† Mansion Ragnaventus †

[Emilia Malraux]

 

 

La demonio lo escucho y le saco la lengua ante el comentario de su sangre, no haría comentarios al respecto por que sinceramente jamás llegarían a un acuerdo con ese tema. Relamió sus labios divertida mientras observava todo a su alrededor la casa seguía manteniendo aquella atmosfera oscura, le pareció divertido hacer algo muy caracteristico de ella asi que sacando su varita descorrió todas y cada una de las ventanas de aquella biblioteca dejando que la luna que ya empezaba a descender iluminara inundara con su luz aquella sala.

 

- Ahora si esta mejor el salón Ragnarok - lo miró retadora unos instantes sabía que el nada le diria pues a ella le gustaba asi y aun cuando el vampiro no lo admitiera en voz alta sabía que aquel lugar había sido robado por ella.

 

se permitió reir mientras tomaba uno de los bocadillos que el mago había traido para ellos y llevandose uno a la boca sonrió - Jamas te lo dije pero la comida que hacen tus elfos es la mejor, aunque es algo raro si nos paramos en el hecho de que esta es la casa de un vampiro y no es si no hasta ahora que vives aquí con alguien- rié - ¿Cuándo me dejaras ir al local?- dijo refiriendose a tartarus

 

Su ceja se levanto escuchando lo último que aquel hombre le dijo y le sonrió con picardía ante sus palabras respondiendole ella con su personalidad nata - Mon amour, si no llevara tu nombre como comodín para que me abrieran las puertas, yo misma buscaría la manera de obtener lo que deseo, sabes perfectamente que soy astuta y se jugar el juego de los hombres y como demonio conozco de muchos pecados que sin necesidad de cometer, te abren las puertas deseadas- mordió su pastelito y lo miró divertida

 

 

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

No pudo evitar reír cuando la demonio de fuego el saco la lengua cual niña pequeña. Aunque tenía la suficiente edad y ahora la suficiente madurez Emilia no podía definitivamente dejar de sacar su niña interna cuando estaba con el Ragnarok, más aun. Cuando estaba en aquella biblioteca que ambos amaban tanto. Cuando el cainita observo el cambio sutil en la faz de su amiga y esa chispa de travesura que apareció en sus ojos sabía que la Malraux estaba a punto de hacer una de las suyas. ¿Lo evitaría?, más bien la pregunta era ¿alguna vez lo había hecho?

 

La luz de la luna alumbro el lugar una vez que la Malraux descorrió las cortinas. Aquello no le molestaba en lo más mínimo al vampiro, principalmente porque observar las estrellas en la noche, desde aquella biblioteca era una de las mejores cosas que se podían hacer, claro estaba, también “hacer travesuras” y muchas cosas más. Al escuchar lo que la Malraux decía dibujo una mueca.

 

-me gustaba como estaba –dijo en broma con un ligero puchero- pero no voy a decir que no me gusta también como está ahora –rio.

 

La observo come aquel bocadillo y sonrió ante el comentario de la comida que él estaba haciendo la Malraux. La verdad, es que sus elfos eran especialistas en todo tipo de comida, ya fuera normal o exótica, por si debían servirle a alguien importante de algún país o a quien fuera a visitar al cainita.

 

-La verdad es que son perfectos cocineros y atienden bien la casa, además, cuando vienen personas a quedarse como tú por ejemplo o Mery o ahora que esta Macnair aquí conmigo es necesario que alguien cocine especialmente para ustedes –dijo- no puedo permitir que piensen que quiero matarles de hambre –se encogió de hombros- yo también cocino muy bien, pero prefiero que sean ellos quienes atiendan a mis invitados, a mi familia o personas importantes que vengan a reunirse conmigo

 

Entrecerró los ojos al escuchar como la chica ya deseaba saber cuando la llevaría al local. Sabía perfectamente que una de las cosas que a veces no tenía la Malraux era la paciencia, o más bien, cuando le interesaba algo en verdad.

 

-Pronto, ahorita estoy haciéndole algunas remodelaciones, colocándole hechizos, contra hechizos y protecciones mágicas de todo tipo para que nadie nos moleste –dijo sonriéndole- pero te aseguro que serás una de las primeras en ir allí cuando se abra y te permitiré beber solo una copa gratis –bromeo y le guiño el ojo a la Malraux.

