El Hipogrifo Asustado (MM)

[Arya Macnair]

Los ojos de la pelirroja se abrieron como platos, pero al parecer la explicación de Groter había servido para poder tener unos momentos a solas, así que sonriendo y con las mejillas enrojecidas por contener una sonora carcajada asintió a Xell y enfiló sus pasos para tomar a Ámbar con un brazo y apoyarla contra su pecho, la niña se quejó pero al sentir los latidos del corazón de su madre, fue como una dulce melodía que la acunó con rapidez y volvió a cerrar sus ojos color miel, aunque aun estaban algo indefinidos por ser tan pequeña, Arya sabía que la niña tenía los ojos de su padre. Con su mano libre tomó a Brandon y siguió a su mejor amigo hacia la sala especial.

 

—Muchísimas gracias por comprendernos Xell, en unas horas me gustaría hablar de esa Matrícula— finalizó.

 

Al cerrar la puerta, buscó otra almohadilla donde sentarse en el suelo, junto a los dos niños, soltó de la mano a Brandon y sonrió, —Mi cielo .. Hay alguien que quiero presentarte— le dijo con dulzura, se sentó para quedar a la altura del niño y miró a Groter con sus ojos enormemente abiertos y brillantes, —Cariño ¿Nos acompañas?— preguntó fingiendo seriedad, aun le causaba gracia la mentira que había dicho, pero aquel momento era único, amaba a su mejor amigo y situaciones como esas tan aisladas eran las que le regocijaban el alma. Suspiró, y notando la curiosidad de Brandon prosiguió, —Ella es Ámbar, mi hija .. Espero que se lleven muy bien, de ahora en más debes cuidarla pequeño lobo, ella es una Princesa de fuego, una Princesa frágil— contó cual historia antigua.

[Hecate Engosvezhof]

Ivanova Selenska

 

No entendía cómo a éstas alturas podía dejarse vencer tan fácilmente por las emociones. No lo entendía, la verdad es que no. A Ivanova le había costado muchísimos años de sacrificio y fuerza de voluntad, suprimir los buenos, digamos, sentimientos de alegría, paz, amor y todo lo que con eso conllevaba. Había ido a la guardería a hacer una masacre, y no había podido. Se había refugiado en el techo de la clínica, intentando escuchar todo, pero aunque podía entender lo que decían. El grito de una de las brujas que estaba con un mago, había hecho que asomase la cabeza por unos instantes.

 

Ésta estaba congelada por las manos y uno de los niños había huído quedándose tan sólo un chiquitín que suponía que era de la misma edad del otro que se había fugado, al menos, de unos tres años. Podría ser su oportunidad perfecta para atacar, matar y marcharse de allí sin dar más explicaciones. A la rusa se le hacía un trabajo bastante sencillo, pero debía de contar de a ver más personal dentro de ese lugar. Debería de tener cuidado e ir con cautela, su momento, llegaría. Lo sabía.

[Groter Shulton Granpié]

Miré a la pequeña Ambar, una hermosa pelirroja, era prácticamente su madre en miniatura, miré como el pequeño Brandon besaba su frente, enternecido por lo que su madre le contaba y como veía a la pequeña, que comenzaba a despertar al sentir el beso de Brandon, por un momento lo vi, por un momento entendí o creí hacerlo, porque Arya y yo nunca tuvimos una oportunidad, era porque ellos la tendrían, apreté la mano de Arya un segundo y una pequeña lágrima salio rodando de mi ojos, no quise limpiarla, se sentía bien, se sentía que era lo indicado para el momento, yo jamás los vería, pero mi pequeño Brandon, el si podría llegar a la felicidad y lo haría con Ambar, claro que no diría nada, era algo que con el tiempo tanto Arya como los niños vivirían, me causaba mucho dolor el perderme el futuro con ellos tres, mi familia, tal vez no la familia de sangre, pero la familia que yo había elegido.

