^ High Flights ^ (MM B: 87651)

[Xell Vladimir Potter Black]

El gnomo pareció tener confianza y sacó la cabeza tras el árbol. Después medio cuerpo, después salió entero.

 

- Hola... Me llamo Xell. ¿y tú?

 

Aún notaba la desconfianza. Era normal, los seres humanos siempre los echábamos de los jardines y nuestra fama era bastante mala. Por eso no me contestó.

 

- Mi tía Cye Lockhart tiene un gnomo muy gracioso que atiende su boutique de moda. Y tía Sagis tiene una colonia de gnomos en su jardín. Le encantan los animales. Puedes confiar en mí.

 

Mi voz era dulce y el gnomo dio un paso hacia mí. Entonces, un estruendo horrible inundó el cielo y una mancha violeta se acercó a muchísima velocidad hacia nosotros. Sin pensar, me tiré al agua y buceé, alejándome. Cuando saqué la cabeza´del agua, comprobé que el autobús de la tía Sagitas se había estrellado contra un árbol. El gnomo temblaba tras una hoja grande de un helecho. Soplé el agua que me había tragado y nadé hacia la orilla, pero sin salir del agua. Sagitas y Harpo conducían.

 

- ¿Ves? Esa es la tía Sagitas, a quien le gustan los animales. ¿Cómo no le van a gustar si ella es más animal que todos las criaturas de su circo? ¿Es que estás loca, tía? - le grité, sin preocuparme porqué estaba allá. - Nos asustaste.

[Hecate Engosvezhof]

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Misión Ministerial

 

¿Pero a quién se me ocurría a mí ir subida en ese trasto maldito? Bueno, el autobús no tenía culpa ninguna. Tan sólo las personas que lo llevaban. Ciertamente, conducían fatal y no sabía en dónde habían conseguido la maldita autorización para llevar algo tan serio cómo eso. Habíamos conseguido esquivar a varias personas y la verdad no sabía si eran muggles o mágicos, pero sabía que íbamos a tener problemas por descubrirnos, básicamente, violando el Estatuto del Secreto.

 

Estábamos a punto de llegar, se notaba básicamente por el verde de la zona, que a pesar de ir muy rápido, el clima se iba haciendo algo más fresco. Las montañas poco a poco se iban acercando. Bueno, poco a poco no. Ibamos tan deprisa, que temía que tuviésemos un accidente. A mí en parte me subía la adrenalina una pasada, pero apenas me quedaban "algo de fuerzas" para agarrarme.

 

Vi un árbol cercano, tan cercano que no pude evitar gritar:

 

-¡¡SAGITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASS!! -chillé tan fuerte, que cuando creía que tenía el dicho arbolito a tan sólo unos metros delante nuestra. Cómo pude me subí y viendo por el rabillo del ojo que había un lago, di unos pasos grandes y rápidos y salté directamente al agua.

 

Salí chapoteando y hoqueando, fastidiada por el viaje que habíamos hecho. Para la próxima, usaría la desaparición, más segura y menos llamativa. A unos metros adelante mío vi a un pelo rubio que también estaba en el agua ¿Xell? Me pregunté a mi misma.

 

-Primaaaaa -voceé y nadé un poco hasta llegar a su altura. Pero ella ya gritaba a nuestra tía y no me extrañaba para nada.

 

-Es la última vez que viajo con ese par de locos -solté enfadada - ¿Quién me mandaría ir a mí encima del techo haber? -resoplé, notando cómo las ropas estaban completamente empapadas, al menos el monedero de piel de moke que llevaba en el bolsillo y había cogido antes de salir de la clínica con la varita en su interior, estaba segura que no se había roto.

[Sagitas E. Potter Blue]

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-- ¡Eres un bestia, mira lo que has hecho al pobre árbol! -- le grité a Harpo, con un enorme chichón en la frente. Como sacerdotisa, me preocupaba más por el vegetal que por mí, al fin y al cabo, un Episkey, ahora que podía hablar bien, y listo. -- Como Mackenzie se entere que le hemos roto un árbol milenario no sólo me lo hace pagar sino que me castiga a limpiar de rodillas todo el suelo del Wizengamot.

 

Intentaba salir de la silla de conducción, pero no podía, con Harpo incrustado en el volante. El cristal se había rajado de parte a parte, pero eso no era nada para la Directora de Reversiones. Había sentido el chillido de Heliké por allá atrás, pero el de Hayame no; seguro que se había muerto del susto.

 

-- Menos mal que no hay testigos, que si no...

 

Para qué hablaría, tan pronto dije eso que sentí la voz airada de Xell llamándome animal.

 

-- ¡Oye tú, animal lo será tu tía! A propósito, que haces aquí bañándote en el río? ¿Ya tienes permiso para estar aquí?

 

Al final conseguí sacar a Harpo, que parecía algo beodo por el golpe, y abrí la puerta del bus. Le dejé sentado mientras se recuperaba y me acerqué al árbol.

