El Hipogrifo Asustado (MM)

[Hecate Engosvezhof]

Ceo - elfo doméstico multiusos

 

El elfo asintió varias veces con la cabeza. Pero no le gustó para nada el regaño que le había lanzado. Decidió mejor obviar eso y continuar con la información que le había dado a la Directora.

 

Tal y cómo era de esperar parecía muy curiosa y a la vez preocupada. Era lógico esa intrusa pudo ir ahí para hacer daño.

 

Ceo fue guiado hasta una puerta grisácea y llegaron hasta lo que parecía unas cocinas, Ceo no se fijó en eso y siguió con lo que había dicho al principio.

 

- Sí señora, por eso he corrido. He llegado hace diez minutos para ver si usted necesitaba alguna cosa, cuando vi a alguien que saltaba desde el tejado. Fui corriendo hasta llegar a los arbustos y vi que desaparecía tras dar un salto a la pequeña verja que rodea la guardería y me fijé en que era una mujer.

 

Terminó su pequeño relato, ahora seguro que se alborotaría o incluso haría montar guardia, era lógico, esa institución cuidaba a los futuros magos y brujas.

[Sagitas E. Potter Blue]

Cerré la puerta de la cocina para que nadie oyera, no quería que a los niños pudiera escapársele algo delante de sus padres. Miré a Matt y después hice un gesto al elfo para que hablara. Escuché lo que decía y puse mala cara.

 

-- ¿Desde el tejado? -- interrumpí un momento. Después dejé que prosiguiera.

 

Quien fuera saltó del tejado, saltó la verja de la guardería y desapareció. Y era una mujer...

 

-- Huum ...-- dije cuando acabó. -- ¿Sabrías identificarla si la vieras de nuevo? Es... ¿qué haría una mujer en el tejado de la guardería?

 

Esta pregunta iba hacia Matt, quien nos escuchaba en silencio.

 

-- Vale, yo informaré a Reena de que hay que multiplicar la vigilancia. A partir de hoy, nadie puede entrar en la guardería aunque sea padre si no hay uno de los cuidadores presentes, por si acaso nos roban un niño. También hay que mirar los expedientes, por si es que hay algún niño especial por algún motivo. Aunque no creo, todos los niños son de gente del pueblo, nadie importante, o demasiado importante al menos. Quiero decir que nadie noble ni de la realeza. Todos son magos normales y corrientes. Si al menos tuviéramos los hijos de la viceministra, entendería que pudiera haber peligro, pero...

 

Pero algo buscaba esa mujer, estaba segura, sólo que no podía imaginarme qué era.

 

-- Ceo, gracias por el informe. Ahora me gustaría que pensaras en esa mujer y me la describieras. ¿Estarías dispuesto a compartir ese pensamiento conmigo? Puedo pedirle a mi sobrina Heliké que me deje el pensadero de Accidentes y verla, a ver si la reconozco de alguna manera...

[Hecate Engosvezhof]

Ceo - elfo doméstico multiusos

 

El elfo se quedó mudo mientras "su jefa" preguntaba sobre lo que estaba pasando. Tal y cómo pensó ahora hablaba de la seguridad. Sí, tenían que reforzarla y rápido. La verdad es que al sirviente le pareció raro que no se encolerizara, decían que tenía mala fama de mujer con mucho genio.

 

- Sí señora, no habría problema en eso - sonrió e inclinó la cabeza.

 

- Pues - rascó su pequeña cabeza, pensativo - sí, era una mujer alta, con pelo oscuro, creo que era una vampira. Porque corría más que un humano normal y se desapareció en cuánto traspasó la pequeña verja que rodea la guardería - comentó.

 

- Es una buena sugerencia ama, pero me da la impresión de que era extranjera - dijo Ceo.

[Sagitas E. Potter Blue]

El elfo parecía extrañar algo pero era servicial, así que no pensé más en ello y me ocupé de lo que hacía falta en aquel momento: la seguridad de la guardería. El elfo acató mis órdenes al instante y después describió a la extraña.

 

-- Mujer alta, pelo oscuro... ¿Vampiro? ¡Demonios desdentados!

 

Esa era una mala noticia. Había vampiros que gustaban de la sangre infantil por considerarla más buena y menos adulterada. Creo que palidecí y busqué el brazo de Matt.

 

-- ¿Por qué dices que era vampiro? ¿Y extranjera? ¿Cómo puedes haber observado esos detalles.

 

Pensé en todos los niños que teníamos al cargo y pensé que el Ministerio estaba al cargo de todos los vampiros del pueblo y los controlaba. ¿Podría ser el motivo de su presencia aliviar su sed de sangre? ¿O habría otro motivo escondido? Porque la primera posibilidad ya era horrible como para pensar en algo peor.

 

-- Ceo, por favor, ya que tú la has visto... Estate al tanto, mientras aumentamos la seguridad del pueblo.

[Hecate Engosvezhof]

Ceo - elfo doméstico multiusos

 

El elfo asintió con su cabeza a las palabras de la directora. Sí, ahora estaba más preocupada por antes y era lógico, teniendo a cargo futuras generaciones de magos, era fundamental protegerlos a todos.

 

- Pues, reconocí que era vampiro, porque una vez serví a una familia de esa raza y la verdad para mi desgracia, los puedo reconocer bastante bien - comentó el doméstico, agachand la cabeza y rascándose la nuca. Cada vez que lo pensaba le daban escalofríos pero al menos, la familia le había pagado bien sus servicios.

