Jump to content

Tienda P.B. de Material Escolar (MM)


Matt Blackner
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Todo había sucedido tan rápido que no estaba segura de lo que había sucedido. Estaba enfadada con la tía Sagis por reírse de mí y de mi mancha en el vestido. Me lo había quitado y me había puesto a limpiarla cuando vi aquello en el espejo que me tocaba, juro que pidió "socorro", pero...

 

Hasta que ella no me lo dijo, no noté el dolor allá donde la mano había tocado mi piel, pero fue en el espejo. ¿El contacto había sido real? La mirada perdida seguía fija en el espejo. Ahora no había nada, nadie, yo...

 

- Creo que lo soñé...

 

Pero el contacto con la capa verde de la tía me hizo darme cuenta que no, que sentía el dolor en el pecho y que notaba los dedos de Sagitas poniéndome una crema encima. Solté un suspiro.

 

- Tía... Era ... un hombre... No como Jack... Quiero decir que Jack es fantasma. Él era... un hombre, con cuerpo, pero dentro del espejo, como si estuviera atrapado ahí. Yo...

 

Solté mi vestido y me acurruqué en los brazos de la tía Sagitas, aunque miraba hacia el espejo, con miedo, como si esperara que saliera en cualquier momento.

 

Me puse roja al sentir a Matt e intenté taparme mejor con la tapa.

 

- Yo... No sé... Pedía ayuda, sí, la pedía. Sea quien sea, quiere salir del espejo.

image.png

 NiqQIUZ.gifidFgtQA.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Matt entró en la trastienda. Si no hubiera sido porque la situación era grave, me hubiera reído de él, por la forma en que se dio la vuelta para no ver a Xell en paños menores. Pero le ayudé con la capa, a la que ella parecía aferrarse con miedo, y le anudé bajo el cuello.

 

-- Déjame ver la quemadura.

 

Era fea, pero nada grave. Sólo era su primera experiencia extrasensorial. Comencé a ponerle la pomada antiquemaduras que actuaba casi al instante, que hacía bajar las ampollas.

 

-- No te preocupes por la quemadura, Xell. Vaya, no seas quejica. Tú no podrías casarte con un fantasma, cosa que me alegro. No quisiera que Jack se fuera con una chica más joven que yo -- bromeaba, para arrancarle una sonrisa.

 

Pero noté que no, que ella no dejaba de mirar allá, al espejo.

 

-- Está bien. Deja que te ponga un apósito y así la herida cicatrizará al instante. Ya puedes mirar, Matt. Está tapadita. Aunque tiene un aspecto de Caperucita roja, jajajajja...

 

Vale, no debía reírme, pero las cosas serias dan más miedo, así que una sonrisa es mejor.

 

-- Bien, ahora miremos qué es lo que has visto en el espejo.

 

Y me acerqué a él.

XXBPo79.gifKRLtVZp.gif

jX4j1b2.png

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Me di la vuelta, poniéndome rojo. Xell estaba poyada en las rodillas de Sagitas, cubierta con una capa, pero sin nada por encima. No habñia visto nada que no debiese, pero tampoco quería que pesara que yo...bueno, en fin...

 

Decía que alguien la había mirado, más bien, que un hombre pedía ayuda en el espejo y le había tocado, provocando una fea quemadura en ella. Pero como Sagitas tenía de todo en su botiquín, comenzó a aplicarle una pomada antiquemaduras que hacía efecto casi en seguida, al tiempo que bromeaba con que, por suerte, ella no podría casarse con un fantasma como Jack.´

 

Reí, no podía imaginar a Xell con un fantasma, y menos aun cn Jack. No, era imposible.

 

ME giré cuando Sagis dijo que ya estaba tapada, esperando no estar ya demasaido rojo. Xell se quedó allí sentada, y Sagitas y yo nos acercamos hasta el espejo.

 

- No parece haber nada. Tal vez fuera un portal, o algo momentáneo.

 

Alargué la mano hasta el espejo, pasándola sobre la superficie reflectante sin ningún tipo de señal.

