† Mansion Ragnaventus †

[Leslie Ann Linmer PB]

Kyle Myrddin Gryffindor

 

El Gryffindor se quedo mudo sin saber que responderle, era duro que les pasara aquello y en cierta forma logro comunicarse con Melissa, ambos sufrían aquel abandono pero seguían adelante.

 

-Dejas cosas!!- rió imaginándose como Hansel dejando migas de pan -dudo que sea una gran idea tomar cosas de este lugar y dejarla en el camino, uno nos encontraran quien sea que venga y dos pues seriamos muy obvios- observo como la chica sacaba su varita y el hizo lo mismo.

 

-¿donde esta la cocina?-

 

@@irina selene

[Hades Ragnarok]

Había pasado tiempo desde que el vampiro había pisado su mansión la cual seguía pulcramente limpia gracias a los cuidados de su elfo personal y los elfos de la familia, sin embargo la casa se encontraba sola, los familiares del cainita habían dejado de pasar por allí, algunos se habían perdido en algún lugar lejano, otros se habían mudado. El Ragnarok suspiro y dio unos cuantos pasos por el jardín donde había aparecido.

 

Ladeo la cabeza sintiendo que había algo extraño. Recorrió el lugar con sus orbes negros como la noche en un radio de 360 grados, dio una vuelta completa en el lugar donde estaba para fijarse sui había algo fuera de lo normal, sin embargo, todo parecía estar tranquilo por lo que simplemente decidió entrar.

 

Una vez que cruzo las puertas Odín el elfo familiar apareció frente a él informándole que había algunos extraños curioseando por toda la casa sin explicación aparente, suspiro y entrecerró los ojos, así que aquello era lo que su instinto le había dicho, asintió y le ordeno a Odín que fuera a buscar a aquellos extraños.

 

Mientras esperaba el Ragnarok escribió una lechuza invitando a su hermanita pequeña Circe a que le visitara, era hora de que la chica conocer la mansión y con suerte escogiera una habitación para quedarse cuando ella no quiera volver a su hogar.

 

@@irina selene

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[Jank Dayne]

- ¡Expecto Patronum!

La voz del pequeño mago, vestido de una túnica a su figura negra y un sombrero puntiagudo roto con estrellas naranja sobre la cabeza, sonó imponente ante la oscuridad del pueblo. El detector se había activado hacía unos pocos minutos, los suficientes para que Hank siguiera la pista del sitio, llegara hasta éste e hiciera aparecer una hermosa Esfinge que, apenas se formó ante él a base de cientos de hilos plateados, obedeció el mandato.

- Mansión Ragnaventus, ahora - fue el contenido del mensaje.

La criatura asintió con prisa y se dispersó entre las escasas nubes de la penumbra. El muchacho respiró y entró a los jardines de la Mansión Ragnaventus, con la larga varita sobre la diestra y portando la mirada más segura que podía adoptar. Y sin poder evitarlo, lo recordó. Su gran amiga, aquella que le había robado su corazón de la hermandad y que aún conservaba en sus pensamientos, había visitado aquel sitio olvidado por los dioses. Ahora tendría la oportunidad para averiguarlo..

Hank dejó un rastro de salsa de tomate desde la entrada de los jardines hasta la puerta principal, donde ingresó pateándola y apuntando con la varita hacia Hades, a quien localizó rápidamente y de quien se colocó a siete metros exactos.

- Alto ahí, bandido.

[Lisa Weasley Delacour]

Habia terminado una reunión en el cuartel general, cuando el patronus del demon hunter llego hasta mí. La esfinge hablo con voz ruda, como solía hacer, indicándome que la noche seria divertida, pues íbamos a una misión de busca y captura. ¿Qué más podía hacer? Acudir y reafirmar que la orden del fénix era el bando ganador.

Pase la varita por el rostro, creando asi una luz que impedía al resto del mundo reconocer mis facciones y mi voz y tal cual estaba; una larga y oscura túnica, gire sobre mis talones y desaparecí en dirección a la comunidad de Ottery, a pocos kilómetros de Londres. La mansión Ragnaventus se hallaba en una de las colinas cercanas.

