† Mansion Ragnaventus †

[Hades Ragnarok]

El vampiro no hacía mucho que había llegado a la mansión Ragnaventus, había tomado una bebida fría y se encontraba en su despacho revisando algunas ultimas cosas, detalles y formularios ya que iba a cambiar un poco aquella mansión, iba a hacer una restructuración tal vez, y debía obviamente arreglar el árbol de la familia. Suspiro, sabía que debía cambiar aquel árbol familiar de un momento a otro como lo había planeado tiempo atrás solo que por una u otra razón no lo había realizado aun.

 

A la final decidió tomarse otro descanso, odiaba los tramites burocráticos del ministerio, todas las personas que el conocían lo sabían, así que bajo las escaleras para dirigirse a los jardines.

 

Escucho unos pasos correr hasta la puerta principal, la cual estaba a unos 100 metros de donde se encontraba el vampiro, ya que para llegar allí debían pasar antes por otro hall muy parecido a aquel. Se encogió de hombros pero para que su elfo corriera así debía ser que alguien llamaba a la puerta... solo esperaba que no fuera ningún vendedor o ya vería lo que sería bueno. Sin embargo se quedo allí parado esperando.

 

**********

 

El elfo corrió rápidamente hasta la hermosa puerta de la entrada y abrió lentamente la misma. Observo a una chica parada allí y la estudio por un segundo con la mirada. Era la primera vez que la veía por lo que la estudio rápidamente con la mirada antes de hablar.

 

-Buenas, me podría decir que la trae a esta humilde casa de los Ragnaventus? -pregunto el elfo.

[Darla G Dumbledore]

La puerta de la mansión se abrió lentamente y un pequeño elfo apareció en la entrada, la pelirroja lo observó con el ceño fruncido mientras el atrevido ser la radiografíaba de pies a cabeza. Pero qué se ha creído, pensó gruñendo para sus adentros. No quería lanzarse sobre aquel el elfo, lamentablemente o tal vez afortunadamente para él, ella sentía aprecio hacia esos seres, pero no lo podía reconocer delante de sus compañeros de la Marca.

 

El saludo del elfo le arrancó una sonrisa contra su voluntad, ¿era en serio? ¿humilde casa? Con todas las estatuas y seres mágicos que había en aquella mansión dudaba que, salvo el que le hablaba, alguien más allí conociera el significado de la palabra humildad. Volvió a sonreír a desgano al responderle.

 

--Buenas, vine a buscar a Hades Raknarok, tengo entendido qué aquí se le puede encontrar.

 

Antes que el elfo pudiera reaccionar y haciendo gala de su velocidad vampírica, Darla se deslizó hacia la sala circular tras la entrada. Su castaña mirada recorrió la misma rápidamente, chimenea, sofás, mesa, más estatuas, si, claro, humildes y las columnas más una amplia variedad de puertas. Vaya tipos, volvió a mirar al elfo y con la sonrisa cínica más natural que le había salido en su vida.

 

--Dile al Raknarok que Darla Potter Black lo espera en su ¿sala? y traeme una botella de whisky de fuego con dos vasos, lo vamos a necesitar.

 

Con descaro avanzó hacia uno de los sofás y tomó asiento, cruzando las piernas, la capa que cubría su cuerpo se deslizó hacia los costados dejando a la vista las altas botas, el ajustado jean y una camisa blanca que dejaba traslucir la musculosa bajo ella. Esperaba que el elfo y su dueño se dieran prisa, no quería pasar toda la noche allí discutiendo pero si era necesario lo haría.

[Anne Gaunt M.]

Aún no sabía cómo la habían llevado sus pasos hasta aquel lugar pero, ya que estaba allí, no podía dejar escapar la oportunidad de visitar a su hermano Hades. Sólo había visitado la mansión Ragnaventus una vez en su vida, unos meses atrás, cuando había ido a ver al Ragnarok. Ahora la visita volvía a ser afectiva, sin ningún otro motivo de peso, aunque la diferencia más palpable era el hecho de que Anne ya nunca acudía sola a ningún sitio: el fantasma de Shiro siempre iba con ella, ya que había ligado su alma a la vida de la mortífaga tras perder la suya propia a mano de los fenixianos, defendiendo precisamente la identidad de la Gaunt sin pensar en las consecuencias.

 

— ¿Cómo dices que se llama tu hermano? —le preguntó el difunto sacerdote, flotando a su lado. En aquel momento, era invisible para todo ser vivo excepto para su protegida, a quien más de una persona había tomado por loca desde que el fantasma convivía con ella por habérsela cruzado en la calle hablando, aparentemente, sola.