 

- No parece tener nada raro.

 

Apartaba la mano cuando algo me la sujetó con mucha fuerza. MIré sobresaltado y vi una mano que agarraba a la mia y no la dejaba alejarse. Quemaba. Me quedaba. Pero en vez de intentar soltarme, lo que hice fue intentar sujetarlo, retenerlo allí.

 

- Ayuda... - murmuró, antes de desaparecer. A causa del esfuerzo y de pronto soltar, caí de espaldas al suelo.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

En otro momento me hubiera reído por su broma, pero ahora tenía algo de miedo por aquel hombre del espejo de la trastienda.

 

- Jack no se iría con otra, tía. Tú eres el amor de su vida, se le nota; se os nota.

 

Me puse mejor aquella capa y, ya tapada, me volví a mirar a Matt aunque sin levantarme de la silla, a ver si me creía una loca. ¿En verdad tenía el aspecto de Caperucita Roja? Bueno, sería verde, como el color de la capa.

 

- ¿Estás segura, tía, de que puedes acercarte? - aunque no veía manera de ayudarle si no era así. ¿Cómo podía resistir la tía Sagitas el dolor del contacto con un fantasma? ¿O estaría tan acostumbrada a verle que ya no le producía las ampollas?

 

Pero la tía y Matt ya se acercaban allá. Intentaba explicarme como un hombre podía estar encerrado en el espejo del baño de la tienda. ¡Ilusa! En realidad me preguntaba como un hombre podía estar encerrado en un espejo. Eso sólo sucedía en los cuentos de las hadas.

 

- Tal ... tal vez lo imaginé...

 

¿Y la quemadura que tenía en el pecho? Pero no pasaba nada, así que todo podría ser psicosomático y...

 

- ¡Matt! ¡Primo Matt!

 

Se cayó al suelo y pude ver que en su muñeca había una quemadura como la mía. ¿Y qué estaba haciendo la tía Sagitas? Pero... ¿Qué hacia con eso...?

image.png

 NiqQIUZ.gifidFgtQA.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El tiempo corría más aprisa que meses anteriores, debía entregar esos brazaletes a los elfos. Sabía que Raizor se quedó en la Tienda, y solo faltaría la llegada de los otros tres. Mientras eso sucedía entró al negocio junto al pequeño que quería jugar otra vez con los micropuffs.

 

Sunar en una de sus manos cargaba un pequeño bolso color negro de terciopelo. Un pequeño presente para esos seres que tanto le ayudaban. Al menos sabía que las elfinas podría agradecerlo por la actitud que la ojimarrón podía ver en ellas. Sin embargo, los dos elfos, ellos serían más reacios a utilizarlo.

 

Raizor debía estar en las plantas superiores, si su tío no le asignó mucho que hacer, sabía que él viejo elfo no se quedaría quieto. Era bastante trabajador y no descansaría hasta haber culminado toda la labor necesaria. Así de eficiente era él tanto como Sethy en sus asignaciones dentro de la mansión como fuera de ella.

 

Las dos pequeñas se habían reunido antes de ver a Sethy llegar.

 

- La ama nos espera - dijo Hanimi hacia Simyni y su hermano.

 

Tres elfos por las calles algunas veces no era bien visto porque podría ser una asociación ilícita la que promovían pero no se hallaban lejos de la Tienda, entraron velozmente ante la mirada inquisidora de dos magos.

 

- Aquí están - les dijo al verlos juntos. Los cuatro se ubicaron cerca a la puerta de la entrada, - ¡Raizor.. baja! - exclamó asumiendo que pronto estaría alguien de la familia preguntando por los gritos y cuchicheos de varios elfos. Sentó a Argentus en una silla alta porque también se hallaba curioso de lo qué pretendía su madre.

 

El viejo elfo no se demoro mucho mirando a los otros tres.

 

– Bien, así reunidos quiero ofrecerles un presente por ayudarme, estar atentos a las necesidades de niño y la familia – abrió el bolsito, extrayendo dos pulseras color rosa vieja.

