Tienda P.B. de Material Escolar (MM)

[Sunar PBT]

Raizor, elfo doméstico de Sunar

 

Después de asegurarse que la ama Sunar se fue con los demás, y querer saber qué acontecía en la trastienda, el viejo elfo a medio camino escuchó un susurro que según él, provenía de los pisos superiores. A pesar que los amos hablaban, fue bastante raro porque no estuvo seguro que alguien pudiera haberse metido a la tienda mientras él se hallaba arriba y los amos en la trastienda. Existía la posibilidad, pero no quiso alarmarlos.

 

Raizor, tratando de no parecer aprehensivo por el escalofrío que sintió, fue subió las escaleras. Allí solo algunas cajas le evitaron pasar más adelante. En los estantes reposaban frascos de ingredientes, en otros más utensilios.

 

Pero nuevamente escuchó esa voz que procedía de otra parte. Estando allí ya no parecía de arriba, más bien de abajo.

 

- Ahora me volveré loco - se dijo mirando a unas bandejas de metal.

[Xell Vladimir Potter Black]

Para cuando terminé de vendar la quemadura del brazo de Matt, éste ya parecía recuperado, como si no le doliera, o le doliera menos. Él me dio las gracias y yo me sonrojé.

 

- No hay que darlas, primo...

 

En realidad, había sido orden de Sagitas, y a la tía hay que obedecerla cuando se pone mandona porque casi siempre es que tiene un plan y hay que seguirlo. No entendía nada de lo sucedido y todo lo que yo pudiera decir eran especulaciones, así que mejor me quedaba callada. Aún así, mi cabecita le daba vueltas a todo lo sucedido y a lo que Matt decía ahora.

 

- Sí, pedía ayuda, eso yo también lo sentí.

 

Miré mi pecho; por mucha ayuda que pidiera, bien podía haber tocado en otro sitio. A ver que le decía ahora a John si él se daba cuenta que tenía una quemadura en forma de mano encima de una... del pecho...

 

- Yo no olí a nada, aunque... ¿Viste su cara? No me dio tiempo de fijarme, me fijé más en la mano. Tenía las uñas manicuradas y un anillo masculino de oro blanco en el dedo corazón. Me fijé en ello porque su mano fue la que me tocó y ... la vi...

[Sunar PBT]

Raizor, elfo doméstico de Sunar

 

Algunas sombras pasaron muy rápido por en medio de las bandejas. Giró pensando que la alguna ave tapó la luz de los faroles de la calle, pero no vio nada fuera de la común. Volvió a su lugar, observando de nuevo, pero no vio nada.

 

- Esto no va bien - comentó para sí evitando pensar que algo, o alguien rondaba la tienda.

 

¿Tendría el conocimiento los dueños qué eso pasaba allí? Si no era así, una manera de evitar que se introdujera entidades no deseadas a la tienda. Pondría en peligro la integridad de los objetos, si algún espíritu lograba apoderarse de un utensilio de ese local, podría ser una verdadera tragedia. Vender algo poseído no era nada bueno para el negocio.

 

Bajó hasta poder ir a la trastienda. Carraspeó.

 

- Amos, tenemos problemas - continuó cuando los ojos de ellos se fijaron en el elfo - He visto sombras rondando el primer piso, y segundo. - agregó esperando que ellos supiera a qué se refería.

[Sagitas E. Potter Blue]

Sabía que había visto esa imagen alguna vez. ¿Dónde? No lo recordaba, pero era un lugar en el que ya había paseado. Pero ahora lo importante era Matt, su quemadura no era grave pero sí amplia y dolorosa. Aunque Matt se hiciera el fuerte, entendía de quemaduras, así que no iba a permitir que no se curara.

 

Menos mal que Xell me había hecho caso y le estaba curando a pesar de sus protestas. Me giré al espejo. Era un espejo normal y corriente en aquel momento.

 

-- La laca no durará mucho, habría que pensar en un sello energético para impedir que salga nada.

