^ High Flights ^ (MM B: 87651)

[Sagitas E. Potter Blue]

http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/Sagis_p.gif

Rol Ministerial:

Caso del Avión Siniestrado

 

Salí de allá a la fuerza. El marinero tiró de mí y apreté los dientes. No me gusta sentirme vulnerable y en aquel momento, con el agua rodeándonos y mis empleados en sus manos, me sentía muy vulnerable. En el aire sonaba la llamada a los invitados y sentí pena, por el capitán, por mí, por haber metido a Eledhwen, Amya, Xell, Cye, Adrian, John en aquel problemazo.

 

-- Bienvenida -- dijo Krum en cuanto llegué. -- Estás hermosa.

 

-- Pica. Ya me acuerdo el motivo por el cual lo dejé en tu armario -- repliqué. No iba a ser amable.

 

Me señaló la mesa, muy bien parada, con un centro de flores. Sería una gran velada si no fuera el indicado para presidirla.

 

-- Siéntate.

 

-- ¿Qué te pasó, Víktor? Te recordaba más buena persona.

 

-- Lo era hasta que me partieron el corazón.

 

Merde. ¿Es que no podía olvidarse de eso? Habían pasado como mil años de todo aquello.

 

-- Pues podías haberte negado a traernos.

 

-- Quería verte -- dijo de forma escueta. Me negué a sentarme y el marinero me llevó a trompicones hacia la silla. Murmuré un "Bruto" y después miré con mala leche al capitán, que se sentaba enfrente de mí. -- Tengo una misión que cumplir. En el Ministerio esperan el informe sobre el accidente.

 

-- Háblame de ello.

 

Parecía que comía como si aquello fuera lo que hacía cada día. No comer, me refiero, sino mantener encerrada a un grupo de gente en contra de su voluntad. Pero era mejor hablar de la misión que del pasado, así que empecé:

 

-- Un avión con pasajeros muggles han caído en este punto del océano. Los Sirenios nos mandaron un aviso. Son muy protectores de su habitat y no dejan que nadie se inmiscuya, así que amenazaron con comerlos. Así que el Ministerio me encargó la misión de rescatarlos y hacerles olvidar a los sirenios.

 

Permanecimos en silencio un momento, sólo se sentía la cuchara del capitán comiendo el consomé. Olía de maravilla pero no quería probar bocado.

 

-- ¿Qué me ocultas?

 

Parpadeé.

 

-- Nada, ¿por qué?

 

-- El Ministerio no mandaría a nadie a salvar un avión muggle, dejaría que se los comieran los peces o los mataran los sirenios. Sin embargo, mandan a un departamento entero en la recuperación de los muggles. ¿O es algo que hay en el avión? Anda, cuéntame de qué va todo esto.

 

Negué con la cabeza.

 

-- Siempre ves complots en todas partes. Sólo es un avión. No hay más.

 

-- Odio los muggles. Que se mueran. Que bajen tus empleados y después viraremos el rumbo.

 

Salté sobre mis pies y me levanté.

 

-- ¡Nooo! ¿Estás loco? No puedes abandonar a mis chicos ahí abajo.

 

-- Son magos, seguro que se les ocurre como salir.

 

Corrí hacia la puerta. El capitán ni se inmutó. La abrí y el marinero de guardia me frenó la salida.

 

-- ¡Amyaaaaa! -- grité.

 

¿Por qué de todos los que habían venido conmigo era a la primera que llamaba. Tal vez porque sabía que ella podría hacerse cargo de la situación y encontrar una vía por la que huir. El marinero me agarró del brazo y me empujó de nuevo hacia la mesa, obligándome a sentarme ante Krum. Dio media vuelta y se fue.

 

-- Antes no era tan cruel.

 

-- Por lo contrario, tú antes eras más cruel. Ahora hasta parece importarte alguien más.

 

-- Krum. Sabías que era una artista de Circo, que no me iba a ir a vivir a un navío. Lo mío son los saltos y los funambulismos. Y te dejé una nota explicándolo todo. Tenía que hacerme cargo del Circo, Phanser se iba a jubilar.

 

Él siguió comiendo como si nada. Perdí la paciencia. Tenía que encontrar algo para impedir lo que quería hacer. Y yo, por mucho que me creyera importante, no era lo que buscaba. Su venganza sería mucho más efectiva matando a todos. Improvisé, siempre se me había dado muy bien. Tomé una pata de cangrejo y la chupé. Era de calidad.