 

– Estos son para ustedes.. Simyni y Hanimi – se los entregó observando la alegría en los rostros de las elfinas – Y ustedes tienen otro – los dos últimos eran negro con detalle en bronce – Acéptenlos, porque es mi forma de agradecerles – le dijo a Sethy y Raizor.

 

Los aplausos no se hicieron esperar por parte de Argi, que asumió que era tiempo de regalos y, él esperaba uno también. Mientras los cuatro elfos, se miraban asombrados y sin saber qué decir.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-- ¿Crees que sea un portal? -- le pregunté a mi hijo Matt, tras su observación. -- ¿Por qué vamos a tener un portal vete a saber dónde en el espejo del baño. A mí me da que es más de un voyeur que quiere vernos cuando nos duchamos.

 

Sólo que entonces, ¿por qué pedía socorro? Matt pasó la mano por el espejo y no había nada. Le sonreí. A ver si Xell lo había soñado...

 

-- ¡Por Merlín! -- exclamé, sorprendida porque acababa de ver una mano que salía y agarraba a Matt.

 

Él cayó al suelo al soltarse; tal vez debiera haber ido a ver a Matt, pero no, dejé a mi hijo tirado allá, que se encargara Xell.

 

-- La pomada, Xell -- le dije, casi en un susurro. Yo tomé un pote de laca y lo rocié contra el espejo. Supe enseguida que me iban a tomar por loca. -- Sé más por vieja que por diablo... Aunque tengo algo de las dos cosas...

 

Sonreí, intentando que se viera como una broma, pero no había perdido de vista ni un instante el espejo. Suspiré, algo confundida.

 

-- Lo he visto antes...

 

Me giré hacia ellos dos.

 

-- No, al hombre no. Me refiero a ese... ese estudio... -- Cerré los ojos. -- Sillones verdes oscuro, chimenea tapiada con una copa dorada en la repisa, sin fuego, pero el caldero de polvos flu vacío. No está conectada. Encima de ella, la parte baja de un sepulcro de piedra...

 

-- Lo he visto antes... Sólo que no recuerdo donde fue... He puesto una película de fijador sobre el espejo, no podrá salir. Ahora hay que mirar esa quemadura, Matt.

XXBPo79.gifKRLtVZp.gif

jX4j1b2.png

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Argi miraba emocionado por la ronda de regalos, se quedó esperando a qué Sunar sacara algo más del bolsito negro de terciopelo. Sin embargo, no lo hacía, y al empezar a dirigirse de nuevo a los elfos, no lo hizo.

 

– Espero que no se molesten, pero quiero que lo usen – pedía mucho la ojimarrón al mirar el rostro de Raizor, ya que él era más reacio a esas muestras de aprecio.

 

Pero antes de continuar, Sethy ya se había puesto la pulsera y trataba de calmar al peliazul que ocasionó que dos objetos de la tienda se congelaran. Las elfinas también ayudaban a tranquilizar al niño.

 

– Cariño, tu regalo no lo traje. En casa te espera – le comentó tiernamente esperando que se apaciguara antes de sentir las voces de los demás por el ambiente frío a causa de Argi. – Creo que es mejor que nos vayamos ya – miró entonces al viejo elfo. – Tú te quedas a terminar de ayudar, si te indican lo contrario, regresas a casa – ordenó bajando al pequeño para que fuera de la mano de Sethy junto a Sunar y las otras dos elfinas.

 

La Potter Black salió de la tienda. Raizor en cambio de subir, quiso saber qué hacían los amos en la trastienda donde los escuchó rato atrás. Se ajustó el regalo porque perderlo sería un insulto para la ama, según el elfo.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Xell ahora parecía dudar de lo uqe había visto, pero aquella quemadura no era una imaginación suya, ni una tontería. No, algo le había quemado, y lo que fuese podía seguir allí.

