Familia Granger

[Joaquín Granger]

No recordaba cuando había sido la última vez que había pasado tanto tiempo con la familia, y se me hacía extraño, pero aún así me gustaba eso, no lo podía negar. Como si lo hubiera llamado con el pensamiento, o hubiera formulado alguna pregunta a mi mente, llegó la imagen a mi mente de cuando nos aventuramos, Luna, Sophie Annick y yo, claro a ese mismo sótano, por aquella hedionda plaga de Bundimun. Sonreí levemente, parecía ser que los Grangers gustábamos de locuras y aventuras, y que cuando la familia se juntaba solía ser siempre algo único y memorable, con un cierto nivel de crueldad entre nosotros, o más bien entre las chichas, yo no hablaba nunca.

 

Sin embargo nunca solía suceder eso, pues cada uno andábamos en nuestras ocupaciones, era una suerte contar con elfos o la casa sería un desastre, en eso también me compadecía de los muggles ellos no tenían ni tendrían un servicio de limpieza gratis y tan eficaz como lo eran aquellas desagradables criaturas. Al pensar en la palabra "desagradable" miré instintivamente a Valeskya, quien curiosamente me lanzaba una mirada asesina. Levanté una ceja ¿Que había hecho yo en aquel momento? Vaya uno a saber, la demonio últimamente se ocupaba de molestarme, aunque en el interior ya parecía ser algo de las familias normales, que los hermanos se peleen.

 

¿Que sería de Lunita? ¿Aún saldría a luz en privado, o aconsejaba a Valeskya en algunas cosas? No tenía ni idea, y no podía preguntarlo tampoco, que yo supiera que Valeskya no es otra personalidad de Luna, sino una Demonio con más años que la injusticia. Era una suerte que aquella odiosa mujer no fuera mi hermana verdadera, no quería ser el hermanito menor. Dejé de pensar en ella, y presté la atención a Sophie que acababa de terminar con su presa, no había querido ver eso, no estaba convencido de que me gustara del todo ver como otro vampiro se alimentaba ante mí.

 

La seca voz de la Granger de pelo negro, había salido al aire nuevamente, respondiendo al ofrecimiento de la rubia. Yo miraba al hombre que yacía casi muerto, y cada vez más, yo me encargaría de cortarle la cabeza, no me interesaba tener a otro vampiro metido en el sótano, y que pueda destruirlo todo. Abrí los ojos como platos, indignado y furioso, y toda la culpa la tenía Valeskya. ¡Maldita Perra Odiosa Vieja y Detestable! ¿Cómo podía siquiera insinuar que yo podía comer sobras? ¡De ninguna manera! así como tampoco permitiría que esto quedara así. En aquel momento solo le mandé una profunda mirada de odio.

 

La Granger rubia ya se había retirado a la sala, dejándome a solas con mi hermanita, sin embargo no dije palabra alguna, miraba al hombre que yacía ya seco de todo alimento era un empaque. Aparecí un pequeño puñal de plata, no dejaría que un inútil muggle fuera una criatura tan majestuosa como lo era yo, o cualquier vampiro, mejor dicho casi cualquiera. Me arrodillé y acomodé el cuerpo del humano, mis ojos azules, que carecían de otra emoción salvo el odio, se posaron en el puñal, miré discretamente a la ojivioleta, podría arremeter contra ella en aquel momento, decapitarla y tener su cabeza como un bonito trofeo en mi chimenea. Pero a la mente venían los momentos que viví con Luna y no podía hacerlo, ¡Maldito sentimentalismo! Igual podría hacerle la vida imposible. Sonreí con malicia y corté la cabeza del hombre que apenas soltó algo de sangre.

 

-Iré en un momento Val -dije fríamente, y luego de verla alejarse sonreí, a ver que le parecía pasar la noche con las sobras de su prima- ¡Kraven! -Exclamé en voz bastante baja, y levanté la mano para que no hablara y se olvidara de las reverencias, no tenía tiempo para esas formalidades, yo solo necesitaba que cumpliera bien la orden- Escúchame bien, Quiero que lleves ese hombre de ahí, si, su cabeza también, y lo acuestes en la cama de la ama Valeskya, es una sorpresa para ella, así que no debes comentarlo con nadie, NADIE ¿Lo has entendido? -Le pregunté serio. El elfo asintió y se retiró, volvería en unos 15 minutos más. Yo por mi parte salía a reunirme con Valeskya.

