☀ ｡.:* Castillo Lestrange *.:｡☀

[León Crowley]

Las peculiares lamparas que adornaban el lugar se habían robado la atención de León que dejaba que su imaginación volara con la decoración del lugar y el amplio contraste que generaba el lúgubre castillo con la alegría del jardín. No recordaba haber estado en alguna oportunidad al interior de la imponente estructura. No conocía mucho de los gustos de Sol, en cuanto a decoración se trataba, pero no dudaba que estaría a la altura del apellido e su familia. En todo caso, conocía a alguien que con seguridad si lo sabría.

 

—Buenas noches— El inconfundible timbre de voz de la matriarca cortó de raíz los pensamientos de León—. ¿Nos conocemos?

 

Consciente de que al momento de si quiera acercarse reconocería el aroma de colonia y vodka, el pelinegro había guardado en la botella un poco de Whisky y cambiado su habitual colonia. No quería ser reconocido a la primera impresión y poder dar un poco de largas al juego que había planteado al escuchar a Haydie decirle a Arthur que la Lestrange asistiría sola a la fiesta. León se acercó un poco a la ojimiel y tomándola de la muñeca se inclinó un poco doblando su rodilla derecha para besar el dorso de la mano nívea de Sol.

 

—Puede ser madamme. Sin embargo, el objetivo del antifaz es pretender que no nos conocemos —apuntó colocándose de pie tras recorrer discretamente las tonificadas piernas con la mirada—. Pretender que no hay un pasado y brindar al destino la posibilidad de empezar desde ceros.

 

Al ponerse de pie, León quedaba un poco más alto que su interlocutora. Si bien los tacones le hacían ganar un poco de estatura, el brazo del joven podía pasar sin problemas por encima del hombro de ella. Lo pensó seriamente, pero si dadas las circunstancias del juego era un completamente nuevo encuentro, sería bastante inadecuado tal confianza. Se posó a su lado y dobló el codo a la altura de sus costillas, invitando a la hermosa mujer a tomarlo de gancho.

 

—¿Me brindaría usted el honor de invitarla un trago? —Indagó a Sol quien dejaba ver cierto desmán de picardia reflejado en los ojos miel bajo el antifaz—. Aunque realidad no es invitarla por que de seguro usted pagó todo esto, así que la expresión adecuada sería que me acompañara por un trago.

Editado 3 de Septiembre del 2013 por León Corvinus Crowley

[Sol Lestrange Black]

Era prácticamente imposible no reconocerle, y mucho menos cuando escuche su voz, sonreí de medio lado dejándolo actuar, me gustaba la forma en que siempre las cosas con el eran diferentes.

 

Jamas se sabía lo que se podía esperar. Besó mi mano como todo el caballero que era, y galante me ofreció que entrasemos en la carpa para disfrutar de un trago, recordándome que yo había pagado aquel poco austero evento. Sonreí divertida y feliz de que hubiera llegado a salvarme del aburrimiento, me tomé de su fuerte brazo agradecida.

 

- Se puede pagar por todo esto sin problema, pero tan grata compañía no tiene precio...- admití mientras caminábamos de vuelta a la fiesta donde cada vez mas gente se reunía en torno a la festejada, que parecía estar algo ausente.

 

Entramos tomados del brazo, caminando directamente hacia la barra, donde múltiples opciones de bebidas esperaban por ser probadas, mi primera opción de la noche había sido una dulce margarita, quizás debería aventurarme por algo mas fuerte.

 

- Usted debe ser todo un experto en bebidas...- dije acercándome a su oído para hacerme escuchar por encima de la música.- Así que dejaré que usted decida por mi en esta ocasión...- me senté en uno de los bancos altos que estaban en la barra, tomándome mi tiempo para cruzar la pierna con coquetería, sin dejar de mirar como aquel caballero no perdía detalle.- Y bien que va a ofrecerme...- pregunté acariciándome el lóbulo de la oreja izquierda, gesto muy mío cuando estaba nerviosa.

Editado 5 de Septiembre del 2013 por Sol Lestrange Black R

[Rose V.Walker]

Para su completo asombro, y vergüenza al mismo tiempo, el hombre se dirigió hacia ella. La nívea realmente se sintió nerviosa al ver al hombre venir hasta donde estaba ella, tomar un nuevo canapés que recibió casi a regañadientes viendo como su mano se levantaba en contra de su voluntad para recibirlo y, ver al hombre limpiar el desastre que ella había provocado.

La nívea asintió ante la pregunta acerca de su nombre, escuchando a continuación que aquel desconocido era su nuevo abuelo. Como era costumbre la chica le dedico una rápida reverencia.

