El Hipogrifo Asustado (MM)

[Sagitas E. Potter Blue]

Todos escucharon mis palabras en silencio, muy atentos a lo que decía. A todos les parecía encantar la sorpresa del Simulacro y en cuanto les dejé hablar, empezaron a explicar todo lo que iban a hacer. Jesse, por supuesto, se encargaba de los más pequeños, era su clase.

 

-- Todos tuyos, hi... Jesse...

 

Sabía que no le gustaba que mencionara nuestra relación filial, pero bueno, al fin y al cabo, aquel era un negocio familiar. Eso me recordó que tenía que preguntarle algo a Reena.

 

-- Por cierto, sobrina. ¿Para cuándo el ingreso de Akira? Se está perdiendo muchas sorpresas y seguro que disfruta con Ithilion y con Argentus. Y Jesse es una educadora de primera.

 

Me pareció genial que Jesse se presentara a su tía, lo que yo no sabía era que ya se habían conocido en el negocio de "Mega Ayudas". Les sonreí a las dos. Una decía que se había disculpado... Seguro que sería una historia interesante que pediría que me contaran, pero en otro momento. Ahora había que seguir con la planificación del simulacro.

 

-- Entonces, Reena, quedamos en que tú te encargas del resto de la guardería que no sean clases. Recuerda, comedor y lavabos, hay que evacuar a los elfos, aunque éstos, con un chasquido de los dedos, ya es suficiente. Pero aún así, me encantaría que te encargaras de ellos.

 

Escuché los pros y contras de la desaparición de los niños y después leí los papeles que nos habían remitido los del Ministerio.

 

-- ¿Desaparición no? ¿Mejor un trasladador conjunto? ¡Ah, hola, Gab0Lovegood! Bienvenido. Siéntate ahí, que estamos hablando de un simulacro de incendio.

 

Le di una hoja donde se resumían las normas que nos exigía el Ministerio que me tendió mi sobrina Reena. Después seguí hablando.

 

-- Estoy de acuerdo con lo del traslador. También el método que insinúa Anne K. Así podemos ponerles una pulsera traslador que se active con un hechizo concreto, pero no tuyo, sino de cualquier adulto que sepa la palabra que lo activa. No podemos arriesgarnos que te pillen en el comedor, o que ese día no vengas... Cada clase tendrá una palabra clave que será la que active la pulsera. Y como dice Anne, a los educadores os toca jugar a la evacuación de la clase, así que tendréis que inventaros algo divertido para que todos tengan sus pulseras y puedan ser evacuados. El Portus me gusta, yo creo que es lo más adecuado.

 

Me levanté y me serví un vaso de agua. Les pregunté al resto con la mirada si también querían.

 

-- Bueno, pues cada una a pensar en su clase y como conseguir que los niños disfruten del simulacro. Reena, como la encargada de la intendencia de la guardería, a comprar pulseritas que podamos programar nosotras como Portus. No sé si en el Mall... Y habrá que hacer lo que dice Reena de que cuente automáticamente las manos, etc... Si no hay dudas...

[Jessie Black Lestrange]

Jesse Potter Blue

 

Con los bebes sería fácil hacer las cosas, a ellos solo tendría que ponerles las pulseras y listo, como eran peques no había tanto problemas y como solo eran tres... pues sería aun mas fácil, hasta podría sacarlo caminando y de ahí llevarlos a un lugar seguro como la Potter Black o Blue.

 

-Tranquila ma... jefa, yo me hago cargo de ellos- ambas nos habíamos liado con los nombres pero... al menos la habíamos salvado de ultimo.

 

Gabo llego y mamá le preguntaba a la tía Rena sobre akira, ese lindo niño de un año que era igual de listo que mi pequeño hermanito, esos dos cuando se juntaban... bueno, era mejor no tener nada flamable, rompible o de valor cerca de ellos o no lo contábamos.

 

-Entonces... no se tiene fecha pero es mejor estar preparados para cualquier cosa, no sea que sea hoy mismo o mañana o dentro de un par de meses, nunca se sabe- dije adoptando una actitud sería, la vida de niños estaban en nuestras manos y ellos eran nuestra prioridad.

