Familia Granger

[Pakami Gryffindor]

Aparecí en los límites de la Mansión Granger, convocado por un Patronus sin forma porque se supone que solo los miembros de la Orden pueden convocarlos (u.u). Según el "patronus" habría una fiesta en la mansión. "Las Granger's no la pasan mal", me dije para mi adentros mientras entraba como dueño por su casa y me limpiaba el barro de los zapatos en la alfombra de bienvenida.

 

-Dime pequeño, ¿Dónde están la chicas? -le pregunté a un elfo que pasaba por ahí en ese preciso momento.

 

El elfo me indicó que la acción (?) estaba en el patio trasero, así que continué mi camino atravesando las cocinas, donde había aún más elfos llevando y trayendo comida de un lado a otro. Una vez en el patio, me encontré con un pequeño sendero de piedra. Caminé sobre el unos minutos hasta encontrarme con lo que estaba buscando: mi prima Sophie exhibiendo sus atributos (?). Pero para cuando pude darme cuenta, ya estaba poniéndose su prenda correspondiente de vuelta.

 

Luego de esa extravagante vista, desvié mi mirada para encontrarme con otra aún mejor. Luna, mi novia, también estaba allí, vestida muy extravagantemente. Me acerqué con cara de perver sin remedio y la abracé por detrás dejando un beso en su cuello.

 

-¿Qué hacen Granger's? -pregunté algo preocupado por la respuesta.

[Valeskya Granger]

El pobre elfo Polo había terminado bañado en jugo de calabaza, cortesía de su prima Sophie; tal parecía que la simple idea de cocinar, era tan aterradora para ella, como para los elfos, que al haber escuchado el comentario de la ojivioleta, se habían formado en grupos y resguardaban celosamente la comida que habían llevado para preparar. Inmediatamente, algo de humo comenzó a salir de aquella parrilla, síntoma de que la fiesta estaba comenzando a partir de ese momento.

 

Pese a su resistencia, la rubia había accedido a enviar un patronus y fue entonces cuando la ojivioleta lo recordó: ese hechizo era un medio de comunicación con la Orden, por lo que supuso que a su prima no le agradaba mucho la situación; había vuelto a tomar asiento, dejando que la otra joven se encargara de todo lo demás, cuando de repente escuchó las palabras de alguien que se acercaba, y antes de que pudiera ver de quién se trataba, el ruido de un golpe seco se hizo presente y la Granger giró bruscamente para ver lo que había pasado.El patronus se había estrellado en el rostro de la joven que recién iba llegando y se quedó en su lugar, sin saber qué hacer: o reírse o preocuparse para ver si Fiamma había resultado lastimada:

 

- ¡Por los cabellos del viejo Merlín! ¿Estás bien? – Preguntó la Granger, pero al ver el rostro de su amiga, era evidente no era así. - Discúlpanos, apenas estábamos en proceso de invitación y sabes a la perfección que tú siempre serás bienvenida aquí, amiga.- Murmuró atropelladamente al mismo tiempo que se acercaba a Fiamma para verificar que solo había sido un susto - Nos acabas de ahorrar la fatiga de tener que ir a avisarte… Y quita esa cara de amargada, que no pega para nada contigo.- Exclamó, negando con la cabeza como muestra de desaprobación.

 

- ¡Vaya! ¡Hoy es el día de las caritas tristes! – Añadió la ojivioleta al ver llegar a Silverlyn, acompañada de un comentario sarcástico. - ¡Por amor a los chocolates! ¡Esta es una fiesta, no un funeral! Y estamos celebrando un par de días sin ataques de mortífagos, añadiendo el hecho de que ya llevamos un año usurpando esta mansión. – Comentó alegremente a la rubia de ojos grisáceos mientras la invitaba a ella y a Fiamma para que se sentaran cómodamente, pero nadie contaba con que Sophie anduviera especialmente hábil con la varita ese día.Un par de hechizos fueron necesarios para desaparecer los atuendos de ambas chicas y cambiarlos por lindos trajes de baño.