 

-Disculpa por lo del panquecito.- habló con las mejillas completamente enrojecidas.- Es un gusto...eh..eh.. si puedes llamarme Rose. Eres mi abuelo eso te da todo el derecho. -Concluyó dándole una corta sonrisa.

El hombre la había sorprendido con esa noticia, antes había escuchado historias de su heroico abuelo Elvis, concluyendo que se trataba de el; por lo que deseaba conocerlo al igual que a muchas otros miembros de su familia, pero no pensó que aquella fiesta diera la oportunidad y mucho menos hacer el ridículo frente a su persona.

 

El hombre tomó otro canapés, esta vez para el y se lo metió de un solo bocado a la boca. Esto le produjo gracia a Rose que sonrío al ver el gesto de Elvis, pero ahí no terminó. El hombre con la boca aun llena del pastelillo le sonrió a la nívea haciendo que partículas del bizcocho volaran hacia el suelo.

Rose no pudo contener mas la risa, viendo al castaño como un niño limpiarse de su camisa, no sabia si lo había hecho por que esa era su personalidad o solo quería complacerla pero siguiendo con el juego, metió su dedo en la fuente de chocolate y luego lo llevo hacia la nariz del hombre dejandole una pequeña mancha de chocolate sobre la punta de la misma.

Editado 4 de Septiembre del 2013 por Rose V.Walker

[Mael Blackfyre]

Acompañé a Rose en las carcajadas cuando decidió poner un poco de chocolate en mi nariz. Era una gesto típico de toda pequeña bruja, aunque de verdad me sorprendió un poco que ya pudiéramos relacionarnos de ésa manera. Sabía que era pura inercia, que lo hacía para aliviar la presión que llevaba, pero pronto podía dejar de sentirlo como un peso y llamarlo como debía: Familia. Era una lastima que Kris no estuviera allí para hacernos de intermediario, para comentar ciertos datos de ambas partes y así nos pudiéramos conocer mejor.

 

Fue más fuerte que yo y no pude contenerme. Ella solamente pensaría que había tardado más que un segundo en pestañar, algo normal para la gente, apenas perceptible, pero ya me había adentrado en su cabeza viendo imágenes totalmente fuera del mundo al que conocía. Veía cosas que estaba seguro que ni pertenecían al país donde estábamos en ése momento. Me sorprendió que hubiera tanta información desconocida y desfasada para el poco tiempo que había vivido Rose. Lo único que se me hacía conocido era el Ministerio.

 

—¿Quiere que busque algo para tomar? ¿Jugo de calabaza? ¿Cerveza de mantequilla? —le señalé la mesa que teníamos a unos pasos. Tomé una servilleta mientras me limpiaba el chocolate que casi olvidaba que me había manchado pero con una sonrisa. No quería que la ofendiera, sino que tal vez me pasaría el resto de la velada con la mancha en la nariz. Volví a tomar unos canapés pero esta vez comiendo como debía, le ofrecí a Rose mientras le preguntaba: — ¿Qué me cuentas, Rose? ¿Por qué tu padre no te ha llevado aún a la Gryffindor? ¿A dónde estás viviendo ahora?

 

Confiaría en la información que me daría la bruja. Dentro de su cabeza, había visto una época que no correspondía a la actual, lo que me daba a entender, aunque me hacía recorrer escalofríos en la espalda, es que Rose era más que una humana. Pero eso no sería un obstácul.o para mí. Me serví una copa de jugo de calabaza mientras los demás invitados se acercaban unos a otros para conversar entre ellos. Había perdido de vista a Sol y Kytta aún estaba rodeada de algunas personas.

[Marabella Rambaldi G.]

No sabía cuánto tiempo me había ausentado de la fiesta, esperaba que no muchos se hubieran dado cuenta, el hecho de ser demonio y vampira a la vez traía sus desventajas y una era el deseo de beber sangre en los momentos menos indicados, camine entre los invitados tratando de concentrarme en la fiesta , ya estaba todo en orden , habían llegado las personas que más quería a mi fiesta aunque igual faltaban algunos a quienes deseaba ver .

Camine entre la gente , le sonríe a Ania quien estaba tomando un trago junto a Irina , luego vi a mi abuelo Elvis ,a quien le sonreí mientras me acercaba a él con un trago en la mano, intente ponerme al corriente en la conversación que llevaba con Rose , que por lo visto era mi prima sanguínea y ella no sabía que Elvis era parte de la familia Gryffindor , mientras escuchaba la conversación la elfa de mi abuela se acercó algo apenada.

 

- ¿Qué pasa Haydie?- la mire intrigada .

 

- Ama kyttara , disculpe usted a Haydie , Haydie debió venir mucho antes a avisar de un invitado que la espera en la puerta principal, Haydie se distrajo con otro invitado que solicitó a mi ama sol – dijo la pequeña elfina apenada por el error.

