☀ ｡.:* Castillo Lestrange *.:｡☀

[Catherine Moody]

Hija de Loki

Hermandad del Rayo

 

Las palabras de Vrael sólo confirmaron mis sospechas, mientras mi mente trabajaba a mil por hora. Necesitábamos una manera de evadirlo, fuera como fuese. Mientras buscaba sin éxito la forma, Rose se puso a mi lado con ademán protector. Entendía perfectamente que en aquellos momentos era la más inútil de todos. Elvis fue más rápido y apenas fui consciente de lo que intentaba hacer segundos antes de que lanzara el flash de luz cegadora. Cubrí tanto a Rose como a mí misma como pude, con mi pequeño cuerpo. Luego, mientras Sol me sacaba al exterior, en un arranque de rabia y frustración, utilicé mis otros poderes.

 

<<Phantom>>

 

Mi cuerpo empezó a moverse más rápido de lo que podía seguir un ojo humano. Con cuidado, halaba a Rose y Sol conmigo, tratando de no desencajarles el brazo del hombro. Los ruidos que hacía el Jotun sonaban como un bramido ininteligible hasta que algo cambió. Me detuve en seco casi cuando ya había avanzado buen trecho lejos del árbol ahora caído. Ahora, podía comprender.

 

-Oh, mie.rda.

 

El eco que antes era un sonido cualquiera parecía amplificarse.

 

-Él es un muspeli, un gigante de fuego. Más específicamente Surt, rey negro que vaga junto a Simore, su reina -sabía que sólo Rose y Sol me oían, pero necesitaba decírselo a alguien- si lo ves, no pienses, sólo corre. No tenemos forma de ganarle, no importa cuan unidos o fuertes seamos. Todo lo que podemos intentar, es... encerrarle o...

 

<<¿No lo escuchas hija? La voz de tus hermanos...te reto a un juego muy divertido en donde podrás desatar tu propio caos...>>

 

Supe al instante que era mi padre y que sólo yo podía oírlo. Y entonces, escuché de nuevo los bramidos de Surt, pero esta vez no parecían tan ininteligibles. De hecho, captaba su significado.

 

>>Bom, bom, avanzando van; bom, bom, pisoteando van. Nadie en su sano juicio los detendrá. Bom, bom la furia de Muspelheim sentirán<<

 

-Tenemos que huir -informé sin aspavientos, con la voz entrecortada-. La pregunta no es cuándo o cómo, sino ¿dónde?

[Gabyxlllsiby Rambaldi Tao]

Hija de Sif

 

El castillo Lestrange mostraba su magnificencia en cualquier lado que se lo mire, era una gran edificación y ahora tenía la dicha de poder ingresar hacia aquel lugar. Tenía en mi mano presionando aquel colgante de pirita que me habían dado por la hermandad del rayo. Una pequeña luz había brindado de aquel objeto hacía poco y sabía que en este lugar encontraría algunas indicaciones para llegar donde mis amigos.

 

El ruido sordo de algún vidrio haciéndose añicos provocó un ligero estremecimiento en mi ser. Sin perder mayor tiempo entré al lugar e intenté buscar la causa de aquello, pero una ancha espalda de piel gris negruzca me dejaba sin pensamientos. Aquel gigante daba un paso para intentar colocar su cabeza hacia la ventana rota intentando buscar con desesperación algo que se había escapado. Ante la sorpresa intenté tomar mi varita para prepararme para cualquier batalla, pero una pequeña voz me indicaba que lo que hacia era una batalla perdida. Pensando con cabeza fría intenté retirarme mientras el gigante seguía ocupado buscando una salida hacia el bosque.

 

El gran ser sin esperar más empezó a botar grandes objetos como sillas y muebles por el lugar. Si seguía asi a los pocos minutos destruiría todo el lugar. Con un movimiento de mi varita hice que varias cosas se agitaran para llamar la atención de aquella criatura y huir. Dando un gran salto hacia la ventana, rodé un par de metros en el pasto. Una luz cegadora invadió mis ojos dejándome aturdida por varios segundos.

 

-Escuché algo... vamos a investigar -dijo una voz femenina a lo lejos

 

-La magia no puede ser usada hacia varias criaturas... Los dones que cada uno posee y unidas podrán hacer que cualquier se rinda y se lleven la victoria... -expresó una voz que me parecía muy familiar

 

-Sif... -dije entre murmullos intentando levantarme para alejarme y huir al bosque

 

Sentí unas manos cálidas que me levantaban suavemente, dándome palmadas para intentar recobrar el conocimiento.

