Tienda P.B. de Material Escolar (MM)

[Hecate Engosvezhof]

El elfo doméstico enseguida me trajo las prendas que necesitaba en esos momentos. Me las probé, y me quedé con la que me quedaba bien, me la saqué de nuevo y la puse en los restantes objetos que había adquirido en la tienda. Escuché a la chica decir si bajábamos, asentí con la cabeza.

 

El elfo ofreció sus pequeñas manos y enseguida nos desaparecimos de esa parte del negocio. Para cuando abrí los ojos ya estábamos ahí en el lugar en dónde habíamos empezado, antes de subir a la otra planta.

 

Vi que la chica estaba en la máquina registradora y me dijo la cantidad total de la compra que había efectuado ese día. Tomé del monedero de piel de moke y saqué la cantidad que me pedía la joven:

 

-Aquí tiene -y se los puse encima de la mesa de recepción.

 

-Un placer venir aquí -sonreí contenta, mientras tomaba mis objetos y con ambas manos ocupadas abrí la puerta para salir al exterior. Después, al estar en la calle, me giré sobre mis talones con una sonrisa, ya que por fin había terminado mis compras. Cuando abrí los ojos ya estaba en la mansión Vladimir para disfrutar de lo que había adquirido.

[Sunar PBT]

Sethy, elfo doméstico de Sunar

 

Sethy se encontraba satisfecho por ayudar a su ama, en especial por la situación que se vivía en la parte superior. La sobrina de la dueña recibió las monedas que pagaban los artículos que adquirió la bruja.

 

–Muchas gracias por su compra – agradeció Sunar a Heliké.

 

Rápidamente el elfo, le entregó la bolsa y despidiéndose con una reverencia, ayudó por último con la puerta porque estaba la señorita ocupada como para abrirla adecuadamente.

 

–Ama, me retiro a casa, estaré usted bien – preguntó.

 

La Potter Black asintió. No consideraba que fuera a pasar nada malo, además, no quería dejar le negocio solo. Sethy desapareció rumbo a la mansión.

 

El otro elfo, Raizor, ese si que se hallaba aún en la segunda planta con los nervios de punta por la desaparición de la matriarca y posterior a eso, el patriarca que se enteró lo de su madre. Se acercó el elfo a la rubia Vladimir que se encontraba con ellos, aunque no sabía si fuera capaz de hallar la forma de sacarla.

 

Pero el hombre pareció escabullirse.

 

– ¡Amos! – gritó alertando a Matt y Xell.

Editado 24 de Febrero del 2014 por Sunar PBT

[Xell Vladimir Potter Black]

-¡Atrápalo, elfito! - grité de forma tan alta que varias pociones de cristal bailaron un poquito en un estante. - ¡Cogerlo!

 

No me atrevía a usar la varita, pues tenía la sensación que si le hacía algo a él, se la haría a la tía. ¿Sería posible que estuvieran conectados? Mientras no lo supiera, no iba a atacarlo.

 

- Incárcerus. ¡Oh, perdón, perdón! No quería darte, elfo.

 

Qué mala era, o qué rápido era él, pues se movía con tanta presteza que le di al elfo de Sunar, en vez de al fantasma que ya no lo era.

 

- ¡No huyas, te necesitamos para sacar a la tía! ¡Vuelve!

 

La tía nos pedía eso, que no le perdiéramos. Y el hombre saltaba por encima del elfo y desaparecía.

 

- ¡Abajo, se va a la salida! ¡No le dejéis llegar a la puerta! Si lo perdemos...

 

Menos mal que no podía desaparecer hasta pasar la puerta corredera, le pillaríamos.

 

- Evanesco, evanesco - eliminé las cuerdas del elfo y corrí por las escaleras para atraparlo.

[Sunar PBT]

Ese hombre corrió escaleras abajo, debía pasar por esa planta, pero antes de poder desparecer unas sogas lo dejaron fuera de combate. Se agitó violentamente al sentir como era apresado y magullado por las cuerdas lanzadas por la ama Xell.

