☀ ｡.:* Castillo Lestrange *.:｡☀

[Fokker]

Dominiv Mills

 

—Estamos de acuerdo en eso, no fue mera coincidencia que se rompiera el sello en ese lugar tan especial. Pero a la vez es donde crecieron ambos, el mismo país, sin embargo Perú es muy grande para buscar un lugar en particular, ¿necesito esa información?. Y me parece que también podría servirte a ti.

 

Expulso varias bocanadas de humo escuchando sus palabras. El cigarrillo pronto se termino y lo lanzo en dirección al pasto y se distrajo siguiéndolo con la vista. Pensó bien lo que iba a decir a continuación, trataba de ordenar sus ideas, no quería cometer mas errores con ella.

 

Recordó aquel día en que ayudo a secuestrar a Helen desde las sombras, a llevarla a esa mazmorra y desde las sombras como dos niñas eran arrancadas de sus entrañas aun con vida. Como ambas niñas eran separadas de su madre que estaba inconsciente durante el proceso de parto, lo recordaba con tal nitidez y como él... tuvo algo de humanidad. Pero en todo ese proceso la chica nunca estuvo consciente de lo que paso. No podía saber que tuvo mellizas, pero ella lo dijo con tal seguridad que lo confundió por completo.

 

—Vamos, realmente no se a que te refieres, solo se de una bebé y se llama Nats, no puedo contestar por algún otro hijo que tuvieras luego.

 

Trato de demostrar mucha seguridad en sus palabras, pero tal vez era momento de comenzar a interesarse por la vida de la joven también, quizás averiguando mas de su vida pudiera encontrar alguna clave respecto a su "amigo".

[Helen Evans]

— Claro que podría servirme, pero Dominiv, necesito que me acompañes porque no iré sola a ese lugar, y yo conozco mejor que nadie la hacienda dónde nací.

 

No estaba muy segura de que se creyera mi idea de pedirle compañía pero ya buscaría la forma de convencerlo, no pensaba hacer un viaje a ningún lado pero necesitaba llegar lo más lejos posible consiguiendo la información que necesitaba.

 

— Tu y yo sabemos que solamente tuve un embarazo, no muy placentero por cierto

 

Me daba pavor simplemente mencionarle la posibilidad de un hermano pequeño, pero necesitaba averiguar a que debía sus nervios, necesitaba saber que era lo que sabía él.

 

— Por cierto, ¿Tú dejaste la nota en el orfanato cierto? Tuviste piedad..... al menos, si pudiera te pediría que me devuelvas mi pulsera, la medalla la tiene Nats y no me quejo, pero no he vuelto a ver la pulsera; aunque claro, sé que tú ya no la tienes.

 

En realidad no lo sabía, simplemente suponía que Rebecca se la había llevado, era una lástima, aunque por suerte pudo rescatar la medalla para dársela a Nats, aquello sería algo que tendría que agradecerle.11

[Fokker]

Dominiv Mills

 

Dominiv lo miro perplejo, esto estaba resultando tan fácil que cualquiera se hubiera dado cuenta de que mas parecía un trampa bien dirigida, pero el Mills sentía que todo era gracias a su poder de convencimiento, pobre arrogante.

 

—La perspectiva de compartir un viaje contigo puede ser muy interesante, pero no esta vez, mejor dime donde buscar es lo único que necesito saber.

 

Pero Helen demostró que ella es quien dirigía la conversación, y tomaba la iniciativa, siendo el Mills objeto de sus preguntas, sin que el tipo se diera cuenta.

 

—No recuerdo haber visto una pulsera en todo esto— respondió con frialdad viendo a cualquier parte menos a la Evans. Si mostraba algún signo de duda se acababa el juego —¿Cual nota, de que hablas?— pero si alguien se ponía a pensar, esas bebés no debían salir con vida de aquella mazmorra, y Nats era la prueba viviente de que Dominiv Mills había traicionado a todos y a él mismo. Y era momento de utilizar esa verdad en su favor.