 

Pero al igual que la lógica y la precaución me imponía esas palabras, mi mente me decía que aquella persona necesitaba ayuda y que encerrarla no era la solución.

 

-- ¿Humo?

 

No lo había notado. En realidad, la salida de la mano me había pillado de sorpresa. Yo me había fijado más en lo que se veía por el espejo. Aún así olisqueé el aire. Aquí estaba bien, no se olía nada. Xell tampoco había olido nada. Tal vez Matt había percibido el olor al tener la mano tan cerca.

 

-- No me gusta. Esas sensaciones de aroma, tacto, visuales... muy marcado todo para ser normal... ¿Te fijaste como era el anillo? -- le pregunté a Xell.

 

Pero no tuvo tiempo de contestar porque entró un elfo diciendo que había sombras fuera. En otro momento me hubiera reído de su miedo, pero ahora...

 

-- ¡Por favor, por favor! No les dejes llevarme -- gritó de repente una cara, quemada en un lateral, de un hombre joven, pegada al espejo.

 

Me mordí el labio.

 

-- Xell, te quedas aquí. Intenta buscarte ropa en mi taquilla, que vas algo descocada (se le había abierto un poco la capa y mostraba más piel de la deseada).

 

Sólo yo me preocupaba por la decencia en estas circunstancias.

 

-- Impide que nadie entre. Eres sacerdotisa, podrás con espíritus. Y si es cuerpo, un Desmaius con la varita. Confío en ti. Matt y yo fuera, a ver qué sombras son esas y si podemos repelerlas. Vamos...

 

Y salimos fuera de la trastienda para ver con nuestros propios ojos lo que pasaba.

 

 

 

OFF.-

 

Saco a Xell de la escena porque está presa en la cárcel. Cuando venga, podrá seguir desde aquí.

[Eledhwen]

Eledhwen decidió acudir a la Tienda P.B. de su prima Sagitas. Había estado allí hacía un tiempo, encargando unos pergaminos y sobres, pero por circunstancias varias (XD), se había tenido que ausentar, sin llevarse el pedido.

 

No sabía si guardarían el encargo, o debería realizar otro. Aún así, pagaría los dos, que ella no quería que su prima perdiese dinero por su culpa.

 

Entró en el establecimiento, y saludó:

 

- Buenos días.

 

Esperó a que algún elfo acudiese a atenderla. Si fuese el mismo que la atendió la otra vez, sería estupendo.

[Matt Blackner]

La quemadura no era grave, pero tampoco era agradable, la piel me ardía, quemaba y dolía al mover los dedos. Pero aquella poción de Sagitas que me ponía Xell, además de oler bien, era bastante agradable, e refrescó la zona y no tardó en aliviarla.

 

Pero Sagis estaba preocupada claro, como todos. Aquella película de laca no aguantaría eternamente, y de sellos yo entendía, podía intentar algo que lo frenase o que permaneciese con fuerza hasta encontrar respuestas.

 

- Si, yo...su cara estaba bien, pero la mano estaba quemada y olía a humo, como si algo se quemase.

 

Tal vez lo había olido poruqe su mano estaba tan cerca, o poruqe me estaba tocando.

 

Pero no hubo tiempo para mucho más. El elfo de Sunar entraba asustado, corriendo y gritando, había osmbras paseádose por el local y eso no era nada bueno desde luego. Sagitas tomó el mando y no dudó en mandarnos tareas, Xell se mantendría allí por si el epejo reaccionaba otra vez o algo aparecía, y nosotros íbamos fuera.

 

Aguanté la puerta y me despedí de Xell alzando la mano vendada, con una sonrisa para animarla.

 

- Necesitaríamos poner sal en las puertas y ventanas. Al menos eso impediría que salieran las sombras al exterior.