 

-- Tienes razón. Hay algo dentro del avión. Algo que el Ministerio quiere. Los muggles son una excusa para justificar que venimos a rescatarlo, pero somos una Comunidad en busca de un objeto.

 

Vi brillo en sus ojos. Mientras pudiera mantenerlo, mis empleados seguirían vivos. Pero tenía que comunicarme con ellos. ¿Cómo?

[Eledhwen]

http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif

Rol Ministerial:

Caso del Avión Siniestrado

 

Xell quería decirles algo, pero los marineros comenzaron a "invitarles" a caminar, mediante empujones. La Vladimir gritó que faltaba John. Eled se quejó:

 

- De eso se aprovechan, que no está John, a ver si se atreverían a empujarle a él, con lo grandote que es, seguro que les atemoriza... - susurró a Xell - tranquila, estará bien, quizás ya esté en el comedor.

 

Según caminaban por el pasillo, Amya, como buena superiora, fue llamando a los dos empleados que faltaban, Cye y John. En cuestión de minutos se unirían al resto en el comedor.

 

Llegaron al lugar donde tendría lugar el almuerzo. Se sentaron en una mesa, Xell entre Amya y Eledhwen. La rubia parecía nerviosa, pero no dudó en reclamar que trajeran los cubiertos.

 

- Calla, no les sulfures... - musitó Eled a su lado, pero no pudo evitar mirar con asco el plato que habían puesto ante ella.

 

Amya también comenzó a quejarse a voz en grito. Al parecer, tenían más hambre que miedo a aquellos tipos. Los marineros respondieron que comiesen con las manos, y se quedaron tan tranquilos.

 

- Comer... ¿el qué? - refunfuñó Eledhwen, y pensó con lástima en las posibles algas que comiesen los sirenios. Y seguro que dentro del avión, había comida comestible, esas bandejitas tan adorables con mini-platitos. ¿Seguirían vivos los muggles? Negó con la cabeza, espantando los horribles pensamientos que comenzaba a imaginarse...

 

Una vez que los marineros se fueron, Xell les confesó lo que quería decirles minutos antes. Al parecer, el capitán tenía secuestrada a la jefa. Eled bufó:

 

- Pues menos mal que eran amigos, llegan a ser enemigos y nos tiran por la borda...

 

Se sorprendió ante el comentario y la carcajada de Amya. ¿Qué sabía la Adler y el resto no? Eledhwen pensó que quizás se estaban preocupando en vano, cuando escucharon un grito llamando a Amya. La voz de Sagitas se reconocía perfectamente. Eled se puso alerta. Unos marineros volvieron a entrar en el comedor. La Hufflepuff calculó cuánto tiempo tardaría en sacar la varita de su calcetín, y lanzar unos cuantos encantamientos paralizantes por debajo de la mesa...

[Amya An]

http://i46.tinypic.com/16a1cm8.jpg

ROL MINISTERIAL

;

CASO DEL AVIÓN SINIESTRADO

 

 

 

Terminó su risotada disimulando bastante bien, para ser Ella, el sobre aviso del grito inesperado de su hermana mas allá del corredor por donde habían sido tan gentilmente escoltados ... por encima de la mesa, porque por debajo ... no pudo evitar agarrarle la pierna a Xell.

 

No, no se alucinen nada perver ... solo fue un acto reflejo de su parte.

 

Fingió comer el mejunje aquel servido. Al agachar un poco la cabeza para llevarse a la boca una cucharada del veneno aquel, miró muy disimuladamente hacia Eled buscando en su mirada la respuesta a si Ella también había escuchado gritar a Sagitas.

 

Como si los ojos de ambas cobrasen de pronto, una gran elocuencia, la Adler en similares términos indagó sobre su "estado mágico" ... estaba o no armada la desmemorizadora. Ahora sería vital, saber de ante mano con cuantas varitas contarían en caso de un ¿motín? de parte de ellos, de los accidentados del MM.

 

Por su puesto no ingirió la cosa ésa, solo se mojó un poco los labios y tragó saliva, su propia saliva, para simular estar comiendo y disfrutando entretenidamente de tan ... ¿exquisito? no, olvídenlo, por donde se quisiera verlo ... era mesa de reos convictos y confesos (!).