 

—Dime donde vivió Fokker en Perú ahora, o tendré que matarte aquí mismo— pero lo pensó mejor —Y te diré donde esta tu pulsera ahora, es mas te diré una verdad que te hará odiarme mas.

[Helen Evans]

Sonreí ante sus palabras, ¿Enserio había creído que viajaría con él? Pero antes de que pudiera responder nada, él siguió hablando y no pude evitar darme cuenta que Dominiv estaba evitando mi mirada, como en el colegio, cuando no me quería decir con quien había salido Fokker, el simple recuerdo hizo que sonriera aún más; y tal vez fuera eso lo que me dio el valor de decir:

 

— ¿Odiarte? No me importa si me crees o no, pero ya te dije, yo nunca quise tener hijos, cuidar bebés — por alguna razón, el plural parecía desconcertarlo, ¿Sería posible que... ? Sacudí ligeramente la cabeza, no había forma de que tuviera más hijos, todo aquello tenía que ver con Apros, después de todo, fue Hilary la que me sacó de aquel lugar. Tenía miedo por ella.

 

— No necesito saber dónde está la pulsera, encontrarla solamente haría que tenga más obligaciones de las que quiero,y una simple pulsera no lo vale. Dame algo que si quiera

 

Aquello último era cierto, si encontraba a Rebecca sería tener que cuidarme de alguien más y sencillamente la pulsera, por más significado que tuviera, no lo valía.

[Fokker]

Dominiv Mills

 

—Estas segura de no querer saber por el destino de la pulsera— dijo Dominiv viéndola de manera maliciosa dircto a los ojos. —Sabes que no creeré esas palabras. Recuerda quien estuvo contigo durante tu secuestro, no parecías ser una madre que no quisiera a su niña. Como suplicabas por ella—

 

Tenia que presionarla y tentarla con la información que tenia. —¿Dime Evans, porque te llevaste la medalla de Fokker cuando te fuiste? Y ahora porque me preguntas por un pulsera perdida— Saco la varita y apunto al piso, un nombre apareció Ivan..., —No quieres saber toda la historia de una vez por todas, dime lo que quiero saber, se que ansias saberlo, lo veo en tus ojos, por mucho que quieras ocultarlo.

 

La observo atentamente, aunque lo quisiera ocultar, no podría hacerlo jamas, la Evans jamas tendría esa frialdad en sus ojos, esa mirada de un mortifago cuando siente odio por los demás y no le importa nada de lo que suceda a su alrededor. La mirada que el tenia ahora, donde no le importaba la vida, sino solo vengarse, ese era su objetivo desde hace mucho, vengarse.

[Helen Evans]

— Es lógico que rogara, era víctima de un secuestro y además.... tú nunca entenderías, no tienes hijos. Porqué me lleve la medalla.... es sencillo Dominiv, tú no sabes lo que es el amor, me llevé la medalla y la pulsera desesperada por un recuerdo, si me interesa saber dónde está ahora es por mera curiosidad.

 

Vi la palabra que escribía en el piso y giré la vista, quería saber lo que había pasado, aquello era obvio, pero no por eso vendería a Fokker, no a manos de aquel tipo, suspiré y le dirigí una última sonrisa.

 

— ¿Esperas que confíe en ti? Si yo te digo en que lugar de Perú buscar.... ¿Cómo se que me dirás la verdad? Pensé que me considerabas un poco más que eso, en fin, si te animas a darme alguna prueba, sabes donde encontrarnos.... a toda la familia — en algún momento averiguaría sobre el negocio familiar, prefería estar segura de que lo sabía y esperar a que fuera a algún día a vivir en la duda — No me decepciones, te espero allí

 

Y sin decir más, salí del lugar

[Fokker]

Dominiv Mills

 

—Claro Evans y yo pertenezco a la orden del fénix—, bufo —vamos niña tienes que ser mas convincente en el futuro—

 

Escuchar su discurso del amor, algo que el jamas entendería, pero entonces porque llamar al recuerdo mientras estaba inconsciente, una y otra vez, tanto que el demonio despertó y fue a buscarlo, pero no le iba a contar eso. —Le dices curiosidad y estoy seguro que asi te sientes ahora, deseas saber a que me refería y de quien es el nombre incompleto que escribí.