 

Bebió un trago de su bebida y comió uno de aquellos bocadillos. Si, era extraño que un vampiro hiciera aquello, pero el cainita era un vampiro muy extraño y especial. Cuando menciono la demonio de fuego todo aquello de sus habilidades y demás casi se ahogo con el trago por la risa. Claro, él sabía perfectamente las capacidades de Emilia para conseguir información, trabajar clandestinamente o conseguir todo lo que deseaba, aun así, el Ragnarok le había dicho aquello en broma solo para molestarla.

 

-Oh si lo sé, conozco tus habilidades y te aseguro que te mantendré vigilada por si las dudas –comento aun más divertido- ya sebes, con todo ese rollo de hermano mayor, tutor, amigo y bla bla bla –observo el rostro de Emilia mientars bromeaba con aquello y sonrió- además voy a necesitar que me ayudes mientars tanto en una investigacion muy importante y a probar algo que consegui en un libro, claro, tambein debho pedirle a Cissy su ayuda.

 

@@Emilia Malraux

[Astara Macnair]

Puse una mano en el pecho de Hades cuando se acercó de manera casual, porque ya sabía lo que estaba buscando.

 

-Tendrá que pensar, señor Ragnarok, que es probable que nuestra pequeña Kore requiera más atención de lo esperado- susurré, cerca de su boca y luego la sellé con un beso que duró poco pero fue intenso.

 

Me alejé del clóset y comencé a caminar hacia el corredor de nuevo, para ver las puertas alrededor. Él me había dicho que la mayoría de las habitaciones estaban vacías y podíamos escoger alguna para Kore, aunque tenía razón en algo: mientras fuera una bebé pequeña iba a tener que estar en nuestra habitación. Y eso no me molestaba en absoluto, pero de todos modos quería hacer su propia pieza, una que ella pudiera disfrutar sin importar la edad que tuviera. Tendría otra en la mansión Macnair, por supuesto, porque aunque pasáramos tiempo como familia en la casa de su padre, yo quería que ella pasara también buenos momentos con sus primos y tíos.

 

-Iré a elegir una- le dije, comenzando a caminar por el corredor-. ¿Puedes traer té?- pregunté.

 

Esperaba que notara que quería hacer aquel recorrido sola, conocer la casa. Y no porque quisiera alejarlo de mí, sino porque había muchas cosas que debía sopesar ahora, como que iba a ser madre de nuevo, que era humana y frágil y eso implicaba que, más allá de mi magia, ya no me protegería mi inmortal vampirismo. También tenía que sopesar la posibilidad de que Kore fuera medio vampira y todas las implicaciones que tendría para ella el crecer con sed. ¿Sería difícil? ¿Sería igual que cuando uno era neófito? ¿Cabría la posibilidad de que Kore pudiera atacar a la gente sin darse cuenta de ello? No lo sabía ni lo sabría hasta que ella naciera y la estudiara.

 

Estudiara. Como si fuera una especie de experimento.

 

No, no era eso. Pero con Connor... Con él había sido distinto, no sabía cómo. Nunca había sabido como.

 

Estaba segura de que los temores pre natales eran bastante comunes.

 

***

 

Tiempo después

 

 

Me removía incómoda en la cama.

 

Había estado caminando por un campo lleno de trigo, listo para la cosecha. El sol sobre mi cabeza brillaba firmemente, cegador y tan caliente que amenazaba con desprender gotas de sudor de mi frente, pero no lo hacía. Mi piel era blanca y no se tostaba, sino que adquiría una tonalidad rojiza cuando me bronceaba y luego desaparecía, dejando de nuevo aquella tez pálida que poco tenía de relación con mi sangre griega. Mis manos rosaron la cosecha y sentía la dureza de las plantas entre mis dedos, la tierra bajo mis sandalias.

 

-¡Sybilla!- el grito provenía de mis espaldas y me giré.