 

— Hades —le respondió ella, secamente—. Es serio y responsable... y también un poco asocial, para qué nos vamos a engañar. Pero estoy segura de que le agradará nuestra visita, verás.

 

— Veré, veré... pero no participaré —apuntó él, con terquedad. Desde que ambos había comenzado a acercarse a la mansión, habían estado discutiendo sobre si debían revelar la identidad del fantasma o no al Nigromante.

 

En pocos minutos, alcanzaron la entrada de la mansión y la Mago Oscuro alzó una ceja, sintiendo que algo estaba fuera de lugar. Se escuchaba una voz femenina en el interior, la cual le resultaba ligeramente familiar. Y la puerta estaba abierta. Se acercó y asomó la cabeza para ver quién había en el interior, rozando el mango de su varita... por si debía recurrir a ella.

 

— ¿Hades? —llamó. Pero no fue a Hades a quien vio: en la sala, era Darla quien hablaba, aparentemetne buscando también a su hermano—. ¡Darla! Chica, qué sorpresa. ¿Qué te trae por aquí? —le preguntó, acercándose lentamente hacia ella: parecía molesta por algo y era preferible ser cautos.

[Hades Ragnarok]

El vampiro se mantenía parado de manera tranquila observando uno de aquellos cuadros que tenía allí en el hall cuando Odín, su elfo personal llegaba para informarle que le estaban buscando y lo que había hecho aquella mujer. El Ragnarok simplemente asintió y sin perder más tiempo se dirigió hasta donde se encontraba la chica.

 

-veo que te pusiste cómoda –le dijo en tono serio- a que debo el… grato placer de tu visita? –le pregunto observándola.

 

Un segundo después Odín había dejado en la mesita del centro aquella bebida que el patriarca de la mansión le había autorizado a llevar hasta allí.

 

En aquel momento escucho a su vez una voz conocida y sonrió divertido, al perecer había una medio reunión familiar ya que Meri estaba en su habitación hibernando. Observo a la chica caminar hasta donde se encontraba Darla pero por estar parado en una zona donde la Haughton no le veía no pudo percatarse que se encontraba allí.

 

-Así que al fin mi hermanita viene a tomar posesión de su habitación –dijo en tono divertido al ver la cara de sorpresa de Anne- ya era hora, estaba comenzando a pensar que no querrías venir –la observo.

 

Un rápido movimiento fue suficiente para despeinar a la chica y hacer que se sentara en uno de los cómodos sillones. El vampiro hizo lo mismo en otro y se quedo mirando a sus visitas preguntándose que deseaba Darla y si Anne al fin daría una vuelta por toda la mansión.

[Darla G Dumbledore]

Darla sonrió observando a los ojos al mago que acababa de presentarse, así que si tenía el valor de recibirla y no se imaginaba por qué estaba allí. Antes que tuviera tiempo de responderle el elfo había aparecido con una bebida que dejara sobre la mesa, la observó con curiosidad y volvió su mirada hacia Hades, una vez más abrió los labios y una vez más fue interrumpida, giró hacia la voz femenina.

 

--Hola Anne...

 

No pudo decir mucho más ya que en ese momento Hades la interrumpió saludando a su hermana,vaya, no se lo hubiera imaginado, aunque considerando que en el mundo mágico todos parecían tener relación con todos. La escena íntima que tuvo frente a ella durante unos segundos la sorprendió, no porque nunca hubiera vivido una, sino porque no lo esperaba del mago. Desvió su mirada, observando el diseño del suelo buscando darles un momento de intimidad familiar. Cuando Hades se sentó en uno de los sillones levantó nuevamente la mirada, aquello iba a ser problemático.

 

--Así que hermanos ¿eh? --su mirada se dirigió de Anne a Hades y de regreso a ella --vine por cierto T.O.R.N.E.O. creo que tú sabes Anne --la bruja de hecho había participado ayudando en él.

 

Su mirada fría y especulativa pasó de ella nuevamente a Hades, evaluando la velocidad y los poderes del mago, ahhh, no había resultado fácil para las chicas, sin embargo ella no se le había enfrentado en forma directa.

 

--Creo que tú me puedes dar mejor razón de ello y del por qué de ese resultado ¿verdad? --su tono tenía un dejo de desafiante mientras su mano acariciaba el borde de la empuñadura de Edelweiss.

Editado 8 de Junio del 2014 por Darla Potter Black

[Anne Gaunt M.]

A pesar de que había notado que el Ragnarok estaba cerca, Anne se sobresaltó cuando escuchó su voz saludándola, y se giró hacia él con una suave pero sincera sonrisa. Aunque intentó esquivar a su hermano mayor, éste consiguió revolverle el pelo y terminó cayendo sobre un sillón, soltando una carcajada.

