☀ ｡.:* Castillo Lestrange *.:｡☀

[Catherine Moody]

OFF: Aquí los saldos, negociados por Sally (ya te tenemos de vuelta sin el nombre alien T__T) y Mía, apoyados en una porción por Zack (?), que yo sólo me encargo de postear xDD. Porque ellos son unos vagos que se aprovechan de mi nobleza (?) v_v

 

Marca Tenebrosa

Ilesos: -

Heridos: -

Muertos: Derek Lúcien

 

Capturados: Mía Black Lestrange, Zack Black Rowle y Gyvraine C. Sullivan.

 

Orden del Fénix

Ilesos: Sally Sigel, Mey Potter Black, Mei Black Delacour, Pandora Stark, Aimé Westrong y Jank Ravenclaw R.

Heridos: -

Muertos: Rose V. Walker

 

Capturados: -

[Mey Potter Black]

Con un suave movimiento de la varita en torno a la capa, esta se arregló al instante en enorme desgarrón provocado por algún movimiento brusco de la bruja. La batalla había terminado ya dejando a su favor un saldo de varios mortífagos que terminarían tras las rejas en la Torre de Abaddon, y otros tantos que estarían fuera de circulación durante un buen rato debido a las heridas provocadas durante la batalla.

 

Efectuando una nueva floritura con su varita mágica, invocó en el firmamento la enorme figura de un fénix hecho íntegramente de fuego mágico. Una clara advertencia a los próximos mortífagos que intentaran capturar a inocentes.

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Cada uno tenía su tarea, y Mey no se limitó a observar, sino que giró sobre sus talones dando media vuelta para largarse de allí cuanto antes. El desolador paisaje reinante luego de una batalla no era algo que quisiera apreciar durante mucho tiempo, y por otro lado, súbitamente cayó en la cuenta de que hacía más de dos días que no dormía. El cansancio se encontraba a punto de derrumbarla, por lo que decidió que un buen descanso en el Número 12 de Grimmauld Place era justamente lo que necesitaba antes de reanudar con sus guardias.

 

-Adiós Delacour... saluda por mi al vago de tu marido.

 

La saludó guiñándole un ojo, pronunciando el apellido de la Demon Hunter en un susurro tal, que solo esta pudiera oírla. Así fue como Mey se encaminó a la salida, no sin antes acordarse de encender el último cigarrillo que le quedaba en su morral. Una vez ubicada en la adoquinada calle del pueblo mágico de Ottery St. Catchpole, Mey desapareció de allí dejando en el aire un humo dulzón y denso, característico de ella.

[Fokker]

Fokker Cygnus

 

Una moto y solo la pista delante de él. La velocidad al máximo y ambos chicos juntos sobre el artefacto muggle. Habían salido juntos del ministerio de magia, luego de haber coincidido ahí para su examen de vuelo. Así que, porque no irse juntos a casa y el lugar escogido era el castillo de su madre. El la había invitado a pasar un momento juntos, y ella había aceptado, no esperaron sus resultados y se fueron. Claro luego de despedirse de su hermano Dylan.

 

Un giro levemente rápido y sintió como ella se sostenía con mas fuerza de sus cintura. Ya casi llegaban, el sendero rodeado de algunos arboles era agradable a la vista, y al fin el edificio hacia su aparición. Se preguntaba si había alguien en casa o tendrían el lugar solo para ellos. De todos modos, el lugar era grande. Cruzaron la verja principal, y luego llegaron a la altura de la entrada. Freno con suavidad y apoyo un pie en el suelo.

 

—Listo señorita, llegamos a casa— dijo sonriente mientras la ayudaba abajar del vehícu.lo. El lo hizo luego y la guió hasta la sala. La ultima vez que estuvieron ahí fue cuando ella lo volvió de su largo viaje, y no tuvieron tiempo para conocer el castillo por dentro. Llegaron a la sala y el la observo sonriente.