 

Una casa de barro, arcilla y piedra se elevaba en una colina no muy lejana. Tenía el techo de tejas rojas curvas, varias ventanas con cortinas crema que ondeaban en la suave brisa. Un jardín tan verde que parecía un oasis se extendía delante, a los lados y por detrás de la edificación, donde miles de flores de colores formaban una postal que parecía pintada.

 

La voz llamó de nuevo. Una voz ronca y profunda.

 

-¡SYBILLA!- un grito desesperado.

 

Y luego...

 

¡Slash!

 

El chasquido de un látigo cortó el aire caliente.

 

¡Slash!

 

-¡SYBILLA!- gritó de nuevo la voz ronca.

 

¡Slash!

 

-¡VEN AQUÍ, PERRA ESTÚ.PIDA!- la voz ronca denotaba ira.

 

¡Slash!

 

Me tapé los oídos.

 

-¡MIRA LO QUE HAS HECHO!- gritó de nuevo.

 

¡Slash!

 

Pude escuchar la carne cortarse. La sangre escurrir.

 

¡Slash!

 

El látigo azotó de nuevo. Ni siquiera tapándome los oídos podía evitar que ese ruido me llenara, me resquebrajara los huesos.

 

¡Slash!

 

Pero el muchacho atado a los postes, con la espalda destrozada y la cabeza inclinada hacia adelante, que con cada nuevo corte le temblaban las piernas robustas y apretaba los puños, no soltó un sólo grito de dolor. La sangre manchaba su espalda y discurría como un río bermellón hasta el nacimiento de sus nalgas, deslizándose entre ellas y goteando en el suelo. Estaba desnudo, bajo el impío sol del mediodía.

 

Sybilla...

 

***

 

No fueron los látigos los que me despertaron, sino el susurro final, como aliento en mi oreja, cálido y dulce, el que me sacó de aquella pesadilla. Me incorporé en la cama y miré hacia ambos lados, buscando la procedencia de aquel susurro que me había arrastrado desde la profundidad de la congoja hasta la lucidez del despertar.

 

-Hades- lo llamé en la oscuridad de la habitación.

 

Un dolor agudo me recorrió la parte baja de la espalda y me arquee.

 

-¡Hades!- casi grité.

 

Sentí la cama mojada entre mis piernas.

 

@@Hades Ragnarok

 

Sybilla...

[Hades Ragnarok]

Con Cissy….

 

Antes de la llegada de Emilia…

 

El vampiro sonrió divertido cuando la Macnair puso una mano en su pecho para evitar que se “acercara más” ya que la ex vampiresa había adivinado las intenciones del hijo de la noche de besarla y aprovechar cada una de sus sensibilidades ya fuera en aquella habitación o dentro del closet. Como solían decir en broma, “llevarla a lo oscurito”. Recibió aquel beso y se resigno ante la idea de que no era el momento para jugar, pero que pronto seria, una vez que la Macnair acomodara sus cosas y se sintiera mucho mas cómoda.

 

-Se que necesitara muchas atenciones, no sabemos en realidad que sucederá con ella –dijo observándola a los ojos- puede ser una humana, una semi vampiro o quien sabe –comento el cainita- aun así, sea lo que sea seguramente será todo lo que siempre hemos soñado en una hija, tendrá la hermosura e irresistibilidad de su madre y yo estaré en problemas –bromeo dándole otro beso.

 

Pasara lo que pasara y fuera lo que fuera, Kore iba a ser aceptada y amada. El vampiro sabía que Cissy estaba preocupada por ello, más aun, no sabían cómo sería el parto y lo que podría suceder después, por lo que el Ragnarok debía estar mucho más pendiente de todo lo que les estaría rodeando, más aun, de lo que debería hacer cuando llegara el momento.

 

Observo a la Macnair salir del closet y luego de la habitación. El cainita la siguió suponiendo que la ex vampiresa quería seguir descubriendo los misterios de la mansión y seguirla explorando. Sin embargo, sonrió divertido cuando entendió que la chica tendría mucho tiempo para recorrerla, pero ahora su `prioridad era encontrar la habitación perfecta para su hija. Cuando escucho su petición asintió. Comenzó a bajar las escaleras. No pensó en ningún momento en llamar a Odin para que llevara el té, simple y sencillamente porque había entendido lo que deseaba Cissy. Debía hacer aquel camino sola, y él debía hacer un salto de fe con ello. Ahora seguramente habrían muchas más cosas en la mente de Cissy, al igual, como las había en la de él.