 

-Gabyxlllsiby estas bien?

 

-Pandora... -dije abriendo mis ojos en par y agradecida de ver a alguien conocido desde hace mucho tiempo -Sol... Rose... que gusto de verlas ... disculpen la tardanza -expresé -si saben que esta un gigante destruyendo el castillo?

 

La mirada de las tres brujas indicaba que había dicho lo obvio. Sin embargo continué.

 

-Esto no puede continuar más... he tenido un sueño con Sif, mi madre, diosa de la fidelidad y la cosecha. Me ha indicado que otro tipo de estratagema debemos aplicar hacia aquellas criaturas que la magia no funciona contra ellos. Debemos ya poner en practica cada uno de nuestros poderes pues mucho está en riesgo, si juntamos nuestra energía y poderes podremos vencer a ese gigante.

Editado 11 de Octubre del 2013 por Gabyxlllsiby Rambaldi Tao

[Sunar PBT]

Hija de Nerta (Nerthus)

Hermandad del Rayo

El ser no era algo que hubiese visto antes. Leyó sobre esos humanos de gran tamaño pero ese tenía algo raro. Emanaba de él una energía, no parecida a ellos, pero si afín con la nueva percepción que se tenía del mundo por parte de la Hermandad del Rayo.

– Es muy grande – pensó al ver como el hijo de Heimdal intentaba neutralizar al Jotun. Pero no sería fácil.

Casi le dio la razón a Vrael, ya que ellos eran parte de la profecía que se hablaba del Ragnarök. Se unirían con los os gigantes de Jötunheim y el Niflheim para provocar la destrucción de todo lo que se conocía como mundo para ellos.

Y fue entonces que se delató más. El fuego que lanzó era la prueba de su procedencia.

– ¡No lancen fuego! – trató de decirle en voz alta, mas los ruidos y sacudidas que movían los cimientos y cuanto aparato o mueble había en el castillo impidió que se le escuchase. Fue infructuoso, Rose le lanzó el hechizo y como el anterior, fue absorbido. En especial ese y cualquiera que tuviese el origen del fuego, sería una forma de detenerlo.

Con el ataque del hijo de Odín, al menos tendrían esos segundos. Y entonces la hija de Nerta vio como Sol tomaba del brazo a Pandora, Rose también corría con ellos a los jardines, siguiendo a Elvis con Vrael. Sin embargo, Sunar se detuvo, dejando pasar a sus hermanos.

Aunque no debió hacerlo, la figura de otra hermana la dejó perpleja (Hija de Sif) antes de tirarse al suelo para evitar, el golpe de un árbol que lanzó el gigante de fuego.

– Ayúdanos madre – rogó la pelicastaña. Y como si eso fuera suficiente, sintió que la tierra lo retrasaba, que le impedía avanzar rápido hacia ellos. No tragó al Jotun, no lo haría caer, y mucho menos vencería a esa ser mítico pero sería unos segundos más que le ofrecía a un grupo de valientes jóvenes para que hallar la forma de salirse de esa.

[Mael Blackfyre]

Hijo de Odín - Hermandad del Rayo

Y la que explotó aquella ventana fue Sol. No podíamos usar nuestra magia contra el Jotun pero si podíamos usarla para aprovecharnos de la situación. Le agradecí a Merlín que mis Hermanos estuvieran tan dispuestos a huir como yo. Todos se habían dado cuenta que sería en vano intentar luchar contra ése gigante. No quise adentrarme en mis pensamientos sobre lo que sería el Ragnarok y la presencia de muchísimos gigantes como él. Sol hizo añicos los cristales y creó una abertura lo suficientemente grande para que pasáramos todos corriendo.

 

Las tres chicas iban adelante. Aún aferraba el brazo de Vrael intentado que corriera a mi par. Aunque no se quedaría allí solo. Sunar y Emily nos pisaban los talones desesperadas por no quedar atrás del todo. El aire fresco de la noche nos golpeó de lleno aunque fue una suerte, ya que nos estábamos quedando ya sin aire. Los jardines de la Lestrange Lupin eran inmensos. ¿Aquello era bueno o malo? Los escasos segundos que habíamos cegado al gigante nos habían servido para escapar.