 

Detrás de esa espejo, los amos golpeaban el vidrio para salir, o eso era lo que él elfo pensaba ver desde el piso. Su cuerpo era un manojo de carne apretada pero pronto fue deshecho el amarre por parte de la misma jovencita.

 

Los gritos alertaron a Sunar, que extrañada se fijó si venían de afuera, o de adentro del local. Lo pensó varios segundos porque algunos niños gritaban, y eso le hacía pensar que allí no pasaba nada. Sin embargo, al vislumbrar la figura de un hombre, desconocido, sacó su varita.

 

–¡Alto allí! – gritó la Potter Black apuntando al hombre.

 

La ojimarrón escudriñaba severamente las facciones del desconocido, ¿por qué? Venía de arriba, del segundo, los gritos no era de afuera, si no de su prima, y por último, un “¡No lo deje escapar! de Raizor.

 

El elfo se apareció junto ella, y pronto más pisadas fuertes, se acercaron, era su prima de la Vladimir que bajaba apurada.

 

[Matt Blackner]

La miré a través del espejo. parecía mareada, pero no herida. me dijo que no sabía como había llegado alli, que le preguntara al...

 

Donde se había metido aquel hombre?

 

Miré a todos lados, sorprendido como Xell. Se nos había escapado!

 

menos mal que la voz de Sethy, el elfo de Sunar, nos alertó. Pretendía escapar y le pedimos que lo detuviese, aunque Xell lanzaba incarcéreus al elfo...demonios.

 

Menos mal qeu Sunar se situó ante él y lo detuvo el tiempo justo como para qeu me tirase sobre él, en un digno placaje de un partido de rugby. Lo retuve en el suelo, inmovilizándolo para que no escapase.

 

- Como te has escapado del espejo!? - pregunté, enfadado. Él Había muerto qeumado, y la perspectiva del cambio no me hacía gracia, porque ahora mi madre era quien estaba alli dentro.

 

- No lo se, yo lo toqué, solo lo toqué, quería ayuda, las llamas...

- Las llamas ahora quemarán a mi madre si no hacemos algo pronto. - lo obligué a levantarse, y miré a SUnar y Xell. - Vamos, al espejo. Busquemos la solución a este problema. - dije, tirando de él hacia el espejo.

[Sunar PBT]

Raizor, elfo doméstico de Sunar

 

No pretendía la chica dejar pasar al hombre. Raizor también se encontraba alerta por si intentaba escapar, o herir a la ama Sunar. Pero el amo Matt llegaba.

 

–¡Amo! – exclamó esperando que no fuera a cumplir la amenaza que le lanzó arriba.

 

Lo miraba, igual que la ama que lo observaba, pero más al hombre que tenia debajo, tirado con un rostro de susto que nadie se lo podía quitar. No obstante, no sabía si era porque el joven pelirrojo se le tiró encima o por la salida del espejo.

 

–Ese hombre puso a la ama Sagitas dentro de un espejo – soltó el elfo.

 

Sunar no sabía y se sorprendió después de escucharlo. Ella estuvo abajo, cuidando, atendiendo a la clientela que llegó mientras tanto, el tío comenzaba a tirar del hombre, así que por un momento la joven de cabellos castaños bajó la varita. Eso lo sabía el elfo.

 

La ama se le veía algo preocupada, pero de pronto habló. Sabía que no dejaría a merced de lo que entrara, con mucho pesar, le dijo a su tío que hiciera lo posible por recuperar a Sagitas sana y salva.

 

–Ve con ellos, yo estaré bien – le ordenó la ojimarrón y Raizor cumplió.

 

[Deiwan Rambaldi]

Eve Sears

 

La fuerte brisa hacía que su largo cabello de color castaño se despeinara y que el letrero colgado en la puerta tropezara con esta. El mismo rezaba "Tienda P.B. de Material Escolar" y en cuanto lo leyó le invadió una sensación extraña, como si anteriormente hubiera visitado aquel sitio. Aquel día estaba nublado, lo que era bueno ya que estas tapaban completamente el sol proporcionando una capa fina de sombras a la tierra y haciendo que las brisas de vientos alisios fueran más constantes, pero sin embargo también tenía su lado malo ya que a lo lejos se escuchaban los truenos que anunciaban una tormenta.