 

—Algo para tomar?— pregunto mientras hacia aparecer mágicamente una limonada en la mesa, con la ayuda de su varita. —a menos que apetezcas otra cosa—

 

El amplio salón era muy cómodo para platicar un rato, y mas luego de una tarde practicando vuelo. Le alcanzo un vaso de buena limonada y no se sentó esperando que ella lo hiciera.

 

—Eso esta bien?— pregunto por la herida que le había causado la bludger, Sabia que ella era fuerte pero de todas maneras quería estar seguro que estaba bien. La miro esperando su respuesta, ademas desde que le dio la Snitch no pudo evitar echarle un fugaz vistazo a su pasado.

Editado 27 de Septiembre del 2013 por Fokker

[Helen Evans]

Era un cambio muy agradable después de todo lo que había pasado entre los dos.... entre los tres, pero sentir el aire sobre mi rostro, la sensación de libertad y además estar a su lado, me hacía olvidarme de todo; el giró y yo me apegué más aún a él. La vista se veía hermosa, y daba la bienvenida a aquel castillo, eso me recordó a mi regresó, la primera vez que lo vi luego de tanto tiempo, me sentía feliz.

 

- Gracias - dije aceptando su mano para bajar de la moto

 

Entramos a la gran sala del castillo, la última vez no había tenido oportunidad de verla, mi novio hizo que aparecieran dos vasos de limonada sobre la mesa, sonreí ante su pregunta pues el sabía que aquella era una de mis bebidas favoritas; me senté ya que el no parecía tener intenciones de hacerlo.

 

- Siéntate - dijo bromeando - estás en tu casa

 

Con una sonrisa se sentó a mi lado y preguntó por el estado de mi tobillo, en realidad no me dolía, pues ya estaba curado pero aquello me recordó la snitch que mi novio me había dado; instintivamente saqué la pelota de mi bolsa y se la mostré.

 

- Esta bien, mis episkey son muy eficientes - añadí y luego bromeando puse la snitch sobre la palma de mi mano - ¿Una snitch? Cómo la primera vez que nos conocimos.... solo que sin apuestas esta vez, y... espero que sin plantones también - dije con una sonrisa

[Fokker]

Fokker Cygnus

 

Le sonrió cuando ella le pidió que se sentara. Como siempre estaba algo distraído observándola, pero a la vez estaba recordando aquel día cuando se encontraron de nuevo en el castillo materno.

 

—Claro, solo que ya sabes soy lento para entender algunas cosas— dijo soltando una corta carcajada.

 

Se sentó a lado de ella y luego escucho su respuesta. Claro que sus episkey eran buenos, pero igual quería estar seguro. Ella saco entonces la Snitch que le había dado en el examen de vuelo.

 

—Hace ya tanto tiempo— respondió recordando aquel día, mientras miraba la snitch que ella sostenía en la palma de la mano —apuestas no, pero plantones,... — se quedo viéndola por un rato —pues ya no.

 

Y era el momento de recordar un poco de aquellos días, ya hacia mucho tiempo cuando estaba en tercer año.

 

Despertó en su habitación en Hogwarts, una mañana algo diferente para él, porque seria la primera vez que jugara un partido de quidditch y lo mas sorprendente era que iba a ser el buscador del equipo. No había podido dormir bien toda la noche y se puede decir que tuvo algunas pesadillas en el transcurso de sus cortos sueños. Así que salio presuroso de la habitación y se fue a la sala común a distraerse, claro que no pudo hacerlo.

 

Las horas pasaron rápidamente y ya pronto estaba en camino al campo de quidditch. Muchos de sus compañeros lo alentaban y otro tanto solo se limitaba a observarlo. Claro que los Sytherins se burlaban de él, como era costumbre, porque la rivalidad de su casa con ellos era muy fuerte. Y suponen bien, Fokker pertenecía a la casa de los leones, pero aquel día su partido seria contra Ravenclaw.

