Tienda P.B. de Material Escolar (MM)

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¡Brrrr....!

 

Gruñí. Claro que gruñí. Conocía las maneras de Hayame y sabía que estaba utilizándome y que la respuesta correcta era el gruñido tan característico mío. Sin embargo, me sentía satisfecha, tras hacerlo como debía, al ver que Haya sabía como calmar mi malhumor. Esto siempre era un especie de tira-y-afloja que siempre nos dedicábamos cuando tardábamos mucho en volver a vernos, que solía ocurrir a menudo aunque nunca había tardado tantos años en volver. Así que hoy no aflojaría tan rápido. Me acerqué un poco más, haciendo un ademán con la mano para que dejara aquella bandeja encima del mostrador.

 

-- ¿Tardas tres años en volver y sólo me traes una cafetera mágica? Seguro que el café sabe malo. -- Dioses, como me gustaba mostrar su disgusto con ella y sus desapariciones. -- Pero tomaré una tacita contigo.

 

Mi despotismo hablando desapareció al instante al contemplarla de nuevo. Aceleré el paso hacia ella y le tomé la bandeja de las manos.

 

-- ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas descansar? En la trastienda está Matt y tenemos un sofá. Y mil pociones para ofrecerte, si me dices qué te pasa.

 

Bueno, eso ella ya lo sabía. Eso no había cambiado nada desde que se había ido.

[Hayame Snape Potter Black]

Le volvió a sonreír

-Pasa.... que me quede atorada allá arriba...

Distraídamente señaló el cielo sobre sus cabezas, sin fijarse que de hecho se trataba del techo... ella solo se encontraba en un estado de sopor y somnolencia que de buena gana se hubiera acostado sobre su hermana y se le hubiera acurrucado cual cachorro entre los brazos

-Oye... es verdad... -de repente parecía que la vida había llegado a sus ojos rojos -tú sabes que está pasando cerca del Ministerio?

Frunció el ceño como si el sueño se hubiera ido de una patada

-Dos sujetos me exigieron pasaporte... PASAPORTE!!... yo nací inglesa aunque mi otro hogar esté en Rumania... bueno, vale, nací en Rumania pero mis padres eran ingleses y recibí mi ciudadanía de Inglaterra y sus alrededores... pero pedirme pasaporte!!... y además... oye, qué pasa que las escobas se apelotonan ahi?

Se rascó la cabeza por un lado y cerró los ojos

-Un tarado casi me tumba de la mia y luego un par me dijeron que yo no tenía licencia y no se que pavadas más... fué indignante!

Añadió hinchando el pecho

[Ashley Peverell]

Ashley colocó las manos sobre el cristal de aquel negocio de forma que se asomaba haciendo sobra entre estas intentando ver el interior con mayor claridad aunque se suponía que por el vidrio era imposible que no pudiera hacerlo, no era como si tuviera polarizado como otras casas que solían existir aunque sabía que la vampiro tenía la suya de la Snape con uno mágico que impedía a la gente rara asomarse al interior.

Ahora se preguntaba si su hermana en verdad la consideraba parte del árbol aunque según le había dicho que ya estaba añadida o seguía considerandola una rara que solamente se dedicaba en su vida a meterse y a volverla loca cuando podía.

Bueno sí, había un poquito de eso último también pero por que consideraba muy divertido el seguirla por todos lados y ver su expresión en cuanto se aparecía en su camino.

¡Le debía las gracias enteras!

-Vino a una tienda de material escolar... es sospechoso

Musitó entornando los ojos y mordiéndose la punta de la lengua al tiempo que apuntaba todo en su pequeña libretita.

[Hayame Snape Potter Black]

La pelirroja viró sus ojos con un aire de sospecha, como si sintiese que algo no estaba del todo bien alrededor de aquella zona y no era el hecho de que su hermana le reclamase su ausencia de tres años, que bien ganado se tenía el regaño y no había nada que pudiese decir o hacer para defenderse...

Pero aún así el escalofrío de sentirse espiada casi que hasta cuando iba al baño le hizo sacudirse rápidamente el hombro, pensando en un raro mal de ojo que la perseguía

-Y justo en estos momentos en los que no llevo un botecito de sal conmigo al menos...

Masculló haciendo un gesto con la nariz para después voltearse a ver a la payasita de cabellos púrpura que seguía sin verse muy satisfecha con los gritos que había pegado apenas hacía unos momentos

-Hablo en serio... me fuí porque ya me veían como carne de cañón por aca, ya sabes... era el amor número 1 de muchas personas- levantó la mirada con una sonrisa que pretendía de ser divertida- aunque quizá eso explica también por que me hicieron sacar documentos... según esto para hoy tenían que estar pero adivina quien pasa esta noche sin su pasaporte!!

Agitó su brazo hacia un lado, como en ese poster de You Can Do It pero de lado

-Estas gentes y sus burocracias...

