Tienda P.B. de Material Escolar (MM)

[Hecate Engosvezhof]

-¿Estás bien? -pregunté a Jessie- te estaba hablando yo, prima, el elfo no ha dicho nada -la miró confundida sin saber a lo que se refería.

 

-Te decía que había venido a ayudar a tu hermano, porque me apetecía, nada más -y me encogí de hombros. Con un movimiento de mi varita hice que otra caja se vaciase y ésta se colocase encima de la mesa.

 

En esos momentos se apareció un elfo al que desconocía en absoluto:

 

-Hola pequeño -respondí con dulzura al doméstico- pues, nos vendrás bien Raizor -lo llamó por su nombre, recordando las palabras del elfo.

 

-Hay varios libros nuevos que hay que colocar -en esos momentos, otros magos entraron en la tienda, transportando cajas con objetos, que ponían "frágil". Las colocaron en el suelo y estampé mi rúbrica en el documento para decir que habían sido entregados.

 

-Espero que no te importe Matt -le comenté y en ésta ocasión me dirigí a mi prima.

 

-Bueno, ¿necesitas algo más prima? -pregunté, esperando a que respondiese.

[Jessie Black Lestrange]

-Perdón Heli, disculpa a la atolondrada de tu prima, creo que las locuras de familia son contagiosas así que disculparas a esta loca prima tuya.

 

Me encogí de hombros restandole un poco de importancia; me perdí entre las estanterías cuando llego el elfo de Sunar, me preguntaba si mi sobriniwis estaría por ahí, hacía mucho que no veía al pequeño renacuajo, Dioses del olimpo, era tía Abuela y hasta ahora lo comprendía, era tía abuela, abuela.

 

-Pues si Heli... se me apetece tomar aquel café que menciono mi madre hace rato, juro que me caeré en cualquier momento.

 

Voltee a ver a Mat esperando ver que decía el chico, algo siempre pasaba cuando él se quedaba callado, algo malo y extraño, algo oscuro y tenebroso o algo sumamente espantoso. No quería estar mucho tiempo ahí, pero la verdad me gustaba estar con mi familia. Sonreí a mi hermano y abrace a Heliké.

 

-¿Trajeron animales nuevos? Asegúrate que sus jaulas estén bien cerradas porque la ultima vez unos monos con alas se salieron de sus jaulas y no fue nada lindo.

[Xell Vladimir Potter Black]

- ¿Unos monos con alas? - interrumpí sin pensar la conversación entre mis primas. - ¡Qué lindos! ¿Puedo comprarme uno?

 

Seguro que mi mami Reena no me dejaría tener un mono volador, pues nuestra mascota, la Quimera de la Vladimir, también volaba y podían montar mucho jolgorio. Pero yo soy terca y me gustan los animales que vuelan.

 

- ¿Dónde están esos monos, primas? Me compré un dragón pero no me dejan tenerlo en casa y tengo que ir a la Reserva para verlo. Seguro que un monito sí que me dejarían. Los del Ministerio son unos tiquismikis,

 

Eso me recordaba que tenía que ir a la Reserva a verle, porque me habia ido 3 meses fuera y no había ido a ver como estaba mi dulce dragoncillo. Sonreí, feliz de verlas, pero me di cuenta que me había vuelto a meter enmedio de una conversación ajena.

 

- Ay, lo siento... ¿Os interrumpí? Sólo venía a comprar un tintero de plata para un regalo. Pero espero si estáis ocupadas...

 

Me agarré las manos y las puse por delante, esperando a que me atendieran cuando pudieran.

[Hecate Engosvezhof]

Correspondí al abrazo de mi prima Jessie. Luego, mencionó algo de unos animales, la miré confundida:

 

-¿Qué dices? -pregunté, sorprendida- Jessie, ésto es una tienda de libros, no de animales -negué con la cabeza, sonriente. Quizá si le hacía falta tomar ese café, porque las cosas que decía, no eran muy normales.

