Ollivander's (MM)

[Seba Granger]

Hacía mucho que no me pasaba por el local de mi madre, la verdad que ni siquiera por la mansión me había pasado ahora que ella estaba de viaje con mi hermana menor, en realidad ya me estaba preocupando no tener noticias de ella desde ya hace un tiempo, solo me había llegado un mensaje que debía salir del país pero sin explicación alguna.

Pero pese a su ausencia quería intentar que su local no quedará desamparado, trataría de pasarme por el cada que pudiera, no me gustaba ver aquel letrero de cerrado colgado en el, además siempre se estaban abriendo locales nuevos en el callejón así que mas de algún interesado habría para comprar ese lugar si seguía así.

Me encaminé hacía la puerta delantera del lugar, busqué entre mis bolsillos una llave que alguna vez me había dado mamá por si la necesitaba, eché un vistazo hacía todos lados, pero me detuve en cuanto metí la llave en la cerradura, la dejé puesta mientras le escribía a la rápida una nota para Darla.

 

Hola mi vida, pasaré al local de mi madre, si puedes mas tarde me gustaría me acompañarás, quiero limpiar y poner algunas cosas en orden, muchos besos.

Tu chico.

 

Tras eso hice una pequeña mariposa con la hoja y la envié hacía su dueña.

 

 

Editado 8 de Enero del 2016 por Seba Granger

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja se encontraba hecha un hobillo, envuelta en una manta en su sillón favorito de la sala del piso de su hogar en House of Books, un libro reposaba sobre sus rodillas, abierto hacia abajo, mientras ella le acariciaba el lomo, a pesar de que no era el monstruoso libro de los monstruos. Su mente estaba alejada, a cientos de metros de allí, pensando en dónde se habría metido Seba que había dicho que daría una vuelta por lo de su madre antes de venir.

 

Darla se había quedado pensando en su sobrisuegra, su novio le había dicho que ella había tenido que viajar con su pequeña fuera del país. La vampiresa no se había dado cuenta cuánto la extrañaba hasta ahora, es que era como que siempre había sido claro que iba a estar. Pero no, había viajado y la verdad era que la pelirroja lamentaba no haber pasado más tiempo con ella, sobre todo luego del incidente en la Dumbledore.

 

Mientras pensaba en todo aquello por la ventana entre abierta entró una mariposa de papel volando hasta posarse sobre el libro en sus rodillas, aleteó un par de veces y luego se desplegó, dejando a la vista un mensaje de su chico. Darla sonrió, tomó la nota y la puso de marcador en el libro y lo dejó junto a la manta sobre el sofá, yendo a buscar un abrigo para ir a Olivander's junto a su Seba.

[Seba Granger]

Observé por unos instantes como la mariposa de papel salía volando por el callejón hasta que se perdió de vista, tal vez hubiera sido mas rápido o mas eficaz haber llamado a Dash para que la trajera o le avisará pero al veces solo a veces aun tenía los hábitos muggles de mandar una nota, al menos siempre había considerado que era mas romántico.

Devolví mi mano a la llave que aun reposaba en la cerradura, di algunas vuelvas para abrirla para luego empujar, de inmediato lleve mi mano a la campanilla que reposaba por sobre mi cabeza para que no sonara y no llamar la atención de los transeúntes, aunque estaba llegando al lugar no sabía si lo pondría en funcionamiento, no sabía mucho del rubro en el que trabajaba mamá.

Sacudí un poco la nieve que podría tener mi abrigo para luego ingresar y cerrar la puerta con el letrero aun colgando, saqué mi abrigo mientras caminaba hacía el mostrador que mostraba los estragos del abandono, la capa de polvo era patente en todo el lugar, limpie un poco con un pañuelo para dejar mi abrigo, luego camine hacía las habitaciones del interior donde alguna vez había estado tomando té con la Dumbledore, sabía que tras esas puertas podría encontrar cosas para limpiar.

Esperaba que mi novia hubiera recibido la nota, no quería estar solo ahí, necesitaba su compañía. -Te extraño Ma- dije en su susurro sabiendo que no sería escuchado.

[Darla G Dumbledore]

Tras dejar la nota como señalador y recuerdo Darla se dirigió hacia el cuarto, donde cambió sus pantuflas por unas botas, revisó en el espejo que sus cabellos estuvieran ordenados, la polera y el jean que llevaba se veían bien, aseguró en su cinturón su bolsa de piel de moke y a Edelweiss para luego buscar una capa que hecho sobre sus hombros, para evitar que la retaran su novio y sus elfos si salía desabrigada.