 

- ... Oigan! marineros ^^ ... no hay vino? del buen vino para acompañar esta "delicia"?

 

Llamó con aires muy despreocupados.

 

- Vamos! vamos ... no sean tímidos por favor, que el mal cuarto de hora que han sufrido por nuestra travesura de hace un ratito, no agrie las buenas relaciones que podríamos tener, no es así?

 

Y miró a Xell a su lado, sabía que hacer que su sobrina-revertora se ruborizara enternecería a aquellos rudos marineros. Ahhhh pero si no hay fiera que no resista la cándidez de una brujita como la Vladimir.

 

- ... Tú que dices Eled? un poquitín de agüita "feliz" haría felices a los convidados a este deleite para el paladar ... francachela! francachela! a nosotros también nos gustan, además, de seguro su capitancito estará ocupado un par de horas mas con nuestra directora en jefa ... qué dicen? nosotros no decimos nada, Uds. no dicen nada y nos la pasamos como en taberna, todos juntos ... cerramos la puertita no mas, y con un buen muffliato, ni se enteran los "jefes" de cómo ensanchamos vínculos de confraternidad, ¿eh?

 

Qué clase de propuesta estaba colando la bruja?

 

Esos marines, a pesar de lo brutos que pareciesen, eran mágicos y si eran de la misma "alma máter" que el Krum, es decir, de Durmstrang, no podrían esperarse magia, exactamente "inofensiva" en caso de un enfrentamiento contra ellos.

 

Le dio un toquecito en el muslo a Xell y con muecas le indicó que se pusiera coqueta con aquellos.

 

- Prometo que dejaré que Tú y John se encierren en el Armario de Trajes de Reversiones cuando regresemos ...

 

Le susurró a la rubiecita. Cruzando mentalmente los dedos para que su revertor soportara valientemente, lo que pretendía hacerle hacer a su sobrina, la cual obviamente, podría asegurarse, le agradaba bastante (al revertor) como para cuidar celosamente de su bienestar.

 

Igualmente, esperaba que la Hufflepuff le llevara el hilo de trama, poniendo a su vez, en alerta a su desmemorizador.

 

En cuanto a Cye ... no era por nada en particular pero Amya_An, sentía que la LockHart a pesar de las apariencias, sabría perfectamente enfrentar una situación crítica como la que se preparaban hacer frente en el peor de los escenarios.

 

<< Vamos ... es cuñada de Sagitas, así que estará acostumbrada a verse en desastres improvistos ... >> pensó sin dejar de sonreir y disque ¿comer?

 

Los hombrotes del navío empezaban a titubear con las contínuas insinuaciones de la Adler a ceder y dar pachanga ... y qué podría esperarse (de ellos) con 3 rubias guapas a bordo y "disponibles", aunque las acompañaran también 2 magos ... se evidenciaban que las "jefas" eran las féminas.

[Adrian Wild]

http://i54.tinypic.com/2emq6hy_th.jpg

Adrian Wild, desmemorizador.

ROL MINISTERIAL: Caso del Avión Siniestrado.

 

- Distraerles como podáis, por favor -murmuré una vez Amya pidió vino a los marinesros que nos controlaban en el comedor.

 

La cosa se había torcido bastante. Aquellos hombres no parecían ser muy amigables, y su capitán aún menos. Con sólo ver que tenía intenciones de tirarme por la borda nada más montar en el barco. Y ahora, tenía retenida a Sagitas. Tuve que contenerme bastante para no sacar la varita y aturdir a algunos de los marineros para ir a rescatar a mi hermana, pero sabía que si lo hacía imprudentemente todo se estropearía.

 

Había tenido una idea, y para ello necesitaba que las chicas entretuvieran a aquellos hombres de mar que seguramente necesitaban "cariño femenino" tras varios días o incluso meses sin salir de aquel navío. Miré a mi alrededor buscando algún objeto de metal y, aunque me costó encontrarlo, vi un pequeño tornillo bajo uno de los ojos de buey.

 

- ¡Uich! -tiré el plato metálico con aquel puré líquido al suelo, fingiendo que se me había resbalado, manchándome así los pantalones-. Perdonen mi torpeza señores, ¿algún trapo para limpiar todo esto?