 

*****************

 

Con Cissy…

 

Tiempo después…

 

El cainita había dejado descansar a la Macnair. Habían pasado el día decorando, escogiendo cosas y molestándose el uno al otro, discutiendo de tonterías mientras él buscaba como robarle besos, provocarla o sencillamente veían lo que la pequeña Kore podría necesitar. Si, ambos ya estaban imaginando todo lo que la niña pudiera necesitar en el futuro. Se encontraba en la habitación de la bebe, o más bien de la niña cuando fuera un poco más grande pensando en todas las posibilidades y cosas sobre el futuro. No había utilizado su donde de la videncia para nada de aquello, deseaba que cada cosa fuera una sorpresa.

 

Movió la varita colocando un hermoso cuadro donde estaban él y Cissy abrazados observando con orgullo a donde estaría la cama de Kore cuando escucho primero el susurro, luego el grito. Se tenso. Cissy había gritado y aquel no había sido un grito normal, como si despertara de una pesadilla o algo, aquello era muy diferente. Salió de la habitación. Corrió por no decir que voló para llegar en un segundo hasta donde estaba Cissy. La observo. Observo aquello en la cama. Supo lo que significaba mientras pudo ver y escuchar otra contracción.

 

-Odín –llamo y un segundo después apareció el elfo haciendo una ligera reverencia- llegó el momento, prepara todo, ya sabes lo que tienes que hacer y traer –dijo el cainita mientras el elfo desaparecía.

 

El, había preparado ya todo en caso de que aquella emergencia sucediera en casa. Deseaba llevar a Cissy a San Mungo cuando aquello comenzara pero ambos habían discutido y ella quería tener a la bebe allí en la mansión, por lo que el cainita había tenido que preparar todo lo necesario, más aun, sabido que Cissy era una humana.

 

-Todo saldrá bien -dijo acercándose a ella.

 

Un segundo después Odín apareció y prepararon todo.

 

-Estas lista Macnair? –pregunto.

 

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[Astara Macnair]

Todo saldrá bien...

 

Todo saldrá bien...

 

Todo saldrá bien...

 

Todo saldrá bien...

 

La voz de Hades resonaba por mi cráneo pero me era imposible concentrarme en ella o en algo, más allá del dolor agudo que se extendía por mi espalda baja, por mis piernas y azotaba mi columna amenazando con doblarme a la mitad. Yo había parido una vez, hacía miles de años, en una cama adoselada con colchón de plumas de ganso, incienso quemándose en la mesa de noche y la luna iluminando mi rostro sudoroso. Las matronas habían trabajado arduamente en mi delgado cuerpo de dieciocho años para extraer al robusto niño de mis entrañas, mientras fruncían el ceño y apretaban los labios. En aquel momento, mi cuerpo había sido consumido por el maltrato y la precaria alimentación que me proporcionaba un esposo cruel. No es hijo mío, había dicho en más de una ocasión, dándome a entender que aquel niño no tendría jamás su amor o apoyo. No porque el niño no fuera suyo, sino porque yo era una bruja y seguramente mi hijo lo sería. Aún así, había parido y aquel dolor no se asemejaba con este.

 

La cama estaba manchada de líquido amniótico y sangre, tanta sangre que perdí el color de mis mejillas y me sentí desvanecer. Algo andaba mal, pero no sabía qué era porque todo el embarazo había sido raro, extraño, una locura. Una humana embarazada de un vampiro. Había oído de casos similares, de otras brujas que habían tenido hijos de vampiros a lo largo de la historia, como Joanna. Pero no tenía idea de qué podría suceder conmigo, con este cuerpo nuevo que habitaba.

 

-¿Estás lista Macnair?- me preguntó Hades.

 

-No- un hilo de voz salió de mis labios, apenas audible, mientras una nueva contracción me golpeaba-. ¡Sácala!- grité.