 

Bajó rápido y avisó a Tommy en la entrada que saldría y tras dejar el local encaminó sus pasos hacia la tienda de su sobrisuegra, no estaba muy lejos, echó sobre su cabeza la capucha de la capa y tomó un par de atajos entre locales adyacentes. Minutos después se encontraba en frente de un local, sus escaparates, en otro tiempo iluminado estaban apagados y con cortinas cerradas, aunque se podían observar algunas cajas y precios, Darla sospechaba que estaban vacías.Sobre cuya tallada puerta de cedro rojo se podía observar un cartel que indicaba que estaba cerrado.

 

La vampiresa volvió a suspirar, pensando en su sobrina, amaba a esa muchacha, un nuevo suspiro escapó de sus labios, ella ya era grande, era madre, había viajado con su pequeña y lo más loco del mundo, era su hijo mayor el que compartía la vida de la bruja y la hacía feliz en este mundo que ella nunca había creído que la iba a llenar de tal modo.

 

Obligándose a no hundirse en la nostalgia la Potter Black golpeó con delicadeza sobre los arabescos que simulaban el árbol genealógico de los Olivanders esperando que su novio le abriera la puerta de ingreso. Parecía que estaba por volver a nevar, pensaba la bruja mientras se echaba hacia atrás la capucha, pensativa.

[Seba Granger]

Observé el lugar que estaba muy oscuro, pero por ahora lo mantendría así, me encamine tras el mostrador para luego abrir y cruzar la primera puerta que estaba a la vista, de inmediato pude ver el sofá donde alguna vez había estado con mi madre, en innumerables charlas que habíamos llevado ahí, sobre la mesita reposaba aun una taza, eso me preocupo un poco, ¿Acaso mi madre había tenido que salir a las rápidas de ahí?, me acerque a ella, aunque un poco sucia aun se podía oler su brebaje, ya un poco mas rancio.

Cogí la taza para llevarla al lavadero, la puse sobre el reposero para luego lavarla. Miré hacía todos lados en busca de algo que me pudiera usar para limpiar, seguro en los estantes que había en una de las paredes encontraría algo, intenté abrir con la mano pero el cerrojo no abrió de inmediato, saque la varita de mi bolsillo trasero para luego apuntar al cerrojo que hizo click.

Miré las distintas repisas con diferentes artefactos, en la parte baja habían paños que me podrían servir, pero en esos mismos instantes la puerta de enfrente comenzaba a sonar, tomé unos de los trapos que usaría y lo acomode en mi bolsillo colgando el resto de el.

Aceleré el paso hacía la puerta, al ver el rostro de mi novia sonreí, -Entra te me congelarás- dije a Darla mientras le daba el paso, besé sus labios con ternura. En esos instantes me daba cuenta que no había visto si había calefacción o algo.

-Gracias por venir amor-

[Darla G Dumbledore]

La puerta del local se abrió tras unos pocos segundos y la pelirroja sonrió con ternura al escuchar las palabras de su novio, él siempre la cuidaba. Con ternura respondió el beso de su novio para luego quitarse la capa y buscar un lugar dónde apoyarla, todo se veía abandonado y cubierto por una capa de polvo no tan fina.

 

--No me agradezcas bebé, siempre es un placer hacer cosas contigo y sabes el especial afecto que siento hacia tu madre, con gusto te ayudaré con su local, aunque no se mucho de varitas --agregó mirando a su alrededor --no mucho más que de la mía --sacó a Edelweiss y apuntó hacia el mostrador --fregotego --la superficie quedó limpia y apoyó allí la capa para luego volverse hacia Seba.

 

--Bueno, ¿qué tenías en mente? --el local estaba en penumbras pero la vampiresa notó el paño que colgaba del bolsillo del mago y lo tomó entre sus dedos levantándolo un poquito --¿nos toca la tarea sucia y manual? --una sonrisa picarezca bailaba en sus labios mientras se ponía en puntitas de pie y depositaba un muy tierno beso en los labios de Seba, le encantaba como él prefería hacer todo a la antigua y con sus manos y alguna de las cosas que hacía con sus manos realmente las hacía extraordinariamente bien.

[Seba Granger]

Sonreí a mi novia mientras volvía a cerrar la puerta tras ella, alcance a divisar que buscaba un lugar para su capa, -Ponla sobre mi abrigo amor, es la única parte que esta limpia por ahora- pronuncie mientras yo mismo tomaba su capa de las manos y la colocaba con cuidado sobre mi abrigo.

-Amor somos dos que no sabemos, pero supongo que mas de algún manual debe haber por alguna parte, además tenía entendido que mi madre tenía un socio, recuerdo que me lo presento alguna vez, tal vez podría intentar buscarlo- sabía que hace mucho tiempo me había presentado a Joaquin, tal vez si le mandaba una nota podría regresar.