 

Todos me miraron con muy mala cara y uno de ellos, de mala gana, me lanzó un palo con lo que parecía una camiseta vieja atada en un extremo, a modo de fregona. Me levanté para recoger el plato y limpiar el puré vertido y aproveché para, disimuladamente, coger el tornillo. Devolví la fregona y me senté de nuevo.

 

- Esperemos que nuestra querida jefa conozca Morse... -mis compañeras se extrañaron-. Es un método de comunicación muggle, que además empezó a utilizarse en los barcos.

 

Y así, con toda la discrección posible, mientras ellas entretenían a los marineros, yo comencé a dar golpecitos en una tubería que había en la pared de mis espaldas con el tornillo, la cual se metía por la pared de mi izquierda, yendo hasta otras instalaciones. Sólo deseaba que le llegasen los mensajes a Sagitas y no a otra persona.

[Amya An]

http://i46.tinypic.com/16a1cm8.jpg

ROL MINISTERIAL

;

CASO DEL AVIÓN SINIESTRADO

 

 

 

?

 

Pero qué hacía el desmemorizador?

 

<< Esa mancha necesitará mas que un fregotego ... >>, pensó la bruja al ver que dejaba caer el coso aquel en sus pantalones, << Será que piensa que estos marineruchos le gustan mas las piernas sexys de otros varones que las nuestras? ... aunque eso explicaría el por qué no aflojan los condenados ... >>

 

Amya_An continuaba de tratar de romper el hielo con los gorilones de Krum y le hubiera ido mas fácil si Eled se hubiera desabrochado un par de botones de la blusa o si a Xell se le hubiese ocurrido ponerse una mini falda (=pollera) que dejase ver un poquito de sus muslos.

 

- Rayos!

 

Murmuró para un lado disimulando haber tosido (?)

 

- Cuidado Adrian ... que no te descubran que aquí la mayoría somos chicas y no podremos físicamente con estos monigotes ...

 

Le dijo al castaño de corridas y muy bajito para no ser oida por los gorilones.

 

Pensaba, pensaba ... solo tenían cucharas y platones, el resto del mobiliario no contaba, porque como iban en un navío, de seguro lo tendrían clavados al piso y las paredes para que no se mecieran con el vaivén natural en el alta mar.

[Xell Vladimir Potter Black]

http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/Xell_p.gif

Caso del Avión Siniestrado

 

- Jo, tía, que esto es serio. Con traje de conejita de playboy seguro que se resfría. Y no creo que estos "machotes" le den una poción anti-resfriados.

 

Estaba asustada. Si Amya se lo tomaba a risa, mal nos iba a ir. Pero después me di cuenta que era su forma de encarar los problemas. Así que esperé a que encontrara una solución a nuestro problema. Y mi mayor problema era que faltaba John. Sin él, me sentía muy desprotegida. Yo quería verle. Se me llenaron los ojos de lagrimitas que amenazaron con desbordarse. Pero ahora no podía llorar. Aunque el esfuerzo para hacerlo era muy grande. Acabábamos de sentir un gran grito, el acostumbrado vozarrón de Sagitas sonó en todo el comedor, como si estuviera cerca.

 

- Eso reflejaba miedo - dije, agachando la cabeza hacia ellas, de nuevo.

 

Los marineros actuaban como si no lo hubieran oido. Amya hacía gestos que entendió enseguida. Preguntaba por las varitas.

 

- Yo tengo la mía en los pantalones, así que la saco si quieres, tía Amya.

 

Creí entender que Eledhwen también la tenía.

 

- ¿Pero qué haces? - susurré, asustada, al ver que hablaba con los marineros y pedía vino. - Pero, pero... ¿Confraternizar con el enemigo?

 

Abrí los ojos tanto que si alguien me da un empellón se me caen al suelo. ¿Que coqueteara... con ellos? Iba a decirle que no, que ni loca me dejaba yo... ante ellos... como si fuera... ¡No!

 

Pero entonces Adrián, el hermano de Sagitas, el nuevo desmemorizador, dijo que les distrajéramos; parecía tener un plan. Y si lo tenía, todos los accidentosos teníamos que apoyarle con toda la ayuda de que dispusiéramos. Pero mis dos ayudas eran pequeñitas, ¿por qué tenía que ponerme a coquetear con ellas? Mejor me quitaba el pantalón, eso no me daba tanta vergüenza.