 

En esos momentos fuimos interrumpidas por mi prima Xell, mi cara se me iluminó:

 

-¡¡Prima!! -le dije a modo de bienvenida, con una sonrisa en mi cara- no hagas caso de tu prima Jessie, aquí no hay animales, aquí sólo se venden útiles escolares -parecía que también se había confundido de tienda.

 

-Para nada prima Xell, solamente estábamos charlando, yo he venido a ayudar a Matt, a colocar todo para el nuevo año escolar. Tranquila, yo puedo atenderte. ¿Tintero de plata? -Cuestioné- te saldrá un ojo de la cara. Menudo regalo, ¿para quién es? -quise saber- no se hacen esos tipos de regalos a cualquiera -le dije con una sonrisa.

[Hayame Snape Potter Black]

Clases

Se suponía que ella iba a inscribirse a ciertas clases pero no había tenido ni la oportunidad ni el dinero. Ahora le faltaba ver cuando comenzarían aquellas que necesitaria y le interesaban y por supuesto, ponerse a las compras de una forma u otra; sin embargo aparte del aroma a nuevo de lo que se encontraba en los estantes había algo mas que la entusiasmaba y la preocupaba pero de ello solo podría encargarse en cuanto las noticias le llegasen

 

Por el momento, solo debía de concentrarse en revisar tener la lista de utiles lista

 

Se detuvo unos segundos en la puerta del negocio antes de abrirla, recordando como la ultima vez se la había pasado escondida como pino navideño entre un monton de tarjetas mientras Herpo pensaba que se trataba de algun tipo de bicho maligno y por poco no la convierte en trocitos de algo ya que se le había lanzado encima

Aquel pensamiento la había hecho reir para si misma

[Sagitas E. Potter Blue]

Jessie es una hija adorable, pero debería saber que pocas cosas me puede esconder, aunque quiera. Así, le contesté que sí, que se le notaba el cansancio, que tendría que descansar más. Le tendí el café pero a la vez llegó una elfina con un montón de productos del local.

 

-- ¿Pero a dónde vas con todo eso? Si te digo que estás cansada no es para que cargues con él. Un elfo de la tienda te lo llevará a donde tú quieras, cielo. ¿Que lo lleve a la Potter Black o prefieres que te lo acerque a tu oficina en Santo...? en San Mungo.

 

No me gustaba decir en voz alta que consideraba que su trabajo en San Mungo era peor pagado y exigía mucho de ella, cosa que no sucedería si estuviera en nuestra clínica. ¿Por qué no podía trabajar en la clínica privada? Ay, la independencia familiar... Tenía que acatar que ella tomaba sus propias decisiones, aunque a mí no me gustara.

 

Heliké me quitó de mis pensamientos al comenzar a gritar que era profesora.

 

-- Puff, sobrina, no es para tanto. Yo también lo soy y no armo tanto revuelo...

 

Aún así, estaba orgullosa, muy orgullosa. Mi familia estaba ascendiendo en el rango social del pueblo. Ser profesora de la Academia era algo que no todos conseguían. Pero no soy dada a decir que me gustan las cosas. Ya,lo sé, soy algo maleducada, pero así me querían.

 

Iba a decir que no le cobrara a Jessie, pero sabía que ella no dejaría que le diera gratis lo que había comprado. Así que me mordí los labios y forcé la sonrisa cuando la vi pagar. Me di cuenta que los elfos y las niñas se habían mezclado en la conversación y fruncí el ceño.

 

-- ¿Tú aún sigues con la tontería de ser la novia de Matt? Hum...

 

Me crucé de brazos y miré hacia uno de los elfos, Raizor, de mi sobrina Sunar. No quería empezar otra pelea, pues cada vez que salía este tema llegábamos hasta a cruzar las manos. Pelearnos con las varitas, quería decir y, la verdad, siendo profesora de Artes Oscuras era algo a cuestionarse. Mejor la miraba feo y dejaba la varita quieta. Por si acaso...