-Pues por ahora creo que necesitamos deshacernos de todo el polvo que hay, que por cierto no es solo aquí, las otras habitaciones están iguales- me encogí un poco de hombros, sonreí travieso con la sonrisa de Darla, -Si, usaremos mucho las manos- pronuncie en tono coqueto y sensual, bese sus labios con amor mientras apoyaba mi mano entre su espalda y trasero.

-Ups, mi mano resbalo- reí un poco mas.

[Darla G Dumbledore]

La galantería y ternura de su novio siempre lograba desarmarla. Asintió mientras él le afirmaba que tampoco sabía del rubro de las varitas mágicas y le comentaba del socio de su madre. Darla asintió, quizás podrían pedir incluso registros del mago en el Ministerio. ¿Migraciones quizás o en la propia seguridad?

 

--Entiendo mi vida --dijo sonriendo mientras se arremangaba y pensaba si el local sería tan amplio como el de ellos. ¿Habría sido buena idea traer a algunos de sus elfos? Claro que no hubieran podido disfrutar de un trabajo en pareja. No, mejor estaban así. Y lo confirmó cuando la mano de su novio "se cayó" en el punto final de su espalda, río y se pegó a él, dejando caer su mano un par de centímetros por debajo de dónde él lo había hecho en el cuerpo de ella.

 

--Ups... creo que soy más baja --río y le dio un nuevo beso, su tono sexy le había hecho elevar la temperatura.

 

Si, iban a hacer un buen trabajo, claro que con la mimosidad y sensualidad que había entre ellos dos les llevaría un poco más de tiempo de lo normal, ya que mientras estaban juntos parecía que era imposible que no terminara uno en los brazos del otro, con besos y caricias recorriendo cada centímetro de sus cuerpos. Darla sonrió y miró a su novio con amor, aún no se decidía a soltarlo, quería preguntarle cuán grande era el local, pero por lo pronto estaba más ocupada descubriendo cuán profundos eran sus ojos y que tan sexy eran sus curvas.

[Seba Granger]

Sonreí travieso con la acción que hacía mi novia, aproveche de tocar bien donde mi mano la había posado ella misma, di una palmadita delicada en su trasero, luego la acaricie con picardía por unos instantes, -Si eres mas baja amor, pero eso se puede arreglar- dije guiñándole el ojo mientras la cogía por las caderas y la ayudaba a que se posicionara en mi cadera abrazando sus piernas a ella.

-Creo que tu y yo tenemos tareas pendientes- añadí con un dejo de coquetería, que pensaría mi madre si me viera en aquellos menesteres en su local, en el lugar donde atendía a sus clientes.

Comencé a comermela a besos como a ella le gustaba, dando pequeñas mordiditas en sus labios con ternura, sabía que había ido a ahí a trabajar pero nada impedía que mimara un poco a mi novia en esos momentos, total estábamos solos, solo ella y yo sabríamos que pasaría en aquella tienda de varitas.

-¿Sabes que te amo con locura?, que me tienes totalmente embobado, que eres la única mujer que me gusta en todo el mundo, no puedo y no quiero estar sin ti, quiero fundirme en tu cuerpo, cada día, cada noche, en cada instante mi amor- volví a devorarme sus labios en un beso apasionado.

[Darla G Dumbledore]

La coquetería y ternura de su novio al acariciarla le transmitió un fuego que recorrió todo su cuerpo, sus brazos rodearon el cuello de él y sus piernas se engarzaron a su cadera en cuanto la alzó para solucionar la pequeña diferencia de altura que ellos generalmente evitaban en la posición más cómoda para amar. La vampiresa miró a su amado a los ojos y sonrió con deseo y amor mientras se pegaba bien a él.

 

--Muchas y buenas tareas --alcanzó a susurrar antes que sus labios se fundieran una vez más.

 

Si antes con la caricia se le habían escapado suspiros ahora eran pequeños gemidos y ronroneos con sus besos y sus mordiditas que la encendían de pies a cabezas marcando el centro de su ser con el fuego del amor. Sus labios y sus manos le correspondían con besos y caricias mientras disfrutaba de estar con él.

 

Sin embargo aún más que su cuerpo y sus labios, sus caricias y todo su ser fueron sus palabras la que la hicieron encender hasta más no poder. Lo besó con más pasión para luego susurrar con amor y deseo en sus labios.

 

--Yo te amo aún más Seba Granger y deseo con todo mi ser pertenecerte cada día, ser tuya, estar junto a tí, en cuerpo y alma si fuera mía, tú me tienes enamorada hasta más no poder. Soy tu mujer bebé --y sus labios lo besaron con más pasión y amor mientras acariciaba la nuca de su novio y sus piernas apretaban más, fortaleciendo el abrazo y buscando encender la pasión aún más si eso era posible de pasar.