 

No porque no quisiera tener más a la bebé dentro de mí, sino porque algo iba realmente mal con aquello. Muy mal. Había demasiada sangre en las sábanas, yo estaba demasiado débil para poder pujar y aquello había sido una idea estú.pida. Tener a Kore en San Mungo hubiera sido mejor que aquello que estaba por hacer, así Hades fuera uno de los mejores medimagos de San Mungo y su director, así él fuera un vampiro capaz de darme su sangre para regenerarme. Lo vi colocar la intravenosa con dificultad, como si las contracciones fueran demasiado rápidas para que él pudiera encontrar mis venas, pero aún así lo hizo y el calmante comenzó a correr por mi cuerpo. Pero no era suficiente. Comencé a respirar agitada.

 

-Sácala... Algo está mal... Por favor- le rogué y comencé a llorar con desesperación.

 

Contracción tras contracción.

 

Odín nos miraba, incapaz de moverse por la orden que Hades le había dado de asistirme. Quizá el elfo estaba tan asustado como yo, pero no lo expresó o estaba acostumbrado a obedecer a Hades aunque las cosas le asustaran. No lo sabía, pero la presencia del elfo era lo único que me mantenía distraída. Kore estaba viniendo.

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

Aquello pintaba mal y lo sabía. El vampiro había tenido millones de discusiones con la Macnair sobre aquello pero ella de una u otra forma lo había logrado convencer de aquella locura. Maldijo por lo bajo al ver como Cissy perdía sangre y el calmante no estaba haciendo el efecto lo suficientemente rápido. Podía escuchar el corazón de la Macnair bombear cada vez más rápido mientras se esforzaba por mantenerse consiente. Le hizo señas a Odín quien parecía estar más que asustado para que le pasara aquellas bolsas de sangre. El cainita hubiera podido darle una poción a Cissy y es lo que haría después, pero en aquel momento no era prudente hacerlo.

 

A la mente del vampiro vinieron muchas imágenes, recordó cuando ayudo a nacer a la hija de sus “amigos” aquella que a la final había terminado traicionándolo y fuera una de las causantes principales de que todo el mundo se viniera abajo. Luego de aquello recordó que había ayudado a una joven licántropo a dar a luz a su pequeño, pero aquello no era nada comparado con lo que estaba sintiendo en aquel preciso instante. Nerviosismo, miedo, todo a la vez. Por un segundo recordó aquel instante en aquel barco cuando sin desearlo había golpeado a la Macnair con aquel hechizo pensando que era alguien más.

 

La misión del vampiro en aquel momento había sido fácil, clara y sencilla, debía eliminar al viejo turco que estaba estorbándole en muchos sentidos, primero, a su contratante, aquel viejo chino que seguramente querría en algún momento su cabeza, y segundo a él mismo ya que pensaba que la Macnair se interesaba de alguna forma romántica de él o este se aprovechaba de alguna forma de su futura prometida. En aquel instante, ambos estaban peleados, la cita que habían tenido no había salido para nada bien, por lo que el hijo de la noche había decidido terminar con aquel trabajo sucio de una vez por toda, solo que no conto con que la Macnair también era metamorfomaga y en aquel duelo casi a muerte para proteger al viejo él había golpeado el pecho de Cissy sin saber que estaba embarazada.

 

Volvió a la realidad cuando volvió a escuchar los gritos de Cissy implorándole que sacara a Kore de una vez. La Macnair le rogaba que terminara con aquello temiendo que algo estuviera mal y él cainita sabía que podría ser así. Ninguno se imaginaba como iba a terminar lo que sucedía. Cissy era una vampiresa renacida ahora humana, él un vampiro, una combinación que no sabía a la final que podría dar. La niña podría ser una hermosa humana o bruja, o podría ser una semi vampiro sedienta de sangre como su padre o muchas otras cosas, aun así pasara lo que apsara, el Ragnarok no iba a permitir que nada le pasara a ninguna de las 2, ni a la niña ni a su madre.

 

Si había un momento para estar concentrado y confiar en sus capacidades era aquel. Cissy consumía otra bolsa de sangre mientras el vampiro continuaba con aquel trabajo, el cual, era mucho más duro para la Macnair quien se intentaba mantener consiente con todas sus fuerzas que para él. Observo como la cabeza de Kore salía pero por un segundo la Macnair dejo de pujar. La observo horrorizado haciéndole señas a Odín para que colocara aquella poción en el momento que indicaba. Podía escuchar el corazón de Cissy latir débilmente mientras que el corazón de su pequeña niña latía con buen ritmo.