 

—¡Vamos! ¡¡VAMOS!! No hay tiempo, chicas —Pandora, Sol y Rose se habían encontrado con Gaby. La pequeña bruja parecía tan atolondrada como nosotros cuando nos habíamos enterado de nuestro destino. ¿Por qué se había enterado incluso después de nuestro amigo Vrael? ¿Por qué su madre se había presentado más tarde? Sin responderme aquello agradecía que la Hermandad del Rayo se hiciera cada vez más fuerte. Pude notar que la energía grupal crecía. Y si crecía, entonces quería decir que llamábamos más la atención.

 

— No podremos escondernos. Tenían razón, ésa criatura nos encontraría muy fácil. No podemos escondernos en cualquier lado. Algo me dice que el Jotun destruirá todo lo que se le interponga —los sonidos eran muy notorios. Estaba desparramando y rompiendo los muebles, sillones y objetos de la sala de Sol. Mi mente intentaba encontrar una solución, aunque no me llegaba ninguna señal de nuestros padres algo que nos indicara que hacer—. ¿Dónde vamos? Debemos guiarlo a algún lado donde no pueda hacer nada —y en ése momento pensé en La Reserva Mágica.

[Gabyxlllsiby Rambaldi Tao]

Hija de Sif

 

Sentía como las brujas empujaban mi espalda para que apresure el paso hacia los árboles como medida de escondernos hacia aquel gigante que se encontraba en el castillo. Pensando de modo positivo tendríamos un par de minutos para pensar alguna estrategia hasta que aquella criatura venga a buscarnos. Detuvimos un poco el paso al ver un par de magos, igualmente hermanos de la comunidad del rayo. Mi collar se agitaba suavemente sintiendo como la energía se conectaba con la de los demás magos y brujas.

 

-Elvis -dije saludando al mago acompañado con una sonrisa -no es el mejor momento para saludar a la hermandad pero es un gusto de verte

 

El mago asentó la cabeza y expresó su preocupación hacia el gigante, pensaba lo mismo pero no encontraba alguna respuesta. Recordé por momentos aquel sueño con mi madre Sif pero no era suficiente para descubrir aquellos dones que poseíamos. Una suave brisa me hizo recordar las pocas imágenes que tenía de ella. En alguna piedra de río trenzando sus largas y doradas trenzas que cuando se reflejaban en el sol te obligaba a cerrar los ojos por el intenso brillo.

 

-Que proponen? -dije a la audiencia mientras ponía interés en la mansión esperando escuchar todavía los estruendos del lugar

[Sunar PBT]

Hija de Nerta (Nerthus)

Hermandad del Rayo

 

Los segundos de cada ayuda que les ofrecía, no solo su madre, sino los poderes que le fueron concedidos a sus hermanos, y las habilidades que ya poseían por ser magos, le dieron ese tiempo suficiente para avanzar a pesar de las grandes zancadas que el gigante daba. Debían alejarse de él, y enseguida.

 

La joven se cansaba de la carrera que el Jotun provocó, simplemente su lado mortal no aguantaba más, de no ser por esa parte mágica, ya hubiese caído rendida a la espera del su final. Sin embargo, uno de sus hermanos los alentaba, no podía ser menos y continuar aunque sintiera que se le escapaba la vida en ello.

 

- Hija mía - escuchó nuevamente la voz de su madre - No dejes que los alcance hasta llegar a su destino final. - y esas palabras asombraron a la chica.

 

De seguir así, y después de destruir el castillo, sería capaz de seguirlos a las afueras, donde sería más peligroso para los habitantes de Ottery. Ellos no sabía, no tenían la culpa de lo que sucedía. Y eso hizo que pensara en las palabras "destino final". ¿De qué le hablaba su madre con ese tono de esperanza? Miró a Elvis.

 

-Ya lo tienes ¿Verdad? - y también quiso que la hija de Sif se diera cuenta que ya poseían una salida, si se le podía llamar así.

 

Volvió a intentar ganar los segundos, como momentos atrás, que le ayudarían a ponerse de acuerdo y evitar más caos.