 

Tomé a Ambar y la cargué, mientras dejaba que Brandon se quedara hablando con Arya, me levanté y comencé a arrullarla, a mirarla, ahora tenía un regalo de los espíritus, sabía que ella sería el amor de la vida de mi pequeño, así que le susurré, aunque no pudiera recordarlo cuando creciera. - Pequeña hermosa, tu debes cuidar a mi Brandon, el cuidará de tu mami y de ti, tu debes ayudarlo, se que serás tan fuerte como tu mami y el te va a necesitar mucho. - Le susurré para que solo ella lo escuchara.

 

- Es una niña preciosa, además le queda el nombre a la perfección, "Ambar" ella será una gran mujer algún día y se que nuestros pequeños serán grandes amigos Arya. - aunque mi discurso tenía un dejo de tristeza esperaba que fuera opacada por el momento que vivíamos como familia.

 

Brandon abrazaba a su madre y prometía cuidarla tanto como el pudiera, mientras su madre lo escuchaba, regresé a nuestro lugar, sentado con los niños. - Arya esta noche iré a Pandenomium, estaré en el techo bebiendo un par de cervezas, tal vez te gustaría acompañarme. - Le dije sonriendo sin poder apartar la vista de la niña que comenzaba a dormir de nuevo.

[Hecate Engosvezhof]

Intenté por todos los medios deshacerme de la prisión de hielo que eran mis dos manos. Pero en vano. Quizá el niño había congelado también el suelo, por eso que, por mucha fuerza que ejerciese no era capaz de soltarme. Además, estaba poniéndome nerviosa de nuevo, porque presentía de nuevo un aura maligna cerca de nosotros, y era crucial que por la seguridad de todos y la mía propia, liberarme.

 

Matt seguía sin moverse, no sabía lo que pasaba, seguramente estaba vigilando algo y quizá no se hubiese dado cuenta, no tenía ni la menor idea. Intenté aplicar varios hechizos sin varita, que había aprendido hacía ya, mucho tiempo atrás y que a pesar de que los consideraba inútiles en ese momento, estaba segura de que me ayudarían.

 

Murmuré varias palabras y el hielo empezó a resquebrajarse. Volví a repetir de nuevo los hechizos y ésta vez, pude liberarme por completo. Un crujido, me indicó que el hielo se había roto interiormente, así que, con fuerza me solté...

 

-¡¡por fin!! -exclamé triunfante. Me fijé en mis manos y éstas estaban más pálidas que mi cara, por el tiempo que estuvieron dentro del hielo.

 

-Como lo pille, le hago trizas -murmuré enfadada, pero comprendí que tan sólo era un niño- alguien debería enseñarle a ese crío que no debe usar su magia como le venga en gana -respondí, intentando tranquilizarme. Me fijé que el hielo, poco a poco se estaba deshaciendo.

 

Toqué los bolsillos y comprobé que aún tenía la varita y me calmé otra vez. Pero aún así, no me confiaba.

[Hayame Snape Potter Black]

Como ahora hacía con el permiso de la que era la "madre" de su pequeño niño, la vampiro se apersonó en la guardería dispuesta a ver a su pequeñito y atenderlo aunque fuese durante un rato

Sonrió recordando lo mucho que la había estirado y como la había presumido con sus compañeritos, haciendola reir por la mera memoria antes de ingresar y comenzar a ver a los alrededores, preguntandose donde estaría esa elfina que le había tirado tan malas miradas sin creerle que se trataba de la progenitora biológica del pequeño Akira y que con permiso de su otra madre podía jugar con el lo que quisiese

Aunque ahora que lo pensaba...

Donde estaba su pequeña pajarilla?

Seguramente la reñiría y la dejaría sin postre por andar corriendo y desaparecerse un par de semanas; se rascó la nuca, soltando un gemido y sabiendo que no podría quejarse como le diese con la escoba

Pero en fin, mientras la volviese a ver sonreir valdría la pena, verdad?