 

Seguía a Valeskya, aunque no sabía a donde me llevaba para discutir tranquilos, la discusión era un echo, con esa joven uno no podía mantener una charla tranquila, te incitaba a que le echaras todo el enojo que pudieras estar guardando. Ella abrió la puerta de la sala, extraño, hasta donde recordaba siempre había visto esa puerta abierta. Miré a Valeskya, con esa expresión suya, me inspiró curiosidad, soltó una risa tonta, y me abrí paso para ver que sucedía. Mi rostro formó una expresión de sorpresa que no podía ocultar y de un momento para otro solté la carcajada sin miramiento alguno. La situación era cómica, y yo había creído que Sophie era más reservada, bueno me equivocaba, ya la veía en la sala con su acompañante.

 

-Esta vez estoy completamente de acuerdo contigo hermanita -Solté luego de haber reído tanto, no sabía el por qué de la risa, no es que hubiera sido algo especialmente cómico lo de Sophie, supuse que era todo producto de la sorpresa.

[Sophie Elizabeth Granger]

Mientras el Slytherin tomaba sus ropas su prima se encargaba de darle un susto de muerte hablándole mientras ella estaba tan distraída viendo los sillones a lado de su hermano. Intento peinarse un poco antes de darle la cara a Valeskya pero comprendió que seria inútil fingir inocencia así que se volteo para contestarle cuando otro visitante mas apareció riéndose de su pequeño predicamento. Al parecer los hermanitos compartian la vena vouyerista

 

-Bueno, a mi de pequeña me dijeron que debia querer a mi hermano asi que solo le he demostrado cuanto lo quiero -dijo interponiendose entre el mago y sus primos-pero vamos, largo de aqui, dejemos a Rada que termine de vestirse y platiquemos en la sala

 

-Nos vemos después hermanito, espero que me visites pronto-dijo mientras le daba un beso de despedida que distaba de ser casto y fraternal. Empujo a los hermanos fuera de la pieza donde se encontraban para darle privacidad al mago a quien profesaba un cariño real mas allá de la lujuria que les había invadido hacia pocos minutos. Era lo bello de la relación que tenían y deseaba que siguiese así por siglos.

 

- Perdón por no dejarles nada abajo pero necesitaba darle fin a eso, ahora ya lo saben, abandone por completo la dieta vegetariana, si les molesta que traiga mis bocadillos a casa solo tienen que decirlo y tratare de que no se percaten de la presencia de mis presas...-les dijo la ojiazul mirando a ambos hermanos.

 

off: malditos vouyeristas xDD

[Zarco Bulche Haigh]

De entre las sombras del extenso jardín y árboles me materializo lentamente. La mansión Granger se levantaba delante de mí, imponente y ancestral, hogar de muy buenos amigos con quienes había compartido momentos en la orden del fénix, pero ahora, sería distinto pues venía a invitar a esas amistades y a su familia a la fiesta que tendría lugar en mi Castillo. El cual junto con mi amada esposa, Elodia Riddle, somos los patriarcas.

 

Con paso firme y elegante emprendí el camino hacia la puerta principal, disfrutando del paisaje que ofrecía la familia a los visitantes, el suave sonido del agua correr y caer que provenía de la fuente tan elegante en la parte profunda de la mansión, el suave susurro del viento entre las ramas de los árboles que se encontraban esparcidos por los terrenos y de las estatuas medievales que acompañaban el camino de la entrada, contando historias antiguas bajo ese silencio inhóspito. Acomodando la capa de viaje para dejar ver mi rostro y sacando la invitación que iba hacer, llamo a la puerta con mi mano pálida y blanca.

