los de Xell, a Heliké ni me molesté en mirarla, pero asentí ante el consejo que su novio le dio. Si escuchaba al libro susurrar, era mejor no acercarse a él.

 

Yo le asentí al pelirrojo, si el libro estaba escrito en magia, lo comprendería, por muy oscuro que fuera, si estaba en otro idioma simplemente no era muy peligroso y todo aquel revuelo sería injustificado, pero para eso había que echarle un vistazo.

 

-Acercamelo, ya que estás...

 

Acedí a que pareciera que él controlaba la situación, pero sabía que si el libro era tan poderoso, tendría que leerlo en una habitación a parte, lejos de ellos y de los clientes que al parecer no veían el desastre que teníamos montado.

 

Cuando levanté la vista y me fijé en quién era, comprendí por qué no se había marchado ya o por qué no había intentado robar ningun libro de los que estaba por el suelo.

 

-Hola tio Ishaya, cuidado no te caigas al pisar los libros. Me temo que si buscabas uno en particular vas a tener que esperar a que los coloquemos de nuevo o ayudarnos a hacerlo, claro...

 

Me encogí de hombros y le sonreí con tristeza, teníamos mucho trabajo por delante si queríamos sacar la librería alante y encima desenmarañar el misterio del libro de Heliké.

[Hecate Engosvezhof]

Asentí con la cabeza al escuchar la petición de mi pareja. No es que me gustase especialmente tocar ese coso. Pero tenía que darle la razón en que, era mejor que lo tocase con los guantes de piel de dragón.

 

- Vale, está bien - le dije, frunciendo el ceño pero mirando al lugar en dónde se suponía que debía de estar ese libro.

 

Alguien más entró y me fijé en que era Ishaya el reportero de El Profesta. ¿Tan rápido había volado la noticia del libro maldito? No, para nada, y eso que de momento estábamos ahí los tres y no habíamos salido de la librería. Quizá tan sólo, había venido a comprar y eso parecía.

 

- Por favor, tened cuidado al tratarlo. No me fío de esa magia - avisé a los demás- Reena, no es por parecer grandiosa ni mucho menos, sólo que sabes que ciertos objetos reaccionan en mayor o menor medida según la magia que contengan los magos y brujas. No quiero que nadie salga perjudicado por tocarlo - comenté encogiéndome de hombros.

[Matt Blackner]

Tendí el libro a Reena, mientras en la entrada la puerta dejaba paso al tío Ishaya. Lo había visto en la clase de meteorología, y eso qeu había estado mucho tiempo sin aparecer por ottery. Le saludé con la cabeza, mientras veía como reena le avisaba de que tuviera cuidado al caminar.

 

Heliké además seguía preocupada por la magia del libro, por si dañaba a alguien más.

- Reena, si lo prefieres ve arriba a estudiarlo. Nosotros nos quedamos aqui ordenando y atendiendo al tío. - le dije.

 

- Tío, podemos ahorrar tiempo si nos ayudas a ordenar...asi podremos buscar también el libro qeu quieras conseguir.

 

Mientas hablaba me había acercado a la montaña de libros, agachándome para recoger un buen puñado de libros. Lo mejor era despejar al menos un poco el pasillo para poder caminar.

[Hecate Engosvezhof]

La verdad, quería pasarle el libro a Reena pero era mucho mejor que lo hiciese Matt con sus guantes protectores ya que yo, no los llevaba y no quería que me afectase más de lo que ya hacía.

 

- Lo más curioso es que es un libro de astronomía - comenté un poco agobiada. En esos momentos, entró Ishaya, yo nunca me había dado cuenta pero al parecer, era tío mío, hermano de Sagitas... Así que, suponía que también era familiar mío.

 

- Así que no sé, supongo que alguien que sabe que me gusta observar las estrellas pensó que era gracioso encantar un libro para volverme loca - y sin poder evitarlo rechiné los dientes.

 

- Hola Ishaya - saludé con el mismo entusiasmo que el mago que había entrado por la puerta.

 

- Si quieres te puedo echar una mano Matt, pero no usaré la varita, por si acaso - le advertí con una sonrisa- y me refiero a recoger los libros - aclaré por si había algún mal pensado.

[That is not my name]

Me era grato encontrarme con mi familia, no era una sorpresa, siempre se encontraban en todos esos negocios. Saludé con un par de besos a Reena y a Heliké y un fuerte abrazo a Matt, sabía perfectamente que de todos ellos a veces yo era de los más afectivos, como si ese fuese mir asgo característico.

 

- Oh, sólo quería ver que podía encontrar, - respondí de inmediato cuando se cuestionó por el ejemplar que buscaba - así que me queda muy bien el que les ayude a recoger y ordenar los libros, como dice Matt, igual y me encuentro con alguna grata sorpresa entre... bueno, entre todo esto.

 

Apenas caía en cuenta del desorden que había en el local aunque me pareció haber escuchado algo sobre un problema de un libro; total no le presté atención, no era de mi incumbencia, yo les ayudaría en lo que pudiera.

 

- ¿Tienen alguna guía para acomodaros o...?

 

¿Pero que clase de pregunta era esa? No, por supuesto que no había algo en específico para guiarme, sólo debía de levantarlos del suelo y colocarlos en las estanterías.

[Hecate Engosvezhof]

La verdad es que no estaba acostumbrada a 'besar' a nadie tal y cómo lo hacía Ishaya. Generalmente era de decir "hola" y me quedaba tan ancha, pero ese saludo tan muggle me dejó un poco fría. Después de desentumecer los hombros intenté reaccionar...

 

- Jeje - reí por lo bajo. No podía evitarlo. A pesar de que yo había sido la que había montado el estropicio, me causaba gracia. Así éramos la mayoría de la familia.

 

- Yo sólo espero que no te encuentres con doxys - y sin poder evitarlo estallé en carcajadas.

 

- En cuánto terminemos de colocar todo ésto, si quieres te ayudo en lo que hayas venido a buscar tío Ishaya - le dije con una sonrisa.

 

- No sé qué libro quieres comprar - comenté encogiéndome de hombros...

 

- ¿Guía? - Pregunté ahora confundida ante lo que había dicho. La verdad, no comprendía - no sé a lo que te refieres.