Ollivander's (MM)

[Ada Camille Dumbledore]

El vestido rojo que traía encima definitivamente me tenia incomoda, el trabajar en un vestido tan entallado podía llegar a cansar, pero bueno ya tendría tiempo de cambiarme, la joven que preguntaba por los forros de piel de dragón y le di algunos para que los observara, después se despidió sin decir nada mas, seguramente no habían sido de su agrado.

 

Lizzy se había animado con los presentes y yo había sonreído evitando que me viera. Fui un poco a dejar en orden los elementos que habíamos sacado y me aleje al estante, la campanilla sonó y no voltee, solamente al escuchar la voz de mi hijo volví delante de la tienda sonriendo amplíamente.

 

Alce los brazos y fui directamente a el sin decirle nada, lo apreté a mi y beses su frente empinan dome en puntitas de pie para alcanzarle

 

- Como estas mi cielo?

 

Lo traje de la mano hasta el sillon y luego voltee a ver a Lizzy

 

- Lizzy descansa es mi hijo, yo estaré pendiente de la tienda si deseas ir a descansar un rato a la trastienda y ver tus presentes...

 

Volví a mirar a mi hijo haciéndolo sentar a mi lado y peine sus cejas algo despeinadas y que se mostraban algo lo contrariadas

 

- Uhmmm dime que sucede mi cielo, en que puedo ayudarte

 

Solté con voz suave y tomando su mentón para que me viera a los ojos

[Sunar PBT]

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Si era el hijo de a dueña. La bruja Dumbledore, lo recibió muy contenta por lo que pudo apreciar la rubia Housepiek. Por esa razón, se giró hacia la chica, dándole un tiempo del trabajo.

 

–Gracias señorita Ariane – agradeció Lizzy.

 

Despidiéndose se retiró hacia la trastienda. Allá se quedaría hasta que la necesitaran o algún cliente fuera a comprar a la tienda. Cuando estuvo dentro, buscó una butaca para sentarse y abrir el presente que le fue entregado. La dueña de la tienda, fue muy gentil en regalarle algo.

 

–Es muy bonito – balbuceó al ver una linda pulsera junto a unos pendientes.

 

También observó el certificado que le mencionó la señorita, pero no creyó que fuera necesario cambiarles nada. Sin embargo, iría para ver si había alguna otra cosa que agregarles. Fue una sorpresa increíble, porque nadie con el poco tiempo de conocerla, le había obsequiado nada.

 

Le agradecía tanto que por eso, trabajaba agradecida por su confianza.

[Seba Granger]

Al ingresar al local de mi madre la joven que estaba trabajando para ella no tardo mucho en atenderme, sonreí a esta esperando me recordara pero no estaba seguro que lo hubiera hecho del todo, -Hola, espero que si- dije a esta.

-¿Se encontrara mi madre?- pregunté a Lizzy.

La respuesta de la bruja no fue necesario, tan solo en unos segundos mi madre aparecía en escena, no estaba muy seguro de que parte salía, solo que estaba ahí, sonreí a ella y la abracé mientras agradecía con una sonrisa la amabilidad de Lizzy.

-Bien Ma, y ¿tu?- pregunte mientras me dejaba guiar hasta el sillón, espere hasta que ella se sentara para hacerlo.

Sonreí un poco con su gesto, luego solté un suspiro, -Te extrañaba, además que te tengo una noticia- pronuncie mordiendo mi labio un poco nervioso.

Aun no sabía muy bien como contarle que tenía nuera.

[Ada Camille Dumbledore]

El hecho de que mi hijo me buscara me hacia feliz, yo no era precisamente la madre mas común, no había sabido como ser buena madre, de hecho no e consideraba una buena madre. Pero de algo estaba muy segura y era de saber que cuando mis hijos me necesitaran estaría hay para ellos siempre.

 

El que mi hijo me confesara que tenia algo que decirme me hizo detener el corazón, solo esperaba que el estuviera bien y no fueran malas noticias.

 

para darle un poco mas de humor suspire y salí con una locura

 

- No me digas...adivinare... voy a ser abuela?

 

Solté con algo de humor, pero de veras me preocupara que me buscara y me dijera algo asi, no sabia como estar preparada para algo que le hiciera daño a alguien a quien amaba.

 

- Dime que es eso que debes contarme hijo

 

Dije mas seria pero con una suave sonrisa, manteniendo una tranquilidad que realmente no tenia

[Joaquín Granger]

Los minutos pasaron rápidamente mientras continuaba con mi trabajo de aquel día. Con energía renovada había firmado aquel montón con una rápida eficiencia y ya solo quedaban dos asuntos por resolver, aquello era todo un alivio, no recordaba cuando había sido la última vez que me sentiría completamente libre en la tienda, es decir sentarme en mi sillón y mirar por la ventana o hacer algunas compras sin la vocecilla de la conciencia que repitiera "tienes trabajo que hacer, maldito vago"

 

La sonrisa de placer al imaginarme estar libre en la tienda se esfumó cuando vi la penúltima hoja que debía firmar, y que en realidad no era una hoja sino tres. Se trataba de uno de nuestras hojas de inventario, en las que marcábamos las mercancías llegadas, para guardar en los archivos y tener un respaldo por si se perdían los recibos y boletas, y poder reclamar en cualquier caso. Y al parecer tendría que buscar en el libro de cuentas si las mercancías habían llegado, puesto que tenía unos cuantos materiales sin confirmar.

