El Hipogrifo Asustado (MM)

[Mica Gryffindor]

Era hora de empezar a usar aquellos poderes que su bando recientemente le había confiado. Aún no se acostumbraba a ser Nigromante, apenas llevaba un tiempo entre los suyos. Se mordió el labio inferior, dubitativa pero ansiosa de usar los hechizos que tanto tiempo había deseado.

 

- Celerus- dijo con voz serena, completando en su mente aquella primera acción "Confundus" Xell no podría hacer más que dejarse llevar por la confusión que el efecto le causaría, sin poder concentrarse en otro tipo de acción.

 

- Fuego Maldito- agregó de inmediato, creando dos feroces leonas de fuego que, tras ser invocadas, corrieron hacia Xell, separándose para atacarla por distintos frentes. Una chocaría con ella desde la parte delantera, y otra atacaría por su espalda. Ambas felinas lograrían causarle quemaduras letales si no las atendía a la brevedad.

 

-Káidan- agregó finalmente, mirándo a los ojos a la joven para lograr aquel efecto. Sabía que la muchacha caería en un profundo terror que le impediría actuar con normalidad. Poco podría hacer en adelante...

[Felicity]

Alzó su varita y apuntó a los cuatro mortífagos del lugar, Mónica, Patrick, Zack y Agatha,

 

-¡¡Ardius Strellatus!! – y un flash de luz impactó en sus rostros, causándoles un picor tan agudo que no podrían ver y, en caso de no curarse una infección por la que deberían de recurrir a San Mungo con urgencia.

 

-Aqueora – e invocó un aqueora, una cortina de agua mágica que la cubría de los posibles ataques de parte del enemigo.

 

-¡¡Tripio sectusempra!! – dijo finalmente y tres rayos surgieron de su varita. Uno iba dirigido a Mónica, otro a Patrick y un último a Agatha, de impactar una herida profunda se abríra en sus pechos provocándoles desangrarse hasta la misma muerte.

[Monica Malfoy Haughton]

Levantó la varita pero esta vez su hechizo era para uno de sus compañeros, Zack.

 

- Detritus - una capa gaseosa lo envolvió protegiéndolo de cualquier mano enemiga, al igual que a Agatha. Luego Mónica se giró y miró de nuevo a Xell, la cual estaba en apuros y si no hacía nada, estaría en una peor situación. Pero por ahora no gastarñia mucho más energía en ella, sabía que el resto de mortifagos se encargaría si era necesario.

 

- Fuego negro - murmuró, provocando que una bola negra envuelta en llamas se levantara sobre su cabeza y se quedara suspendida en el aire. Mas tarde la usaría sin dudarlo si llegaba a necesitarla para algo, pero por el momento la dejaría allí arriba.

 

- Bueno, veamos si no nos aburrimos demasiado - susurró, entrecerrando los ojos y girando sobre sus talones.

 

 

OFF: La entrada de Felicity es invalida, ya que no tiene las lineas necesarias y tampoco hace off avisando de la defensa de Xell. Han pasado 20 minutos desde el llamado, por lo que nadie podrá venir a ayudarla.

[Xell Vladimir Potter Black]

Juraría que me habían lanzado algo antes, tal vez era el miedo que sentía en aquel momento (XD) lo que me había hecho dudar al final si había o no recibido alguna cosa. Lo que es seguro es que estaba muy confundida y eso era algo nuevo para mí. No paraban de hablar, uno de ellos me amenazó directamente con uno de esos fuegos horribles que tanto mal hacían. Otra me acusó de ser de la Orden. Pero si no llevaba la luz puesta, ¿cómo podían probarlo?

 

De repente, tuve conciencia de lo que pasaba, como si hubiera despertado de algo. Moví la varita hacia ellos, dispuesta a defenderme cuando me di cuenta que mi mano estaba vacía.

 

- Demonios - pensé. ¿cuándo me habían desarmado?