Aparecí a 122 metros de la verja que separaba los terrenos de las callejuelas oscuras del pueblo. Estaba lista para entrar en acción y Kim, mi varita mágica y amiga, también, pues asi lo demostraba brillando intensamente. Nadie podía verme desde donde estaba nuestro objetivo, pues teníamos informadores que nos habían comunicado que ya habia ingresado al caserón.

[Lestat Rambaldi]

La misión era clara, el agua del templo estaba secadose, tenia que buscar la manera de colaborar con aquella sequía, lo mas importante era ir a buscar el peligro, buscar la manera de que nuestra valías mi diera y que mejor que ir en busca de mortifagos a ver si se daba una batalla.

Era una misión siuisida primero colocó una luz en su rostro, ahora solo tenia que esperar a que llegara el patronus de su compañero para aparecer.

 

Esperó durante unos segundos y fué entonces que llegó, la esfinge de uno de sus comandantes aquel patronus lo conocía muy bien. así que sin esperar coloco la luz en su rostro con su varita y desapareció para ir a la mansión ragnaventus, solo un movimiento de sus talones y el Myrddin desapareció para llegar al lugar.

 

Llegó en un santeamen sus compañeros tambien habian llegado al lugar y sin mas corrieron hacia donde estaba el mortifago.

 

—Hola señor Hades, espero tenga buenas noches, pero se le acabó su cuarto de hora—

 

Dijo sonriente el castaño, que ocultado bajo la luz magica no seria reconocido. —Compañeros a por el—, dijo apuntando la varita pues se encontraba a tan solo 7 metros de aquel mago.

[That is not my name]

Un patronus de una esfinge apareció frente a mi en mi Hacienda, de la familia Tonks, y de inmediato cubrí mi rostro con una luz mágica para cubrir mi identidad y acompañar a mis compañeros que se encontraban en la vivienda de los Ragnaventus así que, con varita en mano, desaparecí de mi hogar.

 

Re aparecí en las afueras de dicho sitio, vigilando cualquier movimiento extraño que estuviera pasando a mi alrededor, no quería llegar con desventaja. Muchas veces creía que los mortífagos se mantenían siempre reunidos debajo de sus mansiones, esperando el momento oportuno para atrapar a la menor cantidad de fenixianos reunidos que se pudiera, de esa forma siempre tendrían algo de ventaja numérica... pero últimamente eso no les había funcionado.

 

Vi como dos de mis compañeros ingresaron a la mansión así que los seguí, esperando las siguientes órdenes que se nos iban a dictar y poder atrapar a dicho sospechoso de utilizar magia oscura.

[Lisa Weasley Delacour]

Abrí la verja de una patada y camine por el jardín delante hasta la entrada principal del edifico. Habia estatuas y a pesar de que la hierba estaba lata, todo parecía realmente bien cuidado. Quedaba poco, podía sentir el aura de oscuridad que el hombre o la mujer desprendía. Seguí el camino de tomate que Hank habia creado hasta dar con el rival a dar caza aquella noche, el cual estaba en una de las salas con otras tres personas.

Me situé a diez metros de Hades, a cinco de todo objeto mutable y a tres del Rosier - Limitate – La varita de Hades vibraría y dejaría de lanzar rayos e invocaciones durante un periodo de tiempo, el cual usaríamos para tomar ventaja y eliminar la amenaza. Aquella palabra se habia convertido en una muy usada en mi vocabulario de los últimos dias – Sectusempra – En rayo color escaleta partió de Kim hacia el pecho del Ragnarok, si le daba, que estaba segura que sí, de su torso comenzaría a emanar sangre a borbotones. Debería curarse si no quería morir.

Si bien era cierto que la orden no atacaba nunca para matar, aquel ser era un reconocido mortifago y no se merecia mas que aquello. El tiempo de desarmar ya habia pasado, era hora de ganar aquella batalla y la guerra.

[Lestat Rambaldi]

Apunten y fuego…

El castaño se sentia muy feliz en aquel dia, la verdad que después de las reuniones en el cuartel general había conseguido subir un poco mas su moral. La idea de llenar con su valor la fuente del templo blanco era su prioridad en aquel momento.

