Tienda P.B. de Material Escolar (MM)

[Matt Blackner]

Abrí las puertas de la Tienda. Regresaba alli después del fin de semana, y mejor aun, después de nuestra última aventura con el tipo del espejo.

 

Y es que la aventura del hombre quemado tras el espejo y las sombras había terminado cuando, pasando el anillo bañado en agua bendita el espejo había comenzado a brillar, permitiendo que Sagitas y el hombre lo tocaran, de forma que pude tirar para scar a Sagitas sana y salva de alli adentro, mientras el hombre regresaba a su lugar.

 

Al parecer, tras salvar las sombra no habí muerto en el incendio, y ahora el espejo había sido retirado y escondido para que no lo volviéramos a ver.No era que el hombre fuera un mal tipo, simplemente el casi morir quemados hacía que no me apeteciera demasiado verlo durante una temporadita.

 

- Hola? Ha llegado alguien? - pregunté en voz alta, mientras iba a la parte de atrás, donde teníamos la mesa y nuestra zona de descanso, dispuesto a abrir la tienda y comenzar un nuevo día.

 

 

 

 

 

 

 

OFF: si, lo siento, pasé a otro día y temriné la trama del espejito.

[Sunar PBT]

Raizor, elfo doméstico de Sunar

 

- Sería bueno que dejaran de tener objetos extraños y peligrosos en los negocios de la tía de la señorita - parloteó Raizor en el cuarto piso mientras limpiaba unos anaqueles.

 

Desde que pasó el episodio del espejo, ni se acercaba al sitio donde los amos lo guardaron. Era mejor estar lejos de algo muy feo o peligroso. Llegó a la tienda con esperanza que la ama fuera si tenía la oportunidad de pasar en su regreso a casa. Los elfos que la conocían comentaban que ella pronto estaría de nuevo por la casa, y los negocios de la familia donde siempre se le veía. El tiempo que se tomó para aclarar sus sentimientos, desde la tercera partida del padre del pequeño, la agotaron mental y físicamente.

 

Y escuchó una voz.

 

Apareció en la entrada del local buscando al emisor de tal grito.

 

- Amo Matt, ¿Cómo esta? - saludó con una reverencia y sin dejar de pensar en que le hubiera gustado que fuera la ama Sunar. - Estuve limpiando la zona de pociones, pero creo que hay que decirle a la ama Sagitas que los calderos de bronce se nos acaban. - comentó Raizor.

[Hecate Engosvezhof]

Cuando habíamos llegado yo y mi tía Hayame, habíamos visto algo sorprendente, con lo cual no habíamos tiempo siquiera a actuar. Por fin había acabado todo y gracias a todo lo que conocíamos, había salido bien...

 

Días más tarde, había decido ir a ver cómo estaba todo. Por si necesitaban alguna cosa más, o limpiar el lugar, pero seguramente Sagitas ya lo habría hecho, para que no hubiese ningún residuo de esa magia, y de todo lo que pasara.

 

Me fijé en que aún no había abierto, así que, esperé en la puerta, a ver si alguien se pasaba a recibirme, sino, vendría mucho más tarde. Pero algo me indicaba que por el aroma de Matt que estaba dentro. Aguardé un poco nerviosa, mientras esperaba a que preparase todo para que abriera la tienda.

[Matt Blackner]

QUien salió a recibirme fue Raizor, el elfo de Sunar. Incliné ligeramente la cabeza a modo de saludo, mientras me hablaba d elo que había estado haciendo. Si, los elfos eran muy eficientes y el de Sunar había estado trabajando en la sección de pociones.

 

- Muchas gracias por le aviso, Raizor. Avisaré a Sagitas en cuanto la vea, y si no haré el pedido yo mismo. Tengo qeu encontrar las hojas de pedidos, asi incluso tu mismo puedes anotar lo qeu falta, asi no tendrás uqe esperar a decírnoslo, te parece?

 

Los dos nos pusimos en la tarea de ordenar un poco aquello hasta que oí como alguien llamaba a la puerta. Salí y noté la figura de Heliké por el reflejo de los cristales. Noté que me ponía nervioso y me di cuenta de que hacía unos minutos que debíamos tener abierto. Por eso me acerqué hasta la puerta y cambié el letrero para indicar qeu estábamos abiertos, además de abrir la puerta para asi dejar de entrar a mi prima.

 

- Bienvenida! Necesitas algo?

[Sagitas E. Potter Blue]

Y había salido. No sé bien como fue, porque cuando dejé de toser y pude centrarme, ya estaba en casa. Alguien me llevó a la Potter Black. Por el picor de la cabeza, alguien me había dado un poco de Zumo de Amapola, ya que era un efecto secundario. Bostecé. Había dormido mucho y ahora debía hacerme cargo de nuevo de los negocios.

 

Me daba pereza.

 

-- ¿Qué tal está, Ama Sagitas? -- dijo Harpo.

 

-- Necesito una ducha -- musité, pero me escondí bajo la almohada, para no levantarme.

 

-- Pues debería hacerlo cuanto antes. Hoy llegaban los nuevos libros de la Academia, del apartado de Conocimientos, y su hijo Matt ya fue a la tienda PB para recogerlos y guardarlos.

 

-- Demonios, Harpo, ¿no puede hacerlo él sólo? -- pero mi elfo sabía que la responsabilidad me podría, así que bufé y aguanté unos minutos en la cama antes de levantarme e ir al baño. -- Esta bien, elfo del Averno. Prepárame un almuerzo nutritivo y después voy a ayudar a mi hijo....

 

Protesté mientras entraba en el baño. ¿Quién se creería que no iba a protestar? Nadie. Era una refunfuñona.