 

- ¿ Quién es Haydie?, ¿Quién es aquel invitado que no entro directamente?.- dije mas intrigada aun .

 

- Se anunció con el nombre Adolph ama – susurro la elfina .

 

 

Al escuchar su nombre , me puse nerviosa ,<<¿ por qué no entraría enseguida? ,¿ por qué me llamo a la puerta?>> , miles de pensamientos se me vinieron a la cabeza.

 

- Gracias Haydie- ya puedes ir a atender a los invitados yo me encargo – le dije mientras mire a mi abuelo y a Rose .

 

- Me disculpan un momento debo atender un asunto – les dije y me encamine hacia la entrada .

 

Mientras caminaba a la entrada los nervios eras más notorios, no quería cometer ningún error , todo estaba saliendo a ala perfección y el hecho de que el llegara me complicaba un poco , pero él era mi invitado , mi pareja , al que le molestara pues mi modo tendría que aguantarlo .

 

Al llegar a la puerta lo vi de inmediato, estaba perfecto como siempre , tan elegante , tan indefenso a la vez , el hecho de que sea humano más me atraía y más peligroso era a la vez . me pare junto a él y le sonreí.

 

- Hola , me necesitabas – dije algo misteriosa .

[Adolph Eisenheim]

Mientras el tiempo transcurría, cada tortuoso y lento movimiento que daban las manecillas del reloj, miraba el jardín y lo que podía ver del castillo, el tiempo parecía haberse detenido, los segundos parecían horas y a esto sumaba la demora de la llegada de Kytta, a mi mente llegó una angustiosa idea de que tal vez no quería verme, pero eran los nervios, solo esperaba que esté tan ansiosa como yo de sentir el calor de sus brazos y la tibieza de sus labios, no quería mas que ello.

 

De pronto mientras miraba el jardín aquella voz me traspasó el alma, aquel sonido angelical, dulce, melodioso, una sinfonía perfecta de sonidos, todo ello trasformado en palabras; tratando de que no se diera cuenta del gran impacto que su presencia tenía en mi, no me gustaba mostrar mi debilidad, giré despacio, con una sonrisa en los labios, di un par de pasos hacia ella y con todo el atrevimiento del mundo tome su mano llevándola a mis labios regalándome un beso en ella. No sabía como algo tan frío como el mármol podía producir tanto calor en mi.

 

- ¿¿Necesitarte??....- le dije simulando un falso asombro...- creo que desde que te conocí no he necesitado otra cosa mas que tu...-me acerque un poco mas y le dí un delicado beso en los labios.

 

Llevé mis manos al bolsillo de mi chaqueta sin dejar de ver sus ojos, quería perderme en ellos, tomé una caja de terciopelo negro donde tenía el PRESENTE para mi novia.

 

- Ha estado en mi familia durante siglos, creo que no se verá mejor en ningún lado mas que contigo...- Acaricie su mejilla de porcelana y tomé su mano...-Feliz cumpleaños mi amor...-

[León Crowley]

—Madame, la noche apenas comienza. Para atribuirme tales halagos, no me conoce lo suficiente... creo —murmuró cerca de su oído derecho cuando la música los envolvió por completo al ingresar en la carpa.

 

Para agrado de León, pocos invitados desviaron su atención cuando entró la pareja tomada de gancho al lugar y los que lo hicieron dejaron pasar el momento como nada más que eso. Algunas parejas coordinaban sus movimientos en un delicado y estilizado baile marcado por el compás de los músicos que tocaban al fondo de la carpa. Al costado izquierdo, una desolada zona de bebidas esperaba por la pareja que se acercó sin prisa alguna hasta la barra donde un aburrido bartender aguardaba. La suave y delicada voz de la Lestrange se filtro en el ruido y llegó como un leve susurro al oído de León.

 

—Muy bien, entonces decido yo —susurró volviendo inmediatamente la mirada al bartender.

 

—Un Tequila Sunrise para la señorita y un Gimlet puro para mi. Y que sea rápido

 

Mientras preparaban las bebidas, se dio media vuelta y reposó su espalda contra el mesón de la barra, lo cual imitó su compañera. El movimiento inclinado de su cuerpo hacía que su falda se levantara un poco, dejando ver un poco más de sus piernas. Los ojos de un desprevenido invitado que pasaba frente a Sol, fueron inevitablemente desviados hacia los tonificados muslos, lo que le acarreó un golpe disimulado de la mujer que caminaba con él lo que sacó una sonrisa de los labios de León. Cuando este se disponía a halagar a la matriarca, el bartender interrumpió.

 

—Señor, sus tragos. El Gimlet con Vodka Congelado de Asgard, como siempre. —había cierto tono de complicidad en la voz del hombre. León volteó de inmediato la mirada hacia el joven, al cual reconoció de inmediato. Un antiguo trabajador de cierta taberna tenebrosa.