 

-- ¿Qué...? Pero Jessie, si te puse el café encima del mostrador. ¿Es que no lo viste? Ya estará frío. Dile a un elfo que te lo caliente o que te traiga otro. En verdad se te nota cansada, ¿por qué no vas directamente a la PB a dormir?

 

Anda, la que faltaba. Xell entró y empezó a bromear con Jessie y con Heliké. Les dejé hablar un par de minutos y después me metí en medio.

 

-- Mientras compras tu tintero de plata, yo creo que deberíamos dejar que Jessie se fuera a descansar. No es cuestión que se nos desmaye de golpe por estar agotada...

 

Y miré a las tres. Ay de la que se atreviera a decirme que no, Jessie necesitaba una cama y silencio, ya me encargaría yo de eso. Aspiré un aroma y me giré, buscando de donde venía. Si no me equivocaba, aquel olor siempre iba a acompañada de mi hermana Hayame. ¿Es que estaría cerca?

[Hayame Snape Potter Black]

No necesitaba de detenerse demasiado tiempo, por lo que ver las estanterías a lo tonto ya no le iba en absoluto

Además no sentía la presencia de ese elfo gruñón que siempre parecía querer defender a la loca de su hermana aunque no hbuiera peligro, por lo que después de ver los alrededores con gesto de sospecha pensando que tal vez esta vez la atacaría a base de paraguazos o lo que tuviese cerca, suspiró con alivio y se buscó en los bolsillos una nueva hoja de pergamino

Pero esta vez, con algunas cosas que pensaba que le serían utiles en cuanto entrara al curso de la Academia que deseaba para comenzar a recuperar sus poderes

Quedarse sin estos después de todo lo que había trabajado para conseguirlos no era algo que la dejase en una situación cómoda pero al menos, podría entretenerse ya que nunca había pisado la Academia

-A ver si no me sale mas caro lo que se supone barato- rió para si misma antes de detenerse a observar unas tarjetas de felicitación por graduaciones

[Jessie Black Lestrange]

-Mejo a la casa mami, no estoy tan cansada... solo un poco... pero no lo suficiente para caerme créeme

 

Reía por todo, la reacción de Heliké cuando mamá armo jaleo porque era profesora en la academia, la forma en que mamá renegaba aun porque Heliké y mi hermano eran pareja y por lo olvidadiza que había sido al no ver el café en el mostrador. Me encogí de hombros y me sonroje un poco, mamá seguía igual de protectora conmigo y eso... aunque era lindo, me hacía sentir una niña pequeña.

 

-Mamá en serio, cuando sale el señor sol ya no puedo dormir, el bobo de Apolo es un... algún día haré que el sol se ponga oscuro y así podre dormir todo el día pero con luz me es imposible dormir.

 

Estaba furiosa con eso, nunca había podido dormir cuando el sol se asomaba en las mañanas, mal salía y me alumbraba el rostro, aunque fuera un poco y yo despertaba cual gallina en la mañana, pero igual mal se ocultaba y yo ya tenía que estar dormida, hice una mueca de frustración y fruncí el ceño un tanto molesta.

 

-Heliké pregunta a mamá, de recién abrimos el local estaba lleno de polvo, polillas y termitas, animales revoloteaban por todos lados, los duendecillos de cornuales escaparon y también esos monos voladores que te digo, ademas unas pociones crecedoras cayeron sobre unas plantas que trajo mamá y esto parecía una jungla. Cuando me fui de viaje estaban por llegar unos sapos mugidores, sabrá Merlín si ya los habrán traído, yo creo que si, me sorprende, si dices que ayudas a Matt con la tienda, que no conozcas el área de animales.

 

Voltee a ver a Xell divertida, ya me gustaría acompañarla a conocer a su Dragon, de seguro era una monada comparado con Drago que era gruñon y no me quería mas que como aperitivo. Solté un suspiro y la abrace con cariño.

 

-¿Qué tal si vamos a la sección de animales? Mami anda di que nos dejas ir, prometo que andaré tranquilita y no tocare nada. Pero no me mandes a dormir, hace eones que no veo a mis primas, solo quiero pasar un rato con ellas.