 

Solté un largo suspiro, firmé la última hoja, y la dejé en el montón que se había vuelto más alto del que había sido del que me había traído Kraven originalmente. Eso si que era ser una persona eficiente. Me puse de pie, decidido a bajar y consultar el depósito el libro (puesto que lo más seguro era que lo hubiera dejado allí, luego de haber hecho a medias aquel inventario). Al menos si había algo de lo que no dudaba era que si teníamos las boletas estarían guardadas allí, los elfos se habrían encargado luego de entrar y acomodar las cajas.

 

Bajé las escaleras con la mente puesta en aquel libro, y al estar a cuatro escalones de llegar a planta baja, me di cuenta que había olvidado la hoja arriba. Reprimí, apretando los puños, un grito de frustración al darme cuenta de aquello y continué hacia el depósito, obviamente pensando como un muggle, puesto que también había olvidado que tenía una varita y poderes mágicos. Era algo normal de lo que reiría después, al hacer tareas muggles mi mente se adaptaba.

 

Me detuve en seco detrás de un estante al escuchar a Ari, "...voy a ser abuela?". Por un momento me sorprendí, aquello fue penoso, puesto que yo sabía que ella, aunque se viera tan joven, no lo era, aunque igual que yo no teníamos ningún problema para ocultarlo. ¿De verdad, cuánto podía uno sentirse un muggle, o un simple humano? Era horrible, eran cosas a las que no quería volver. Volví a prestar mi atención a Ari y al muchacho, seguramente era su hijo, aunque bien podría ser un chismoso que revelaba cosas de alguno de sus hijos. Aunque siendo realistas aquello no parecía posible ¿Necesitaría Ari personas que espiara a su familia y le reportar la cosas después? Daba escalofríos sólo de pensarlo.

 

-Ari ¿no recuerdas si...? -comencé a decir mirando hacia el depósito como si no me hubiera enterado que estaba con visitas. Giré la vista y fingí, esperaba exitosamente, sorpresa al ver al chico-. Lo siento no sabía que estabas con visitas. -Me disculpé sonriendo cortésmente

 

[Seba Granger]

Al escuchar lo que me decía mi madre me trapique un poco, tratando de respirar de nuevo mientras sentía que los colores y el ardor en mis mejillas se apoderaban de mi, solo que no sabía si era sonrojo o que me estaba ahogando.

Respiré de nuevo viendo a los ojos a la Dumbledore, -No, no, no- balbuceo un poco antes de continuar, -No se trata de eso Ma, al menos no aun- proseguí.

Esto si era difícil la verdad no recordaba haberle dicho a nadie antes o haberle querido contar que tenía novia, estaba a punto de soltarle la noticia a mamá cuando un mago aparecía creo desde el segundo piso, miré a mamá luego al joven.

-Si estas ocupada puedo volver mas tarde- pronuncie a mi madre mientras saludaba al mago con un movimiento de cabeza.

[Ada Camille Dumbledore]

La vida muchas veces da momentos en que te hace valorar a la familia, ahora que veía a mi hijo aquí tratando de decirme algo acerca de su vida que el consideraba importante yo supiera, me hacia sentir bien.

 

Rei al escuchar su negativa ante la suposición del nieto. Antes de decir nada más Joaquin bajo al saloncito y sonrei de escucharlo.

 

-No hijo espera,el es mi querido socio...Tesoro el es mi hijo...

 

Tome de la mano a Seba, dándole a entender que ya hablaríamos en un momento

 

- de hecho te deje sólo en la oficina Joaquin, ven acompañamos con un te

 

Le invite cortesmente

[Seba Granger]

Observé a mi madre mientras me decía quien era el caballero que había aparecido desde los interiores del local, la verdad no sabía si mi madre tenía un amigo especial por decirlo así siempre había recordado que me había dicho que estaba sola por el momento, menos sabía que tenía un socio en su trabajo.

Extendí mi mano hacía el mago presentado como Joaquín, para estrechar la de él -Mucho gusto, Soy Seba- dije a este, luego regresaba donde estaba de pie mi madre luego de las presentaciones, sonreí al sentir su mano de nuevo.

Me senté una vez mas junto a la Dumbledore para luego tomar una taza de té en compañía de ellos, -¿Hace mucho son socios?- pregunte intentando entablar conversación, ya mas adelante le contaría a mi madre por el lindo momento que estaba pasando por aquellos días, tal vez hasta sería bueno presentarlas.