 

— ¿Por qué no iba a querer venir? Simplemente he estado ocupada... aunque tú ya lo sabes, pero te gusta acusarme sin motivo, reconócelo —afirmó, mientras veía a Hades ponerse cómodo. Shiro, el fantasma, se había quedado como petrificado tras aquella bienvenida tan familiar que había recibido su protegida, pues no se esperaba una reacción tan amistosa por parte del hombre ni una aceptación del juego tan tranquila y colaboradora por parte de la Gaunt, que parecía encantada de poderle sonreir a su hermano—. Luego daré una vuelta por la mansión para que me digas dónde está mi habitación —añadió, acomodándose en el asiento.

 

Recordó entonces que Darla estaba allí y la miró, como excusándose por haber entrado en una charla con su hermano dejándola a ella de lado, a pesar de que había llegado primero hasta el lugar.

 

— Sí, es mi hermano mayor... puede sonar extraño, pero ya sabes que los lazos familiares mágicos son... especiales —murmuró la mortífaga como respuesta a la Potter Black, que parecía sorprendida por el parentesco de ambos magos. Entonces Anne guardó silencio, pues Darla comenzaba a desvelar porqué estaba allí. Abrió la boca para hablar y luego volvió a cerrarla cuando su compañera la miró, aunque pronto regresó la mirada hasta Hades.

 

Así que estaba molesta por el torneo... la mortífaga esperó. No quería entrar en la conversación hasta ver qué tenía que responder su hermano ante aquello y, si veía que la cosa se ponía fea, intentaría mediar para evitar posibles conflictos innecesarios.

[Hades Ragnarok]

El vampiro se mantuvo vigilando a Darla, cada uno de sus movimientos mientras saludaba y hablaba con su hermana pequeña, aunque la chica no se había dado cuenta, cuando se sentó, simplemente el vampiro espero saber que había llevado a la Potter Black hasta su mansión, ya que generalmente no solía recibir visitas de compañeros. Cuando escucho la razón por la que Darla estaba allí no pudo evitar reírse. Después de aquello escucho las palabras que la chica le decía a Anne

 

-¿Me estas reclamando por eso?, eso ya es parte del pasado se podría decir –le dijo observándola a los ojos- tu misma deberías saberlo no crees? –comento divertido mientras daba un trago de su bebida.

 

Sion mas el Ragnarok observo a Anne quien sospechaba iba a seguir llevándole la contraria como siempre, igual que su otra hermanita, aunque aquella quizás era más traviesa y dormilona (XD). Tomo otro trago de su bebida cuando escucho lo que la Haughon dijo. No pudo evitar poner los ojos en blanco porque en parte aquella chica tenía razón, le gustaba molestarla solo un poquito, de igual manera pasara lo que apsara ella iba a terminar llevándole la contraria.

 

-me parece bien que te des una vuelta y escojas tu habitación, ya era hora, aunque sé que te la pasas en la tuya o metiéndote en problemas, pero ya ves, aquí puedes venir cuando quieras y supongo que nadie sospecharía que estas aquí porque muy pocos conocen nuestro parentesco –dijo divertido.

[Anne Gaunt M.]

Hades asintió ante la idea de que se diese una vuelta y buscase una habitación en la que instalarse para hacer futuras visitas a la mansión Ragnaventus y Anne se levantó del sofá, dando una palmada.

 

— Yo nunca me meto en problemas, ya lo sabes —le dijo, sacándole la lengua—. Y ahora, mientras discutís vuestras cosas, voy a ver qué habitación me gusta más. Enseguida bajo —añadió, mientras dejaba la sala. Shiro caminaba en silencio a su lado, solo visible para ella, y observaba su alrededor con mucha curiosidad. Anne lo miró esperando a que dijera algo, pero no se pronunció.

 

Una bonita escalera de mármol parecía ser el acceso a las plantas superiores, donde seguramente se encontrasen las habitaciones. Comenzó a subir y pronto dio con una habitación que resultaba de su agrado. Estaba sobriamente decorada y tenía una gran ventana, como a ella le gustaba. Entró y paseó por la estancia mientras Shiro se asomaba por la ventana.

 

— Papá... ¿qué piensas? —le preguntó al fantasma, sin poder contenerse durante mucho más tiempo. Verle tan pensativo siempre la preocupaba, porque por lo general era un hombre agradable y dicharachero.

 

— Nada, sólo que es una mansión bonita —respondió él, con simpleza. Sin embargo, tras unos segundos en silencio, siguió hablando—. Aún me sorprende no haber sabido de tu hermano hasta ahora, después de haberte criado y pensar que lo sabía todo de ti. ¿Cuánto más no sé? —preguntó, con tono extrañamente neutro.