 

- ¿Y yo qué? – Reclamó la joven mientras ponía las manos en la cintura, mostrando fingida molestia. - Solo porque soy la prima, no tengo privilegios…- Sin más, agitó su varita y su atuendo había desaparecido, dejando solamente un traje de baño con un modelo similar al que traía Sophie, solo que en color negro… el favorito de la ojivioleta. Comenzó a avanzar hacia la laguna, lista para probar la temperatura del agua, cuando escuchó la voz de Joacoo que iba acercándose a ellas para saludarlas. Sin perder más tiempo, la joven fue corriendo al encuentro de su hermano y lo abrazó cariñosamente.

 

- ¡Qué bueno que veniste! – Exclamó radiante. - Pasa y toma asiento… Pero espera ¿ya conoces a Fiamma? Es una de mis mejores amigas.- Giró hacia la pelinegra y le dijo. - El es Joacoo, mi hermano.- No hacía falta decir más, solo esperaba que ellos pudieran llevarse bien. Más allá se encontraba la rubia, luciendo su cuerpo y olvidándose que tenía dos hijos a los cuales no había llevado a la fiesta [?].

 

Las sorpresas no se terminaban ese día, pues alguien había decidido ir a hacerles una visita; se quedó perpleja contemplando el rostro de Marbetz, alguien a quien quería muchísimo y a quien creía desaparecida en combate [?]. El rostro de la Granger era de sorpresa mezclada con alegría: ”los fantasmas vuelven”, pensó, mientras se acercaba para saludar más de cerca a la joven; sin duda esa sería una ocasión para reencontrarse con viejos y nuevos amigos. Acomodó su negra cabellera y se acercó hacia la recién llegada para saludarla; pero un rápido movimiento por parte de ella, provocó que Sophie quedara sin la parte de debajo de su traje.

 

- Ahora recuerdo que no debo acercarme mucho a mi sobrinita.- Murmuró por lo bajo la joven, mientras veía correr a ambas. Comenzó a reír al ver a la rubia corriendo por todo el lugar en busca de la victimaria; bajó la mirada un tanto avergonzada, al darse cuenta que su hermano había visto aquella penosa escena. - ¡Hola Mar! ¡Bienvenida a casa! – Gritó para hacerse notar, pensando en que seguramente tardaría un buen rato en que su sobrina volviera a aparecer. Volvió a reír inevitablemente, sin darse cuenta que alguien más había aparecido en la mansión.

 

- Hola guapo.- La ojivioleta saludó, sintiendo un leve escalofrío al sentir el beso del Gryffindor sobre su cuello. - Andamos celebrando unos cuantos regresos y creo que has visto a Sophie en su fase exhibicionista.- Aún riendo, dio media vuelta y lo saludó con un beso en los labios. - Bienvenido a la fiesta sin control de las Granger y compañía.-

 

Off:

 

Me proyecté escribiendo ._.

Editado 9 de Septiembre del 2011 por Luna Peverell Granger

[Kia Asamiya Granger]

Kia entró sigilosamente a la mansión, nuevamente había vuelto a escapar de ella y nuevamente volvía al que aún consideraba su hogar. Temía encontrarse con alguien que le preguntará el por qué de su larga ausencia y su nuevo aspecto, definitivamente había cambiado mucho: el cabello violáceo ahora le llegaba abajo de las rodillas, lo llevaba suelto, sujeto con una diadema negra; su piel se veía más bronceada de lo que era y vestía un vestido negro que le llegaba arriba de la rodilla y hacía juego con los tenis negros, que eran lo único de su vestimenta que recordaba a la chica que los Granger habían conocido. Se había puesto unas calcetas moradas que caían libremente por sus piernas y una bufanda en el mismo tono que era más un accesorio que una protección del frío.

 

Entro por la puerta dispuesta a subir a su habitación cuando un pequeño gato negro le cerró el paso. Kokoro no había cambiado mucho en esos meses, pero ahora miraba a la chica con rencor, como la última vez que lo vio, el día que se fue de la mansión sólo con su mochila y su varita.