 

¡Rayos y relámpagos! Adrian había hecho eso. Quitarme yo los míos parecería una copia burda y no nos harían caso. Además, era larguirucha y tenía palillos como piernas.

 

- Por favor, que no entre John, por favor, que no entre John - musité.

 

Y entonces grité, para darle tiempo a Adrian de que diera golpes con lo no se qué que había cogido cerca del ojo de buey.

 

- ¡Un bicho, un bichoooo! ¡Se me metió por el jersey!

 

Y empecé a tocar de un lado al otro, por delante y por detrás, soltando grititos y contorsionándome como si estuviera poseída.

 

- Quitármelo, quitármeloooo!

 

Y me saqué el jersey y lo tiré al suelo, pisoteándolo. ¡Ay, un lindo jersey de lana angorina, de color azul cielo! Iba a quedar para la basura con tantos pisotones.

 

- ¿Está muerto? - dije después, mirando a mi prima y mis tías. No me atreví a mirar a Adrian por si le delataba en eso del morse que estaba haciendo. - ¡Ay, qué asco! ¿Cómo se pueden tener esos bichos en el barco?

 

Y me puse a llorar en serio. Eran los nervios. Estaba enseñando mi lencería interior de color fucsia que sólo quería haberle mostrado a John si hubiera llegado el caso. Nunca imaginé que la luciría en público delante de un grupo de marineros babosos que miraban mis... mis... mis esos.

 

- Necesito ir a cambiarme - sollocé. Si me dejaban irme, podría buscar a John y... ¡ay, no, tenía que aprovechar para buscar a Sagitas!

 

Y volví a gritar, pero esta vez en serio.

 

- ¡Ah, no, eso sí que no! Le enseño las domingas a los marineros, pero no me da la gana que esos me vean desnuda - dije.

 

Y me refugié tras la espalda de Eledhwen. En el ojo de buey se veía la cara de un par de sirenios que examinaban el interior del comedor.

[Amya An]

http://i46.tinypic.com/16a1cm8.jpg

ROL MINISTERIAL

;

CASO DEL AVIÓN SINIESTRADO

 

 

 

Hasta Amya_An, a veces cree que los Accidentados ministeriales están dementes (?).

 

Apenas empezó el circo, le hizo una seña a Eledhwen para se uniera al relajo (!).

 

- Ahhhhh - gritó a su vez Ella - no me la pegues! no me la pegues!

 

Se levantó de sopetón de su asiento haciendo su volar plato pero no su cuchara, la sujetaba fuertemente aún.

 

La bruja era muy vengativa, por haberse atrevido hacerles comer tal horror, aprovechó para, con dicha cuchara, catapultar buena porción del mejunje aquel por los aires, desparramarla lo mas posible por el suelo era el plan ... cuanto mas disperso, mas posibilidades que los gorilones patinaran al pisarlo.

 

La cuchara? en algún momento se las ingenió para arrojársela a la cara, a uno de ellos. No tenía ni filo ni punta pero el mango bien podría darle en un ojo a alguien (?).

 

- Maldita sea Xell! qué te traes en los calzones sobrina!!!

 

Armaba alboroto intencionalmente.

 

Se hacía ... porque sabía que era un especie de distractivo que resultaba. Los marineritos desconcertados no atinaban a sujetarlas, sentarlas, pararles de cabeza ... como ya habían experimentado antes, a pesar de toda sus histerias, no las consideraban lo bastante "peligrosas" como para sacar a primeras sus varitas en contra de Ellas.

 

- Machúcalo Xell, dale duro! ... cuidado que se escapa, se escapa!

 

Amya_An no perdió oportunidad para prodigar pisotones por doquier ... y a ver si le atinaba a uno que dos pezuñotas de los hombres de Krum.

 

- Denle duro! denle duro!

 

Seguía gritando y brincoteando, y moviéndose de aquí para allá y entonces agarró el plato de Xell y disque queriendo chancar al bicho imaginario con éste, regó toda la ración servida de a su revertora igual que lo había hecho con la suya propia, golpeaba la mesa y la pata de una de las sillas, incluso le dio una buena en una pierna de los gorilones.

 

Si Xelly se les ponía a llorar, Ella aún se mantendría en la persecusión imaginaria del bicho imaginario (?) ... definitívamente, estaban locas y ni quien las aguante, xDDD.