 

La espera no fue mucha, pues un elfo domestico acudió a mi llamado, sonriendo y de forma cálida, me dirijo a la criatura – Muy buenas tardes. Soy Zarco Bulche Haigh, amigo de las matriarcas de esta familia, y vengo con un mensaje para ellas y la familia en sí – Al instante que extiendo la invitación hacia el elfo que curioso miraba con sus ojos saltones la imagen

 

http://i.imgur.com/DPh0E.png

 

– Y bueno, no sé si se encuentre alguna matriarca, para extender la invitación personalmente, de no ser así, me retiro esperando contar con su asistencia, la Familia Damilse se sentiría muy orgullosa de su asistencia – Termine, esperando que la criatura pudiera informarme ante lo anterior planteado, si no, para partir hacía las otras mansiones que tengo encargado

Editado 13 de Abril del 2012 por Zarco Bulche Haigh

[Sophie Elizabeth Granger]

Mientras esperaba la reacción a sus palabras la rubia escucho que alguien tocaba a la puerta aunque ya sabia quien era aquel que ahora esperaba que alguien le atendiese. Lo supo desde que este apareció en los jardines y se encamino a la entrada principal. El lazo que los unía siendo el su creador hacia que esta lo detectara a distancia. Se levanto de donde estaba y estuvo junto al elfo cuando este tomo la invitación estudiándola detenidamente.

 

-yo me hago cargo Polo-dijo despidiendo a la criatura mientras le dedicaba una sonrisa a el patriarca-Bienvenido seas a la mansión Granger, viejo amigo, deseas pasar o llevas prisa?

 

Para los Granger era un gusto recibir a la recién formada familia Damilse igual que con los Gryffindor y esperaba en algún momento hermanar a estos con las dos familias.

 

-Si te quedas te puedo ofrecer un poco de mi reserva, tengo una en especial que esta realmente exquisita-invito al vampiro que seguramente sabria apreciar una buena cosecha.

[Aysha Potter Black T.]

Lechuza mandada por Alejandra Violinista Malfoy Triviani desde la Oficina del defensor del Mago.

 

La lechuza apareció por aquellas nubes tenues con un bolso lleno de Panfletos para todas las mansiones que tendría que visitar para entregar aquellos folletos de información, así mismo la joven lechuza voló hasta la puerta de entrada de aquella Mansión de la Primera Familia que tenía que visitar.

 

Mientras que su dueña hacía el trabajo por las demás mansiones.

 

Con un movimiento de su pico la lechuza saco un panfleto y lo metió con cuidado por el agujero especial para las cartas.

 

http://oi46.tinypic.com/2dkwndx.jpg

 

Aquel panfleto estaba hechizado para que cualquier miembro de esa familia pasara cerca el folleto se elevaría para que fuera leído lo mas rápido posible.

 

El ave al terminar su trabajo en aquella Mansión comenzó otra vez su vuelo y poco a poco se perdió por entre las nubes.

[Maharet Li Lindemann]

- ¿Cómo que no puedo pasar? ¿Y por qué no? ¡Exijo pasar!

Los gritos eran cada vez más estruendosos.

 

- Z! Z!

 

Gritaba desde los jardines, donde acababa de entar...

 

- Pero joven señora, aquí no vive ninguna Z, por favor alejese.

 

Decía el elfo con voz frustrada, era como querer espantar un perro muy molesto.

 

- Pero... ¿Qué ""##$%%& te pasa elfo? déjame pasar quiero ver a la dueña! Creo que es la dueña pero bueno me vale, quiero verla! y si no te quitas vas a ver...

 

Su voz se tornó más estruendosa, la mujer de ojos verdes y cabellos rojos estaba por patear al elfo domestico que la ahuyentaba, pero se controlaba porque no sabía que tanto lo querían en esa casa.

 

- Shopie! Shopie!

 

Volvió a gritar, ahora más cerca de la puerta principal.

 

- Fuera! Fuera! humana insolente...

 

Gritó el elfo.

 

- SHOPIEEEEEEEEE

[Sophie Elizabeth Granger]

Se despidio de su querido amigo Zarco mientras prometía asistir a la fiesta que organizaban en su mansion. Comenzo a cerrar la puerta cuando vio sobrevolar una lechuza con algo en el pico y pasar por su lado como si no existiese. Dejo un papel en la rendija del buzon y se alejo de la casa tal como llego. Pero la rubia la identifico enseguida y sabia quien era la dueña por lo que no le extrtaño su comportamiento demente.

 

-Igual de loca que la dueña, veamos de que se trata ese maldito papel-dijo con gesto adusto inclinandose para tomar el papel que bien podrian haberle entregado en mano-oh vaya, desde luego que me quejare, pero de tan tonta lechuza y su dueña, abrase visto tanta torpeza

 

Tomo su varita y le prendio fuego al papelucho disponiendose ya a regresar a la cocina donde seguro sus primos ya no se encontraban pues eran algo impacientes. Pero el destino parecia no querer que la Granger regresara al interior de la casa.