[Arya Macnair]

La bruja le tendió unos centímetros la niña a Brandon para que pudiese verla mejor, él, sin decir nada, sin preguntar, besó la frente de su hija con dulzura y aquel acto la enterneció completamente, tuvo que morder su labio inferior para no llorar, pero sentía que el cuerpo entero le flaqueaba; Ámbar abrió lentamente sus ojos, sin ver, porque aun era muy pequeña y extendió sus manitos en dirección al niño que se le acercaba, aquello era amor, del bueno y puro, del que ella no conocía aun y del que esperaba que su hija se cuidase, pero al verlos juntos fue capaz de sentir algo que aun no nacía, pero que tintineaba dentro de ambos infantes, algo que esperaba poder ver con el pasar del tiempo junto a su mejor amigo.

 

Dejó a la niña sobre la alfombra junto a Brandon y se incorporó lentamente para acercarse a Groter, instintivamente él tomó su mano, aquello le recordó a su antiguo viaje a Irlanda, se sentía fuerte a su lado, creyendo que nada podría hacerle daño, que nada podría destruirlos, que siempre estarían juntos, eran solo ellos dos contra el mundo. Al soltar su mano se sintió vacía, el Evans se alejó de ella y en su lugar el pequeño Príncipe apareció junto a su madre; la pelirroja se arrodilló a su lado y lo abrazó, —Espero que sepas cuidar de ella— le susurró al oído, —Recuerda que es una niña especial, y tu padre y yo cuidaremos de ambos— agregó, besó sus mejillas y se volvió a incorporar.

 

La situación era extraña, pero Arya no acababa de comprender qué era lo que sucedía con exactitud, —Lo se .. Tiene los ojos de su padre— confesó con pesar, — Seremos una gran familia— le dijo con una sonrisa y volviendo a tomar su mano, en el momento en que la propuesta de su mejor amigo la tomaba por sorpresa y abría enormemente los ojos, algo confundida, —Claro que iré— repuso sonriendo, —¿Que te parece si nos vamos a los jardines Gryffindor?— le preguntó, caminando hasta su hija y tomándola en brazos para luego tomar a Brandon de la mano.

[Hayame Snape Potter Black]

Por el momento no veía a nadie de su familia pero esperaba pronto encontrarlos.

De una forma u otra podría abrazarles de nuevo y entonces todo estaría bien aunque aun la hacía reir de vez en vez el recordar como su pequeñito la había arrastrado por todas partes y la preciosa carita de contento que había puesto al ver que su mami de la pintura estaba ahi, de forma fisica y como alguien a quien podía tocar

El pequeñito era tan calido!!

Pero nada como ese momento, abrazada con fuerza del cuerpo de su hermosa luz de ojos dorados que relucían como el mismisimo sol cuando se encontraban con los suyos

Si aún pudiese morir a la mas ligera caricia de sus rayos, lo haría sonriendo si se tratase por la causa de aquella mujer

[Groter Shulton Granpié]

Vi como la pequeña ternurita estiraba las manos hacia el pequeño Brandon, en realidad su par de actos poco comunes entre niños me daban mucho en que pensar, durante todo el día había sentido que cada actividad tenía un dejo de tristeza, como si algo en mi supiera algo que el resto de mi no, algo que esperaba que no sucediera pronto.

 

- Será buena idea que nos vayamos a casa, pero puedes darme un segundo tengo algo importante que hacer antes de que eso ocurra. - Tome a la pequeña rojita y le besé la frente, luego la acomodé en la alfombra. - Brandon, cuida a Ámbar un momento, tengo algo que decirle a mamá. - El asintió sonriente y se fue a sentar a mirar a Ámbar a cuidarla, así que tomé la mano de Arya y entrelazando nuestros dedos la llevé a la esquina del lugar.

