☀ ｡.:* Castillo Lestrange *.:｡☀

[Zack Ivashkov]

Al mismo tiempo que Zack envió sus ataques, los dos compañeros que habían asistido al llamado, también enviaron hechizos para neutralizar a Rose. Por ahora la mujer no tendría posibilidad de reaccionar ante tales ataques, con el confundus del ángel caído y de Mía sería suficiente para dejar a la fenixiana fuera de base recibiendo así el impacto del resto de los hechizos. Habían hecho un buen trabajo al dejarla sin movimientos, ahora solo tendrían que esperar la llegada de los fenixianos.

 

El vampiro miró hacia un costado notando que su esfinge tomaba asiento en el suelo, muy cerca de él. Le agradaba poder contar con poderosos hechizos que le permitieran invocar criaturas fuertes que no podrían ser controladas por otros magos ni mucho menos destruidas por terceros. Por ahora, el Expectro seguía teniendo la misma orden de proteger a Zack por cualquiera de los flancos, no importaría donde se encontrara inicialmente, lograría defenderlo.

 

– Los estábamos esperando – Dijo el vampiro en cuanto se percató de la presencia de algunos fenixianos en el lugar. Para su suerte no tendría que preocuparse por defensas mientras la esfinge estuviese presente. Muy animado, elevó su varita pero antes de hacer cualquier cosa cayó bajo una confusión en cuanto se recuperó... Pensó en un episkey para curar sus ojos del strellatus y luego un segundo episkey para erradicar los efectos del strellatus. Su esfinge seguía protegiendole.

[Mei Black Delacour]

Lanzó un bufido de impaciencia. Estaba de mal humor, realmente no deseaba cruzarse con los mortífagos en aquel momento, pero insistían, se la pasaban insistiendo, a veces llegaban a ser molestos de no dejar en paz a la gente. El patronus desapareció luego de darle el mensaje y asesinando con la mirada a su propia varita, la sujetó con fuerza y la movió delante de ella.

 

La luz apareció sobre su rostro, dejándolo cubierto. Haciendo otro movimiento con la varita, hizo aparecer una larga capa que al instante cayó sobre sus hombros. Se colocó la capucha y sin más, estando ya lista con su pantalón de jeans ajustado, su camisola y las zapatillas, desapareció para ir al castillo Lestrange Lupin, dispuesta a ayudar a su compañera y de paso, deshacerse de un molesto par de mortífagos.

 

En cuanto llegó a los límites de los terrenos, comenzó a caminar aún más rápido, ingresó y se dirigió hasta llegar adonde Rose y todos los mortífagos se hallaban, colocándose a una distancia no mayor a siete metros de todos ellos. A su vez, estuvo a una distancia de no más de cinco metros de sus compañeros de bando.

 

–Hora de sacar la basura – murmuró para ella con un evidente dejo de molestia.

[Catherine Moody]

Me molestaba sobremanera no poder usar mi corpus, pero no me quedaba de otra.

 

-Silencius -dije con claridad, haciendo que el fuego negro de Mía no saliese.

 

-Aqueora

 

El agua me envolvió esta vez, cubriéndome de los ataques sorpresa de ellos. Claro esta, que lo de sorpresa era una forma de hablar. Estaría protegida contra diversas naturalezas de ataques mientras aquella masa me cubriera. Para variar, empezó además, protegiéndome del fuego maldito de Mía.

 

-Morphos

 

En un pestañeo, las pulseras que adornaban mi muñeca se transformaron en un bezoar, que cogí al vuelo, ya que de otro modo hubiera ido a parar al suelo; con rapidez, metí la piedra de tamaño regular en mi bolsillo. Aquello me serviría en caso de que quisieran silenciarme y matarme por envenenamiento, estrategia que utilizaban en ambos bandos por igual demasiado seguido para mi gusto. Estaría perfecto ya que sólo tendría que tragármelo si eso pasaba.

[Mey Potter Black]

Otras de las Mansiones que Mey jamás había visitado era la Lestrange Lupin. Luego de recibir el patronus pidiendo ayuda de uno de los miembros de la Orden del Fénix, la joven desapareció casi al instante del oscuro callejón donde hacía su guardia aquella tarde, para aparecer luego frente al dicho castillo. Llevaba puesto un largo vestido de lana negra que combinaba a la perfección con sus botas de taco alto.

 

Varios de sus compañeros ya se encontraban allí, entre ellos Mei, una de las pocas fenixianas a la que Mey podía reconocer pese a la máscara de luz que cubría su rostro. Avanzando hacia la mujer la saludó con inusitada cortesía. Conocía desde la Academia a aquella Demon Hunter, y si bien no eran grandes amigas, le caía mucho mejor que su marido, Héctor.

 

-¿Alguien que conozca?

 

Inquirió separando el cigarrillo de sus labios por un momento. Sin esperar respuesta ingresó a la residencia por la entrada principal, haciendo ondear su capa de viaje negra al viento. Hacía tiempo que no tenía una verdadera batalla (el último intento de secuestro no contaba como tal, puesto que sus captores habían salido corriendo), y aquella podía ser una buena oportunidad para entrenar nuevamente.

[Gyvraine C. Sullivan]

- Anular strellatus - dijo de inmediato la mortífaga viendo a través de una ventana como es que Anael que no había entrado a la mansión. Eso bastaría para que la varita de la líder fenixiana vibrara en señal de que no podría hacer más ese hechizo a lo largo del tiempo que estuvieran ahí - Odio las luces - dijo Gyvraine encogiéndose de hombros.