 

-- Creo que vamos a tener que hacer una ceremonia de poder curativo de sacerdotisas, Xell, para que Mack no nos mate. ¿Con quién hablabas antes? Ah, Heliké, tú también has decidido hacerte un baño? ¿Tanto calor tenéis? Yo creo que hace un buen día.

Editado 8 de Julio del 2014 por Sagitas E. Potter Blue

[Hayame Snape Potter Black]

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La mujer de largos cabellos verdes y mirada de intensidad natural como los propios arboles del bosque que le rodeaban estaba colgando de cabeza sostenida de los pies por las ramas de un arbol cercano que crujieron suavemente mientras que la mujer mantenía los brazos cruzados firmemente contra el pecho y la cabeza encogida entre los hombros

 

Cuando había dicho acerca de no manejar como cafre hablaba completamente en serio y el haber terminado como la naturaleza de sus parientes lo indicaba como bichos nocturnos semi ratas voladoras no era como hubiera deseado llegar a trabajar

 

Aunque en aquellos momentos no llevaba su placa consigo

 

Negó un par de veces antes de componer una expresión resignada e inclinarse para palmear las ramas del arbol

 

-Esta bien pequeño, puedes bajarme

 

Susurró con un brillo lento en los ojos a lo que el arbol la soltó con suavidad para posarla en el suelo, terminando la mujer de tantos miles de años sacudiendose las ramitas, las hojas y las basuritas del cuerpo, resoplando con fuerza a través de la nariz y observando con severidad a las otras mujeres

 

-En verdad piensas pelarme en algun momento?

 

Soltó hacia su hermana con verdadera mala gana

 

-Dime de una vez si quieres que me vaya digo, en lugar de zarandearme como a una maraca!!! Yo que vine a ayudarte y asi me tratas u.ú

[Sagitas E. Potter Blue]

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Ahora mi rostro se volvió enfadoso y airado.

 

-- Pero bueno, Hayame verdosa... ¿Pero de qué me acusas a mí? Eres tú quien te has tirado hacia el árbol. Yo sólo conducía...

 

¿Pero qué se creía esa hermanosa? ¿Qué me podía acusar de zarandearla como una maraca?

 

-- Además, ¿tú no te conviertes en murciélago de vez en cuando? Pues era como si estuvieras en casa, así que no protestes. Eres igual que la otra. ¿Quién mandaba a Heliké subirse al techo? La próxima vez, dentro y con cinturones y no os pasará nada. La empresa no se hace responsable del daño producido a los usuarios por mal uso de las instalaciones y de los elementos de sujección.

 

Me crucé de brazos. Tonteras a mí, que llevo un bufete de abogados.

 

-- Bueno, a lo que veníamos, a buscar la Belladona. Helilké, sal del agua. Xell, ya que estás aquí... ¿Nos ayudas?

[Hayame Snape Potter Black]

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La mujer de largos cabellos verdes abrió grandemente la boca al igual que sus ojos por la sorpresa de que su hermana estuviera de respondona en aquellos momentos, aunque bueno se suponía que esta iba en calidad de todo poderosa jefa por lo que no podía menos que resignarse, cerrar los ojos y obedecer para que al final del día, todo saliese segun lo planeado

 

O en ese caso, que los muggles pudiesen recuperarse sin traumas demasiados grandes por la magia

 

-Verdosa... así que una es Zanahoria y yo soy Verdosa...

 

Dijo Hayame con los ojos cerrados, un ceño fruncido ligeramente y rascandose el cuero cabelludo con una larga uña pintada de un impactante verde naturaleza

 

-Todas vamos a tener un nombre propio?... me parece estupendo para cuando enviemos las postales de navidad y esas cosas... yo podría representar al dia de San Patricio, supongo

 

Suspiro para luego comenzar a caminar hacia su hermana, para comenzar a mover los ojos buscando algo de aquellas plantas especiales

[Xell Vladimir Potter Black]

Nadé hacia la orilla cuando sentí un gran "xooffffff" tras el grito del nombre de mi tía. Era risible. Allá estaba la prima Heliké, a quien no había visto desde hacía mucho tiempo.

 

- ¿Es que aún no sabes que no puedes ir en el bus si conduce la tía Sagitas? - contesté con risas a mi prima. Llegué al lado fácil para salir y gateé hasta la hierba. - ¿Fuiste en el techo? Estás más loca de lo que pensaba.

 

Me escurría el pelo cuando me acordé del gnomo.

 

- Tengo el mismo permiso que tú, es decir, ninguno. Había un gnomo detrás del árbol. ¿Le habéis hecho daño? Porque no me parece justo que mates animales y rompas árboles porque no sepas frenar.

 

Contemplé el árbol. Ranas rotas casi por completo y muchas hojas en el suelo. Y una tía Hayame de pelo naranja colgando boca abajo

 

- No, tita, no te ayudo con la Belladona. Sois tres. Yo voy a curar el arbolito y a buscar el gnomo. Seguro que ha salido huyendo en cuanto ha oído tus gritos.