[Elodia Riddle]

Hija de Heimdall - Hermandad del Rayo

 

La enceguecedora luz precedía una inquietante oscuridad, y a su vez, esta parecía ser el preludio de cada nueva visión. Todo era un ciclo en mi mente, un ciclo eterno de visiones sin sentido, muchas de ellas acerca de mis orígenes y la revelación que los dioses de Asgard le habían hecho a cada uno de sus mestizos hijos; advirtiéndoles sobre el inicio de un caos apocalíptico sin precedentes, caos que sólo pudo ser desatado ante liberación de Loki… todo parecía indicar que las profecías del Ragnarök estaban por cumplirse.

 

- Basta… - Susurré con dificultad tras verme nuevamente inmersa en la oscuridad. No sabía cuánto tiempo llevaba atrapada en mis sueños, sin embargo el agotamiento de aquella incesante vorágine de imágenes amenazaba no sólo mi bienestar físico, sino que además, me estaba orillando al filo de la locura.

 

No podía permitírmelo, no cuando había tanto en riesgo, ni mucho menos ahora que albergaba otra vida en mi interior. Sólo en ese instante me percate que entre mis manos yacía el cuerno de mi padre; el llamado apremiaba pero mis pesadillas parecían no querer liberarme. Sin embargo, aquella no era la única opción, el otro descendiente del Dios podía llevar a cabo tal misión.

 

- Por fin lo has aceptado, hija – La voz grave de aquel ser ahora resonaba fuerte y claro en mis oídos, había dejado de ser el simple eco que acompañaba mis visiones para por mostrarse tal cual era: Heimdall, el guardián de Asgard.

 

Antes que pudiese emitir palabra el cuerno desapareció de mis manos, ante la mirada de Heimdall, quien asintió como si estuviera respondiendo ante una pregunta jamás formulada. Todo lo demás volvió a hacer difuso como al principio de mis visiones.

 

El calor emitido por el llamado de mis hermanos fue lo que me hizo re cobrar la conciencia. Ottery se alzaba entre mis ojos, no obstante sólo mis instintos me guiaron por las calles de aquel pueblo hasta el castillo Lestrange Lupin, el cual estaba siendo destruido por un gigante, un Jotuns liberado por las fuerzas que ahora abrazaban nuestro mundo. Antes de que este me atacara alcé mi varita, haciendo salir chispas doradas de ella, lo suficientemente visibles para que los demás pudiesen visualizar la salida.

Editado 11 de Octubre del 2013 por Elodia Riddle

[Mael Blackfyre]

Hijo de Odín - Hermandad del Rayo.

No pude evitar sonreír ante Gaby. Aquella bruja había hecho sentirme relajado por unos segundos ante sus palabras. Por eso le dirigí una reverencia con la cabeza a modo de saludo intentando por todos los medios volverme a concentrar en lo que nos importaba: El Jotuns. ¿Cómo demonios lo sacaríamos de allí? ¿Cómo haríamos para vencerlo? Estaba seguro que su piel repelería hasta un Avada Kedavra. Teníamos solo la magia que lo afectaba indirectamente, como aquella luz cegadora y podría no volver a resultar.

 

Una explosión resonó en el costado del castillo y vimos que la pared de uno de los laterales de la sala volaba en pedazos. Las piedras que mantenían la estructura bien firme yacían esparcidas por todo el jardín. Los gruñidos del gigante se hacían más fuertes y sus llamaradas ya habían prendido fuego más de tres cuartos del lugar. Miré a Sol, no lo pude evitar. Juntarnos en su hogar había llevado a que se desatara una tragedia. Sabíamos que lo material se podría arreglar pero esperaba que nadie saliera herido.

 

Unos fogonazos más me hicieron girar, para darle la espalda al resto del grupo. No se trataba ni mas ataques del gigante ni nada parecido, sino que alguien había lanzado unas chispas hacia el cielo. Por un momento pensé que los empleados del Ministerio de Magia habían sido notificados por el ataque. ¿Cuan bueno sería aquello? ¿No sería peor si había más personas a los que el Jotuns podría atacar? Pero no había personas en general, sino que una mujer lanzaba chispas hacia arriba mirando el castillo.