 

-Ahora Odín –dijo rápidamente cuando hizo aquel movimiento para sacar a Kore y protegerla entre sus brazos y el Elfo clocaba aquella poción en la boca de la Macnair obligando a que se la tragara. Al escuchar llorar a Kore no pudo más que sonreír. Se mantuvo atento a todo mientras la revisaba, aunque su atención estaba también en el corazón de la Macnair quien comenzaba a latir con un poquito más de fuerza. Limpio a la niña, reviso que todo estuviera bien con ella y se acerco a Cissy quien mantenía los ojos cerrados, agotada por el cansancio.

 

-Aquí esta nuestra bebe –susurro a la Macnair- es tan pequeña y hermosa –dijo cuando la escucho llorar e intento colocarla en el regazo de su madre para que la viera y la pudiera sostener.

 

El Ragnarok no perdió tiempo. Comenzó a revisar a la Macnair temiendo lo peor, que hubiera algún tipo de daño o desgarro que fuera irreparable. Si aquello pasaba ¿Qué iba a hacer?, el no pensaba vivir sin la Macnair y ella no iba a perdonarle jamás que la convirtiera en vampiro de nuevo si era el caso. Quizás n el futuro, pero en aquel momento recordó las muchas discusiones que habían tenido sobre el tema. Aunque él le había dicho que no lo haría, pagaría el precio de su molestia en caso de que tuviera que ser así.

 

No tardo mucho en lo que siguió después, ayudo a la Macnair, hizo el curetaje que debía y la beso dulcemente en los labios. Sabía que estaba más que cansada y que el dolor que había tenido que soportar había sido mucho más del que se le pudiera pedir a cualquiera.

 

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[Saori Rambaldi Ragnarok]

La asiática mirando sus documentos en fragmentados que su padre dejo hace años noto ciertas palabras que le hacían pensar que tenia aun mas familia, pues su infancia fue algo horrorosa con su madre muerta y su padre dejándola en todo lado menos en su hogar, en aquellos papeles afirmaban que antes de que lestad me recogiera en edad muy corta un hombre acogió a la asiática durante un tiempo pero en sucesos no explicados en los documentos lestad compartió la patria con la niña .- Al parecer soy un lleva y trae de mi padre.- dice con una sonrisa de nostalgia. Distraída por el comino leyendo los datos, montando a su cuervo de manera vulgar como era ella de costumbre.

 

La joven miro poco a poco como llegaba a la gran mansión -Bueno se supone que se llama Hades según esta carta de mi padre, chester.- dice saori mientras mira mas afondo la carta.- Bueno se supone que como aun soy pequeña para mi padre quiere que alguien me cuide.- saori dejo en claro en su mente keaton hombre que la acogió y refugio en momentos difíciles de su niñez la haya dejado sola.- Bueno.- saori sonríe a cargadas .- Cierto Hades es mi compañero de la marca .- dijo mirando la entrada de la gran mansión .- Bueno esperemos no molestar .

 

Saori baja de chester mirando todo a su alrededor lo cual era hermoso, la joven golpea la puerta con fuerza.- chester no cambies de forma por que creo que me equivoque de casa.- dice algo asustada .- Mmm padre mio al parecer si te preocupabas por nosotras. -Sale de su rostro una sonrisa con una lagrima.

 

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

Unos días después…

 

Habían pasado ya algunos días desde el caos que había habido en la mansión. Su mejor amiga y protegida Emilia Malraux se había ido a su casa a atender a su nueva familia y él se encontraba allí, feliz cuidando a la Macnair quien se recuperaba del parto de la pequeña Kore que había resultado tan hermosa como su madre y contra todo pronóstico la pequeña había salido una semi vampiro por lo que su crecimiento sería diferente a la de los demás niños. Claro estaba, la había amado antes de conocerla y ahora que había podido tenerla en sus brazos la amaba más.

