Librería "La Hermana Quisquillosa" (MM)

[Hecate Engosvezhof]

-No te enfades tanto mujer -aún me seguía riendo de sus bromas.

 

-No es que te echemos la culpa prima, pero es que, si luego la cabreas será todavía peor, y lo sabes -siguió riendo por lo bajo, por si mi carcajada hacía subir a tía Sagitas y si nos pillaba riéndonos de ella, seguro que nos llevaríamos una buena tunda (?) sin falta de usar la varita.

 

Algo llegó a mis fosas nasales, parecía que provenía de un animal y en el cual yo no conocía. Mi prima enseguida fue corriendo hacia las escaleras y se me formó una sonrisa, pensando para mí <<nunca cambiará>>

 

-¿No lleva ningún collar de identificación? -pregunté a Xell, acercándome a ella y observando lo que parecía un cachorro.

[Hayame Snape Potter Black]

Pasaron los minutos y la pelirroja parpadeó confundida al no encontrar ninguna reacción de su hermana pelivioleta... otra vez

 

Se rascó la frente subiendo una ceja mas que la otra por simple confusión de ver que a pesar de sus puyas y apretones y todo el peso de los libros sobre su cuerpo, la otra bruja apenas y dejaba denotar que estaba respirando por el ruido que hacía el aire al pasar a través de su nariz; la pelirroja finalmente cambió su gesto de juego malevolo a una expresión de preocupación, sentandose de rodillas en el suelo e inclinandose para levantar uno de los libros que tenía la payasita arriba de la cabeza

 

-Sagis?

 

Llamó con suavidad asomandose mejor para ver su rostro antes de ver como que se había vuelto a quedar dormida a pesar de todo lo que tenía encima

 

Pero vaya con esa mujer!!

 

-Debe ser algun tipo de virus que anda por todas partes, ya no es la primera vez que te pasa esto... deberías de tomarte tus reforzadores de salud!

 

Regañó a pesar de saber que su hermana ya ni siquiera la estaba escuchando, terminando por sacudir muchos de los libros de la parte de arriba de su cuerpo y tomandola de por debajo de los hombros para arrastrarla fuera de aquel montículo de escritos pesados; dejó salir un gemido antes de finalmente sacar el cuerpo de aquel sitio, sacudiendole un poco el polvo que se le había encimado a pesar de todo

 

-Y luego soy yo la de los desastres...

[Matt Blackner]

Heliké hablaba de los cuentos de Beedle, qeu a esa edad los niños ya podían empezar a saber de ellos. Me encogí de hombros, tal vez llevara razón...para mi era difícil saberlo, no sabía nada de los cuentos. Por eso había ido a pedir ayuda a la tienda.

 

Entre qeu nos reíamos y charlábamos no nos enteramos de nada de lo qeu pasó abajo hasta que nos llegó un gran estruendo, como si algo hubiera chocado contra una montaña de libros. Xell fue la primera en salir corriendo hacia alli. MIré a Heliké y le hice un gesto con la cabeza.

 

- Será mejor qeu acudamos a ver que ha pasado. Espero que no sean Hayame y Sagitas peleando de nuevo.

 

Y bajamos las escaleras. Al pareer un cachorrito se había estrellado contra los libros. al mirar un poco más, extrañado de qeu alguien hubiera dejado entrar alli a un perro, me di cuenta de qeu lo conocía.

 

- Es la perrita de Jesse. Que hace aqui? parece triste.

[Hecate Engosvezhof]

-Anda, la ¿perrita de Jessie? -y le hice carantoñas al animal.

 

-No tenía ni idea de que tenía una mascota -me encogí de hombros.

 

-¿Tía Hayame y tía Sagitas? -lancé un bufido -lo que menos quiero es tener que separarlas -murmuré, un poco enfadada- ya casi se nos tiran encima antes, ¿es que acaso no saben estarse quietas? -pregunté, rogando al cielo, esperando que me escuchase.

 

-Son peores que los críos de cuatro años... Luego claro, nosotros tenemos que ir detrás de ellas arreglando sus desperfectos -y me crucé de brazos- lo siento cariño -le dije mirando hacia Matt -pero si quieres las separas tú -protesté.