 

Hice pucheros a mi madre imitando a Itilion, poniendo los ojos caídos y carita tierna. Aunque estaba cansada esperaba que con eso ganara una batalla, al menos una contra mi madre.

 

-Xell, no creo que tía Renna te deje llevarte un mono volador.

 

Voltee a ver a mi prima de largos caireles dorados y sonreí divertida, me acerque a Heliké y le susurré al oído.

 

-Y tú, deja de picar a mi madre con Matt, que un día de esto no estaré en medio para detener sus peleas monumentales y ambas terminaran muy mal paradas, por cierto... date de santos que Itilion no se ha enterado, Matt es su hermano favorito y odia a todas las chicas que se le acercan, mira como se puso con Vladimir, ahí sabrás tu si te quieres meter con el mini Potter.

 

Reí entre dientes y luego observé como mamá volteaba olfateando el aire, se parecía tanto a Fenrir que no solté la carcajada frente a ella solo por respeto, me lleve las manos a la boca ahogando la risa y fingiendo que me daba un acceso de tos descomunal.

[Hayame Snape Potter Black]

La joven de largos cabellos pelirrojos tomó un par de tarjetas y comenzó a observarlas con un aire pensativo, dejando que los recuerdos de sus días escolares volviesen a ella, entre las risas de los mas pequeños, los gritos y voces de antiguos compañeros de travesuras y siempre las miradas y sonrisas de todas esas chicas que eran completamente especiales y asombrosas para ella... realmente eran tesoros de su pasado que se negaba a soltar

Volvió a colocar aquello en su estante para luego, pasar a observar las plumas que había a disposición

No estaba segura de si en artes oscuras y ese tipo de estudios le permitiesen ingresar con una pluma arcoiris pero al menos hasta que no recuperara algunas de sus mascotas, no podría proveerse de plumas mas personalizadas.

Decían que las plumas de aguila eran buenas pero a ella no le parecían atractivas y las de los fenix además eran demasiado vistozas para su gusto

Tal vez si encontraba plumas de cuerno esas fuesen mas interesantes al menos, corresponderían con lo que se suponía que iba a ingresar para estudiar y para volver a su vieja gloria si es que podía recuperarla

[Hecate Engosvezhof]

-Tu madre tiene razón -le dije a Jessie, pero como no tenía ni idea de que elfos había en la tienda. Tendría que preguntarle a Matt.

 

Le lancé una mala mirada a mi tía, e intentando ser amable, le respondí:

 

-Pero imagino que tú también estarías contenta en su momento, cuando recibiste la notificación...

 

-Sí, aunque no te guste -le respondí a Sagitas, que al parecer seguía sin hacerle gracia la idea.

 

No sabía que Jessie estuviese tan cansada, con delicadeza le respondí:

 

-Sí, se te nota que andas cansada, ese trabajo tuyo, un día acabará contigo -fruncí el ceño, menos mal que había escogido la opción ministerial para trabajar, los sanadores y San Mungo no es que me gustase, y eso que trabajaba en una clínica privada, pero eso era diferente.

 

-Hadle caso a tu madre, yo te enviaré las cosas mediante un elfo -le dije con una sonrisa.

 

Pero al parecer insistía en que no estaba cansada, aunque en su rostro se le notaba demasiado.

 

-Pues no sabía que aquí vendían también animales -dije, haciendo notar mi ignorancia respecto al negocio en el que estábamos. Mientras tanto, un aroma familiar llegó a mí y miré a la entrada, era mi tía Hayame.

 

-¡Hola tía Hayame! -respondí con una gran sonrisa- ¿qué puedo ofrecerte? -preguntó, pero al parecer Jessie seguía en sus trece con respecto a Matt:

 

-Mira prima Jessie, creo que tu hermano es mayorcito para saber lo que quiere ¿no crees? -le respondí- además quien se cabrea es tu madre, no yo