El Hipogrifo Asustado (MM)

[Sagitas E. Potter Blue]

Me sentí muy querida por Reena. Ni ella ni yo acostumbramos a tener gestos amables, somos más bien duras y poco dadas a mostrar familiaridad; los besos y los abrazos no son para nosotras, tal vez sí en momentos de intimidad pero delante de público no somos muy locuaces. Pero hoy me estaba dando fortaleza y apoyo y eso lo valoraba muchísimo.

 

Todo aquel montaje de frialdad era una pantalla. A las dos nos dolía muchísimo la actitud de Nely, y las dos la superábamos como podíamos.

 

-- Tienes razón. Es una quimera. No hay terceras personas. Trabajemos un poco, que se nos acumula el papeleo.

 

Me senté en el sillón al lado del suyo y empecé a leer papeles. Burocracia pura y dura. Reena estaba más acostumbrada a ella porque en el SAW era igual, todo papeleo. Pero a mí me aburría. Sin darme cuenta, tomé el camioncillo y lo moví de arriba a abajo por el mostrador que ambas compartíamos. Si no fuera una guardería, pediría que alguien me sirviera una copa, para alejar la preocupación de mi cabeza.

 

Menos mal que lo era, pues a mí el alcohol me sentaba como un mal hechizo.

[Matt Blackner]

Xell también estaba alli, hablando con la tía Hayame. Apenas pude saludarla, porque en cuanto la vio Heliké se despidió de mi y salió corriendo, tirando de la rubia hacia el jardín. Reí levemente al oir como la prima le regañaba. Pero Heli parecía estar mal. Lo sentía, le agobiaba lo qeu había sucedido con Argi. Tal vez ella lo interpretara como algo oscuro qeu rondaba la zona, pero se trataba de ella misma. Era la ventaja de saber utilizar la empatía, qeu podía distinguir esas pequeñas diferencias qeu llevaban a confusión.

 

En el despacho de Sagitas se oían voces. parecía que hablaba con Reena y por un segundo temí qeu le contase lo qeu habíamos ido a hacer al saw. No era nada malo, pero no sabía como se lo iba a tomar. Asi qeu mejor actuar con normalidad, no era bueno escuchar conversaciones ajenas....

 

Y menos aun cuando uno de los niños empezó a llorar. Era la hora de la siesta, asi qeu me acerqué para ver qeu le sucedía.

- Ya está, no llores.... - le dije.

 

La pequeña quería su peluche, pero no lo encontraba. Asi qeu le cogí de la manita para que me ayudara a buscar a su peluche, un pelícano con el pico naranja según ella.

[Hecate Engosvezhof]

Ivanova Selenska

 

Después de gritar y patalear, a la bruja Ivanova le sorprendió como esa chiquilla se alteraba por nada... Se fijó en que entró al interior y momentos después salió al los jardines con una mujer rubia, muy bonita, por cierto. Podía atacarla ahora, dejarla K.O y luego entrar a matar a todo cuánto crío se encontraba en su interior... Pero algo sabía que el interior estaba revuelto de alguna forma...

 

Lo que no entendía era que, como no la habían detectado ya. Suspiró al ver que al joven pelirrojo le había dicho a la cuasi peli negra que eran imaginaciones suyas lo de detectar la maldad o en su caso auras extrañas. Sonrió, sí, aún esa chiquilla debía de aprender un poco más en ese arte. No muchos vampiros lo tenían y lo que lo tenían tardaban muchos años en dominarlo. Seguiría esperando, observando sin ser vista en lo alto del Hipogrifo Asustado.

[Matt Blackner]

Donde demonios estaba Sagitas? o....las demás, quien fuese? yo no sabía como calmar a los niños. Lo intentaba, pero a veces tenía la sensaciónd e qeu no conseguía nada. No tenía ni idea, y además no conocía demasiado a los críos.

 

Sagitas habría encontrado el peluche de la pequeña en un momento y la habría tranquilizado al instante. Pero yo tardé bastante rato en conseguir qeu se echara a dormir de nuevo, abrazada por fin a su peluche, más tranquila.

 

Pero antes de salir de alli algo me llamó la atención. Era una sensación.....pero había dicho a Heliké que no podía ser, que era su imaginación.

 

Lo malo de una habilidad como la empatía era no saber controlarla, además de los distintos grados de percepción. El mio era especialmente alto, era distinto y había aprendido a usarlo de niño. pero otros muchos no lo controlaban, y sentían algo lejano, incluso algo residual como una amenaza instantánea, lo cual acababa llevándote a la locura.

