El Hipogrifo Asustado (MM)

[Matt Blackner]

Noté calor en las mejillas conforme iba poniéndome rojo. Sagitas había lanzado un bufido en cuanto Xell mencionó mi nombre como cuentacuentos. Asi que no tardé demasiado en negarme a ello, no por nada...

 

Básicamente no sabía contar cuentos, y parecía una tontería pero tampoco me gustaba demasiado decirlo, porque todos me acababan mirando como un bicho raro, para ellos tal vez fueran muy normales, pero para mi...en fin...

 

Además, con el único niño qeu me llevaba bien era con Ithilion, además de Argi. Nunca sabía que hacer con los niños, no los entendía demasiado y acababa quedándome parado y sin saber como reaccionar con ellos, terminaba por sentirme un estorbo.

 

- Si, mejor...mejor que sea ella quien los cuente, yo me dedico a hacer desaparecer lo qeu salga del cuento.

[Sagitas E. Potter Blue]

Me hizo gracia que Matt se pusiera rojo. Creo que voy a investigar una poción que haga que no se ponga colorado cada vez que hablemos de él. Aunque tal vez tuviera efectos secundarios y entonces sería peor. Pero lo lograría, tal vez debiera pedir ayuda a Heliké, como profa de Pociones seguro que sabríamos hacer una poción juntas para "curar" a mi hijo y su novio.

 

-- Bueno pues, decidido. Yo soy la lectora. Ahora falta saber si puedo escoger el libro que quiera o me vas a elegir uno tú que no ponga en peligro la integridad física de los niños ni la estructura arquitectónica del lugar, Reena.

 

Puse cara angelical que sabía que no la engañaba, pues ella me conocía lo suficiente como para saber que, si me dejaba, les contaba "La Historia Interminable" con el gigante comepiedras que seguro que aparecerían por todas partes. Aunque tal vez no fuera tan mala idea, había dragones, magia, heroismo y siempre podríamos convertir las piedras en azúcar comestible. ¿Qué podía pasar? ¿Qué cogieran caries? Pues les enseñábamos a lavarse los dientes y ya.

 

-- ¿Cuándo empezamos?

[Hecate Engosvezhof]

Había salido de la mansión Rambaldi para ir dar un paseo por el callejón diagón... Quería saber cómo iban las cosas en el hipogrifo Asustado. La verdad, era un negocio en el que apenas había ido alguna que otra vez de visita. Sólo había cuidado a creía recordar al hijo de Cye, y se me habían congelado las manos gracias a su poder de controlar el agua...

 

Me había puesto un chandal básico de color negro, con pantalón y la chaqueta además de las zapatillas de deporte. Llevaba la varita y el monedero de piel de moke en los bolsillos. El pelo atado en una cola de caballo alta.

 

Hice la aparición a unos cuatro metros de la entrada principal. No sabía porqué pero... Me daba la sensación de que ese sitio necesitaba ser vigilado, o al menos, intuía que había algo fuera de lo común. Decidí investigar un poco. Fui caminando lentamente, aspirando los aromas de las flores del jardín. Llegué a la puerta principal y toqué tres veces esperando a que alguien me abriese la puerta.

[Matt Blackner]

Metí las manos en los bolsillos mientras miraba al suelo, esperando a qeu se me pasara un poco el rubor, pero, pero...no había manera! si me gustaba poco ser el centro de atención, y además se trataba de niños, cosa qeu no solía dárseme demasiado bien.

 

Menos mal qeu ella estaba encantada de hacerse cargo de contar el cuento. Ahora solo quedaba elegir cual, y el momento. Por la cara que ponía, con tanta amabilidad en ella, supe que pensaba alguna trastada si le dejaban.

 

- Supongo qeu podrás contarlo cuando consigamos reunirlos a todos en un mismo sitio. Asi qeu elige lugar y los llevaremos. - parecía que estaba hablando de pastorear un rebaño de ovejas...