[Mia Black Lestrange]

Instalación de Traslador para la Boda de Reena Rosier y Kevin Hadintong

 

En una bola de humo la Black Lestrange apareció en el Callejón Diagón, con la intención de continuar con el trabajo que ella misma se había comprometido a realizar, sabía que era muy importante para la persona que lo había solicitado así mismo el hecho de que ella realizara ese tipo de trabajos favorecían a su carrera profesional puesto que ahora buscaba subir un poco en el escalafón social.

 

Y sabía que tenía todas las posibilidades de realizarlo, su desempeño hasta el momento había sido más que bueno, sin olvidar que hacía un par de meses se había tenido que ausentar por cuestiones personales, así que había regresado con muchas ganas para superarse a si misma en su trabajo algo que siempre lograba, siendo que fuera por gusto o por obligación, inmersa en esos pensamientos continuó caminando por las calles del callejón.

 

Así después de caminar por un par de minutos llego a la entrada de la Guardería Infantil El Hipogrifo Asustado, en donde instalaría el tercer servicio, siendo en este caso un traslador el cual sería el segundo para este evento. Con una sonrisa fingida en los labios entro al lugar, aquel gesto de amabilidad en su rostro era solo por si había alguien en el interior.

 

Afortunadamente para ella no tendría que entrar al lugar más allá que en el Hall en donde se encontraba el objeto que serviría de traslador, ese era una maleta roja colocada en el hall de la guardería, acercándose hasta donde se encontraba dicha maleta con la varita en la mano realizo algunos hechizos mentales para poner el poder mágico que haría que a los invitados los llegar a la casa de la familia Rosier.

 

Tras la instalación de dicho traslador salió del lugar dejando todo como lo había encontrado, solo los invitados al evento sabrían que era lo que podría realizar aquella maleta roja, finalizando así su trabajo en el lugar y con la responsabilidad de aún realizar la instalación de un servicio más salió a las calles del callejón por las cuales comenzó nuevamente a caminar.

[Reena Vladimir]

Así, entre medias, me hacía una pregunta personal, mi tía era un caso. Sonreí tímidamente y asentí. Tenía presente lo que el niño se perdía, por las innumerables aventuras que contaba mi primo, pero aun no me atrevía a dejarlo salir de la seguridad de la Vladimir. Por eso dejé el tema con una frase ambigua para que Sagitas se relajase un poco.

 

-Cuando pase el simulacro ¿Vale?

 

Luego volvió sobre el tema del simulacro y me encargó de todas las salas que no fueran aulas, además de los elfos. Eso quería decir que tenía un buen itinerario que hacer por la guardería, asegurándome que ni niños ni criados, se me quedasen dentro del edificio antes de salir. Estaba haciendome el mapa mental cuando se me ocurrió algo importante que preguntar.

 

-Oye tía ¿Cuantos niños hay en total? por saber el número de pulseras que debo comprar.

 

Se me ocurría que podía comprar un royo de cadena y hacerlas personalizadas, así para el resto del mundo pasarían por simples pulseras y los niños no podrían alterarlas de forma alguna. Lo propuse en voz alta y esperé reacciones, si me daban el visto bueno, saldría de inmediato a comprar esa cadena resistente y bonita, pues el tiempo corría en nuestra contra, ya que, el ministerio no avisaba de ese tipo de actividades.

 

-Y... ¿Me das dinero, hay una caja fuerte o debo ponerlo yo y luego se me abona junto con el sueldo?

 

Puse los codos sobre la mesa, me incliné hacia delante y apoyé la barbilla en las manos, en espera de esta ultima pregunta, pues tenía trampa, quería saber si mi tía la encontraba y medía sus palabras o si por alocada me concedía un sueldo y me pagaba los gastos que hiciera para el local.

[Sagitas E. Potter Blue]

Me hacía gracia que Jesse no quisiera admitir que era mi hija. ¿Pensaba de verdad que la iban a mirar mal si decía que era la hija de una de las dueñas? Yo intentaba respetar su deseo, pero estaba tan acostumbrada a llamarla así que a veces lo decía de forma instintiva y apenas me daba tiempo de remediarlo.