 

Una nimbus 2001 seria su compañera esa mañana de cielo azul. Sus compañeros de equipo le dieron varios consejos de como buscar la Snitch, como evitar que el buscador contrario tomara la snitch, pero Cygnus no tenia cabeza para escucharlos. Su mente estaba en comenzar de una vez el partido y esperaba no decepcionar a nadie.

 

El partido comenzó, las tribunas de gritaron de emoción, pero él no pareció notarlo. Volo libremente por el cielo, y acelero lo mas que pudo. Siempre sentir la velocidad lograba tranquilizarlo, y esa vez no fue la excepción. Al fin se sintió libre de presiones y busco la snitch por todo el lugar. Paso una hora y media de juego y había tenido tres fracasos en capturar la snitch, dos por culpa del buscador de Ravenclaw. El partido estaba parejo, y mucho dependía de quien atrapara la dichosa pelota.

 

Fue cuando volvió a detectar la pelota de nuevo frente a los aros que defendía Gryffindor. Volo raudamente, pero también el recio buscador de Ravenclaw lo hizo. Por lo menos en cuanto a velocidad no tenia ninguna desventaja, ambos tenían una nimbus. Así que mucho dependía de sus habilidades ver quien podría alcanzarla primero. Y Fokker en eso estaba seguro que era mejor, su orgullo saliendo a flote de nuevo y en un mal momento. Demostró que era muy bueno, en vuelo porque pudo librarse fácilmente de su rival y dejarlo atrás con un par de fintas en el aire, pero demoro en capturar la Snitch, solo por lucirse unos segundos, disminuyendo la velocidad a propósito. Justo en el momento que una bludger chocaba contra él, desviándolo de su curso y haciéndole perder la concentración. Todo esto bien aprovechado por el buscador de Ravenclaw quien capturo la pelota y le dio la victoria a su equipo, para decepción de todos.

 

El buscador de Ravenclaw se burlo de él y tuvo el descaro de lanzarle la pelota con u breve comentario —A ver si a la próxima no te confías idi*** — Fokker tomo la snitch con evidente furia, pero consigo mismo. Descendió completamente derrotado y confundido. Como fue posible eso, estaba completamente enojado por ello. No quiso hablar con nadie, no quiso ver a nadie, y si alguien lo encontraba en aquel momento hubiera podido ser golpeado hasta morir (?.

 

Así que no pudo distinguir que una jovencita ataviada con los colores azules, se había acercado a uno de sus compañeros de equipo. Tampoco distinguió que estaba empezando una fuerte pelea entre ellos. Hasta que el grito de su propio compañero, diciendo algo de no pagar nada lo regreso a la realidad.

 

—¿Que pasa aquí?— pregunto interviniendo en aquella discusión, casi por instinto.

[Helen Evans]

- Bueno más te vale que no - dije riendo - no te conviene dejarme plantada nuevamente, la última vez fue muy fácil para ti que te perdonara.

 

Había sido ya hace tanto tiempo, estaba en tercer año y en ese entonces estaba fascinada con un muchacho que llevaba conmigo el curso de Runas Antiguas, era, al menos desde mi punto de vista totalmente errado, un caballero, siempre atento y educado, realmente me deslumbraba, así que cuando me invitó a verlo al juego de quidditch, acepté alegremente. Claro que aclarando que estaría en la tribuna contraría, así que hicimos una apuesta, aquel dia fui a dormir feliz.

 

El día del partido llegó y para cuando salí del gran comedor, me encontraba en medio de una gran masa de gente blanquiazul, yo era un águila orgullosa y aquel muchacho era de Gryffindor, nuestros rivales en aquel partido. El juego comenzó y yo apoyaba y alentaba a mi equipo, pero no podía dejar de admirar su magnífico trabajo como guardián, el partido se alargaba cada vez más, pero gracias a la arrogancia del buscador del otro equipo, los de Ravenclaw podíamos celebrar una victoria.

 

Después de un momento pasé corriendo por la cancha para acercarme a mi amigo y cobrarle la apuesta, pero estaba de tan mal humor, que se negaba a pagarme; al principio traté de entenderlo, pero cada vez se ponía más agresivo y yo me irritaba más así empezó una gran discusión, hasta que alguien intervino.

