El Hipogrifo Asustado (MM)

[Sagitas E. Potter Blue]

¿Por qué fui al hipogrifo? Pues no estoy segura, pero después de tanto tiempo sin estar en el pueblo, creo que necesitaba ir a la Guardería para preguntar sobre mi hijo y su comportamiento. Los niños suelen reflejar los cambios que hay en sus casas y me preocupaba un poco que Ithilion hubiera hecho de las suyas. ASí que, en cuanto pude, me acerqué a la guardería para preguntar a sus enseñadoras sobre su actitud. Esperaba que los informes fueran buenos.

 

Así que llegué cuando Reena abría la cancilla y entraba en el local.

 

-- Reena, espera, no cierres, que entro contigo.

 

Corrí un poco para alcanzarla, pues no las tenía todas conmigo sobre si no me cerraría las puertas en las narices, después de mi último comportamiento "estelar" en su casa, con las esculturas avanzando y arrasando la entrada de la Vladmir.

 

-- Pelillos a la mar, ¿Verdad? -- sí, claro, vaya forma de pedir disculpas...

[Tamarindo]

Estaba yo paseando por ahi... cuando via dos amigas en un local, ni me fijé de qué era este sitio, yo entré a saludarlas

 

-Hola chi.....caaaas.... ¿qué es esto?

 

Ojiplática me encontré cn que había niños por doquier, o al menos eso parecia. No puede ser, estaba en

 

¿Una guardería?

 

Desde cuando una de estas dos tenía una guardería.

 

Escuché algo de que sugus venía a por si hijo...

 

Vaya madre... dejar al crio aqui sin mas y olvodarse de el v_v asi va el mundo ...

 

menos mal que no es ella la que los cuida, sino de aqui los nenes salía muy mal.

 

-Gracias a merlín que es reena la que los cuida

 

Creo que me salió en voz alta, acaso no podia ser? :S

[Reena Vladimir]

Me sorprendió ver a mi tía tan fresca saludandome y pidiendo que la esperara, aunque como el rencor no me cegaba, hice lo que me pedía y hasta sonreí. Ibamos a entrar ya en el edificio cuando escuché que nos saludaba alguien mas.

 

-Que sorpresa Tamarindo!!

 

Desandube lo andado para acercarme a ella y así poder abrazarla, cuando la escuché comentar que le daba gracias a Merlin el sabio porque a los niños los cuidara yo, en vez de Sagitas, o al menos eso entendí yo. Sonreí y me sonrojé, porque era un alago que no me esperaba y porque sabía que Tama no lo día a mal. Otra cosa no, pero querer a la pelivioleta la queríamos mucho.

 

-Que tal estás? Da gusto verte, vienes a ver a nuestros niños o vienes a traer uno tuyo? ¿Dónde lo traes escondido? oooooooh ¿estás embarazada? Aiiiiiis enhorabuena!

 

La abracé hasta espachurrarla y luego me aparté para que Sagitas también pudiera torturarla un poco, aunque sin duda me alegraba por ella.

[Matt Blackner]

Caminaba por el callejón entre bostezos. llevaba un jersey fino de color negro, de esos con cremallera sobre una camiseta de color azul claro, acompañado de vaqueros del mismo color qeu el jersey.

 

Iba de camino a la guardería, donde unos días atrás también había estado de visita mi hermana, buscando ya inscribir a su hijo. vamos! sin decirlo aun al resto de la familia...y sin qeu hubiera nacido, eso debía ser una locura.

 

Además, se acercaba la navidad, y seguramente querrían decorar la guardería con cosas navideñas...algo de lo qeu entendía bastante poco, pero si se trataba de poner a los críos a pintar...bueno, eso si qeu sabía hacerlo.

 

Di un trago del café caliente que llevaba en la mano cuando me topé con mi madre, Reena y otra mujer que las saludaba con familiaridad. Al final no llegaba tarde, ni siquiera habían abierto las puertas.

- Hola.

[Sagitas E. Potter Blue]

Yo quería pelillos a la mar, pero la voz terriblemente aguda de mi ¿amiga? Tamarindo me asustó y di un bote sobre mis pies, con lo que creo que salpiqué a mi sobrina de tierra, o césped, o prefiero no saber lo que era. Murmuré un "hola" muy bajo pero que subió de tono en cuanto sentí el comentario de la chica.

 

-- ¿Cómo que menos mal que no soy yo quién los cuido? -- Me encaré con ella. -- Que sepas, Tamarindo de los amarillosos, que yo era la dueña de esta Guardería hasta que tuve que dejarla por orden ministerial.

 

Me crucé de brazos, enfadada, y le di la espalda. Al fin y al cabo, Reena la estaba recibiendo con la mayor de las alegrías. Si por mí fuera, le habría dado una patada en el cul0 por malcarada.

 

-- No está embarazada, está gorda -- le dije, con toda la mala leche, aún de espalda. -- Se llena de brownies y no reparte.