[Joaquín Granger]

Aunque ya había aceptado que aquel chico no era ningún espía de Ari, ni un chismoso, me sentí extrañamente aliviado cuando la pelinegra me dio que el joven era su hijo, aunque no dejé que se mostrara aquel alivio tonto, pues tampoco había tenido motivos para estar preocupado por algo. Era extraño ver a familiar de Ariane allí, en realidad, sería extraño ver a un familiar de cualquiera de los dos; no solíamos tener muchas visitas en el trabajo. Pero esperaba que aquel joven trajera buenas noticias.

 

-El gusto es mío, soy Joaquín Granger -aunque el nombre ya había sido pronunciado por mi socia, tenía por costumbre decir también mi apellido, no creía que a todos les interesara, pero en lo personal, el apellido de las personas me ayudaba a identificarlas mejor, o a relacionarlos con otras personas que quizás conociera. Por esa razón yo me presentaba así.

 

La Dumbledore formuló una invitación de un té, a lo que no sabía que responder. Por un lado, allí estaba Seba, deseoso de charlar con su madre, y sería de mal gusto no entorpecer aquello con mi presencia. Aunque no aceptar el té también era una descortesía, y a sabiendas de que su hijo tenía algo que decirle, aún así me había invitado ¿Sería que ella estaba nerviosa por lo que el muchacho tenía que contarle? Era algo extraño, pero era algo que podría ser.

 

-Está bien, aceptaré tu invitación -dije con una sonrisa, y comencé a caminar en dirección a la escalera de caracol, y hacia la oficina de Ariane. Bebería una rápida taza de té, y me retiraría con la excusa de que tenía trabajo que hacer, y aquello no era mentira. Era el plan perfecto.

 

Los elfos habían estado atentos, y cuando entramos, ya había una bandeja de plata con tres tacitas que humeaban elegantemente. Tomé asiento frente a la madre y su hijo, y sonreí por dentro al imaginarme una situación similar pero con Helena y Seishiro, yo en el centro del sofá y ellos a cada lado. Aunque faltaban bastantes años para aquello, ¿cuantos años tendría aquel chico? ciertamente, no podría decirlo. Seba inició la charla, y yo tomé mi taza y di un largo sorbo, no quería seguir importunando.

 

-Más o menos dos años y medio ¿verdad Ari? -Mi memoria no solía fallar, aunque siempre se me podían escapar algunos detalles.

 

Di otro sorbo al té, dispuesto a terminar aquella exquisita infusión, mientras escuchaba la respuesta de Ari, para luego dejar la taza sobre la charola de plata. Sonreí, tratando de parecer, tranquilo, despreocupado, como si no supiera que interrumpía algo, y me puse de pie. Aquel día no habría forma en que no terminara el trabajo antes de la hora de cerrar, incluso era posible que pudiera salir un ratito antes.

 

-Me encantaría quedarme -dije a mis acompañantes- pero debo continuar con mi trabajo, y estoy seguro que ustedes tienen cosas de que charlar -miré al chico y agregué- Ha sido un placer conocerte Seba, espero que podamos charlar mejor otro día. Me dirigí hacia la puerta pero me di la vuelta, y le guiñé un ojo a mi socia, ella sabría que significaba "hablamos luego". Cerré la puerta tras de mi, y llamé a mi elfo para que buscara el libro de cuentas.

[Ada Camille Dumbledore]

La verdad no era precisamente un momento incomodo, pero para mi era algo difícil el estar con mi hijo, quien siempre había conocido mi carácter de madre y de mujer seria, dada nuestra relación, pero era incomodo al tener al lado al que fue no solo mi amante y mi pareja durante un tiempo, sino el padre de mi hija que jamas presente a nadie.

 

Solo en algunos círculos le habían conocido, y había sido en circunstancias algo difíciles, por eso no me sentía muy tranquila, por eso no me pareció extraño que me quedara muda con la mirada en cualquier parte y con la copa de te en la mano.

 

Mientras ellos se presentaban y mi hijo hacia una pregunta que me incomodo un poco y joaquin se la respondió yo me sumergí en el delicioso aroma del Té, no sin tratar de reprimir en mi mente las imágenes de la noche de la concepción de mi hija y de lo aterrada que estuve en el momento en que salimos del embrujo de aquella poción.

 

Suspire casi con el rostro sumergido en la taza y cuando dijo que se iba me sentí culpable por mi actitud, algunas veces mi parte humana sentía dolor de lo que había pasado, aunque jamas me arrepentiría de haber tenido a mi pequeña hija menor.

 

- te vere al rato...

 

Dije con algo de dolor en la voz de verlo irse

 

- Bueno ya que estamos solos, podrías decirme que tienes que decirme que es tan importante?

 

Inquirí ya preocupada