 

Dirigí mi mirada hacía aquella persona y era el buscador de Gryffindor, lucía bastante molesto, y no era para menos, ya que debido a él perdieron el partido.

 

- Nada que te importe - respondió mi amigo, muy bruscamente

 

- ¿Enserio no me pagarás? - no me importaba el dinero, pero para mi era muy importante la palabra - ¿Es que acaso ningún Gryffindor tiene palabra? - le espeté al buscador, bastante molesta

[Fokker]

Fokker Cygnus

 

—Si muy fácil— respondió a su novia en el presente, tomándose otro sorbo de su bebida. Pero aquello no había sido nada fácil, luego de su pequeño error "involuntario".

 

****

La chica discutía con su compañero de equipo, no podía decir que era su amigo por que aun no habían compartido lo suficiente, y no formaba parte de sus amigos en Gryffindor. Así que no podía decir como iba a ser recibida su intromisión. Y de por si la primera palabra fue de que no se metiera en sus asuntos. Pero el no estaba dispuesto a soportar eso.

 

Pero la chica tampoco se quedaba atrás, y le espeto algo muy claro a él. Y claro no iba a soportar eso de parte de ella, y mas si era del equipo que había ganado.

 

—Pagale de una vez!!!— le dijo a su compañero de equipo con evidente enojo. Por suerte el era mas alto, y estaban en el mismo curso, no fue nada difícil convencerlo. El guardián lo miro evidentemente irritado y se fue al camerino de ellos de donde volvió con unas monedas que entrego a la chica y se fue de ahí murmurando cosas.

 

Para entonces Fokker había retomado el sentido del humor, no era alguien que pudiera estar enojado por mucho tiempo, y ver como se iba su "amigo" lo hizo sentirse mejor. Por lo menos gano en eso. Y fue cuando reparo en ella mas detenidamente, era muy hermosa, pero aparte de eso se le hacia familiar.

 

—Espero que con esto no dudes de la palabra de un gryffindor— dijo para luego agregar casi de inmediato —disculpa nos hemos visto en algún lado antes—

 

Porque sabia que la conocía, pero donde?. Particularmente, aquel muchacho no era afecto de conocer personas fuera de casa en el colegio, por ende no tomaba atención en las clases con los que iban de las otras casas. Paso su mano por la cabellera, una manera de tomar seguridad, aunque muchos viera tal acción como un acto de arrogancia y vanidad, y fue cuando noto que aun sostenía la snitch.

 

Pero también, había algo que pocos conocían. Y era que el joven Cygnus estaba aprendiendo a ser todo un galante con las chicas y no desaprovecho la oportunidad con ella.

 

—Podría hacer algo para desagraviar la imagen de los Gryffindor?— la miro sonriente —tal vez una cita con el mejor buscador del colegio podría ser suficiente para olvidar este mal momento.

 

Y otra vez portándose como un idio,ta, pero pronto aprendería que esa actitud no lo llevaría a ningún lado.

Editado 14 de Octubre del 2013 por Fokker

[Helen Evans]

- Para empezar ni siquiera debí aceptar salir contigo - comenté riendo

****

- Bueno si todos los Gryffindors necesitan presión para pagar sus apuestas, tal vez no haga apuestas con ellos nunca más

Observé al guardián irse murmurando cosas y suspiré tristemente pero no valía la pena perder ni un segundo pensando en él, ni siquiera sintiendo decepción. Fueron las palabras del buscador las que me sacaron de mi pensamiento y fue recién entonces cuando lo observé con mas atención, era alto y guapo eso sumado al gesto de pasar su mano por su cabello lo hacían lucir muy bien; claro que lo conocía, llevaba Artimancia conmigo, si mal no recordaba era Fokker Crowley...o algo así.