 

-Supongo que estás molesto -susurro la ojiverde agachándose para mirar más de cerca a su amigo -pero te tengo buenas noticias -añadió sonriendo, como si esperara que el gato le respondiera. -Esta vez no volveré a irme, o al menos eso espero -susurró como para sí misma.

 

El gato la miró con los ojos ambarinos y se acercó a la chica, le lamió la mano y dejó que ella lo acariciara y lo levantara para llevarlo a su habitación; la chica se paró al final de la escalera con el gato en su mano y miró la puerta por la que había entrado, posiblemente no pasara mucho tiempo en la mansión últimamente, pero en definitiva se sentía en casa.

 

OFF

u.u ya pueden matarme, sorry por abandonarlos tanto tiempo, pero es que... bueno, han sido meses difíciles, me cambié a otra ciudad y todavía estoy en proceso de adaptación. Pero volví, no sé por cuanto tiempo, pero espero que sea por mucho. :]

[Danayel]

Hace tiempo que no sabía de mi concientemente, llevaba mucho tiempo vagando sola por muchos lugares y comiendo solo lo que la sabia naturaleza me daba y lo que yo gustosamente cazaba, no había sentido la necesidad de estar entre los humanos, no me había sentido sola a pesar de no pertenecer a una manada, recordaba vagamente mi intrusión como "humana" a una familia o más bien en esa forma conviviendo con magos...estudiando entre ellos...viviendo con ellos...sin embargo...mmmm mi naturaleza licántropa me impide seguir la leyes y estar en un lugar por mucho tiempo...recuerdo vagamente haberlo intentado...solo que creo que ya no tiene caso recordar en donde estuve y con quien estuve...creo que me han olvidado...

 

Hoy después de mucho tiempo, recordé algo de mi pasado, más bien recordé a alguien de mi pasado...alguien que me inspiro confianza por estar más allá del bien y del mal, no sé, he sentido la necesidad de buscarla, tal vez ella me ayude ¿a qué? no lo sé, pero puede que me saque de esta vida ó me ayude a decidirme finalmente a vagar por el mundo siguiendo esta vida de libertad absoluta y siempre corriendo el riesgo de cometer algun locura ó peor aún a ser cazada por lo que no escogí ser.

 

En fin...he decidido regresar y buscar a Sophie, por lo que me dirijo corriendo al punto donde oculte mi varita antes de huir de la sociedad.

 

Antes de sacar de su escóndite mi varita regreso a mi forma humana y con mis manos bien definidas y mis pulgares en su lugar logro rescatar de las entrañas del árbol que sirvió de bóveda de mi más grande posesión mi "bella varita". Al tenerla entre mis manos respiro y me siento viva y más fuerte que nunca. Despúes de unos segundos que parecen eternos salgo de mi estupor y me doy cuenta que estoy desnuda y que no puedo acercarme al pueblo así, por lo que busco una roca cercana y apuntando con mi varita digo:

 

-Morphos- y la roca se transformó en una túnica bastante sencilla en color gris, lo suficiente para no llamar la atencion y llegar hasta donde estaba esa persona que recordaba. Así que tomo la túnica y la coloco sobre mi cuerpo y pienso "me siento extraña, después de estar tanto tiempo a la interperie sin más ropa que mi pelaje" pero he decidido iniciar esto y ahora no me detendré.

 

Después de unos días de andar por los caminos y seguir mi instinto del olfato, logró llegar a "Ottery Catchpole" y al andar por esa calle el olor intenso me lleva a una mansión color blanco con 4 pilares a la entrada y una puerta decorada con filigranas de los más finos que he visto, me decido a tocar la puerta y despues de unos momentos esta se abrió y apareció un ser pequeño con orejas largas que recuerdo lo llaman Elfo y le digó:

 

-Sophie?????- no sé que aspecto tenía, era un hecho que no me veía bien, pero él ser me miraba con una cara de extrañeza como diciendo ¿y esta pordiosera qué?.

