Familia Granger

[Mael Blackfyre]

Las chicas inmediatamente comenzaron a ponerme un poco al corriente. Cuando escuchaba todo el problema que nos concernía pude darme cuenta que realmente no sabía nada del mundo de donde provenían los padres de los cuatro pequeños. ¿Cómo era que habían ido a parar mis primas con ellos? ¿Cómo es que no se podía hacer nada más? Primero habló Arabella, explicando cuál era la idea que tenía para que las niñas estuvieran fuera de peligro. Después la siguió Desireé explicando uno de los procedimientos que podíamos hacer para llevar a cabo el plan. Er extraño, estaba en desacuerdo pero nos ayudaba.

 

—¿Por qué no buscamos alguna manera más física de protegerla? ¿No hay ningún hechizo de nuestro mundo que sirva para eso? —las miré dubitativo. Eran una especie de demonios, debían tener alguna debilidad—. ¿No hay manera de efectuar magia sobre los padres? Capaz que si los hacemos olvidar que son padres de éstas niñas, entonces nos ahorramos varias cosas —algo en mi cabeza me decía que era más complicado, ya que además de tener que traerlos a nuestro mundo, teníamos que ver cómo, lograr mantenerlos encerrados y a su vez, que los de su mundo no se dieran cuenta que ya no estaban.

 

La matriarca Granger se dirigió hacia la biblioteca a buscar unos libros. Aproveché ése momento para tomar mi talismán con las dos iniciales y volver a llamar a Annick. Su collar brillaría tanto que la cegaría y se sobrecalentaría de manera que podría llegara quemarle la piel. Me puse junto a la ventana. El clima estaba enfriándose. Las hojas de los árboles allí también habían caído por completo. Tenía muchas dudas en mi cabeza, no quería molestarlas, pero hasta que no entendiera, no podría ayudar mucho. Aunque ya estaba confirmado que sería el segundo mago en cuestión si el plan continuaba.

 

—¿Qué se supone que es lo que tengo que hacer precisamente? ¿Cuáles son los otros requisitos además de la sangre? —pude distinguir entre los troncos de los árboles a las cuatro pequeñas figuras de mis sobrinos. Corrían de un lado para el otro—. ¿Y los gemelos? ¿No corren el mismo peligro que Zahil y Aranel? —Mith y Oscurus corrían con sus primas sobre sus hombros. Jugaban carrera entre pares de mellizos—. Y para todo esto. ¿Por qué Mith no se encuentra con nosotros? Es el padre. Debería estar aquí —también quería mostrarle a Desireé que en cierta parte también la apoyaba a ella con lo que decía.

[Sophie Elizabeth Granger]

Por un momento pensó que Elvis pondría algún "pero" al escuchar lo de la sangre pero eso no ocurrió, lo que significo un alivio para la rubia. No quería tener que discutir con su primo también.

 

-Necesito también 3 amuletos, un cabello de las 3 y que aparezca Annick-le dijo al Gryffindor-una vez realizado el hechizo solo las niñas se podrán quitar los amuletos y esto solo si Arabella se quita el suyo primero, pero conociendo a las pequeñas seguro se lo dejaran hasta para dormir, mas si se los regala alguno de nosotros.

 

Cuando Elvis menciono al padre de las pequeñas la vampira no pudo evitar gruñir. Seguía pensando que Mith y Julian no eran mas que un par de cobardes egoístas. De momento deseo tenerlos de frente para apretar sus cuellos hasta que dejasen de respirar.

 

-Que donde esta Mith? bueno seguro escondiendose para que nadie toque su preciosa retaguardia igual que su hermano. Que las profundidades del infierno los arrastre y los deje atrapados en sus profundidades-maldijo mientras intentaba no decir cosas peores por respeto a su querida prima. Seguramente ella aun creia en los hermanos, ella solo queria darles una patada por salva sea la parte. A ellos y al Olimpo entero.

 

-En cuanto a los gemelos, son poderosos Elvis, tienen sangre de 2 panteones, el rumano, que es de donde proviene el primer vampiro conocido y el Olimpico, su sangre mestiza hace que puedan protegerse ellos solos, ademas, Oscurus tiene una pequeña "habilidad" heredada de su padre, el no sueña, apenas siente como nosotros lo hacemos, absorbe ese faltante de mi y su hermano por lo que siempre estamos conectados. -comenzo a explicarle al auror - la puerta entre la dimensión del sueño, que es donde se mueven Mith y Julian no puede ser abierta fácilmente, menos aun si Mith y yo estamos cerca. Mith sueña por herencia mía, yo sueño porque mi sangre proviene de un vampiro poderoso, Zarco, por lo que herede mucho de su poder

 

Se levanto y se acerco a la ventana para seguir un momento el juego de los chicos, al parecer habían encontrado algún animalito cerca del lago y se turnaban para tocarlo. Seguramente seria alguna ranita o algo parecido, al ser aun niños, no conocían lo que era el asco, en lo personal ella no tocaría una de esas criaturas ni loca.