 

Eve estaba de pie en frente de ese enorme local.

 

— Wow— exclamó boquiabierta.

 

Al entrar al local, sus ojos no se pudieron concentrar en un punto especifico, ya que habían muchas cosas que admirar. Tras deshacerse de la capa fucsia para colgarla en el perchero ubicado al lado de la entrada se dispuso a caminar hacia el mostrador.

[Sagitas E. Potter Blue]

Harpo, el elfo de Sagitas, estaba preocupado. Sí, era un elfo pero tenía una cierta conexión con la Ama para saber cuando las cosas no iban bien. Y hoy se sentía inquieto. Le picaba la nariz. Así que decidió comprobar que todo fuera bien. Llegó a la tienda, con una cierta sensación de que ahí se originaba el problema.

 

Cuando entró, se llevó una gran sorpresa al ver a una cliente admirando la tienda. Bueno, eso no era lo anormal. Lo extraño era que, en un rincón de la tienda, tal vez no visible para la cliente pero sí para él, que se conocía la tienda en todos sus rincones (no en vano la había montado dos veces, las dos que habían inaugurado), estaban los amos Xell, Matt, Sunar, elfos y un extraño. Y parecía que le interrogaban.

 

Harpo carraspeó, para que supieran que había visitas y se comportaran. Después se dirigió hacia la mujer que acababa de dejar una capa fucsia en el perchero.

 

-- Bienvenida, señorita, a la Tienda PB de Material Escolar. Soy Harpo y me encargaré de facilitarte lo que necesite. ¿En qué puedo ayudarla?

 

Esperaba que no le importara ser atendido por un elfo. Parecía que los dueños estaban ocupados en... avasallar a ¿otro cliente?

[Deiwan Rambaldi]

Eve Sears

No había mejor regalo para alguien que ama la lectura que un simple libro. Sin la mas mínima idea de qué libro llevar iba con esperanzas de encontrar algo que se pareciera bastante a la persona para quien iba a ser regalado, a pesar de no conocerla mucho algo encontraría para él. Se dirigió hacia la estantería con el fin de encontrar uno que le llamara la atención, leyendo desde lejos algún titulo que creyera interesante para comprar. A decir verdad en cuanto a libros se guiaba mas por la portada que por lo que pudiesen decir en realidad, poco era de su agrado leer. De pronto una voz la sobresaltó.

—Hola señor elfo—le saludó sonrojándose y sin poder mirarle a los ojos, sus piernas temblaron—. Pues, caminaba por aquí y pensé que tendrían algún libro para regalar... a un amigo.

Ella era muggle y que le hablara una criatura como él la cohibía, pese a tener ya los quince años cumplidos... eran muy raros, los respetaba pero le daban cierto miedo.

[Sagitas E. Potter Blue]

Harpo se sintió extraño al ver que la mujer se sobresaltaba un poco. Lo entendía. No hay nada más bonito, eso solía decir la ama Sagitas, que pasear entre libros y dejar que la portada te susurre secretos. Harpo no los había escuchado nunca, excepto los que se guardaban en la sección de libros prohibidos, con una mampara de protección. Pero era para que los liberaran. Él no amaba los libros como la ama Sagitas. Él sabía leer pero por la funcionalidad de la lectura de formularios de la vida diaria, no para leer libros mentirosos sobres aventuras inventadas.

 

"Si quieren aventuras, que se vengan un día a vivir a la Potter Black", susurraba cuando alguien le decía lo agradable que era leer un libro.

 

Pero entendía que aquella mujer paseara por los estantes, buscando el libro idóneo. Y él no iba a impedir que saliera con todos los que quisiera. Era un buen vendedor.

 

-- Así que busca un libro para un amigo... ¿Tiene en mente algo en especial? ¿Sabe los gustos del señor? ¿Algún título o escritor en concreto?