 

-Z?...solo alguien me llama así pero hace años que no le veo-dijo mientras daba un vistazo hacia la entrada de los jardines. Su elfo venia en franca batalla con una bruja que gritaba su nombre lo que le saco una sonrisa a la vampira

 

-Polo dejala, ya me hago cargo, vete-dijo salvando a su elfo de su vieja amiga Maharet. Los demonios no le tenian demasiada paciencia a los elfos y sus pequeños sirvientes le gustaban tal y como estaban

 

-Que no te aguantaron en el averno y vienes a martirizarme a mi Maharet querida-dijo en tono de burla mientras esperaba en la puerta

[Maharet Li Lindemann]

- Que va, agradece que te visito.

 

Contestaba a Shopie mientras miraba con odio al elfo que se alejaba, aún este la miraba receloso. Por dos segundos y lo mandaba al cielo de los elfos con Dobby, si la seguía molestando.

 

- Tienes malos empleados, por eso yo solo tuve un elfo y creo que murió, son bichos despreciables.

 

Le dio un beso en la mejilla después de decir esto, y la tomó por el brazo al tiempo que volvía a hablar.

 

- Yo no martirizo a nadie, solo hago el amor...

 

Rió tontamente, y siguió hablando.

 

- Solo vine a visitar, ¿Tan raro es? Y me vas a invitar a pasar y a beber algo o me quedaré aqui mientras maldigo a tu p*** elfo otra vez?

 

Su voz fue burlona pero a la vez amistosa, esperando a que su amiga le diera el paso.

[Sophie Elizabeth Granger]

La Granger torció los ojos como si realmente le fastidiase lo que la demonio le decía aunque aquello no era así. Le hizo un ademan de que se acercara al mismo tiempo que lanzaba una ultima mirada hacia su jardín en busca de alguna amenaza que no encontró.

 

-Lo siento Maha pero mis elfos no lo son, el resto muy probablemente si-dijo contradiciendo a la mortifaga. La rubia tenia en alta estima a sus elfos domésticos pero eran los únicos que tenían esa suerte-Ademas, si los cuidas bien y los tratas con respeto te pueden salvar de la muerte como el idi*** de Dobby

 

Sostuvo la puerta para que la chica pasara a su mansión donde otro elfo con cautela preparo la sala y les dejo un juego de te y algunas galletas. Tras el altercado con Polo los elfos evitarían a toda costa hacerse visibles frente a Sophie y su visita. Quien podia culparlos si su vieja amiga los queria asesinar asi que por esa vez les dejaria hacer pues tenia mas interes en saber donde se habia metido esta por tanto tiempo

 

-Bueno esa oferta de hacer el amor es tentadora y en cuanto a mis elfos me gustan tal como estan, osea vivos, pero por esta vez prefiero que me digas donde te habias metido-pregunto mientras servia dos tazas de te y tomaba una para si misma

[Maharet Li Lindemann]

Maharet se comió dos galletas sin antes siquiera coger la taza de té que le preparaban, hizo un gesto de agradecimiento con los pulgares arriba para demostrar que le gustaban y tragó para poder hablar con una voz pastosa pero chillona.

 

- Por aquí y por allá he estado, nunca en un mismo lugar, ya sabes.

 

La mujer tomó un trago de té y volvió a poner la taza sobre la mesita, con una delicadeza nada proporcional a su actitud, siempre había sido asi, muy dejada, sin preocuparle jamás de quién pudiera decirle algo o no. Solo los que la conocían sabían como era la demonio.

 

- Pero me aburrí donde estaba y el primer nombre que se me ocurrió fue Z y pues, taraann qui vine.

 

Sus manos se levantaron señalandose a si misma, como si se tratara de un maniquí, cuando decía la ultima frase, al menos decía la verdad.

 

- Bueno y aparte de tener elfos feos ¿Cómo te ha ido? Yo más aburrida que una ostra pero viva, mi exilio no es porque yo quiero, aunque no sé si te sabes la historia...

 

La joven mujer, apartó la vista y miró hacía los aparatitos curiosos de la sala, sonriendo al ver que todo era como lo recordaba alguna vez.

 

- ¿Quién ha muerto recientemente?

 

Preguntó como si se tratara de un shampoo o algo sin importancia.