 

De pronto oí que alguien llamaba a la puerta de la guardería. Elegí aquel momento para poder salir, a ver si al darme algo de fresco en la cara se me pasaba el rubor.

- Heli! qeu haces aqui? - pregunté dejándola pasar.

[Hecate Engosvezhof]

- ¿Es así cómo recibes a tu chica? - comenté con cariño y dándole un suave beso, en cuánto por la puerta se asomó una cabellera rubia y me había nombrado.

 

- Pues la verdad, vine a investigar cómo estaban las cosas por aquí - me encogí de hombros....

 

<< Estaba dando un paseo cuando no sé, sentí algo extraño. Ya sabes que a veces mi don de la empatía a veces está en on - reí por lo bajo.

 

- Fue cuando pasaba por aquí. No sé... - negué con la cabeza. Frunciendo el ceño.

 

- Quizá sean paranoias mías. Ya sabes, desde lo de que estamos pendientes de un hilo por descubrir al traidor del Consejo. Bueno, digamos que ando más sensible de lo normal...

 

Había pasado al interior y otra vez ahí tenía esa rara sensación.

 

- ¿Sabes si tu madre, ha detectado algo raro? Ya sabes auras y esas cosas. Algo fuera de lo común - pregunté preocupada- es cómo un aura maligna. En un árbol cercano sentí graznar un cuervo y aunque no creo en las supersticiones, éstas dicen que traen mal agüero. La muerte -aclaré yo, mordiéndome el labio inferior. Cerré la puerta rápidamente. Pero aún seguía eso ahí. Fijé la vista hacia el techo...

 

- Puede que esté arriba - comenté en un susurro.

[Matt Blackner]

la sostuve un momento por la cintura mientras me besaba a modo de saludo, a penas entró en la guardería. Notaba qeu algo le pasaba, y no tardó en revelarme el motivo.

 

Decía haber sentido algo maligno aqui, en la guardería, pero yo no lo había notado. Sonreí ligeramente al oirla decir que no estaba muy segura, pues a veces su sentido de la empatía iba y venía.

 

- Deberías aprender a dominarlo, lo sabes? - le dije.

 

Pero negué con la cabeza.

- No ha sentido nada, y yo tampoco. Aqui todo está tranquilo, excepto porque mi madre va a contar un cuento a los niños y vete a saber como acabamos.

 

Metí las manso en los bolsillos, caminando por el interior.

- Tal vez esté fuera, no exactamente aqui. Si no dominas esa habilidad como deberías puedes confundirte. Aun asi... - echar un vistazo no tendría que ser tan malo.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Me acaricie con añoranza y miedo mi vientre. Dentro de muy pocos meses, si sobrevivía al parto y a la enfermedad que portaba, iba a requerir los servicio de la guardería, sobre todo si quería seguir trabajando en el Ministerio y de seguro así era. Me gustaba demasiado mi trabajo, compartir con mi familia, ayudar a brujos y muggles por igual, las aventuras que vivíamos en el trabajo así que tenia que dividir mi tiempo entre mis hijos que ya eran 4 y mi trabajo en el Ministerio y en la radio. De seguro que no sabia como hacia mi madre para poder llevar no solo 1 sino 4 negocios al día, 4 hijos y un Departamento entero, era una mujer extraordinaria y de seguro me sentiría orgullosa si llegaba a ser la mitad de maravillosa que ella.

 

Dejé caer las manos a los costados y fruncí el ceño, los días que pase en el Hospital no fueron los mejores pero de seguro que me dieron perspectiva y lucharía por mi hijo con todas mis fuerzas que ya eran pocas, pero si tenia la ayuda de mi mamá seguro que lo conseguiría. De todos modos después tendría que pasar a buscar un abogado para redactar mi testamento, solo por si acaso.

 

Me miré en el vidrio de la entrada de la guardería para tratar de que mi aspecto no demostrara cuan mal me sentía, tenia una camisa ajustada tapando las vendas que mi hija me había puesto, un par de jeans no tan ajustados para no sentirme incomoda o para lastimar aun mas al bebé y mis habituales botas para patear traseros. Abrí la puerta de la guardería y miré alrededor a la acogedora estancia y llamé:

 

-Hola, chicos... necesito hacer una inscripción...