Ahora frente a aquel mortifago, o por lo menos aquel sospechoso,( hades) cumpliría con su promesa, era momento de demostrar que tanto podía hacer, sus compañeros también estaban ahí habían acudido al llamado, se notaba como las fuerzas del bien, los valores de la orden del fénix, lealtad y sacrificio cada vez eran mas fuertes.

Entonces sin Esperar mas Lestat apuntó la varita al aire—Corpus patronus—Un rinoceronte macho de cuerno grueso y muy fuerte se comenzó a formar gracias a miles de hilos de plata que salieron de su varita, aquella criatura platinada de seguro pesaba unas toneladas, listo para pisotear o envestir a cualquier mortifago que por ahí se apareciera.

 

—Chicos y ¿que hacemos con este?—Dijo el Myrddin apuntándolo con la varita viendo como su compañera ya lo atacaba con un rayo y otros hechizos, Lestat apuntó a su mano, aquella donde tenia su varita.

 

—Expeliarmus— El rayo salió disparado directo hacia hades, de inmediato chocaría y le quitaría la varita de las manos, esta, caería a unos 4 metros de distancia justo a la derecha. Ahora quedaría desarmado, era una lastima pero ahora no podría hacer nada .

[That is not my name]

De inmediato mis compañeros comenzaron a lanzarle sus respectivos hechizos así que yo, por mi parte, levanté mi varita hacia Hades para poder lanzarle algún conjuro. Lo único que intentaba hacer en esos momentos era mantenerlo a raya, dejarlo sin posibilidades hacer muchas acciones conforme avanzara el duelo y, para ello, tendría que utilziar una vieja técnica que siempre terminaba a mi favor... sobre todo si iba con mis compañeros de bando tan atentos como ese día.

 

- ¡Floreus!

 

La varita de mi contrincante vibró al instante, mi conjuro había dado en el blanco para que estuviera limitado a sus acciones conforme intentara hacer algún movimiento defensivo, sin embargo no sería suficiente, tendríamos que seguir con nuestra estrategia si queríamos hacer algo más en contra de él.

 

- ¡Morphos!

 

Transformé uno de sus zapatos en una viuda negra, posicionándose encima de su pie para que no la pisara tan fácilmente, de ésta forma le inyectaría su veneno en un rápido movimiento. Era una forma de dejarlo fuera de combate, simple, sencilla, para que no estuviera causando problemas con su fácil captura, ya después rendiría cuentas frente a nuestros comandantes, personas sabias que lideraban la organización secreta.

[Jank Dayne]

Tosió, de repente. El polvo y el recuerdo le resultaban una pésima combinación.

- Corpus Patronus - conjuró para que de su varita salieran cientos de hilos plateados que, al unirse, compusieran la hermosa estructura que ofrecía el ave fénix. La criatura revolteó al rededor de Hank unos segundos, y después se adentró hasta los confines de la mansión. Su orden consistía en introducirse a cada habitación, hueco, pasadizo o ventana que sonsacara alguna sospecha de magia oscura.

- Morphos - soltó después, alzando los brazos. La puerta de entrada se transformó rápidamente en un Billywig. Apenas fue creado, la criatura se perdió en aire debido a la rapidez de sus movimientos. Hank, por más trató de detectarlo, sus ojos humanos se rindieron ante el intento. Sin embargo, estaría allí para él, a la expectativa, esperando las ordenes de su invocador sobre cualquier anomalía presencial. Algo poco probable, pensó. En ese instante, el rayo de Lisa golpeó en Hades. A Evans no se le torció la mirada. Aquel mago la había atacado a ella y a sus compañeros con hechizos oscuros, y su cuerpo daría un aviso a sus aliados de que la Orden tomaría acciones.

El fénix le depositó, también de desprovisto, un pergamino en sus manos. Hank abrió los ojos de golpe. Parecía una carta con letras en forma de Runas, pero podía reconocerlas. Y estaba firmada por alguien conocido.. muy conocido.