[Sagitas E. Potter Blue]

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Noto enseguida cuando mi hermana está a punto de darme un cachete y que se aguanta las ganas. Por si acaso, saque pecho. No para pelearnos, sino para que viera la insignia: Directora del Dpto. de Accidentes y Restauraciones, que si me pegaba la podía sancionar por arrear a un superior. Eso era miedo a mi hermana. Menos mal que no había venido Amya, porque seguro que a ella ni le importa eso y me hubiera arreado igual. Pero Hayame se refrenó.

 

-- Ejem, déjate de tanto cambio de pelo y tantos clones que nos meterás en un lío. Sabes que es ilegal y no quiero que te encierren en el departamento de Misterios para estudiarte como un bicho raro.

 

Me acerqué al árbol, junto a Xell, observando los daños. Me sentí algo culpable.

 

-- Vale, te dejo a Harpo para que le ayudes y después unimos la energía para que fluya por las heridas. Harpo, saca las vendas y ayuda a Xell con ese árbol. Nosotras tres vamos a buscar la belladona. ¿Sabéis como es?

 

Tampoco es que esperara la respuesta, y como buena herbóloga (aunque para eso, nadie como Reena), empecé a explicar sobre ella.

 

-- ¿Sabéis por qué se llama así? Porque los muy burros de los muggles italianos, allá por el XV, usaban unas gotas directa de su jugo sobre los ojos, lo que agrandaba la pupila y hacía más guapas a las mujeres según su criterio. Lo malo es que es altamente venenoso y el abuso provoca la muerte. Nosotros los herbólogos las usamos en pociones sedantes, por eso es tan importante tener extracto de Belladona en la clínica. Creo que voy a matar a mi proveedor por fallarme en estos momentos.

 

Caminaba buscando el arbusto que buscábamos cuando me pinché con una hoja y enseguida noté que se me dormía la punta del dedo.

 

-- Merde la encontré. Y olvidé traer guantes para la recolección -- diije, mientras me chupaba el dedo y escupía el veneno al suelo.

 

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[Hayame Snape Potter Black]

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La mujer de cabellos verdes se comenzó a peinar estos hacia atrás mientras mordía entre sus afilados dientes una hoja de yerbajo larga y flexible que luego utilizó para amarrarse todo aquel enjambre de pelos por detrás; con tanto arbol y tanta humedad ya estaba sintiendo demasiado calor y definitivamente no iba a comenzar a echar raices ahi solo por eso

 

-Vale, vale... muy bonita insignia y te aprovechas porque yo no he traido la mia... o mas bien la tiene la mensa que se quedó atrás para irse de la Rambaldi

 

Se quejó con sus ojos verdes fulgurando antes de sonreir abiertamente y sin tapujos

 

-Que esto es ilegal... claro que es ilegal!!

 

Exclamó antes de echar la cabeza hacia atrás dejando escuchar su larga carcajada por aquel asunto

 

-Vamos, yo misma soy una ilegalidad caminando así que no es como si esos temas me pasaran en desconocido

 

Dijo la vampiro encogiendose de hombros antes de colocarse un dedo sobre los labios en actitud pensativa

 

-Vamos que te has aprendido mas cosas que todas mis personalidades y no es mucho... por cierto, hola Xell- saludó cerrando los ojos y moviendo una mano de forma infantil

[Sagitas E. Potter Blue]

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¡Cómo se nos notaba a las hermanas Potter Black el orgullo por hacer travesuras! De nunca habìamos tenido el respeto necesario por las normas cuadradas y sin explicación. Y si no las entendíamos, nada tan divertido como saltárselas en nuestro beneficio propio. ¿Qué nos la jugábamos? Pues claro, pero qué es la vida sin riesgo...

 

Por eso entendí el orgullo y satisfacción de Hayame al declarar con la boca bien grande que ya sabía que era ilegal. Al igual, ella sabía que si se metía en líos, yo siempre encontraría la manera de sacarla de la boca del lobo o, al revés, meterme dentro con ella y hacer que el lobo se arrepintiera.

 

Pero era Directora ministerial. Mi deber era carraspear y disimular mi sonrisa, para reñirle por su uso ilegal del clonaje.

 

-- Xell, no hagas caso a esta impostora. La Hayame real está... ni sé donde quedó, si en la Rambaldi o en la tercera planta o en la clínica o aún está en su ataúd durmiendo. Ay, tener hermanas peligrosas para que se dupliquen... ¿Es que nadie me va a decir "pobresita, pobresita" porque me piqué con una hoja de Belladona? No siento la punta del dedo. ¡Helliké!

 

Busqué a mi sobrina, primero para saber si estaba viva (es un decir, es una vampiro; quería decir si estaba entera después del batacazo) y después para ver si el baño le había sentado bien. Tal vez era como los gatos, que odiaba el agua.

 

-- Heliké, ¿trajiste los guantes de dragón de la oficina? Los míos se los dejé a alguien y ya no sé a quién? ¡Oh! ¿Qué bicho es ese que asoma tras el árbol? Parece un gnomo y parece disgustado.