 

—Elodia… —murmuré sin poder contenerme. No sabía si lo había pronunciado para que el resto me escuchara. Su figura la reconocía a muchos metros de distancia de donde nos encontrábamos. Me quedé pasmado. Un segundo más y el gigante lograría ver a Elodia y la atacaría—. ¡ELODIA! —grité sin contenerme mientras un escalofrío me recorría la espalda. Ahí si sabía que el resto me había escuchado. ¿Y si el Jotuns me escuchaba? ¿Y si en el peor de los casos veía a mi amiga? No podía dejarla allí sola. Debía acercarla a donde estábamos.

 

Corrí con la varita en la mano aunque estaba inseguro. No era como cuando peleábamos contra los Mortífagos, ya que con éstos funcionaba cualquier ataque. No paré un segundo mientras me acercaba intentando que me viera sin gritar, aunque revoleaba los brazos para que me viera con un gesto alarmado. ¿Elodia había tenido los mismos sueños o visiones que nosotros? ¿Su padre le había advertido sobre el Rangarok y todo lo que iba a suceder? Ahora no importaba. Debíamos ir a un lugar seguro, todos juntos.

[Catherine Moody]

Quedé perpleja al ver que la mujer una de nuestras hermanas se encontraba en esos momentos tirada sobre la grama como si estuviera inconsciente. Recordando lo que me había sucedido con mi padre, corrí hacia ella el poco trecho que restaba e intenté que volviera en sí.

 

-¿Gabyxlllsiby estas bien?

 

Me di cuenta que no estaba inconsciente del todo, tal vez sólo aturdida. Y, para mi sorpresa, fue ella la planteó la solución a la interrogante que había estado haciéndome al recordar que no podíamos destruir a ese gigante a la ligera. De reojo, noté que Sunar también se aproximaba, así que dejé de preocuparme tanto. Elvis se unió a la comitiva. Y, ciertamente, teníamos que llevarlo a alguna parte o haría añicos el hogar de Sol. Al parecer, por lo que decía Sunar, Elvis ya tenía algo en mente.

 

El bosque se hallaba medianamente tranquilo, así que había sido un buen espacio para reunirse; tenía la sensación de que Sunar tenía algo que ver con ello, directa o indirectamente, así que se lo agradecía. La mano empezaba a escocerme por culpa de la falta de una varita, pero traté de tranquilizarme, pensando en que probablemente la tendría pronto, una nueva. Mientras tanto, el jotun ya había destrozado la zona lateral de la casa; me sentía mal por Sol, pues aunque la ayudáramos aquello causaría una pésima impresión, quizá, en sus familiares. Aun andaba en esos pensamientos mirando de rato en rato a Surt, cuando noté que los ojos de mis compañeros se desviavan hacia un lado. Al hacer lo mismo, por poco entro en pánico.

 

-Oh demonios -solté con desesperación, al ver lo mismo que Elvis, el chispazo dorado-. Elodia, ella...

 

De pronto, un recuerdo asaltó mi mente. Era uno del día en que había ido a visitarla a la mansión Damilse, en donde había estado compartiendo una tranquila tarde con Zarco. Recordé claramente el ambiente entre familiar y tímido, las tazas para el té, la arcada y... Elodia, en el suelo, desmayada. El unísono latir de dos seres que convergían en su propia persona: Elodia. Y entonces, supe que aquella criatura no iba a matar a una persona sino a dos.

 

-Aléjate, pedazo de...

 

En esos instantes, una figura con cabello como el fuego y pinta de cuadro de Boticelli, apareció junto a ella. Tenía el cuerpo delgado y un traje a un estilo gótico moderno. En la mano izquierda, llevaba una espada con una empuñadura bastante conocida para mí. Esa espada, era Shadow, nuestra espada familiar. Al joven no le detuvo escrúpulo alguno; empujó a Elodia de forma poco amable pero segura hacia atrás y sin mediar palabra o tiempo muerto, clavó la espada hasta la empuñadura en el ojo derecho del gigante.

 

 

Éste chilló de dolor y pude ver claramente como la espada brillaba como si drenara las fuerzas de su portador. En ese instante, crucé miradas con Richard, apenas un par de segundos. Luego, Surt le rompió las piernas de un manotazo y lo lanzó lejos con chillidos de dolor mezclados con sangre azul. Se arrancó la espada de cuajo y gritó enardecido por un cúmulo de llamas ardientes. Por suerte, Elvis ya había llegado hasta Elodia. Surt parecía agitarse con dolorosos espasmos aunque ya no tenía nada por lo qué hacerlo.