 

-- No, no hay fecha clara -- confirmé. -- Pero será en junio, de eso estoy segura, porque el mes julio y agosto se van de vacaciones media plantilla, y no harán nada que les suponga mucho trabajo. Espero que para ese día estemos todos juntos.

 

Reena me respondía a mi pregunta. Le sonreí y no dije en voz alta lo que pensaba. Si los padres sabían que la propia directora no se atrevía a dejar a su hijo en la guardería que dirigía..., pues quedaría como una mala señal. Hablaría con ella en privado, en cuanto se fueran todos.

 

-- ¿Alumnos? Espera que te lo miro.

 

Me acerqué a los archivos y saqué los resúmenes de matrículas.

 

-- En la Sala de los Micropuffs, hay siete niños; en la Sala de los Mooncalf, hay doce niños; en la Sala de los Hipogrifos Salvajes tenemos a 15 niños revoltosos y traviesos -- le dije, riéndome. -- Dinero siempre hay en la caja de debajo del escritorio. Sólo tienes que ponerle tu huella y si la reconoce, se abrirá sola.

 

Sentí ruidos en el Hall y mientras Reena hacía preguntas al elenco, asomé la cabeza. Había visto a una señora que entraba y salía

 

-- Eh, eh, señora, se deja...

 

Salí un momento y recogí aquella maleta roja. ¿Para qué nos habían dejado una maleta roja en el Hall?

[Jessie Black Lestrange]

Jesse Potter Blue

 

Estaba nerviosa, el simulacro sería en un par de días, de eso estaba segura, el mes de junio estaba mas que proximo y solo unos días nos separa del día uno de ese mes y con ellos, el simulacro de evacuación.

 

Teníamos que poner manos a la obra y comenzar con los preparativos pero ya, hacer un par de ensayos previos y verificar que todo estuviera en orden por mas en sorpresa que nos tomara.

 

Estaba de acuerdo con mi madre, esto debía hacerse pero ya por que las vacaciones estaban próximas y los niños se hirian con sus padres.

 

-Si no les importa ire a revisar las salidas de emergencia y las rutas de acceso a los salones del fondo, así tendremos a mejor detalle como esta todo y cual es la vía mas rápida y segura.- me puse de pie mientras me despedía de las mujeres.

 

Era fácil lo que tenía que hacer, pero tenía que hacerlo bien por que la seguridad de varios niños estaba en nuestras manos y era lo primordial sacarlos a ellos antes que nada.

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Sí, sí, car... Caramelos, eso... caramelos.

 

Estaba segura que los tres empleados iban a pensar que estaba loca. Como Reena ya lo sabía, a ella no iba dirigida su disculpa. Quería haber dicho "cariño" a su hija, pero siempre se le olvidaba que no quería que supieran que eran madre e hija.

 

-- Quiero decir que... compres caramelos, Reena, que estoy segura que a los niños les das un caramelo y mientras lo comen ni se enteran que estamos llevándolos fuera.

 

Pero que excusa más tonta. Carraspeé y volví a hablar.

 

-- Sí, Jesse, ve a mirar las salidas de emergencia. Que no haya nada por delante o por detrás, bisagras bien engrasadas y protectores de plástico en todas las puertas para que no corran peligro de pillarse las manos.

 

Sí, tendríamos que llevar una inspección de mantenimiento bien estricta. Los funcionarios del Ministerio siempre se encontraban pegas a todo. La vi salir y después me di cuenta que aún tenía la maleta roja en la mano.

 

Se la señalé a Reena y la puse encima del escritorio. La abrí. Estaba vacía.

 

-- ¿Tú sabes qué es ésto? Ha entrado una mujer y se la ha dejado en el hall, por un momento pensé que sería una bomba. Pero no hacía tic-tac ni nada, y ya ves, está vacía.