 

—Como quieras, pero tal vez tengas que empezar a confiar en tu peor enemigo, la prueba la tienes frente a ti, memoriza esas letras, y encontraras el resultado muy pronto, es un nombre Ruso.

 

Fue lo único que respondió. No iba a rogarle, aun tenia mucho que hacer y muchos lugares donde buscar, antes de preocuparse en ellos.

 

—Muy pronto tendrás noticias mías— exclamo antes de desaparecer del lugar con un ligero crack, la joven hacia lo mismo minutos después, dejando el solitario castillo.

 

Aunque nadie se fijo en la figura de capa negra que los vigilo desde los altos del castillo, una ligera sonrisa se formo en su rostro antes de desvanecerse en la infinitud del vacio.

Editado 25 de Julio del 2014 por Fokker

[Helen Evans]

Llevaba una sencilla túnica blanca con algunos detalles plateados y el cabello suelto, ambos libres para dejarse llevar por donde el viento quisiera llevarlos, la túnica se arremolinaba un poco en mis pies y el cabello insistía en golpearme la cara, estaba parada en la entrada de aquel castillo, algo muy parecido a aquella ocasión hace ya tanto tiempo, nuevamente había ido a verlo, nuevamente había ido a buscarlo pero esta vez era diferente, total y completamente diferente.

 

Tenía lágrimas contenidas luchando por salir en cualquier momento y respiré profundamente para calmarlas, el elfo de la casa me abrió la puerta y amablemente me había hecho pasar a los jardines, me había ofrecido la sala pero a pesar de lo frio que estaba el día, yo insistía que debían ser los jardines. En realidad, si hubiera podido encontrarme con él en Hogwarts lo habría hecho, tenía aquella terrible sensación en el pecho.

 

Cuando Catherine me contó lo que había pasado en la Crowley hace tan solo unos días no podía creerlo, en realidad, no quería creerlo, aquello no era posible; me había enfadado con ella y le había dicho muchas cosas y al final me escuché diciendo excusas est****as como: "No era él, era el demonio", ¿Enserio creía alguna de mis consideraciones absurdas? ¿De verdad me las creía?

 

Intentaba calmar mi mente mientras esperaba, tenía que calmar mi mente, en el colegio me decían siempre que tenía una mente muy aguda, en lo personal nunca había creído tenerla de verdad, y desde que había regresado a Londres no había hecho más que confirmar una y otra vez lo que llevaba pensando tanto tiempo. Pero ahora la necesitaba, necesitaba a aquella mente aguda que alguien vio en mi alguna vez, o por lo menos necesitaba la mente clara, despejada, fría, serena; necesitaba oír su versión, necesitaba oír de palabras de Fokker que era en efecto, un mortífago.

Editado 12 de Noviembre del 2014 por Helen Evans

[Fokker]

Una figura observaba la entrada al castillo Crowley desde lo alto de la torre mas alta del mismo. El joven de cabello oscuro tenia la mirada perdida, se notaban los estragos de la ultima pelea que tuvo, algo que no estaba en sus planes. Una cicatriz que empezaba a sanar, cruzaba su rostro; sus brazos aun tenían los vestigios de las quemaduras que había sufrido, pero nada de eso era importante porque lo que en verdad cambio fue su alma. Las orbes rojas delataban que ya no es el mismo chico soñador, su expresión fría decían lo mucho que cambio.

 

Nyota apareció tras él —Ella lo busca en el hogar de su madre— fue lo único que le dijo antes de irse de la misma manera. La elfina sabia lo que sucedía con su amo, como la primera vez que lo vio cuando Dominiv decidió que ella debería servir al Crowley.