 

Y de tan enfadada que estaba, que ni saludé a Matt cuando nos dijo hola, a pesar de que me alegraba de verle.

[Reena Vladimir]

Ála que tremenda era mi tía. Sacudí la mano para gesticularle a Tamarindo que no le hiciera caso a Sagitas y luego saludé a mi primo.

 

El aire debió de cambiar de dirección porque a mi nariz llegó el olor a café que llevaba Matt en la mano y con una sonrisa en los labios me acerqué hasta su lado.

 

-¿Eso es café? ¿Te importa?

 

A mi la verdad es que no me importaba que fuera con extra de leche y azúcar, mientras fuera café, aunque a mi me gustase solo. Se lo cogí de las manos y le di un trago, que me supo a gloria porque estaba calentito.

 

-Gracias primo, buenos días.

 

Le devolví el vaso y le planté un beso en la mejilla, antes de volverme hacia las dos mujeres que nos acompañaban pensando en cómo poner paz entre ellas.

 

-Venga todos a dentro, hay que poner la decoración de navidad en las zonas comunes. ¿Te quedas, Tama?

 

Esperaba que si, un par de manos mas nunca eran demasía y si encima traían una varita consigo, pues mejor que mejor, porque eso era magia y era doble ayuda. Menos tiempo se tardaba.

[Tamarindo]

A esto sabía jugar yo tambien, y mientras Reena saludaba a su primo y le bebía café, (oh dulce manjar de dioses, café calentito con leche... yo tambien quiero per ome aguanté las ganas porque había que pelear v_v>)

 

--Mira quien fue hablar de gordas? ¬¬

 

Se la devolvi a sagitas...

 

--O qué te crees que por qué te llamo la Sugus? Porque te los comes a todas horas y ya tienes órbita propia, señora.

 

Ala, ya me había desahogado. No sé por qué estaba ella enfadada, pero si se metía conmigo, yo respondía v_v Y vamos, mas sy insultaba mi barriga de preñada de 25 años (no sé cuantos años tengo, ni sé donde verlo, asi que ahora tengo 25, aunque creo que tenia 23, o que era muy joven... no sé)

 

Creo que le había dado a dolor con esa frase... asi que entré rapido con reena a ayudarla a decorar y esperaba hacer la de habla cucurucho que no te escucho con sagitas (notese si estoy enfadada que ya no es sugus v.v) jaja.

 

-Bueno, dime que hago, que decoramos esto en un pis pas.

[Reena Vladimir]

Iba a terminar de entrar en el edificio cuando escuché la replica de mi amiga Tamarindo. Me quedé congelada en el humbral. No sabía que ella podía llegar a ser tan peleona, pero estaba bien descubrirlo, por si en algun momento llego a necesitar de su ayuda.

 

-Venga, dejad la pelea para mas tarde que si terminamos la decoración antes de que vengan los niños, nevamos el patio y hacemos una batalla de bolas de nieve.

 

Esperaba que eso las apaciguara un rato y las animase después porque sinceramente me apetecía mucho ese juego, por muy infantil que fuera. Pero desde cuando había yo dejado de ser infantil? Me reí por lo bajo y les hice gestos a mi tía y a mi primo para que me acompañaran ya que Tama, se encontraba a mi lado ya.

 

Aquello iba a ser divertido.

[Tamarindo]

Bueno, bueno, vale, que no es para tanto, y Sagitas tardó mucho en replicarme asi que entré toda feliz, dispuesta a poner todos los adornos que hiciera falta.

 

--Por donde empezamos? Dónde va el arbol? Y la chimenea? Quiero decorar el arbol de manera tradicional, agachandome y levantandome para colocar las cosas, es una de las cosas que mas me gusta.

 

Había empezado a hablar y como que tenia cuerda.

 

--Y me gusta la idea del patio nevado. Yo quiero pelera de bolas de nieve, pero nada de meter piedras en las bolas, que os veo venir v_v Que sois muy mal pensados y traicioneros... ALGUNAS... v_v

 

Entré y me puse a buscar por cajas que había por la sala a ver si eran las cajas de las decoraciones. Estaba muy nerviosa para empezar a decorar todo.

[Reena Vladimir]

Me froté las manos al entrar en el local, tenía muchas ganas de decorar y la compañía era la mejor.

 

-Tama! El árbol grande va al fondo del pasillo y la decoración la tienes a la vuelta de la esquina.

 

Pasé por al lado del árbol a decorar, a mitad de pasillo y me fui directa a la clase de los mas peques. Allí con poner unas luces era suficiente, a los niños les maravillaba. Cuanto mayores fueran mas elaborada sería la decoración ya que podían apreciarla mejor.

 

-¿Tenéis preferencia por alguna clase chicos?

 

Había vuelto sobre mis pasos y asomaba solo la cabeza por la puerta del aula, sonriendo y haciendo ondular mi pelo rojo brillante.