 

por lo que el Elfo con su mejor cara me dijó:-Perdón, esta es la casa de la familia Granger esta Usted segura que la persona que busca esta aquí-

 

-Claro que sí estoy por demás segura de eso, mi institno no me falla, le pido busque a Sophie y le diga que Danayel está aquí-

 

Así que el elfo con más desconfianza que otra cosa, me dijo-un momento por favor-y cerro la puerta tras de sí.

[Sophie Elizabeth Granger]

La rubia se alejo un poco de sus primas y decidio lanzarse al agua fria que poco podia afectarle pues ella no sential los cambios de clima como los humanos. Despues de explorar un poco el fondo de la laguna donde su prima habia incuido un par de animalitos nativos del agua salio dispuesta a golpear a su prima

 

-Prima del mal, que hacen esos animalitos ahi abajo, casi me ahogan los desgraciados-le dijo mirandola feo pensando seriamente en hacerle daño. Sobre todo cuando acababa de quitarse de encima un Grindylow en el fondo de la laguna.

 

Uno de los elfos paso donde estaba y le ofrecio un pedazo de carne a termino medio como a ella le gustaba y una cerveza de mantequilla que le supo a gloria asi que la auror se sento en su silla de playa y se dispuso a comer aquellos manjares. Otro elfo que se habia quedado a cargo de la casa por si llegaban visitas y no se daban cuenta de lo que estaba sucediendo atras aparecioa su lado para avisarle que tenian visitas.

 

-una chica algo extraña señorita Sophie, dice que la conoce y quiere hablar con usted-dijo la nerviosa criatura. La vampira lo despidio con un gracias y utilizando sus poderes vampiricos aparecio en un suspiro frente a la puerta principal y abrio preguntandose que encontraria al otro lado de esta.

 

-Danayel?...-dijo sorprendida al ver a la licantropa desaparecida hacia tanto tiempo ya-pasa, ya comiste? tienes donde pasar la noche? Tu elfo traele a la señorita algo de comer y un poco de cerveza de mantequilla-

 

Le señalo la sala y ambas se sentaron mientras la vampira esperaba que su amiga le contara todo lo que habia pasado en aquel año que tenia de desaparecida.

[Danayel]

Esperé solo unos momentos en la puerta, cuando de pronto está se abrió y apareció Sophie, con cara sorprendida dijo- Danayel?...-e inmediatamente me llenó de atenciones invitándome a pasar y preguntando- pasa, ya comiste? tienes donde pasar la noche?- mientras me conducía a la sala de su bonita mansión y le indica al elfo que me trajera comida y cerveza de mantequilla.

 

Obvio era que yo me sentía de los más extraña entrando a casa de mi amiga ya que tenía un buen rato sin estar en un lugar civilizado, además sentía que no encajaba mucho con la decoración ya que comenzaba a caer en la cuenta de mi aspecto, era toda un desastre, tenía mi pelo totalmente desalineado despeinado sin forma ya no estaba a los hombros si no a media espalda, maltratado totalmente, estaba sucia después de varios días vagando, las uñas largas y sucias por no decir que no traía nada encima más que la túnica gris y mi hermosa varita, pero en fin la seguí con cierto aire de desconfianza que ya era un hábito después de más de un año fuera de la civilización y cuidándome las espaldas yo sola. Así que cuando llegué a la sala me sorprendí por la decoración estilo egipcio que predominaba en la misma, sin embargo eso no me importo mucho y me senté en un sofá tipo diván y frente a mí se sentó Sophie.