[Matt Blackner]

Me eché a reir con heliké. No podía evitarlo, pero verla alli haciendo carantoñas a la perrita de Jesse mientras bufaba y se quejaba de sus tías y sus peleas casi de crías era algo cómico.

 

- Vamos, entre ellas pueden comportarse asi, es la única oportunidad qeu tienen de relajarse un poco más de sus responsabilidades. - dije, intentando quitarle la importancia que ella le daba.

 

Me giré hacia donde pensaba que estaban Sagitas y Hayame.

- Mamá! sabes de donde ha salido la perrita de Jesse? - pregunté en voz alta, a ver si asi aparecía alguna.

 

Me arrodillé junto a Heliké y le rasqué bajo el hocico a Estrella. Aquello solía animar a los animales, a los perros les gustaba pues les hacía cosquillas y la perrita parecía triste. Me había arrodillado con Heliké, y la empujé sin demasiada fuerza, como un juego.

[Hecate Engosvezhof]

- Hum, bueno. Está bien -cedí ante el comentario de mi primo. Si el no lo veía que actuasen de esa forma intentaría "relajarme" un poco, pero no confiaba. No del todo, porque aunque conocía del poco tiempo a Hayame, sabía que buscaría alguna forma de "liársela" a su hermana. No me cabía duda.

 

Al final, la perrita desconocida para mí, resultaba ser que era de Jessie. Lo que no tenía ni la menor idea era cómo había ido a parar allá. Suponía que había olido el aroma de su ama por otras ocasiones que había visitado la tienda...

 

Matt se acercó y acarició a Estrella y aprovechó ese instante para hacer como que me tiraba. Lo miré con picardía y sin evitarlo, le planté un largo beso agarrándolo de la cara y atrayéndolo hacia a mí... Seguro que eso no se lo esperaba y se pondría todo colorado.

 

Después de terminar, le pregunté divertida:

 

- ¿Decías algo cariño? - entrecerré los ojos pero mostraban alegría.

[Hayame Snape Potter Black]

La Vladimir continuaba picando a su hermana y construyendole toda una construcción de libros encima casi como si fuese a convertir toda la superficie de su cuerpo en un campo de arquitectura a base de papeles y portadas de novelas que habían sido leidas y releidas una y otra vez hasta que cualquiera de las dos mujeres se la hubiese memorizado; y es que la verdad era que las hermanas eran amantes de los libros en grados casi obsesivos asi que... porque no utilizarlos hasta para sus travesuras?

Sonrió con gesto de diablilla al escuchar la voz de su sobrina que les reñía por actuar como niñas pequeñas... pero es que la pelirroja no podía evitarlo!!! se divertia demasiado haciendo enojar a la pelivioleta y tocandole las narices hasta hacerla estallar para después salir huyendo de sus iras y sus hechizos corriendo por todas partes y llevando las locuras con ambas

-Es que me gusta vivir... y ustedes dos deberian recordar que estan en una bibliotca, sus cositas deberian dejarlas para lo privado

Devolvió hacia Heli viendola de reojo antes de rechistar

[Hecate Engosvezhof]

Sentí la voz de Hayame cerca, después de darle ese beso a Matt que lo tendría colorado durante un buen rato. Suponía, aunque últimamente no se ponía de ese modo, siempre me hacía gracia al ver como dos manchas rojas, se le ponían en los coloretes.

 

-Ehhh -era lo único que había podido articular, mi tía pelirroja me había pillado infraganti y noté cómo se me subía un poco la sangre a la cara. Ahora era yo la que me ponía roja...

 

- Estábamos en privado hasta hace unos momentos, tía Hayame -le dije en esa ocasión después de tragar varias vece saliva durante unos minutos para poder hablar y que se me entendiese. Me había quedado sin habla al escucharla. Pero no sabía porqué, ella parecía que nos entendía, es decir, comprendía que quería ser la chica de mi primo Matt, y eso me daba más confianza en hablar con ella que con Sagitas, a pesar de que a veces nos la "jugaba" para que nos cabreáramos más profundamente.