- Soy Helen Reyes - me presenté - llevamos juntos aritmancia

¡Su arrogancia era increíble!, así que todo lo que hice fue sonreír y comentar:

- El mejor buscador es el de Ravenclaw porque obviamente te ganó, pero esta bien salgamos para que quede claro que las de Ravenclaw sabemos ser agradecidas cuando nos brindan ayuda - mientras hablaba daba vuelta a las monedas que había recibido como pago - y yo invito quiero deshacerme de este dinero.

Así pasaron los días y no volví a hablar con aquel joven, pero confiaba en su palabra, así que el primer fin de semana que teníamos permiso para salir a Hogsmeade me encaminé hacia las tres escobas como habíamos quedado en el partido. Lo esperé por horas y nunca llegó, aquello me puso de un pésimo humor, por lo menos había logrado gastar aquellas est****as monedas

Editado 30 de Septiembre del 2013 por Helen Reyes

[Sol Lestrange Black]

Siempre me había gustado la terraza de mi habitación desde ella podía apreciar los terrenos del castillo, así como sus alrededores, y un tanto mas allá la calle principal que conducía hacia nosotros. Desde aquel punto podía mirar que entraba y salia del castillo. ahora observaba al pequeño Amin podando uno de los rosales, intentando no acabar con aquellas flores de color rojo sangre que se mantenían en flor de manera "mágica" pese a la evidente llegada del otoño al pueblo.

 

Las copas de los arboles comenzaban a pintarse de tonos amarillos y ocres, mientras algunos otros comenzaban a perder su follaje dándole al jardín un aspecto menos brillante y vivo. Me mantenía acurrucada en aquel sillón con los pies sobre el, con un libro en mi regazo, distraída observando el ir y venir de los elfos. A lo lejos observe a uno de ellos, no lo reconocí, pero parecía nervioso, cuchicheo con otro de los elfos y este de inmediato corrió hacía el interior del castillo. Observé aquella escena con curiosidad, aunque seguramente era algo de su raza, y solo a ellos les importaba. Me encogí de hombros y volví a mi libro, aunque no muy concentrada. Me removí en el sillón, mientras una suave brisa fría me hacía estremecer. acomode mi suéter y alise mis jeans, que no era precisamente el atuendo abrigador, pero no tenía intenciones de salir de mi habitación, así que servirían para pasar el día.

 

Un ronroneo fuerte y profundo, bastante particular y reconocible me hizo definitivamente dejar el libro por la paz, a lo lejos observe la llegada de Fokker, muy bien acompañado, dibuje una sonrisa sincera, la visita de mi hijo siempre era motivo de alegría. Bajé los pies del sillón y me calce las botas negras que estaban a mis pies, desperezándome un poco para bajar a saludar a mi hijo y su acompañante, la cual recordaba de haber conocido en el campamento. Entré en mi habitación, directo a mi tocador, re acomodé mi cabello, retoqué mis labios, y me dispuse a salir.

 

La puerta se abrió de golpe, Haydie temblaba de pies a cabeza, nerviosa y con gesto asustado, sin levantar la cabeza para mirarme. Me detuve de golpe, observando su actitud e intentando interpretarla. Se acerco a mi retorciendo el dobladillo de su pulcra falda a cuadros, mientras sus largas orejas temblaban, lo cual no era una buena señal, después de tantos años, su mutismo me había enseñado que traía malas noticias.

 

- ¿Que pasa?- fue lo único que atiné a preguntar, conocía a mi elfina y algo estaba mal, definitivamente muy mal.

 

- Akra, Haydie tiene malas noticias...- dijo en un murmullo apenas audible que de no haber estado la habitación en completo silencio, tal vez no hubiese alcanzado a escuchar.

 

- Habla de una buena vez que me estas poniendo nerviosa...- reclamé perdiendo la paciencia al notar que era algo realmente grave.

 

- El amo León, Akra...- dijo aun sin levantar la mirada, fija en la blanca alfombra bajo nuestros pies.

 

- ¿Que sucede con León?, Haydie habla de una maldita vez...- Agité las manos ya desesperada por su actitud.