[Sagitas E. Potter Blue]

http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/Sagis_p.gif

Rol Ministerial:

Caso del Avión Siniestrado

 

Krum dejó de comer y me miró a los ojos. Me escudriñaba como si supiera que le mentía. Yo soy una buena artista de Circo, eso incluye mucho de equilibrio, de control de criaturas y, sobre todo, de poner buena cara cuando por dentro te mueres de miedo. Así que dejé los restos de la pata de cangrejo que había comido en el borde de mi plato y tomé otro, como si no me diera cuenta que me estaba jugando mucho. Me temblaba todo y me entró frío, pero seguí chupando la patita de cangrejo y jugueteando con ella. Krum mantuvo el silencio y después dobló la servilleta, la dejó en la mesa y se levantó. Me agarró del brazo y me llevó hasta la ventanilla que permanecía cerrada.

 

Al principio no vi nada, era un agua turbia y oscura, se notaba que estábamos a profundidad. Después vi algo blanco y comprendí de qué se trataba.

 

-- ¡El avión! ¡ Están vivos!

 

Decía eso porque acababa de ver pasar una sombra por delante de una de sus ventanillas. Me mordí los labios y apreté de nuevo las mandíbulas.

 

-- ¿Qué hay allá escondido?

 

-- Krum -- dudé. ¿Qué narices podía decirle? -- Te lo diré cuando hayamos sacado a toda esa gente del avión y llevados a un sitio seguro.

 

Me hice la fuerte.

 

-- Te propongo otra cosa. Le lanzo una carga de profundidad y me quedo con lo que haya. Ni tú ni tus empleados regresáis vivos.

 

-- ¡No puedes acabar con el habitat sirenio! ¡Tienen otorgada su zona geográfica en un acta de Ley de la Confederación Mágica Internacional!

 

¡Pero bueno! ¿Cuáles eran mis prioridades, mis empleados o los sirenios? ¿O los muggles? Empecé a sudar y ahora realmente me picaba aquel vestido.

 

-- Puedo acabar con todos. Ya estoy aquí, me has traído al punto adecuado, nadie sabe que usas mi barco. Sólo seréis más desaparecidos en el caso del Avión Muggle. Sólo quiero una justificación para no hacerlo.

 

Puso sus dos manos en mis hombros y me estremecí. No sabía interpretar aquellos signos. ¿Me estaría volviendo lerda con los hombres?

 

-- El Ministerio sabe que estamos aquí -- dije con voz algo chillona.

 

-- Mientes. No me habrías llamado, habrías usado un traslador autorizado más rápido aún que el "Aurora Embrujada". Has hecho lo que siempre, tomar decisiones sin consultar con nadie. Te crees ajena a las normas y has venido sin que nadie lo sepa. Para cuando el Ministerio sepa que todos los miembros de Accidentes han desaparecido, no habrá pistas. No habrá cuerpos. No habrá nada. Sólo habrá un tesoro en las bodegas de mi barco.

 

Palidecí. No podía engañarlo. Me conocía bien. Pero sí había alguien que podía engañar: Amya. Nunca había podido igualar su labia.

 

Hasta nosotros llegó un escándalo y unos golpes que me hicieron sonreí levemente. Un marinero entró y nos interrumpió, con la consabida mirada asesina del capitán.

 

-- ¡Capìtán! ¡Están locos! ¿No cree que sería mejor tirarlos al mar y que los animales se hagan cargo de ellos?

 

Víktor me lanzó una mirada de odio pero apenas me di cuenta. Estaba captando un mensaje de Adrian en medio de toda aquella fiesta que Accidentes había lanzado en algún sitio. Me decía que estaban bien y que cómo podían ayudarme. Negué con la cabeza y conseguí mirar a Krum.

 

-- Harías mal. Soy la Directora del Departamento pero todos los presentes han sido seleccionados para la misión por ser pieza importante en este affaire. Tanto John, como Xell, Cye, Eledhwen, Adrian o Amya no pueden funcionar los unos sin los otros. Están preparados para desarticular ese objeto del chasis del avión y solventar los problemas que se encuentren allá abajo. Ellos son el grupo. Yo... En realidad, sólo soy la intérprete. Soy experta en 23 idiomas y hablo el sirenio. Así que somos un conjunto. Si quieres lo que buscamos, nos tendrás que dejar juntos.