 

Al llegar solté su mano solamente para abrazarla con fuerza, por la cintura y recargarme en su hombro derecho, ahora ocultándole mi rostro lleno de cruel tristeza, sentí como una silenciosa lágrima corría por mi mejilla mientras me aferraba a la persona más importante para mi, la persona que cambio mi vida, la persona que amaba tanto y a la que había lastimado, a la que debía ocultarle este último secreto, para evitar que sufriera más, luego le susurré en el oído tan bajo que debía poner atención para entender incluso

 

- Arya, mi niña linda, mi mejor amiga, mi sostén en este mundo, la mejor persona que he podido conocer en esta vida, eres lo único que tiene sentido en este maldito laberinto, eres mi luz, mi mitad y todo lo bueno que me pudo haber pasado y quiero que sepas, que hoy frente a nuestro pequeños me doy cuenta de que eres la parte buena de mi vida y por todas esas y muchas más razones te amo con toda mi alma y daría la vida por ti, por lo que somos y por lo que el futuro te... nos depare. - Le susurré abrazándola con fuerza, mis manos se aferraban a su ropa, inhalaba su precioso perfume y mis ojos se impregnaban de su rostro, mis manos se aferraban a su piel, todo lo que podía para no terminar ese momento, ese hermoso momento, que estaba seguro que estaría en nuestras mentes hasta el día en que dejáramos de recordar.

 

- Estoy algo triste y no quiero que los niños vean esto, porque he de estar horrendo y aunque no se oiga las lágrimas salen como cascadas, así que te seguiré por atrás y me acompañarás a dar una vuelta por el bosque mientras los niños duermen y Kronoterun los cuida, ¿si? Y comeremos, yo te invitaré, como el esposo que soy. - Comencé a reír bajito, por la broma, era algo que me hacía mucho reír, podríamos ser buenos fingiendo eso, al menos por unas horas, porque eramos los mejores amigos del mundo.

 

- Te amo he dicho. - Dije un poco más alto, para dejarlo claro, besé sus mejillas y luego me dispuse a seguirla, cargando a Ámbar, porque quería estar un tiempo con ella, me tocaba cargarla, Arya estaría en el camino con Brandon, nos dirigiríamos por las tranquilas calles de Londres hasta el castillo Gryffindor.

[Hayame Snape Potter Black]

El tiempo transcurría despacio en la guardería y la mujer se había decidido a sentarse en una de las sillas de la habitación de espera, tomando un par de revistas acerca de pociones y comenzando a leerlas con lentitud y disfrute, para ver si había algo nuevo que no hubiese percibido en los años que tenía como artista de estas.

 

Una nunca sabía cuando podría presentarse un descubrimiento del que quisiera saber, cierto?

 

El suave aroma de los alimentos que comenzaba a circular por el callejón conforme iba pasando la hora de comida se coló por entre las rendijas de las entradas que se abrían y cerraban conforme pasaban los padres a dejar o a recoger a sus hijos ya fuera para verles solamente o regresarles al calor del hogar, provocando en la pelirroja que su estomago iniciase una serie de sonidos que indicaban hambre

 

No era lo regular pero eso significaba que si pasaba alguien a su lado, al menos podría tomar algo de energía en lo que conseguía un alimento mas solido

[Matt Blackner]

Me había quedado parado, sorprendido con la reacción que había tenido mi sobrino hacia Heliké. Ithilion habia pasado el día con nosotros en el parque acuático entre risa, habíamos estado bien y había "visto" mucho más de lo qeu Argentum si quiera había podido imaginarse en aquel momento.

 

No lo esperaba.

 

- Lo siento Heli...no pensé qeu fuera a hacer eso. - me disculpé en seguida. Tenía que hablar con Argi y explicarle que no podía portarse asi.

 

Suspiré, pensativo. El niño había ido dentro, con los demás. Yo qu epensaba que sería más fácil...

 

- Estás bien? - le pregunté, observando como el hielo se deshacía. - Solo es un niño, y no es malo...aun tiene que aprender a usar la magia....pero te prometo que en casa estamos en ello.