[Sunar PBT]

Raizor, elfo doméstico de Sunar

 

Miró a los tres humanos que se encontraban allí, pendientes de un espejo hasta que una aparición en el mismo casi lo hace gritar. Si, no era el más valiente, hasta Sethy lo era más que él. Y eso que el viejo, era Raizor. Mientras escuchaba unas indicaciones a la rubia, él salió para dejar el espacio libre y, señalarle dónde vio las sombras.

 

- Los vi entre las tercera y cuarta planta. Allá donde están los implemento de pociones - comentó a los amos Matt y Sagitas que salieron directo a averiguar qué pasaba.

 

Sin embargo, el elfo se quedó rezagado cuando oyó la voz de una persona, mujer para ser preciso.

 

- Buen día señorita - una reverencia antes de seguir - ¿En qué le puedo ayudar? - le preguntó esperando que los "problemas" de arriba no fueran del conocimiento de la recien llegada. No sería bueno para el negocio asustar a los clientes.

[Sagitas E. Potter Blue]

¿Sombras? ¿Luces?

 

Se respiraba algo raro en la tienda. Pasé con la varita por delante, mirando a los lados, buscando lo que había asustado al elfo. A simple vista no lo encontré pero no podía fiarme. La experiencia me decía que las sombras se podían esconder en cualquier lugar.

 

-- ¿Sal? Caray, hijo, ni que fueras sacerdote... Sí, la sal protegerá la entrada, pero... ¿Y si ya está dentro?

 

Haríamos eso, pondríamos sal en las puertas y ventanas para evitar entradas indeseadas. Y después nos dedicaríamos a limpiar el interior; y a sacar a ese hombre quemado del espejo de mi lavabo. No quería mirones cuando me duchaba.

 

Y entonces sentí unas palabras. Levanté la varita y no lo pensé dos veces.

 

-- ¡Cofringo!

 

Un escritorio lleno de resmas de papel explotó en el aire, desperdigando restos por todas partes.

 

-- ¡Glups, Eledhwen! ¿Estás bien?

 

Quien no parecía bien era el elfo que nos había avisado, tenía montón de papel sobre su cabeza.

Editado 23 de Julio del 2013 por Sagitas E. Potter Blue

[Sunar PBT]

Raizor, elfo doméstico de Sunar

 

Como no había mucho que hacer hasta que los amos se fijaran en los asuntos que el negocio tenían, él se quedó aguardando pacientemente la respuesta de la bruja que entró.

 

- Nos atacan - gritó Raizor viendo como explotaba algo y los papeles salía volando cayendo algunos sobre él.

 

Su corazón se aceleró tanto que sentía su cara arder. No era peligroso, solo la ama. No obstante, le asustó de toas maneras.

 

- Estoy bien - dijo quitándose las páginas y acomodándolas sobre una mesa cercana a él.

 

Sabía que no necesariamente le importaría pero se alejó un poco para dejar a las amas hablar mientras él esperaba saber qué necesitaba la señorita Eledhwen, como escuchó decirle la matriarca.

[Matt Blackner]

- No solo un sacerdote sabe que la sal es buena para retener a los espíritus. Y a los demonios. - dije. La de sellos que había creado usando la sal para encerrar demonios, y sangre para sellarlos.

 

- Si ya están dentro les impediremos salir al exterior y causar estragos entre los vecinos.

 

Había que buscar sal, íbamos aponernos cuando oí pisadas y una voz. Sagitas se adelantó y lanzó un confringo...para encontrar, una vez disipado el polvo, con la pobre Eled.

 

Corrimos a ayudarla y la sentamos en una silla.

 

- Estás bien prima? - pregunté - Creo que no es la sombra que buscamos.

 

Cerre los ojos un momento.

- Hay odio. Hay mucho odio, y alg de miedo. Como si hubiera dos personas diferentes aquí.

 

Sabía que no era el elfo de Sunar, porque aunque él también estaba asustado, sabía donde estaba. No, aquellas sensaciones ue percibía eran de alguien totalmente desconocido.