 

Mi voz sonó a que había claudicado, que cedía a lo que pidiera. Y en cierta manera, era así. Sólo que tenía una idea en la cabeza y si podía hacérselas llegar a ellos, aún podríamos salvarnos.

 

-- De acuerdo -- dijo él por fin. -- Pero tú no te separarás de mí.

 

Y para mi sorpresa me puso un aro en el cuello.

 

-- ¿Un collar?

 

En la ventana, reflejada, se veía un arete rígido que brillaba en color negro.

 

-- Un anti-separador. Se usa en la marina para que las parejas de buzos no se separen y alguno de pierda. Estás unida a mí y si te separas más de dos metros de mi lado, tendrás problemas. Está adaptado personalmente por mí y está unido a mi estrella de capitán.

 

Y me enseñó la estrella derecha de su cuello de la camisa, del mismo color negro que el collar que me había dado. Arrugué el ceño, ¡qué rebuscado que era mi amigo! ¿Qué pasaría si me alejaba de él?

 

-- Vamos, tenemos un avión que saquear.

 

-- Víktor -- me atreví a interrumpirle. -- Nosotros salvamos a los muggles y les damos un recuerdo falso. Necesitamos que nos cubran cuando huyamos con... el tesoro.

 

¡Por Merlín! ¿Qué estaba diciendo, qué tesoro? Krum sonrió y abrió la puerta, invitándome a salir.

 

-- Dos metros, Sagitas. Esta vez no podrás huir más lejos de dos metros de mí.

 

Y me llevó, esta vez con el brazo en mi hombro, con una sonrisa pérfida en los labios, hasta mis compañeros alborotadores.

[John Black Lestrange]

http://i54.tinypic.com/2emq6hy_th.jpg

- EQUIPO DE REVERSIÓN DE ACCIDENTES MÁGICOS -

• CASO DEL AVIÓN SINIESTRADO •

 

Había logrado abrir los ojos, al parecer alguien no quería que saliera de mi camarote, pero cuando alguien abrió ligeramente la puerta de mi habitación, parecía como si el hechizo se hubiera roto, pero aun seguía atado con las correas de cuero en mis muñecas y tobillos, por lo que aprovecho mi fuerza y con solo levantar mis dos brazos al mismo tiempo, las correas se rasgan un poco y solo me hacia falta aumentar un poco mas la fuerza, para romperlas por completo.

 

Me siento en la orilla de la cama y me aseguro de que mi varita de pino se encuentra en el interior de mi chaleco negro, por lo que me quito el saco y me quedo únicamente con el chaleco como prenda superior, era mi vestimenta que utilizaba cuando meritaba mas agilidad en mi o para enfrentarme a algunas personas, junto con mis vaqueros y mis botas lograba moverme mas fácil sobre lugares incómodos.

 

Por eso abro lentamente la puerta y me aseguro de que no haya algún miembro de la tripulación cerca, no me cayeron muy bien desde que los conocí, por eso algo me decía que en ese momento los demás corren peligro. Salgo de mi camarote y me dirijo hacia supongo que se encuentra el comedor. Al levantar un poco mi vista, observo un tubo de metal en el techo del pasillo que vibra de una forma extraña, por lo que sigo caminando sin tomarla importancia.

 

Al intentar girar al pasillo que conduce al comedor, observo a dos guardias protegiendo la puerta del comedor, algo extraño, por lo que sigo caminando con tranquilidad hacia ellos, antes de que me logren ver, me agacho y escondo la varita en el interior de una de mis botas. Los guardas, abren la puerta del comedor y uno de ellos me intenta empujar hacia el interior, pero solo hace el intento, porque no me logra mover ni un centímetro y lo volteo a ver seriamente, haciendo que solo retroceda.

 

También habían unos marineros en el interior, rodeando a Xell y a los demás, por lo que sin tomarles importancia, me observan con sus varitas en sus manos y empujo ligeramente a uno de ellos, porque estorba en mi camino. Me coloco frente a Xell, y me quito el chaleco para dárselo a ella y para que se proteja de la vista de los demás.

 

Me cruzo de brazos, como si fuera una muralla para proteger a los demás, especialmente a Xell, no les hacia muy buena cara a nuestros oponentes, pero por el bien de nosotros no iba a comenzar una pelea y gracias a mi tamaño, logro cubrir a Adrian, que al parecer es el causante de aquella vibración en el tubo de metal que había visto anteriormente.