 

Sin ella era fenixiana muerta, con ella también seguramente, pero quería defenderme, así que corrí hacia mi varita para atraparla. En el momento en que la tomaba con las manos, sentí el impacto de otro hechizo, este muy doloroso. No me quejé, la sangre me hizo ver que me había alcanzado un Sectum.

 

- Malditos mortífagos - balbuceé, al sentir el dolor agudo. Aún no tenía fuerzas para musitar el hechizo sanador, pero pronto las tendría y entonces se iban a enterar esos malditos por irrumpir en la guardería. Pero esa idea ya no importaba, porque volví a quedar confundida y no sentí todos los hechizos que me venían encima.

 

 

OFF: no me quitéis a felicity, plis, plis, jajajaj..

[Monica Malfoy Haughton]

Se encogió de hombros. Había escuchado como la mujer balbuceaba algo antes de caer inerte, sin vida. Sus ojos verdes se fijaron en ella y bufó por lo bajo; su intención de sacarla con vida de aquella reyerta había fracaso. Mala suerte, fue lo que pensó aquel momento. De igual manera sabía que en la cárcel la regresarían a la vida y que por muy delicado que fuera el hilo que la mantuviera despierta, siempre podría hacerle las preguntas que tenía para hacerle.

 

- Supongo que es hora de irnos - murmuró, mirando a Patrick y Agatha. Zack estaba en el suelo, también sin vida y un atisbo de culpabilidad surcó su pecho. Se mordió el labio y cerró los ojos un momento hasta que finalmente volvió a separar los labios para hablar-. Nos vemos en la fortaleza...

 

Después de sus palabras se acercó hasta Xell y la tomó bajo las piernas y por detrás de su espalda; por suerte no pesaba demasiado, por lo que no le fue complicado llevarla hasta el exterior del establecimiento y desaparecer con ella posteriormente.

[Amir Carrow]

El tiempo parecía quedarse varado, junto con los acontecimientos. El ardor en su antebrazo izquierdo aún prevalecía, ahora que los compañeros de la Marca Tenebrosa habían aparecido para darle muerte a la mujer, quien estaba presuntamente involucrada con el bando rival. Patrick Colt no la dejaría escapar, no se lo perdonaría. Había estado demasiado ausente de las andanzas mortífagas como para fracasar en aquélla misión.

 

Avanzó, sintiendo el placer azotar su pecho ante cada hechizo que golpeaba el pecho de Xell. La mujer recibía cada impacto con una agitación involuntaria de su cuerpo maltratado. Pero, ahí estaba su magia, estampada en el cuerpo de la bruja transformando su vida en muerte. Qué fácil había sido aquél suceso, como siempre.

 

Mientras seguía caminando a paso lento, recuerdos recorrían su mente. Cada vez que veía otra persona sucumbir ante su poder oscuro, seguía seguro que no necesitaba esa arma de plata que le proporcionaba más letalidad.

 

La muerte había llegado ante los ojos de los pequeños, cuyos padres eran clientes de dicha guardería, uno de los locales del Callejón Diagon. Y del mismo modo que sus recuerdos se acabaron, se acabó esa distancia entre sus compañeros Zack y Agatha, a quienes tomó del brazo y guió a la salida.

 

Eran extrañas las miradas hacia el trío cuando salieron al Callejón mismo, que tenía en común todos los negocios mágicos en Londres. Y ni siquiera cuando desapareció con ellos, se paró a pensar que esas miradas de extrañeza se debían a que era un enmascarado sin ropa tomado de las manos de sus compañeros, antes de desaparecer del lugar.

[Monica Malfoy Haughton]

Off Rol.

 

La muerte y captura de Xell es válida como ya he hablado en msn con Jessie, la cual la ha aceptado.

 

Por parte de la marca, Zack ha muerto por editar su segundo post (cuyos ataques son inválidos además).

 

Lamento los problemas surgidos durante la captura. Espero que nos encontremos pronto de nuevo.

 

Saludos!