 

-Se que haces esto por el bien de las chicas, pero...creo que al final sera en vano, siento que algo terrible se acerca, lo siento muy profundamente y tal vez este cepo al final no sirva de nada, sera mejor que estemos preparados para una gran lucha...-dijo dirigiéndose particularmente a su prima Arabella.

 

off: bien dramas ella xDDD

[Arabella Gryffindor]

Los minutos transcurrían lentos, mientras Elvis y Sophie intercambiaban palabras que yo apenas escuchaba. La reticencia de Sophie a practicar aquella magia tan antigua, hacia que me preguntara si estaba haciendo lo correcto. Sacudí la cabeza, confiaba en Mith y sabía que se había arriesgado mucho invadiendo mis sueños para alertarme.

 

- Sophie, te recuerdo que el el padre de mis hijas de quien estás hablando y te pido que lo respetes por eso- dije fríamente al escuchar la forma en que hablaba- no sé qué paso con Julián, pero Mith nunca me mentiría, ni trataría de sacar provecho, corrió mucho riesgo, al venir y no él no está escondido tratando de salvar su trasero, está metido en medio de la revuelta tratando de frenar las cosas. Él no quiere a Zeus más que el resto, es más lo odia, por haberle quitado la posibilidad de sentir cualquier tipo de emoción, pero sabe que su destitución, como supremos gobernante del Olimpo traería catástrofes que hasta los muggles se darían cuenta, las fuerzas del cosmos quedarían desequilibradas y el Olimpo se sumergiría en la anarquía, y quienes serían los primeros en sufrir las consecuencias, nosotros y los pobres muggles que nunca entienden nada.

 

Me levante de donde me encontraba sentada y camine hacia la ventana, abajo los cuatro niños jugaban ajenos a lo que pasaba. Sabía que quitarle la posibilidad de soñar era algo terrible, pero no hallaba nada más que pudiera hacer. Amine hacia donde Sophie se encontraba con el libro abierto. Mire la escritura, mi francés era bueno, pero aquello estaba en francés antiguo, por lo que me resultaba difícil comprender algunas cosas.

 

- Annick debe estar indispuesta, por eso no ha llegado todavía- dije preocupada- podríamos llamar a alguien más, alguien que quiera a las niñas y esté dispuesto a hacer lo que se requiere- dije esperando ver que me contestaban mis prim

Editado 16 de Octubre del 2014 por Arabella Gryffindor

[Sophie Elizabeth Granger]

La rubia escucho la defensa de su prima sobre el padre de las gemelas. No compartía su opinión, para ella los hermanos no eran mas que un par de dioses del sueño, egoístas y cobardes. Pero comprendió que si seguía presionando a Arabella esta terminaría enojándose con ella

 

-No me voy a disculpar por lo que dije, prima, es lo que pienso, pero por respeto a ti no diré nada mas sobre Mithdraug-le dijo finalizando así aquella discusión que bien sabia que no llevaría a nada. En cuanto a Zeus, creo que hay muchos panteones dispuestos a tomar el lugar de los olimpicos, pero eso ya lo veremos mas adelante, que acaben con esos engreídos, tal vez no sea tan malo

 

Mientras aun miraba por la ventana pudo sentir un jalón muy fuerte de aquella energía que llevaba sintiendo desde hacia varios días. Se llevo una mano hacia el abdomen y la otra la ayudo a sostenerse del marco de la ventana. Casi estaba segura que sus ojos habian cambiado de tonalidad por lo que evito mirar a sus primos.

 

-puedes llamar a quien quieras, siempre y cuando tenga el mismo poder o aun mayor que Annick, y desde luego, tiene que ser alguien que quiera a las niñas o no funcionara

[Arabella Gryffindor]

Asentí al escuchar lo que Sophie decía sobre la persona que suplantaría a Annick, sabía que tenía una gran poder, aunque lo ocultaba, era un alto cargo dentro del ministerio y por sobre todas las cosas sabía que amaba profundamente a las niñas. Suspire, esperando que el viniera, hacía meses que no nos veíamos, y por alguna razón había dejado la mansión Gryffindor abruptamente.

 

- Cumple con todos los requisitos, prima- dije acercándome a ella y apoyando mi mano en su hombro- y adora a las niñas- vi que mi prima se apoyaba en el marco de la ventana, me aleje un poco, podía sentir que algo en ella no andaba bien.