[Reena Vladimir]

Me sorprendían las cifras de niños que me dictaba mi tía, sumando de cabeza me salían 30, aunque una vez que miré las cifras que acababa de anotar me di cuenta de que me había comido a cuatro de los niños. Eran 34 en total y serían 35 cuando llevase a Akira, pero eso debía esperar.

 

-Bien, tía me encargaré de las compras.

 

Si fuera ella la que cuadraba las cuentas a fin de mes estaba segura de que me pediría recibos por todas las compras que realizase para la guardería, por suerte sería yo quien me encargase y estaba de mas su petición. Esperaba que me diera alguna instrucción mas cuando Jesse se disculpó y fue a revisar las infraestructuras, justo en el momento en el que mi tía le echaba el guante al trasladador privado que yo había pedido.

 

-Ejem, ejem. Estoy segura de que la mujer que dices que lo dejó, en verdad, venía a retirarla...

 

Si no se había dado cuenta no le iba a decir que había sacado a las dos mascotas del local para hacerme una fiesta infantil privada. Mucho menos lo haría estando Anne y Gabo0 allí delante, pues la pelivioleta podía reaccionar de cualquier manera ante la mención de una sustracción de criaturas sin permiso.

 

-Yo... Yo me encargaré de que sea devuelta la maleta...

 

Le tendí una mano para que me la pasara y luego me levanté de la silla, pues debía comprar las pulseras cuanto antes, para que los niños se acostumbrasen a ellas y pudieran aprender los juegos/desalojo de emergencia sin problemas mayores.

[Jessie Black Lestrange]

Estaba revisando las instalaciones verificando todo lo que mi madre decía, negué divertida al recordad como casi me llama, un día de estos tendría que decirles a los chicos que era mi madre, pero al igual que ellos laboraba ahí y era una empleada mas.

 

Revisaba todo, las almohadillas de goma, que las bisagras estuvieran firmes en sus goznes. Todo parecía perfecto, los elfos preparaban todo para el día sin que se tuviera fecha exacta para este, pero al menos preparaban equipos de primeros auxilios en caso de ser necesario.

 

Sonreí a mi misma imaginando que el día del simulacro todo saldría la mar de bien, que no habría complicaciones ni nada que alterara a mamá ese día.

 

Sabía que tenía que regresar a la oficina, pero tenía un poco de miedo, contar la verdad cuando ellos solo me conocian como una empleada mas y aparte la sanadora del local no era lo mismo a que supieran que aparte era la hija menor de la dueña.

[Nely Aradia Gaunt Lill]

Corría, corría sin saber muy bien a dónde dirigirse, necesitaba algún lugar en el que encerrarse para encontrarse consigo misma, ¿Qué hacia allí? ¿Por qué había vuelto? No lo sabía, así como tampoco sabía nada de lo que había sucedido en su ausencia.

 

Había estado lejos, pero siempre leía El Profeta, por no hablar de esas lechuzas que la mantenían al día de todo, y a pesar de ello, se sentía perdida. Sentía que aquel lugar no estaba hecho para ella. ¿Por qué permanecer allí? Nada era como antes, todo había cambiado, hasta su gemela ahora tenía a su lado alguien quién la quería y la haría feliz, pero qué decía, tenía hasta familia; algo que ella no había logrado tener.

 

Se había enterado de la pérdida de su madre y de su tío, algo que la había dejado perpleja, nunca imaginaría que las cosas cambiarian de tal forma, no tenía la más minima intención de que todo siguiera igual, pero tampoco con todo aquello que la había dejado a cuadros.

 

Sentía rabia, tenía dentro de sí un dolor que no sabía combatir, creía que lo mejor sería desaparecer una vez más, pero negaba con la cabeza, le parecía totalmente de cobardes huir cada vez que veía que las cosas no iban bien.

 

Entró en el Hipogrifo asustado, no tenía intención de quedarse allí, pero tenía la esperanza de poder camuflarse entre los juguetes de los niños, y dejar volar sus recuerdos; volver al pasado por unos instantes, en dónde creyó ser feliz. No tenía ganas de hablar con nadie, solamente perder su mirada en aquellos juguetes de llamativos colores, mientras que su mente viajaba a miles de kilómetros de allí.