 

- Espero que en ésta ocasión, no se te ocurra hacer ninguna travesura -le advertí- luego quien tiene que aguantar la mala leche de tu hermana, soy yo (xD) -comenté cansinamente, porque la verdad ya me estaba empezando a hartar de tanta pelea.

[Matt Blackner]

No se como, de pronto me agarró la cara y me besó durante un buen rato. ME quedé sin hacer nada...la verdad es qeu no podía reaccionar, y cuanto me soltó me quedé pasmado, notando calor en la cara, como poco a poco me iba poniendo más y más rojo.

 

Para colmo la tía nos había visto! Fruncí el ceño y agaché la cabeza, tan rojo como estaba. No estábamos haciendo nada malo, aunqeu Heliké tenía la "perversa" costumbre de torturarme asi...y aquellas costumbres en el estómago no eran nada molestas, pero era gracioso, pues en el momento en qeu nos pilló Hayame ella reaccionó de forma parecida a la mia.

 

Menuda parejita debíamos parecer, los dos rojos como tomates mientras la tía nos miraba fijamente. La diferencia tal vez con Sagitas era que ella no se ponía de mal humor cada vez que nos veía juntos. Me daba a mi qeu tenía algo qeu ver Reena, pues de algún modo tal vez le ayudaba a entender la situación, mientras qeu Sagitas...

 

Ella ahora estaba bajo el castillo de libros que le habían edificado aprovechando la caida. Reí levemente, eran un par de crías....

Editado 10 de Noviembre del 2014 por Matt Blackner

[Sagitas E. Potter Blue]

Estaba enfadada, por supuesto, pero tampoco quería expresarlo en voz alta. Hayame me estaba aprisionando adrede y al final iba a acabar rebotándome y lanzando un requiebro con la varita que iba a incendiar la mitad de los libros. Estaba segura. Por eso era mejor que me calmara un poco.

 

-- Te odio -- le dije, con una voz queda que asustaría a quien me conociera. -- Sácame de aquí.

 

No era una petición. Era una orden. Me molestaba que encima tuviera el morro de decirme que había caído en una de sus trampas.

 

-- Me tenías desentrenada, porque hacía mucho que no aparecías por el pueblo y me montabas alguna. Había olvidado que, contigo cerca, hay que estar en Alerta permanente.

 

¿A la mazmorra? Que ni se le ocurriera o la iba a dar yo un par de zapes que le iban a hacer caer la cabeza. ¡Pero bueno! ¿Es que Xell no podía estar por la faena? Ahora tocaba arreglar la tienda, no ponerse a jugar con el perrito. Además, el cartel lo ponía bien claro: no se permitían mascotas dentro de la tienda. Al menos que alguien se hubiera llevado el cartel sin permiso.

 

Intentaba no hacer caso a mi hermana, que estaba sospechosamente maligna hoy, como si tuviera las hormonas alteradas, mientras luchaba contra la montaña de libros que tenía encima, pero ella insistía en buscarme las cosquillas. Encima, tenía que aguantar las risas que, a mi costa, arrancaba a Heliké, Xell y a Matt.

 

-- Os odio -- dije, también en tono bajo.

 

Pero no debían oírme, pues Hayame ahora se metía conmigo diciendo que no oía y si tenía un virus, o necesitaba un reforzante o yo que sé. Me cabreé.

 

-- ¡Reforzantes tu hipogrifo, so animal! ¿Quieres sacar el pie de encima para que pueda levantarme? ¿No te sirve el querer que fuera aplastada que además he de morir asfixiada por el olor de tus quesos?

 

Huuum, no es la mejor manera para hablar con mi hermana, pero ya he dicho que estaba muy enfadada. Y ahora el otro haciéndome preguntas tontas.

 

-- ¡¡Y yo qué sé porqué está el perro de tu hermana en la tienda!! ¡¡Pero sacarlo fuera, que están prohibido los animales en la tienda!!

 

Y eso me hizo sonreír, pues ahora tocaba el turno de mi hermana.

 

-- ¿Has oído, Hayame? Están prohibido los animales en la librería, así que ya te puedes ir de aquí, gusarajo pelirrojo. ¿Quiere alguien ayudarme a salir de aquí debajo y dejaros de perros?