 

-Bueno Sophie con respecto a si ya comí, no aún no me he comido y creo que el estómago me está gruñendo de hambre y con respecto a donde pasar la noche… digamos que a mi antigua casa no quiero regresar quiero tener un nuevo comienzo y mi techo de este último año no ha sido más que la bóveda celeste

 

-Ok daremos solución a eso, pero ahora descansa y cuéntame ¿qué ha sido de ti, desde tú última vez entre nosotros?-

 

-Pues bien, como te habrás dado cuenta llevo más de un año viajando, todo este tiempo he estado sola, tratando de dilucidar si mi última incursión en este mundo era lo que yo quería, efectivamente en la Familia Weasley siempre hubo para mí excelente trato y amor pero la verdad me estaba ahogando no sentía que fuera yo, guardo un excelente recuerdo de esa casa y de esos magos y brujas siempre he sido bien recibida pero sentía que no era yo exactamente, no sé tal vez mi naturaleza me obliga a ser más libre, más agresiva, más fuerte, más renuente a las reglas, digo tú sabes que parte de ello me llevo a abandonar la escuela y mi casa- comenzaba a sentirme más relajada cuanto más hablaba con ella, no sé era como sentirme en confianza con alguien que lleva mucho tiempo contigo ó tal vez la naturaleza de nuestras razas.

 

Mientras tomaba un respiro se incorporó el elfo a la sala, trayendo una buen a porción de comida y una rica cerveza de mantequilla-Madame gusta Usted algo de comer?-a lo cual yo rayda y veloz comencé a devorar la comida, evitando los cubiertos y tomando todo con las manos y metiéndolo a mi boca, hasta que caí en cuenta que no estaba precisamente en el bosque y no tenía mi forma licántropa por lo cual pedí disculpas-Perdón Sophie =S es la maldita costumbre de comer como animal, lo siento trataré de acordarme de las buenas costumbres y comportarme ups- por lo cual Sophie solo gestículo una media sonrisa y haciéndome una seña con la mano dándome a entender que terminará de comer y que después continuará contando mi relato, sin embargo ella me observaba detenidamente ¿en verdad lucía tan mal?...

[Sophie Elizabeth Granger]

La licantropo confirmo lo que la Granger se habia ya imaginado sobre si esta habia probado alimento. Aunque escuchar que no queria regresar a la Weasley no le asombraba demasiado pues algunos miembros de esa familia solo manchaban el apellido tan honorable que habian heredado.

 

-Ok daremos solución a eso, pero ahora descansa y cuéntame ¿qué ha sido de ti, desde tú última vez entre nosotros?-

 

 

La joven Danayel la puso rapidamente al dia hasta que el elfo llego y le sirvio de comer. Guardo silencio mientras pensaba en cual de los cuartos estaba libre. La casa era enorme y podia hospedar a mucha gente. Se pregunto que habitacion le gustaria a una chica que cambiaba con la Luna llena y se decidio por una de las que tenian balcon. Asi su amiga podia escaparse de vez en cuando al bosque cercano y regresar sin que nadie se interpusiera en su camino.

 

Ya despues la acompañaria a el callejon diagon a que se hiciese de algo de ropa y tal vez le insistiria en regresar a la Academia aunque sospechaba que la mandaria bastante lejos si le decia algo ahora mismo. De repente parecio apenada por su forma de comportarse pero la rubia le hizo señas dando a entender que no importaba.

 

-no te preocupes, no eres la unica licantropo y aqui somos bastante raros a veces asi que tu comportamiento no es nada del otro mundo-le dijo y se disculpo un segundo para mandar arreglar el cuarto de la bruja y tambien cambiarse ella misma pues aun traia el traje de baño puesto.

[Danayel]

-no te preocupes, no eres la unica licantropo y aqui somos bastante raros a veces asi que tu comportamiento no es nada del otro mundo-con esta frase me saco de mis cabilaciones Sophie, se disculpo y se retiro de la sala dejándome solitaria en esa sala tan extraña pero interesante.

 

Mientras observaba la sala termine de comer y beber lo que me habia traído el elfo y deje la charola con los platos vacíos y el tarro de cerveza de mantequilla limpios sobre una mesa cercana- "vaya que traía un hambre mortal"- pensé para mis adentros. Sin embargo mientras esperaba en la sala pensaba que esta casa era interesante por lo enigmática que era en su decoración, siempre pensé que los egipcios ocultaban más de lo decían, ¿qué conocían? entonces ¿cuántas cosas o secretos estaríam ocultos aquí? mmmmm interesante ... a ciencia a cierta comenzaba a agradarme esta casa solo que me hacía falta empezar de nuevo la vida sociañy sería interesante conocer a los habitantes y visitantes de esta familia.