[Sagitas E. Potter Blue]

Aquel lugar era horrible. No sé si Reena se encontraba a gusto o no allá, pero el dueño me debía una, así que me proporcionó lo que necesitaba para la guardería, aunque tuve que pagarlo, de eso no valieron las amistades. Un elfo de aquel local se encargó de llevar todas la garrafas de agua hacia la Guardería, siguiéndonos a mi sobrina y a mí.

 

El calor era fuerte en el Callejón; al menos en la taberna se estaba mejor. Pero era menester regresar a la guardería. Pronto llegarían los padres a buscar a sus pequeñuelos y me gustaba estar en la Dirección. Siempre algún pesado se acercaba a preguntar algo.

 

Algunos gritos nos indicaron que algo pasaba.

 

-- Un ataque -- pensé, sin darle más importancia. Por desgracia, eso se estaba volviendo bastante usual estos días.

 

Seguimos hablando de nuestras cosas cuando llegamos a la fachada. Palidecí. ¿Habían atacado la guardería?

 

-- ¡Por Merlín! Es una guardería. Aquí no hay dinero, sólo niños... -- me enfurecí y corrí al interior, dejando atrás a Reena.

 

En la puerta había signos de lucha, y en el interior...

 

-- ¡Sangre! -- palidecí.

 

Vi a Taga, la elfina de Reena, que lloraba, levantando unas sillas tiradas de cualquier manera.

 

-- ¡Taga! ¿Los niños...?

 

Y me señaló una puerta. La abrí en cuanto llegué. Dormían. Matt y Fenrir estaban dentro, vigilándolos. Parpadeé, confusa. Cerré la puerta y musité.

 

-- ¿Qué ha ocurrido?

 

-- Se llevaron a la Niña Xell. La mataron, Ama Sagitas. Y lo último que le hice fue reñirla y castigarla...

 

La elfina lloraba pero ya no la miraba a ella. Miraba a Reena, quien había escuchado todo desde la entrada.

[Matt Blackner]

Que demonios? no supe que pasaba...

 

solo que entraron enmascarados gritando y lanzando hechizos. El problema era que los niños estaban allí y entraban por todas partes.

 

Sin darno cuenta Xell y yo nos separamos, debíamos proteger a los niños y dos de ellos entraron por donde ellos dormían. Me lancé allí y...

 

no lo se. Llegaron y después se fueron. Luego Sagitas llegaba y Taga lloraba. Reena...

 

- Lo siento. - murmuré. - Yo..intenté...Entraban por todas partes, no quería dejar Xell sola, pero dos de ellos estaban en la habitación donde dormían los niños...

 

Fenrir gimió tristón y se acercó hasta donde estaba Reena, se sentó frente a ella y alargó una pata, cmo pidiéndole permiso para acercrse y que le acariciase. Era su forma de dsculparse con ella.

 

Me sentí fatal. Ahroa todo el lio de las pinturas parecía una tontería muy lejana.

[Sagitas E. Potter Blue]

Lancé un suspiro con el que intenté ganar tiempo. Reena parecía a punto de desmayarse. O poner el grito en el cielo. O las dos cosas a la vez. Moví la varita y moví una silla de niños, de color rojo y azul, y la puse por detrás de ella. Después la obligué a sentarse.

 

No me dio tiempo de preguntarle nada porque apareció Matt. Sentí un gran alivio al verle, pero no quería reflejarlo porque, al fin y al cabo, era a la hija de Reena a quien se habían llevado. Como siempre, Matt se sentía culpable y pedía perdón. Dejé un momento a Reena y me acerqué a él, sin pronunciar palabra. Sólo le abracé, con el miedo a que le hubiera pasado algo, satisfecha de verle bien y orgullosa de que hubiera protegido a los niños.

 

Le abracé, sin pronunciar palabra.

 

Fenrir aprovechó para pedir disculpas a su manera a Reena. No sé... No sabía decir si que callara era malo o bueno. Di órdenes a los elfos para que limpiaran todo y no hicieran silencio, para que los niños durmieran.

 

Mejor que no supieran lo que había pasado. Eran muy niños para asustarles como estaba asustada yo.