 

- El, el esta mal, llego a su casa apenas, lleno de sangre, esta inconciente, Arthur ha mandado a uno de los elfos del Castillo Crowley a informarme señora y yo imaginé...- se detuvo un segundo levantando sus ojos por fin para clavarlos en los míos.- Que usted debería saberlo...- completó esperando mi reacción.

 

Me quedé en silencio un segundo asimilando sus palabras, sin duda una frase donde la palabra mal y sangre estaban mezcladas, no era un buen augurio. me llevé una mano al pecho intentando serenarme. no sabía que hacer. Hacía tan poco habíamos estado juntos en una hermosa velada. Los recuerdos y sus palabras comenzaron a llegar de golpe, mientras sentía como todo calor abandonaba de golpe mi cuerpo bañándome de miedo y preocupación.

 

- ¿Pero que fue lo que paso?- dije mientras caminaba hacia la cama, dudaba poder mantenerme mas tiempo en pie, mis piernas temblaban.- ¿Quien esta con el?- las preguntas seguían fluyendo buscando alguna que pudiera darme algo de tranquilidad.

 

- Akra, nadie sabe lo que sucedió, solo como llego, perdió mucha sangre, su familia ya fue informada, seguramente estarán ya con el.- Las palabras de Haydie no hacían mas que preocuparme mas, me puse de pie de golpe, mi primer impulso fue ir hacia su casa y cerciorarme por mi misma que si bien estaba mal, aun estaba con vida. Pero ¿Que tenía yo que hacer ahí? "Es tu primo" dijo una vocesita lejana, dentro de mi aturdido cerebro dándome motivos suficientes.

 

​- Dame mi abrigo...- fue lo único que atiné a decir a mi elfina, que corrió a mi armario. Me puse de pie de golpe siguiéndola con la mirada. Volvió segundos después entregándomelo. Me lo puse apenas cociente, tomé mi varita, mi bolso.

 

- El se pondrá bien...- musito Haydie intentando tranquilizarme. Bajé la mirada y le regalé lo mas cercano a una sonrisa. Y acaricié su cabeza.

 

- Gracias por avisarme querida...y si el se pondrá bien...- dije ahogando un sollozo,intentando convencerme a mi misma, mientras levantaba la varita, un halo de luz blanca me envolvía y desaparecía de la habitación rumbo al Castillo de los Crowley....

[Catherine Moody]

Hija de Loki ~ En el claro del bosque perdido

 

Hermandad del Rayo

 

Ella llevaba soñando mucho tiempo. Hacía mucho que no lo hacía y aquel era uno especialmente realista. En él, ella podía verse a sí misma en su cama, con un sudor perlado cubriéndole la frente, mientras se agitaba entre las sábanas tratando de despertar. Cerca, un enorme animal reptaba abriéndose paso hacia ella. Estaba presa, a su merced.

 

–Hija mía –escuchó que le hablaba una estela de color pardo, llevada por el viento como si fuera un poco de ventisca de arena– te necesito. Acude a mí y libérame. He sido apresado por los dioses, quienes me quitaron mi libertad cuando entregué el fuego a los hombres. Ahora, tu eres una bruja además de un ser que ha trascendido a la mortalidad; puedes oírme. Debes liberarme y evitar que perezca en las fauces del monstruo que me acecha. Debes tener piedad de mí y de tu hermano Jormungandr, que ya ha sufrido por demasiado tiempo.

 

En el sueño, la gran sombra reptó cada vez más y más cerca del cuerpo de Pandora mientras esta se agitaba desesperadamente en su cama aun sin despertar. La voz de Loki se desvaneció como un eco junto con la estela de polvo, mientras una nueva, baja y sibilante se dirigía a ella.

 

–Hemos esperado mucho tiempo. Nuestras fuerzas se diluyen, el fin esta cerca. Déjanos disfrutar antes de la llegada del Ragnarok.