 

Mientras pensaba todas estas cosas recorría la sala, observando las statuillas, statuas, cuadros, jarrones, jeroglificos, piedras etc con los que se adornaba, era algo inusual como estar en un museo, así que después de un rato regrese al cómodo diván y me recosté para comenzar a reposar mi largo viaje, me hacía falta dormir, así que solo sacudí mis pies descalzos y me acomodé a la espera de que regresara Sophie.

 

No supe en que momento caí en estado de inconciencia solo sabía que había comenzado a soñar...

[Annick McKinnon]

La pelirroja atravesaba los jardines de la mansión con tal lentitud y parsimonia que parecía como si quisiera evitar que alguien notara su presencia. Y posiblemente en el fondo eso era lo que deseaba, ya que sentía un poco de culpabilidad por haberse ido de viaje sin avisar a nadie. «Gajes del oficio», (?) –pensó para sí misma reprimiendo un suspiro.

 

Acababa de regresar de una de esas misiones que de vez en cuando realizaba para la Orden del Fénix, (wtf) y que en general impedían establecer contacto con familiares o amigos. Pero a pesar de saber que aquello lo hacía por una noble causa, eso no evitaba que la invadiera cierta sensación de culpa.

 

Faltaban pocos metros para que llegara a la entrada principal cuando unos pequeños gruñidos comenzaron a escucharse, y al mirar a su costado vio a una cachorra Golden Retriever que se dirigía hacia ella moviendo la cola alegremente.

 

—¡Kiara! –se arrodilló en el pasto para poder abrazar y acariciar a su mascota.

 

Le había pedido a Eneas, su servicial elfo doméstico, que se encargara de alimentar a la cachorra y permitirle salir al jardín para que pudiera corretear a los gnomos y a las aves, por ese motivo no le había sorprendido encontrar con la perrita en el jardín.

 

—¿Me has extrañado, pequeña? –dijo sin poder evitar sonreír en tanto jugueteaba con Kiara– Ven, vamos adentro, ¡tengo tanta hambre que no aguanto ni un minuto más sin probar bocado!

 

La Golden retriever parecía tan emocionada que no paraba de dar brincos y correr de un lado a otro mientras le seguía el paso a la pelirroja, quien tomó el picaporte u abrió la puerta para adentrarse a su hogar. «Uhm… ¿hola?».

 

 

 

-----------------------------

Hola, ¿se acuerdan de mí?

[Sophie Elizabeth Granger]

Cuando volvio a donde estaba su amiga ya se habia puesto un short y una blusa de tirantes. Entro a la habtiacion donde la habia dejado y la encontro dormida tranquilamente. Se sonrio imaginado lo cansada que estaria la chica despues de andar vagando por los bosques en su forma animal. Chasqueo los dedos y Polito aparecio junto a ella.

 

-Digame señorita Sophie-dijo el elfo con una reverencia mas por costumbre que por obligacion pues los Granger eran bondadosos con sus elfos.

 

-Llevate a mi amiga Danayel a la tercera habitacion a la izquierda, la que tiene el balcon hacia el Jardin y dejale a la mano algo de ropa para cuando despierte.Por favor mantenganse atentos para que le digan donde puede asearse cuando este lista-dio instrucciones al viejo elfo y enseguida se fue de nuevo hacia el jardin.

 

Decidio salir por la puerta principal para checar algunas de las flores que estaban en la entrada. Queria poner tal vez un par de rosales en frente y hacer modificaciones a el jardin de aquella area. Derepente un pequeño perro no magico se alejo por un lado de ella para econtrarse con una figura muy familiar para la rubia.

 

-Prima querida, pero es que Elvis te tenia secuestrada y te has escapado?-la embromo la auror a modo de saludo-bienvenida a casa