 

—Gracias —contestó el pelinegro un tanto intrigado tomando una vaso con cada mano. Se volvió hacia Sol y le entregó el Sunrise. Parecía no haber notado nada.

 

—Señorita —susurró en su oído—, un Tequila Sunrise para usted. Espero le guste.

[Sol Lestrange Black]

El camarero paso las bebidas poniendo demasiada atención, en el "desconocido", aquello no me sorprendió demasiado, sabía de sus asiduas visitas a bares, por lo cual lo deje pasar sin mucha atención. Tomé la bebida que el moreno me ofrecía y le regale una sonrisa cómplice, no era muy asidua a las bebidas, pero el tequila era algo que realmente disfrutaba y podía ser peligroso a veces. Me acomode el antifaz, antes de dar un pequeño sorbo a mi vaso, el cual me regalo un delicioso y dulce sabor que lleno mis sentidos.

 

- Tiene muy buen gusto- admití mientras el hacia lo propio con su bebida. - Que tal si comenzamos a hablarnos de tu, que de pronto el "usted" me hace sentir mayor...- dije tomando un poco mas de mi bebida- Ahora roto el hielo, cuéntame ¿Conoces a Kytta? Quiero imaginar que es a ella a quien vienes a ver, dudo tener tanta suerte...

 

Me distraje unos segundos viendo a la gente, la fiesta parecia tener buen éxito, aquello me hacia sentir contenta, hacia tanto tiempo que no había actividad que parecía haber sido cosa del pasado. El traer el Castillo de nuevo a la vida, me hacia sentir igualmente viva.

 

Volví a sonreír con coquetería a mi compañero, mordiéndome los labios, el juego del misterio siempre era divertido, fingir demencia. Ciertamente le conocía, pero recapitulando nuestra historia, el poco tiempo que habíamos convivido no habíamos hablado demasiado. Una pequeña risa escapo de mis labios, haciendo que Corvinus me mirase con curiosidad por lo que comente:

 

- Dicen que el que solo se ríe de sus travesuras se acuerda...- me encogí de hombros - y mas si son travesuras compartidas y agradables ¿Quieres que nos quedemos aquí? o ¿Vamos a sentarnos?- pregunté incorporándome un poco y ofreciéndole mi mano.- No dejaré pasar esta noche sin conocer mucho mas de este misterioso y guapo caballero...

Editado 6 de Septiembre del 2013 por Sol Lestrange Black R

[Lestat Rambaldi]

Era la hora perfecta para hacer algo diferente, y que mejor que ir al a fiesta de su pequeña ahijadita para felicitarla.

 

El Myrddin, con un movimiento de su varita, colocó su traje azul con blanco con la de un príncipe y una capa de ribetes dorados que hacían juego con su cabello ondulado que caía hacia sus hombros.

Luego de perfumar su esbelta figura, tomó la varita de la cama, la guardo en su compartimiento secreto bajo las mangas de la túnica, lista para cualquier eventualidad y salió directo hacia las afueras de su castillo para desaparecer.

 

En solo un segundo, apareció en los jardines de la familia Lestrange lupin, el viento de la noche hacia que sus bucles volaran al este y la luna en lo alto reflejaba la belleza del vampiro anglosajón, que con pasos lentos caminó...

 

En su puño, serrado llevaba una cajita pequeña escondida, aquel obsequio que de seguro le gustaría a su ahijadita Kytta. lestat miró al rededor y mas allá divisó un tropel de gente de seguro allá era la fiesta...

 

—Buenaaas—

 

Dijo alegremente con su voz de ultratumba.

Editado 6 de Septiembre del 2013 por Lestat Rambaldi

[Near]

Aparecí en las afueras del castillo Lestrange lupin con mi máscara ya colocoada, protegiendo mi identidad de la vista de los allí presentes. Me acompañaba radamantis en aquella ocasión, había presiondo mi varita contra el tatuaje de la marca tenebrosa para alertar a un par de compañeros mas y me había adentrado en el lugar hasta la localización de lestat.

 

Fuentes fidedignas nos habían informado de su relación estrecha con la orden del fénix y aquella era nuestra oportunidad para capturarlo de una vez.

 

Mi varita de ébano ya relucía entre mis dedos mientras avanzaba por el lugar cubierto de una túnica negra detela muy fina y sin calzado. Mis pasos no hacían ruido y los de radamantys tambien permanecían en sigilo. Pronto llegams hasta donde se encontraba lestat y nos decidimos a atacar:

 

- Es tu hora, mortal... - solté con tranquilidad y me dispuse a apuntarle al muchacho.

 

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OFF

 

Captura de Lestat.

 

Participantes:

Blackimse

Radamantys

Near