[Hecate Engosvezhof]

Enseguida alguien me abrió la puerta y me fijé que era Matt, mi sonrisa se ensanchó, pero algo me decía que estaba algo nervioso. En cuánto entré al interior, le susurré al oído respondiéndole al oído:

 

-¿Para empezar, qué tal un beso? -le dije con toda la delicadeza que podía decir en esos momentos, mirándolo con ternura.

 

Al parecer era la única clienta que había en la tienda, algo lógico si habían abierto hacía tan sólo unos minutos.

 

-Pues, venía a ver si necesitabas ayuda -le respondí haciéndole una carantoña en medio del local, y rogaba que no nos viese Sagitas, aunque, al parecer, todavía no había ido a la tienda.

 

-No tengo nada que hacer, así que, si quieres te echo una mano con lo que necesites. Viene septiembre y la época escolar, así que, supongo que necesitarás varias manos con los pedidos -le comenté con otra sonrisa.

 

-Me parece raro que aún no entrasen estudiantes a comprarte libros aquí. Así que, creo que te llegará un aluvión en el momento menos pensado -me quedé un momento pensativa y continué- luego, si quieres me puedes recompensar con lo que quieras -y poniéndole la mirada más traviesa que me salió en esos momentos, esperando la respuesta del joven.

[Matt Blackner]

Dejé pasar a Heliké. Sagitas no estaba, y elfo de sunar había vuelto seguramente a terminar su trabajo con las pociones. La prima tenía l amañana libre y venía para echar una mano. Volví a cerrar la puerta, con el cartel de abierto bien visible por si alguien quería entrar.

 

- Seguro que vienen en cualquier momento. Además, hoy debería llegar el pedido de libros para el nuevo curso, y como estoy solo con Raizor...no me vendría demasiado mal otro par de manos como ayuda.

 

La agarré por la cintura y la besé durante un momento.

- Luego te invito a un trago. O a dos.

 

Un carraspeo nos interrumpió. Un mago con uniforme y un par de elfos, con tablillas y un montón de cajas a sus espaldas. Noté qeu me ponía rojo mientras me separaba de Heliké.

 

Los libros habían llegado.

[Jessie Black Lestrange]

-Me voy de viaje, regreso a casa y no hay nada de nada en mi cuarto, ni pergamino, ni mi blog de notas medicas... Dioses juro que cuando encuentre al intruso en mi cuarto...

 

Pero estaba segura que mamá había sellado mi cuarto luego de mi desaparición, porque había polvo y demas chuchería en el mismo acumulada por el año de desuso del mismo. Fruncí el ceño pensando que había pasado con todas mis cosas de escritura que tanto requería y más ahora con la cantidad exorbitante de pacientes que tenía en el hospital.

 

-Hola, ¿hay alguien? Necesito un par de cosas que según yo tenía en casa pero ya no las hay.

 

Entré arrastrando los pies, capa de viaje en mano, algo sucia por traerla arrastrando por todo el pueblo, de ser rosa quedo gris claro con manchas rosas, Bipa me mataría cuando la viera, mis short negros se veían grisaseos, de seguro por la cantidad de polvo extra que traía en el mismo y para terminarla mi blusa blanca estaba llena de café. Era lo único que me despertaba después de tantas horas trabajando.

 

-Tinta... tinta... tinta... Yo trabajaba aquí y no recuerdo donde esta nada de nada

[Hecate Engosvezhof]

Lo escuché atentamente con una sonrisa de oreja a oreja, cuando me agarró de la cintura sabía lo que quería hacer pero aún así sentí cierto cosquilleo en el estómago. Me dio un beso dulce, tierno.

 

-Vaya, rico beso -le hice una carantoña, pero enseguida nos separamos al ver que llegaba alguien con los libros que había encargado mi primo.

 

Con un movimiento de mi varita y pensando en lo que teníamos que hacer, saqué los libros de la caja y con otro movimiento los puse encima del mostrador.

 

No me había fijado pero alguien abrió la puerta, levanté la vista y me di cuenta de que mi prima Jessie venía algo apurada, eso me sorprendió:

 

-¡Hey prima! -Le respondí con una sonrisa de oreja a oreja, parecía que venía un poco apurada.

 

-¿Qué te pasa mujer? Ni que hicieras una maratón -y solté una risilla- dime, ¿qué necesitas? -pregunté a la chica, mientras esperaba su respuesta.

[Jessie Black Lestrange]

-¿Qué?

 

Voltee a ver confundida a mi prima. Sonreí y me calmé un poco. Respire un par de veces. No me había percatado que ella andaba en la tienda y al parecer también Matt pero con un tanto mas de gente, era extraño que no los hubiera visto pero había estado tan centrada en lo que buscaba que no había prestado atención a lo demas.

 

-No hace ni un año que trabaje aquí y ya no recuerdo donde esta nada.

 

Refunfuñe molesta, no podía creer que tan rápido se me olvidaran las cosas y mas cuando era yo quien había ayudado a acomodar todo en aquella tienda. Voltee a ver a todos lados restregándome las manos, agite la varita y convoqué mi lista de faltantes.

 

-Veamos... necesito:

1. Un blog de notas medicas
2. Cinco plumas de águila
3. Dos plumas de Faisan
4. Un tarro de tinta negra
5. Un tarro de tinta de colores
6. Un paquete de pergaminos sin marca de agua
7. Un limpiador de punta de pluma

-Si... creo que es todo lo que necesito.

 

Esperaba poder encontrar todo lo que necesitaba, de seguro me llevaría la mayor parte de mi salario en aquella compra pero no me importaba me urgían aquellas cosas.