 

Fokker no se movió, no tenia porque ir a verla, ahora ella ya no era importante en su vida, pero aun así quería hacerlo, ¿por qué?. Eso es lo que tenia que averiguar, y la figura del Crowley desapareció en dirección a ella.

 

 

 

Apareció en la sala del castillo, recordaba el lugar, sus recuerdos eran confusos, pero sabia que había estado allí en muchos momentos de su vida humana, nadie lo recibió pero no lo necesitaba en ese momento. Recorrió el lugar pero no la encontró, entonces salio al jardín su instinto le decía que estaba allí.

 

En la entrada encontró una moto roja, no le llamo la atención para nada y camino lentamente sin recordar que tenia los brazos descubiertos, la marca se veía ligeramente, aunque nadie podría distinguirla desde lejos, por que se confundía con las cicatrices que la cubrían, solo si estuviera a un par de pasos de él sabrían la verdad. Se paro tras la joven de tunica blanca y se quedo observándola por unos segundos.

 

—Así que tu eres Helen, puedo entender porque te elegí

 

Las palabras frías resonaron en la amplitud del campo, mientras el demonio ordenaba todos los pensamientos que tenia sobre ella. Eran momentos muy extraños para él, la verdad que en la infinitud de vidas que tuvo, nunca había conocido eso que los humanos llamaban amor, por un momento su frialdad se desvanecía, ¿Qué era eso?

 

—¿Que deseas saber de mi?

 

Pregunto mientras miraba la confusión en el rostro de la joven, lo leía en sus ojos y en el proceso trataba de leer sus pensamientos, pero la confusión en sus propios pensamientos fue tal que decidió dejar de hacerlo. Sus recuerdos recientes lo confundían por completo, no podía soportarlo ¿Por qué la sola presencia de la joven lo ponía así?

 

Al ver que miraba su brazo, el Cygnus creyó que le molestaba ver las cicatrices, así que solo las oculto bajando la manga de la camisa oscura que traía puesta, volvió la vista así ella esperando su respuesta. Su cabello se agito al igual que la túnica de la Evans. Por extraño que le pareciera sintió como si esto lo hubiera vivido antes, un deja vu.

Editado 13 de Noviembre del 2014 por Fokker

[Samy Lestrange]

Se sentía extraño encontrarse de nuevo sobre ese sofá, en medio del silencioso castillo de su familia, con un álbum de fotos en sus manos. ¿Cuántas tardes había pasado allí sentada, suplicándole a su madre que le leyera un cuento o la dejara comer palomitas antes de la cena? Bueno... ese no era exactamente el mismo sofá. Habían ido cambiando el mobiliario a medida que las distintas remodelaciones e incendios habían arruinado a sus antecesores, pero la ubicación era la misma.

 

Samy suspiró y recorrió con la mirada la sala vacía, antes de bajar la vista de nuevo a su álbum. Últimamente su vida parecía estar llena sólo de recuerdos y añoranzas. En la primer foto del álbum, podía ver a dos niñas pequeñas frente a un árbol navideño en llamas. Podía verse a la mayor dándole un zape a la pequeña pelirroja, que se frotaba los ojos con gesto regañado.

 

Aún recordaba ese día, aunque no podía precisar cuántos años habían pasado exactamente. ¿Diez? Todavía tenía frescos en la memoria los regaños de Liliana, y la galleta que le obsequió después de que habían logrado apagar el árbol. Una galleta con forma de hipogrifo, con chispas de chocolate.

 

La siguiente foto mostraba un menjunje de brazos, piernas y cabezas. El pobre árbol de navidad parecía inclinado hacia un lado, no sabía si por causa del peso de las decoraciones o porque estaba a punto de caerse. Las cabezas de su madre y de Poly asomaban por encima de la de sus tíos, con la suya coronando la aplastación típica de los Lestrange. La cara de espanto de Haydie al ver el árbol le decía que eso no había terminado demasiado bien.

 

- ¿Dónde se han metido todos esta vez? ¿Tengo que salir a buscarlos?

Editado 22 de Noviembre del 2014 por Samy Lestrange