 

Me volví a mi primo, quien me miraba fijamente, supuse que el ya sabría quién era la persona que llamaría, por alguna razón, él siempre sabia las cosas, de más jóvenes solíamos bromear con que estábamos conectados telepáticamente. No espere aprobación de Elvis, aunque esperaba que estuviera de acuerdo. Tome la varita de mi bolso y Salí a el pasillo. Con una floritura de mi varita conjure mi patronus.

 

- Por favor Seba, te necesito, las niñas te necesitan, están en peligro, estoy en la mansión Granger, ven lo más rápido que puedas- dicho esto apunte con mi varita hacia la ventana, una vez el patronus se fue volví a la biblioteca- no tendría que tardar mucho en venir- dije volviendo a sentarme, esperando que Seba apareciera.

[Annick McKinnon]

El calor que desprendía el medallón lograba traspasar la tela que lo separaba del contacto directo con la piel de la pelirroja. Al sentir la quemazón, la fenixiana apresuró un poco más el paso, pero le resultó complicado mantener el ritmo luego de un par de minutos. Nunca había sido capaz de caminar con la misma rapidez que el resto de la gente, y le resultaba aún más complicado hacerlo en su estado.

 

Llevaba una blusa turquesa ligeramente holgada que se amoldaba a su vientre, unos mallones blancos y sandalias cómodas. Su cabello estaba semirecogido, por lo que se enmarañaba cada vez que el viento hacía de las suyas; sin embargo no había tenido tiempo para cepillarlo y recogerlo por completo. Antes de salir de la mansión Gryffindor, había logrado zafarse de Dido y Eneas, los elfos domésticos que la procuraban más de lo que ella misma deseaba, pero para hacerlo había invertido un tiempo considerable.

 

Finalmente se encontraba a unos cuantos metros de la puerta de manera, la cual abrió sin llamar y mucho menos esperar a que la recibieran. Al abrirla, se topó con el monocromático color blanco que predominaba al interior de la mansión Granger. Cerró tras de sí y se dirigió hacia donde se encontraban los demás. Suspiró mientras avanzaba. Sin duda Sophie y Arabella probablemente se habían impacientado con justa razón.

 

―Disculpen la demora, espero no llegar demasiado tarde –se acercó a las brujas y las saludó con una beso en la mejilla. Luego de eso se acercó a Elvis y le dio un beso en los labios–. ¿Qué es lo que sucede?

[Seba Granger]

Troné un poco mi cuello y me recargué en el respaldo de la silla por unos instantes para descansar, no recordaba cuantas horas llevaba revisando papeles en la oficina, intentaba poner mas en orden los cateos antiguos ya que últimamente no habían muchos, además me tenía un poco preocupado la captura de mis compañeros.

Sabía que debía seguir las ordenes pero por suerte eso aun no sucedía, en la mansión Gryffindor Adry había salido antes de comenzar con el registro.

Estaba apunto de levantarme de la silla por una taza de té cuando un patronus con forma de gato ingreso a mi oficina, este me pareció un poco descocido pero tras escuchar la voz de quien lo invocaba supe a quien pertenecía, escuché el mensaje con atención.

No sabía muy bien al peligro a que se refería pero tendría que acudir al llamado, tomé la chaqueta del perchero luego de guardar los papeles con mucho cuidado.

Tras desaparecer en el callejón que esta al lado del ministerio me aparecí en la acera del frente de la mansión Granger a la cual no recordaba haber visitado nunca pesé a saber que en ellas vivían Sophie y Annick, observé con recelo las bardas de plantas que rodeaban el lugar sería mejor no tocar nada por si acaso.

Traspase la reja del terreno para seguir el camino hasta la mansión de dos pisos y grandes pilares, apuré un poco el paso hasta la puerta de entrada, a la cual llegue luego de unos minutos golpeando la puerta con los nudillos de mi mano derecha.

[Arabella Gryffindor]

- Annick, gracias por venir- le dije al tiempo que abrazaba a la pelirroja.- pensamos que ya no vendrías, por lo que le pedí a Seba que venga, esperémoslo así les cuento que es lo que está pasando a ambos.

 

Mi mirada se posó en la barriga redonda que sobresalía de mi prima política, sonreí al verla en ese estado. Apoye la mano en su vientre y susurre una palabras en gaélico, aquella vieja nana era algo que Tethys me había contado que nos cantaba mi madre cundo estábamos en su vientre.

 

“Duerme mi niño duerme, y sueña, que la gran madre te arrulla en sus brazos, los árboles y el rió te cantan en susurros mientras la luna vigila para que nadie te despierte”

 

Algo empujo suavemente mi mano, mine a Annick quien se encontraba quieta mirando. Tendría que enseñarle la nana, pensé mientras sonreía y volvía a cantarle, esperando que se moviera otra vez. Sentí nostalgia al recordar cómo había sido mi embarazo, Annick tenía a mi primo para apoyarse, sabía que serían unos padres magníficos.