[Hecate Engosvezhof]

Por supuesto iba a comprar más material. Desde la útima vez que había estado ahí dentro (?), seguro que habían pasado un montón de cosas. Necesitaba varias plumas y un montón de pergaminos nuevos. Me aparecí delante de la entrada del Caldero Chorreante. No me apetecía para nada, tener que hablar con Tom. Últimamente estaba bastante cotilla (o chismoso xD) y no me apetecía para nada, contarle mi vida. Até el pelo en una cola de caballo alta. Era ya, bastante de noche, así que, dudaba que la tienda estuviera abierta a esas horas. Pero era urgente sobre todo, porque en casa, tenía pendiente varias pociones. No estaba cociéndose pero sí necesitaba...

 

Atavidada con un traje, pantalón chaqueta, camiseta y botas de piel de dragón me había vestido lo suficientemente rápido para ver si estaba el local abierto a esas horas. Seguro que recibiría una recriminación por parte o de Sagitas o de Matt. Algo completamente comprensible. Noté varios aromas conocidos. Levanté una ceja. Sorprendida como estaba. Bueno, uno de ellos me indicaba que, Sagitas aún permanecía en el interior... El segundo, era de Hayame... ¡mi tía!

 

Entré titubeante...

 

- Em, ¿hola? -pregunté, dudosa, porque no me sorprendería nada, que me echaran de allá a base de hechizos - venía a comprar algo urgente... enseguida acabo, lo prometo, ¿está abierto? -vi a las dos (espero no equivocarme de zona xD) una de ellas parecía malhumorada la otra, no podía decirlo porque estaba detrás de ella. Palmeé mis bolsillos y suspiré aliviada al notar que tenía el morral de cuero y por supuesto, mi varita de álamo.

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro de cabellos de fuego suspiró con algo de alivio al notar como alguien más entraba a la tienda, eso podía decirse que le permitía a su persona poder pasar de largo las iras de su hermana de cabellos violetas que seguramente estaría a punto de crucificarla por toda la ausencia que había tenido hasta ese día.

Vamos, que tres años no son cuento corto a decir la verdad

Pero elo no evitó que sonriese un poco más al darse cuenta de quién era la que entraba al negocio, pensando que al menos (o eso esperaba) Sagitas no fuera a cortarle la cabeza habiendo una nueva testigo presente

-Heliké!!

Saludó alzando una mano como si no fuera ya bastante evidente que de esa manera se estaba dejando ver

-Cómo va todo?... que gusto que te pases por aquí, justamente le decía a Sagi que deberíamos de poner unas luces de neón para que más personas entren a la tienda a llevarselo todo, que no falta mucho para que llegue la época de escolares y todas las mamás estarán con las compras de pánico... tú que opinas? -inquirió diciendo todo tan rápido que era increíble que pudiese hilar todas las palabras a la vez

[Hecate Engosvezhof]

- ¡Hayame! -saludé con alegría a la mujer - por todos los demonios del infierno -solté una carcajada- parece que nos encontramos en todos lados, ¿que no? - le dije con una mirada risueña- Sagis, sé que quieres matarnos a las dos por hacer compras intempestivas, pero sabía o quizá intuía que éste era el único lugar abierto a éstas horas y necesito útiles de escritura - bufé- ando preparando pociones en casa - le dije ahora a Hayame, indicándole el motivo de mi presencia allá.

 

- Y justo cuando se me acabó el último trozo, me encontré con que no tenía nada- negué con la cabeza- hasta la tinta... y aquí las venden de muy buena calidad. Las otras parece que se despeguen del pergamino en cuánto escribo con la pluma -comenté.

 

Escuché lo último que dijo y sonreí.

 

- Va todo bien, por suerte - asentí con la cabeza- ¿tú crees que sería eso útil? No sé, no sé... yo creo que el negocio va bien así cómo está. Claro que, llamaría la atención, por supuesto -lancé una carcajada- pero sería demasiado hostentoso, para mi gusto aunque eso no está dentro de mí decidirlo.

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame dejó escapar una buena risa

-Pero si las cosas ostentosas son las mejores! -exclamó alzando un poco los brazos- todo el mundo voltea a verte y se quiere quedar con tus cosas y eso implica... dueloooooos!!

Repentinamente apretó un puño tembloroso cerca de su pecho y sus ojos soltaron fuego al tiempo de que sus dientes se volvían colmillos al completo y sonreía macabramente

-Te imaginas lo emocionante que sería una lucha encarnizada a muerte, solo por quedarse con los materiales que hayas comprado aquí?- dijo- además le harías buena publicidad a esta tienda y todo mundo querría venir a quedarse con esas cosas también!! una lluvia de galeones para el negocio BWAHAHAHAHA!!

Volvió a reír para luego, suspirar y cerrar los ojos tranquila y con una mano descansando en la cadera

-Pero solo es una idea -abrió un ojo y observó de lado a su sobrina- estoy retomando mis viejos hábitos ahora que regresé, ya sabes: andarme en toda parte que sepa que podré pillar a Sagitas y picarla un poco -sonrió y sacó un poco la lengua- esas viejas costumbres y travesuras siempre han sido las mejores de todas

Asintió

[Sagitas E. Potter Blue]

Sé cuando algo anda mal y la cara de mi hermana era de puro enfado. Si antes me había preocupado por ella por su furia al hablar de cierto trámite burocrático en el Ministerio.