 

- Deduje que era extranjera, porque conozco a todos los vampiros que hay por aquí - asintió con la cabeza- sí, llevo muchos años tratando con esos seres y sé fácilmente reconocerlos. Por eso supe enseguida, que era extranjera. Quizá no sé, puede que del norte de Europa.

 

- Por supuesto señora, cuente con mi ayuda para esos menesteres - el elfo agachó la cabeza e intentaría avisar al resto de los elfos domésticos que conocía para que, si volvía que sus colegas le avisasen de su presencia y atajar el problema.

[Sagitas E. Potter Blue]

Vaya, este elfo me sorprendía mucho. Otra vez volvía a mí la pregunta de dónde habría salido ese elfo. ¿Una familia de vampiros? Pues seguro que tendría muchos chismes que contar. Aunque, conociendo la discreción de los elfos, seguro que no soltaría prenda. Eso me daba aún mucha más curiosidad.

 

-- No tuvo que ser agradable, no -- dije, para ver si soltaba prenda.

 

En cierta manera, aquel elfo me daba pena pues el elfo bajó la cabeza y siguió hablando. Lo siguiente me sorprendió más aún.

 

-- ¿Qué conoces a los vampiros del pueblo? ¡Por Merlín! Yo no conozco a casi nadie. A muy pocos, la verdad.

 

¿Y ahora vampira del norte de Europa? Madre mía, este elfo era un compendio de sabiduría. Yo no distinguiría un vampiro francés de uno americano, vamos...

 

-- Bueno, lo primero es extender un campo de protección por encima de la guardería. Sólo los empleados podremos traspasarlo, con lo que, a partir de hoy, los padres sólo podrán entrar acompañados de elfos y de nosotros. Sin excepción.

[Xell Vladimir Potter Black]

[tres páginas después]

 

Había reñido a la prima porque corría en la guardería. Si los niños cumplían las normas, más debíamos hacerlo las cuidadoras. Conseguí que se parara en el jardín.

 

- Oh, prima, es normal que los niños no sepan controlar la magia, por eso tenemos a mano nuestra varita, para enderezar lo que hacen y enseñarles que han de ser prudentes. ¿Era Argentus, dices?

 

Me extrañó, porque hacía un momento que había visto a la prima Sunar que se lo llevaba.

 

- ¿Te congeló las manos? Oh, entonces era él, que es quien sabe usar el hielo así. Oh, ¿te hiciste mucho daño? ¿A ver? La tía Sagitas tiene crema para las quemaduras en la cocina. El frío es como el calor, dejan una herida similar. Ven.

 

Le indiqué que me acompañara pero no estaba segura de si ella quería o no quería seguirme. Entonces noté algo extraño. Era como un velo que cubría el cielo de la guardería. Supe enseguida de lo que se trataba.

 

- ¡Oh, prima! Están extendiendo un campo protector por el Hipogrifo. ¿Qué habrá pasado?

[Matt Blackner]

Un par de días después

 

Llegaba pronto al hipogrifo. Pero aquel intento de trastada de sagitas...o bueno, en su defecto, aquella excusa qeu me había puesto, qeu estaba intentando hacer un boceto para animar las paredes me había dado una idea. A lo mejor no solo podíamos pintar los pájaros. Podíamos hacer más animales, un bosque....o un dragón.

 

Sería genial, un dragón y un hipogrifo para hacer honor al nombre de la guardería.

 

Pero claro, como la idea no le gustase, se me iba a caer el pelo. por eso me quedé mirando la pared, pensativo. Ojalá aquel día los pequeños no dieran demasiado trabajo y pudiéramos preparar las paredes, además de acabar el tema de las flores y el jardín. A lo mejor podíamos ayudarnos de los niños para aquello. Seguro que les gustaba llenarse de tierra las manos.

[Reena Vladimir]

Arrastré los pies desde el punto en el que aparecí hasta la guardería, iba frotandome los ojos y caminaba por instinto o mas bien me arrastraba, pero no me importó demasiado, tenía mucho que hacer hoy y por algun lado tenía que empezar.

 

-Oh, merlin! Matt, Pero si casi es de noche aun ¿Qué haces aquí?

 

Me puse una mano de bisera para mitigar la luz que me daba en los ojos y lo miré con ellos entornados. Él pasaba de mirar la pared a mirarme a mi y me preocupé.

 

-Una de dos, o la acabas de repintar o pretendías encantarla ¿con qué fin?

 

Yo estaba un poco alejada de dicha pared y con los ojos prácticamente cerrados, poco podía hacer, iba a tener que fiarme de lo que dijera el pelirrojo. Ahogué un bostezo de forma poco disimulada y pestañeé mucho para adaptarme a la luz.

[Matt Blackner]

Si qeu era temprano aun si...para cuando terminé mi pequeño cometido aun era de noche, aun estaba oscuro....al menos esperaba que la sorpresa qeudara bien y que les gustase....apreciaba lo suficiente mi vida para preocuparme de aquel dato.

 

De pronto alguien se acercó. Era Reena, aun dormida y con los ojos cerrados por la molestia de la poca luz qeu aun reinaba alrededor. Me había cazado con las manos en la masa y sabía loq eu hacía hasta cierto punto. Tragué un par de veces, preparándome para decir lo qeu acababa de hacer.

 

- Este....verás....el otro día Sagitas quería pintar algo y yo...bueno...

 

Me hice a un lado para dejar qeu pudiera ver bien el mural. Y es que ahora la pared tenía pintado un bosque, y en aquel dibujo mágico se veía el movimiento de los pájaros, de pequeños animalillos....y de un hipogrifo. Además, a lo lejos, el dibujo de un dragón. Era un gran dibujo en movimiento, similar a las fotos o los cuadros de Hogwarts.