 

Había bajado las escaleras mientras Cissy y Kore dormían. Se dirigía a la biblioteca cuando escucho que llamaban a la puerta. Aquello le pareció realmente extraño porque generalmente nadie iba a la mansión. Su familia había desaparecido. Los vendedores sabían que jamás deberían pisar aquellos terrenos y las demás personas huían al sentir el aura oscura o extraña de la mansión. Ladeo la cabeza imperceptiblemente y le hizo señas a Odín para que subiera y se mantuviera con su prometida y la pequeña en caso de ser necesario. Saco la varita y abrió la puerta.

 

Observo a la chica que se encontraba frente a él. Noto sus rasgos asiáticos. La reconoció al instante. Saori quien había entrado a la marca tenebrosa hacia poco tiempo. Sin embargo, también la reconoció por otra cosa. Aquella chica era su ahijada, solo que había prometido a su padre en Japón que se alejaría de ella, que no la buscaría, que no le diría absolutamente quien era él en realidad hasta que ella descubriera la verdad. Suspiro, ¿Qué hacia la chica allí?, ¿visita quizás o algo más?

 

-Hola –dijo observando a la chica- te puedo ayudar en algo? –pregunto observándola atentamente.

 

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[Saori Rambaldi Ragnarok]

Saori seco su rostro, acariciando las plumas de su enrome cuervo mientra aguardaba con cautela a que alguien respondiera la puerta, la peli negra mira a su alrededor y el aura que se ve es muy común parecida a la de la Ravenclaw saori no se sentía abrumada por aquella energía. La puerta se abrió y Hades salio con una cara algo confundida , saori se sometió a reír pero trato de guardar postura frente a el, pues su relación no era muy prospera. Hola, hades perdón venir a interrumpir en tu hogar .- dice saori mientras siente el aroma de una nueva vida.- Vea que hay un bebe , felicidades.- dice con una gentil sonrosa mientras saca de su bolsa, la carta que encontró en las cosas de su padre.

 

-Ya se todo la verdad y mi intensión no es molestar, pero el quería esto .- dice pasansole a carta a hades .- Espero esto no te traiga molestas, me i cuenta de esto por que, una de mis hermanas me lo enviaron pues hace 2 días llegue viaje de negocios- continua.- Por cierto jaja perdón por el susto así que guarda tu varita.- dice mientras toca el lomo de su enrome cuervo, esperando la reacción del hombre.

 

-Por cierto no quise llegar con las mano bacías.- saca de su bolsa un enorme pastel y una decoración amazónica que le regalaron .- mira un pastel y un adorno de una tribu amazonia tengo muchas mas así que no te preocupes . - dice con una sonrisa

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

El vampiro siguió observando a Saori un poco confundido hasta que ella le entrego aquella carta. La observo sin abrirla, aunque sospechaba que era lo que diría. Nadie en su sano juicio hubiera pensado que aquel momento llegaría. Siguió observando a la chica y asintió. Escucho sus palabras y dibujo una sonrisa guardando a varita. Luego de aquello le hizo una seña a Saori para que entrara.

 

-Lo mejor será que entres y traigas tus cosas –comentó el hijo de la noche- puedes dejar tus cosas aquí –dijo señalándole un lugar- y me gustaría que me siguieras una vez que lo hayas hecho

 

Caminó junto a la joven chica y le ofreció asiento. Chaqueo los dedos para llamar a Odín su elfo personal y que este le trajera algo de té y galletas para comer mientras hablaban. Mientras esperaban el cainita abrió la carta y la leyó despacio y con cuidado. Observo al chimenea y dejo que por un segundo algunas imágenes de Japón vinieran a su mente mientras observaba el crepitar de las llamas. Volvió en si cuando Odín regreso con lo que había pedido. Una vez que dejo aquella bandeja en la mesilla desapareció para regresar a su lugar junto a la Macnair.

 

-gracias por tus regalos y lo que trajiste –dijo tranquilamente mientras le servía te- puedes colocarle la cantidad de azúcar que desees –dijo pasándole la taza para luego el servirse una y tomar una galleta- bueno… ¿Qué es lo que sabes?, o que dudas tienes? –le pregunto.

 

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