[Eledhwen]

http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif

Rol Ministerial:

Caso del Avión Siniestrado

 

Amya intentó distraer a los marineros, y al ver que alguno de ellos manejaba varita, a Eledhwen se le quitó de la cabeza la idea de sacar su varita y comenzar a lanzar hechizos. La Hufflepuff intentó seguir la idea de la morena:

 

- Sí, sí, Ron, ron, ron, la botella de ron... ¿dónde está la botella de ron? - dijo a voz en grito.

 

Pero lo que no pensaba hacer era lo que Amya le insinuaba (o pedía directamente) a Xell, que tontease con los marineros. Además, con el forro polar y los pantalones de montaña que vestía la Hufflepuff, difícilmente llamaría la atención de alguno de aquellos marineros, por más meses que llevasen sin conocer mujer por sus travesías en alta mar...

 

Adrian susurró que siguiesen entreteniendo a los marineros, y Eledhwen volvió a cantar:

 

- ¡Ron, ron, ron, la botella de ron!

 

Un marinero chasqueó fastidiado, pero Eled vió cómo Adrian tiraba su "comida" al suelo, y pedía a los marineros algo para limpiar. Uno de ellos le arrojó algo similar a una fregona, que ensució más que limpió, pero el Wild, cuando volvió a sentarse, susurró al resto algo de un método de comunicación muggle, y comenzó a golpear una tubería. Eled pensó en alguna otra canción:

 

- ...Saqueamos, robamos, sin nada importar... Todos brindando yo-ho... Yo-ho, yo-ho pirata siempre ser...

 

Los marineros se volvieron enfadados, uno de ellos exclamó:

 

- ¡No somos piratas!

 

Eledhwen tragó saliva, e hizo como que se sorprendía:

 

- ¿Ah, no?... Lo siento...

 

Amya pedía precaución a Adrian, y seguidamente comenzaba a tirar comida (y cubiertos a modo de arma arrojadiza); y de repente Xell se puso en pie, y comenzó a gritar que se le había colado un bicho por el jersey. Eledhwen murmuró:

 

- No me extraña, con esta humedad debe haber una fauna entera por el suelo...

 

La Vladimir se quitó su jersey, y comenzó a pisotearlo. Los marineros se cuadraron, y comenzaron a mirarla con avidez.

 

- Ay mi madre... - murmuró Eled mordiéndose el labio inferior; la revertora había seguido la petición de su jefa - muertito del todo, seguro que sí - respondió a Xell, que les interrogaba sobre las posibilidades de supervivencia del bicho.

 

Y Amya seguía lanzando objetos, y los marineros, que habían andado despistados tras el "espectáculo" de Xell, comenzaron a enfadarse un poquito...

 

Xell hablaba sobre ir a cambiarse, pero los marineros sonreían picarones. Pero entonces Xell comenzó a gritar en serio, y se protegió tras Eledhwen, diciendo que vale que le viesen los marineros, pero aquellas cosas como que no. Eled se giró hacia donde señalaba, y se sobresaltó, al ver unos ojos saltones y verduzcos mirando a través de un ojo de buey.

 

- Sí, tiene que ser incómodo que te vean esos... seres... - exclamó Eled.

 

Hizo ademán de quitarse su polar para cedérselo a Xell (tenía camiseta térmica debajo, ella no pensaba quedarse en bolas así por así), pero entonces la puerta se abrió, y apareció John. Los marineros se quedaron algo sorprendidos al ver al Black Lestrange, pero éste les ignoró, y quitándose el chaleco que vestía, se lo cedió a Xell, para que se lo pusiera. Eled sonrió:

 

- Ohh, qué romántico...

 

La Hufflepuff se acercó a la mesa, y tomando su plato, lo lanzó cual frisbie hacia el marinero que la había mirado mal cuando había cantado. El plato le pegó en la frente, y el marinero cayó hacia el suelo noqueado. Eled se hizo la sueca, como que la cosa no iba con ella.

 

Entonces la puerta se abrió de nuevo, y Sagitas apareció del brazo de Krum. Eled miró con odio al capitán, le daba mala espina.

 

- Bueno, bueno... qué honor que el capitán se acerque...