 

 

Y entonces, recordé la "maldición" de mi hermano. La que me había confiado. Él, casi un squib, no porque no poseyera magia, sino porque su poder era arruinarla. Y Surt, un gigante repleto de ella, no había podido permanecer indiferente.

 

-Tenemos poco tiempo -indiqué tomando a Gabyxlllsiby de la mano, mirándola con expresión intensa- Gaby, yo no le sirvo, pero es mi hermano y no puedo dejarle a merced de esa bestia. Yo sólo puedo tratar de ayudarlo. Por favor... tu, eres hija de la diosa de la caza, estoy segura de que podrás retener con éxito a Surt. Aunque el jotun es fuerte, tu madre lo es aun más.

 

Estaba segura que ella más que nadie excepto quizá Rose, entendería mis intenciones. Pero tenía que ser cuidadosa. Ni siquiera sabía del todo por qué se lo encargaba a ella, pero alguien tenía que hacerlo y mi intuición rara vez se equivocaba. Por todo ello, corrí utilizando nuevamente el phantom para llegar a recoger a mi hermano y jalarlo metros más allá mientras Elvis se encontraba con Elodia. Sin poder evitarlo, miré en dirección a Rose. De los presentes, era la única que lo conocía y sabía quién era y por qué nos había ayudado.

 

-Eres una imb.écil redomada -rezongó, a la par que un hilillo de sangre brotaba de su boca- 4 costillas, ambos fémur fracturados, quizá un cúbito... -me miró con expresión serena a pesar del dolor-. Esto va a costarte una fortuna hermana -calló unos instantes mordiendo con fuerza la tela de su manga para contener el dolor-; nunca, vuelvas a desaparecerte de esa manera. Nos perdimos una vez y mira el tiempo que pasó. No seas tan ilusa por segunda vez, encima de inmortal.

Editado 11 de Octubre del 2013 por Pandora Stark

[Gabyxlllsiby Rambaldi Tao]

Hija de Sif

 

Solo pude ver la sonrisa de Elvis un segundo mientras me saludaba cuando cambió drásticamente de expresión y dirigiéndose nuevamente hacia la mansión a toda velocidad pues aquella bestia atacaría a Elodia. Sin pensarlo corrimos hacia donde estaba presentándose la batalla intentando alcanzar al mago y ayudar en algo.

 

Faltaba algunos metros para intentar llegar hacia Elvis una figura se abalanzaba hacia aquel monstruo y clavaba una espada en su ojo, dando como consecuencia una profunda hemorragia e ira por parte de la criatura y provocando que aquel joven sufriera un gran golpe. El cuerpo del chico cayó pesadamente mientras Pandora me pedía ayuda y acto seguido corría hacia el muchacho herido.

 

Miré a mi alrededor todavía sin poder comprender del todo. Surt se agitaba y presionando con su mano derecha el ojo lastimado intentando mayor sangrado. Era claro que aquella herida le provocaría malestar y podría terminar su trabajo el joven herido o a los otros. No pensé más y corrí, aprovechando que todavía seguía concentrado en su herida me deslicé y logré tocar uno de sus tobillos para realizar una desaparición.

 

Caí de bruces en alguna extensa pradera rodeada de algunos árboles, me levanté rápidamente y me alejé varios metros del Surt. Pude observar que toda la zona ocular el músculo empezaba a necrosarse y aquella criatura se agitaba cada vez más. Si era la hora de actuar debía ser ya. Recordé a Sif y sus palabras de aquella visión que había tenido minutos atrás, además de todas las enseñanzas que había adquirido a lo largo de mis años. Respiré profundamente para calmarme y buscando en mi cómo detener a esa figura si la magia era inútil.

 

El gran rugido ensordecedor del monstruo fue la primera advertencia que aquella criatura me había visto y faltaba solo pocos segundos para que me atacara. En ese momento extendí mi mano y un gran árbol golpeaba con una intensa fuerza a Surt, cayó y se arrastró varios metros. El suelo se agitó temblando suavemente haciendo que la hierba crezca e inmovilizarlo. Mientras los árboles se preparaban para continuar su ataque.

 

-Ahora es el momento que termine contigo -dije preparada para acabar de una vez con este problema

Editado 11 de Octubre del 2013 por Gabyxlllsiby Rambaldi Tao