[Aysha Potter Black T.]

La joven madre tenía en sus brazos a su hija la cual solamente estaba pendiente del juguete que le había comprado su madre hacía pocos segundos atrás. Mirando la guardería que tenía al frente Aysha tomo en brazos un poco mas fuerte de lo normal, tenía que inscribir a la niña allí para que ella pudiera ir al trabajo y así no estuviera mas preocupada de que estuviera haciendo Alma con Zoe.

 

Sonriendo un poco solamente entro al lugar mirando al rededor detallando que era seguro y no había nada de peligro allí, sin pensar fue hasta el lugar donde se hacían las inscripciones para dejar los datos y para que le dijeran el día en que podría dejar a Zoe al cuidado de ellos pero solamente por 4 horas al día ya que las demás horas la tendría ella en sus brazos ya que era parte de su vida.

 

--Buenas tardes, vengo por una inscripción.. es una bebe de semanas solamente.. pero debo ir a trabajar y se que aquí es el mejor lugar para cuidar a los niños..--

 

Tras decir esto suspiro y miro al a joven que la estaba por atender, se veía simpática así que solamente suspiro y confió en el consejo de su hermana Sagitas de llevar a Zoe allí.

[Matt Blackner]

Apenas había dado la espalda a la puerta, esta se volvió a abrir. Nos giramos para ver quien era, encontrándonos de frente con Perenela. Alcé la ceja, parecía un poco mejor, y al parecer había optado por seguir adelante...algo casi impensable apenas un par de días atrás.

 

Aunqeu cuando pidió la inscripción la agarré del brazo, igual qeu a heliké, tirando de ella hacia la cocina, eso si, cuidando de no hacerle daño.

 

- Pere, no es un poco...pronto? pregunté. En realidad desconocía el momento idóneo para hacer la inscripción, pero algo me decía qeu era mejor cuando hubiera nacido. - Además, lo sabe mamá?

 

 

Mientras nosotros seguíamos dentro de las cocinas, un elfo salía para atender a Aysha, qeu tambén venía a realizar una inscripción.

- Buenas tardes señorita, aquí tiene, una inscripción.

 

 

 

http://i711.photobucket.com/albums/ww117/Periodicomortis/SAGITAS/NEGOCIOS/Guarderia/v4oxN-2.png

Nombre del niño:

Datos particulares:

Nombre de los Padres:

Mansión en la que vive / Familia que se hace cargo:

Fecha de Nacimiento:

Registro en el MM :

Vacunas / Revisiones médicas / Alergias:

Mascotas

Alimentación

Observaciones:


Datos académicos:

Horario dentro de la guardería:

Curso:

[Reena Vladimir]

Antes de pasarme por el ministerio y ya que estaba en Diagón pues decidí aprovechar para dejarme caer por la guardería, a ver si todo marchaba bien, prácticamente estábamos en navidad y ni siquiera me había acercado a mirar que todos los adornos fueran seguros para los niños antes de que se pusieran, por lo que debía hacer la inspección y después sorprenderlos al dia siguiente con la decoración del pasillo ya que las aulas siempre eran cosa de ellos.

 

Les encantaba hacer copos de nieve o muñecos completos y llenar las paredes de dibujos de santa claus...

 

Si a ellos no les gustaba la navidad, no les gustaba a nadie y a mi me hacía muchísima ilusión ver sus caritas, rojas por el frío, ahumadas por tazas de chocolate o pegadas a los cristales mientras esperaban a que santa apareciera en la guardería para poder decirle qué querían para navidad.

 

Eso me llevó a pensar en si Matt querría hacer de santa este año... Tendría que preguntarle para salir de dudas, pero por lo pronto, abrí la cancela del jardín y me dirigí hacia el edificio.