 

- Un portal? y por qué iba a existir un portal aquí? a menos que se hubiera construido sobre un cementerio indio, o alguien en concreto lo instalase a propósito, es difícil que sea un portal... - creo.

 

POrque si con aterioridad sucedió algo o se creó el portal, podría responder, pero no asi por las buenas.

 

Reí levemente con la insinuación de que sería algún mirón que quería espiar...

 

No pasó nada al principio, y cuando dejaba de tocar, aquella mano me sujetó. Quemaba, ardía. Me soltó de golpe y con la fuerza me caí de espaldas al suelo. Desde allí vi como Sagitas tomó un bote de laca para el pelo y roció el espejo, como si fumigase las plantas con liquido anti babosas.

 

Parecía una tontería, pero tal vez eso nos ayudase a conseguir más pistas, o a evitar que regresase. n el brazo pegado al cuerpo me senté con la espalda pegada a la pared y me levnté despacio, pues Sagitas decía haber visto ntes la ahbitación que se reflejaba en el espejo, un estudio con chimenea tapiada, sin fuego, y con algo parecido a un sepulcro encima...

 

A ver si mi teoría acerca del cementerio indio no iba tan desencaminada...

 

- La quemadura? no, si estoy bien, no me duele, no es nada - mentí. Tenía la mano, la muñeca y parte del brazo bien quemaditos. Me había sujetado con las dos manos el muy puñetero. - Deberíamos arreglar primero lo del tipo del espejo.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¡Qué situación más asombrosa! Realmente no estaba loca, al menos que la locura fuera colectiva. En verdad había salido una mano del espejo, aunque esta vez atacado a mi primo Matt.

 

¿Atacado?

 

No, que estoy segura que por segunda vez había pedido socorro. Me agarré más aún a la capa verde de mi tía, esperando que explicara qué hacía con ese spray... Era laca... ¿Pretendía peinar al fantasma?

 

Estaba muy confundida. Pero como la tía me pidió en susurros la pomada, la busqué. Estaba allá, donde la había dejado tras ponerme un poco a mí en mi quemadura. Me acerqué a Matt. Él se había el valiente y decía que no era nada, que no le dolía.

 

- Sí duele, Matt. No te hagas el fuerte que yo también me he quemado y es como un dolor intenso. Así que te estás quieto mientras te curo la quemadura.

 

Y a pesar de sus protestas, me centré en su quemadura, en embadurnar bien aquel brazos (sin pelos, XD) con aquella pasta que sabía que le calmaría al instante); después le puse un par de gasas encima de las marcas de dedos y le vendé el brazo. Lo hice de forma lenta, para evitar pensar en lo que decían.

 

¿Un cementerio indio? ¿Allá en Ottery? ¿Un estudio cerrado en un espejo? ¿Portales...?

 

¿Pero qué teníamos la familia que enseguida nos metíamos en cosas raras? ¿El resto de las familias del pueblo tenían las mismas aventuras que nosotros?

image.png

 NiqQIUZ.gifidFgtQA.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Xell se acercó con la pomada qeu le había puesto Sagis, y a pesar de qeu protesté, me arrastró hasta una silla y comenzó a extender aquella crema con cuidado, diciendo qeu me quedase quieto.

 

la miré con el ceño fruncido, no...la pomada estaba muy fría, y ahora si que escocía, pero no me moví más allá de un pequeño resoplido. Aquello olía bien y Xell tenía mucho cuidado. Después de la pomada, puso un par de gasas en las marcas de los dedos y vendó el brazo.

 

Para cuando acabó había dejado de notar qeu me ardía, para tener una sensación más agradable, más fresca. Dejaba de notar dolor, y supe qeu la pomada iba haciendo su efecto.

 

- Gracias prima - le dije, sonriendo levemente.

 

Abrí y cerró los dedos, podía mover la mano, asi que me levanté, sin saber que hacer.

 

- Ese tipo pedía ayuda. Volvió a repetirlo. Y creo...creo qeu olía a humo. Aunqeu a lo mejor era de él, su mano estaba como quemada, pero su cara no.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.