 

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El elfo troto hasta la puerta de entrada, Arianna se encontraba junto con la elfina Gryffindor en el patio trasero cuidando a los señoritos y a las señoritas Gryffindor. Por lo que él, un simple elfo de cocina, estaba encargado de atender, a quien apareciera en la puerta de la mansión Granger. Abrió la puerta tras lo cual realizo una reverencia.

 

- Buenas noches Señor, ¿que desea?- preguntó- Si se encuentran en la biblioteca, si gusta seguirme- Agregó una vez el hombre le comunico a quien buscaba.

 

El elfo y el mago se perdieron, por la escalera rumbo a la estancia donde se encontraban las señoras y el señor Elvis. Mientras lo acompañaba, el elfo se preguntaba que prepararía de cenar, y si tendrían de invitados a los Gryffindor y aquel señor que acababa de llegar. Por su mente paso el preguntarle al ama Sophie, pero descarto esto inmediatamente, la ama estaba últimamente demasiado irritable y una pregunta como ella podría desatar su mal genio sobre él.

[Seba Granger]

Tras tocar a la puerta retrocedí algunos pasos guardando mi mano en mi bolsillo del pantalón mientras esperaba que alguien me atendiera. Para mi suerte no tardaron mucho en acudir a mi llamado si así se podía decir, sonreí al elfo tras la puerta.

-Buenas noches, he sido mandado a llamar por Arabella Gryffindor- respondí a la criatura que me indicaba lo siguiera hasta la biblioteca de la mansión, observé el decorado de la casa mientras y lo que alcanzaba a divisar. Era raro estar ahí por primera vez siendo que Sophie y Annick habían trabajado conmigo mucho tiempo, mas la primera que la segunda.

-Buenas noches, espero no haber tardado mucho- dije a las mujeres que estaban en la estancia acompañadas por mi tío, -¿Como están ustedes?- agregué mientras los saludaba uno por uno.

-¿Que ocurre con Aranel y Zahil?- pregunte sin esperar palabras de ellos, el mensaje estaba claro las pequeñas estaban en peligro, y al menos ahí no las divisaba.

[Arabella Gryffindor]

La puerta se abrió y un elfo apareció para avisar que el señor Granger nos buscaba, Seba entro a la habitación saludándonos e inmediatamente pregunto cuál era el peligro que corrían mis niñas. Me levante de mi asiento y fui hasta donde él se encontraba, lo salude con un beso en la mejilla derecha y tome de su brazo, para que se acercara donde se encontraban Elvis, Sophie y Annick.

 

- Ahora que has llegado, puedo contarles a Annick y a ti- dije indicándole que tomara asiento- Bien sé que ustedes no saben mucho sobre el padre de las niñas y la verdad no es algo de lo que quiera hablar, basta decir que él, pertenece al panteón griego, es una especie de… dios del sueño, el nombre exacto es Oneroi- dije suspirando suavemente, estaba cansada de tener que explicar siempre lo mismo, pero no me quedaba de otra opción - él estuvo poco tiempo en nuestro mundo, allí fue cuando nos conocimos, ellos, los Oneroi por una maldición de Zeus no pueden experimentar ninguna emoción humana. Anoche Mith, el padre de las niñas, vino a mí en sueños y me advirtió que las cosas en el Olimpo están algo agitadas.

 

La maldición milenaria ha comenzado a resquebrajarse, los onerois han comenzado a sentir, y muchos quieren alzarse contra Zeus y derrocarlo. Se preguntaran lo mismo que yo ¿Acaso pueden derrocar al Dios mayor del panteón Griego? La respuesta es sí, pueden, y si eso llega a pasar el equilibrio del cosmos se tambalearía, afectándonos a todos.- deje de hablar, eso era en general, como magos podríamos estar preparados, pero los simples muggles no sabrían que hacer.

 

Ahora con respecto a las niñas, su padre es dentro de los de su clase un líder nato, por lo que muchos de sus compañeros esperan que él tome parteen la revuelta que se está gestando. Mith teme que si alguien de allí se entera de que él tiene dos hijas, quiera usarlas para forzarlo a hacer algo que él no quiere.

 

Por eso me pidió- mire a Sophie, quien estaba cruzada de brazos enfurruñada- que les ponga un cepo, para que no puedan soñar, de esta manera nadie de allí, podrá llegar a ellas. Sophie es la única que puede hacerlo, a pesar de que no está de acuerdo con mi ha accedido a realizar el complejo encantamiento.

 

Por eso los llame- dije mirando a los tres- aunque no sé si en tu estado es recomendable que participes, Querida- le dije a Annick- preferiría que me ayudaras con las niñas- agregue sonriendo- Bien esa es la situación- finalice esperando que alguno de los dos hablara.

Editado 23 de Octubre del 2014 por Arabella Gryffindor