 

Antes de despertar, un par de ojos almendrados con unas rajas a modo de iris, quedaron grabados en la mente de Pandora. Era apenas medianoche y sentía que había dormido una eternidad. Y, para empezar, nunca se le había antojado dormir de noche.

 

Salió al patio de su casa y notó que su colgante brillaba. Con suavidad, empezó a entonar una canción en gaélico, que ni siquiera ella misma conocía. La estela de luz creció, alzándose hacia el cielo como si fuera un relámpago; estaba segura de que sería capaz de ser notada a muchos metros de distancia. Los propios miembros de su hermandad, serían capaces de sentir como el collar quemaba en sus cuellos, como si fuera un metal al rojo vivo. Todos, Vrael incluido.

 

La luz, de pronto, se dividió en dos. Una, conducía hacia el bosque de dioses de su casa, por donde avanzó aun con los pies descalzos. Sin embargo, esta terminaba frente a una piedra que no había visto antes, pero que se parecía a la que había visto en… <<Ya veo>> fue todo lo que pensó, antes de desaparecer hacia aquel lugar.

 

El claro donde se habían encontrado por primera vez estaba en calma. No muy lejos, sin embargo, en aquella oportunidad consiguió distinguir una montaña. Sin perder tiempo y antes de que sus compañeros pudiesen descubrir la verdad, se acercó y desapareció en dirección a la cima. En ella, encontró un cuadro que le rompió los nervios. Se trataba de Loki, el mismísimo de la voz de sus sueños, encadenado a la montaña por sendas cadenas. Su dolor era palpable y el eco de sus gritos silenciado por los rayos que caían una y otra vez. De alguna forma, tenía una pésima sensación al respecto. ¿Por qué había acudido intentando adelantarme al resto? ¿Qué era lo que me hacía sentir que estaba haciendo algo mal? Era mi padre, no podía…

 

–Pandora –le pareció escucharle decir, aunque era imposible ya que no podía hablar. Estaba comunicándose con ella directamente a su mente– hija mía… sácame de aquí.

 

Y entonces Pandora lo hizo. Le liberó de las cadenas con su magia y gracias al Phantom aprendido de la Orden Oscura, retuvo el cuerpo de su desfallecido padre justo a tiempo antes de subirlo. Loki sonrió mientras ella tomaba su cuerpo, curiosamente se sentía bastante real, y curaba sus heridas. Loki besó la frente de su hija con ternura antes de incorporarse y entonces los truenos cesaron. El sonido de un único cuerno restalló en el cielo y Pandora perdió la consciencia.

 

Lo que sucedió a continuación, ella lo supo mucho tiempo después. Loki tomó el cuerpo de la hija a la que acababa de noquear y la llevó de vuelta al claro. Con la varita de su hija, quebró la piedra de la hermandad del rayo y, de la base de la misma, surgió la cabeza de Jormungandr. El claro fue levantado por una corriente de agua salada mientras todo se inundaba alrededor, quedando como una solitaria isla. Y los miembros de la hermandad pronto estuvieron allí.

 

Pandora, sin saberlo, había cumplido con el requisito que Loki había estado buscando por tanto tiempo para sacar a su otro hijo del encierro y provocar el ragnarok; no era que hubiera querido disfrutar de su libertad antes de que éste llegara, sino causarlo de una vez por todas. Cuando las corrientes marinas alcanzaran su mundo, todos los seres perecerían pero, por sobre todo, los dioses cumplirían su fatal destino.

 

Sólo sus hijos estaban ahí, pero sus hijos, de ascendencia tan lejana, no podían actuar solos. ¿Qué harían? La inconsciente y desarmada Pandora poco podía hacer al respecto. Y cuando despertara la situación no mejoraría. Loki dio un último beso de despedida a su hija y, con una sonrisa ladeada, desapareció en una voluta de humo gris, llevándose consigo a “Lord” la varita de su hija y los trozos de la piedra de la hermandad, destrozada.

Editado 30 de Septiembre del 2013 por Pandora Stark