 

-- ¿Pasa… porte…?

 

Aún no entendía bien de qué hablaba cuando me preguntó sobre unas escobas, un accidente y unas licencias…

 

-- ¿Esco… qué…? ¿Pero estás bien?

 

No podía cogerla de las manos porque las tenía ocupadas con una bandeja de plata y el café. Si hubieran sido mías, lo hubiera hecho pero eran de la tienda y, por desgracia, hacía tiempo que ya no me pertenecía. Capaz que Matt me hacía pagar la vajilla si se la abollaba. Vi moverse algo en el escaparate, como si alguien hiciera sombra pero no le di importancia. Lo que pasaba en la calle se quedaba en la calle, siempre que no entrara y sonara la campanita, con lo que pasaría a ser problema nuestro.

 

-- ¿Te encuentras bien o no? – Hayame también miraba por encima de su hombro y decía algo de sal, aunque allá se vendían libros, no saleros.

 

Bueno, esto último sí que lo había entendido.

 

-- Sí, lo sé, eres el amor de mucha gente pero… Lo del pasaporte debe de ser un error… ¿Inglesa dices? Seguro que los Guarlos cometieron algún error con tu ficha civil. Si me dejas un minuto, tengo… hum… esto… influencias entre ellos. Voy a ver si me entero de algo.

 

¿Le había dicho que yo era guarlo? Entonces, la campanilla sonó y sonreí para atender al cliente, hasta que vi que era Heliké, mi “querida” sobrinilla.

 

-- ¡Demonios! Voy a hacerte la gestión – dije, sin saludarla siquiera. Después de ver sus glúteos no tenía ganas de dirigirle la palabra. – Tú siéntate y no te hables con gente extraña.

 

Caminé hacia el interior mascullando las palabras de Hayame quien le dirigía a Helike un saludo muy cordial, demasiado cordial para mi gusto. Les oía hablar desde dentro y bufaba. Hum… Como aquella jovenzuela le dijera a mi hermana alguna cosa mala de mí… ¡la mataba! Era vampiro… ¡Le cortaría la cabeza! Aunque Matt andaba por allá, tal vez me lo impediría… Bufé y mi mal humor se disparó. Tragué saliva y salí al mostrador.

 

-- Te dije que te sentaras, tienes mala cara. – Ceja enarcada y rictus de mala leche dirigida a mi sobrina. -- ¿Y tú qué quieres? ¿Es que no hay más tiendas para comprar en todo Diagon? Vete que aquí no atendemos a gente de tu calaña.

 

Después suavicé el rostro (no mucho) y me dirigí hacia mi hermanita.

 

-- A ver, hay un error en tu ficha aunque ellos dicen que es tuyo. Has puesto que eres rumana. Creo que te has confundido; tu expediente pone de tu mano y letra que eres rumana y no inglesa, por eso necesitas visado, no pasaporte. Creo que debieras haber puesto que tenías la doble nacionalidad, anglorumana. Por eso te han paralizado la expedición del pasaporte en el día de ayer, a pesar que lo tienen preparado para la actualización de tus datos.

 

Hice un gesto ambiguo con la cabeza. ¡Cómo se enterase que había sido yo personalmente quien había parado su expediente por ese error en él…! ¡Seguro que me mataba! Pero es que no se podían aprobar ciertos errores administrativos.

 

-- Esos Guarlos son pejigueros con la burocracia, -- voz más baja -- ¿verdad? – movimiento de dos dedos en torno del cuello como si la blusa me apretara demasiado. – Pero vamos, que no te preocupes, aunque no tengas el pasaporte o el visado, no te deportaremos… Digo, deportarán. Ellos. Sí… Hem… ¿nos tomamos el café?

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame alzó una ceja ante las palabras de su hermana, se le quedó observando largo... y finalmente, dejó salir un pequeño suspiro.

-Oh... si, claro, yo puse eso

Frunció el ceño para después, encogerse de hombros con suavidad y un gesto mucho más tranquilo del que había tenido anteriormente como si la irritación inicial o cualquier incomodidad que hubiera haber podido sentir por lo de su trámite, se hubiese esfumado.

-A veces lo olvido- comentó con suavidad viendo a su hermana para después, sonreír- eso explica porqué apenas crucé a este lado la gente me ha atascado pidiéndome mis papeles y que el pasaporte y que documentos... creí que simplemente colocando mi otra nacionalidad, ya estaría registrado

Cerró los ojos y se hizo hacia atrás para recargarse en el mostrador y descansar apaciblemente

-Supongo que no iba a ser tan fácil... ya mandaré a mi elfo a arreglar algo y si no, que vengan aca y me lleven- bostezó- así teng transporte gratis y ya llevada pues termino de hacer el papeleo

Dejó escapar una pequeña risa floja, nuevamente le estaba entrando el sueño y es que aunque le hubiera gustado, tampoco tenía muchísimo tiempo de haber estado ahí de vuelta en casa