 

Por eso fruncí el ceño. De pronto había notado también aquello...lo que fuera. No me gustó nada.

[Sagitas E. Potter Blue]

Reena permanecía callada, muy callada, allá sentada y moviendo papeles. Ella era muy organizada y muy trabajadora, lo reconocía, pero a mí me podían los nervios. Soy una persona activa y siempre tengo que estar saltando, corriendo, subiéndome a las sillas... Vamos, todo eso que le prohibimos a los niños para que aprendan unas normas que a mí me costaba de respetar. Empecé a moverme en mi sillón, inquieta, intentando despegar un poquito el trasero de un lado, después del otro; levanté las piernas y me puse de puntillas, menos mal que mi sobrina no me veía. Al final puse una piernas encima de la papelera, pero me clavaba el borde en el tobillo.

 

-- ¡Puufff, cuánto papeleo! -- dije en voz baja.

 

Al menos Reena había ido apartando papeles a medida que los leía y acababa con ellos; yo sólo había movido uno tras otros, poniéndolos al final, leyéndolos a medias. Me cansé y los dejé todos de golpe encima de la mesa.

 

-- Creo que he sentido un ruido -- dije, con la vista cansada de tanta letra. -- Voy a ver que ha sucedido.

 

Mentira. No había oído nada. Pero si no salía de allá iba a ponerme a gritar, histérica; una directora gritona no era lo más adecuado para la Guardería, así que era mejor que mantuviera las formas.

 

-- Estoy segura que pasa algo malo. ¿No lo detectas? Es un aura oscura.

 

¡Por Merlín, me iba a crecer la nariz! Es imposible detectar nada con tanto niño inquieto, mentiroso y movido que lo único que hace son travesuras. Así que seguro que mi sobrina Reena me pillaba en la mentira. Por si acaso, me acerqué a la puerta, dispuesta a irme sin girarme, para que no me lo notara en la cara. Reena es muy intuitiva.

 

Cerré la puerta de Dirección a mi espalda y solté un gran suspiro. Por fin libre. Sonreí y miré a mi alrededor. Pasillos libres y sin niños, paredes blancas. ¡Demonios! ¡Qué ganas de hacerle una pintada! Si no fuera un mal ejemplo... Bueno, si no me pillaban, podría hacerlo. Sonreí de forma pícara y saqué un rotulador rojo del bolsillo de la bata blanca que llevaba puesta encima para no ensuciarme la ropa de calle. Le quité el capuchón y entonces sentí pasos. Intenté cerrarlo con tanta prisa que me manché la huella del dedo con una mancha rojiza indeleble.

 

-- ¡Miércoles! -- gruñí.

[Matt Blackner]

Me quedé quieto, intentando sentir de donde venía aquello, la oscuridad....no era nada bueno, no estaba exactamente alli pero tampoco estaba lejos.

 

Entonces oí pasos. Me giré y caminé despacio hacia el pasillo, de donde venían....de la zona del despacho de dirección. Me preocupaba qeu sucedira algo alli, donde Sagitas y Reena solían reunirse y trabajar en todo lo qeu no tenía que ver con los niños...

 

- De verdad pensabas hacer una pintada en la pared? - pregunté hablando en voz baja, aguantando la risa.

 

Sagitas cerraba a toda prisa el rotulador, literalmente la había pillado con las manos en la masa, tenía toda la pinta de que estaba a punto de hacer una trastada.

`- Sabía qeu te gustaba hacer trastadas, pero nunca te había pillado haciendo una....es por algo en particular o por gusto? - dije acercándome, quitando total importancia a lo qeu había sentido, sobre todo para que no se diese cuenta de que podía pensar qeu pasaba algo.

[Hecate Engosvezhof]

Ivanova Selenska

 

Al final el día no había sido tan productivo como otras veces. Entrar, divisar y asesinar. No, la verdad es que para la bruja había sido todo un fiasco y no era algo que le gustase. Era ese dichoso niño, el que le había despistado por completo, haciendo que su digamos "humanidad y corazón" reviviese. Tanto tiempo entrenada para no sentir y le había hecho revivir todo lo oculto, quizá no estaba tan protegida como creía ella en un principio...