 

— No lo sé... aún descubro cosas nuevas de mi vida cada día —le contestó, mientras se dirigía hacia la puerta para regresar abajo. Shiro pronto se colocó a su lado y le rozó suavemente el brazo, aunque lo único que sintió Anne fue una ligera sensación de frescor en la piel—. Pero te prometo que te contaré todo lo que no sabes poco a poco.

 

Y no le hizo falta mirarle para saber que el sacerdote sonreía mientras se ajustaba las gafas de montura redonda a los ojos, cubriéndose así parcialmente la cara para evitar que la Gaunt se percatara de su gesto. Pronto estuvieron de nuevo en la sala donde Hades y Darla se habían quedado y, aparentemente, seguían hablando de sus cosas.

 

— ¿Cómo vais? ¿Todo mejor? —preguntó, sentándose en un sofá y cruzando las piernas, apoyando ambas manos en la rodilla.

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja asintió al escuchar que Hades era el hermano mayor de Anne, una sonrisa se dibujó en sus labios al pensar que era cierto, los lazos solían ser más que especiales muchas veces, miró a ambos hermanos y se preguntó, negó con la cabeza, no, Anne no parecía ese estilo, pero que sabía de ello, los hermanos que había "conocido" de parte de su padre no habían sido su mejor ejemplo. La voz de Hades la hizo volver su atención al presente, era algo gracioso la mezcla de conversación familiar y desafío entre pares. Ohh, no, ella no era su par, debía recordarlo, ella era una simple base.

 

--Pues si, pasado o no quiero hablar de ello--su castaña mirada destelló en un tono rojizo característico de cuando la vampiresa se estaba por convertir o furiosa, se contuvo por lo obvio y respiró profundo obligándose a no perder la calma --yo digo que lo mío daba para empate o ganar Ragnarok --dijo con tono osco mientras dejaba que los hermanos se pusieran al día.

 

Se había cruzado de piernas y brazos con aspecto enfurruñado arrellanándose en el sofá, mientras esperaba que la charla familiar le diera un espacio, y no tardó en darse, Anne se fue a buscar su habitación, en cuanto la joven había abandonado el cuarto Darla de un salto se había parado frente a Hades.

 

--Quiero los pormenores del por qué de tu decisión y quiero un duelo contigo en las mismas condiciones en la Fortaleza Oscura --su diestra acariciaba a Edelweiss mientras levemente inclinada hacia el mago clavaba sus ojos en su oscura mirada.

[Anne Gaunt M.]

Anne pronto constató el hecho de que todo seguía igual o incluso más tenso. Tanto su hermano como su compañera Darla habían ignorado su regreso y el hecho de que hubiese tomado asiento con ellos de nuevo. De hecho, la Potter Black acababa de retar a Hades a un duelo, al parecer molesta aún por el resultado que había obtenido en el torneo de duelos que habían organizado unas semanas antes. La pelicastaña sacudió la cabeza y suspiró: ella no quería meterse en el tema.

 

— Un duelo siempre implica violencia. Por favor, ¿no hay manera más amable de que solucionéis este conflicto? —dijo de repente Shiro con tono conciliador, haciendo que Anne diese un brinco en el sofá, ojiplática. Comprendió que había dejado de ser visible sólo para ella y ahora se mostraba abiertamente a todos, sentado en el aire a poca distancia de la espalda de la Gaunt, que ahora se llevaba una mano a la cara y sacudía la cabeza.

 

— Tú siempre metiéndote donde no te llaman —murmuró, con voz tenue. Dejó caer la mano que había mantenido en su rostro durante unos segundos y miró a su hermano y a Darla, dirigiéndose a ésta con tono calmado—. La verdad es que no quería entrar en el tema pero ya que el sacerdote ha hablado, porqué no voy a hacerlo yo... —empezó diciendo, mientras un brillo divertido aparecía en sus ojos grises—. A mí me gusta la idea del duelo. ¿Puedo ejercer de juez? Será divertidísimo, estoy segura...

 

— ¡Anne!

 

— Calla, papá. Estas cosas siempre son interesantes... además, no todos vivimos con la misma paz y rectitud que tú —añadió, acompañando sus palabras con un gesto de la mano para que el fantasma guardara silencio—. Disculpad al viejo, es que los sacerdotes suelen ser demasiado pacíficos, ya sabéis... incluso una vez que están muertos. Hermanito, ¿aquí no hay elfos que sirvan algo de beber? Y Darla... tómatelo con calma, mujer —añadió, recostándose en el sofá como si aquello fuese una reunión entre amigos en lugar de una pelea entre dos magos con grandes habilidades para los duelos.