 

- Anular aqueora - murmuró aun mirando a Anael, sabiendo que la varita de la fenixiana volvería a dar señal de que no podría hacer ese hechizo que tanto le molestaba a la mago oscuro. A pesar de que la líder se encontrara, incluso, fuera de la mansión al saber la Malfoy su posición ambos hechizos harían efecto, pues no necesitaba tenerla frente a frente.

 

De un momento a otro los fenixianos comenzarían a llegar en manada, o mejor dicho, en parvada y tendrían que defenderse lo mejor posible.

[Jank Dayne]

Esa noche, el local donde se hospedaba había decidido cerrar sus puertas antes de la medianoche. Como si se tratara del hechizo de cenicienta. Pero de cierta forma, las bailarinas necesitaban descanso y no estaría allí hasta que recuperaran sus energías. Después de todo, estaba allí por una misión y debía cumplirla con pelos y señales. Y para cuando el patronum de Sally alumbró la noche con su voz de niñata, ya se hallaba en Ottery, buscando cómo extinguir las pocas fuerzas que aguardaba.

 

Estuvo unos veinte segundos detallando los límites del castillo Lestrange Lupin. No podía dejar escapar una esquina de una edificación que jamás había pisado. Atravesó la escalinata de entrada y se quedó de pie en la puerta, sin entrar. La puerta permanecía parcialmente cerrada y si otro compañero o enemigo deseaba entrar, le pasaría por un lado. Sin pena ni gloria arrojó los zapatos al césped y destapó a Libra de su escondite.

 

El hogar de Sol sería decorado con sangre esa noche.

[Aimé.]

-Volveré pronto, te lo prometo.- le dijo a Gía quien con una mueca de disgusto le dejo claro que la acompañaría. Aimé solo bufó y le pidió que permaneciera lejos, donde no la miraran pues era peligroso que supieran de ella. La criatura aún no parecía convencida, pero a sabiendas que no cambiaría a Aimé de parecer aceptó. Apenas esa mañana su dueña le había platicado de su estado y seguía terca de poner no solo su vida si no la de un inocente en peligro, pero a esa mujer nadie la hacía entrar en razón.

 

Pasó su varita por el rostro y la luz la iluminó casi al instante, aunque dejaba ver sus labios rojos, era su nuevo toque personal. Cabellos recogido, túnica puesta y botas que resonaban en el crujir de las hojas por las calles de Ottery, el otoño ya comenzaba a notarse y en pocos días ya no habría un solo verdor en las copas de los árboles. Cuando llegó al Castillo Lestrange Lupin se adentró hasta llegar a donde Rose. Permanecería a 7 metros exactos de cada mortifago y justo a sus espaldas, a un angulo que ellos no esperaban.

[Derek Lúcien]

—Detritus —murmuró haciendo que una fina capa gaseosa se colocará alrededor de su cuerpo, la cual se adhirió a él como si se tratara de una segunda piel. Estaba tan pegada a él, que cualquier cosa que sea creado dentro sería expulsado sin darle tiempo a tocar la piel del castaño. La capa cubriría al castaño de cualquiera ataque tipo rayo o invocación que sea mandando en su dirección. No podía darse el lujo de morir en aquellas circunstancias, estaría más que preparado para lo que venga y era mejor mantenerse alerta ante cualquier peligro. Su hechizo salió justo antes del Strellatus de Pandora.

 

Pero en ese momento sus ojos quedaron cegados y levantó la varita en dirección a sus ojos para pensar en un Episkey con lo que el escozor que le había provocado Pandora cesó, pero no del todo ya que aun necesitaba otro, pero gracias al detritus que había realizado previamente, el rayo sectusempra fue bloqueado y nunca llegó a impactar en el cuerpo del Atkins. Pero observó aun con la mirada mal, que más fenixianos estaban entrando, y era mejor apurarse para no caer en las garras de los malechones, tenía los segundos contados.

[Mei Black Delacour]

Un momento, un instante en el que su mirada se cruzó con el de la Potter Black y comprendió lo que a continuación haría, por lo que de inmediato pensó en una buena estrategia para poder coordinarse con la Demon Hunter.

 

–Ardius – susurró, haciendo que el hechizo ya surgiera efecto, haciendo que adquiriera una velocidad inimaginable – Tripio Sectumsempra – bramó ahora, haciendo que de su varita salieran tres rayos, los cuales se dirigieron a los pechos de Mía, Derek y Zack respectivamente. De reojo, la Delacour observó la esfinge que Zack había invocado, la cual se hallaba exactamente a su derecha.

 

–Strellatus – bramó ahora, logrando que una cegadora luz saliera de su varita y cegara por completo a Zack, Derek, Gyvraine y Mía, por lo que deberían efectuarse curaciones en sus ojos si querían recuperar la vista y lograr apuntar correctamente a algo.

 

Confundus pensó por último, haciendo que Zack cayera en un estado de confusión tal que no podría efectuar ningún movimiento y debería de esperar para poder recuperarse del todo y que su mente volviera a la normalidad.

[Mia Black Lestrange]

—Episkey—pensó con tranquilidad apuntando a sus ojos, logrando que en esos momentos el flasheo de la luz que había tenido por parte de Pandora quedará parcialmente curada, de ese modo podía ver todo lo que acontecía a su alrededor, sin embargo, tenía que hacer algo más en esos momentos puesto que aún veía un poco borroso loq ue le podía traer un poco de problemas, por lo que sin siquiera pensarlo, volvió a levantar su varita mágica en dirección a sus ojos —episkey—pensó por segunda ocasión, logrando que la ceguera se terminara por completo, de ese modo quedó completamente curada, sin embargo, tenía dudas de si un sectusempra de Pandora, le había dado o no(? por lo que para cubrirse por completo soltó —episkey[]/b]—apuntando a su pecho, curando las heridas por cualquier cosa, aunque estas no existieran y así quedó ilesa.