 

Era mejor largarse de allí sin ser vista ni sentida. Sabía que si la pillaban podría acabar no en la hoguera pero quizá asesinada. Se desplazó por la azotea de la guardería y divisó que toda la pared no tenía ni un hueco por dónde apoyar las manos para deslizarse, ni siquiera un árbol para detener su caída. Quizá era mejor ir por el otro lado y así lo hizo...

 

No fue por la zona en dónde estaba el árbol, pero casi, había arbustos grandes y dio un gran salto, le molestó que hacer ruído pero lo más importante era largarase de allí cuánto antes... Saltó la valla pequeña y después de unos cuántos metros de distancia, para evitar los hechizos anti-aparición giró sobre sus talones y se desapareció de ese lugar maldito.

[Sagitas E. Potter Blue]

Me puse roja, miércoles con Matt, me había pillado de lleno. Así que puse cara de circunstancias y negué con la cabeza.

 

-- ¿Una pintada? ¿Quién? ¿Yo? Imposible, soy la Directora. Yo no hago esas cosas. Deberías tener más confianza en mí, hijo.

 

Sí, vale, pero me había pillado con el rotulador en la mano y con la cara de pillastre. Pero mi mente es rápida, así que le sonreí, sabiendo que se me ocurriría una gran excusa.

 

-- Me pillas que estoy haciendo un boceto de un dibujo que voy a plasmar en la pared. Tan blanca parece un hospital, así que había pensado en un típico paisaje infantil de un sol, nubes, arcoiris, una montaña, tal vez algún árbol, pajaritos.. Si queda bien, hasta encantaría para que los pájaros volaran a lo largo de la pared, cantando. Aunque no sé si eso no les haría a los chicos imitarles y tendríamos un montón de ruido en este pasillo. Huum...

 

Convincente.. Siempre he sido una gran mentirosa.

 

Entonces sentí que algo pasaba, como un aura negativa. Casi la olía así que la seguí con la mirada hacia el exterior. Pero no había nada cerca ni las alarmas había saltado. Seguro que era el viento, nada más. No creía que fuera nada.

 

-- En fin, ¿Qué piensas? ¿Pinto pajaritos?

[Hecate Engosvezhof]

Ceo - elfo doméstico multiusos (xD)

 

El elfo cruzó a toda velocidad el jardín de la guardería, la había visto sí. Pero, parecía más un murciélago que otra cosa. No entendía ¿Y nadie se había percatado de ella? Se quedó un momento, mirando y observando con sus ojos color miel como esa mujer que parecía un vampiro, desapareció a unos cuántos metros delante de él...

 

Con un chasquido de sus dedos, se apareció delante de la ama Sagitas. Aún se sentía fatigado. Al parecer la bruja estaba haciendo algo con un bolígrafo o algo parecido y el señorito Matt estaba con ella, la conversación parecía una riña, lo parecía...

 

- Mis disculpas por la intrusión - agachó la cabeza en señal de respeto- lamento tener que decirle, que tuvimos a una intrusa en la guardería.

 

Esperó a ver qué reacción provocaba esa información en los brujos que tenía delante. Seguro que de sorpresa e indignación.

[Sagitas E. Potter Blue]

Me giré hacia la voz que interrumpía la charla con Matt. ¿Quién era...? Oh, demonios, si era aquel elfo del local de patinaje. ¿Cómo se llamaba? Así, Feo, digo Ceo...

 

-- ¿Qué pasa? ¿Por qué corres? Estamos en una guardería, hay que dar ejemplo.

 

El elfo se había aparecido de golpe pero se notaba que había corrido por algún sitio. Iba a seguir riñéndolo cuando me percaté de lo que decía. Incliné la cabeza hacia un lado, como si así pudiera entender mejor lo que decía.

 

-- ¿Una intrusión? ¿Cómo que una intrusión? ¿Cómo que una intrusa entró en la guardería? ¿Por qué una mujer y no un.. lo que sea? -- Me rasqué la cabeza. Ahora recordaba que había olido algo, había notado algo, pero no le había hecho caso. -- ¿Estás seguro?

 

Sin embargo, a la vez que se lo preguntaba yo misma me daba cuenta que sí, que era cierto. Aquella sensación de maldad había persistido unos segundos, si hasta yo me había dado cuenta. ¡Por Merlín! ¿Habíamos puesto en peligro a los niños?

 

-- Cuéntame, ven, en la cocina, donde no nos oigan los niños.

 

Y le señalé la puerta gris cercana y me dirigí hacia ella.